Revolución educativa y el Nuevo Modelo Educativo: ¿una posibilidad real?

En un evento público que se realizó en Palacio Nacional, finalmente se presentó el Nuevo Modelo Educativo para la Educación Obligatoria (NME), que plantea, según sus principales defensores, “una transformación radical del sistema educativo mexicano, lo que supone una verdadera revolución educativa, a partir de una política educativa de largo plazo”. El secretario señaló que éste es una apuesta de “alto impacto y largo aliento”, y que los cambios que propone comenzarán a rendir frutos a los diez años de su aplicación.

Por: Arcelia Martínez Bordón.

El NME se estructura en cinco ejes: el cambio curricular, que deje de lado el aprendizaje memorístico y dé paso al aprendizaje crítico y creativo, donde importa junto con lo cognitivo el desarrollo de habilidades socio-emocionales y para la convivencia. La escuela al centro, para que ésta cuente con la infraestructura y equipamiento necesarios, y sea autónoma y capaz de tomar sus propias decisiones. La formación y desarrollo profesional docentes, que se refiere a su profesionalización, dado que se sostiene con el principal actor educativo responsable de la transformación de la educación. La equidad y la inclusión, que alude a que todos los niños, sin importar su origen, género, condición económica o discapacidad, cuenten con oportunidades educativas para desarrollar sus capacidades. El último, la gobernanza del sistema educativo, cuyo concepto apunta a que, para implementar el modelo, es necesaria la participación y coordinación de distintos actores autoridad educativa federal y local, INEE, sindicato, maestros, padres de familia, sociedad civil y Poder Legislativo.

Si bien los ejes colocan aspectos fundamentales, las principales ideas no son nuevas, ni fáciles de implementar. El NME debe operar como un conjunto integrado; dado que muchas cosas no funcionan, cada eje involucra retos considerables en términos de presupuesto, organizacionales, etcétera. Desafortunadamente llega tarde, al quinto año de gobierno de Enrique Peña Nieto, cuando los ánimos y preocupaciones están en las elecciones de 2018. El que haya tomado tanto tiempo su elaboración indica la falta de gobernanza del sistema educativo, la imposibilidad de llegar a acuerdos efectivos de manera eficaz y oportuna para conciliar a los actores involucrados, inclusive al interior de la propia SEP —las constantes reorganizaciones de la Secretaría seguramente contribuyeron a la postergación y puesta en marcha de proyectos sustantivos, como el NME, la Estrategia de formación continua de los docentes o el lanzamiento del Plan Integral de Diagnóstico, Rediseño y Fortalecimiento de las Escuelas Normales (PIDIRFEN). El proyecto inicial del NME se presentó tres años después del anuncio de la reforma.

En el anuncio del NME se dijo que éste comenzará a operar en agosto de 2018; un mes después de las elecciones. Cabe preguntarnos si el próximo gobierno lo suscribirá sin más. El reto mayor es sin duda su puesta en marcha si sobrevive al cambio sexenal; lo que implica una importante erogación de recursos, a nivel federal y estatal, y una pronta y efectiva capacitación a los encargados de hacerla realidad: los maestros.

Entonces, ¿estamos frente a una revolución educativa? En el papel ya están el planteamiento para el cambio y una ruta de implementación, con actividades y metas específicas. Pero falta operarlo y, sobre todo, que se suscriba en la próxima administración, con recursos, tiempo, voluntad y compromiso para que se concreten las acciones propuestas. ¿Esto es posible? ¿Lo suscribirá el nuevo gobierno? ¿Cuándo?, ¿señalará que es necesario elaborar una ruta mejor? Es necesario que la sociedad civil organizada, la academia y el Poder Legislativo trabajemos juntos para monitorear los avances en el cumplimiento de los compromisos y metas enmarcados en el NME y sus posteriores reconfiguraciones.

Fuente: http://www.excelsior.com.mx/opinion/opinion-del-experto-nacional/2017/03/31/1155128

Imagen: http://noticieros.televisa.com/wp-content/uploads/2017/03/modelo-educativo-aurelio-nuno.jpg

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¿Se acerca el fin de la educación pública en Estados Unidos?

América del Norte/ Estado Unidos/11  Febrero 2017/Autor: Oscar Ojeda/Fuente: rfi

Betsy DeVos, la nueva secretaria de Educación de Estados Unidos, no cree en la relación Estado-Educación, y mira al sistema particular subvencionado chileno como el nuevo camino para los estudiantes norteamericanos.

