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Los libros de texto más revisados de la historia

Por: Abelardo Carro Nava

 

Considero que los libros de texto gratuitos de la Nueva Escuela Mexicana han sido los más revisados de la historia

En esta primera semana de actividades del ciclo escolar 2023-2024, tuve la oportunidad de visitar diversas escuelas primarias para dialogar con directivos y maestros sobre algunos temas relacionados con la formación inicial de estudiantes de las escuelas normales; el diálogo, tan rico como lo es con quienes viven a diario las bondades y vicisitudes de nuestro intricado Sistema Educativo, favorece el intercambio de puntos de vista sobre los diversos acontecimientos, en este caso, de la educación básica. Destaco tres momentos que me parecieron importantes, a propósito de los tan comentados, revisados y analizados Libros de Texto Gratuitos (LTG) de la Nueva Escuela Mexicana (NEM).

En primer lugar, retomo algunas ideas de la conversación sostenida con una maestra a la que, en este ciclo escolar, le asignaron tercer grado; desde luego, el intercambio de miradas me permitió comprender el tránsito que paulatinamente se irá dando pues, de un libro de texto totalmente prescriptivo que les era entregado a los profesores, la posibilidad de generar otras propuestas me sigue pareciendo bastante, pero bastante pertinente.

Recuerdo con claridad que la profesora hablaba de una lectura contenida en el Libro Múltiples Lenguajes titulada “El ki de Zamná”. Hago un breve paréntesis para señalar que este texto se encuentra en la página 28, su autor es Omar Alfredo Nieto Arroyo y, entre otras cosas, narra lo que sucedió cuando la niña Yolanda ve a un compañerito suyo, Zamná, en el mercado de artesanías de Mérida, Yucatán, pues los papás de este último eran artesanos y se dedicaban a la venta de tapetes, bolsas, zapatos, hamacas y sombreros de fibra de henequén. Con este referente, esta maestra describía la forma o manera en que desarrollaría un proyecto con sus alumnos pues, como ella misma lo reconoció, había cosas que desconocía, por ejemplo, cómo es que se producía el sisal y cómo es que éste terminaba en un accesorio que a veces usamos; también, que en Yucatán el henequén es conocido como ki porque así se dice en maya, y que éste también puede producir combustible para los autos; aunado a que también desconocía que había una historia de un dios llamado Zamná que fue herido con una espina de henequén. En fin, el que no conociera a profundidad sobre tales cuestiones la había llevado a indagar más sobre el tema, por ejemplo, en qué región de Yucatán se trabaja el henequén y cuál era su ubicación geográfica, si éste era originario de ahí o en qué otros países se producían sombreros, bolsas u otros accesorios a partir del ki, si éstos eran exportados y cuál era su costo, y si la historia del dios Zamná tenía otras aristas o diversas interpretaciones entre los lugareños, etcétera, etcétera, etcétera. Y bueno, como decía, el proyecto ya lo tenía en mente, solo faltaba trabajarlo para que en su momento lo pudiera desarrollar con sus alumnos.

Otro momento, un tanto similar al anterior, lo recogí de un diálogo muy interesante que se estaba dando en un colectivo docente sobre un tema y dos proyectos contenidos en los Libros Proyectos de Aula y Comunitarios de primer grado. La conversación giraba en torno al vínculo que se podía o no establecer entre dos proyectos, uno denominado Nombrario de grupo (Proyectos de aula) y el otro Nuestras manos hablan (Proyectos comunitarios). Hago un paréntesis para señalar que, el primer proyecto tiene como finalidad que los alumnos conozcan más sobre la escritura de su nombre, su significado y las letras que lo componen; mientras que en el segundo se plantea que los estudiantes elaboren un fichero de frases en lengua de señas mexicana, que podrían ser compartidos con la comunidad. Y bueno, retomando la conversación, recuerdo que los profesores brindaban sus puntos de vista sobre los Contenidos y Procesos de Desarrollo de Aprendizaje del Campo Formativo de Lenguajes y, como parece el obvio, sobre el vínculo que podría realizarse con los LTG; sin embargo, lo que me pareció más interesante fue la intención de vincular los proyectos contenidos entre estos dos libros de texto, cuyas actividades podrían ser ajustadas para que, por un lado, los niños trabajaran la escritura de su nombre, pero también, el conocimiento del abecedario en lengua de señas mexicana y la enorme posibilidad de comenzar a identificar las letras de su nombre a través de las manos a partir de la escritura de las letras que lo componen para, finalmente, exponerlo a los padres de familia y/o colocarlos en algún lugar en la entrada de la escuela para que cualquier persona de la comunidad que caminara por ella se detuviera a observar el material elaborado por los pequeños.

Un momento más que, desde luego me pareció interesante, fue el diálogo que observé y escuché entre el colectivo docente de otra escuela primaria; la conversación versaba sobre la incertidumbre de trabajar siempre por proyectos en las aulas, sin considerar otras alternativas desde las cuales, a decir de los profesores, se podría hacer énfasis en una disciplina y no en el proyecto como tal. Obviamente yo esperaba que el director, en ese momento, señalaría que en lo sucesivo se trabajaría por proyecto, porque así lo mandataba la NEM, el Plan de Estudios o LTG, pero craso error de mi parte, sucedió lo contrario, y no solo eso, recomendó varios materiales u otras alternativas para reforzar algunas áreas del conocimiento que era necesario profundizar para atender lo que el mismo diagnóstico iría arrojando durante la primera y segunda semana. Esta apertura desde luego que me pareció bastante pertinente porque, precisamente, un elemento fundamental para el desarrollo del trabajo docente parte de los resultados del diagnóstico y no de la imposición a rajatabla de una propuesta educativa que, por ejemplo, puede ser extraordinaria, pero que no lo podría ser tanto si es que no se parte del conocimiento de los alumnos, su contexto, etcétera. En consecuencia, el emplear o no los LTG dependería de las actividades que diseñaría o planearía el maestro para sus alumnos.

Sí, considero que los LTG de la NEM han sido los más revisados de la historia, al menos, de la historia de mis poco más de 25 años de servicio; en consecuencia, pienso que la revisión más importante es la que he descrito en párrafos anteriores, donde cada uno de estos agentes educativos que tienen la enorme responsabilidad de coordinar el proceso de enseñanza y aprendizaje, como parece obvio, tienen la última palabra; desde luego que esto no significa que lo narrado sea una generalidad que ocurre en todo México, lo que estoy diciendo es que estos actores son quienes toman decisiones previa valoración de ciertos factores que intervienen en dicho proceso. Entonces, ¿por qué no confiar en las maestras y los maestros?, ¿por qué denostar y menospreciar el trabajo que han hecho en los LTG?

Sí, considero que los LTG de la NEM han sido los más revisados de la historia, al menos, cada semana leo, veo y escucho una cantidad importante de conversatorios, foros, notas o artículos en las redes sociales, lo cual me parece extraordinario, porque en unas semanas subió el promedio de lectura nunca antes visto en nuestro país, y eso que desde la derecha se quejan que no se lee mucho en México. Vaya, hasta ellos han conocido un libro de texto gratuito, lo cual me parece doblemente extraordinario porque, sin duda, podrán arengar su quema o no distribución en las escuelas, pero de que los han leído los han leído; bueno, eso espero.

Sí, considero que los LTG de la NEM han sido los más revisados de la historia, y qué bueno… qué bueno.

Fuente de la información e imagen:  https://profelandia.com

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Nueva Escuela Mexicana: lo viejo no termina de morir y lo nuevo no termina de nacer

Por: Erick Juárez Pineda*

 

El sexenio está por concluir y la Nueva Escuela Mexicana no termina de nacer.

En mayo del 2018, el entonces candidato a la presidencia Andrés Manuel López Obrador, presentó en Oaxaca los “10 compromisos por la educación en México”. Uno de ellos, el séptimo, indicaba que, de llegar a la presidencia, debería elaborar conjuntamente con los maestros, padres de familia y pedagogos especialistas, “un plan educativo que mejore, de verdad, la calidad de la enseñanza sin afectar los derechos laborales del magisterio” (AMLO, 2018); y, al mismo tiempo, eliminar la “mal llamada Reforma Educativa” impulsada por el ex presidente Enrique Peña Nieto.

Al ganar las elecciones y consolidar los cambios al artículo tercero de la Constitución, comenzó la elaboración de las leyes secundarias que dieron cuerpo a los cambios legales. De ellas, surgió la Ley General de Educación, la cual menciona por primera vez de manera oficial, un nuevo concepto: La Nueva Escuela Mexicana (NEM), la cual, según el documento, tiene por objetivo “el desarrollo humano integral del educando, reorientar el Sistema Educativo Nacional, incidir en la cultura educativa mediante la corresponsabilidad e impulsar transformaciones sociales dentro de la escuela y en la comunidad” (DOF, 2019).

