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Conozca el modelo educativo que trae IBM a Colombia

América del sur/Argentina/06 Diciembre 2018/Fuente: El tiempo

La compañía busca moldear trabajadores intelectualmente curiosos y profesionalmente exitosos.

La multinacional estadounidense IBM trae a Colombia un modelo educativo que busca formar jóvenes para la cuarta revolución industrial. La idea, según la compañía, es «ayudar a cerrar la brecha de habilidades y apoyar la educación en el país«.

«El modelo, llamado P-Tech, se enfoca en la educación secundaria y superior. La idea es que el estudiante se puede orientar en carreras de industrias crecientes. Esto parte de la premisa de que muchos trabajos de ahora y del futuro, no necesitan de una lista de títulos, lo que se requiere son talentos específicos y competencias que permitan al joven ingresar al mercado laboral como empleado o emprendedor«, señaló Jesús Tabares, gerente de programas de ciudadanía corporativa zona Andina de IBM.

Tabares dijo que «una persona que es programador no necesariamente necesita de un título especial, sino de habilidades técnicas y ocupacionales, como por ejemplo la tolerancia a la frustración por un código que no funciona».

En ese sentido, el modelo pretender moldear trabajadores intelectualmente curiosos, profesionalmente exitosos, capacitados y de conocimiento adaptable para trabajos competitivos en el rápido crecimiento de las industrias.

Para ejecutar el modelo educativo, IBM se alió con la Secretaría de Educación Distrital y el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA). Según Tabares, P-Tech comenzará a funcionar en 2019 y estará disponible, en principio, en dos colegios de Bogotá.

«Gerardo Paredes y Gimnasio Sabio Caldas serán las primeras instituciones en acoger este sistema. El primer colegio se asociará con IBM, mientras que el segundo trabajará de la mano con el Consejo de Empresas Americanas en Colombia (CEA)», añadió.

Colombia es el primer país de América Latina en anunciar el lanzamiento de P-tech, uniéndose a otros países del mundo, incluidos Estados Unidos, Marruecos, Australia, Taiwán, Singapur, Corea del Sur e Irlanda.

Fuente: https://www.eltiempo.com/vida/educacion/ibm-lanza-un-modelo-educativo-en-colombia-301002

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Un modelo proactivo para trabajar la convivencia

Por: Pedro Uruñuela

Fomentar la prevención y la inclusión de todo el alumnado, desde un enfoque sistémico, compartiendo la responsabilidad de lo que sucede, promoviendo en todo momento la capacitación y no el control del alumnado.

La semana pasada tuve la oportunidad de participar en uno de los cursos de formación de directores y directoras para la etapa de Secundaria, dirigido a profesores/as que aspiran a presentarse a la dirección de sus centros. Cuatro horas dan para muy poco pero, apenas iniciado el tema y presentado el enfoque de la sesión, apareció la principal preocupación de quienes asistían, la forma de dar una respuesta adecuada a las conductas disruptivas de determinados alumnos y alumnas, que creaban un mal ambiente en el aula y se traducían en un retraso en los aprendizajes, tanto de estos alumnos/as como del grupo en general. Tema que centró gran parte del tiempo y del trabajo, sin poder profundizar en otras consideraciones.

Así, a la hora de tratar el tema, algunas personas insistían en el refuerzo del poder del profesorado, en el incremento de su capacidad de sanción, el endurecimiento de las normas y las sanciones, etc. Todo ello en la línea de un modelo “reactivo” de respuesta a las situaciones de quiebra de la convivencia una vez producidas y, más en concreto, a las situaciones de indisciplina que se viven en el aula.

Como ya expliqué más detenidamente en un artículo publicado el curso pasado, se trata de un modelo que busca, ante todo, el control del alumnado, que se centra en el grupo de alumnos y alumnas que obstaculizan el trabajo en el aula (en torno a un tercio del total), con olvido del resto del alumnado. Se trata de un modelo ineficaz, ya que sólo tiene en cuenta las conductas visibles y aparentes, con olvido de los factores que permanecen ocultos y que sirven de apoyo a dichas conductas: el propio currículo con su inapropiada selección de contenidos, sus metodologías pasivas y poco participativas, con su forma de evaluación selectiva, etc.; con una organización del centro y del aula muy disfuncional, con escasa coordinación entre el profesorado…

No cabe duda de que vivir esta serie de conductas y hacerlas frente de manera eficaz supone un coste enorme para muchos profesores/as que, en la mayoría de ocasiones, apenas han recibido la preparación necesaria para afrontarlas de una manera adecuada. Necesitan un gran apoyo, formación específica y poder abordar una serie de cambios imprescindibles. No se trata de culparles y responsabilizarles en exclusiva de lo que sucede. Más bien se trata de buscar conjuntamente posibles salidas y de encontrar otras formas de abordar estas relaciones problemáticas.

