OPINIÓN | El Toro Meco: resistir en las montañas de concreto

Por: Tlachinollan

Como migrante indígena he tenido la fuerza para cruzar el desierto y la capacidad para conseguir un trabajo en Nueva York. Mi vida cambió totalmente: dejé Yuvinani para vivir en Brooklyn. Pensé que me olvidaría de la Montaña y que me iría mejor con los gabachos. Con los 7 años que llevo viviendo en esta ciudad, me pesa mucho la soledad. Los fines de semana nos reunimos para convivir y la verdad, toda la plática es sobre nuestro pueblo. Allá está nuestro corazón, porque aquí nuestro cuerpo solo está para ganar dólares. En la semana no existimos para la gente con la que trabajamos.

Ponemos todo nuestro empeño en lo que hacemos y nos abstraemos de la realidad. Cuando llego al departamento me tiro a dormir. Todo es monotonía y mutismo. Vivo como un extraño en un mundo que no es el mío. Me he tenido que adaptar al maltrato de muchas personas que por su color se sienten superiores. No hay forma de escapar a las miradas que me desprecian y me discriminan.

Vivo atormentado porque tengo que pagar muy cara mi estancia en Nueva York, no solo por los gastos que realizo, sino por lo que cuesta vivir como extranjero, experimentando en todo momento que no tengo derechos y que soy parte de la multitud de migrantes que supuestamente somos los causantes de todos los males. Es el estigma que tenemos que cargar como la escoria de la sociedad. Su perversidad es pisotear nuestra dignidad, doblegar nuestra resistencia y domesticarnos como seres sin razón.

Las horas que paso sin hablar me han nutrido de ideas que me remiten a la cultura de mi pueblo. Ese vacío que hay en mi mente y en mi corazón, lo lleno con los recuerdos gratos de mi familia que vive en el campo. Camino ensimismado por las avenidas de Nueva York, como un autómata que sube y baja del metro, sin cruzar palabras en medio de la multitud. Mis pies ya se acostumbraron a caminar sobre el asfalto y a usar el transporte público para llegar a tiempo a mi trabajo. Cuando escucho el inglés y se me dificulta entenderlo, entro en crisis, por no dominar el idioma que me abriría otras puertas. Se repite la misma historia que viví en Tlapa, cuando mis compañeros de la escuela se reían cuando hablaba español. Me sobrepuse a las burlas y sobre todo a los remedos que me hacían por no pronunciar bien algunas palabras. En la mirada me dicen todo, cuando trato de comunicarme en inglés. Ya no es la misma burla, enfrentas más bien la actitud de personas que nos quieren hacer sentir como ignorantes, como seres que no estamos a su altura para establecer una comunicación. Eso carcome mi dignidad, porque nos tratan con el látigo de su desprecio.

Ya me acostumbré a no ver el cielo ni las flores. Ahora mi Montaña son estos rascacielos de concreto; la expresión del poderío de una nación, la arrogancia de quienes tienen dinero y la supremacía de una raza que se siente superior a las demás. He podido navegar a contracorriente, mantenerme en medio de este maremágnum y salir a flote, reafirmando mi identidad como hijo de la lluvia. Lo más valioso de mi estancia en esta mega urbe es haberme reencontrado con mis paisanos, sobre todo de compartir nuestros proyectos y de reconstituir nuestra pequeña comunidad.

Hemos formado una organización que le llamamos “El Toro Meco”, es una canción popular que habla orgullosamente de Yuvinani, de la gente que tiene valor y que sabe capotear la vida. El ritmo y la letra se ha hecho famosa en toda la Montaña, porque en los bailes la gente se zarandea de gusto. En Brooklyn nos hemos organizado como jóvenes de la Montaña, coordinados con algunos de Puebla, Michoacán y Tlaxcala. La promoción de la cultura de nuestros pueblos es lo que nos une. Estamos recuperando el uso de nuestros idiomas y varios nos estamos capacitando para ser peritos interpretes en las Cortes de Nueva York. Muchos compañeros y compañeras enfrentan procesos legales en condiciones sumamente desiguales. Hay varios paisanos que están en la cárcel acusados injustamente. No tuvieron la oportunidad de ser escuchados en su propio idioma. Por eso, nos estamos preparando para que en las Cortes los jueces conozcan nuestra forma de pensar, de creer y de actuar y que no estigmaticen nuestras culturas.

