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Entrevista: “Los jóvenes aprenden más si ven que pueden cambiar su entorno”

La argentina Nieves Tapia es una de las mayores embajadoras del aprendizaje y servicio (ApS) en el mundo, una propuesta pedagógica que combina el currículo académico con el servicio comunitario. Invitada por el grupo editorial Edebé, vino a España hace unos meses para encontrarse con escuelas y explicar que cuando los niños y adolescentes se ponen a pensar cómo pueden contribuir a mejorar algún asunto de su comunidad desencadenan un efecto dominó de beneficios: aumentan la motivación escolar, mejoran el rendimiento académico, su autoestima, la responsabilidad para con los vecinos y su ciudad. Y la comunidad los ve con otros ojos. Tapia coordinó los programas nacionales de aprendizaje y servicio en Argentina desde finales de los años noventa, fundó el Centro Latinoamericano de Aprendizaje y Servicio Solidario y ocupa un puesto en la comisión directiva de la Ianys (International Association for National Youth Service).

Contenidos del currículo

“No hay que poner énfasis en los valores, hay que perseguir objetivos curriculares”

¿El ApS es como un voluntariado?

Más, porque tiene objetivos de aprendizaje concretos sobre materias curriculares como lengua, matemáticas, ciencias, historia… Se desarrollan competencias, se investiga, se reflexiona sobre la práctica… Es más que un acto solidario.

Parece un aprendizaje por proyectos.

Es un aprendizaje por proyectos, pero también consiste en una pedagogía que obliga a hacer que la solidaridad no sea sólo un contenido, sino una forma participativa de estar en la sociedad. Obliga a mirar alrededor y actuar. Diseñar un plan y ejecutarlo. Y esto puede hacerse desde párvulos.

¿Puede poner algún ejemplo?

Hubo un gran incendio en el sur de la Patagonia y los alumnos de Villa Futalaufquen decidieron repoblar el parque nacional. Eso requirió una investigación sobre el tipo de plantas adecuadas y cómo plantarlas, cómo contactar con la administración… O le podría hablar de la investigación científica que realizaron los alumnos del pueblo Ramona, también en Argentina, que descubrieron la alta contaminación del agua de los pozos y presentaron su estudio al Gobierno que instaló una potabilizadora. Ahora, los vecinos pagan una tasa por el agua que consumen que va directamente a los proyectos de esa escuela. O le hablaría de otro colegio en el que los chicos decidieron diseñar una silla de ruedas para personas que conocían en su comunidad. El profesor decía que “con trabajos tradicionales, los estudiantes trabajan para aprobar, con la silla de ruedas trabajan, aprenden, y se motivan para aprender”.

¿Aprendieron contenidos del currículo?

Desde luego, si no la silla de ruedas no funciona. La evaluación rigurosa es fundamental. Debe evaluarse el impacto en la comunidad y los objetivos curriculares definidos previamente en el centro. El riesgo es poner énfasis en los valores y perder de vista la importancia del contenido.

¿Impacta en los chavales?

Mucho, porque les conecta con una realidad, muchas veces ignorada, que evidencia unas necesidades del barrio, pueblo, ciudad. En capas menos favorecidas convierte a chavales que antes se sentían sólo víctimas en ciudadanos activos. Ven su capacidad de cambiar e influir en su entorno y descubren que son capaces de hacer grandes cosas. Ese fortalecimiento de la autoestima revierte en el rendimiento escolar y en sus expectativas vitales.

¿Eso está medido?

Según estudios, el rendimiento escolar aumenta un 10%. Pero eso no es lo más importante. En Chile, por ejemplo, escuelas con deserciones del 70% están ahora en el 2%. Aprender así, engancha.

Les obliga a agudizar la mirada sobre la ciudad.

Eso es un problema para la administración. Le contaré que en el año 2000 ganó un premio una escuela infantil que decidió criar truchas en su jardín para repoblar el río cercano y contribuir a la calidad del agua. Con ello mejoró el turismo y el empleo. Recogió el premio una niña de 5 años que tomó el micro y le dijo espontáneamente al presidente: “Señor, ahora usted cuide el agua del río o se nos morirán los pececitos”.

Esta forma de aprender parece exigente con los profesores no acostumbrados a trabajar por proyectos.

Les obliga a confiar en sus alumnos, a salir de la seguridad del aula y a prepararse a no tener respuestas. Tienen que ponerse a estudiar con ellos. Hablar con las administraciones y con entidades sociales. Es un cambio de rol. Trabajar en la incertidumbre y dedicar mucho tiempo. Hay que acompañarlos. Muchos empiezan con entusiasmo, pero la buena voluntad tiene un límite.

