Temporada de rufianes

Por: Manuel Gil Antón

Resguardar la memoria. No dejar que el tiempo transcurra y difumine el pasado. Recordar: meter de nuevo al corazón, con la claridad posible, eso que quizás haya perdido el contorno nítido de su entonces. No olvidar. Ni el 2 de octubre o el 26 de septiembre cada año, por no más poner de ejemplo ese par de agravios. No olvidar lo dicho y hecho antes por los que ahora, arropados en la pureza oportunista, dicen y defienden totalmente lo contrario sin que (les) pase nada o están, de nuevo, encaramados en el poder con un cinismo que aterra. Son rufianes: “persona vil y despreciable que vive del engaño y de la estafa”. Vivimos tiempos en que abundan en todos lados.

Mienten porque apuestan a que el recuerdo es delgado. ¿Delgado? Sí. En 2012 Mario Delgado era senador por el PRD y, entonces, cómplice de la estafa no maestra, ¡doctoral! llamada Pacto por México. Iniciaron con la reforma educativa —“la más importante”— y no tuvo empacho en señalar en la Cámara Alta: “En el Pacto por México, y en la presentación de esta reforma educativa, se defendió mucho el tema de la calidad y del Sistema Profesional Docente”. Lamentaba que se hablara de esos temas en la exposición de motivos, pero no en el texto mismo del artículo 3º, pero: “qué bueno que hubo la iniciativa de varios senadores y senadoras (se incluía) en insistir que no debemos darle la vuelta, y que tenemos que enfrentar como país el atrevernos a poner (en la Constitución) que el Estado debe garantizar el derecho no sólo a la educación, sino que ésta sea de calidad, que sea relevante para los que más nos importan, para los alumnos, y que esta calidad tenga que ver con la mejora permanente y con el máximo logro académico”.

Este mismo personaje, en 2018, como coordinador de los diputados de Morena, exclamó que no quedará ni una sola coma de la mal llamada reforma educativa, impulsada por los enemigos del país. Acusaba a sus antaño aliados, ahora adversarios: «Están muy enojados porque termina este periodo donde ellos aprobaron y fueron cómplices de la persecución de maestros, del desprecio de la educación pública en nuestro país, de estigmatizar a los maestros, a las Normales, a las escuelas. Ese periodo se está acabando y por eso están muy enojados».

Menuda falta de vergüenza: senador del PRD que en 2012 aplaude lo que impulsó su partido y en 2018, coordinador de diputados del mayoritario, afirma que lo aprobaron otros, y que esta calamidad prohijada por el PRI y el PAN ha llegado a su fin. ¿Es inalterable su compromiso con el pueblo? No es verdad: su compromiso es con el puesto, sea quien sea el que se lo acerque.

Otro impresentable, para también solo mencionar a dos, es el mal llamado tribuno de tribunos, Porfirio Muñoz Ledo. En 1969, luego de la represión a los estudiantes el año anterior, elogiaba a Díaz Ordaz con estas palabras: “Como miembro de este partido (el PRI) y como mexicano que confía honestamente en el destino de la nueva generación, nada me ha conmovido más hondamente en el texto del V Informe que el valor moral y la lucidez histórica con que el Presidente de México reitera su confianza en la “limpieza de ánimo y en la pasión de justicia de los jóvenes mexicanos”. Así.

Hoy quieren dirigir a un partido que propone una gran Transformación. Será en balde, no es posible pues nadie da lo que no tiene: decencia. No tienen principios, les importan los finales. Y en la derecha, sus pensadores, contritos, dicen que han descubierto la desigualdad… ¿Para dónde?

Fuente: https://vanguardia.com.mx/articulo/temporada-de-rufianes

Imagen: https://pixabay.com/

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Entre gritos y esperanzas

Por: Tlachinollan

 

“El tiempo ha transcurrido sin saber nada de nuestros hijos. El dolor y la herida sigue marcando nuestras vidas porque nos siguen faltando 43. Estamos preocupados con la noticia de que un juez concede un amparo a José Luis Abarca y su esposa, María de los Ángeles, y puedan salir impunes por el caso de la desaparición de los 43 normalistas desaparecidos en Iguala. Estamos seguros que nuevamente la corrupción que prevalece en el poder judicial queda de manifiesto y demostrado que los jueces reciben sobornos, como cuando se liberó al Mochomo, a pocas horas de su captura”, comentó en el mitin en el antimonumento +43 don Bernabé Abraham, padre de Adán Abraham de la Cruz, joven desaparecido el 26 de septiembre del 2014.