Sin embargo, la concepción sobre los alcances y acciones puntuales de la NEM no fueron claros. Los diversos titulares de la Secretaría de Educación Pública (SEP) que han desfilado por este gobierno han dado una interpretaciòn completamente distinta durante sus respectivas administraciones: Para Esteban Moctezuma, la NEM buscaba, sin decir cómo, una “educación de excelencia y calidad” (SEP, 2020); Delfina Gómez dio prioridad en concretar la implementación de nuevos planes y programas de estudio que fueron frenados por organizaciones de corte conservador por medio de amparos judiciales, y Leticia Ramírez trata de presentar nuevos libros de texto para el ciclo escolar 2023-2024, los cuales nacen al final del sexenio y en medio de diversas críticas y debates sobre el aterrizaje de los contenidos y las implicaciones que ellos tienen en la práctica docente.

Lo que también preocupa, es que la continuidad del proyecto educativo que no termina de nacer esté ligado directamente a los procesos electorales del 2024. No hay certeza de su seguimiento y corremos el riesgo que, como sucedió en esta administración, todo lo ya construido se elimine y comience de nuevo la implementación de políticas educativas que eliminen todas las acciones ya concretadas.

La Nueva Escuela Mexicana aún es un enigma para buena parte del magisterio nacional. No solo es un problema de falta de criterios y definiciones básicas, sino de tibias estrategias de comunicación, difusión y divulgación de todo lo que esto implica.

Por años, los diversos especialistas de todas las corrientes han señalado la importancia de tener proyectos educativos transexenales que vayan más allá de los posicionamientos partidistas y electorales. Hoy estamos, otra vez, ante el abismo y la incertidumbre.

Ya lo decía Antonio Gramsci: “El viejo mundo se muere; el nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos.”

*Periodista especializado en educación.

Fuente de la información: https://revistaaula.com

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Un libro sin recetas para la maestra y el maestro y la Nueva Escuela Mexicana: un acercamiento

Por: Erick Juárez Pineda

 

El concepto de la Nueva Escuela Mexicana que propone la reforma educativa del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) comenzó a conocerse en los discursos del entonces secretario Esteban Moctezuma Barragán.

Si bien, ese mismo nombre se usó en la propuesta educativa del entonces subsecretario de Educación Básica, Lorenzo Gómez Morín durante el periodo de gobierno de Vicente Fox, no tuvo éxito ni impacto en la política educativa nacional.

Aunque en la reforma al artículo 3º de la Constitución no hace referencia a este concepto, sí se incluye un capítulo completo en el Decreto ​​por el que se expide la Ley General de Educación y se abroga la Ley General de la Infraestructura Física Educativa.[1]

Sin embargo, no fue hasta el final de la administración de Delfina Gómez Álvarez al frente de la Secretaría de Educación Pública (SEP), cuando se trató de aterrizar en las aulas a la “Nueva Escuela Mexicana”.

En enero del 2022 comenzaron a circular de manera extraoficial, diversas versiones del Marco curricular y plan de estudios 2022 de la educación básica mexicana, el cual era un borrador de programas analíticos y la reorganización de los contenidos para preescolar, primaria y secundaria.

Finalmente, el 19 de agosto del 2022, se publica en el Diario Oficial de la Federación el “Plan de estudio para la educación preescolar, primaria y secundaria”, del cual, se desprende un anexo que describe los diversos elementos de construcción de la Nueva Escuela Mexicana.

Para acompañar este proceso, se anunció la nueva familia de Libros de Texto, materiales que, de acuerdo a documentos filtrados, estará integrada por: 1 libro de saberes disciplinares; 3 libros de proyectos integradores para el aula, la escuela y el espacio comunitario; 1 libro para la maestra y maestro; y, 1 libro de múltiples lenguajes.[2]

Incluso, Marx Arriaga, Director General de Materiales Educativos de la SEP, señaló en sus redes sociales que estos nuevos libros estarían listos el 7 de abril para así, comenzar el nuevo ciclo escolar 2023-2024 con estos textos.

De estos materiales, ha surgido una nueva filtración. Me refiero al texto “Un libro sin recetas para la maestra y el maestro”, un libro que, según el mismo documento, busca “brindar una teoría que acompañe la revolución que realiza (el docente) en sus aulas”.

El texto (que no se debe tomar de manera oficial, pues actualmente circulan diversas versiones del mismo y no ha sido presentado por ninguna autoridad educativa), invita a los lectores a desarrollar “una conciencia crítica y una sensibilidad que permitan reconocer cuáles son las crisis sociales que se viven en su comunidad.”

Desarrollar esa conciencia es difícil, detalla el documento, ”le rodean tentaciones que buscan distraerlo, convencerlo de que sería mejor dejar todo tal y como está, vivir de manera apática y conformarse con lo que se tiene.”

El contenido se desarrolla en 12 ejes temáticos centrales: La nueva familia de libros de texto y su vinculación pedagógica; Obstáculos y resistencias para la implementación de la Nueva Escuela Mexicana; Ecología de saberes en el territorio escolar; Sobre la evaluación formativa y la calificación; El diseño creativo; Los profesionales de la docencia: revalorización de los maestros; La lógica de los campos y sus propuestas metodológicas; Escenarios: aula, escolar y comunitario; La escuela como un entramado social: necesidades y situaciones por atender; Los Campos formativos y su relación con los Proyectos; Los Contenidos y su relación con los Proyecto y Sugerencias metodológicas para el desarrollo de los proyectos educativos.

A continuación abordo de manera inicial cuatro elementos del libro que considero importantes: el concepto de comunidad; los aportes teóricos, epistemológicos y pedagógicos del documento; el lenguaje y los términos utilizados y la visión de la evaluación.

El libro inicia con el argumento de que “la comunidad es la forma de organización de la que podemos aprender que la solidaridad, la igualdad, la justicia y el respeto son valores indispensables para la conciencia del ser humano”. Por ello, indica, “en la Secretaría de Educación Pública creemos en la educación como un proceso social en el que se trabaja en colectivo; ésta emerge de las raíces de la comunidad como expresión de los procesos sociales, culturales y educativos”.

Respecto a las aportaciones teóricas y pedagógicas, advierte que se han inspirado principalmente “en pensadores mexicanos y latinoamericanos, sobre todo aquellos que parten de la pedagogía crítica, las epistemologías del Sur y la educación popular como Paulo Freire, Boaventura de Sousa, Simón Rodríguez, Adriana Puiggrós y Estela Quintar, entre otros. Referencias que han sido pensadas y gestadas desde y para América Latina.”

El texto no es sencillo en su totalidad. Si bien, tiene elementos fáciles de analizar y comprender, existen partes en las que se requiere conocimiento previo de mayor complejidad o está escrito con términos que poco ayudan a su divulgación.

Al respecto, Luis Hernández Navarro (2023) advierte que el documento “está escrito con fraseología pretenciosa, hermetismo y uso y abuso de la jerga académica, que lo aleja de su propósito: explicar, de manera ordenada, accesible y concisa, el tema, para que los docentes que lo lean, comprendan con facilidad lo que se dice.”

Si bien, esto no se encuentra en todo el libro, sí predomina en ciertos elementos teóricos que requieren de mayor tiempo de análisis y estudio.

Sobre la evaluación, el archivo señala que “busca superar la confusión histórica que existe entre asignar un número, un valor o medir.”

Esta confusión, agrega, “ha generado que cuando se expresa que se ha realizado una evaluación, en realidad lo que se hizo es emitir un juicio, la mayoría de las veces en forma numérica, sin trabajar a plenitud el concepto evaluación y en particular, la potencialidad que la evaluación formativa ofrece para analizar, impulsar y mejorar los procesos vinculados con la formación y al aprendizaje.”

Al respecto propone una evaluación formativa, la cual “no se puede formalizar, surge del trabajo escolar, requiere que Niñas, Niños y Adolescentes (NNA) estén en disponibilidad de reflexionar sobre sus logros, sus pendientes de trabajo, las dificultades que enfrentan y, sobre todo, sus compromisos personales y grupales para continuar trabajando.”

Sobre las calificaciones, reconocen que es una necesidad del sistema educativo que difícilmente refleja “la complejidad de los procesos que subyacen en la formación y el aprendizaje de los alumnos, pero necesita llevarse a cabo con criterios claros, asumidos por maestros y alumnos.”

En este sentido, propone que el maestro determine “para cada periodo de calificación las evidencias que tomará en cuenta para ello: trabajos escritos, elaboración de periódico mural, resolución de ejercicios, elaboración de alguna tarea en específico, resolución de un examen o cualquier otro tipo de evidencia, que puede concentrar a través de algunos de los instrumentos conocidos: portafolio, rúbrica, lista de cotejo.”

Sin embargo, advierten que la calificación “tiende a deformar el proceso educativo, en muchas ocasiones se convierte en la finalidad del trabajo escolar. Será necesario trabajar mucho para que ocupe el lugar que tiene en el sistema educativo, posibilitando que se trabajen con mayor profundidad los procesos que la evaluación en sentido pedagógico puede desarrollar.”

Este libro puede representar de manera más contundente a la Nueva Escuela Mexicana. Si bien, es un documento no oficial y por ello resulta complejo dar una visión integral del mismo por las diversas versiones filtradas en distintos medios; se debe reconocer que tiene elementos fundamentales para tratar de entender de manera más completa el proyecto educativo del actual sexenio. Ojalá hubiera llegado al principio de la reforma educativa y no al final del actual gobierno.