Dice que el ApS puede impulsarse desde párvulos, pero ¿cuándo se acaba?

En España no hay políticas universitarias que impulsen el ApS, pero sí hay experiencias. En Barcelona, la carrera de Educación, por ejemplo. Pero es cierto que aquí está más extendido en secundaria. En otros países como Chile, México, Colombia, Costa Rica, Sudáfrica, y muchos países asiáticos, se está incorporando. Harvard tiene ApS obligatoria. Con el huracán Katrina los seguros no querían pagar los desastres porque decían que no estaba en las pólizas. Y los alumnos cambiaron eso. Puede que Harvard no sea solidaria como entidad, pero sí han comprobado que esta metodología funciona.

¿Y no tranquiliza la conciencia de las clases más favorecidas sin que en el fondo se combata con la desigualdad?

Existe ese riesgo. Por eso el concepto de reflexión sobre la práctica es crítico. Por ejemplo, si hay un proyecto sobre el desplazamiento por inundaciones, podría debatirse, ¿por qué siempre les toca a los mismos?

Hay gente que de natural es más solidaria que otra. Quizás esta materia no les motiva.

No he encontrado ninguna escuela que dijera que un alumno se negó a participar. En cambio muchos descubren una realidad que les sorprende. Por otro lado, rescata la voz del adolescente en la comunidad. En algunas urbes,ser joven y, sobre todo varón, es sinónimo de ser peligroso. En una escuela marginal, los adolescentes organizaron teatro leído para ancianos y niños. Los adolescentes, antes vistos mal, acabaron siendo “los de la escuela de los libros”.

Fuente de la Información: https://www.lavanguardia.com/vida/20190819/464143661488/los-jovenes-aprenden-mas-si-ven-que-pueden-cambiar-su-entorno.html?facet=amp

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Philippe Meirieu: “La motivación tiene que ser un objetivo de la enseñanza, no algo previo”

El experto francés mantuvo reuniones de trabajo con el Consejo de Formación en Educación durante su paso por Montevideo.

Escribe: Leticia Castro en Terciaria |

Lo suelen presentar como uno de los intelectuales franceses de la educación más influyentes de la contemporaneidad. Títulos y trabajos publicados para demostrarlo no le faltan: Philippe Meirieu es maestro, profesor, licenciado, director de varias instituciones educativas y profesor emérito de otras tantas universidades; además, cuenta en su haber con más de 40 publicaciones y dirigió cerca de 50 tesis. Su obra gira principalmente en torno a la pedagogía, pero ha sabido extenderla a la familia y a ciertos conflictos sociales. Militó en movimientos de educación popular y se define como un activo “hombre de izquierda”. Estuvo a cargo de la conducción de instituciones directamente involucradas en la formación docente, que a su vez lideran en Francia la investigación en pedagogía. Fue parte del diseño y puesta en marcha de los Institutos Universitarios de Formación de Maestros, y dirigió el de la Universidad de Lyon hasta 2006.

Estuvo en Montevideo invitado por el Consejo de Formación en Educación (CFE) para participar en varias reuniones de trabajo; además, el martes brindó una conferencia abierta al público que tituló “Educar hoy: la pedagogía y la construcción de la igualdad”. la diaria conversó con Meirieu sobre su visión de la educación actual y los cambios que se aproximan, el rol docente y las herramientas para desarrollar la motivación en los estudiantes.

Ha dicho en varias oportunidades que el modelo actual de escuela está obsoleto. ¿Por qué lo cree? ¿Por dónde debe empezar el cambio?

Si queremos una escuela verdaderamente inclusiva, es decir, que acepte a todos los niños sin ninguna discriminación, es necesario permitir nuevos modelos en la escuela. Por ejemplo, modelos de agrupamiento diferentes en función de las necesidades de los alumnos. Hoy las escuelas tradicionales están organizadas en clases que tienden a ser lo más homogéneas posibles, con alumnos que hacen lo mismo y al mismo tiempo. Creo que es necesario pensar en un modo de enseñanza en el cual haya a la vez tiempos comunes, clases como las que tenemos hoy, pero también grupos que se constituyan de forma provisoria y que respondan a necesidades que emergen en algunos alumnos, en función de las dificultades que encuentran en su escolaridad.

¿Cómo trabajarían esos grupos especiales?