A 71 meses de la desaparición de los jóvenes normalistas, las madres y padres de familia no dejan de alzar la voz. “Le decimos a México y al mundo que en un inicio el gobierno de Enrique Peña Nieto quiso callarnos con dinero, pero aquí seguimos buscando a nuestros hijos porque no hay verdad ni justicia”.

Las madres y padres de familia dijeron que las investigaciones se siguen realizando, hay nuevos hallazgos y un nuevo camino hacia la verdad científica. “A un mes de cumplir seis años de este crimen de Estado queremos decirle al mundo que no hay poder humano que nos detenga hasta llegar a la verdad y pueda haber justicia, porque no puede quedar en la impunidad y menos en el olvido”.

“Los policías municipales, policía federal, ministeriales y elementos del ejército han sido señalados que participaron y estuvieron presentes en los diferentes ataques que sufrieron nuestros hijos”. No hubiéramos conocido verdad alguna sin el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) y el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), señalaron las madres y los padres.

Doña Hilda Legideño, en su intervención, habló de la disposición que tiene el gobierno actual para seguir investigando y buscando a los jóvenes, pero se requiere del respaldo de todos los mexicanos que han acompañado y siguen para encontrar a nuestros hijos. Es muy importante que los culpables sean castigados para que no se siga cometiendo hechos como en Iguala. “Mientras nuestro grito siga existiendo la esperanza seguirá ardiendo como una luz en los caminos para encontrar a nuestros hijos”.

Por su parte, representaciones de las normales rurales sintetizaron su exigencia por la aparición con vida de sus 43 compañeros, primero, con la solidaridad incondicional hacia los padres para seguir luchando y, segundo, que sus compañeros en estos tiempos “deberían estar impartiendo clases si no fueran desaparecidos por el gobierno. El gobierno nos ha matado a nuestros compañeros y nos quitó a 43 camaradas. Exigimos justicia. Nosotros como normalistas no nos vamos a rendir hasta saber la verdad”.

“Las madres y padres estamos seguros que la justicia va a llegar, porque los que saben de los hechos tienen que hablar para poder saber el paradero de nuestros hijos. No vamos a parar hasta llegar a la verdad y se pueda hacer justicia. Reiteramos nuestra exigencia a las autoridades que encarcelen a las autoridades y/o personas que participaron en la desaparición de los 43 normalistas, sólo así se revelará la verdad”.

Fuente: Tlachinollan

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OPINIÓN: En el laberinto del olvido y la violencia

Por: Tlachinollan

 

Desde la desaparición del presidente electo Daniel Esteban González, junto con su chofer Juventino García Rosas, el 2 de septiembre de 2018, la disputa política por la presidencia municipal de Cochoapa el Grande se tornó truculenta. No solo se dieron las impugnaciones en los tribunales electorales, sino que a nivel local algunos dirigentes del Partido Revolucionario Institucional (PRI), acompañados por representantes del Partido del Trabajo (PT), tomaron las instalaciones del ayuntamiento para revertir el triunfo que el Tribunal Electoral Federal (TRIFE), le otorgó a Daniel Esteban. Fueron momentos de mucha tensión, en los que fracturó más la convivencia pacifica entre los pobladores y las divisiones comunitarias se hicieron más profundas.

A pesar de que Cochoapa el Grande es uno de los municipios de reciente creación, desde el 2003 ha ocupado los primeros lugares a nivel nacional en cuanto al mayor índice de marginación social. Desplazó a Metlatónoc y se colocó en el sótano de la miseria. Su extensión territorial que rebasa las 61 mil hectáreas, lo coloca como uno de los municipios con mayor reserva boscosa en la región de la Montaña. Cuenta con más de 140 comunidades del pueblo Na’Savi, que en su totalidad se dedican a la siembra de maíz de temporal. Lo contrastante de esta riqueza natural es la pobreza ancestral de las familias, que en gran medida se desplazan de sus comunidades para enrolarse como jornaleros agrícolas durante seis meses. La población no encuentra, en su propio hábitat, alternativas económicas para tener un ingreso seguro y garantizar una alimentación adecuada durante todo el año.