También corre el riesgo (al igual que toda la actual Reforma Educativa) de que esté sometida a los tiempos y lógicas partidistas y electorales. Por años, los expertos en educación y analistas educativos han dicho que para que un proyecto educativo pueda emitir sus primeros resultados, es necesario que sea transexenal y que a mediano plazo (al menos 15 años) se pueda hacer una evaluación del mismo.

Si en el siguiente proceso electoral (2024) llegan personas que no son afines a esta iniciativa y deciden echar todo para atrás (como sucedió en 2012 y 2018) y establecer una nueva reforma educativa, nunca se sabrá si esto ha dado buenos o malos resultados.

Su análisis se debe realizar desde diversos planos y de la manera más objetiva posible. Sus aspectos positivos y negativos deben ponerse en una balanza para poder descartar o fortalecer su contenido y aplicación en las escuelas.

La tarea de los actores educativos no será fácil. El papel de las autoridades será dar acompañamiento y brindar las condiciones necesarias para que las y los docentes hagan su tarea. A los investigadores y expertos, les toca analizar y proponer elementos que ayuden a resolver las dificultades del sistema educativo nacional. A los medios de comunicación nos corresponde además de comunicar y divulgar los temas educativos, crear puentes entre docentes, investigadores y tomadores de decisiones para poner en la agenda de discusión, los temas relevantes en materia educativa. A los alumnos y padres de familia, ser más cercanos e involucrarse en los procesos educativos y el cuidado de las escuelas. A los docentes, retomar el liderazgo y exigir una verdadera revalorización del magisterio. [MLMS5]

Todas y todos tenemos tareas; son urgentes y toca ponernos de acuerdo.


*Erick Juárez Pineda. Periodista especializado en educación. 

Twitter: @elErickJuarez


[1] DECRETO por el que se expide la Ley General de Educación y se abroga la Ley General de la Infraestructura Física Educativa. (2019). Diario Oficial de la Federación. Recuperado 4 de febrero de 2023, de https://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5573858&fecha=30/09/2019#gsc.tab=0

[2] Recomiendo la lectura de Abelardo Carro Nava “La nueva familia de libros de texto gratuitos. Algunas reflexiones” en Revista Aula https://revistaaula.com/la-nueva-familia-de-libros-de-texto-gratuitos-algunas-reflexiones/?fbclid=IwAR1uNYIhiSmVcKX41YkX1q6XbluWc_Gt4_fqHgPwS7TlUZOUUf7i-GdQELQ

Fuente de la información:  https://revistaaula.com

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Plan y Programas de estudio en la Nueva Escuela Mexicana: Intento de sabor a maíz y tierra

Dr. Alejandro Moreno Lozano

Jurídicamente se estipula en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el 19 de agosto de 2022, con el acuerdo número 14/08/22 por el que se establece el Plan de Estudios para la educación preescolar, primaria y secundaria a través del cual se pretende garantizar e incrementar los niveles de escolaridad de todas y todos los mexicanos, favoreciendo la educación bilingüe e intercultural.

El estado, a través de la construcción de la Nueva Escuela Mexicana (NEM), buscará la equidad, la excelencia y la mejora continua de la educación, para lo cual colocará al centro de la acción pública el máximo logro de aprendizaje de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes. Así mismo tendrá como objetivos el desarrollo humano integral del educando, reorientar el Sistema Educativo Nacional, incidiendo en la cultura educativa mediante la corresponsabilidad e impulso de las transformaciones sociales dentro de la escuela y en la comunidad.

En ese tenor, los planes y programas de estudio favorecerán el desarrollo integral y gradual de los educandos en los niveles de preescolar, primaria y secundaria, considerando la diversidad de saberes que emanan de la comunidad, todo con un carácter didáctico y curricular diferenciado, que responda tanto a las condiciones personales, sociales, culturales, sociales y económicas de los estudiantes.

El nuevo plan de estudios que pretende imprimir la visión del gobierno encabezado por el Lic. Andrés Manuel López Obrador, da especial énfasis a los aprendizajes que se generan dentro de la comunidad. Tradicionalmente los conocimientos válidos, fueron aquellos que se enmarcaban en un canon institucional que señalaba los parámetros de objetividad dentro del llamado método científico arraigado en la cultura griega, específicamente en la razón de la lógica aristotélica (384-322 a. C.)., que ha definido tradicionalmente a las ciencias que son comprobables.

EL debate sesudo entre las ciencias duras que provienen de aplicar el método científico inflexible y riguroso y las ciencias sociales o también llamadas ciencias del hombre, a dado pie a innumerables escritos que debaten sobre la pertinencia de uno y otro cuando de hacer ciencia se trata.

La contraparte a las ciencias naturaleza son las ciencias sociales o también conocidas como ciencias del espíritu, que se encargan del estudio de lo humano en los distintos frentes de su basta complejidad. Lo verificable cuando de temas humanos se trata, es que vez con vez la complejidad de los seres humanos le presenta retos que no puede superar las ciencias duras en tanto no fueron diseñadas para tratar asuntos sociales sino fenómenos de la naturaleza.

Los nuevos Planes y Programas de estudio intentan por la vía de la comprensión de la complejidad de los conocimientos que son válidos para los mexicanos, la construcción de un marco curricular que se distinga de los saberes de valía universal de construcciones internacionales.

Poner el dedo en la deconstrucción de la colonialidad de la que ha sido objeto el conocimiento del mundo natural y social en los mexicanos, exige una construcción basada en los saberes que se generan en la comunidad-territorio que habitan padres y estudiantes. La relación que se establece con lo que se hace y la forma en que se hace, pretende en primera instancia valorar los conocimientos que sufrían del desprecio histórico de los mal llamados conquistadores españoles y el sucesivo desconocimiento por los mismos mexicanos que se educaban dentro de las escuelas que rescataban la visión etnocentrista heredada de la visión europera, a través de la cual se sigue imponiendo la óptica de que “en Europa se encuentra la más hermosa raza de la humanidad” y que “La naturaleza, con lo perfecta que puede ser, hizo a los hombres blancos.”  (Tzvetan, 2009, pág. 133).

A la visión etnocentrista toma su basamento y convive sin mayores dificultades con la visión cristiana que en su sentido mas recalcitrante en el aspecto interpretativo, polariza a los que son merecedores de la gracia de Dios y a otros sin posibilidad de ser tomados en cuenta.

En tanto la bondad del todopoderoso, que los secretos de la Providencia Divina escapan a nuestra inteligencia humana, por lo que, equivocados por las apariencias, imploramos a menudo la intercesión de aquellos que han sido para siempre rechazados de su lado (Montes, 2019, pág. 11)

La reproducción de las desigualdades se visibiliza en homogeneidad de sus acciones cuando debería ser diferenciadas de acuerdo con las características del estudiante del que se trate.  (López, Steimber, & Tenti, 2008). Varios son los factores que inciden en el marcaje de las desigualdades. Uno de ellos es el sistema económico.  En este sistema, “la economía es la medida del ser humano, ignorando en algunas ocasiones la perspectiva humanista por una desmedida concentración de la riqueza desde las élites españolas y criollas”  (Ferrer, 1996, pág. 311). Históricamente, quienes podían acceder a un tipo de educación formal eran justo los que poseían el capital económico el cual podían intercambiar por educación que estaba al alcance de su solvencia.

Mirar a los propios comunes que pueblan el basto México multicultural, prurilingue con diversas condiciones socieconómicas y culturas, representa un reto mayúsculo que se agraba con la contrucción histórica que a denostado la apariencia, la comunidad y las lenguas originarias.

Resaltar los atributos de lo propio implica reconocer el signficado de lo propio-actual. Es decir, lo que las comunidades pueden presentificar como original, sin que se ignore desde los cuerpos académicos que toda presentificación de algo con el estatus de originalidad ha sufrido procesos de mezcolanza con elementos propios y externos  que enriquecen o cambian en algo la expresión original. Este proceo tiene impacto en la construcción de nuevos aprendizajes en los nuevos integrantes del grupo social que incoporan ese mundo que les ofrece expresiones que están en constante evolución: “Cada nueva experiencia que vivimos personalmente o bien observamos puede cambiar nuestros patrones mentales de algún modo, pero esos mismos patrones a menudo determinan cómo interpretamos la experiencia.”  (Rodríguez E. , 2012, pág. 56) y (Durkeim, 2013)

Una postura impregna el Nuevo Plan y Programa de Estudio que se puede leer como aprendizaje-servicio: que pretende integrar la escuela a la comunidad con  el aprendizaje. Se trata de una propuesta innovadora, por medio de el servicio voluntario a la comunidad y, por supuesto, el beneficio que pueden recibir los propios con los conocimientos y habilidades que genera la escuela para mejorar la generación de sapiencias. Lo interesante de este proceso es que también la escuela se verá influída en sus conocimientos y las formas en que se hacen las cosas y esa forma se rescatará de los saberes locales con acciones que emitan las maestras y los maestros de México en el entendido que tienen un conocimiento profundo de los saberes situados en la comunidad.