El histórico voto del presidente del Senado de Estados Unidos, Mike Pence, quebró el empate para convertir a Betsy DeVos en la nueva secretaria de Educación de Estados Unidos. Tildada de poco calificada por los demócratas, no tiene experiencia laboral ni educacional en ninguna organización pública.

Betsy Devos, de 49 años, es una republicana evangélica, que cuenta con el patrimonio más abultado del gabinete de Trump, con 4.800 millones de euros según Forbes. Su fortuna está compuesta por la herencia de la empresa Prince, compañía de su padre, y la empresa multinacional de Amway de su marido, Dick DeVos.

La presidenta de los republicanos en estado Michigan aportó con 17 millones de dólares a las candidaturas electorales de algunos senadores de sus partidos. Su gran influencia en su Estado le ha permitido avanzar con sus ideas de “desvincular el gobierno de la educación de los niños”, donde logró que el 80% de los establecimientos educativos funcionen con el sistema chárter.

El modelo chárter permite que comunidades privadas creen sus establecimientos educativos, con pocas regulaciones gubernamentales. Los padres pueden escoger el establecimiento de sus hijos, recibiendo un “voucher” del Estado, que les entrega el dinero directamente para la colegiatura de sus hijos.

Para los defensores de este sistema permite que los padres puedan decidir y los alumnos no tengan que necesariamente asistir al colegio que les correspondería según su código postal. Para DeVos permitiría una mayor competencia en el sistema de la calidad de la adecuación, y además “mayor control local, más atención a padres; estudiantes y maestros”.

Pero las escuelas chárter no son algo nuevo, ya que este sistema en Chile cuenta con más de 35 a nivel nacional. El ejemplo de DeVos, según un reportaje de The New York Times, muestra cifras alarmantes: en 1981, un 78% alumnos asistía a establecimientos públicos; en 1981, sólo un 39% lo hacían en 2013.

Las complejidades del caso de los establecimientos particulares subvencionados chilenos han creado una brecha que ha afectado directamente el presupuesto de los establecimientos públicos, donde hay carencia de infraestructura, revelado por el hacinamiento de los estudiantes en las aulas y la falta del uso de nuevas tecnologías. También un impacto en el salario de los profesores.

Los detractores norteamericanos de este modelo señalan que fue una idea implementada por la gestión Obama, pero que no dio resultados favorables. Porque a la falta de regulación del Estado, se produce un derroche de dinero donde las instituciones privadas tienen ganancias excesivas. Incluso señalan que acentúa las desigualdades educativas.

Donald Trump asegura que DeVos será “la reformadora del sistema educativo de Estado Unidos”. La misión de Betsy DeVos se viene compleja, considerando que la deuda de los alumnos norteamericanos actualmente supera los 940.000 millones de euros.

fuente:http://es.rfi.fr/americas/20170209-se-acerca-el-fin-de-la-educacion-publica-en-estado-unidos

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La preocupante realidad educativa.

Por: Cesar Calvar.

Estancada. Así está España en materia educativa, según corrobora el último informe PISA. El estudio de la OCDE que mide la eficacia de los sistemas formativos de más de 70 países a partir de pruebas realizadas a alumnos de 15 y 16 años en ciencias, matemáticas y comprensión lectora, constata que llevamos quince años de viaje a ninguna parte a pesar de las tres reformas y contrarreformas legales impulsadas en ese período. O quizá por culpa de ellas.

Un año más, el informe dibuja un país incapaz de alcanzar los 500 puntos consensuados como la frontera que separa a los estados que salvan la cara de los que enrojecen de vergüenza cuando se publican los resultados. Se mire como se mire, en educación no tenemos consuelo posible, ni siquiera podemos decir aquello de menos mal que nos queda Portugal: nuestros vecinos estaban peor que nosotros cuando empezaron a participar en el estudio, pero desde entonces han registrado una espectacular mejora de treinta puntos y ya nos superan en las tres materias a examen. Aquí, seguimos repitiendo curso.

En estos tres lustros nuestros políticos han intentado dulcificar las malas notas con pretextos tan peregrinos como echar la culpa al creciente número de alumnos inmigrantes -una realidad que afecta por igual a todos los países desarrollados- o a la presencia de repetidores entre los examinados. Esta vez, sin embargo, hemos asistido a una sorprendente exhibición de triunfalismo del ministro de Educación, que consideró el resultado “muy satisfactorio” porque España, dijo, “rompe la brecha educativa y se sitúa por primera vez en la historia al nivel de los países más avanzados”.