La ilusión que se habían forjado, de que habría una mejoría económica, con la creación del nuevo municipio, se ha tornado en un desenlace fatal. No solo se han empantanado por la disputa sorda que protagonizan cada periodo electoral los partidos políticos, sino que se profundiza la desigualdad social y se recrudece la violencia. Los 17 años como nuevo municipio no han significado mejoría alguna entre la población indígena mayoritariamente analfabeta y con un alto grado de monolingüismo entre las mujeres. La violencia se enseñorea contra ellas, y las mismas autoridades comunitarias y municipales, son parte de este sistema de justicia patriarcal. Es sumamente grave la situación de indefensión que enfrentan las mujeres. Se han registrado varios casos de feminicidios que la fiscalía no ha investigado, por esa visión racista y discriminatoria que tienen contra las mujeres indígenas.

La lucha que emprendieron los compañeros y compañeras del Frente Popular de la Montaña, para exigir la presentación con vida del defensor comunitario Arnulfo Cerón Soriano, desaparecido el 11 de octubre de 2019, obligó a que las autoridades del estado se avocaran a su búsqueda en las colonias periférica de Tlapa. En estas jornadas se lograron encontrar los restos de Daniel Esteban y de Juventino García, a un año y cuatro meses de su desaparición. Este hallazgo generó mayor encono y una situación de ingobernabilidad en el municipio. La misma presidenta municipal, Edith López Rivera, ha hecho públicas las amenazas que ha recibido, y por eso mismo, se desplaza con escoltas y su presencia en el ayuntamiento es esporádica. En la cabecera municipal nadie se siente seguro y tampoco hay confianza en las autoridades encargadas de la seguridad y los mismos elementos de la policía. Hay un sentimiento de orfandad y desamparo. No hay una autoridad que proteja a las mujeres que son víctimas de violencia. El trato es despótico e insensible. La compasión por el más débil no existe, los pleitos por tierras proliferan y las deudas son el mejor negocio de las autoridades municipales y los abogados, privando de la libertad por cualquier motivo a las personas. El colapso de las instituciones ha dado pauta para el incremento de la violencia y la justicia por propia mano.

El cierre del año 2019 fue trágico por el asesinato del expresidente municipal Luciano Moreno López, quien fue interceptado por personas armadas en pleno baile realizado en la cabecera de Cochoapa el Grande. En ese mismo evento, también fue lesionada la excandidata a presidenta municipal del PRI, Hermelinda Rivera Francisco. En este año arreció la violencia con el asesinato de Alberto Martínez Flores, quien se desempeñaba como comisariado de Bienes Comunales de este núcleo agrario. El 15 de marzo, en la colonia Tepeyac del municipio de Tlapa, fue arteramente asesinado Benjamín Ponce Martínez, quien contendió para presidente municipal de Cochoapa el Grande, por el Partido del Trabajo (PT). Fue sorprendido en su domicilio por su agresor cuando jugaba con su pequeña hija. Tres días después por el cerro De La Garza, una región inhóspita del municipio de Cochoapa el Grande, fue asesinada una familia de Yozondacua, cuando se desplazaban en su vehículo. El papá tenía parentesco con el comisariado de Bienes Comunales, Alberto Martínez. El primero de junio, el chofer de la ruta de Cochoapa el Grande – Ometepec, Felipe Chávez Flores, fue herido a balazos, cuando desplazaba en su vehículo, quedando gravemente herido.