Esos grupos trabajan sobre las necesidades de los alumnos: si hay alumnos que necesitan memorizar van a trabajar sobre la memorización; si tienen necesidad de descubrir, van a trabajar sobre las situaciones problema; si los alumnos son tímidos y tienen necesidad de hablar en público, van a aprender a hablar con otros; si son alumnos que tienen problemas para escribir se harán talleres de escritura. Los grupos provisorios tienen que cubrir las necesidades que emergen de los alumnos y permitirles que vuelvan a la clase común. Es un funcionamiento que puede hacerse dentro de la clase o, de forma más general, dentro de la escuela; y ese momento puede ser potenciado por el equipo de docentes, que reflexionan juntos sobre las proposiciones que les dan a los alumnos.

¿Sería bueno que haya un docente particular para cada uno?

Puede haber un docente particular, los docentes pueden distribuirse los grupos de necesidades o podemos utilizar las ayudas entre alumnos. Hay estudiantes más adelantados que pueden ayudar a los alumnos que presentan más dificultades: eso hace progresar al mismo tiempo a los alumnos que ayudan y a los que son ayudados. El trabajo cooperativo de los estudiantes es una muy buena herramienta.

Una de tus propuestas en el área pedagógica es trabajar sobre las situaciones problema. ¿Hay una relación directa entre esta forma de trabajo y una mayor motivación o mejores resultados?

Hay una motivación directa. Para muchos alumnos la motivación no existe a priori; la motivación tiene que ser un objetivo de la enseñanza, no algo previo, nunca es algo previo. También hay que tener en cuenta lo fundamental que es el entusiasmo de los docentes. A mi entender, el docente que ayuda a su rol y a la materia que enseña, el que tiene más facilidad para movilizar a sus alumnos, es el que está más motivado. Un docente que se aburra con el tema, al que no le guste dar clase, no funciona. Es necesario que los docentes sean seres de transmisión que ayudan; que quieran transmitir es muy importante.

¿Cómo trabaja el docente con la situación problema? ¿Debe ser algo que lleve al grupo o que surja del grupo de estudiantes?

No necesariamente es mejor si surge de los alumnos, puede ser planteado por el docente. De hecho, la curiosidad del alumno puede ser estimulada por un problema planteado por el docente, con muy buenos resultados. Lo importante es ayudar a construir las preguntas y no simplemente dar las respuestas. Los problemas pueden existir en los propios alumnos, pero debemos estimularlos, hacerlos aparecer.

¿Los docentes tienden a dar respuestas más que preguntas?

Depende del docente; hay profesores muy atentos a las preguntas y a construirlas. Creo que los buenos docentes son los que imparten lecciones que son respuestas a preguntas. De todas formas, no necesariamente las preguntas deben ser siempre planteadas por los alumnos; a mi entender, las preguntas pueden surgir gracias al trabajo del profesor que ayudó a que aparezcan.

Otro de tus postulados es que cada docente debería ser un pedagogo que acompañe a los niños en su tránsito por el sistema educativo. ¿Creés que esta situación no sucede en este momento?

Yo no puedo decir que eso no suceda, hay docentes que hacen el trabajo de pedagogo, existen otros muchos que acompañan al alumno a lo largo de su escolaridad y lo hacen bien. Sin embargo, creo que la función del docente hoy es más complicada que en tiempos pasados, porque las exigencias de la sociedad son más importantes y porque los alumnos son muy diferentes de lo que eran hace algunos años. Acompañar a los alumnos de hoy significa ser capaz de comprender cómo progresa cada uno de ellos, qué dificultades tienen, y tener en claro qué se les puede proponer para remediar esas dificultades específicas que le surjan en su aprendizaje.

¿Considerás que los docentes están preparados para los alumnos de hoy?

Los docentes no siempre están bien formados para eso, pero sin duda es un objetivo de la formación. La educación de los educadores debe permitirles generar herramientas como para organizar la clase, con todos sus alumnos, pero también deben contar con las herramientas necesarias para acompañar a cada individuo en sus dificultades personales. Eso es absolutamente imperativo si queremos que la escuela sea inclusiva.

El CFE está en un proceso de cambio de los planes de formación docente. ¿Qué puntos no pueden quedar fuera de la reforma?

