El COVID-19 ha aumentado el riesgo de que las niñas sean víctimas de la mutilación genital femenina

El cierre de las escuelas, los confinamientos y la alteración de los servicios sanitarios por la pandemia de COVID-19 han aumentado el riesgo de sufrir esta aborrecible práctica, que amenaza a dos millones de mujeres y niñas durante la próxima década. El titular de la ONU apoya las iniciativas para cambiar las normas sociales que perpetúan esta práctica.

La OMS lanza dos nuevas publicaciones para ayudar a las afectadas y el personal sanitario

La Organización Mundial de la Salud anunció hoy el lanzamiento de dos nuevas herramientas para ayudar a los profesionales de la salud a prestar la mejor atención posible a las niñas y mujeres que han sido sometidas a la mutilación genital femenina, así como para apoyar los esfuerzos mundiales para poner fin a esta práctica nociva y a la violación de los derechos humanos.

La comunicación centrada en la persona para la prevención de la mutilación genital femenina: Guía del facilitador para la formación del personal sanitario orienta a los profesionales del área de la salud a analizar sus conocimientos respecto a esta práctica, y a desarrollar sus y habilidades sobre cómo capacitar a sus pacientes en el proceso de toma de decisiones para detenerla.

La científica de la Organización y experta en mutilación genital femenina, Christina Pallitto, resaltó la clara posición de la OMS sobre esta práctica al indicar que «no hay ninguna justificación – médica o de otro tipo – para llevar a cabo la mutilación genital femenina. Sólo causa daños y es una grave violación de los derechos humanos”.

Sin embargo, indicó que para algunos profesionales de la salud puede ser difícil saber qué hacer cuando una familia les pide que practiquen la mutilación genital femenina.

“Esta nueva formación les ayuda a aprender a decir ‘no’ y, sobre todo, a escuchar a las personas a su cargo y a hacerles cambiar de opinión, todo ello con un enfoque centrado en la persona», aseguró.

Del mismo modo, la Integración de los contenidos sobre la mutilación genital femenina en los planes de estudio de enfermería y partería responde a la necesidad de integrar el contenido sobre la prevención y la atención de la mutilación genital femenina en los currículos académicos de ambas disciplinas -así como de otros proveedores de salud- de forma sistemática y sostenible.

Margaret Chepoteltel sufrió la mutilación genital femenina cuando era niña.
Fundación Comunicativa para el Desarrollo de Uganda /John Bosco Mukura
Margaret Chepoteltel sufrió la mutilación genital femenina cuando era niña.

Últimos datos sobre la mutilación genital femenina

  • Al menos 200 millones de niñas y mujeres han sido víctimas de mutilación genital femenina. Otros dos millones de niñas podrían estar en riesgo para 2030 debido a la COVID-19, lo que supondría una reducción del 33% en el progreso hacia el fin de esta práctica nociva
  • Aproximadamente una de cada cuatro mujeres y niñas, unos 52 millones en todo el mundo, fueron sometidas a la mutilación genital femenina por parte de personal sanitario. Esta proporción es dos veces mayor entre las adolescentes, lo que indica un crecimiento de la medicalización de esta práctica
  • De los 31 países con datos disponibles sobre mutilación genital femenina, 15 se enfrentan a conflictos, al aumento de la pobreza y a la desigualdad, una situación que genera una doble crisis para las niñas más vulnerables y marginadas del mundo
  • La mutilación genital femenina sigue siendo una práctica casi universal en algunos países: cerca del 90% de las niñas de Yibuti, Guinea, Malí y Somalia están afectadas por este flagelo
  • Se practica a edades cada vez más tempranas en la mitad de los países, lo que reduce la oportunidad de intervenir. Por ejemplo, la edad media para someterse a esta práctica en Kenya ha descendido de los 12 a los 9 años en las últimas tres décadas
  • El progreso es posible. Aunque hoy en día la probabilidad de que las niñas sean sometidas a la mutilación genital femenina es un tercio menor que hace tres décadas, es necesario que los avances sean al menos 10 veces más rápidos para alcanzar el objetivo mundial de eliminación para 2030. Múltiples crisis como la COVID-19, el aumento de la pobreza, la desigualdad y los conflictos, están exponiendo a millones de niñas a un mayor riesgo de mutilación genital femenina
  • En las dos últimas décadas, se ha doblado la proporción de niñas y mujeres de países con alta prevalencia que se oponen a esta práctica
  • Garantizar el acceso de las niñas a la educación, la atención sanitaria y el empleo es fundamental para acelerar la eliminación de la mutilación genital femenina y permitir que contribuyan a un desarrollo social y económico equitativo

Fuente: https://news.un.org/es/story/2022/02/1503532

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