La llegada del coronavirus nos agarró desprevenidos, porque nunca pensamos que de la noche a la mañana nos íbamos a quedar sin trabajo. La enfermedad está agarrando parejo y ya no hay lugar en los hospitales para que atiendan a los enfermos. Muchos compañeros prefieren quedarse encerrados en su casa, tomando algunas yerbas para bajar la calentura. Me atrevo a decir, que si tuviéramos temazcal en Nueva York, todo mundo lo usaría y nos curaríamos de muchas enfermedades. Hay mucho miedo de ir al hospital, no solo porque no hay camas, sino porque ya no te dejan ver a tu familiar. Con la pandemia, las personas que fallecen tienen que incinerarse. Está prohibido trasladar cuerpos a nuestro país.

Estamos preocupados porque varios amigos y amigas han fallecido y no tenemos forma de ayudarlos. Las funerarias están cobrando más de dos mil dólares por la incineración. No hay una fórmula efectiva para conseguir dinero, porque nos quedamos sin trabajo. Como organización nos dedicamos a elaborar bolsas ecológicas, pero ahora con el COVID – 19, estamos haciendo cubrebocas, como una forma de recaudar dinero y obtener algún ingreso. Tenemos que enfrentar los embates de esta pandemia. Nos sentimos solos, porque no vemos el apoyo de las autoridades mexicanas. Hemos utilizado la plataforma GoFundMe para obtener fondos en beneficio de las familias que no han logrado cubrir el pago de la incineración. A través de varias iglesias y escuelas estamos encontrando el apoyo alimentario. Nuestras familias en la Montaña, están viendo la forma de ayudarnos. Nos recomiendan los remedios caseros para no dejarnos derrotar por el coronavirus.

Aún no sabemos cuántos de nuestros paisanos han fallecido, porque seguimos encerrados. Solo por las redes sociales sabemos que hay más de 30 personas de la Montaña que han perdido la vida. Como la canción del Toro Meco, tenemos que hacerle frente a esta pesadilla. No nos vamos a dejar vencer, tenemos que organizarnos mejor. Si logramos llegar a esta megalópolis y pudimos encontrar un rincón dónde vivir, recuperaremos nuevamente las fuerzas que nos han heredado nuestros abuelos, quienes siempre tuvieron bríos para llegar a la cima de la Montaña. A imagen del Toro Meco, capotearemos al coronavirus y resistiremos en estas Montañas de concreto.

Abel Barrera Hernández

Fuente e imagen: http://www.tlachinollan.org/opinion-el-toro-meco-resistir-en-las-montanas-de-concreto/

Publicado originalmente en Desinformémonos

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Ecuador: La Ley de Movilidad apunta a educación, salud y seguridad y seguridad social del migrante

Ecuador/09 de Enero de 2016/El Comercio

La Ley de Movilidad aprobada en la Asamblea el jueves reemplazará a la ley migratoria que data de la época de la dictadura. Esta última fue creada en un contexto de persecución de personas consideradas sospechosas o subversivas. Esos argumentos utilizaron los legisladores para aprobar la norma. Ahora, los asambleístas dicen que el nuevo texto beneficia a 2 204 000 ecuatorianos que están fuera del país, a los 70 000 retornados al Ecuador, a aquellos extranjeros que viven aquí, a los refugiados, a los considerados apátridas y a las víctimas de trata y tráfico.

Beneficios para los ecuatorianos en el exterior

Con la nueva ley, los migrantes podrán acceder a programas educativos virtuales para concluir el bachillerato o para estudiar carreras universitarias en instituciones públicas del Ecuador.

También tendrán oportunidad de aplicar a concursos de becas. Esto se planteó porque para los compatriotas “es muy difícil” acceder a la educación en los países donde residen.

Una vez que se apruebe la Ley de Movilidad Humana, los emigrantes podrán afiliarse voluntariamente a la seguridad social ecuatoriana. La idea es que cuando retornen, los afiliados accedan a una pensión jubilar y a los servicios médicos, créditos hipotecarios, quirografarios y otras prestaciones que ofrece el IESS y Biess.

Los consulados ecuatorianos que operan en el mundo deberán activar oficinas para dar asistencia jurídica gratuita a aquellos compatriotas que sufran vulneración de sus derechos, discriminación, xenofobia, estafas, etc.

Según los legisladores, esto permitirá apoyar a quienes no cuentan con los recursos económicos suficientes y, además, dar seguimiento a los casos.

Por primera vez se establece que el Estado indague las denuncias de emigrantes que desaparecieron en su travesía al exterior. Sus familiares podrán denunciar en el país o en la nación donde residan. Esto también aplica para los casos de ecuatorianos que puedan extraviarse en otras circunstancias.