Un caso que condensa la tragedia que enfrentan las mujeres Na’Savi de este municipio es el de Aurelia Vázquez Velázquez, quien además de padecer la violencia de su esposo, que lamentablemente fue asesinado en su domicilio, sus suegros la señalaron como responsable del homicidio de Santiago Esteban. Fue citada por el ministerio público de Tlapa para declarar como testigo, donde se le aplicó la prueba de rodizonato de sodio, que resultó negativa. Ante la intención fallida de señalarla como responsable de este homicidio, su suegro, la golpeó y con una navaja lesionó su cuello. Le arrebató a sus dos pequeñas hijas una de ellas de cuatro años y la bebé de seis meses. La madre de Aurelia, doña Catalina Velázquez y su hermano, Honorio García Velázquez de 17 años, fueron encarcelados de manera arbitraria en la cabecera de Cochoapa el Grande, por el mismo consuegro, Emilio Esteban, director de Seguridad Pública, porque supuestamente fueron cómplices del homicidio de su hijo Santiago Esteban. Lo más cruento es la desaparición de Aurelia Vázquez Velázquez que, ante la inacción de las autoridades ministeriales y de la misma sindica municipal que no atendieron las denuncias de violencia familiar y la sustracción de menores por parte de sus suegros, el 12 de mayo del presente año fue el último día en que su familia tuvo conocimiento de que se encontraba en el domicilio de sus suegros, obligada por las circunstancias de no ver a sus pequeñas hijas. Lo inaudito fue la actuación de la sindica municipal, que a petición del señor Emilio Esteban y su esposa Aurelia Lorenzo, citaron a Catalina Velázquez para que se presentara el 22 de mayo al ayuntamiento municipal. Fue en esa fecha cuando la sindica junto con los consuegros le reclamaron sobre el paradero de su hija Aurelia, porque no la han ubicado para entregarle a sus dos pequeñas hijas y al hijo mayor de siete años. Fue en ese momento cuando Catalina intuyó que su hija estaba desaparecida y que las autoridades en lugar de investigar su paradero, se empeñaron en criminalizarla y atemorizar a la misma familia.

Hasta la fecha no hay indicios del paradero de Aurelia, tampoco las acciones de búsqueda de las autoridades se han realizado como amerita el caso. El temor es grande, por eso la familia ha optado por guardar silencio y mantenerse oculta.

El pasado 22 de julio fue asesinado el excoordinador de la Policía Comunitaria de la Casa de Justicia de Zitlatepec, Rufino Gómez González, cuando se dirigía a presentar una ofrenda en el paraje conocido como Piedra de Petate, en San Lucas, municipio de Cochoapa el Grande, donde fue originario. En el 2018 en la fiesta del sexto viernes de cuaresma realizada en Cochoapa, acompañó a las autoridades de su pueblo junto con la Policía Comunitaria. En la noche cuando resguardaban el baile fue atacado a balazos por personas desconocidas. Fue trasladado al hospital de Tlapa, donde fue atendido teniendo una recuperación larga por lo delicado de la lesión. Fue en la mañana del 22 de julio, cuando llevaba sus flores, en compañía de su esposa y sus dos hijos, que impunemente que nada pudieron hacer cuando personas desconocidas se acercaron y le dispararon. Fue un defensor comunitario que se solidarizó con la lucha emprendida por el Frente Popular de la Montaña, para exigir la presentación con vida de Arnulfo Cerón Soriano, y al mismo tiempo, acompañó a las autoridades comunitaria de Tierra Blanca, para exigir al Fiscal Regional que impulsaran la búsqueda y la investigación de tres personas que fueron desaparecidas el 2 de julio del presente año, en el marco de un conflicto agrario que enfrentan con la comunidad de San Juan Huexoapa, municipio de Metlatónoc.

El pasado lunes 27 de julio como a las 10 horas, se suscitó una balacera atrás de la iglesia de Santiago Apóstol, en la cabecera municipal de Cochoapa el Grande. En esta acción violenta murió Alberto Flores, que acompañaba a Carlos Esteban, hermano de Daniel Esteban, y la niña Leticia, de cuatro años de edad, quien caminaba con su hermanito y su mamá, después de haber vendido atole en la pequeña plaza que se encuentra frente al ayuntamiento.

Esta cauda de violencia muestra la crisis de gobernabilidad que se agudizado con la pandemia provocada por el covid – 19, en los municipios de nuestro país. Para colmó de males, las autoridades municipales, se han ausentado de los ayuntamientos y han dejado a la deriva, a una población inerme, que es víctima de la violencia delincuencial y que se encuentran en extrema vulnerabilidad por la precariedad económica y los estragos del coronavirus que se suma al número de muertes que enlutan que nos sumergen en este laberinto del olvido y la violencia.

