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“African Women’s Voices”: un estudio pionero de BCG sobre el papel de la mujer en las sociedades africanas

Redefinir el papel de la mujer en las sociedades africanas es clave para el crecimiento económico.

Un nuevo informe de Boston Consulting Group pone de relieve las diferentes percepciones del papel de la mujer en las sociedades africanas, y el importante impacto de estas narrativas en la participación económica de las mujeres, un importante vector de crecimiento para el continente.

A modo de recordatorio, el Banco Mundial ha estimado que la participación igualitaria de las mujeres en el empleo podría generar un crecimiento del 20% del PIB africano, y de hasta el 40% en Marruecos.

Además de los proyectos estructurales relativos al acceso de las mujeres a la educación, la sanidad, el capital, etc., el crecimiento económico de África pasa necesariamente por un cambio de esta narrativa, con un papel central de los legisladores, los educadores y los medios de comunicación.

Hace una década, la participación económica de las mujeres estaba aumentando en muchos países, y África estaba haciendo progresos significativos en la reducción de la desigualdad de género. Sin embargo, una oleada de desafíos macroeconómicos, seguida de la pandemia del COVID-19, han provocado un descenso más acusado de la participación económica de las mujeres en África desde 2016 que en cualquier otra parte del mundo. Según un nuevo informe de The Boston Consulting Group (BCG), solo será posible avanzar hacia una mayor participación económica de las mujeres si cambia el discurso sobre su lugar en las sociedades africana.

El estudio, titulado «African Women’s Voices: Reframing the Narrative on Women’s Roles in African Societies», se basa en una encuesta realizada a 6.000 mujeres y hombres de Sudáfrica, Egipto, Etiopía, Kenia, Marruecos y Nigeria (que representan el 60% del PIB del continente). Su objetivo es conocer mejor su percepción de los principales obstáculos a la emancipación económica de la mujer y su papel en sus sociedades.

AFP PHOTO/FLORENT VERGNES - Mujer africana
AFP PHOTO/FLORENT VERGNES – Solo será posible avanzar hacia una mayor participación económica de las mujeres si cambia el discurso sobre su lugar en las sociedades africanas

Descenso de la participación económica de las mujeres africanas desde 2016

Entre 2010 y 2016, África redujo las desigualdades entre hombres y mujeres más rápido que cualquier otra región del mundo. En 2016, este ritmo se ralentizó debido a la crisis de los productos básicos, seguida de una recesión mundial y la aparición de la pandemia.

A medida que el mundo vuelve a la normalidad tras la COVID-19, el continente africano debe redoblar sus esfuerzos para reducir las disparidades entre hombres y mujeres. «Si la participación económica de las mujeres africanas vuelve al ritmo registrado entre 2010 y 2016, el continente podría superar las disparidades de género 60 años antes de lo que sugiere el ritmo actual», comenta Zineb Sqalli, Managing Director & Partner de BCG en Casablanca.

A escala continental, el índice de paridad de género en África es ahora similar a la media mundial. Según el Informe sobre la Brecha de Género 2022 publicado por el Foro Económico Mundial (FEM), la puntuación africana es de 0,69 y la media mundial de 0,71 (1,0 representa la paridad de género). Sin embargo, existe una gran disparidad en la paridad en todo el continente. De los 146 países incluidos en el informe del FEM, Ruanda ocupa el 6º lugar, Namibia el 8º y Sudáfrica el 20º, mientras que la mitad de los 50 últimos países de la clasificación mundial son africanos, entre ellos Nigeria el 123º, Marruecos el 136º y el Congo el 144º.

El análisis de BCG sobre el nivel de educación y participación económica de las mujeres africanas reveló que los países pueden clasificarse en tres arquetipos, cada uno con un perfil específico.

  • Norte de África: en los últimos 20 años, países como Marruecos y Egipto han mejorado considerablemente el acceso de las niñas a la educación primaria y secundaria. Sin embargo, las mujeres siguen en gran medida fuera del mercado laboral y el principal obstáculo parece residir en creencias muy arraigadas sobre el papel de la mujer en la sociedad, mantenidas tanto por hombres como por mujeres. Alrededor de la mitad de los encuestados en Marruecos y Egipto, tanto hombres como mujeres, afirmaron que las mujeres no deben trabajar si el marido o el padre ganan suficiente dinero para mantener el hogar. Por el contrario, sólo el 12% de las mujeres y el 15% de los hombres del África subsahariana opinan lo mismo. Casi el 90% de los hombres encuestados en este segmento afirmaron que las mujeres deberían ir a la escuela para ser educadas y respetadas, no para ser independientes económicamente; y el 39% de las mujeres piensan que la educación superior es más importante para los hombres que para las mujeres.

«El modelo de éxito para una mujer marroquí es ser una mujer cuyos hijos (varones) tengan éxito», afirma una participante en el estudio de Casablanca.

