El profesor Víctor Arufe acaba de publicar el libro «La educación por escenarios»
Víctor Arufe, ganador de los Premios Educa «Mejor docente de España 2017», no duda al asegurar que la educación de los niños es compleja y requiere de mucho esfuerzo por parte de los progenitores. Añade que los pequeños perciben el mundo de una forma muy diferente a los adultos, y es en esta perspectiva distinta del mundo donde radica la mayoría de los conflictos entre padres e hijos.
¿Qué pueden hacer los padres para que no resulte tan complicado educar a los hijos?
Los adultos debemos hacer un esfuerzo en bajar al mundo de los hijos, un mundo donde no entienden, por ejemplo, que les quites las tijeras de forma brusca cuando van a empezar a jugar con ellas. No son conscientes del peligro, y esa reacción brusca de los padres les produce una rabieta inmediata, que puede pasar posteriormente a los gritos y a la autoridad del padre sobre el niño. Si nos situáramos a su nivel, seguramente se las quitaríamos con cuidado y le diríamos que se puede hacer daño jugando con ellas. Nos entendería mejor porque estamos aportando una información valiosa que él no tenía. En definitiva, estamos afrontando un problema con una solución acorde a su óptica.
Y es aquí donde debemos empezar la buena educación, aportando argumentos e información novedosa para los niños. Tienen el derecho de pedir todo lo que se les antoja, porque son niños, pero nosotros debemos decir que no y explicar los motivos. Hay que educarlos para el consumo responsable, para criticar cualquier acto de violencia, para consumir alimentos saludables, para cuidar su cuerpo, para que asuma responsabilidades, para que sea autónomo, para que acate reglas y normas, para que respete la diferencia, para que tenga empatía, para que colabore en tareas domésticas… Todo esto es información y trabajo que deben aportar los padres.
¿Tienen claro los progenitores lo que realmente deben enseñar?
Es difícil saber qué enseñar, cómo y cuándo. Nadie les ha informado de ello, algunos padres se preocupan por conseguir información, leen libros, leen revistas, van a cursos…, pero otros, no tienen esa curiosidad e, incluso, afirman que saben educar. La educación, como otros ámbitos temáticos tiene directrices y hay que conocer los pilares básicos para poder trabajarla.
Deberían existir más escuelas de padres y solicitar desde la Administración el carné de educador familiar, un documento que se conseguiría tras pasar una formación con diferentes bloques temáticos: nutrición, psicología, pedagogía, ejercicio físico, etc. Sería una formación obligatoria para todas las personas que decidan tener un hijo. Como quien saca el carné de conducir y debe estudiar el reglamento de circulación y aprender a circular con su vehículo. Creo que podríamos construir una sociedad mejor y especialmente resolver muchas dudas a muchas familias.
¿Cómo acotar la educación que queremos dar ante tanto volumen de información al respecto?
Efectivamente hay un exceso de información, pero no leemos todo lo que hay. Generalmente nos quedamos con titulares, y estos pueden estar impregnados de intereses comerciales. Tenemos que leer mucho más, y apostar por la lectura de grandes obras y artículos completos.
¿En qué consiste la fórmula de educar por escenarios?
En trabajar con los niños estrategias prácticas educativas durante todo el día y en cada escenario donde el niño actúe o interactúe. Los escenarios los clasifico en tres grandes grupos: pueden ser habituales, como el hogar, la escuela, el coche, la calle, la visita a un centro comercial, o la escuela deportiva; ocasionales, como el museo, un parque de atracciones, una fiesta de cumpleaños o un restaurante; o temporales, como, por ejemplo, la Navidad, las vacaciones de verano o las fiestas del pueblo. En todos ellos tenemos que rentabilizar las oportunidades que nos brindan para educar.
Siempre me gusta comparar la educación por escenarios como un sistema de riego por goteo. Son pequeñas gotas de educación que fomentamos en cada momento del día, poco a poco van calando en el cerebro del niño, y va adquiriendo hábitos, rutinas, normas, responsabilidades, tareas, conciencia, valores, etc.
Se trata de aprovechar las situaciones que nos ofrece cada día, cada momento, cada escenario, para enriquecerlas con gotas de educación. Es la única forma de forjar niños educados. De nada sirve que eduquemos en casa si luego en el restaurante no utilizamos ciertas estrategias. Esto es una carrera de fondo, donde las 24 horas del día 365 días al año tenemos que estar en alerta y estableciendo estrategias en cada lugar.
¿Cuál es el escenario más difícil de afrontar?
Todos son complejos y tienen sus peculiaridades, pero quizá el más importante es donde paae el niño más horas, que generalmente son el propio hogar y la escuela. Son, sin duda, dos grandes escenarios donde invierte una gran cantidad de horas y donde presento en el libro muchas estrategias prácticas para que lleven a cabo los padres con sus hijos.
¿Son los padres constantes en la educación de los hijos?
Deberían serlo más. Pasamos del disfrute del bebé de meses a, poco a poco, permitir todo o casi todo en el niño de 3-6 años, y es precisamente a estas edades donde hay que hacer frente a las miles de rabietas que tendrá el niño. Porque todo el esfuerzo que hagamos ahora sentará las bases para un posterior trabajo educativo en la etapa de Primaria que, por supuesto, seguirá con la misma intensidad y calidad educativa. No podemos bajar la guardia hasta que nuestro hijo alcance la mayoría de edad. Si tenemos una buena base será mucho más fácil adentrarnos en la educación del adolescente, si no hay una buena base, será mucho más complejo.
Fuente: http://www.abc.es/familia/padres-hijos/abci-deberia-existir-formacion-obligatoria-para-todas-personas-decidan-tener-hijo-201805300216_noticia.html