Lo que no nos contó el ministro es que en realidad España sigue, con 493 puntos, anclada en sus niveles de siempre y si esta vez supera la media de la OCDE y se codea en el ranking con Estados Unidos, Francia, Rusia, Austria, Noruega o la República Checa no es por mérito propio sino porque la media de esos países ha empeorado. La autocomplacencia de Íñigo Méndez de Vigo me recuerda a la de un amigo mío cincuentón que cuando sale a ligar vuelve muy feliz porque la mayoría de los hombres que hace 30 años eran guapos y populares entre las chicas hoy están calvos, pesan más de cien kilos y no se comen una rosca. Y claro, cuando la calidad de la competencia baja el que ha mantenido el tipo aumenta sus posibilidades.

El informe PISA publicado el martes, en coincidencia con la también autocomplaciente fiesta de la Constitución, constata otras dos realidades preocupantes que los expertos deberán analizar para diseñar nuestro enésimo modelo educativo del futuro: por un lado, la brecha educativa que se ha abierto en España entre comunidades autónomas, equivalente a casi un curso y medio entre las que salen mejor y peor paradas. Por otro, que a nivel global hay una serie de países de Asia que ya nos superan a los europeos en la formación de las nuevas generaciones.

A escala doméstica me parece un error buscar el origen de la desigualdad educativa en el color político de los gobiernos autonómicos. Los resultados sugieren que las diferencias entre regiones tienen más que ver con la situación geográfica y la renta per cápita: salvo en el extraño caso del País Vasco, la actual brecha educativa interior es también una ruptura entre norte y sur, entre ricos y pobres. Consensuar un modelo de calidad que garantice una mayor equidad en la asignación de fondos para formar a todos nuestros jóvenes independientemente de donde residan es el principal desafío para un país que, a falta de riquezas naturales, tiene como principal recurso a su gente.

Y en relación con los campeones asiáticos, no se equivoquen: Singapur, Japón y Corea del Sur lideran ahora los índices, pero sus modelos educativos autoritarios y semiprivados, basados en jornadas interminables de diez y doce horas que agotan y roban la infancia a los niños, no son mejores que el sistema público deFinlandia, el gran referente europeo, donde los escolares van a clase cuatro horas al día, apenas hay deberes, la base del aprendizaje es lúdica, inclusiva, participativa y democrática, los profesores están bien formados y pagados, disponen de buenos medios y gozan de gran prestigio social. Ojo pues con lo que imitamos a la hora de reformar. No conviene caer en enfoques cortoplacistas que pueden retrotraernos a fórmulas pasadas y empeorar la vida de nuestros niños.

Fuente: http://www.estrelladigital.es/opinion/cesar-calvar/preocupante-realidad-educativa/20161208183831307021.html

Imagen: http://cdn01.ib.infobae.com/adjuntos/162/imagenes/014/557/0014557566.jpg

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Este es el modelo educativo que seduce a todo el mundo.

El docente Mike Thiruman cuenta cómo construyó Singapur uno de los sistemas educativos más exitosos.

Por: Sonia Perilla Santamaria.

En cinco décadas apenas, Singapur pasó de ser una de las naciones más pobres y subdesarrolladas del planeta a una próspera, industrializada y moderna, cuyo exitoso modelo educativo es, sin exagerar, la envidia de todo el mundo.
Desde hace años, sus estudiantes brillan en los primeros puestos de las pruebas internacionales de educación más exigentes, como las Pisa, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), en las que Colombia y los países latinoamericanos que hacen parte del organismo siguen mostrando pobres resultados.

Precisamente, a la decisión de ese país de apostarle, desde su independencia, en 1965, todo su futuro a la educación de la población, se debe a que hoy sea considerada una nación de avanzada y con bajos niveles de corrupción. No es gratuito que países como Colombia se interesen en su experiencia y busquen reproducirla de algún modo.

Para hablar del modelo educativo de su país, Mike Thiruman, psicólogo y presidente del Sindicato de Maestros de Singapur, vino recientemente a Colombia, donde participó en el Tercer Congreso para Directivos de Santillana.
Este hombre, de 47 años y que empezó su vida profesional como maestro de primaria, fue invitado por el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, a formar parte del Grupo Técnico Asesor de la Iniciativa Global de Educación.

¿Cómo describiría el proceso que transformó la educación en Singapur en una de las mejores del mundo?

Pasamos por cuatro fases: una primera, de supervivencia; la segunda fue de eficiencia; la tercera, de formación de habilidades; y ahora estamos en la cuarta: los estudiantes y la educación en valores, incluido el desarrollo del talento de los estudiantes.