A lo largo de las discusiones fuimos desmontando los elementos más característicos del modelo reactivo, sus postulados básicos y sus consecuencias, insistiendo en la necesidad de sustituirlo por otro modelo, el “proactivo”: un modelo de actuación que intenta adelantarse a los acontecimientos, llevando a cabo un trabajo importante de prevención para evitar que aparezcan estas situaciones disruptivas, y buscando procesos de reflexión y diálogo en el propio grupo y la colaboración y cooperación de todas las personas presentes en el centro, la comunidad y el entorno.
Prevención e inclusión son los dos grandes principios en los que se basa este modelo proactivo. Ambos buscan el desarrollo e implantación de la convivencia en positivo para evitar que aparezcan los problemas de convivencia. Aunque no existieran las situaciones disruptivas, seguirían teniendo sentido estas acciones y objetivos, ya que buscan el desarrollo de las capacidades necesarias para la convivencia, trabajando las habilidades de pensamiento, emocionales, sociales y éticas que hacen posible establecer unas relaciones positivas entre todos los miembros del centro.

Si lo característico del modelo reactivo era la obsesión por el control del alumnado, en el modelo proactivo lo importante es su opción decidida por las capacidades, habilidades y valores, por la formación para la convivencia. De ahí su trabajo de prevención, que busca evitar que sucedan determinadas conductas y que se concreta en medidas de refuerzo del grupo y del papel de cada persona en el mismo. Cuidar, de manera especial, el inicio del curso, llevar a cabo actividades para un mejor conocimiento de los alumnos y alumnas entre sí y con su profesorado (por ejemplo, llevar a cabo una salida extraescolar para fomentar estas relaciones más informales), revisar las normas vigentes y analizar su adecuación a las características del grupo y del centro, son ejemplo de acciones preventivas, muy útiles para evitar la aparición de conductas disruptivas.

La inclusión es otro de los principios básicos del modelo proactivo. Se trata de no dejar a nadie fuera del proceso educativo, de evitar acciones y sanciones que impliquen la separación de un alumno o alumna concretos, de atender a quienes más lo necesitan, etc. Analizar, por ejemplo, el tipo de correcciones vigentes en el centro y su finalidad concreta (separar o incluir), adoptar como criterio que todas las sanciones que pudieran ser necesarias se cumplan en el centro y no fuera del mismo, investigar y descubrir las muchas acciones que pueden llevarse a cabo sin necesidad de expulsar a nadie del centro o del aula, son trabajos y reflexiones imprescindibles para el desarrollo de este modelo proactivo y de la inclusión como elemento imprescindible del mismo.

Es cierto que, vigente todavía la política de recortes y de incremento de ratios en las aulas, puede resultar más difícil y costoso llevar a la práctica este modelo. Sin embargo, merece la pena intentarlo y adoptar otra forma de abordar estas situaciones de quiebra de la convivencia. A la hora de buscar alternativas a las conductas disruptivas suele ser frecuente centrarse en el alumnado y en los cambios que ellos y ellas deben llevar a cabo. Pero este planteamiento unilateral difícilmente puede ser eficaz. Es preciso tener en cuenta que en el aula hay muy pocas dimensiones independientes, que todas las actividades que se llevan a cabo están entrelazadas y relacionadas unas con otras.

Como señala Rosa Marchena, el aula es “un sistema ecológico enclavado en una compleja estructura de variables interdependientes”, y lo que sucede en ella es responsabilidad de todas las personas, alumnado y profesorado.
En este sistema ecológico complejo es necesario crear condiciones que contemplen cómo actuar ante algunas situaciones de disrupción que se pueden dar aun trabajando la prevención. Una de ellas es contar con una persona adulta referente que pueda escuchar y acompañar al alumno o a la alumna protagonista de una conducta disruptiva. Esta persona referente puede ser el propio tutor o tutora o cualquier otra persona que establezca un vínculo afectivo-efectivo con estos chicos y chicas. Se puede diseñar un breve protocolo que permita a este alumnado ante la posibilidad de que se den, por ejemplo, conductas desafiantes y poco respetuosas con el profesorado y el grupo o al inicio de éstas, ir a hablar con su referente si está disponible, o ir a informar a la persona que se crea adecuada (docente de guardia, personal de consejería, algún miembro del equipo directivo, al profesional de orientación educativa…) que necesita hablar con ella. Promover el autocontrol y la responsabilidad en el alumnado, poner de manifiesto la responsabilidad compartida en el acompañamiento del alumnado con dificultades, las que sean, puede ayudar a dar una respuesta positiva. En algunos centros esta estrategia ya está funcionando.

Fomentar la prevención y la inclusión de todo el alumnado, desde un enfoque sistémico, compartiendo la responsabilidad de lo que sucede, promoviendo en todo momento la capacitación y no el control del alumnado, he aquí las principales características del modelo proactivo que queremos promover.

Optar por y adoptar este modelo implica, a su vez, introducir cambios en relación con el desarrollo de las normas y la aplicación de las correcciones, de la gestión pacífica de los conflictos que, sin duda, van a aparecer, y del desarrollo de las relaciones interpersonales en el aula y en el centro. Implica, entre otras cosas, cambiar nuestro enfoque retributivo de las sanciones, buscando el culpable y que pague por su acción, y sustituirlo por un enfoque restaurativo, centrado en la responsabilización, la reparación y la restauración las relaciones. Supone también reforzar la autoridad en detrimento del poder, como veíamos en el post anterior. Algo que trataremos y reflexionaremos en el próximo artículo.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/convivenciayeducacionenvalores/2018/11/19/un-modelo-proactivo-para-trabajar-la-convivencia/

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“Los pobres de Colombia también deben tener acceso a educación de alta calidad”: Gloria Sepúlveda

Colombia / 7 de octubre de 2018 / Autor: Juan Miguel Hernández Bonilla / Fuente: El Espectador

Así se resume la apuesta pedagógica de Gloria Sepúlveda, rectora del colegio Mercedes Ábrego de Cúcuta. En esta entrevista cuenta como la institución que lidera logró resultados sorprendentes en las pruebas PISA for Schools al superar el promedio de países como Chile, Grecia y Rumania.