Nuevas medidas para extranjeros en el ecuador

Los extranjeros podrán permanecer en calidad de turistas hasta por 180 días. La legislación actual solo permite hacerlo por un lapso de 90 días.

Sin embargo,  la nueva ley señala que, excepcionalmente, los extranjeros podrán solicitar una visa especial de turismo por un plazo máximo de un año. Este documento no aplicará para trabajar y solo se solicitará una vez cada 5 años.

Hay nuevas reglas para los turistas que vivan en un país de la Unión de Naciones Suramericanas. Según la normativa aprobada, este grupo podrá ingresar al Ecuador solo con su cédula de identidad. Es decir, no será necesario el pasaporte.

Actualmente,  solo los ciudadanos de Colombia, Bolivia y Perú pueden entrar apenas con la cédula. Además, Ecuador activará puntos de control migratorio preferenciales en aeropuertos, puertos y pasos fronterizos para los turistas de la Unasur. El plazo de permanencia será de 180 días.

La ley habla de ocho tipos de visas: residente temporal, residente permanente, temporal de excepción, diplomática, humanitaria, de turista, especial de turismo y por convenio. Las residencias temporales duran dos años y podrá ser renovada por una vez.

La nueva ley mantiene la política estatal de no solicitar visado a los turistas del mundo; salvo 11 países: Cuba, Afganistán, Bangladesh, Eritrea, Etiopía, Kenia, Nepal, Nigeria, Pakistán, Somalia y Senegal.

Apoyo para los emigrantes que regresen al país

Uno de los puntos más analizados en el debate fue la eliminación y reducción de aranceles para importar el menaje de casa, equipos de trabajo o vehículos.

Los compatriotas que retornen al país podrán traer un automóvil y una motocicleta, como menaje. El modelo de los vehículos no deberá sobrepasar los cinco años de antigüedad.

La Ley de Movilidad Humana precisa que los compatriotas únicamente podrán ingresar automóviles cuyo valor esté por debajo de los 60 salarios básicos (USD 22 500 con el sueldo mínimo actual) y motocicletas que no superen los 21 salarios básicos (USD 7 875).

Sin embargo, aquellos vehículos que sobrepasen esos montos, pero no excedan los cinco salarios básicos adicionales, podrán ingresar al Ecuador, pero los propietarios pagarán los tributos y aranceles que correspondan por la diferencia.

Según la nueva norma, los vehículos podrán ser comercializados luego de cuatro años de uso, como mínimo. Un punto polémico en la nueva legislación está relacionado con el uso de estos vehículos.

En la ley se dice que las autoridades (Aduanas o Agencia Nacional de Tránsito) deberán regular si familiares podrán usar o no los automotores. Por ahora solo el dueño está habilitado para hacerlo. Los legisladores quieren evitar ventas ficticias a parientes o amigos.

Víctimas de trata y tráfico y causas de deportación

La nueva legislación tiene un capítulo exclusivo para el tema de la trata y el tráfico de migrantes. Los legisladores se enfocaron sobre todo en la prevención y atención a las víctimas de estos delitos.

En la normativa se pide a los entes gubernamentales que creen un registro para identificar a las víctimas. Esto permitirá recoger, procesar y analizar la información. Según la ley, estos datos se usarán para crear políticas, planes de acción, estrategias de prevención y medidas para desarticular a las redes criminales.

La Ley de Movilidad elimina la Ley de Extranjería vigente desde 1970. En el documento aprobado, los legisladores incluyeron ocho causales para la deportación de un extranjero que resida en territorio ecuatoriano.

Entre esas causas están, por ejemplo, ingresar por un lugar no autorizado (salvo personas con protección internacional como refugiado, apátridas y asilados), no haber iniciado los trámites de regularización, haber recibido la revocatoria de la visa, haber cometido delitos cuyas penas sean menores a los cinco años o haber interferido en asuntos de política interna.

En la ley  aún vigente únicamente existen tres causales para expulsar a un extranjero del país: quien ha ingresado al Ecuador sin pasar por el control migratorio, quien haya cumplido una sentencia por delitos penales, o los “delincuentes comunes” que no pudieran ser juzgados en el país.

Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO en la siguiente dirección:http://www.elcomercio.com/actualidad/ley-migracion-educacion-salud-visas.html. Si está pensando en hacer uso del mismo, por favor, cite la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. ElComercio.com

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