Nueve cosas que usted debe saber sobre los períodos y la pandemia

Este artículo es una colaboración conjunta entre el UNFPA y el UNICEF, organismos principales en el esfuerzo por garantizar la salud y los derechos de todas las personas que menstrúan.

NACIONES UNIDAS, Nueva York – La menstruación es malentendida y estigmatizada en todo el mundo, un hecho que probablemente empeore en el marco de la pandemia de COVID-19. A continuación se indican nueve cosas que usted debe saber sobre los períodos y la pandemia, y lo que el mundo debe hacer al respecto.

1. La menstruación no es un signo de enfermedad o de la COVID-19

La menstruación es saludable y normal. No es signo de enfermedad, pero circulan mitos sobre la menstruación y la COVID-19.

En China, por ejemplo, las personas ha informado que la menstruación aumenta la vulnerabilidad de las personas  al coronavirus. En Tanzania, los rumores sostienen que la menstruación es un síntoma de COVID-19, o que las personas que están menstruando tienen más probabilidades de transmitir la enfermedad. No hay base médica para esos mitos, que podrían aumentar el estigma que rodea a la menstruación.

Sin embargo, la pandemia está afectando el modo en que las personas viven y perciben la menstruación. Las restricciones de movimiento relacionadas con la pandemia aunadas al cierre de los centros de salud están afectando el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva, incluida la atención de trastornos relacionados con la menstruación, como la endometriosis o las migrañas. Las consecuencias económicas están afectando el acceso a los suministros menstruales, y el aumento del estrés podría afectar los ciclos menstruales y las molestias físicas y emocionales relacionadas con la menstruación (síndrome premenstrual).

El acceso a productos de higiene menstrual ha sido afectado por la
pandemia de COVID-19. © PONY para UNFPA

2. Los suministros menstruales son artículos esenciales

Las pérdidas de existencias y las interrupciones de la cadena de suministro significan que las comunidades podrían perder el acceso a toallas sanitarias, tampones y otros materiales relacionados con la menstruación. Los responsables de la toma de decisiones deben asegurarse de que estos artículos esenciales sigan estando disponibles.

Cuando las toallas sanitarias no se consideraron inicialmente suministros esenciales durante el bloqueo de China, los proveedores enfrentaron problemas de transporte marítimo, y esto llevó a los responsables de la toma de decisiones a tomar medidas. En la India, los responsables políticos designaron las toallas sanitarias como productos básicos esenciales para eliminar las barreras a su fabricación y suministro.

No debe haber ambigüedad: estos artículos (toallas, tampones, copas menstruales, servilletas reutilizables, analgésicos y jabón) son una prioridad para la salud, la dignidad y el bienestar de todas las personas que menstrúan.

Los responsables políticos también deben responder a los mayores desafíos relacionados con la menstruación que enfrentan determinados grupos de personas. Por ejemplo…

3. Los trabajadores sanitarios deben tener acceso a suministros de salud menstruales y a los medios para mantener su higiene menstrual, a fin de responder a la pandemia

En todo el mundo, alrededor del 70 % de la fuerza de trabajo en la esfera de la salud es femenina. En la marco de la pandemia, este personal trabaja largas horas de agotadora labor bajo intensa presión. El personal sanitario ha llamado la atención sobre sus necesidades de salud menstrual insatisfechas, que podrían afectar la respuesta a la pandemia.

El personal de salud no solo necesita acceso a materiales de higiene menstrual, sino que también necesita tiempo, instalaciones y recursos para manejar su salud menstrual. Esto es particularmente cierto para los trabajadores sanitarios de primera línea en lo relativo al equipo de protección personal (EPP).

“Ponerse y quitarse el EPP previene el cambio rápido de los materiales de higiene menstrual, y esto lleva a las mujeres a sangrar en los trajes de protección, suprimir la menstruación mediante el uso de píldoras anticonceptivas orales, o les hace perder días de trabajo”, apunta una reciente orientación del UNICEF.

El UNFPA y el UNICEF están respondiendo a estas necesidades mediante la distribución de productos sanitarios y EPP a los trabajadores sanitarios de primera línea en todo el mundo.

4. Los hospitales y centros de cuarentena deben proporcionar suministros de higiene menstrual

Por lo regular, las personas en hospitales y centros de cuarentena no pueden obtener sus propios productos de higiene menstrual y, por ese motivo, los administradores de las instalaciones deben asegurarse de que se disponga de suministros adecuados, y el personal debe estar capacitado para responder a estas necesidades de manera sensible.

Una mujer observó que las personas de su centro de cuarentena necesitaban más toallas sanitarias de las que se les proporcionaban. «Cada mujer vive su período menstrual de manera distinta, algunas más intensamente que otras», indicó.

El UNFPA y el UNICEF están trabajando con asociados, entre ellos ONU Mujeres, para suministrar kit de higiene femenina que contengan artículos de higiene, como jabón y toallas sanitarias, a instalaciones de cuarentena en Yemen, El Salvador y otros lugares.