Fuente e imagen: http://www.tlachinollan.org/opinion-en-el-laberinto-del-olvido-y-la-violencia/

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La Nostalgia: Una mirada educada. Ensayo

Por: Diógenes Enrique Álvarez

Este ensayo, transita por un sendero entre la memoria, el olvido y la nostalgia. Transita lo esencial del Ser y la vitalidad con la idea de recuperar para la memoria y alejar del olvido las circunstancias del mundo de vida interior de quienes se atrevan a leer y releer los episodios atesorados como los recuerdos en esos viejos baúles y arcadas de las viejas casas maternas. Se ha nutrido de vivencias evocadas desde el recuerdo en procura de aproximar al lector a esa posibilidad de recrear sus propias nostalgias.

He utilizado la película Cinema Paradise de Giuseppe Tornatore como referencia y para el ejercicio de evocación, los elementos de la hermenéutica de la distancia para darle la necesaria comprensión del texto. Naturalmente, también he acompañado este ejercicio de los aportes de la narratología.

Todo tiene que ver con la idea de cómo el tiempo va diluyendo las circunstancias del Hombre y la manera como lo que no fue, no tiene manera de volver. La segunda década del siglo veintiuno está a punto de terminar y al igual que la primera década, va dejando circunstancias, hechos, momentos, lugares que se alojaran en la memoria y el imaginario de cada uno de nosotros. Igual pasó con el pasado siglo veinte y la memoria de sus décadas. La memoria es frágil y el tiempo tiende a desdibujar lentamente aquellos trazos que cada uno de nosotros fue construyendo a lo largo de la vida.

Algunos aspectos de la vida, esa vida, azarosa, tormentosa o sosegada y quieta, transitan el espinoso tema del olvido. No en vano, olvidar para tranquilidad del tiempo, parece una preocupación del Ser. Sin embargo, cuántos lugares o momentos no hay que están impregnados de nostalgia. Es casi imposible rastrear alguna frase o palabras al viento, pero alguien dijo que lo que uno extraña, no es el tiempo que pasó, sino aquellos lugares donde uno estuvo.

Y Hablando de lugares nos encontramos con aquellas casas viejas y casi derruidas abandonas por sus querencias y azotadas por el tiempo. Aquella casa materna de tejas y portón amplio que tantas veces nos permitió extrañar a aquellos lugares secretos de la vida interior. Aquellas paredes testigos de todas las intimidades, todos los sueños, alegrías, anhelos, suspiros, lágrimas y despedidas.

Aquellas amistades que una a una se fueron tejiendo a la luz de los encuentros de la cotidianidad, de las tardes en la plaza y las mañanas en la escuela. La complicidad infantil y la temeridad adolescente fueron desplazándose tenuemente hacia el olvido, hasta que algo lo trae de la memoria y lo rescata del olvido.

Hoy me ha tocado vivir un episodio de nostalgia que ha creado una sensación casi indescriptible. Asociar cada evento con un hito del pasado; rememorar, no el tiempo ido, sino aquellos lugares que aún se mantiene en pie, en la memoria, a salvo del olvido. No es posible evitar las sensaciones, ellas van dejando una estela de haber vivido y de traer de vuelta lo que fue y no podrá ser.

Caminar por las calles del pueblo, entre el umbral de la medianoche y el amanecer es una imagen realmente nostálgica; el silencio cómplice va dejando atrás la huella sonora de unos pasos lentos y tímidos. Ver en el horizonte siluetas que los faroles van dibujando en un lienzo imaginario que se desvanece con la suave brisa en un continuo ir y venir.

También la nostalgia es ese dolor que se siente cuando en retrospectiva uno ve, como en una secuencia fotográfica aquellos amores que se perdieron por miedo o timidez. Es ese dolor que hace de la fidelidad el motivo más puro de amor.