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PHOTO/FILE – Sanitarias en Marruecos

Estos países cuentan con una gran número de mujeres instruidas, pero sus economías no se benefician suficientemente de esta narrativa, lo que es responsable de su escasa participación en el mercado laboral. A modo de recordatorio, Marruecos tiene la octava tasa más baja (139 de 146 países) de participación femenina en la economía del mundo, estimada en un 20%. Para superarlo, es necesario valorar a las mujeres como agentes económicos, capaces de generar valor para sus empresas, comunidades y países, más allá de su papel de educadoras y madres.

  • África Austral y África Oriental (excluida Etiopía): en lo que respecta a la emancipación económica de la mujer, esta región ha realizado importantes progresos, no sólo gracias a los constantes esfuerzos por promover la educación de las niñas, sino también gracias a diversos programas e iniciativas de apoyo a las mujeres empresarias y emprendedoras. Sin embargo, las mujeres de este arquetipo siguen enfrentándose a importantes obstáculos. Casi el 75% de ellas afirma haber sufrido violencia de género, y más del 30% violencia doméstica (frente al 25% y el 4%, respectivamente, en el Norte de África). Más del 60% de las adolescentes dijeron haber sido víctimas de acoso en la escuela, que es una de las principales razones del abandono escolar. En estos países, la «narrativa» en torno al papel de la mujer ya ha cambiado de hecho en los últimos quince años. Las mujeres han invertido masivamente en diferentes sectores de actividad y se reconoce su contribución a la economía, como demuestra «Mbokodo», la expresión utilizada en Sudáfrica para describir a las mujeres fuertes.

«Tengo la sensación de que la autonomía que hemos adquirido las mujeres sudafricanas trabajando hace que se nos perciba como una amenaza, lo que puede explicar la amplitud de la violencia, sobre todo doméstica», afirma una de las personas entrevistadas en Johannesburgo para el estudio. Por lo tanto, debe producirse un nuevo cambio en la narrativa si queremos lograr una convivencia más armoniosa y un mayor valor generado por la participación económica de las mujeres en la economía: las mujeres como socias de los hombres en la creación de riqueza para sus países y sus comunidades, por el bien de todos.

  • África Central y Occidental: En países como Nigeria y Etiopía, las mujeres tienen niveles de educación extremadamente bajos, los más bajos de África y del mundo. De hecho, el 40% de las niñas abandonan la escuela después de la primaria, casi el 50% antes de los 18 años (frente al 30% y el 20% en el norte y el sudeste de África, respectivamente) y sólo el 5% llega a la universidad. Como consecuencia, aunque más del 80% de estas mujeres están empleadas, su falta de educación significa que están confinadas a trabajos muy mal pagados, lo que significa que tienen pocas posibilidades de emancipación económica en comparación con las mujeres de otras partes de África.

El 42% de las mujeres encuestadas hablaron de su falta de independencia (frente al 27% en el sur y el este de África y el 14% en el norte de África). Las entrevistas y los grupos de discusión revelaron que los padres a veces piensan que educar a los niños es más importante que educar a las niñas, dado que se les considera el principal sostén de sus hogares; por otra parte, piensan que casar a sus hijas a una edad temprana podría mejorar su situación económica. Irónicamente, no enviar a sus hijas a la escuela tiene más probabilidades de limitar sus ingresos.

También en este caso hay que cambiar el discurso. En lugar de ser consideradas como un actor económico de segundo nivel en el hogar, que sólo proporciona unos ingresos complementarios, las mujeres deben ser vistas como individuos independientes y económicamente autónomos.

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PHOTO/FILE –  En países como Nigeria y Etiopía, las mujeres tienen niveles de educación extremadamente bajos

Combatir la violencia contra las mujeres

Aunque los retos a los que se enfrentan las mujeres difieren en toda África, la violencia y la inseguridad son omnipresentes y afectan a mujeres de todas las edades, niveles de renta y nivel educativo en todos los países del continente.

La violencia doméstica está muy extendida en el África subsahariana. Sudáfrica es, con diferencia, el país más afectado, con un 84% de mujeres que afirman que es el mayor problema al que se enfrentan en su país, seguido de Etiopía (70%), Kenia (64%) y Nigeria (61%).

En el norte de África, la violencia adopta otra forma, la de la inseguridad en los lugares públicos, citada como la 2ª mayor dificultad (después del acceso al empleo): el 36% de las mujeres de Marruecos y el 33% de las de Egipto afirman que la seguridad en los lugares públicos es el principal reto al que se enfrentan.

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PHOTO/FILE – El 36% de las mujeres de Marruecos y el 33% de las de Egipto afirman que la seguridad en los lugares públicos es el principal reto al que se enfrentan

Legislación, educación y medios de comunicación para renovar la narrativa

Por el momento, la mayor parte de la inversión nacional y de la ayuda internacional para la emancipación de la mujer en África se centra en las necesidades de infraestructuras en los ámbitos de la sanidad, la educación y el empleo. Aunque es innegable que estas palancas son realmente importantes, las acciones proactivas dirigidas a cambiar las normas sociales y el papel de la mujer en la sociedad también son vitales, y a menudo no se invierte lo suficiente en ellas.