Las personas que ya enfrentan obstáculos están viendo cómo aumentan tales desafíos. © PONY para UNFPA

5. Las personas vulnerables enfrentan más barreras para obtener suministros y cuidados de higiene menstrual

Las personas que ya enfrentaban obstáculos para adquirir suministros menstruales y recibir servicios sanitarios están viendo cómo aumentan tales desafíos.

El cierre de las tiendas y el transporte público, el aumento de los costos y la creciente incertidumbre económica están colocando los suministros de higiene menstrual fuera del alcance de los pobres. En algunos lugares hay informes de que las mujeres está recurriendo al uso de calcetines para absorber la sangre menstrual.

Las circunstancias son aún más tensas para las personas con discapacidad, las personas encarceladas, los refugiados y migrantes, los residentes en albergues y los hombres transexuales, que podrían tener acceso reducido a suministros y una menor privacidad durante los bloqueos. Una mujer detenida en Kirkuk, Irak, afirmó al UNFPA: «estar aquí nos hace sentir olvidados… pero nuestras necesidades íntimas son importantes».

Dildar Salamanca, un experto humanitario del UNFPA que trabaja en la frontera entre Venezuela y Colombia, recuerda lo que puede suceder cuando los migrantes no cuentan con los suministros que necesitan: “una vez fui testigo… una chica tenía el período, y no podía levantarse porque no tenía toallas sanitarias y estaba sentada encima de una bolsa de plástico… Estas condiciones han empeorado debido al aislamiento social en medio de la emergencia por la COVID-19, en la que las mujeres deben priorizar el acceso a los alimentos y al agua sobre los artículos de cuidado personal”.

6. La COVID-19 amenaza los derechos y la salud de las personas que menstrúan

La desigualdad de género, la pobreza extrema, las crisis humanitarias y las tradiciones nocivas pueden convertir la menstruación en un período de privación y estigma. Estas vulnerabilidades sólo aumentan en el marco de la pandemia, ya que van disminuyendo el acceso a los servicios e información de salud sexual y reproductiva.

Del mismo modo se han reducido las oportunidades de acabar con los mitos y promover los derechos. A manera de ejemplo, el Día de la Higiene Menstrual del año pasado se produjeron 726 eventos sobre el terreno en 74 países, marco en que las personas abogaron por el fin de los tabúes y estigmas menstruales. Hoy estos acontecimientos no son posibles.

7. La prevención de la COVID-19 y la buena salud e higiene menstruales van de la mano

Los servicios de agua, saneamiento e higiene son esenciales tanto para la higiene menstrual como para la prevención de la COVID-19. Sin embargo, los esfuerzos por prestar estos servicios están siendo perjudicados.

Las comunidades enfrentan grandes disminuciones de existencias de suministros como jabón, desinfectante de manos y materiales de limpieza. Los servicios de agua y saneamiento en situaciones de emergencia podrían verse amenazados por la escasez de personal y recursos de mantenimiento, plantea el UNICEF. Todo esto tendrá un impacto adverso tanto en la respuesta a la COVID-19 como en la esfera de la salud y los derechos de las personas que menstrúan.

Debemos disipar los rumores y difundir mensajes positivos. © PONY para UNFPA

8. La información sobre la salud e higiene menstruales ha sido interrumpida por la pandemia

Las interrupciones en la escuela y los servicios sanitarios están dificultando el acceso a información básica sobre la salud e higiene menstruales. Además, las mujeres y las niñas tienen menos probabilidades de tener fuentes de información alternativas, debido a su menor acceso a Internet y a sus tasas de alfabetización.

Hoy más que nunca debemos encontrar maneras nuevas y creativas de educar a las personas sobre la menstruación.

El UNICEF y el UNFPA están trabajando para disipar los rumores y difundir mensajes positivos y fácticos sobre la menstruación mediante anuncios de servicio público y mensajes educativos, pero se necesitan más esfuerzos, tanto para educar a las personas como para acabar con el estigma y la vergüenza.

9. Las tradiciones menstruales nocivas están aumentando la vulnerabilidad durante la pandemia.

Los tabúes y las tradiciones menstruales conducen a la exclusión y vulnerabilidad incluso en circunstancias normales. En el marco de la pandemia, esta situación podría empeorar: algunas tradiciones exigen que las personas que menstrúan permanezcan en cabañas menstruales o en hogares de familiares, prácticas que podrían afectar el distanciamiento social. Otras tradiciones prohíben que las personas que menstrúan se laven o se toquen los genitales, o sostienen que la menstruación contamina las fuentes de agua o los inodoros.

Afortunadamente, al menos en algunos casos, los esfuerzos de prevención de la COVID-19 están ganando prioridad por encima de esas tradiciones. Varias activistas del oeste de Nepal explicaron al UNFPA que las mujeres y niñas que menstrúan ahora se alojan en habitaciones separadas de sus hogares, en lugar de ir a cabañas menstruales o establos. «Usan máscaras y se lavan las manos regularmente», aseguró Pramila Rokaya, una defensora.