Bibliografía

López, N., Steimber, & Tenti, F. (2008). Política de Equidad Eduativa en México. México: UNESCO.

Beck, U. (2005). Qué es la globalización. España: Paidós.

Durkeim, E. (2013). Educación y sociología. México: Colofón.

Eggleston, J. (1977). Sociologia del curriculum. Argentina : Troquel.

Ferrer, A. (1996). Historia de la Globalización: origenes del orden económico mundial. Buenos Aires: FCE.

Montes, F. (2019). El decamerón. México: Porrúa.

Padilla, A. (2011). Representaciones de la infancia “anormal” y prácticas educativas de la educación especial en México (1890-1914). En R. Alvarado, Grupos marginados de la educación . México : IISUE.

Rodríguez, E. (2012). Los elementos clave para innovar con éxito: el ADN de la innovación . En E. Rodríguez, Innovar para el cambio social (págs. 41-117). Barcelona: El tinter.

Tzvetan, T. (2009). Nosotros y los otros. México: Siglo XXI.

Fuente de la información: https://revistaaula.com

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La nueva familia de libros de texto gratuitos. Algunas reflexiones

POR: ABELARDO CARRO NAVA

«Estamos en la antesala de dejar atrás los libros Lengua Materna Español, Matemáticas, Conocimiento del Medio, Formación Cívica y Ética, Español, Libre de Lectura, y Vida Saludable, de primer grado de otro plan de estudios.»

Como ya ha sido una característica de este gobierno, los libros de texto gratuitos del primer grado, de eso que se ha llamado Nueva Escuela Mexicana (NEM), mayormente se dieron a conocer por las redes sociales y no por los canales oficiales. Asunto curioso porque, sin que se conozcan los programas sintéticos con sus respectivos contenidos que pueden facilitar la comprensión del empleo de ciertos libros de texto en un grado escolar, han comenzado a circular (en propuesta de revisión o edición) dichos documentos en estos medios de comunicación, o como parte de un taller que se viene impartiendo en algunos estados de la República Mexicana.

Con estas acciones, pareciera ser que la Secretaría de Educación Pública (SEP) sigue dando “palos de ciego”, es decir, ha pensado colocar las ventanas en la pared de la casa que ha comenzado a construir, pero sin que se tengan dichas paredes. Un tema, insisto, que es curioso y, por el que a continuación comparto algunas reflexiones de lo que puede observar en tales documentos conocidos, insisto, por las redes sociales.

I. Los libros de texto y la Ley General de Educación.

Para entrar en materia no hay que perder de vista que, con la reforma a la reforma educativa de 2013, se hicieron modificaciones importantes en las leyes secundarias; para este tema es relevante referirse a la Ley General de Educación (2019) puesto que, proporcionar libros de texto gratuitos a los estudiantes, tiene un fundamento normativo. De ahí que, curiosamente, transitar de una reforma que contemplaba la calidad educativa a una denominada excelencia educativa, como uno de sus ejes fundamentales para el mejoramiento de la educación en nuestro país, es una situación que bien a bien no acaba de entenderse, sobre todo cuando en el discurso se critique hasta el hartazgo lo que produjo dicha calidad porque, como se sabe, la excelencia se puede ubicar en el mismo plano de la calidad y, por ende, en el “neoliberalismo” que tanto se desprecia. En sentido estricto: los libros de texto gratuito de la NEM se derivan de algo tan “indeseado” como lo es la excelencia educativa. Veamos.

En el Capítulo III, De la LGE, sobre la calidad y la excelencia educativa, Art. 9., Fracción XII., se señala que las autoridades educativas, en el ámbito de sus respectivas competencias y con la finalidad de establecer condiciones que permitan el ejercicio pleno a la educación de cada persona, con equidad y excelencia, proporcionarán a los educandos los libros de texto gratuitos y materiales educativos impresos o en formatos digitales para la educación básica, garantizando su distribución (2019). En el Capítulo V, de los planes y programas de estudio, Art. 22, se establece en el párrafo IV, que los libros de texto que se utilicen para cumplir con los planes y programas de estudio para impartir educación por el Estado y que se derive de la aplicación del presente capítulo, serán autorizados por la Secretaría en los términos de esta ley (2019).

Hago un paréntesis para resaltar lo que en el Art. 22 con claridad se expresa: “los libros de texto que se utilicen para cumplir con los planes y programas de estudio”. Entonces, si ya han comenzado a circular los libros de texto de primer grado es porque… ¿ya se cuentan con los programas de estudio o, en este caso, los programas sintéticos debidamente terminados? Si es que ya se tienen dichos programas, ¿por qué la SEP no los ha “filtrado” o dado a conocer por sus canales oficiales? Es por ello que, al inicio de este texto, expresé la idea de que la SEP insiste en colocar las ventanas sin contar con las paredes de una casa, pero, sigamos.

En el Capítulo VI, De la educación indígena, Art. 58, Fracción III, se refiere que las autoridades educativas podrán elaborar, editar, mantener actualizados, distribuir y utilizar materiales educativos, entre ellos libros de texto gratuitos, en las diversas lenguas del territorio nacional (2019). Y, finalmente, en el Título Séptimo, del Federalismo Educativo, Capítulo Único, de la distribución de la función social de la educación, Art. 113, se señala que corresponde de manera exclusiva a la autoridad educativa federal las siguientes atribuciones: Párrafo IV. Elaborar, editar, mantener actualizados y enviar a las entidades federativas en formatos accesibles los libros de texto gratuitos y demás materiales educativos, mediante procedimientos que permitan la participación de los diversos sectores sociales involucrados en la educación. Al inicio de cada ciclo lectivo, la Secretaría deberá poner a disposición de la comunidad educativa y de la sociedad en general los libros de texto gratuitos y demás materiales educativos, a través de plataformas digitales de libre acceso (2019).

De nueva cuenta, hago un paréntesis para señalar lo que aparece en negritas y cursivas; de la primera línea, esbozaré unas ideas más adelante, de la segunda, se desprenden algunos cuestionamientos: si la LGE de 2019 no contempla el “pilotaje” de un plan de estudios y, mucho menos, de los libros de texto… ¿era necesario que los libros de texto de primer grado se dieran a conocer en este momento?, ¿sí se realizará el pilotaje aún con la suspensión definitiva que promovió cierta asociación llamada Educación Con Rumbo?; una pregunta más: si el Acuerdo 14/08/2022 tampoco considera el pilotaje de los libros de texto pero si de un plan de estudios, ¿de qué manera se justifica la difusión de estos libros de texto cuando aún no se conocen los programas sintéticos porque, según se sabe, siguen en construcción?

Es cierto, habrá quien diga que no tiene nada de malo dar a conocer ciertos documentos que aún se encuentran en construcción, como los referidos libros, porque, con ello, se podrán atender y resolver algunas cuestiones que se vayan encontrando de un probable diálogo, análisis, reflexión y propuesta, lo cual puede ser correcto; sin embargo, desde mi perspectiva, con este tipo de acciones se evidencia que, en la SEP, no hay nadie que coordine todo el proceso que implica el diseño curricular y la puesta en marcha de un plan de estudios como lo es el 2022. Supongo que, como lo he señalado en otros artículos, al interior de la SEP se vive una lucha de poderes de importantes consideraciones que, en sentido estricto, hacen pensar que cada quien lleva, o pretende llevar, “agua para su molino”. Si esto no fuera así, de qué manera se entiende o explica la denominada “caravana de la nueva escuela mexicana para transformar comunidades”.

II. El Acuerdo 14/08/22 y los libros de texto.

Dicho lo anterior, un vistazo rápido al Acuerdo 14/08/22 por el que se establece el plan de estudios para la educación preescolar, primaria y secundaria, podría permitirnos comprender los documentos que han comenzado a circular, repito, por las redes sociales.

En el Anexo del Acuerdo señalado (14/08/22) se especifica que, de conformidad a lo mandatado por la LGE, en su Artículo 23, la propuesta curricular de la SEP, es una tarea colectiva en permanente construcción y, por tanto, comprende la elaboración del plan de estudios y los libros de texto gratuitos (p. 1) y, para ello, en algún momento de este documento se señala que: de 1992 a 2017… se elaboraron libros de texto dirigidos a maestras y maestros cuando deberían centrarse en los estudiantes, cuya estructura dirige la enseñanza a través de secuencias didácticas que no consideran el contexto educativo de las escuelas (p. 43). Por tanto, el plan de estudios, junto con los libros de texto gratuitos, estructuran sus contenidos, teniendo como finalidad el interés de las comunidades que componen la sociedad a partir de la articulación de lo común con lo diverso (p. 65).

Interesantes ideas planteadas en dicho documento y, sobre las cuales, también surgen algunos cuestionamientos, ¿en qué se fundamenta la afirmación de la existencia de una estructura que dirige la enseñanza a través de secuencias didácticas que no consideran el contexto educativo de las escuelas?, ¿acaso se cuenta con diversos estudios que comprueben esta afirmación y, peor aún, existirán estudios que indiquen cómo emplearon los libros de texto las maestras y maestros en el aula, en su escuela y comunidad?, es más, si se cuenta con esos estudios, ¿los resultados podrían ser una generalidad en un México tan diverso como el nuestro? Y bueno, por lo que toca el tema de los contenidos y las comunidades señalados en ese párrafo, sería importante pregustarse ¿cuál será el interés de las comunidades, qué sería lo común en lo diverso y quién definiría tal cuestión?