Como pude explicar al equipo [del CFE] que me recibió, creo que la formación de los docentes tiene que estar centrada en el proceso de enseñanza: es importante aprender a enseñar en el centro de formación. Por ejemplo, si formáramos mecánicos enseñándoles cursos de mecánica teórica, sin entregarles un motor para trabajar, cuando el mecánico fuera al taller no sabría cómo aplicar sus conocimientos. Creo que es necesario que los docentes en formación, los que van a ser los futuros maestros y profesores, tengan instancias para construir situaciones de aprendizaje. También es muy bueno que puedan presentarlas a sus compañeros. Por ejemplo, entiendo que es muy importante y útil que los docentes de matemática enseñen a los de letras y viceversa.

¿El énfasis tiene que estar en la forma de enseñar los temas o en saber mucho al respecto?

Las dos son inseparables: cuando se enseña el contenido hay método, no hay uno sin el otro. Es necesario descubrir eso en el centro de formación.

Fuente: https://educacion.ladiaria.com.uy/articulo/2018/11/philippe-meirieu-la-motivacion-tiene-que-ser-un-objetivo-de-la-ensenanza-no-algo-previo/

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Entrevista a Richard Gerver: “Hay demasiadas modas pasajeras en la educación”

Reino Unido / Autor: Pilar Álvarez / Fuente: El País

El experto en innovación educativa, asesor del Gobierno británico, afirma que las escuelas se centran demasiado en lo académico y es crítico con los exámenes y los deberes

Sale al escenario a insuflar ánimos. Y Richard Gerver (Londres, 1969) logra arrancar carcajadas en una sala donde centenares de profesores siguen sus charlas sobre innovación educativa. Doctor en Educación por la Universidad de Derby, escritor y asesor en temas de educación del Gobierno británico, este profesor saltó del aula al reconocimiento internacional por su trabajo como director de un colegio donde aplicó un exitoso plan para motivar a alumnos y docentes y combatió el alto índice de fracaso escolar. Es discípulo de Ken Robinson, uno de los pensadores educativos más solicitados. Como él, Gerver defiende que las escuelas se han centrado demasiado en lo académico y están reaccionando “con excesiva lentitud ante los cambios del mundo”. Recientemente estuvo en Zaragoza en una convención sobre innovación educativa organizada por el Gobierno de Aragón, donde se realizó esta entrevista.

Pregunta. Si fuera ministro de Educación, ¿por dónde empezaría?

Respuesta. Hay que aprender qué necesitan nuestros chicos para convertirse en seres humanos de éxito. Conversaría con educadores, empresarios, padres, estudiantes… Trabajaríamos para diseñar un sistema educativo acorde.

P. ¿Los políticos no hacen eso tan sencillo que usted propugna?

R. No, porque siempre viven en el corto plazo, para ganar las siguientes elecciones. Y muchos padres, aunque quieren lo mejor para sus hijos, creen que esto consiste en la misma receta que ellos recibieron. Pero el mundo ha cambiado. Lo que valía hace 20 años ya no vale.

P. ¿Hay países que lo estén haciendo?

R. Los más jóvenes. En parte de América Latina, por ejemplo Colombia. Parte de Asia también. Hasta China se ha dado cuenta de que el sistema tradicional no funciona para el futuro. Y los países escandinavos, por supuesto.

P. ¿Qué es innovar en la escuela?

R. Necesitamos un sistema educativo que siempre cuestione sus procesos. Innovar sugiere un gran momento de transformación, pero no puede hacerse demasiado rápido.

P. A veces se propugnan cambios sin suficiente evidencia científica.

R. Trabajar en el desarrollo del ser humano es algo complejo. Por un lado, no podemos esperar a tener un 100% de evidencia antes de cambiar algo pero, por otro, hay demasiadas modas pasajeras en educación. Muchas ideas que suenan fantásticas no promueven cambios. Tenemos que ser capaces de generar nuevas ideas y ponerlas a prueba.

P. ¿Puede la tecnología sustituir a los libros de texto?

R. El problema es cómo los usamos. Si los profesores solo siguen el libro, se están perdiendo el elemento personal. Si todo lo que hacemos es cambiar los libros por tecnología y usarla del mismo modo se trata simplemente de otra forma de cometer el mismo error.

P. ¿Qué papel cree que deben jugar los exámenes?

R. En España o Inglaterra son la razón de ser de la escuela. Esto tiene que parar. La educación no va de aprobar exámenes, sino de desarrollar a los jóvenes para que tengan éxito.

P. ¿Cómo medir entonces el progreso de los alumnos?

R. Los profesores no necesitan los exámenes para eso. Seamos serios. Están evaluando a sus alumnos todo el tiempo. Los exámenes existen porque les gustan a los políticos y los piden los padres. Pero, en realidad, como herramienta, obstaculizan la educación, no la mejoran. La OCDE señala que los países con sistemas que se centran en exámenes son en los que los chicos tienen más dificultades para encontrar un trabajo. Esto se debe a que la educación no está enfocada a su desarrollo, sino a prepararlos para un examen.