La legislación es un poderoso medio para abordar la cuestión de las normas sociales. Además de imponer comportamientos diferentes, suscita el debate dentro de las comunidades y sensibiliza al mismo tiempo. Por ejemplo, las leyes que establecen cuotas de representación se consideran un primer paso en la dirección correcta. En particular, la ley de paridad española ha contribuido a que el país sea líder mundial en 2022 en términos de paridad de género para los trabajadores profesionales y técnicos, con un 50% de mujeres en esta categoría.

La educación -desde la más temprana edad- tiene un papel vital que desempeñar en la deconstrucción de los estereotipos de género. En los países más avanzados en este ámbito, los programas escolares y la formación del profesorado hacen hincapié en la igualdad de género y en los roles no estereotipados. «Este enfoque puede ser especialmente eficaz en África, dada la juventud de la población y la atención que muchos gobiernos africanos prestan a la educación como prioridad nacional», explica Zineb Sqalli.

Los medios de comunicación tradicionales, y en especial las redes sociales, que actualmente utiliza más de la mitad de la población africana, también pueden influir considerablemente en las percepciones y creencias de la sociedad sobre la mujer. Es necesario destacar y celebrar más modelos femeninos por sus contribuciones económicas a sus empresas y países, más allá de su papel de madres.

La capacitación económica de las mujeres es una palanca fundamental para el desarrollo de los países africanos. Para lograrlo, el papel de la mujer en las sociedades africanas debe evolucionar, en beneficio de todos.

Acerca de BCG en África

BCG tiene una presencia fuerte y duradera en África, con cinco oficinas en todo el continente que apoyan el impacto social ayudando a las organizaciones a anticipar y responder mejor a los cambios económicos, sociales, medioambientales y normativos en el continente. BCG apoya a una amplia gama de clientes en los sectores público, social y privado, y cubre una amplia gama de temas, incluyendo la transformación digital, el clima y la sostenibilidad, la tecnología y la innovación, y el fortalecimiento de los sistemas de salud y alimentación.

Acerca de Boston Consulting Group

Boston Consulting Group se asocia con líderes empresariales y sociales para abordar sus mayores retos y oportunidades. BCG fue pionero en estrategia corporativa cuando se fundó en 1963. Hoy en día, trabajamos estrechamente con nuestros clientes para adoptar un enfoque transformador que beneficie a todas las partes interesadas, capacitando a las organizaciones para crecer, crear una ventaja competitiva sostenible y generar un impacto social positivo.

Nuestros diversos equipos internacionales aportan una profunda experiencia sectorial y funcional y una serie de perspectivas que desafían el statu quo e impulsan el cambio. BCG ofrece soluciones a través de consultoría de gestión, tecnología y diseño de primera clase, así como servicios de asesoramiento empresarial y digital. Trabajamos en un modelo de colaboración único en toda la empresa y en todos los niveles de la organización del cliente, impulsados por el objetivo de ayudar a nuestros clientes a prosperar y permitirles hacer del mundo un lugar mejor.

Fuente: https://www.atalayar.com/articulo/sociedad/african-womens-voices-estudio-pionero-bcg-papel-percibido-mujer-sociedades-africanas/20230621160932187024.html

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Feminicidios y posesión

Por: Tahira Vargas García 

La mujer aprende desde su niñez que el “hombre que la cela, la quiere”. Este círculo de posesividad- celos-amor es uno de los detonantes principales de la violencia de género.

Recientemente sucedió un hecho que mantiene consternada a la sociedad dominicana, el asesinato de la joven comunicadora Chantal Jiménez por su ex pareja que luego se suicidó.

La presencia continua de feminicidios en nuestro país muestra los altos niveles de violencia existente en una gran parte de nuestra población masculina quienes responden a separaciones, celos y conflictos de pareja desde el uso de la violencia psicológica, verbal y física, en algunos casos llegando a eliminar físicamente a parejas o exparejas femeninas.

Los celos se aprenden culturalmente, las teorías socio-culturales identifican en los celos un comportamiento aprendido en los procesos de socialización en la niñez. Este aprendizaje tiene una fuerte connotación sexista, hombres y mujeres aprenden a celar de forma distinta sobre todo en lo relativo a sus relaciones de pareja en sociedades patriarcales.

Las diferencias entre hombres y mujeres con respecto a los celos no se atribuyen desde la perspectiva antropológica y sociocultural a influencias de carácter evolutivo sino a los procesos y estructuras sociales que crean y mantienen estas diferencias. (Eagly 1987).

La masculinidad en nuestra sociedad se aprende desde la niñez con una agresividad permitida y fomentada “para ser todo un macho”.

“Se puede constatar la existencia de normas duales que históricamente han sido utilizadas para permitir y alentar la actividad sexual masculina mientras se restringe la actividad sexual femenina (Muehlehard y McCoy,1991).