¿A qué se refiere con supervivencia?

Cuando logramos nuestra independencia, nos enfocamos en sobrevivir; no tenemos ningún recurso natural importante, y somos una población diversa y multilingüe. Fue una etapa difícil, que se prolongó hasta 1978; en ese periodo nacionalizamos el sistema educativo, y aunque el inglés no es nuestra lengua nativa, decidimos que sería el idioma de instrucción para los estudiantes. También construimos un currículo nacional, enfocado en ciencias y matemáticas. En 1978 hicimos una revisión del sistema educativo, con miras a lograr que los jóvenes permanecieran en la escuela.

¿Tuvieron problemas de deserción?

En esa primera etapa del país la economía estaba saliendo a flote, lo cual abrió muchas plazas de trabajo; no pocos estudiantes decidieron salir de los colegios para vincularse a las empresas, y eso en el largo plazo no era bueno para Singapur, pues no tenían las habilidades necesarias. Buscamos que cada niño estuviera enrolado en el sistema educativo al menos diez años, para que pudiera adquirir competencias básicas en comunicación y numéricas, esenciales para cualquiera trabajo. En 1994 volvimos a analizar el sistema; ya nos habíamos consolidado como nación, ahora podíamos tomar el riesgo de ser un poco más creativos. Seguimos enfocados en habilidades comunicativas y matemáticas, pero nos propusimos promover el desarrollo de la habilidad, del talento, de cada estudiante. Eso nos tomó hasta el 2006, más o menos…

¿Qué vino luego?

Nos dimos cuenta de que el mundo estaba cambiando con la tecnología, la globalización, y el mundo se volvía cada vez más pequeño. Nos planteamos cómo preparar a los estudiantes para competir en un mundo con esas condiciones, y coincidimos en que requerían una serie de habilidades para sobrevivir y ser exitosos en la vida, como las comunicativas, la creatividad, el pensamiento crítico, la curiosidad, la adaptabilidad. Eso es mucho más complicado de enseñar que un contenido; toma mucho tiempo desarrollar estas habilidades.

¿Qué papel cumplieron los profesores en todo ese proceso?

Sin importar qué tan bueno es el sistema educativo o qué tan avanzada es la tecnología, lo importante para todos nosotros siguen siendo las personas. Nos aseguramos de reclutar para nuestro equipo a personas muy competentes como docentes. El secreto del éxito de la educación de Singapur son los maestros. Punto.

¿Qué tipo de estudiantes, de ciudadanos, está formando Singapur?

La idea es que tras 12 años de colegio cada estudiante se convierta en una persona que contribuya activamente a la sociedad, en un ser humano confiable, autónomo y un ciudadano preocupado. Un contribuyente activo piensa en los demás, comparte lo que tiene, siempre.

¿Y qué buscan en los docentes de Singapur?

Para nosotros, los maestros son como un diamante, piedras preciosas con ciertas características importantes: en el centro está la ética en la educación y alrededor, la capacidad de hacer aprendizaje colaborativo, de transformar y transformarse, de ser un líder y un gestor de la sociedad y un profesional competente. Estas son las características de nuestros profesores. Si consideramos que son una gema, los valoramos, los cuidamos y estamos pendientes de que brillen en todo momento.

¿Qué clase de docentes necesita un país como Colombia para transformar la educación?

Necesita a los mejores. En Singapur sufrimos un poco el tema de los docentes cuando la economía estaba ya bien, pues el sector privado pagaba más que el público, y los buenos profesores emigraban para allá; la calidad en el sector oficial bajaba y los sueldos de sus maestros, también. Había que romper ese círculo. El reto de que las personas mejor preparadas sean maestros no es solo nuestro, es mundial. Ante eso teníamos que ser sensibles políticamente hablando, y aunque eso es difícil económicamente, les subimos los salarios a los docentes. Al tiempo, construimos un currículo para que los profesores que no estuvieran en el nivel alto que queríamos pudieran desarrollarlo en las aulas, en un estándar esperado.

El incremento salarial fue para todos, incluidos los maestros que no estaban en un buen nivel…

Sí. A esos docentes en particular, el Ministerio de Educación les dio mucho apoyo en materia de capacitación y entrenamiento, mientras íbamos reclutando a las mejores personas. El salario se les subió a todos, porque no podía haber disparidades si prestaban el mismo servicio. Tomó cuatro o cinco años, más o menos, hasta que cambió también la mentalidad de las personas que hacían parte de ese sistema. Luego, los padres también entraron en esa onda de que si el docente es bueno, invierto, pago. Y solamente eso se produce por el éxito que se evidencia en puntos de referencia internacionales, como las pruebas Pisa.