¿Cuál es el modelo pedagógico del colegio que usted lidera?

El colegio Mercedes Ábrego, de Cúcuta, basa su quehacer educativo en la pedagogía conceptual desarrollada por la Fundación Merani. Nuestro lema es: “Cada día más alegres, más fraternos, más competentes”.

¿Qué es la pedagogía conceptual y cómo empezaron a implementarla?

El sentido de este método es priorizar la lectura crítica y las habilidades de pensamiento lógico por encima de la memorización y de la educación convencional. Llegué a la rectoría en el año 2008. Desde 2002, las directivas habían construido un PEI que incluía la pedagogía conceptual, pero nadie sabía qué era. Ni los profesores ni los alumnos se habían apropiado del modelo. Me contacté con la Fundación Merani y empezamos a trabajar. Esta metodología tiene dos ventajas que identifiqué desde el principio: la primera es que fue creada por colombianos. La segunda, que aterriza la teoría abstracta a las prácticas de las aulas de clase. Eso me enamoró y dije: por aquí es.

Acaban de salir los resultados de las pruebas PISA for Schools. ¿Cómo le fue al colegio Mercedes Ábrego?

Estamos maravillados con los resultados. Ha sido un proceso interesantísimo. El año pasado estábamos en pleno paro del magisterio, en mayo de 2017, luchando para que haya más presupuesto para la educación en Colombia, cuando nos dijeron que habíamos sido seleccionados para presentar las pruebas. Nos tocó convocar a los alumnos de 15 años y lo hicimos por redes sociales, mensajes a los padres de familia, visitas puerta a puerta. Nos reunimos con ellos y les dijimos: tenemos que sacar la cara por Colombia. Y lo logramos. Quedamos al nivel de Israel y Hungría, muy por encima de Chile, Argentina y Brasil, y, por supuesto, muy arriba del promedio de nuestro país. Es más, estuvimos muy cerquita de España y Francia. Todo esto con pedagogía conceptual.

¿Qué ha sido lo más difícil de aplicar esta metodología?

Para nosotros, lo más difícil ha sido convencer a los padres de la compra del libro. Somos un colegio público en una ciudad muy complicada, con 3.500 estudiantes, en su mayoría de estratos 1 y 2, y 120 profesores. En un principio, la pedagogía conceptual es un programa diseñado para colegios privados, con pocos estudiantes. Sin embargo, poco a poco les hemos demostrado que sí funciona. Ahí están los resultados.

¿Usted cree que la pedagogía conceptual es una buena forma de cerrar las brechas en la educación?

Si. Tengo una creencia profunda de que los muchachos pobres y de clase media de Colombia también pueden y deben tener acceso a la educación de alta calidad.

¿Qué otro factor ha influido en los buenos resultados?

El trabajo en equipo entre padres, profesores y estudiantes. El colegio ha sido tradicionalmente un buen colegio. Los padres de familia todavía tienen el interés y la convicción de que la educación puede generar movilidad social para sus hijos. Los alumnos, por su parte, son muy comprometidos, muy formales, muy juiciosos. Los docentes son mediadores y los dirigentes representan una figura de autoridad importante.

Fuente de la Entrevista:

https://www.elespectador.com/noticias/educacion/los-pobres-de-colombia-tambien-deben-tener-acceso-educacion-de-alta-calidad-articulo-803085

 ove/mahv
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Home schooling: la tendencia que valida la educación en casa

Estados Unidos – México / 7 de octubre de 2018 / Autor: Diego Rammsy / Fuente: Publimetro

La educación en casa ha cobrado fuerza en algunos países, como Estados Unidos. Gracias a las herramientas digitales, es más fácil acceder a los contenidos educativos y monitorear las materias de estudio de forma autónoma

La educación tradicional para muchas familias es la única alternativa para sus hijos. Es más, hay muchos padres que ni siquiera cuestionan este tema, dando por hecho que es la opción correcta para todos los niños.

Sin embargo, hay una tendencia que ha llevado a varias familias a buscar una manera diferente de educar a sus hijos.

Ya sea por problemas de adaptación, motivación o del desgaste del mismo sistema educativo, algunos han optado por la educación en casa o  home schooling, una tendencia que ha ido cobrando importancia a la par con el desarrollo de las herramientas tecnológicas que, al servicio de la educación, permiten que sea posible.

ESTADOS UNIDOS, LOS PIONEROS

El home schooling comenzó a manifestarse en el vecino del norte a comienzos del siglo XXI.

Para el año 2012 ya el Departamento de Educación de EU estimaba en más de un millón 800 mil estudiantes los que se sumaban a este sistema y actualmente la cifra ha aumentado a dos millones, lo que representa a un 3.4% de los estudiantes de Estados Unidos.