Regresando al Anexo del Acuerdo 14/08/22, también se plantea, como parte de los elementos centrales de la política curricular que, tanto el plan de estudios como los libros de texto, tendrán un enfoque intercultural que articule los procesos formativos, la evaluación, la gestión escolar, los materiales, las TIC, bajo el principio de justicia curricular en su diseño, operación y valoración, considerando como aspectos centrales la inclusión, la relación recíproca, solidaria y de interdependencia de todos los colectivos sociales que acuden los niveles educativos (p. 66), por tanto, como parte de la organización curricular, los ejes articuladores cruzan el currículo de la educación básica, lo que implica que exista una correspondencia entre el proceso de enseñanza y aprendizaje y los libros de texto, de modo que reflejen la incorporación de los 7 ejes en la formación (93) de los estudiantes.

Desde mi perspectiva, enfoque, articulación y correspondencia, entre el proceso de enseñanza y de aprendizaje, indiscutiblemente, requiere un esquema de formación de importantes consideraciones; no solo para operar un plan de estudios en particular ni un libro o libros de texto que de éste se desprenden, sino para que la maestra o maestro, con una sólida formación continua, le permita reconocer y comprender lo que un modelo educativo, plan de estudios o libro de texto requiere de él para la generación de aprendizajes en sus estudiantes, o bien, para que comprenda, analice y reflexione lo que el docente requiere para emplear los materiales orientadores que le son proporcionados por la SEP para la generación de esos aprendizajes. Formación continua que, como he señalado en otros artículos, es de lo que adolece el Sistema Educativo Nacional (SEN), y no por cuanto toca al papel que viene realizando la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (MEJOREDU) en estos momentos, sino porque en cada entidad, se vive una desarticulación en este ámbito que no ha superado el enfoque instrumental-remedial-carencial conocido desde hace varios años, que visualiza al docente, como un simple operador de un plan de estudios.

Finalmente, en el mismo Anexo del Acuerdo 14/08/22 se señala, en el eje denominado Igualdad de género que, la generación de un currículum con perspectiva de género conlleva la transformación de los libros de texto con contenidos, imágenes, ejemplos y ejercicios no sexistas que superen la generalización y superioridad de lo masculino, y recuperen los saberes situados de las personas en las comunidades territorio y ya no el masculino como genérico; además de replantear el lugar de niñas, adolescentes y mujeres adultas en la realidad social más allá del espacio doméstico y de ámbitos de reproducción social, biológica o epistémica (p. 107)

Sin duda, una mirada por demás ambiciosa que intenta aterrizar dicho currículum con una perspectiva de género necesaria, sin embargo, pienso, que ello podría provocar (más allá de lo que ya se vive) una tensión entre la cultura de una comunidad o territorio y lo plasmado en el libro de texto y en el quehacer de la maestra o maestro; por ello es que me pregunto ¿podrán identificarse las alumnos y alumnos con lo que observan en los libros de texto y lo que ellos viven en sus comunidades?, ¿podrán ser un referente esas imágenes, ejemplos y ejercicios no sexistas, cuando en sus comunidades, lo que observan y viven son acciones sexistas dada la masculinidad presente desde tiempos ancestrales? ¿qué tipo de conflictos, de diversa naturaleza, causaría en los estudiantes y en los docentes esta propuesta? ¿no sería éste otro tema que requiere de un amplio acompañamiento pedagógico, psicológico, legal, etcétera, tanto para estudiantes como para maestras y maestros? Ojo, no estoy diciendo que lo planteado sea inadecuado, lo que estoy diciendo es que la realidad que, hoy día se vive en varias partes del país, hace compleja su pronta implementación porque, como se sabe, transitar de una cultura patriarcal a otra, no se logra de la noche a la mañana; de ahí que pueda entenderse lo de la mirada ambiciosa que señalé al inicio del texto. Por cierto, ¿no se haría necesario la exigencia de la aplicación de las políticas públicas que existen en este ámbito para no delegarle toda la responsabilidad a la escuela?

III. La nueva familia de los libros de texto.

De acuerdo a los documentos que han circulado, insisto, por las redes sociales, La nueva familia de los libros de texto: libros para niñas, niños, maestras, maestros y familias está integrada por: 1 libro de saberes disciplinares; 3 libros de proyectos integradores para el aula, la escuela y el espacio comunitario; 1 libro para la maestra y maestro; y, 1 libro de múltiples lenguajes. Por tanto, y conforme al documento denominado De la nueva escuela mexicana, al plan y los programas de estudio, hasta los libros de texto gratuitos de primaria 1º a 6º, ciclo escolar 2022-2023 (SEP, 2022), dichos libros representan el material impreso, estructurado, destinado a utilizarse en el proceso de aprendizaje y formación de los estudiantes mexicanos dentro de los escenarios: áulicos, escolares y comunitarios, pensados como espacios unitarios y multigrados, y vinculados con la familia y la comunidad; con la finalidad de facilitar la comprensión, dominio y recuerdo de las ciencias y las humanidades… Todo bajo los fines, criterios y orientación de la NEM, con un paradigma educativo sociocultural y empleando las metodologías sociocríticas para el diseño de actividades.

Al respecto es importante resaltar, que la idea de emplear los libros de texto para favorecer el proceso de enseñanza y aprendizaje dentro de los escenarios señalados, hace suponer que podría desarrollarse un trabajo en dichos espacios bajo este esquema o modalidad, el de los escenarios, idea que no es nueva dentro del Sistema Educativo Mexicano puesto que, algunas instituciones educativas, desde hace algunos años se han organizado para realizar sus actividades bajo esta modalidad con la finalidad de enfrentar al estudiante a una situación que podría resolver en un tiempo determinado, para ello, obviamente, se hace necesario la planeación de un proyecto (previo diagnóstico), organización escolar, planificación didáctica y otros elementos, es decir, de aquellos aspectos que permitieran el funcionamiento de dichos escenarios en el aula, la escuela y la comunidad. ¿Será este esquema el que se propondrá para el desarrollo de las actividades escolares en las escuelas y comunidades porque, como se sabe, en este plan se priorizan los proyectos en las escuelas como parte de las metodologías activas a implementar? Si esto fuera cierto, ¿hacia allá apuntan los programas sintéticos y la construcción de los programas analíticos por parte de las maestras y los maestros?

Por lo que respecta a los 3 libros de proyectos integradores: aula, escuela y comunidad, el referido documento señala que éstos, como lógicas de trabajo didáctico, hacen posible la articulación de saberes primero dentro de los campos formativos luego entre los mismos campos y, finalmente, entre los campos y la vida en comunidad (SEP, 2022).

Bajo esta idea, el libro de texto en su escenario áulico, responde a las necesidades individuales y grupales; es decir, necesidades cognitivas, emocionales, sociales, axiológicas, de los integrantes del grupo en vinculación con los elementos del Plan y los programas de estudio: fase correspondiente, ejes articuladores y campo(s) formativo(s) (SEP, 2022). El libro de texto en su escenario escuela, responde a las necesidades de la escuela, del colectivo que la integran, es decir, necesidades sociales, culturales, axiológicas de los integrantes del centro educativo en general, en vinculación con los elementos del plan y los programas de estudio: fase correspondiente, ejes articuladores, campo(s) formativo(s) (SEP, 2022). Finalmente, el libro de texto en su escenario comunitario, responde a las necesidades de la comunidad, es decir, necesidades ambientales, sociales, culturales, políticas, económicas, en vinculación con los elementos del plan y los programas de estudio: fase correspondiente, ejes articuladores, campo(s) formativo(s) (SEP, 2022).

Libros que, como puede observarse, intentan focalizar su atención a partir de necesidades individuales, grupales, escolares y comunidad (de diversa índole) que, mediante el diseño de proyectos, que contemplan los saberes y conocimientos, propios del contexto en que se encuentre el sujeto o colectividad, pero también, de las disciplinas, es como podría echarse a andar eso que se conoce con el nombre de didáctica pues, a partir de ciertas metodologías socio-críticas tales como ABp, Indagación Enfoque STEAM, ABP o Aprendizaje de servicio, el trabajo docente cobraría sentido, no solo, como ya se ha dicho, en el aula, sino en la escuela y comunidad.