P. En España es recurrente también el debate sobre los deberes.

R. La primera pregunta es para qué ponemos a los niños a hacer deberes. Los deberes tradicionales suponen normalmente tenerlos sentados en una mesa haciendo ejercicios durante dos o tres horas. No hay evidencia que indique que los deberes tradicionales supongan una diferencia en la educación de los niños. ¿Son realmente un valor o es algo que hacemos porque siempre lo hicimos?

P. ¿Considera que no tienen sitio en la educación?

R. No, lo que digo es que me gustaría ver deberes de otro tipo, que se permita a los chicos investigar cosas que les interesan. Hay gente que piensa que la escuela es como una versión del purgatorio. La infancia debería ser mágica y excitante. Los niños nacen aprendiendo, son curiosos. Y conforme se van haciendo mayores son cada vez menos entusiastas. Tenemos que preguntarnos por qué pasa esto y dejar de culpar a los niños. No puede ser que todo siga igual solo porque nosotros nos aburriésemos en la escuela.

P. Los adultos se aburren a veces. ¿No cree que la escuela debería enseñar a soportarlo?

R. No digo que los niños tengan que estar pasándolo bien todo el tiempo. Aprender es un trabajo duro porque tienes que retarte a ti mismo. Pero, ¿por qué tenemos que hacer de la escuela algo tan duro durante tanto tiempo? Aún no trabajan, son solo niños. Y lo que sí sé es que los niños felices son los que más y mejor aprenden.

P. Hay familias con más recursos que otras. Un alumno puede ser un apasionado de la literatura porque ha tenido la suerte de que sus padres le hablaran de Dante, mientras que otro no ha tenido esa ventaja en casa. ¿Los métodos innovadores contemplan este desequilibrio?

R. Por supuesto. La educación no solo ocurre en la escuela y no solo tiene que ver con el conocimiento, sino con exponer a los niños a nuevas experiencias, llevarlos a galerías de arte o al ballet… Si todo lo que haces en el colegio es enseñar en un aula y con libros, los niños que tienen estas experiencias en casa siempre estarán por delante de los chavales que no tienen esas oportunidades. Parte del trabajo de los profesores es dar a estos alumnos lo que otros ya tienen en sus casas. Si enfocas tu currículo en hechos factuales y exámenes, los profesores no tienen tiempo de ayudar a desarrollar otras cualidades en los niños.

P. ¿Usted a qué escuela fue?

R. Fui a una escuela privada, mis padres eran ricos. Lo interesante es que no fue mi calidad académica la que me ayudó a tener éxito, sino mis habilidades sociales. El hecho de tener la confianza para hablar con gente, de adaptarme a situaciones diferentes, mi experiencia en el campo de las artes, de los deportes, los viajes, los sitios diferentes que vi por el mundo. No es que los niños no tengan que saber matemáticas, lengua, ciencia, historia… Pero el sistema tradicional se centra solo en estas cosas en lugar de en el desarrollo completo.

P. ¿Qué cambios importantes ha notado en las escuelas desde que empezó a hablar de innovación?

R. He visto evidencias de lo que hablo tanto en educación como en el mundo laboral. Muchos padres españoles soñarían con que sus hijos trabajasen en Google o Apple. Yo he trabajado con ellos y sé lo que buscan. No estoy intentando ser liberal o revolucionario. Yo también quiero que nuestros hijos tengan la oportunidad de crear las próximas Google y Apple.

P. ¿Y por qué su forma de entender la educación aún no es mayoritaria?

R. Hay muchas razones. Una, la transformación cultural no pasa rápido. La sanidad ha cambiado a lo largo de un siglo, paso a paso. Eso no da miedo. Lo que da miedo en educación es que aún estamos en el punto de partida y lo que vemos es la diferencia entre donde estamos y donde queremos estar. Es duro y se necesita un cambio masivo. Eso asusta.

P. España lleva lustros instalada en el debate de cómo atraer a los mejores profesores al sistema.

R. Uno de los retos en países como España es que la educación no disfruta de un estatus social alto. A los profesores no se les paga bien y muchos piensan que es algo que haces si no se te dan muy bien otras tareas, aunque el dinero no es la principal razón. La confianza es lo más importante. Y la admiración. Necesitamos que a los profesores se les mire como a Cristiano Ronaldo o a Messi.

