Maestr@s o de cómo no creemos en nosotros mismos

Mayra Castañeda

¿Cómo se le pueden enseñar valores a los niños cuando las redes sociales están inundadas de casos en los que los políticos, los futbolistas, los “artistas”, a pesar de ser groseros, altaneros, corruptos, viven en grandes mansiones, gozan de lujos y parecen felices? Y no sólo las redes sociales, los periódicos, la televisión, la radio, en fin, todos los medios de alienación masiva.

Cuando un niño o niña llega a la escuela ya trae tras de sí una gran carga de valores asignados no sólo por sus padres sino por la sociedad y los medios de comunicación. Cuando el pequeño ha salido con su madre al mercado, al súper, a una reunión con amigos o familiares, no puede evitar escuchar: “fulano de tal robó tantos millones al ayuntamiento o al estado” o “el presidente está quitándonos la riqueza nacional para pagarle a las empresas que lo colocaron en la presidencia”.

Quizá en ese momento las palabras, “ayuntamiento”, “estado”, “presidencia”, “riqueza nacional” estén desprovistas de significado pero en pocos años entenderá a lo que se refieren. Otros más tal vez escuchen: “nosotros en la miseria y los políticos dándose la gran vida” ¿quién no quiere darse la “gran vida”? este constructo se va fijando en la mente de los niños mucho antes de poner por primera vez un pie en una institución escolar. Tampoco los niños actualmente están exentos de la violencia que genera la frustración, el estrés y la presión económica sobre sus padres, cada vez resulta más difícil que los hogares mexicanos salgan a flote.

Según datos del CONEVAL  11.3 millones de personas sufren pobreza extrema y de 2010 a 2012 el número de pobres aumentó en 500 mil; las clases sociales han necesitado ser reestructuradas por la Secretaría de Economía para hacernos creer  en la ilusión de que seguimos perteneciendo a la clase media cuando lo cierto es que la clase baja, esa que no puede comer tres veces al día, no cuenta con servicios, no puede comprarse ropa nueva y pocas veces tiene acceso a la escolarización (aunque en las cifras oficiales aparezca lo cierto es que muchos de esos niños dejan de asistir a la escuela pues tienen que trabajar desde temprana edad), ha ido creciendo de manera alarmante.

La clase media ya está dividida en dos (clase media baja y clase media alta) y se han incluido una serie de indicadores culturales para proveer esa sensación de “pobres pero cultos” que tanto importa a la “clase media” aunque su ingreso económico real sea cada vez más bajo.

En contraste vemos cómo algunos privilegiados, la casta política y los miembros del narcotráfico, (que se confunden en muchos lugares pues han realizado, a la usanza de la monarquía, una serie de alianzas familiares) viven con grandes lujos, con ostentación. También ya en las redes sociales circulan fotografías de sacerdotes que hacen esta misma ostentación de carros de lujo y mujeres. El cinismo ha permeado nuestra sociedad y nosotros, los “simples mortales” nos creemos (porque nos lo han vendido y lo hemos comprado sin siquiera preguntar) que somos incapaces de cambiar esta realidad.
¿Con qué argumentos un padre de familia o un maestro puede rebatir lo que a todas luces el comportamiento social valida? Nuestros niñ@s y jóvenes conviven constantemente con ese contraste que produce una tensión muy fuerte entre ambos mundos: el irreal que tratan de pintarles en la escuela y en algunos casos en su hogar y lo que ven cuando prenden la televisión, se conectan a la red o salen a la calle. Sus pares les reafirman constantemente que lo mejor para sobresalir en esta sociedad es “hacer trampa”, burlar al maestros, las evaluaciones, las tareas, al fin de cuentas hay tres vías que los convertirán en triunfadores: salir en la televisión (a cualquier precio y haciendo lo que sea),  convertirse en político o entrar al narcotráfico y para ninguna de ellas es necesario pasar por la escolarización, no te piden grado académico para entrar en la corrupción, aunque el precio (eso no lo alcanzan a dimensionar) es mucho más alto.
No pretendo decir con esto que todo está perdido, al contrario, yo soy la primera convencida de que la escuela tienen un potencial no dimensionado y que los docentes podemos hacer mucho por cambiar nuestra realidad, pero lo primero que debemos entender es que nosotros hemos sido y somos parte del sistema que valida este tipo de conductas ¿cómo? En primer lugar hemos pasado por un proceso de “indefensión aprendida”. Somos como ese elefante de circo que de pequeño atan a una gran estaca con una soga muy gruesa y no se puede mover, cuando crecemos ya estamos programados para pensar que no podemos hacer nada contra la soga y la estaca, pero no nos damos cuenta del poder que hemos adquirido al pasar de los años.
Es momento de empezar a creer en nosotros de darnos cuenta de que cuando cerramos la puerta de nuestra aula nuestro ejemplo tiene más fuerza que ninguna otra cosa, pero tenemos que empezar a creerlo de verdad porque la simulación no sirve, no basta. Cuando entendamos este concepto en su absoluta dimensión daremos el primer paso para cambiar esta sociedad que, finalmente, los maestros también hemos construido.
Fuente del articulo: http://mayracastaneda.org/blog_60984_Maestr-s-o-de-como-no-creemos-en-nosotros-mismos.html
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Somalia: un hombre, de 61 años, se gradúa de la escuela

