Grecia no le ha pillado la vuelta al cole con los deberes sin hacer
Pese a la dificultad que presenta esta situación sin precedentes, donde no hay recetas perfectas y sí 10 años de recortes, sigue siendo un inesperado modelo a seguir para otros países
Alrededor de un millón trescientos mil alumnos se preparan para la vuelta al cole en Grecia a partir del 14 de septiembre. Grecia fue uno de los últimos países en la Unión Europea en ser golpeado por el coronavirus. Con una sanidad pública débil, que ha ido sufriendo innumerables recortes, y medidas de austeridad impuestas durante más de diez años de crisis económica, la rápida respuesta del primer ministro griego y líder del partido conservador Nueva Democracia, Kyriakos Mitsotakis, fue crucial en mantener bajo control la pandemia. El nuevo año escolar vendrá marcado por la pandemia y las diversas medidas sanitarias que el Gobierno impondrá para prevenir la propagación del virus en los colegios. Y en esto Grecia, pese a la dificultad que presenta una situación sin precedentes donde no hay recetas perfectas, sigue siendo un inesperado modelo a seguir para otros países.
La rápida intervención, el cumplimiento de las medidas por parte de la población y la confianza de los griegos en el especialista en enfermedades infecciosas de la Escuela de Medicina de Atenas, Sotiris Tsiodras, que explicó las decisiones del Ejecutivo en términos científicos pero a la vez comprensibles para todos; hicieron que Grecia registrase uno de los números más bajos de contagios y muertes por covid-19 por habitantes en todo el continente.
El cierre de los colegios y universidades fue una de las primeras medidas tomadas por el Gobierno, con apenas 89 casos confirmados y una muerte por coronavirus en toda Grecia. Era el 11 de marzo, el mismo día que Madrid, pero para entonces España ya tenía 1.695 casos y 35 fallecidos. Cuatro días después se anunciaba el cierre de cafeterías, centros comerciales, instalaciones deportivas y otros lugares públicos como museos, recintos arqueológicos e iglesias.
«La pandemia cambió nuestras vidas en unos pocos días creando una realidad diferente que nos llevó a la educación a distancia», afirma Eleni Siderou, profesora en el Colegio Público de Educación Primaria 12 de Spata. «Han sido muchas las dificultades para profesores y alumnos ya que no existía preparación previa para una enseñanza de este tipo (no hubo una formación inicial, los equipos técnicos eran insuficientes y las competencias digitales por parte de los docentes eran mínimas)». Pero todas las dificultades se superaron «en cierta medida con la cooperación y el apoyo de nuestro grupo de trabajo escolar».
Reapertura paulatina
El 29 de abril, tras un mes y medio de encierro y una básica enseñanza ‘online’, la ministra de Educación y Asuntos Religiosos, Niki Kerameos, anunciaba la inesperada determinación de abrir paulatinamente todos los centros de educación intermedia y secundaria con un sistema de turnos y edades; asombró tanto a los ciudadanos como a la comunidad científica nacional. Grecia daba un paso hacia una normalidad insólita.
Con 2.716 contagios y 151 muertos por coronavirus en todo el país a fecha de 11 de mayo, los alumnos volvían a las aulas escalonadamente. El retorno se llevó a cabo en grupos de 15 alumnos como máximo y con rotaciones, dando como resultado que los estudiantes fueran a clase durante días alternativos. La distancia de 1,5 metros se impuso en las aulas mientras que el uso de la mascarilla era opcional. Los últimos en incorporarse a la «nueva normalidad escolar» fueron los más pequeños (infantil y primaria), cuyos centros abrieron el 1 de junio. El debate estaba servido a las puertas de los centros escolares de toda Grecia ya que para muchos la reapertura de las aulas en estas condiciones era una especie experimento para lo que estaba por llegar a partir de septiembre.
«La apertura en junio con la mitad de los alumnos en las clases fue un alivio para todos nosotros», reconoce Eleni Siderou.
Muchos progenitores que habían tenido que combinar el teletrabajo con el cuidado de sus hijos observaron esta vuelta al cole por turnos con cierto alivio. «Menos es nada» decía repetidamente Agapi, madre de un niño de primero del Colegio Público de Educación Primaria 1 de Glyfada, un municipio situado en la costa sur de Atenas, y en el que el número de alumnos en las dos clases de primero con las que cuenta rondó los siete por aula y día. Algunos padres, sobre todo aquellos que convivían con familiares con factor de riesgo, habían decidido no enviar a sus hijos a clase.