P. Quienes critican la innovación educativa señalan que hay profesores, como usted, que salen del aula para convertirse en ponentes internacionales ya no vuelven a las clases.

R. No hice nada como profesor o como director para convertirme en famoso. Lo hice porque creía que era lo mejor para mis estudiantes. Cuando mi escuela fue conocida, tuve la oportunidad de probarle a la gente que había otra manera de hacer. El día que decidí dejarla fue el más difícil de mi vida, lloré cuando mandé mi carta de renuncia. Antes tenía influencia sobre 30 niños. Ahora doy conferencias por todo el mundo y puedo haber ayudado a más de un millón. Mi argumento es que nunca dejé la escuela, ahora tengo el privilegio de influir en un millón de alumnos. Tengo mucha suerte, pero echo de menos a mis chicos cada día.

P. ¿Cómo educó usted a sus hijos?

R. Fueron a la escuela pública, que es donde nosotros enseñamos [su mujer es directora de centro]. Tienen una educación muy sólida. Mi hijo tiene 16 y la chica, de 21, se prepara para ser maestra. Los dos tienen confianza suficiente para perseguir sus sueños. Son muy felices.

Fuente de la Entrevista:

https://politica.elpais.com/politica/2017/10/02/actualidad/1506943955_129970.html

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Cultura maker e impresoras 3D en el aula de primaria

¿Cómo motivarías a unos alumnos de quinto curso de primaria para realizar un trabajo sobre la Alhambra? ¿Una simple presentación? ¿Por qué no un proyecto donde estén presentes metodologías activas y un toque maker que incluya programación o impresión 3D entre otras tecnologías?

El proyecto Alhambra Mágica fue realizado por alumnos de primaria bajo la coordinación de su maestro Diego García, con quien hemos hablado para conocerlo mejor, pero también para descubrir cómo surge este proyecto, los recursos y tecnologías usados en clase así como los retos y aprendizajes con sus alumnos.

¿Quién es Diego García?

Diego García es maestro de Educación Musical y Primaria en Andalucía. Sus inicios en la profesión docente se remontan a 2001, y tras diferentes puestos, funciones y responsabilidades (entre ellas como coordinador TIC o el proyecto andaluz Contando Historias) actualmente ejerce como maestro de primaria en el CEIP Federico García Lorca de Güevéjar, un pueblo del cinturón de Granada. A este último centro se incorporó bajo la especialidad de Música y en este curso escolar, además de tutor de sexto curso, es Jefe de Estudios.

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Su faceta profesional no ha pasado solo por la docencia. Entre los años 2010 y 2014 Diego desempeñó diferentes funciones como asesor de formación en el Centro del profesorado de Granada. Sus principales iniciativas y actuaciones fueron dirigidas al impulso de las TIC, prestando especial atención a los medios sociales, tanto redes como streaming. Su labor en este último campo buscó «hacerlos más participativos a través de la red. De hecho, de estas experiencias nace el canal de TV del CEIP Ntra. Sra. del Rosario Macael«.

Algunos de sus proyectos más destacados incidían en lo colaborativo, tanto a nivel de grupos de trabajo de profesores como incluso de centros, así como en la introducción del uso educativo de las tabletas digitales con experiencia como Edutablets.

Tras ese periodo, Diego regresó a las aulas «con ganas de seguir contagiando ilusión por la innovación y por una educación para la vida real«. Y de los primeros proyectos que arrancaría hay que destacar el que tiene al gran monumento de su ciudad como protagonista.

«Siendo de Granada, en los últimos años de asesoría ya planeaba en mi mente llevar a cabo un proyecto sobre la Alhambra, a lo que sumamos mi concepción de la educación, que debe estar basada en el uso y aplicación de metodologías activas» En dicho proyecto, la cultura maker o el diseño e impresión en 3D (que fue una de sus últimas actividades en la asesoría a profesores), son protagonistas principales.

El embrión del proyecto Alhambra

«¿Y si construimos una maqueta interactiva de la Alhambra?» Con ese reto, planteado exactamente así y en cuanto tuvo ocasión, Diego daba por iniciado uno de los proyectos más ambiciosos en su labor como docente.

Tras decidir el nombre, que finalmente sería #AlhambraMágica, Diego comenzó con sus alumnos de quinto de primaria la creación de dicha maqueta sobre uno de los monumentos más importantes a nivel mundial.