Entre los motivos que los padres tienen para adoptar este camino, un estudio del Departamento de Educación reveló tres principales razones: “proveerles instrucción moral y religiosa” fue la primera (35%), “preocupación por el entorno escolar” (21%), y en tercer lugar “por insatisfacción con el sistema y la enseñanza académica” (17%).

MÉXICO Y LA EDUCACIÓN EL MUNDO

Si bien la educación en casa es posible y legal en algunas partes, en otras se encuentra en un vacío legal, y en algunas está prohibida por ley.

Por ejemplo, en países como Brasil, fue desconocida como una forma legítima de educación en 1990, sin embargo, un movimiento llamado Asociación Nacional de Educación en Casa (Associação Nacional de Educação Domiciliar), desde 2010 lucha por abrir mejores condiciones y legalizar este modelo educativo.

Canadá, en cambio, destaca por tener un marco legal que respalda el home schooling y quizás sea uno de los países donde mayor respaldo tiene. Y uno de los programas de estudios más reconocidos y usados en ese país es Distributed Learning.

En México no está prohibido pero los padres que deciden tomar este camino deben enfrentar ciertas problemáticas. Partiendo porque es una práctica a veces socialmente incomprendida.

Afortunadamente, con los programas de la Secretaría de Educación Pública disponibles, es posible tener las materias a mano y gracias a plataformas de monitoreo como Khan Academy, y lecciones en línea, la tarea cada día es más amable.

Educación en casaDreamstime

Cómo certificar los niveles de estudio en México

Para validar ante instancias oficiales los conocimientos aprendidos en casa, algunas familias mexicanas se están apoyando en los exámenes que realiza el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA), instancia por la cual es posible certificar los niveles de primaria y secundaria.

Para preparatoria es posible apoyarse en los exámenes que realiza el Centro Nacional de Evaluación para la Educación Superior (Ceneval).

Fuente de la Noticia:

https://www.publimetro.com.mx/mx/plus/2018/07/29/home-schooling-educacion-casa.html

ove/mahv

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La educación bajo la lupa de un científico atípico: Reflexiones de John Warner, un músico que se dedicó a la ciencia

Estados Unidos – Colombia / 7 de octubre de 2018 / Autor: Análisis Universidad EAN / Fuente: El Tiempo

Si bien John Warner viaja por el mundo difundiendo el concepto de química verde, no suele presentarse como químico sino como un “diseñador de moléculas”. Así es él: un verdadero profesor, que aborda los temas sin complejidad ni arandelas, pero sí con una profundidad que soporta en metáforas y anécdotas.

Este científico, músico e inventor llegó a Colombia invitado por la Universidad EAN, la primera en Latinoamérica en firmar el compromiso con la química verde, al que también están adscritas 50 universidades de Canadá y Estados Unidos.

Con su calidez característica, no solo instó a la industria a reflexionar sobre la importancia de crear productos no tóxicos, sino que se refirió al modelo educativo mundial y sus falencias.

La palabra “química” está usualmente asociada a lo tóxico y dañino. ¿Cómo derribar ese mito y asociarla con un concepto de sostenibilidad?

Cuando voy a una fiesta y digo que soy un químico, la gente se escandaliza, así que yo prefiero presentarme como un “diseñador de moléculas”. Creo que ese rechazo sucede porque no hay un entendimiento verdadero de esta ciencia. No solo se asocia con toxicidad, sino que muchos tuvieron experiencias negativas en su paso por el colegio con esta materia.

Es muy importante que la gente entienda que todo es química. Nuestra piel es química, nuestro pelo es química… todos los compuestos son química. Entonces, no todos los químicos son malos.

Todo empieza por la educación. ¿Qué deben hacer las universidades colombianas para empezar a trabajar en esa dirección?

Yo tengo una organización sin ánimo de lucro llamada Beyond Benign, que lleva más de 15 años trabajando con los departamentos y facultades de química de varias universidades. La idea es crear una red de colaboración entre las instituciones educativas que están implementando los principios de la química verde para que puedan comunicarse entre ellas y expandir sus saberes. La mayoría de universidades que pertenecen a esta red son de Canadá y Estados Unidos; sin embargo, la Universidad EAN es la primera de América Latina en firmar el compromiso con la química verde.

¿Cómo entender la química verde desde la vida cotidiana?

Uno de los problemas de la química es el ego del ser humano. Nosotros creemos que podemos controlar y dominar la naturaleza e inventar tecnologías mejores que la misma naturaleza. Nada más alejado de la realidad. Mientras los humanos acuden a la antropía, la naturaleza es pura entropía.

La entropía es la forma como suceden las cosas de manera natural, en tanto la antropía necesita una inyección de energía externa para generar un cambio y modificar las reacciones de las moléculas. Para producir algo, las industrias emplean fuentes de energía externas; deberían emular más a la naturaleza y su forma de producción para reducir los niveles de toxicidad.

Usted también se refiere a la entropía como caos, pero el caos se asocia con desorden. ¿Cómo puede ser esto positivo?

El caos es hermoso y yo lo asocio con diversidad. De hecho, la naturaleza no esconde su deseo por el caos. La verdadera razón por la cual nos reproducimos y tenemos hijos es para ser más caóticos y seguir aumentando la diversidad. Pelear con esa naturaleza hace que creemos sustancias tóxicas que no son naturales.