Nuestra sociedad, como toda sociedad patriarcal, coloca las relaciones de pareja en un estándar de relaciones posesivas y dependientes en las que la mujer se convierte en “la mujer de” – posesión – de un hombre con el que tiene una relación afectivo-sexual. La carga de posesividad que tiene el hombre sobre la mujer no soporta las separaciones. Muchos feminicidios se producen cuando la mujer se separa de su pareja. Esta separación entra en crisis con su sentido del honor masculino y su virilidad.

La mujer aprende desde su niñez que el “hombre que la cela, la quiere”. Este círculo de posesividad- celos-amor es uno de los detonantes principales de la violencia de género, junto a otros patrones culturales que configuran la masculinidad como son el honor, la virilidad y la violencia.

La masculinidad en nuestra sociedad se aprende desde la niñez con una agresividad permitida y fomentada “para ser todo un macho”. La violencia es la única herramienta que conoce para resolver conflictos que inician con sus pares y se extiende hacia sus relaciones afectivo-sexuales.

Detener la violencia de género supone desarrollar estrategias culturales y educativas que cambien esta masculinidad sostenida en círculos de celos-posesividad-amor-violencia en los que nuestros niños, adolescentes y jóvenes están insertos. Un aprendizaje que se encuentra en la calle, grupos de pares, familia y escuela.

Fuente: https://acento.com.do/opinion/feminicidios-y-posesion-9185151.html

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La educación de las mujeres iraníes está en riesgo por los envenenamientos, según Amnistía Internacional

Amnistía Internacional ha alertado este miércoles de que la educación de millones de iraníes se encuentra en peligro por los envenenamientos en centros educativos femeninos y por ello han emitido una acción urgente y han enviado una carta al fiscal general  al país para que tome medidas.

Los derechos a la educación, la salud y la vida de millones de niñas escolares se encuentran en peligro por los ataques con gas contra los colegios de niñas en Irán”, ha indicado AI en un comunicado.

La organización de derechos humanos ha indicado  que desde noviembre de 2022 más de 100 centros educativos femeninos han sido atacados, algunos en varias ocasiones, y unas 13.000 alumnas han recibido cuidados médicos por los envenenamientos. Las alumnas han sufrido síntomas como tos, dificultades para respirar, irritación de la garganta, dólares de cabeza, nauseas o vómitos.

En marzo las autoridades anunciaron la detención de 100 personas por su implicación en los envenenamientos, pero a pesar de ello los ataques han continuado ocurriendo a lo largo del país.

Ataques en las escuelas de Teherán, Hamedan y Dezful

Los últimos casos se han producido este miércoles, con ataques en escuelas de Teherán, Hamedan y Dezful, según grupos de activistas.

Además, el grupo opositor kurdo-iraní en el exilio Hengaw ha registrado también este martes ataques en 19 colegios en las ciudades de Teherán, Kermanshah, Saqez, Ahvaz, Eslamshahr, Ardebil, Karaj y Urmia, lo que ha provocado la hospitalización de docenas de estudiantes.

A pesar de todo, el ministro de Sanidad, Bahram Einollahi, ha afirmado que “no hay evidencias” de que las estudiantes hayan sido envenenadas y ha atribuido el 90% de los casos «al estrés y las travesuras».

Por ello, Amnistía Internacional ha enviado una carta al fiscal general del país, Mohamad Yafar Montazerí, instándole a que ponga en marcha una “investigación independiente, profunda y efectiva” y lleve ante la Justicia a los responsables de los ataques.

“Las autoridades deben garantizar que las niñas tienen acceso igualitario y seguro a la educación y que están protegidas ante cualquier forma de violencia”, ha indicado Amnistía Internacional.

El grupo de derechos humanos también ha pedido que se permita la entrada al país a personal de la ONU para que investiguen los ataques.

En Irán no se ha puesto en duda la educación femenina en los 43 años de existencia de la República Islámica y algunos padres vinculan los envenenamientos con las protestas de los últimos meses, que se habían calmado tras una fuerte represión estatal.

Las alumnas de colegios e institutos participaron en esas protestas, se quitaron los velos, gritaron «mujer, vida, libertad« e hicieron gestos de desprecio a retratos de Jameneí y del fundador de la República Islámica, el ayatolá Ruholá Jomeiní.

https://www.rtve.es/noticias/20230419/educacion-mujeres-iranies-riesgo-envenenamientos-segun-amnistia-internacional/2439662.shtml

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Inglaterra: Un estudio revela que las niñas dejan el deporte por la vestimenta: «Es alarmante»

El análisis, realizado por la jugadora inglesa de hockey Tess Howard, refleja que muchas niñas se sintieron «sexualizadas» o «juzgadas por la ropa deportiva» que debían llevar

umerosos estudios realizados en la última década reflejan que en la adolescencia es cuando se produce el mayor porcentaje de abandono del deporte entre las mujeres. Antes, la falta de referentes, la ausencia de gestoras y el desarrollo hormonal eran algunas de las causas que potenciaban que las niñas dejaran la actividad física a partir de los 12 ó 13 años.