Un Gobierno bien considerado
Grecia ha sido uno de los países que mejor ha manejado la crisis del coronavirus en Europa y buena parte de la opinión pública del país considera que el primer ministro y su equipo han demostrado su intención de poner por encima de todo coste político o financiero la salud pública. Para Xrisa, madre de dos niñas del Colegio de Educación Primaria 3 de Glyfada «el Gobierno actuó de manera correcta frente a la pandemia tomando las medidas oportunas y necesarias para protegernos tanto como fuera posible».
Las medidas decretadas en marzo por el ejecutivo consiguieron evitar el desastre y mantener el número de casos de covid-19 en Grecia realmente bajo. A pesar de todo, algunos ciudadanos opinan que la apertura de las fronteras al turismo, uno de los principales motores de la economía nacional y gran creador de empleo, junto con el relajamiento a la hora de cumplir los protocolos de seguridad durante el verano provocaron que durante el mes de agosto se duplicaran los casos.
Muchos progenitores que habían tenido que combinar el teletrabajo con el cuidado de sus hijos observaron esta vuelta al cole por turnos con cierto alivio. «Menos es nada» decía repetidamente Agapi, madre de un niño de primero del Colegio Público de Educación Primaria 1 de Glyfada, un municipio situado en la costa sur de Atenas, y en el que el número de alumnos en las dos clases de primero con las que cuenta rondó los siete por aula y día. Algunos padres, sobre todo aquellos que convivían con familiares con factor de riesgo, habían decidido no enviar a sus hijos a clase.
Un Gobierno bien considerado
Grecia ha sido uno de los países que mejor ha manejado la crisis del coronavirus en Europa y buena parte de la opinión pública del país considera que el primer ministro y su equipo han demostrado su intención de poner por encima de todo coste político o financiero la salud pública. Para Xrisa, madre de dos niñas del Colegio de Educación Primaria 3 de Glyfada «el Gobierno actuó de manera correcta frente a la pandemia tomando las medidas oportunas y necesarias para protegernos tanto como fuera posible».
Las medidas decretadas en marzo por el ejecutivo consiguieron evitar el desastre y mantener el número de casos de covid-19 en Grecia realmente bajo. A pesar de todo, algunos ciudadanos opinan que la apertura de las fronteras al turismo, uno de los principales motores de la economía nacional y gran creador de empleo, junto con el relajamiento a la hora de cumplir los protocolos de seguridad durante el verano provocaron que durante el mes de agosto se duplicaran los casos.
Las medidas tomadas por el Gobierno en un principio fueron las adecuadas», afirma Zeta, vecina del barrio ateniense de Nea Smirni y madre de una niña de ocho años. «Cerrar lugares públicos como colegios, iglesias y centros deportivos fue lo apropiado ya que no podían estar seguros de la responsabilidad de cada uno. Sin embargo, después lo han dejado un poco a la suerte». Zeta cree que Grecia no debió abrir las fronteras al turismo ya que «con los vuelos desde el extranjero y los pocos controles que se realizaron a los viajeros que llegaban, comenzaron los problemas».
A pesar de todo, los números de contagios y muertes por covid-19 en el país heleno siguen siendo de los más bajos del continente europeo (a fecha de 1 de septiembre, Grecia cuenta con un total de 10.317 contagiados y 266 muertes desde el inicio de la pandemia).
Mascarillas obligatorias desde infantil
El aumento de los casos durante el mes de agosto ha sido el motivo por el que los colegios abrirán sus puertas el 14 de septiembre y no el 7 tal y como se había anunciado en junio. El motivo, según declaró el portavoz del Gobierno, Stelios Petsas, es el de contar con el tiempo suficiente para el retorno de las familias de las vacaciones de verano y limitar los movimientos de los ciudadanos asintomáticos.
El nuevo curso escolar comenzará entre unos alumnos felices por reencontrarse con sus compañeros y el protocolo sanitario dictado por las autoridades del país para evitar que el virus se extienda en las aulas.