¿Los papás pagan? ¿Es pública, privada o mixta la educación en su país?

Desde el primer grado hasta el 12, todos los colegios son públicos y financiados por el Estado, y tanto los profesores como los directivos docentes son seleccionados por el Gobierno. Los padres de familia sí pagan un aporte, solo porque queremos que sientan que se les da valor a lo que están recibiendo. Muchas veces, cuando las cosas son completamente gratuitas, la gente no les da el debido valor.

¿Cómo lograr que las prácticas de aula sean atractivas y motivadoras y no aburran a los estudiantes?

Eso no solo pasa solo en Colombia, también es un fenómeno global. Mientras los espacios de trabajo se han transformado y adecuado a los cambios del mundo, los salones de clase siguen siendo los mismos. En general, los profesores no sabemos qué hay afuera; y si eso pasa, pues sigo haciendo lo mismo todo el tiempo. Tiende a pensarse que si tengo un trabajo que funciona, ¿por qué cambiar? Hay que entender que si el mundo se ha transformado, tenemos que cambiar el modo en que enseñamos, el cómo.

¿Qué sugiere a los docentes?

Partir del hecho de que quien más debe trabajar en el aula no es el profesor, sino el estudiante; su función no es acaparar todo el conocimiento y dárselo digerido al alumno. A los niños hay que enseñarles a resolver problemas de manera creativa, distinto a como lo hacen las demás personas. Hay que motivar eso en la clase recurriendo a imágenes, fotos, tecnología, contarles algo y pedirles que lo interpreten…

¿Qué características debería buscar Colombia en aquellos que aspiran a convertir en docentes?

Dos cosas: pasión por los estudiantes y por enseñarles y valorar al ser humano, y pasión por la asignatura, por la disciplina que imparte. Eso debe sentirse para proyectarse. Ese par de cosas no se pueden enseñar. Se tienen o no se tienen.

¿Cómo motivar a miles de profesores que ya hacen parte del sistema educativo pero carecen de esas características?

Colombia ya está revisando currículos, textos y estándares de aprendizaje. Lo primero que hay que hacer es establecer esos estándares. Si tengo que llegar allá, algunos pueden ir corriendo y otros, no; hay que ayudarlos en ese proceso con recursos digitales, guías para profesores, textos, y enseñarles a enseñar con creatividad cada asignatura. Hacerlo tan sencillo que cualquier maestro pueda incorporarlo a su práctica de aula. Cuando el docente ve que va siendo exitoso, se motiva, confía en lo que es capaz de hacer. Hay que asegurarse de que hagan un entrenamiento exitoso.

¿Cree que Colombia va por buen camino?

En la última década, el acceso a la educación ha aumentado de manera significativa en Colombia, y eso es muy bueno; ahora hay que mejorar la calidad de ese acceso, y en eso trabaja el Ministerio de Educación, en materia de textos, currículos, estándares, evaluación continua y entrenamiento docente. Esa es la forma de avanzar. Una vez que se hayan establecido los estándares, es más fácil seguir en este proceso de mejoramiento. Colectivamente, todos los colombianos deben enfocarse en esa meta; sé que hay interés de la sociedad. La idea está. Es un buen punto de partida. Definitivamente, debe ser la prioridad. La economía, la cultura, la unidad de los ciudadanos dependen de la educación.

¿Algún mensaje para los maestros colombianos?

La educación es buscar la verdad, es un concepto socrático. Así es como los profesores debemos vernos. Tengo que sentir que soy un maestro, y no por cuánto me paguen o por las condiciones que me rodeen, sino por quién soy yo. Entender que la docencia está en mi ADN, que mi trabajo no es transmitir conocimientos sino abrir la mente de los niños y los jóvenes y moldear estos destinos que estoy formando en el aula. Si nos concebimos a nosotros mismos como docentes que somos, no necesitamos más arandelas para motivarnos. Eso lo ve la gente, eso lo respeta la gente.

Fuente: http://www.eltiempo.com/estilo-de-vida/educacion/entrevista-con-mike-thiruman-docente-de-singapur/16706184

Imagen: http://www.eltiempo.com/contenido/estilo-de-vida/educacion/IMAGEN/IMAGEN-16706331-2.jpg

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