El poeta Jorge Luis Borges, decía que cuando uno se encuentra con una persona equivale a una despedida posible, ya que uno puede no verla más. Es decir, que estamos diciéndole adiós a las personas y a las cosas, a los lugares, a los rincones, continuamente. Y esto no lo sabemos o nos negamos a aceptarlo.

Por eso cada instante que se acaricie a alguien con la mirada, se toque los labios o recorra desde la frente hasta la mejilla con los dedos a alguien, hay una despedida posible y no es justo que lo ignoremos, pero lo hacemos. Por eso digo que cada instante al lado de las querencias y de los afectos que reposan en ese altar, es como soñar. Y si es así, siempre hay que rogar para no despertar.

Es nostalgia aquellos besos robados y discretamente consentidos, aquel roce de labios almibarados, tan fugaces como las miradas que escrutaban los encuentros furtivos, aquellas manos sudorosas que no daban tregua a los nervios.

Pues bien, después de tres décadas he vuelto a mirar Cinema Paradise, una película franco-italiana del género melodramático, estrenada en 1988, cuyo guion y dirección corresponde a Giuseppe Tornatore, y probablemente tuve la oportunidad de verla en algún cine de mi pueblo natal alrededor de los años noventa.

La primera versión que tuve la oportunidad de mirar era una versión con una duración de 1:58:01, entiendo que es la más corta, y por los cortes que de alguna manera dejaban sin conexión aparente ciertos episodios, deduzco que tuvo razones relacionadas con mejorar su impacto en el público.

Luego, gracias a la era digital he visto una versión que se corresponde con el original, con una duración de 2:53:32, cuya secuencia inevitablemente permite profundizar aún más en el alcance del largometraje. Este drama retrata no solo, una Italia de la postguerra, sino que desnuda un mundo lleno de matices románticas.

El argumento que se va tejiendo se ambienta en Roma, en los años ochenta; trata de un famoso director italiano, Salvatore Di Vita, quien luego cambia su nombre, vuelve a su casa bien entrada la noche, y su novia del momento, dormitada en su cama le dice que su madre llamó para decirle que alguien llamado Alfredo ha muerto.

Salvatore no ha estado en su pueblo natal de Giancaldo, Sicilia, en treinta años. Mientras su novia le pregunta quién es Alfredo, Salvatore reconstruye cada episodio de su vida. Como en un guion cinematográfico, comenzó a empalmar una película.

Y las imágenes que recalan en su mente, parte de los aciagos años después de la Segunda Guerra Mundial. Salvatore, de seis años, es el hijo travieso e inteligente de una viuda de guerra. Apodado Totó, descubre su amor por las películas y pasa cada momento libre en el cine local Cinema Paradiso. Aunque empiezan inicialmente en términos tensos, desarrolla una amistad con el proyeccionista, Alfredo, quien se convierte en su figura paterna y a menudo le permite ver películas desde la cabina de proyección.

Durante los espectáculos, el público abuchea cuando faltan partes de las películas, aquellas escenas románticas donde los personajes se besan. El sacerdote local había ordenado que estas secciones fueran censuradas, y las escenas cortadas se apilan en el piso de la sala de proyección. Al principio, Alfredo considera a Totó como una plaga, pero finalmente enseña a Salvatore a operar el proyector.

El montaje termina cuando el cine se incendia mientras Alfredo proyectaba Los bomberos de Viggiù, en la pared de una casa cercana. Salvatore salva la vida de Alfredo, pero no antes de que un carrete explote en la cara de Alfredo, dejándolo permanentemente ciego. El Cinema Paradiso es reconstruido por un ciudadano, Ciccio, quien invierte sus ganancias obtenidas en la lotería. Salvatore, todavía un niño, es contratado como el nuevo proyeccionista, ya que él es la única persona que sabe cómo manejar las máquinas.

Alrededor de una década más tarde, Salvatore, ahora en la escuela secundaria, sigue operando el proyector en el «Nuovo Cinema Paradiso». Su relación con el ciego Alfredo se ha fortalecido, y Salvatore a menudo busca ayuda, consejos que a menudo Alfredo dispensa citando películas clásicas. Salvatore ha estado experimentando con el cine, usando una cámara de cine en casa filma y conoce a Elena, hija de un banquero rico. Salvatore persigue y gana el corazón de Elena, sólo para perderla debido a la desaprobación de su padre.