«Este reto, que tomaron en un primer momento como algo inalcanzable, supuso una motivación extra para el aprendizaje del alumnado. Además del trabajo en la propia maqueta, otro aspecto importante es la incorporación de la tecnología a la misma, o a una parte de ella. Descartamos que la interactividad fuera sobre la propia maqueta así que tuvimos que diseñar unos paneles que, mediante la instalación de un circuito eléctrico, servirían para lanzar las grabaciones de sonido con la información sobre cada punto de interés marcado en la maqueta«

EN VARIAS DE LAS FASES DEL PROYECTO ALHAMBRA MÁGICA LOS ALUMNOS DE PRIMARIA TUVIERON QUE FAMILIARIZARSE, MANEJAR Y PROGRAMAR PLACAS MAKEY MAKEY Y USAR SCRATCH

Tras esa idea inicial, Diego y sus alumnos se plantearon una serie de objetivos que incluían elementos hoy considerados como innovadores en la práctica docente. Del proyecto se llevó un blog, hubo grabación de audio y bastante creación multimedia de forma colaborativa.

La cultura maker y el uso de la creación digital y posterior impresión en tres dimensiones impregnó varios procesos del proyecto. La maqueta se creó en primer lugar de manera digital gracias a una imagen interactiva y varios de los elementos del proyecto fueron creados e impresos en 3D por los alumnos, los cuales tuvieron también que familiarizarse, manejar y programar placas Makey Makey con Arduino y recurriendo a la programación con el software Scratch.

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Los dispositivos móviles no faltaron en la receta para Alhambra Mágica, y se desarrolló una aplicación para dispositivos móviles y el uso de realidad aumentada para mostrar diferentes aspectos audiovisuales de la maqueta. Además, los alumnos trabajaron con diferentes dispositivos electrónicos, que incluyeron tablets tanto de Apple como de Samsung. Y el proyecto disponetambién de una réplica de la maqueta en formato digital creado con la aplicación Thinklink.

Impresión 3D para aprender haciendo

Aunque buena parte de la maqueta fue realizada de forma «artesanal», el resultado final que comprendía un enorme panel de 3,5 metros de ancho por 1,90 de alto incluyó el diseño e impresión de soportes para los elementos que contenían el panel de control.

LA LLEGADA DE LA IMPRESIÓN 3D A A LAS AULAS ESTÁ SIRVIENDO PARA LA MEJORA DE LA ATENCIÓN, DE LA MOTIVACIÓN DEL ALUMNADO, DE LA RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS, EL FOMENTO DE LA CREATIVIDAD Y DEL EMPRENDIMIENTO.

Para el diseño de los elementos se recurrió al programa TinkerCad. Tras esta etapa, esos objetos fueron impresos en 3D con el modelo que usan habitualmente en clase y al que recurren habitualmente para otros proyectos en los que están inmersos en el centro.

«La parte *maker la seguimos abordando por ejemplo, a través del diseño de objetos para imprimirlos con nuestra impresora 3D, tanto para utilizarlos en nuestros proyectos como para venderlos a través de nuestra miniempresa educativa*». Con ella han diseñado y realizado diferentes modelos de llaveros, marcapáginas, frigomensajes, soportes para móviles o calabazas para halloween que además comparten en la gran comunidad thingiverse.

Para Diego, esta tecnología, aplicable de forma transversal en Matemáticas, Plástica, Ciencias sociales, Ciencias Naturales, Música o Lengua Extranjera, se convierte en un ámbito ideal para el trabajo colaborativo, para la mejora de la atención, de la motivación del alumnado, de la resolución de problemas, el fomento de la creatividad y del emprendimiento. «La impresión 3D es el camino de lo virtual a lo real, en el que materializamos ideas y diseños propios y de los compartidos por la comunidad«.

Estas evidentes ventajas para el alumnado y el proceso de enseñanza-aprendizaje choca frontalmente con la falta de material, tanto en el aspecto tecnológico como en el no tecnológico.

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El funcionamiento del panel de control se gestionó con ayuda de la aplicación Scratch y reprogramación de 4 placas Makey Makey basadas en Arduino, donde se determinó qué acciones sucederían al activar ciertos elementos de la maqueta asociados, que incluían sonidos y grabaciones sobre la historia de la Alhambra (en total 65 grabaciones sobre lugares del monumento y otras cuatro sobre la historia y descripción general). También se crearon con ayuda de la aplicación Aurasma los códigos QR para las partes asociadas a la realidad aumentada.