Pero, aunque han mejorado numerosos aspectos -por ejemplo el de los referentes femeninos-, el abandono deportivo en esta franja de edad sigue siendo notablemente más alto entre las mujeres.

Un nuevo estudio, realizado por la jugadora inglesa de hockey Tess Howard, revela que el 70% de las mujeres vieron cómo de niñas abandonaron el deporte por ropa y las preocupaciones relacionadas con la imagen corporal. Además, muchas se sintieron «sexualizadas» por lo que se vieron obligadas a usar.

De hecho, el análisis apunta que usar diferentes uniformes puede influir en el desarrollo de un miedo a la «masculinización» y a tener percepciones «masculinas o lesbianas» en el deporte. «Los hallazgos que descubrí, en términos de la cantidad de niñas que retrasan hacer deporte, son realmente alarmantes», dijo Howard. «Ninguna persona debe dejar de participar en cualquier deporte basándose únicamente en el uniforme que se requiere. Debemos poner el propósito del deporte en primer lugar y permitir que las personas disfruten de estar activas para obtener todos los beneficios claros».

La jugadora espera que su investigación, que incluyó respuestas de más de 400 mujeres mayores de 18 años, pueda ayudar a generar cambios en el deporte de más alto nivel. «Mi sueño es ir a los Juegos Olímpicos, pero mi sueño también es unos Juegos Olímpicos con la opción de usar pantalones cortos o faldas», dijo.

Cambios en el color de la ropa por la menstruación

La menstruación es también una de las causas que lleva a muchas mujeres a dejar la práctica deportiva por diversas razones. En este sentido, y tras las reclamaciones de las jugadoras, la Asociación de Fútbol confirmó el lunes que el equipo femenino de Inglaterra cambiará el color de sus pantalones cortos a azul después de las preocupaciones sobre el uso del color blanco durante los períodos.

No es el único caso, ya que la selección de fútbol de Nueva Zelanda también reclamó cambios al respecto en las equipaciones

Fuente: https://www.marca.com/otros-deportes/2023/04/07/643000cfe2704e0c078b458c.html

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El nuevo año escolar empieza sin clases en Afganistán

Asia/Afganistán/24-03-2023/Autor(a) y Fuente: www.jornada.com.mx

Kabul. Las escuelas afganas reabrieron este martes para el nuevo curso escolar, pero debido a la falta de comunicación de las autoridades talibanas, los alumnos no acudieron a los establecimientos, que siguen estando prohibidos a las adolescentes, constataron periodistas de la AFP.

Las autoridades decidieron la reanudación el martes de las clases de primaria y secundaria pero no lo anunciaron públicamente, con lo que los alumnos no acudieron a las escuelas, constataron periodistas de la AFP tras visitar siete centros en Kabul.

«Nuestro director nos mandó una carta del ministerio de Educación, pero como no se hizo ningún anuncio público, ningún alumno vino», dijo a la AFP Mohammad Osman Atayi, profesor de un centro de secundaria en la capital.

El anuncio no supone ningún cambio para las chicas de entre 11 y 18 años, quienes tienen prohibido el acceso a la educación secundaria desde el regreso de los talibanes al poder en agosto de 2021.

Hubo un breve momento de esperanza para las cientos de miles de adolescentes afectadas el 23 de marzo de 2022, cuando las autoridades habían prometido reanudar las clases para mujeres, pero horas después se retractaron.

«Estoy deprimida y rota», explicó a la AFP Sadaf Haidari, de 15 años. «La educación es nuestro derecho fundamental. Tenemos que ir a la escuela (…) pero los talibanes nos quitaron todo».

Las autoridades aseguraron que la prohibición, que no afecta a la educación primaria, era temporal y que las clases se reanudarán una vez se defina un programa basado en los preceptos islámicos.

Sin embargo, algunos responsables talibanes afirman que los religiosos ultraconservadores que aconsejan al líder supremo Hibatullah Akhundzada son profundamente escépticos respecto a educar a las mujeres.

Fuente e Imagen: https://www.jornada.com.mx/notas/2023/03/21/mundo/el-nuevo-ano-escolar-empieza-sin-clases-en-afganistan/

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La educación que queremos | Seres permeables en un mundo líquido

Por: Andrés García Barrios

En esta nueva entrega de «La educación que queremos», Andrés García Barrios comparte algunas reflexiones en torno al 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.