En el libro denominado Aula (primer grado), se pueden encontrar 21 actividades/proyectos (escribo actividad/proyecto, porque en el documento no se define, pero es de suponerse por lo que arriba se señalaba como” libros de proyectos integradores”); por tanto, cada actividad/proyecto está integrado por: Título (de la actividad/proyecto), Planeación (identificación de la actividad/proyecto), Recuperamos (saberes previos), Definimos el problema (dependiendo de la actividad/proyecto), Planificamos (procedimiento de la actividad/proyecto a realizar y materiales a ocupar), Nos acercamos (acción o acciones a desarrollar), Vamos y volvemos (consulta a la comunidad u otro material que apoye en la actividad/proyecto), Reorientamos (revisión o retroalimentación de los integrantes del equipo o grupo), Seguimos (actividades que fundamentan, fortalecen o mejoran la actividad/proyecto), Intervención (integración de las diversas acciones realizadas para el logro de la actividad/proyecto, por parte de los estudiantes), Difundimos (exposición de la actividad/proyecto), Consideramos (retroalimentación), Avanzamos (registro, diálogo, análisis, reflexión, entre otras, de las acciones realizadas o de las que se puedan realizar), además de que, dependiendo la actividad/proyecto, también se puede visualizar un Breve glosario.

Tres notas importantes: a) lo que aparece entre paréntesis en el párrafo anterior es, mayormente, una interpretación de quien escribe este artículo; habría que esperar las especificidades cuando ya se presenten los textos terminados; b) en estas líneas, no profundizaré sobre la pertinencia de los temas/contenidos y el desarrollo de las actividades propuestas, pues aún no se conocen los programas sintéticos y, por tanto, pienso que se realizaría un análisis incompleto; c) lo que se percibe en la estructura de cada tema/contenido propuesto, se relaciona con lo que se ha conocido desde hace algunos años con el nombre de trabajo colaborativo, cooperativo o en equipo, y con las metodologías activas que ya se han señalado; obviamente, un trabajo en el que la intervención de la maestra o maestro es fundamental, pero también, el de las alumnas y alumnos en el aula y escuela; habría que preguntarse si tales formas de trabajar con el alumnado, y/o tales metodologías, son innovadoras, o si la autonomía docente, al trabajar con éstas, se reduce al seguimiento de una serie de acciones por más que se hable de que el maestro tendrá la oportunidad de crear o construir el programa analítico.

En el libro denominado Escolar (primer grado), se encuentran 20 actividades/proyectos; prácticamente siguen la misma estructura que en el anterior libro señalaba, pero con temas/contenidos relacionados con el ámbito escolar. Por lo que respecta al libro Comunitario (primer grado), en éste se encuentran 20 actividades/proyectos con, casi la misma estructura señalada, pero con temas/contenidos relacionados con la comunidad/territorio.

Sobre los tres libros vistos, no es claro el tema de la problematización del objeto de estudio, es decir, dónde se refleja ésta porque, como se sabe, problematizar va más allá de un acto de investigar o contrastar ideas, en virtud de que dicha problematización tendría que ser el eje fundamental en las metodologías activas para su desarrollo; espero más adelante dar cuenta de ello, o bien, de que la SEPO haga lo propio.

El libro para la maestra o maestro, denominado Docente “Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro, contempla varios temas que son dignos de un análisis más profundo como: ecología de saberes en el territorio escolar, el diseño creativo, los profesionales de la docencia: revalorización de los maestros, la lógica de los campos y sus propuestas metodológicas, escenarios: aula, escolar comunitario, la escuela como entramado social, los campos formativos y su relación con los proyectos, los contenidos y su relación con los proyectos, sugerencias metodológicas para el desarrollo de los proyectos educativos, la nueva familia de libros de texto y su vinculación pedagógica. Aunado a lo anterior, llama la atención los conceptos empleados desde su introducción como “romper con la visión de la educación cerrada y colonialista”, “pasar a una propuesta a partir del enfoque del constructivismo social”, “incorporación de las propuesta filosóficas y pedagógicas del pensamiento latinoamericano”, “pedagogía crítica”, “epistemologías del sur” “filosofías latinoamericanas de la liberación”, “alumno cocreador del currículum”, “proyectos educativos para transformar la realidad de manera crítica y creativa”, entre otros; sin embargo, no deja de llamar la atención, la idea que cito a continuación: “…una de las primeras luchas que deben enfrentar los maestros, como agente cultural comprometido, en la NEM es al debatir la monocultura del saber. Las inercias del sistema administrativo, de la cultura, de los medios de comunicación, la política y de su misma formación académica impulsan a los maestros a propiciar un ambiente donde sólo existe una verdad: la verdad planteada en el Plan de Estudios 2022, la cual representa la síntesis del desarrollo científico universal…” (p. 17). Desde mi perspectiva, habría que plantarse, si esas inercias son las que propician un ambiente en el que prevalece una sola verdad como la expuesta o, por el contrario, si los mismos impulsores ideológicos, colocados en ciertos puestos del gobierno, son los que han creado tal verdad, en términos absolutos, sin que no exista otra verdad más que la suya. En resumidas cuentas, reitero, llama la atención el empleo de conceptos como “pedagogía e interculturalidad crítica”, además de una idea “emancipadora”, sin embargo, cuando alguien se atreve a formular un cuestionamiento, debidamente argumentado, se descalifica, o bien, se le denomina como parte de una “prensa basura”; ¿entonces?

Espero, más adelante, abordar otras cuestiones en una próxima entrega.

Por lo que respecta al libro Nuestros saberes: libros para alumnos, maestros y familia, se dice que éste está pensado para que los docentes y familia, puedan participar con el alumno y tengan un material de consulta que los apoye en las lecciones; para ello, se proponen una serie de temas (dividido en dos partes, una para alumnos y otra para la familia y docentes) con la intención de que se profundice sobre éstos, por ejemplo: características básicas de la lengua de señas mexicana, semejanzas y deferencias en la escritura de palabras, sistema braille, la carta y el correo, imágenes fijas, mensajes orales, grabación y reproducción de sonidos, textos informativos, rondas infantiles, sensoramas táctiles, significados de los nombres propios, textos escritos con propuestas, para qué existen las emociones, en fin, una serie de cuestiones que, supongo, corresponderán a los contenidos planteados en los programas sintéticos y/o de los campos formativos contemplados en el plan de estudio; habría que esperar la definición de ello, sin embargo, a primera vista, se observan como una posible herramienta o apoyo a las actividades escolares, pero, habría que considerar, si éste texto podrá ser entendido y empleado por comunidades ubicadas en los sectores menos favorecidos (en todos los sentidos).

Finalmente, el libro denominado Múltiples lenguajes, contiene diversos textos e imágenes para que las alumnas y alumnos se acerquen a la lectura, el arte y demás cuestiones relacionadas con la cultura, con la posible intención de generar la reflexión, análisis o diálogo sobre los temas propuestos; sin embargo, aunque, como ya he señalado, requerirá de un análisis más profundo de lo ahí planteado, considero que hay lecturas que, por su contenido y nivel cognitivo de los estudiantes (primer grado), será complicado abordarlo y generar la comprensión de la misma, por ejemplo, la denominada 261.

Hasta aquí dejo esta serie de ideas y reflexiones de lo que se ha denominado La nueva familia de libros de texto. Estamos en la antesala de dejar atrás los libros Lengua Materna Español, Matemáticas, Conocimiento del Medio, Formación Cívica y Ética, Español, Libre de Lectura, y Vida Saludable, de primer grado de otro plan de estudios. Pienso que, así como en su momento se exigió, y exigimos, la elaboración de un trabajo y/o de materiales que favorecieran los aprendizajes de las alumnas y alumnos, hoy, de igual manera, tendríamos que hacerlo, pero, además, sería oportuno demandar una coordinación y articulación de todo este trabajo al interior de la SEP. Los hechos demuestran una fragmentación, o una lucha de poderes entre diversos actores, que poco abona si es que en verdad se está pensando en mejorar la educación en nuestro país.

Desafortunadamente, después de que comenzaron a difundirse estos materiales a través de las redes sociales, algunos enlaces que contenían los documentos ya no se encuentran disponibles ¿cuál sería la razón por la que se hayan desactivado?, por tanto, más abajo comparto uno que, hasta el momento en que cierro estas líneas, se mantenía activo para que, si es su deseo, pueda consultarse. También, desafortunadamente, en ninguno de los materiales que pude descargar, aparecen los autores o participantes en el diseño de los libros, sean maestras y maestros o no, caso contrario a quienes participaron en con cierta iconografía, materiales visuales o los autores de las fotografías, por ello pregunto: ¿se colocarán los nombres de los participantes en este proceso, repito, sean docentes o no?

Al tiempo.

Referencias:

Fuente de la información: https://profelandia.com
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La desvalorización de la asesoría pedagógica en la Nueva Escuela Mexicana

Por: Fernando David García Culebro

 

En los albores de un nuevo marco curricular en la educación básica del sistema educativo mexicano y ante el desafío de los/las docentes de una formación pedagógica basada en un paradigma diferente en el que la mayoría del magisterio fue formado, es lamentablemente incongruente en la Nueva Escuela Mexicana, la desvalorización evidente de la Asesoría Pedagógica.

Lo anterior, puede constatarse, en que ningún trabajador/a de la educación básica que se encuentre adscrito a una supervisión escolar con clave de docente o directivo en la función de asesoría pedagógica, puede participar en algún tipo de ascenso, ya sea vertical u horizontal y, también, se considera al nombramiento de forma temporal y sin clave.