Por ejemplo, a lo largo de la historia la educación occidental ha intentado poner todos sus contenidos en pequeñas cajas separadas, sin darse cuenta de que al hacerlo nos estamos alejando de la entropía y su complejidad, que justamente es sinónimo de interconexión y sistema.

¿Por ese mismo dinamismo, un músico como usted terminó siendo científico?

Sigo siendo un músico, pero ahora soy un compositor de moléculas. Cuando tenía 15 años descubrí que lo que me gustaba de la música era que se parecía mucho a lo que hacían los científicos. La música es innovadora, es cercana a la creatividad, y así concibo yo la química. Muchas personas que se dedican a la ciencia no la ven como un proceso creativo y por eso la enseñan de manera rígida y acartonada. Para mí es innovación pura y me encanta.

La ausencia de innovación y el castigo al error son los problemas más grandes de la educación…

Absolutamente. Si bien yo creo que para ser un excelente músico de jazz se requieren estudios en música clásica y que para ser experto en química se necesitan los fundamentos y postulados base, el problema es que nos apoyamos completamente en el conocimiento enciclopédico y no pensamos de manera crítica ni abrimos posibilidades.

Los humanos siempre nos hemos sentido atraídos por todo lo que podamos medir y calificar y las instituciones académicas han reforzado este tipo de pensamiento. Y resulta que una niña de 4 años, por ejemplo, es 100% intuitiva porque no tiene conocimiento enciclopédico. Ella cree que puede hacer cualquier cosa y lo logra. Sin embargo, cuando entra al sistema escolar y universitario esa creatividad se va perdiendo hasta llegar a cero.

Lo paradójico es que ahora colegios y universidades se han lanzado a enseñar innovación y creatividad, pero resulta que eso no es algo medible. Es ridículo sacarle una métrica a la creatividad. La creatividad es algo natural de las personas y hay que fomentarla desde el principio, no matarla para luego enseñarla.

El fallecimiento de su hijo fue un hecho trascendental en su vida. ¿Tuvo algún efecto en su visión científica?

La angustia de haber perdido un hijo fue algo terrible, pero a la vez una luz porque me cambió para siempre. Cuando empecé a trabajar en el concepto de química verde, lo vi bajo una perspectiva empresarial y del conocimiento, pero la partida de mi hijo me hizo ver el componente humano de lo que estaba a punto de crear.

Usted también es un inventor ¿Cuál es la creación que recuerda con más cariño?

El producto que desarrollé para restaurar naturalmente el color del cabello. Se llama Hairprint y es muy significativo porque no solo lleva felicidad y levanta la autoestima de millones de personas, sino que les devuelve la vida a enfermos de cáncer que habían perdido la posibilidad de restaurar su pelo porque en el mercado solo existen productos tóxicos que afectan su salud.

Otro muy importante es el asfalto sostenible, que no es contaminante ni deja de ser rentable. También he creado tratamientos para tratar la diabetes, el Alzheimer y algunos tipos de cáncer, pero con el tiempo me he dado cuenta de que esas enfermedades son causadas por la toxicidad del medio ambiente que nosotros mismos contaminamos. Por eso, si todos aplicáramos la química verde, el ambiente no estaría cargado de esas toxinas y las enfermedades desaparecerían.

¿Cómo puede ayudar la química verde a Colombia, que basa su economía en la industria extractiva?

Inventar nuevos productos y tecnologías no tiene que ser considerado como una amenaza para las industrias tradicionales. No se trata de una competencia. Al contrario, lo que hay que hacer es trabajar de manera colaborativa. De hecho, las grandes industrias no le temen a la química verde porque saben que pueden crecer gracias a los nuevos conocimientos que se pueden desarrollar. En el caso de la industria de los hidrocarburos lo que se podría hacer con la química verde es desarrollar procesos de sostenibilidad para reducir los impactos que le estamos generando al planeta.

Ha conocido poco de Colombia, pero ¿cuál cree que sea el potencial de nuestra gente y de las industrias?

Llevo pocos días en Colombia y no creo que pueda dar una opinión completa sobre el país. Por supuesto, el talento de su gente es lo más destacable y, por lo mismo, quiero invertir mi tiempo en conocer y capacitar a la gente que quiera hacer esto más grande. La Universidad EAN, por ejemplo, ya se vinculó a este proceso y va a aplicar los principios de la química verde, así que me siento muy complacido de acompañar a esta institución en este camino de descubrimientos.

Fuente de la Entrevista:

https://www.eltiempo.com/vida/educacion/trabas-del-modelo-educativo-bajo-la-lupa-de-un-cientifico-atipico-275676

ove/mahv

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Inger Enkvist: «Se necesitan maestros con más autoridad que no acepten perder el tiempo en tonterías en el aula»

Suecia / 07 de octubre de 2018 / Autor: Maximiliano Fernández / Fuente: Infobae

La prestigiosa pedagoga e investigadora sueca habló con Infobae sobre los desafíos educativos de Argentina y la nueva pedagogía. «Dar autonomía al estudiante se suele traducir en abandono porque no tienen muy claro qué hacer», dijo

Son épocas en las que se habla y pondera la innovación en el aula. Se habla de la tecnología aplicada para mejorar los aprendizajes, de trayectos personalizados, de que los alumnos no deben aprender lo mismo. Se repite que ya no tiene sentido memorizar, que para qué aprender de memoria las capitales o las tablas de multiplicar si para eso está Google. Se habla también de que el alumno necesita autonomía.