Reflexiones en torno al 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer

Es de noche, vamos de regreso a casa. G ―mi esposa― está al volante. Contenta, me dice que me va a mostrar el atajo que descubrió en estos días. Con asombro, veo como poco a poco se adentra en lo que sospecho será un gran desvío. G. me pide paciencia y sin embargo llegamos a un punto en que cualquier rumbo que ella elija será una desviación: el camino más corto quedó atrás. Su atajo resulta ser un rodeo enorme; eso sí, por pasos a desnivel bastante despejados por los que el auto avanza ágilmente, dándome una sensación de vuelo, de libertad. “¿Ves? ―me dice― ¿Es una buena ruta, no crees?”. Yo me río. Trato de disimular y ser amable. Hemos recorrido varios kilómetros de más, con gasto de gasolina y tiempo. Sin embargo, con mi disposición tranquila, el viaje me ha parecido ligero y sin inconvenientes. Llegamos a casa sin discutir. G. también está a gusto, no hemos batallado por saber quién tiene la razón.

De hecho, siempre hay mil razones para tomar una ruta diferente a la “correcta”. Razones que no tienen nada que ver con los razonamientos habituales, razones que ponen en entredicho nuestro concepto de error; razones que prefieren caminos mentales ágiles, con sensación de vuelo, por espacios amplios e iluminados. donde caben la intimidad y el afecto, el respeto y la consideración, y que dan por añadidura una experiencia de aterrizaje cuando uno llega a una conclusión. Razonamientos que tienen más que ver con invitar al otro a compartir una experiencia. Razonamientos que me recuerdan aquella frase de Blas Pascal, el científico y místico francés: “El corazón tiene razones que la razón desconoce”.

Darío Sztajnszrajber, popular escritor argentino y divulgador de la filosofía, propone que tomemos el significado de la palabra filosofía (amor a la sabiduría) poniendo más énfasis en el amor que en el conocimiento. Es lo que hace G. Seguro que cuando anda por ahí experimentando nuevas rutas, aprende algo y ama eso que aprende.

Al decir esto, me envuelven de súbito aquellos versos de Oliverio Girondo que se refieren a las mujeres diciendo: “No les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar”. Me envuelven, sí, y sin embargo son versos que no me gustan. ¿Quién se cree Girondo ―por muy poeta que sea― para decirles a las mujeres cómo deben ser, para pedirles que llenen sus expectativas y, a fin de recibir su perdón, se echen a volar? ¿Acaso él mismo es un ave altísima, un querubín, un veloz planeador a la espera de que las mujeres lo alcancen? Yo, la verdad, me lo imagino más bien como un gordo terrenal, apoltronado en su camastro y pidiéndoles a las mujeres que vuelen para él, que se eleven y lo diviertan con su vuelo. Sin embargo, a G. le encantan esos versos; así me lo dijo hace más de veinte años cuando la conocí. Tal vez esperaba que yo fuera ese hombre que la alentara a volar, que admirara su vuelo y la incitara a elevarse. Pero yo lo que hice en aquella primera cita fue criticar a Girondo.

Lo critiqué, sí, sin fingir el menor romanticismo. Pero bueno, al menos también le expliqué a G. por qué lo hacía. Finalmente, decir todo lo que pienso es mi debilidad. Es también ―ella y yo lo admitimos― una de las cosas que nos ha mantenido juntos. La otra es el hecho de que G. fuera más bien callada, al menos en cosas que yo consideraba esenciales. Ambas “debilidades” nos han mantenido unidos porque estando juntos hemos aprendido a escucharnos. Escuchar su silencio ha sido lo más difícil para mí. Hablar y escucharme ha sido el reto para ella. Así lo veo yo. Y juntos vamos aprendiendo y creando un espacio de habla y silencio, de comunicación.

Vamos creando un espacio de comunicación para nosotros y nuestros hijos. Tenemos dos. Deseamos que ellos aprendan de ese silencio rumoroso y parlanchín que hemos creado juntos, donde las palabras pueden hablar pero siempre intentan no decir “lo definitivo”, “lo correcto”. Lo intentan aunque no siempre lo logran: a veces rebasan la raya del silencio prudente, pero por lo general logran retraerse e incluso pedir una disculpa.

Zygmunt Bauman, el pensador polaco, describe el mundo actual como una modernidad líquida en la que todo fluye y escapa a nuestras manos, desbordando todas las verdades que podrían contenerla. En este mundo no hay dirección sino dispersión. Nada queda, nada se detiene para poder mirarlo, nada frena el tiempo suficiente para tomar un poco de ello. Me sorprende que esta imagen de la dispersión líquida sea también la que representa, según los antiguos chinos taoístas, a la necedad juvenil, que fluye por todas partes sin postura alguna ni dirección, y que sin embargo, gracias a su propia terquedad, acaba llenando todo y superando los obstáculos para seguir corriendo: así se hacen los ríos, los grandes cauces que hacen que la humanidad permanezca.

Una realidad líquida tiene la virtud de que nos enseña a ser permeables. El término permeabilidad (sinónimo, para mí, de comunicación) sirve a la idea principal de este artículo, que es despejar las telarañas ideológicas que se han fraguado en torno a las diferencias entre hombres y mujeres, efectuar un ejercicio de desaprendizaje que cuestione todos esos razonamientos contundentes que nos encierran a mujeres y hombres en nichos arbitrarios, en estereotipos “impermeables” entre sí.