Mientras Elena y su familia se mudan, Salvatore abandona la ciudad para ir al servicio militar obligatorio. Con la ilusión de que serían solo diez días, por una excedencia prometida por ser huérfano de guerra. Sus intentos por escribirle a Elena son infructuosos, sus cartas se devuelven como no entregadas. Luego de un año llega la excedencia y lo que era ya no parece ser. Y Los lugares ya parecen extraños.

Al regresar del ejército, Alfredo insta a Salvatore a dejar Giancaldo permanentemente, aconsejando que el pueblo le es muy pequeño para que pueda encontrar sus sueños. Por otra parte, el anciano le dice, una vez que se vaya, debe perseguir su destino con todo corazón, sin mirar atrás y nunca volver, ni siquiera a visitarlo; Nunca debe ceder a la nostalgia o incluso escribir o pensar en ellos. Se abrazan con lágrimas, y Salvatore abandona la ciudad para seguir su futuro, como cineasta.

Salvatore ha obedecido a Alfredo, pero regresa a casa para asistir al funeral. Aunque la ciudad ha cambiado mucho, ahora entiende por qué Alfredo pensó que era importante que se fuera. La viuda de Alfredo le dice que el viejo siguió los éxitos de Salvatore con orgullo, y le dejó algo: un carrete de película sin etiqueta y el viejo taburete que Salvatore usaba para operar el proyector. Salvatore se entera de que Cinema Paradiso va a ser demolido para dar paso a un estacionamiento. En el funeral, reconoce los rostros de muchas personas que asistieron al cine cuando era el proyeccionista.

Al regresar a Roma, Salvatore, mira uno de los dos regalos que ha dejado para él. Un carrete de cine y descubre un montaje muy especial. Contiene todas las escenas románticas que el padre Adelfio había ordenado cortar de las películas. Eran aquellos carretes que le había prometido que le regalaría cuando era un niño; Alfredo había empalmado las secuencias hasta formar una sola película.

Visto así, podemos releer la trascendencia de la nostalgia que Nuovo Cinema Paradiso evoca y mirar con otra perspectiva la manera como se conecta con un nuevo espectador marcado por la distancia. Esto es una interpretación a la distancia, entre aquella primera lectura y esta otra.

En Salvatore, y sus tres momentos, de niño, de adolescente y de adulto hay tres estaciones nostálgicas: El primero tiene que ver con el mundo mágico que él creo a través de las imágenes que lo rodean, también con del imaginario en torno a manera de conectar lo real con la ficción. Un segundo Totó, adolecentes, conectado con su maestro y la realidad, esa realidad que lo lleva a las grandes decisiones. Salvatore adulto, en un viaje retrospectivo hace las paces con su pasado con lágrimas en los ojos

En Alfredo, concurren tres momentos: Un primer momento visto desde la figura de maestro, la profundidad de sus lecciones metafóricas. Un momento transicional mostrado a través de una línea de tiempo entre el cine mudo los adelantos tecnológicos y la muerte del cine como centro de la vida social y finalmente, la ceguera, como metáfora que impulsa a su joven discípulo. ¡No vuelvas jamás y no me visites Tú estás más ciego que yo, expresa Alfredo.

En Elena adulta, encontramos que no hay vuelta atrás. El tiempo hizo su trabajo. Entre la memoria y el olvido, se impuso el olvido y la memoria se reduce a tenues recuerdos de un amor que realmente no murió allí.

En cinema paradiso, la imagen que detona todo un océano de nostalgia allá y aquí se resume en la implosión de las paredes del viejo y derruido cinema paradiso. Al caer, cayó lo que realmente produce nostalgia, esta vez, no el tiempo, sino los lugares. Terminamos extrañando los lugares y desde allí toda esa sensación extraña de vacío existencial.

Si nostalgia es la consecuencia de la suma de dos vocablos: nostos, que puede traducirse como regreso, y algos, que es sinónimo de dolor. Esa será la nostalgia que se produce cuando ya los lugares no existen y la memoria no le da tregua al olvido.