En ese contexto, Inger Enkvist, una de las más prestigiosas pedagogas, escritoras, investigadoras, catedráticas suecas sostiene volver a las bases de una pedagogía más tradicional, una corriente que empieza a tomar fuerza nuevamente entre los académicos.

En diálogo con Infobae, fue contundente: «No hay ejemplos de que los sistemas que dan mucha ‘autonomía’ a los alumnos sean exitosos ni intelectual ni socialmente – y menos a largo plazo. Los alumnos no logran motivarse a sí mismos más que por un tiempo muy breve y los primeros en cansarse son los que menos apoyo reciben en sus casas».

-¿No comparte la idea de innovación en el aula, muy boga en estos momentos?

-La palabra innovación es tramposa. Lo que queremos es un buen aprendizaje. Si el aprendizaje es novedoso es lo de menos. Con el cuento de la innovación la plata de la educación ha ido a parar a los bolsillos de los «innovadores» y no a la mejora del aprendizaje. ¿De qué innovación estamos hablando si se invirtió tanta plata en la innovación y los resultados están empeorando?

-¿Está de acuerdo con que se debe poner al estudiante en el centro de la enseñanza o es una idea peligrosa?

-Es otro término tramposo, porque por un lado dice algo que es obvio y es que todo en educación es para que el estudiante aprenda. En ese sentido, el alumno está y ha estado siempre en el centro de la educación. La idea de «poner al alumno en el centro de la enseñanza» parece anodina, pero así empieza una fragmentación de la organización de la escuela y de los presupuestos, y empieza a bajar el resultado. Ese es uno de los muchos lemas que circulan en educación no comprobados científicamente.

-¿Qué consecuencias tuvo esa idea?

-Introdujo una serie de nociones no tan positivas como la de decir que cada alumno debe tener su propio currícula, que tiene derecho a adaptaciones y que debe tener derecho a elegir sus tareas y su ritmo de trabajo. En otras palabras, el término se utiliza para quitarle importancia a que el alumno estudie lo que está en el currículo del año. Tendrá un plan de estudio «personalizado». La idea está también asociada a que el profesor debe motivar al alumno. No se dice que es la tarea del alumno estudiar el contenido del año. Uno puede pensar en los países del sureste asiático que lograron resultados magníficos en un tiempo récord. Y no fue tratando a cada alumno de manera diferente.

-Algunos académicos piensan que el modelo finlandés es poco menos que una farsa, que cuando cambiaron empezaron a caer en las pruebas internacionales. ¿Está de acuerdo?

-No es correcto. El modelo existe y es bueno, pero el gobierno finlandés tomó hace unos años decisiones en educación que son desacertadas. Se nota el factor de la «sociedad de bienestar» que hace que los jóvenes estudien algo menos, pero de ninguna manera es una farsa.

(Universidad de Lund)

(Universidad de Lund)

-¿Hasta qué punto es bueno darle autonomía a un estudiante y hasta qué punto es contraproducente?

-La autonomía es un concepto muy vago y no es raro que se traduzca como abandono porque se le deja «libre», sin una idea clara de lo que debe hacer. Los más flojos y los menos interesados en aprender desperdician el tiempo. La autonomía más importante es la que tiene el alumno para aprender en su casa. Tiene total libertad para organizar sus estudios en casa y algunos lo hacen bien y otros no tanto.

-¿Cómo se trabaja con alumnos hiperestimulados por la tecnología?

-Hay que crear en la escuela zonas sin tecnología donde reinen el silencio, la concentración y el enfoque en el aprendizaje intelectual. Crear entusiasmo por el aprendizaje colectivo del grupo y a veces el aprendizaje individual con buenos profesores que abran el mundo del conocimiento. Es enormemente estimulante entender cosas nuevas.

-Hoy se dice que con Google no vale la pena aprender de memoria, pero usted no coincide. ¿Dónde ve el valor de memorizar?

-Porque no hay otro aprendizaje que el del cerebro, es decir de la memoria. La memoria es lo que posibilita nuestro desarrollo intelectual. Sin la memoria seríamos más como los animales. La memoria es nuestra faceta de seres racionales. El concepto mismo de escuela se basa en la idea de lo racional que, a su vez, necesita basarse en los conocimientos adquiridos, guardados en la memoria.

-Los exámenes también empezaron a estar mal vistos. ¿Cómo se debería evaluar a los estudiantes?

-La evaluación es una parte de cómo se enseña, cómo se practica, cómo se organizan las clases. Sí, es útil tener exámenes. Da a todos la misma posibilidad de prepararse. Si hay evaluación continua, supuestamente hay menos estrés, pero también se podría hablar de un estrés continuo. La evaluación continua da más importancia al criterio del profesor, mientras que un examen normalmente es más objetivo. Algo que no se dice lo suficiente es que el valor de un examen depende también de cómo se integra en el resto del trabajo y de la inteligencia con la que se preparan las preguntas.

-Otro tema del que se habla mucho es la integración de las nuevas tecnologías al aula. ¿Le parece que se le da demasiada importancia o que la amerita?