Mi mente se remonta entonces al origen moderno de este tipo de cuestionamientos, es decir, más o menos al siglo XVI, cuando la humanidad comenzó a deshacerse de un sistema clerical que había convertido los misterios de cielo y tierra en reglas y obediencia, reprimiendo todo tipo de pensamiento autónomo. Al sentir que con su razón podía entender la realidad, el ser humano vio en el conocimiento matemático y científico la vía para recobrar el para entonces ya muy desgastado espíritu de trascendencia. La promesa inicial fue incluir a las mujeres en ese vuelo. Los salones de algunas ricas damas se llenaron de hombres y mujeres que discutieron juntos los importantes avances de la filosofía y la ciencia. Ellas, como figuras centrales de esas tertulias, influían ―indirectamente pero de forma contundente― en las oportunidades de los varones para entrar en los círculos académicos (que a ellas, por cierto, les estaban vedados). Además, al exigir que en sus salones se hablara sin pedantería sino con un lenguaje llano y comprensible para todos, se convirtieron en las primeras divulgadoras de la ciencia.

Pero aquel incipiente protagonismo les duró poco. El nuevo espíritu de trascendencia que se había distanciado de la religión oficial y que ahora veía a la razón como la cúspide de lo humano, no se separó sin embargo de la antigua dualidad filosófica entre alma y cuerpo. Ahora la mente, el intelecto, se elevaba sobre la naturaleza, intentando reducir el mundo material a objeto de estudio y satisfactor de las necesidades físicas. Siendo estas últimas indoblegables, resultaba necesario que alguien se hiciera cargo de ellas. La mujer, a quien se creía más apegada a la naturaleza,* era la candidata ideal para las tareas de esa materialidad cotidiana, como administrar el hogar y criar a los hijos.

Ya para el siglo XVII, las “mujeres sabias” eran objeto de burla (el gran dramaturgo francés Moliere cometió el error de ridiculizarlas en al menos dos de sus comedias). Muchas acabaron por ocultar su fuerza para conservar al menos el poder que les daba parecer débiles. Otras dieron la batalla. Sin embargo, la sociedad no era aún lo suficientemente líquida (lo suficientemente confusa e inasible) como para exigir la permeabilidad que en la época actual empieza a ser requisito de supervivencia. La ciencia apenas emprendía el vuelo y tardaría todavía mucho tiempo en alcanzar su punto más alto. Después de un siglo XIX que recrudeció tanto la fe en la verdad científica como la represión sobre la mujer (cuya inferioridad intelectual ahora estaba “científicamente comprobada”), los seres humanos vimos a la diosa Razón acercarse a su punto de mayor lucidez mientras sus alas empezaban a chorrear, como las del pobre Icaro que, sin tomar en cuenta que eran de cera, se acercó al sol demasiado.

Hoy, en nuestro mundo de alas licuadas y verdades líquidas, ya no tiene sentido que lo masculino y lo femenino (reales o estereotipados) permanezcan separados y empiezan por fin a permear uno hacia otro. Cada vez más juntos, hacen converger lo emocional/familiar con lo intelectual/social, cuya separación fuera herramienta clara del patriarcado racionalista que moldeó a la sociedad moderna. Aquí y allá, en rincones oscuros empieza a fraguar un nuevo mundo cuya principal característica promete ser una solidez moldeable. Al haberse perdido una valiosa oportunidad de igualdad, esa que fuera abierta en los inicios de la modernidad, una incipiente comunidad de seres permeables cuartea los moldes con una agresividad contenida por siglos: mujeres explosivas surgen para defenderse (a sí mismas y a todo su género) de hombres violentos que no quieren renunciar a tener la razón; otros hombres buscan y encuentran en la feminidad las cualidades que habían extraviado; algunos padres se quedan en casa a cuidar a sus hijos mientras las madres salen para dar a éstos un ejemplo de fuerza y feminidad. A nuestro alrededor, el aire mezcla todas las esencias, que vuelan quién sabe a dónde, sin dirección (todavía sin dirección), en busca de un hogar terrenal más promisorio. Van hacia él por atajos inciertos y desvíos de varios kilómetros (perdidos para la razón, pero recobrados para el corazón) antes de aterrizar.

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Si bien, en la mitología bíblica, la mujer es la primera en desobedecer a Dios, comer del fruto que da “discernimiento” y ofrecérselo al hombre, es este último, Adán, el primero en conocer la deslealtad (característica que no se le puede imputar a la mujer): de inmediato la acusa con el creador: “Fue ella quien me lo dio”. Y reniega de Dios y de lo que antes le era propio: “Ella, la mujer que  me diste”.

Admiro más a Eva. Si bien esto puede ser visto como una forma de empatía personal, no deja de resultarme sumamente útil para tomar la postura que el mundo actual me muestra como la más justa: ponerme del lado de la mujer y de su lucha por la igualdad (algunas prefieren hablar de equidad).