Por Harun Maruf
Ahmed Mohamed Ali abandonó la escuela para apoyar a su familia trabajando cuando tenía 10 años de edad. Con los años, se convirtió en un sastre muy conocido en su ciudad natal de Bal’ad, Somalia, pero nunca renunció a su sueño de obtener una educación.Con los años, hizo intentos de volver a la escuela, pero la situación económica en Somalia lo obligó a seguir trabajando como sastre.

Hace cuatro años, Ahmed finalmente tuvo su oportunidad, y esta semana a la edad de 61 años, padre de cuatro hijos fue uno de varios miles de estudiantes que se presentaron a los exámenes de la escuela secundaria.

«La gente estaba sorprendida. Me dijeron que renunciar debido a mi edad, pero me dijeron que nunca se es demasiado viejo para aprender «, dijo a la VOA somalí.

Educación ‘es una luz «

Ahmed dijo que siempre supo que tenía que volver a aprender en algún momento.

«La educación mejora la gente, es una luz, y pensé que va a ser mi guía en la vida para mí y para mi familia.»

Ahmed Saney, como se le conoce popularmente, dice que ahora quiere ir a la universidad y convertirse en médico. En 61 años, sin embargo, nunca ha dejado Bal’ad, excepto en algunas ocasiones, cuando visitó la capital, Mogadiscio, a sólo 30 kilómetros al sur.

Su éxito ha generado una sensación en los medios sociales. Después de su ascenso repentino, la administración de la ciudad le ofreció apoyo. Dice que recibió promesas de ayuda con el costo de una educación universitaria.

Ahmed es de una sociedad tradicional paterna donde los niños reciben más acceso a la educación de las niñas. Su hijo mayor, Mohamed, se graduó de la escuela secundaria, pero, debido a la falta de oportunidades de empleo y una mejor educación, emigró a Sudáfrica, donde fue asesinado hace cuatro años tras un ataque por tiendas de somalíes en Johannesburgo. Ahmed cree que el incidente estaba relacionado con los ataques xenófobos contra los somalíes y otros inmigrantes.

Tres de sus cuatro hijos estan vivos, las hijas, no han ido a la escuela y se han casado, quedando su hijo más pequeño que está en el grado 6 y con quien fue a la escuela

Inspiración para sus compañeros de clase

Ahmed ha estado recibiendo cumplidos durante toda la semana de la comunidad. Incluso sus compañeros de clase, que dudaban y se burlaban de él  desde el principio debido a su edad, ahora lo reconocen como una persona que los inspiró.

«Algunos de mis compañeros de clase me dijo que tratará de llevar a sus padres de nuevo en las escuelas», dijo Ahmed.

A pesar de la incertidumbre sobre la seguridad y las oportunidades de trabajo tenues, alrededor de 45.000 estudiantes han estado tomando sus exámenes de secundaria y preparatoria.

En Mogadiscio y las regiones del centro sur del país, los funcionarios del gobierno dicen que cerca de 20.000 estudiantes están tomando sus exámenes. Las autoridades han elogiado la aplicación de la ley para reforzar la seguridad en los centros de examen en el centro sur de Somalia siguientes presuntas amenazas de Al-Shabab contra los estudiantes.

Al-Shabab se refiere al plan de estudios nacional como «antiislámico» y una forma de influencia occidental.

«Aplaudimos el trabajo ordenado, alegre y el disco se muestra por todo el mundo y los estudiantes», dijo el alcalde de Mogadishu Yusuf Hussein Jimale.

En Puntlandia, las autoridades dicen que más de 11.000 estudiantes informaron que tomar sus exámenes.

Somalilandia, que se separó del resto de Somalia y es más estable, registró 25.000 estudiantes que tomaron los exámenes.

 

Fuente: http://allafrica.com/stories/201606010780.html

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