-Lo importante es aprender lenguaje, conocimientos culturales generales y matemática. Si el alumno domina esto, aprende fácilmente tecnología. Si al revés dedica mucho tiempo a las tecnologías, pero no aprende lenguaje y conocimientos generales, no sale a la vida adulta bien preparado. La escuela debe, en primer lugar, preparar al alumno intelectualmente, es decir, formar su cerebro. El riesgo hoy es que se dedique tiempo a actividades que son secundarias.

-¿Qué modelo educativo en el mundo ve hoy como un ejemplo a seguir?

-Es peligroso contestar una pregunta así, porque siempre se puede encontrar algún «pero». En un mismo país puede haber escuelas buenas y menos buenas. Hay buenas escuelas en muchos países, pero tenemos un problema con los políticos que intentan introducir principios que no pertenecen al mundo de la educación. He visto con mis propios ojos buenas escuelas en Finlandia, Estonia, Suiza, Alemania, Estados Unidos. También en Argentina. El problema es cómo convertir lo bueno en lo común.

(EFE)

(EFE)

-El sistema educativo argentino tiene muchos problemas. Solo la mitad se gradúa en tiempo y forma de la secundaria, por ejemplo. ¿Cómo cree que se mejoran los indicadores desde la pedagogía?

-La lista de lo que se debe hacer es larga: mejor enseñanza primaria, mejor formación docente, mantener el orden en las escuelas, itinerarios en la secundaria para que no todos tengan que hacer exactamente lo mismo al mismo ritmo, revisar los currículos que se proponen.

-¿Cómo se logra en los hechos que los estudiantes no hagan lo mismo al mismo tiempo y sigan sus ritmos de aprendizaje?

-Es complejo y hay dos tiempos: la primaria y la secundaria. Para empezar hay que hacer varias cosas a la vez: tener profesores inteligentes y bien preparados, que pueden dar buenas clases y lograr un aprendizaje sólido desde el primer grado. Tener un currículo coherente. Nunca aceptar que se pierda tiempo en tonterías en la escuela. No aceptar que los alumnos no asistan con asiduidad. Cuando los alumnos lleguen a la adolescencia, permitir que elijan itinerarios algo diferentes para poder terminar sus estudios con éxito. Basar la escuela obligatoria en el modelo de «la misma talla para todos» simplemente no corresponde a lo que sabemos sobre los seres humanos.

-¿Qué hace falta para que el país puede salir del estancamiento educativo?

-Si los países del sureste asiático han podido levantarse en pocos años, también podría hacerlo Argentina. Lo que hace falta es más esfuerzo. Sin esfuerzo no se avanza. Una vez, un periodista me replicó que, por razones culturales, el esfuerzo sostenido en el estudio en Argentina no gusta. Mi comentario es que se trata de una elección. Si uno elige no hacer el esfuerzo, uno elige, a la vez, las consecuencias.

-¿Más esfuerzo de los estudiantes, de los maestros o ambos?

-Más esfuerzo de los estudiantes. Reglas de conducta y de rendimiento escolar más claras. Quizá ni siquiera es más esfuerzo sino solo más orden. Es fácil decir que el maestro debe esforzarse más pero también hay que hablar del cansancio del profesor, un cansancio que tiene mucho que ver con que los alumnos no se comportan siempre como alumnos. Se cargan sobre la espalda del profesor todos los problemas sociales, y se espera que el profesor haga también las veces de asistente social y policía. Esto es pedir demasiado al profesor.

-¿Cree que los maestros, en general, ganan poco dinero para la función que cumplen?

-Sí. Los maestros deben venir bien preparados y ganar un sueldo respetable. Nunca se podrá reclutar buenos profesionales si no se les paga adecuadamente. Allí Argentina necesita hacer una reforma. Otros países latinoamericanos se han esforzado más por resolver ese problema.

-Acá los aumentos salariales dependen casi exclusivamente de la antigüedad del maestro en el cargo. No se valoran los resultados académicos, ni la innovación. ¿Cree que se debería modificar?

-Es un asunto controversial. Lo que se podría hacer es establecer un plan de, pongamos, diez años y aumentar paso a paso los salarios para todos los profesores que vayan mejorando sus conocimientos. La idea es que si el profesor tiene más conocimientos, la sociedad va a pensar que está justificado dedicar más plata a pagar a ese profesor, y el profesor probablemente enseñará mejor y con más entusiasmo, ya que ese suele ser el resultado de adquirir más conocimientos. No es seguro que funcione así, pero es bastante probable.

-La brecha educativa en el país es muy grande entre las distintas clases sociales. ¿Cómo se puede achicar en el aula?

-Lo que ya se ha dicho: buenos profesores, pagados adecuadamente. Devolverle la autoridad al profesor en el aula, porque si esto no se hace los jóvenes más idóneos no van a querer ser profesores ni tampoco los alumnos van a aprovechar la inversión que hace la sociedad en educación. Los jóvenes más inteligentes no van a aceptar pasar su vida profesional en unas aulas en las que los chicos pueden comportarse despectivamente. Sin orden y sin exigencias en las aulas, también en los barrios vulnerables, es imposible que disminuya la diferencia en aprendizaje entre las capas sociales.