Apoyar a las mujeres no es fácil para los hombres porque significa aceptar que hemos quedado en desventaja frente a ellas. Me explico. Al atribuirles durante siglos una superioridad afectiva y mayores cualidades para la crianza, hoy que demuestran su igualdad intelectual en todos los órdenes, quedan dueñas de aquellas primeras cualidades además de las de sus capacidades cognitivas y su inteligencia (nosotros nos quedamos sólo con nuestra fuerza y nuestro cuerpesote, y en muchos casos ni eso). El haberles hecho a un lado, reservando para ellas el mundo emocional, tuvo sus riesgos, y ahora vemos cómo crecen y amenazan con dejarnos a sus pies, en la sombra.

En todo caso, la importancia de impulsar la lucha por la equidad de las mujeres y en educar a nuestros hijos en ese sentido, radica en que son sobre todo ellas las que hoy ―al movilizar sus derechos corporales, intelectuales y espirituales― están enarbolando una bandera que pertenece a ambos géneros (ni modo, tenían que hacerlo, a veces con justa explosividad, y es que los hombres parecíamos dispuestos a seguir en el mismo estado de alienación durante mucho tiempo, marcando una serie de diferencias arbitrarias que no nos pertenecían de fondo, de ninguna forma).

Creo que una sociedad permeable acabará revelándonos que somos tan parecidos, que en realidad nuestro principal conflicto radica justamente en espejearnos siempre: querer, por ejemplo, que el otro sepa de antemano quién soy, qué quiero, qué necesito, todo sin tener que decírselo ni pedírselo. O bien en querer expresárselo a gritos sin dar tiempo a que el silencio lo muestre. Todo como si yo fuera un Yo repetido dos veces, un Yo mirándome al espejo (todo lo contrario de alguien permeable: más bien un Narciso).

* Parece que las mujeres siempre se han resistido mucho más que los hombres a perder su integridad y a renunciar a su naturaleza. Finalmente tenía razón Pierre Roussel cuando en un libro de 1775 decía ―creyendo señalar un defecto― que “la mujer no sólo es mujer por una parte, sino por todas las caras por las que puede ser contemplada”.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/la-educacion-que-queremos-seres-permeables-en-un-mundo-liquido/

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El Ministerio de Igualdad condena un nuevo asesinato por violencia de género en la provincia de Zaragoza

Por: Tercera Información

  • El número de mujeres asesinadas por violencia de género en España asciende a 10 en 2023 y a 1.192 desde 2003. Asimismo, el número de menores huérfanos y huérfanas por violencia de género en España asciende a 14 en 2023 y a 391 desde 2013.

6 de marzo de 2023.- El Ministerio de Igualdad condena un nuevo asesinato por violencia de género en la provincia de Zaragoza. Se trata de una mujer de 39 años asesinada presuntamente por su expareja el pasado 3 de marzo. La víctima tenía un hijo menor de edad y existían denuncias previas por violencia de género contra el presunto agresor.

Con la confirmación de este caso, el número de mujeres asesinadas por violencia de género en España asciende a 10 en 2023 y a 1.192 desde 2003, cuando se empezaron a recopilar datos. Igualmente, el número de menores huérfanos y huérfanas por violencia de género en España asciende a 14 en 2023 y a 391 desde 2013, año en el que se comenzaron a recopilar estas cifras.

La ministra de Igualdad, Irene Montero, y la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, quieren expresar de nuevo su más absoluta condena y rechazo a este asesinato machista y trasladan todo su apoyo a familiares y amistades de la víctima. Tanto la ministra como la delegada piden todos los esfuerzos desde las instituciones, administraciones y el conjunto de la sociedad para llegar a tiempo y evitar más asesinatos.

El Ministerio de Igualdad, por medio de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, quiere recordar que el teléfono 016, las consultas online a través del email 016-online@igualdad.gob.es, el canal del WhatsApp en el número 600 000 016 y el chat online, accesible desde la página web violenciagenero.igualdad.gob.es/, siguen funcionando con normalidad las 24 horas, todos los días de la semana. En el 016 se puede pedir asesoramiento sobre los recursos disponibles y los derechos de las víctimas de violencia de género, así como asesoramiento jurídico de 8 h a 22 h todos los días de la semana, con atención en 53 idiomas y un servicio adaptado a posibles situaciones de discapacidad.

Por otro lado, también recuerda que en una situación de emergencia se puede llamar al 112 o a los teléfonos de emergencias de la Policía Nacional (091) y de la Guardia Civil (062). En caso de que no sea posible realizar una llamada y ante una situación de peligro, se puede utilizar la aplicación ALERTCOPS, desde la que se enviará una señal de alerta a la policía con geolocalización. Estos medios de asistencia pueden ser activados por la víctima y también por cualquier persona que conozca o sospeche de un caso de violencia de género. Es un deber de toda la sociedad.

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