Todo el proceso de construcción y funcionamiento de la maqueta fue grabado tanto en audio como en vídeo en clase por por propios alumnos. Ese material, con la técnica del Chroma Key en algunos casos, ha servido para la fase de comunicación del proyecto, la cual se ha realizado, entre otros sitios, en el propio Centro, en el EABE15 (Encuentro Andaluz de Blogs Educativos), las IV Jornadas de buenas prácticas educativas del Centro de profesorado de Granada o la 18ª Feria de la Ciencia del Parque de las Ciencias de Granada.

Fuente: http://m.xataka.com/otros/cultura-maker-e-impresoras-3d-en-el-aula-de-primaria-diego-garcia-profesores-innovadores

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Tecnología: “El nuevo lenguaje del aprendizaje”

30 de agosto de 2016/Fuente: metrod

Educación del siglo XXI: Es un recurso que les permite a los estudiantes estar en un ambiente escolar más manejable, los hace sentir identificados y más conectados con el proceso de enseñanza.

Los últimos años han sido extraordinariamente fértiles en avances tecnológicos aplicables a la educación para poder ofrecer lo mejor y lo más importante en experiencias para los alumnos y hacer esto extensivo a un número cada vez mayor. Está absolutamente comprobado que el uso de los multimedia mejora el aprendizaje y al mismo tiempo reduce el tiempo de instrucción y los costos de la enseñanza.

La educación ha enfrentado grandes cambios. La estimulación y rapidez de la tecnología ha creado una sociedad más demandante al igual que estudiantes mucho más exigentes a la hora de brindar su atención.

El educador y director del centro educativo Conexus, Alci Cruz, mediante un comunicado, dijo: “Los estudiantes de ahora no son lo que eran hace unos 10 años atrás. La tecnología los ha acostumbrado a otro tipo de estímulos, además de que les ha dado apertura a infinita información”, resalta el educador Alci Cruz, en un comunicado del centro educativo Conexus, del que es director educativo.

“Esta revolución obliga a que los programas educativos se reformulen y dinamicen el currículo escolar, provocando al mismo tiempo el reto, para los educadores y padres, de encontrar y crear oportunidades educativas en las herramientas tecnológicas actuales”, señala Alci Cruz.

También explica que “debe existir una visión pedagógica detrás del uso que se le da a los dispositivos; de esa forma estos pueden ser útiles en función del aprendizaje. Además, los estudiantes pueden utilizar esa tecnología para crear nuevos productos que sean propios “.

El educador resalta que esta nueva revolución tecnológica es a la que apuesta Conexus, y que dentro de sus tareas y proyectos regulares el centro incluye la elaboración de propuestas novedosas que permitan resolver problemáticas diversas vinculadas a temas cotidianos.

Para el académico, empujar a los cambios en educación es dar respuesta a las exigencias de una sociedad que demanda gente más capaz de resolver problemas que de memorizar cosas.

Crear un vínculo entre esta tendencia de resolución creativa de problemas y el uso académico de la tecnología es ideal para obtener mejores resultados, comenta

Preocupaciones de los padres
Una preocupación que se desprende de esta tendencia es que en lugar de una función educativa, los dispositivos puedan ser de dispersión para los estudiantes. Conforme con las declaraciones del experto, esta situación es controlable si se cuenta con un plan pedagógico enlazado con estas herramientas.

Recomendaciones para los estudiantes
Combinar los materiales impresos con los digitales en un programa educativo les permite a los estudiantes contar con lo mejor de ambas propuestas, en equilibrio.

Motivación para los adolescentes
Por la naturaleza de su conducta, son mucho más difíciles de motivar, pueden encontrar en dinámicas tecnológicas un despertar de su curiosidad y la motivación de aprender.

“Para esta generación, la tecnología, más que un recurso, es un lenguaje; si el ambiente escolar del que forman parte lo maneja con criterio académico, logrará que se sientan identificados, quieran superarse y hacer más”, agrega Cruz.  Además de generar una sensación de pertenencia al centro educativo garantizará que los estudiantes sean agentes activos en su formación; más aun, les creará un interés que les permitirá avanzar en sus metas.

Fuente: http://www.metrord.do/entretencion/tecnologia-el-nuevo-lenguaje-del-aprendizaje/ftwphB—aVywk3EHBdfMA/

Imagen: ww.metrord.do/_internal/gxml!0/2qijkhn0ctpwx8acoz5fxkpvtmr4nbh$kdtwglk0qi49cnvlvyi4mqnrxzvl72b/Tecnología%201.jpeg

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