África/19 de Marzo de 2018/Extra
No se trata de una problemática del pasado. El matrimonio infantil continúa existiendo en pleno siglo XXI. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) —que trabaja para disminuir los casos— el matrimonioinfantil “viola los derechos humanos”. Agrega que se trata de una forma generalizada de abuso sexual y explotación de las niños. Esta problemática también puede terminar en trabajos forzados, esclavitud, prostitución y violencia. El desenlace puede ser la muerte.
En el caso de las niñas adolescentes, la probabilidad de muerte es mayor. Las complicaciones médicas por el embarazo y el parto colocan a las menores en riesgo.
En gran parte del continente africano se registra un elevado porcentaje de matrimonios infantiles. Un ejemplo es el conjunto de países que conforman África Subsahariana, ahí el 38 por ciento de mujeres se ha casado durante su infancia.
Los motivos para la incidencia de este fenómeno en África y Asia Meridional están relacionados con presiones económicas, sociales y culturales.
Un paso al frente
Las cifras parecen esperanzadoras. En la última década los índices de menores de edad que contrajeron matrimonio disminuyeron un 15 % a nivel mundial. Sin embargo, esto significa que aproximadamente 1 de cada 5 menores se siguen casando.
Según los datos de la Unesco con esta reducción se han evitado 25 millones de casamientos. La meta para la erradicación total está fijada para 2030, pero el ritmo debe acelerarse. La organización señala que si las medidas no se ajustan, en 12 años más de 150 millones de niños se casarán antes de los 18 años.
En Ecuador
En el país también se registran casos de matrimonio infantil, aunque en un contexto diferente. Según el Estudio sobre prácticas nocivas: matrimonio infantil y uniones precoces en Ecuador—publicado en diciembre de 2016 por el colectivo Coalición Nacional de Mujeres del Ecuador— “el matrimonio infantil precoz (en el país) es consecuencia de la discriminación por sexo, género, grupo de edad, prácticas sociales y creencias culturales que derivan en acciones que afectan los derechos humanos de las niñas”.
Según datos del estudio, entre 2009 y 2014, se registró el matrimonio de 6.740 mujeres menores de edad.
La desigualdad de género sale a relucir en los grupos menos favorecidos, especialmente indígenas, afroecuatorianos, y en los contextos rurales. A esto se le suman los estereotipos y el embarazo adolescente.
Las consecuencias de un matrimonio a corta edad son:
– Exclusión del sistema educativo
– Problemas de salud (complicaciones en el embarazo)
– Pobreza
– Violencia de género
Fuente: http://www.extra.ec/actualidad/matrimoniosinfantiles-indices-mundiales-unesco-derechoshumanos-EG2080237