¿No es esto acaso, una enorme incongruencia ante las necesidades formativas que presenta la nueva propuesta curricular de la SEP?, que si bien es cierto, estos espacios formativos, no deberán ser presentados en formato de capacitación, sino más bien, en diálogo de saberes que propicien una verdadera autonomía profesional e impulse hacia la autonomía escolar; la figura del o la asesora pedagógica es desde mi entender, trascendental, para el acompañamiento, seguimiento y fortalecimiento del trabajo docente.

En palabras de la propia SEP esta labor consiste en:

 Acompañar, apoyar, asesorar y recomendar a los colectivos docentes conforme a las necesidades de mejora de las prácticas educativas detectadas, a partir de las evidencias, observaciones, visitas y requerimientos expresados por estos colectivos, así como de los procesos y resultados de aprendizaje de los educandos y favorecer experiencias de aprendizaje. Además de formación que incidan en la transformación de las prácticas educativas con la finalidad de mejorar el aprendizaje y desarrollo integral de niñas, niños, adolescentes y jóvenes en la escuela [1]. (SEP, 2020, P.9).

Por ende, existe una enorme necesidad de fortalecer las funciones de asesoría pedagógica, generando las condiciones para que lo mencionado por la SEP, citado en el párrafo anterior, se lleve a cabo como se sugiere.

En ese mismo sentido, en consideración de la  Consulta Nacional, realizada en agosto de 2018, por el equipo de transición del gobierno de AMLO, el 48 por ciento de las escuelas más pobres de nuestro país corresponde a la modalidad multigrado” y, por consiguiente, planteaba el entonces, secretario de Educación, Esteban Moctezuma Barragán: “la necesidad de  elaborar un modelo para la educación en esa modalidad” [2].

¿A caso, no son los asesores pedagógicos de las zonas escolares que por su cercanía a los y las  docentes de escuelas con esas características, las personas más apropiadas para ser parte de esa estrategia nacional para Multigrado?, ¿Cuál es la estrategia nacional para fortalecer la función de asesoría pedagógica?

Aunque en el discurso se menciona reiteradamente la valorización docente y el valor de la asesoría pedagógica, en la práctica, se realiza lo contrario, con sobrecargas de actividades administrativas a quienes realizan esta función, con los recortes de personal adscrito a las supervisiones escolares y con la exclusión en  la participación para todo tipo de ascenso, vertical u horizontal.

En relación a ello, en la consulta nacional, mencionada en párrafos anteriores, la voz de los y las maestras pidió “reducir carga administrativa, pues consumen hasta el 50% del tiempo (sin precisar si es tiempo de vida, del día, de la jornada de trabajo, del mes, del año…) para responder solicitudes de información de terceros” [3].   Cuatro años después de dicha consulta, los avances en ese tema han sido mínimos. Y dicha carga, nuevamente, descansa sobre los hombros de Asesores Pedagógicos en las supervisiones escolares.

Por ello, considero que en las mesas y asambleas de análisis del nuevo marco curricular, debe estar presente este tema. No estoy a favor de un sistema meritocrático impulsado por la USICAMM, sino más bien, a favor de crear los entornos para potenciar dicha función en el sistema educativo mexicano  que garantice condiciones como: permanencia en el cargo y, una verdadera descarga administrativa.

El rol del/la asesor/a pedagógico está atravesado por una serie de actividades que no corresponden a la razón de ser de este nombramiento y merece ser revisado minuciosamente por la SEP y las asambleas de análisis.

Para ese análisis, es imprescindible considerar que si las supervisiones escolares no cuentan con personal suficiente dedicado a las labores de carácter administrativas, por ende, se tendrá como consecuencia, lo que sucede actualmente en la realización de actividades que no corresponden al nombramiento del asesor/a pedagógico.

Por su parte, la ausencia de garantías en la permanencia en la función, impide un vigorizado seguimiento de la praxis educativa de cada zona escolar. Situación que contradice a las necesidades formativas y de transformación educativa, planteadas en el nuevo marco curricular 2022.

 En suma, y citando a Joel Orozco: “la respuesta no es ofertar esta función con carácter temporal, sino darle el verdadero valor académico – pedagógico dentro de las estructuras educativas tanto estatales como federal, respetando sus derechos y mejorando sus garantías laborales”[4]. Así, como proveer las condiciones para que ésta se desarrolle de la mejor manera posible.

Finalmente, quiero hacer notar que omití la palabra Técnico, al mencionar el nombramiento en Asesoría Técnica Pedagógica, porque me parece, que es un concepto también incongruente con el nuevo modelo educativo, su epistemología y sus propuestas de cambio en lo formativo. Lo anterior, tomando en consideración que debemos sustituir la idea de capacitación, por algo más congruente a las Pedagogías Críticas y las Educaciones Populares.


Referencias bibliográficas:

[1] Joel  Orozco, https://profelandia.com/en-la-nueva-escuela-mexica-los-atps-pa-cuando/

[2] Lucía Rivera Ferreiro, Roberto González Villarreal, Marcelino Guerra Mendoza,     https://insurgenciamagisterial.com

[3] Lucía Rivera Ferreiro, Roberto González Villarreal, Marcelino Guerra Mendoza,          https://insurgenciamagisterial.com

[4] Joel  Orozco, https://profelandia.com/en-la-nueva-escuela-mexica-los-atps-pa-cuando/


 

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Resistir o no resistir, esa es la cuestión

Por: Abelardo Carro Nava

«Estamos a unos días de que comience el “piloteo o pilotaje” en 30 escuelas de los distintos estados…»

El texto que sigue a estas líneas, fue expuesto en la mesa de diálogo “Aciertos y desaciertos de la Nueva Escuela Mexicana vista desde los territorios de la resistencia” que, el colectivo ACOEO (Aprender en Comunalidad, Otra Educación en Oaxaca), organizó el pasado 10 de septiembre y en el que participaron Teresita Garduño, Mauro Jarquín, Lev Moujahid Velázquez y un servidor. Lo comparto con la finalidad de seguir reflexionando sobre distintos asuntos que nos ocupan en el ámbito educativo donde, un plan de estudios, no lo es todo. Desde luego, desde este espacio reitero mi agradecimiento a este grupo de maestras y maestros por la invitación para que intercambiara diferentes puntos de vista, por segunda ocasión, pero ahora, con otros queridos y apreciados colegas. Gracias.

En abril de este año, justo al cierre de una charla que también tuvimos en este mismo espacio, pero con otros apreciables colegas, planteé una pregunta: ¿Cuál es la prisa por implementar el Plan de Estudios 2022 para la educación básica en agosto de este año? Esto, porque los rumores corrían en diversos frentes y, al parecer, la Secretaría de Educación Pública (SEP) tenía en mente dicha implementación para este año.

Las semanas y meses pasaron y el 14 de agosto, también de este año, conocimos el Acuerdo 14/08/22, por el que se establece el Plan de estudio para la Educación Preescolar, Primaria y Secundaria y del cual, al leerlo, tuve varias dudas, sin embargo, en este momento, me gustaría resaltar dos de ellas: ¿qué pasó con la educación inicial?, ¿cómo comprender entonces las fases contempladas en dicho documento y en donde aparece la educación inicial como una de ellas? De lo demás, estoy seguro que hablaremos un poco, sobre todo, por el posible “piloteo” y su puesta en marcha en el ciclo escolar 2023-2024 a un año de que culmine el gobierno lopezobradorista.

No cabe duda que estamos ante un proceso, por así decirlo, inédito en nuestro país, pues de enero a agosto pudimos conocer las distintas versiones que, desafortunada y lamentablemente se difundieron por las redes sociales pero no por los canales oficiales de la SEP. ¿Qué necesidad había de “filtrar” estos documentos por esas vías cuando la misma SEP pudo darlos a conocer pues, como se ha dicho hasta el hartazgo, tenía el propósito de exponer una visión educativa diferente que recogiera las propuestas, en lo sucesivo, de las maestras y maestros de México?

Quienes tuvimos la oportunidad de leer y analizar las distintas versiones, fuimos testigos de los cambios que se fueron gestando. No es para menos observar que en el Anexo del Acuerdo 14/08/22, se perciban algunas modificaciones, por ejemplo, las relacionadas con la disminución del exceso de una crítica al neoliberalismo contenidas en la primera versión. Sin embargo, algunos otros quedaron en la misma tesitura, por ejemplo, el que no se detallen o brinden datos sobre el rezago educativo o el abandono escolar en el Sistema Educativo Mexicano (SEM).

Hace unos días, cuando me contactaron para hacerme la invitación para participar en esta mesa, me comentaban sobre el propósito de la misma y el necesario diálogo que tendría que generarse en razón de la emisión del Acuerdo que ya he señalado; recuerdo que, con quien conversaba, me expresaba su interés por reflexionar sobre algo que me llamó la atención y que les comparto: maestro, ya está el nuevo plan de estudios, ¿esto es lo que esperábamos? De momento me pareció, y me sigue pareciendo, bastante interesante este cuestionamiento y, desde luego, no me atrevería a establecer una aseveración que considerara el pensamiento de las maestras y maestros mexicanos porque, en su seno, en tal cuestionamiento, la subjetividad es manifiesta.