Fuente: El autor escribe para el Portal Otras Voces en Educación

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El olvido, ¿un proceso voluntario?

15 de marzo de 2017 / Fuente: https://www.isep.es

Por: Maribí Pereira

Suele pasar que deseamos olvidar aquel suceso que nos ha dejado un recuerdo desagradable, vergonzoso o doloroso.

De hecho, un grupo de neurocientíficos de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, ha demostrado que los seres humanos utilizan dos procesos para olvidar: la supresión y la sustitución, y que el cerebro trabaja de formas diferentes en cada caso (Benoit y Anderson, 2012).

Según Roland Benoit, se trata de dos mecanismos diferentes que producen el olvido: “el primero obstaculiza el proceso de recuperación de recuerdos y el segundo permite suplir los sucesos desagradables por otros” (2012). De hecho, son dos maneras contrarias en que el cerebro nos permite olvidar volitivamente recuerdos no deseados.

Este estudio es la primera demostración de dos mecanismos diferentes que provocan tales olvidos: uno, al darle “OFF” al sistema de recuerdos y, el otro, al proporcionar al sistema de recuerdos ocupar la conciencia con una memoria sustituta.

Los investigadores emplearon imágenes de resonancia magnética funcional para explorar la actividad cerebral de sujetos que habían aprendido asociaciones entre pares de palabras y que, después, intentaban olvidarlas según uno de los dos procesos, es decir, bloqueándolas o sustituyéndolas (Benoit y Anderson, 2012).

En el estudio, colocaron una pantalla donde aparecían las palabras y formaron dos grupos de un total de 36 sujetos participantes. Estos sujetos codificaron pares de palabras, como por ejemplo, nieve-Antártida, playa-África, azúcar, dulce, etc. en primer lugar, se les preparó para que recordaran la asociación y después para que olvidaran la segunda  que conformaba cada par, intentando bloquear su recuerdo, es decir, empleando la estrategia de supresión (Benoit y Anderson, 2012).

En segundo lugar, los participantes recogieron una palabra nueva que sustituía a una parte del par. Así por ejemplo, playa-buceo, azúcar-chocolate, nieve-frío, mientras las segundas palabras que conformaban cada par se borraban de la pantalla. Por tanto, en esta parte del estudio, los sujetos fueron entrenados para no pensar en “África”, “Antártida”, “Amazonas” recuperando la palabra de sustitución “buceo”, “chocolate”, “frío” (Benoit y Anderson, 2012).

Los resultados indicaron que cada mecanismo, sustitución y supresión, activan unos circuitos neuronales distintos. En este sentido, cuando se suprime un recuerdo, se origina una perturbación de los procesos mnemotécnicos debido al córtex prefrontal dorsolateral, que impide la actividad del hipocampo, región cerebral que es fundamental para recordar sucesos anteriores (Benoit, 2012).

En cambio, cuando se sustituyen unos recuerdos por otros, se ven involucradas dos zonas del cerebro, específicamente, el córtex prefrontal y el córtex midventrolateral prefrontal, los cuales funcionan para traer determinados recuerdos a nuestra conciencia al mismo tiempo que “eliminan” los indeseados. En esa sustitución de los pensamientos intervienen dos elementos: un recuerdo sustituto, que va a ser recuperado, y otro que desagrada a la persona.

Cabe destacar que las dos estrategias de olvido (supresión y la sustitución) resultaron igualmente adecuadas al momento de deshacerse de los recuerdos porque “se trata de dos mecanismos que ayudan a mejorar el control mnemotécnico de asociación mental para recuperar los recuerdos”, señala Benoit (2012).

Finalmente, conocer que diferentes procesos favorecen el olvido de los recuerdos puede ser útil “porque ahora sabemos que a la gente, de forma natural, se le da mejor un mecanismo u otro” (Benoit, 2012). Por tanto, a partir de estos resultados se podrían desarrollar tratamientos de problemas de salud mental relacionados con la regulación deficiente de la memoria, como ocurre después sufrir un traumatismo craneoencefálico (Benoit, 2012).

Fuente artículo: https://www.isep.es/actualidad-neurociencias/el-olvido-un-proceso-voluntario/

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