Fuente de la Entrevista:

https://www.infobae.com/educacion/2018/07/28/inger-enkvist-se-necesitan-maestros-con-mas-autoridad-que-no-acepten-perder-el-tiempo-en-tonterias-en-el-aula/

ove/mahv

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Enseñar a pensar: el ejemplo de una universidad colombiana que cambió su enfoque académico

Por: Semana Educación

Conocimientos, actitudes y habilidades: tres elementos que juntos apuntan a una educación con enfoque de competencias. Una apuesta de la Universidad Cooperativa de Colombia desde hace algunos años.

La educación por competencias pretende que los estudiantes no solo adquieran saberes técnicos sino que “aprendan a aprender”. Esto quiere decir no pensar únicamente en el hacer, sino también en el desarrollo del pensamiento crítico y de habilidades que permeen su vida, de manera que estén preparados para los desafíos del futuro: mayor tecnología, inteligencia artificial, automatización, entre otros.

En este sentido, las instituciones educativas, sobre todo aquellas encargadas de formar técnicos, tecnólogos y profesionales, juegan un papel fundamental. Son ellas las llamadas a educar con un enfoque de competencias que permita a los profesionales del mañana adaptarse a los trabajos del futuro.

La Universidad Cooperativa de Colombia (UCC) lo entendió, y desde 2010 comenzó su transformación. Lo primero que hizo fue unificar los planes de estudio de los 21 programas de pregrado que ofrece en los 16 campus del país. “Para lograrlo, trabajamos con el enfoque de competencias, porque si lo hacíamos trayendo a nuestros académicos para que pensaran los temas que debíamos dictar, nunca se hubieran puesto de acuerdo”, explicó Manuel Unigarro, director Nacional de Gestión de Programas de la institución.

El proceso de Bolonia inspiró el cambio en esta universidad. Este acuerdo, firmado en 1999 por los ministros de Educación de diversos países de Europa, dio inicio a un proceso de convergencia cuyo objetivo era facilitar el intercambio de profesionales y adaptar el contenido de los programas universitarios a las demandas sociales, mejorando su calidad y competitividad.

Y esto fue, en parte, lo que hizo la UCC al unificar sus planes de estudios: dar la posibilidad de que sus estudiantes pudieran moverse por las diferentes sedes. Pero, además, bajo un modelo educativo crítico con enfoque de competencias. “Ha sido una experiencia muy interesante, porque logramos ponernos de acuerdo sobre lo fundamental.

Observamos el asunto internacionalmente para entender qué competencias podíamos incorporar en nuestros planes de estudio y cuáles surgían a raíz del contexto de cada asociación y grupo de las regiones donde trabajábamos”, agrega Unigarro.

Cuando se educa con enfoque de competencias, no solo los planes de estudio necesitan modificación; el sistema de créditos también requiere ajustes. Ese fue el siguiente paso para la universidad. Según Unigarro, entender que estos se dividen en dos aspectos les permitió plantear acciones. “Los créditos están compuestos por las horas de trabajo del estudiante acompañado por el profesor, es decir, la clase normal o magistral y unas horas de trabajo independiente. Por cada hora de clase, el alumno debe tener dos horas de trabajo independiente”, agregó.

En términos porcentuales, se habla de un 33% en el salón con el profesor, y un 66% de trabajo autónomo del estudiante. “Antes solo pensábamos en ese 33%, pero entendimos que el punto esta en la otra parte del tiempo, en ayudársela a gestionar al alumno. Entonces comenzamos a diseñar una serie de estrategias apoyándonos en las aulas extendidas, porque el desarrollo de competencias no se da un aula de clase”, explica Manuel. El aula extendida en la UCC funciona de manera digital. Hay una plataforma llamada Campus Virtual en la que los estudiantes reciben asesorías y aprenden temas diferentes a los que abordan en clase. Un modelo mucho más práctico.

La necesidad de evaluar diferente

Unigarro afirma que si se quiere mejorar la calidad de la educación, necesariamente se debe mejorar la calidad de la enseñanza, y para esto hay que enseñar diferente y evaluar diferente.

Los programas con enfoque de competencias deben trabajar eventos evaluativos de alta complejidad que permitan poner en escena justamente la competencia. “La planeación curricular ha de empezar por determinar las formas de evaluación y los indicadores, es decir, qué debe hacer el alumno para demostrar que cuenta con determinada competencia y, a partir de eso, cambiar la manera de pensar e impactar la educación”, agregó Manuel.

En la enseñanza por competencias se evalúan los tres aspectos que la componen de manera simultánea. El primero de ellos es la parte cognitiva, que hace referencia a la teoría, al conocimiento puro. El segundo, el elemento actitudinal, que no es otra cosa que lo que piensa el estudiante como individuo, y tiene que ver con la expresión de lo que cree frente a lo aprendido. Y, finalmente pero igual de importante, lo procedimental o el hacer, es decir, poder aplicar los saberes adquiridos. Si no están presentes estos tres elementos, no se está evaluando por competencias. La experiencia de la Universidad Cooperativa de Colombia abre una puerta para otras instituciones de educación superior, no solo en el país sino en América Latina. Los modelos de educación con enfoque de competencias deberían ser la tendencia que permita unificar algunos aspectos de las diferentes instituciones educativas, para darle la oportunidad a los estudiantes de transitar por diferentes países, creciendo en experiencias y preparándose en habilidades que permanezcan durante toda la vida.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/el-enfoque-de-competencias-de-la-educacion-en-la-universidad-cooperativa-de-colombia/585322

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