Pienso, como docente frente a grupo, con varios años de servicio en los hombros, y que ha tenido la maravillosa oportunidad de transitar por diferentes niveles y modalidades educativas, que la maestra o el maestro siempre ha estado ahí, sujeto a las disposiciones oficiales que desde los escritorios de la SEP emanan, considerando, desde luego, lo que los organismos internacionales han llegado a proponer y determinar como viable o factible en un momento determinado. ¿Qué diferencia puede existir entre lo que hace tiempo se hacía para implementar un plan de estudios y lo que hoy se está haciendo en nuestro país?, ¿es posible mirar un cambio sustantivo cuando desde la SEP emana lo que habrá de hacerse y, muy posiblemente, cómo habrá de hacerse?, ¿qué grado de autonomía puede tener la profesora o profesor frente a grupo cuando en nada ha cambiado la estructura, vertical y autoritaria, de una Secretaría que hoy impulsa una emancipación pero sin que de pauta a la libertad de decisión en las aulas escolares porque “o se aplica este plan de estudios o se aplica” de la forma en que ha sido concebido desde esta Secretaría?, ¿cómo comprender la profunda contradicción que genera esta propuesta con lo que viene realizando la Unidad para el Sistema de la Carrera de las Maestras y Maestros en sus distintos procesos generadores de brechas salariares y formas de discriminatorias de ingreso y promoción en una profesión tan golpeada y desvalorizada en los últimos años, ya no hablemos del anterior sexenio ni del irrisorio aumento salarial en este gobierno en pro de eso que se vocifera a diestra y siniestra denominada revalorización del magisterio?, ¿cómo comprender esta propuesta curricular a partir del diseño de una formación del profesorado mexicano que nada más no acaba de superar el esquema instrumental-remedial-carencial que poco o nada abona al proceso formativo que, como sabemos, implica la posibilidad de propiciar la comprensión de la construcción del sujeto y la conformación de su individualidad, además de la oportunidad para que logre realizar lo mejor de sí mismo donde quiera que se encuentre?

Entonces, no sé si este plan era lo que esperaban los maestros; lo que sí es que la educación en nuestro país requería de un cambio o transformación que considerara las grandes complejidades que el mundo actual, y particularmente, que el territorio mexicano enfrenta cotidianamente y, en el que las maestras y maestros, alumnas y alumnos, vaya en nuestras escuelas, se hacen manifiestas a cada instante.
Pienso, que el gran tema no pasa por los planes de estudio anteriores ni en el vigente. Repito, las maestras y los maestros han estado ahí, en todo momento: resolviendo, planeando, evaluando, preparando material didáctico, por ejemplo, para 30 o 40 alumnos en grupos con una infraestructura paupérrima, pero, además, conversando con colegas, padres de familia y directivos, impulsando proyectos alternativos en diferentes latitudes. En fin, una actividad que podría pensarse menor pero que, en el seno de las escuelas cobra singular importancia, sobre todo si consideramos que todo ello, contribuye al proceso de enseñanza y de aprendizaje que ocurre en el aula. ¿Cómo responder a los grandes problemas que viven los alumnos en sus comunidades?, ¿cómo resolver los miedos, temores o incertidumbres de las niñas o niños, o bien, impulsar sus sueños, anhelos, aspiraciones o deseos? Estas cuestiones también son parte del ambiente escolar que no necesariamente se resuelven con un currículo.

Hace algunas semanas atrás, dos alumnas que asisten a la escuela en la que me encuentro trabajando actualmente, estuvieron a punto de ser “levantadas” por algunos sujetos en un auto negro. Afortunadamente no lo lograron por la intervención del intendente. El “shock” y conmoción en toda la población escolar fue inminente. ¿Cómo resuelve un plan de estudios este hecho tan lamentable? Es cierto, en clases, en las sesiones, en los protocolos, en alguno de los contenidos se aborda el tema; sin embargo, pienso, éste se ve distante y/o alejado de las vidas de las personas que habitan determinado territorio y, aunque de unos años para acá en esta escuela se ha venido trabajando con el establecimiento de un programa de tutorías y en una unidad de prevención y erradicación de la violencia contra la mujer y equidad de género, nunca es suficiente.

Entonces, ¿con este plan de estudios se espera un cambio súbito, de la noche a la mañana como, posiblemente, desde las oficinas de la SEP o de la Dirección de Materiales Educativos se piensa?; mi respuesta es contundente: no, porque como sabemos, todo cambio, toda transformación implica un proceso, y este proceso es progresivo, paulatino, requiere su tiempo y tratamiento. En fin.

Desafortunadamente vivimos tiempos difíciles en materia educativa. La pandemia, generadora de múltiples estragos propició que buena parte de las alumnas y alumnos no adquieran y desarrollaran los aprendizajes que pudieron haber logrado, otros simplemente abandonaron la escuela porque el sistema nunca hizo algo para retenerlos o contenerlos. Y en medio de todo esto, a mitad del camino, se baja del barco una profesora que busca llegar a la gubernatura en el Estado de México, y llega otra pues, desde Palacio Nacional, el simbolismo es lo que cuenta mientras que, en la SEP, se dibuja y desdibuja un archipiélago de visiones, contradicciones y lucha de poderes como no se había visto. Pero cuidado, no te atrevas a cuestionar o criticar (con fundamento) algunas decisiones o el mismo documento que hoy dio pauta a esta conversación porque, ipso facto, serás calificado de amargado, conservador o neoliberal, y entonces, ¿por qué contemplar al pensamiento crítico como uno de los ejes articuladores en este plan, si nada más desde distintas oficinas de la SEP, no se acepta la crítica ni los argumentos?

Es cierto, ya lo he dicho en otros foros y espacios, hay que reconocer que el Plan de Estudios 2022 para la educación básica, tiene varios puntos importantes con los cuales he coincidido con varios colegas, por ejemplo: a) una postura epistemológica no empleada en anteriores planes; b) la integración de disciplinas e interdisciplinariedad como aspectos que pueden posibilitar el aprendizaje, colocando a la comunidad al centro; c) la integración de la educación inicial como parte de las 6 fases; d) el reconocimiento de lo diverso como punto de partida, y lo comunitario, como horizonte al que se pretende llegar a través de los ejes articuladores y campos formativos; f) el reconocimiento, en los ejes articuladores, del pensamiento crítico e interculturalidad crítica, g) el reconocimiento (social) hacia el docente y la labor que realiza en el aula (didáctica), entre otros.

Pero también tiene varias áreas de oportunidad, por ejemplo: a) un diagnóstico incompleto dado que no se integraron datos sobre el rezago o abandono escolar antes y durante la pandemia; b) el reconocimiento de la comunidad, pero que excluye a otros ámbitos educativos como el de las escuelas particulares o privadas, o los mismos contextos urbanos; c) el establecimiento de programas de español e inglés, pero no otras lenguas, lo cual hace suponer que todo se le encomendará al codiseño, sea lo que eso signifique para la SEP; d) la vinculación con otros niveles educativos que no es del todo definida o, si lo está, es ambigua y contradictoria; por tanto, mientras no sea explícita dicha vinculación quedará bajo la interpretación de las autoridades educativas de los estados y de los propios colectivos docentes; d) el sobre responsabilizar a la pedagogía, la función escolar y al docente en la implementación de este plan hecho que, obliga a preguntarse, si de una vez por todas se hará efectiva la tan anhelada descarga administrativa que abruma el quehacer docente; la evaluación porque, en lo que se ha visto y conocido, sigue siendo la parte más endeble de este documento.

Estamos a unos días de que comience el “piloteo o pilotaje” en 30 escuelas de los distintos estados y, si no me equivoco, de la SEP nadie ha dado a conocer algo tan básico como las razones por las que se determinó que fuera ese número y no otro, y bueno, si no han podido responder esto, supongo no responderán cuál será la metodología que se empleará para recuperar la información, procesarla y presentarla, tal vez en un informe para conocimiento público.

Termino esta intervención comentando que, de enero a la fecha, he estado asistiendo a jardines de niños, primarias y secundarias en diversos estados del país, para hablar un poco sobre este plan de estudios y sobre algunas metodologías activas para el aprendizaje, por ejemplo, el aprendizaje basado proyectos, centros de interés o el enfoque globalizador; en estas sesiones he podido identificar dudas e incertidumbres, pues como bien se dice, el cambio produce estas y otras cuestiones en los seres humanos, sin embargo, lo más valioso que he podido rescatar en este proceso, y por lo cual me siento eternamente agradecido porque he aprendido mucho de elloy de ellos, ha sido el reconocimiento que han podido realizar las maestras y maestros de aquello que han hecho, hacen y harán en lo sucesivo porque, independientemente del plan de estudio, han podido, como siempre lo han hecho, encontrar su sentido en la labor que realizan diariamente en las aulas y en las escuelas.

¿No tendría que ser este uno de los propósitos que tendría que perseguir la SEP?, es decir, ¿no tendría que aprender esta Secretaría de sus maestras y sus maestros?, ¿hasta cuándo dejarán de ser ignoradas e ignorados?

Resistir o no resistir, esa es la cuestión.

Fuente de la información:  https://profelandia.com

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