El Gobierno de Mitsotakis destinará 6,1 millones de euros para la compra de mascarillas que se repartirán entre alumnos y docentes de centros públicos y privados de todo el país. La ministra de Educación anunció que durante las primeras jornadas escolares los alumnos contarán con la presencia de médicos que les informarán sobre las diversas medidas de prevención y el uso correcto de la mascarilla para convivir con la pandemia en condiciones seguras. También se proporcionará gel antiséptico a todos los centros de enseñanza y se limpiarán las instalaciones con regularidad para evitar que se propague el virus entre los estudiantes.
Entre las medidas preventivas contra el coronavirus anunciadas por Kerameos se encuentra el uso obligatorio de mascarillas para profesores y alumnos desde educación infantil y primaria. Una medida que no ha sido bien recibida por grupos progenitores que han expresado su preocupación ante la posibilidad de que los más pequeños se vean perjudicados por llevar la mascarilla durante tanto tiempo.
«Los niños menores de 11 años son demasiado pequeños para llevar la mascarilla de forma eficaz», afirma Xrisa, «no pueden ser efectivas en edades tan tempranas. Además será muy difícil para ellos».
A pesar de la dificultad, Zeta se muestra completamente a favor de la mascarilla. «Tal y como protege a los mayores protege a los pequeños. Es muy difícil que los niños mantengan la distancia de seguridad por lo que es mejor que la lleven». Ante la pregunta de si no cree que va a ser muy difícil para los más pequeños mantener la mascarilla durante tanto tiempo Zeta afirma que «seguro que va a ser difícil, pero contamos con magníficos educadores por lo que estoy segura de que lo conseguirán».
Para Eleftherna Katerina Basi, profesora de geografía y química en el Colegio Público de Educación Intermedia 4 de Glyfada y madre de dos niños en primaria «va a ser incómodo, pero no se puede hacer otra cosa cuando se cuenta con 27 alumnos por clase. Esta vez no se acudirá al colegio por turnos tal y como se hizo en mayo porque la economía del país no puede permitirse conceder más permisos remunerados a los padres para que se queden dos o tres días a la semana al cuidado de sus hijos».
Eleni Siderou opina que «el inicio del nuevo curso escolar con todos los alumnos a la vez será precario para el cumplimiento de las medidas de protección necesarias» y aunque para Stelios Vasileiadis, ex teniente de alcalde del municipio Egaleo y padre de dos hijos, «las mascarillas son esenciales» también cree que «tanto en educación infantil como en los primeros cursos de educación primaría podrían funcionar mejor otro tipo de medidas. Se podría reducir el número de niños por clase, reemplazar los pupitres para dos alumnos por pupitres individuales o incrementar el número de aulas».
Brecha educativa
El objetivo de todas estas medidas será eludir a toda costa que los alumnos vuelvan a sufrir las consecuencias educativas que acarrearía un nuevo cierre de las aulas, aunque, tal y como confirmó Kerameos, en caso de que se identificase un caso el colegio se cerrará inmediatamente y se procederá a impartir clases ‘online’ para sus alumnos tal y como ya sucediera durante el confinamiento.
Sin embargo, Stelios Vasileiadis sostiene que el aprendizaje ‘online’ no puede sustituir al presencial y que esta medida no haría más que empeorar las cosas generando desigualdades entre alumnos. «El cierre de los colegios fue bienvenido en marzo, pero muchos niños de clases sociales vulnerables no tuvieron acceso a la educación a distancia por lo que se abrió una brecha entre estudiantes privilegiados y desfavorecidos».
Las autoridades educativas encabezadas por la ministra de educación, Niki Kerameos, afirman que todo está preparado para la vuelta al cole. Los libros ya están en los centros educativos (en Grecia todos los estudiantes de enseñanza pública desde primaria hasta la universidad reciben los libros de texto de forma gratuita siendo el Ministerio de educación el que se encarga de hacer frente del pago a las editoriales) y muchos de los protocolos de seguridad como que los alumnos salgan al recreo a horas diferentes para evitar la concentración masiva en los patios ya se llevaron a cabo con éxito durante los meses de mayo y junio.
Fuente de la Información: https://www.elconfidencial.com/mundo/europa/2020-09-06/grecia-modelo-vuelta-al-cole-coronavirus_2733247/