No obstante, se necesitan más esfuerzos para asegurar que todas las personas puedan participar en las medidas de prevención de la COVID-19, incluso durante la menstruación.

Fuente: https://www.unfpa.org/es/news/nueve-cosas-que-usted-debe-saber-sobre-los-per%C3%ADodos-y-la-pandemia

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Nigeria: Agonies of a Menstruating School Girl

África/Nigeria/11 Junio 2011/Fuente; /Autor: Habibu Umar Aminun

Resumen: Los resultados de un estudio sobre Gestión de Higiene menstrual (MHM) han demostrado que cuando las colegialas menstrúan en Nigeria se enfrentan a muchos retos, que afectan a su capacidad para gestionar su situación y condición de una manera digna e higiénica. También reveló que la disponibilidad y adecuación de las instalaciones de lavado (Higiene Agua, Saneamiento e) y el flujo de información sobre MHM y el acceso a los materiales para el manejo higiénico de la menstruación todo impactado en la experiencia de la menstruación de las niñas.

Katsina — Findings from a recent study on Menstrual Hygiene Management (MHM) have shown that menstruating schoolgirls in Nigeria face many challenges, which affect their ability to manage their situation and condition in a dignified and hygienic way.

It also revealed that availability and adequacy of WASH (Water, Sanitation and Hygiene) facilities and flow of Information on MHM and access to materials for hygienic management of menstruation all impacted on girls’ experience of menstruation.

Participants believe that menstruation is a secret and an unclean experience, which should be shrouded in secrecy and if spoken of, must be done in whispers. They expressed fear that used menstrual products could be used for rituals, which could cause harm to menstruating girls.

Menstrual Hygiene Management findings show that WASH facilities in most schools are inadequate for menstrual management as only 41.7 per cent of toilets have functional locks while only 25 per cent of the schools have hand washing basins and soap. Most of the toilets/latrines are in a state of disrepair: they are dirty, with broken doors and poor ventilation.

The ratio of latrine compartment to students was 1:297 for girls and 1:1216 for boys compared to a global recommended latrine to student ratio of 1:25 and 1:50 for girls and boys respectively (UNICEF 2011).

The overall average ratio of toilets/latrine in the urban schools for girls was 1:214 and for boys 1:374, while the ratio was 1:168 and 1:272 for girls and boys respectively in rural schools. None of the schools assessed met the World Health Organisation standard of pupil to toilet ratio.

Water for hand washing and cleaning up by girls was inadequate as only 50 per cent of the schools had functional water source in the school premises. Disturbed by this revelation, this year’s MHM Day had the theme: ‘Education About Menstruation Changes Everything’, which intends to create awareness and change attitudes about the increasing agonies and pains female students go through when their menstrual period starts.

Many female students have missed classes and are stigmatised, while many become the subject of discussion and shame, especially from their male colleagues; thereby casting them in bad light on an issue that is a natural cycle of life.

It has been established that girls lacked knowledge about puberty and menstruation as most girls have no prior knowledge about menstruation before menarche (first menstrual bleeding).

The report noted that even after experiencing their first menstrual cycle, information about menstruation comes mostly from mothers, older siblings and peers. There are inconsistencies in the subjects that address menstruation, as well as information shared in schools.

Teachers, especially those in co-educational schools are uncomfortable about teaching menstruation and menstrual hygiene. To this end, this year’s event intends to change this perception by using the media and education which have been identified as the major effective tools to address challenges faced by school girls and young women.

Speaking on menstrual issues at a one-day meeting with media practitioners in Katsina, the National Coordinator, WINS4Girls Nigeria Project, Professor Nkadi Onyegegbu, stressed that menstrual hygiene had remained a taboo in many settings, with poor knowledge and misconceptions being depicted as a great challenge, coupled with lack of access to available facilities.

She said that in recent years, a solid body of evidence had revealed that the discriminatory nature of many school environments had made menstruating girls unable to adequately manage their menses with safety, dignity and privacy.

The university don said in recognition of the positive impact on girls’ education, initiatives around the world were addressing adolescent girls’ menstrual hygiene management (MHM) needs in coordination with ongoing efforts to improve water, sanitation and hygiene (WASH) facilities and services in schools.

«The need to provide education on menstrual hygiene, so that girls and women feel confident and are empowered to make informed decisions about how they can manage their menstruation, has become quite critical,» she said.

This was in addition to breaking the ‘culture of silence’, secrecy, taboos, restrictions, myths, beliefs, misconceptions and traditional practices through talks in forms of seminars, workshops and conferences.

These avenues can be exploited by organisations, women in science in schools, media houses, communities and religious organisations to create awareness on MHM issues by providing factual information

According to her, girls should be given practical information about the management of their menses and not feel ashamed, afraid, or uncomfortable about the psycho-social challenges such as unpreparedness for menarche, fear, embarrassment, shame, stains, leaks and odour, fear of their menstrual material falling out, teasing, stigma and restrictions.

She noted that their physical challenges included abdominal cramps, headache, dizziness, nausea and vomiting, loss of appetite and increase in body temperature.

«Since girls and young women lack support systems from the following: family, friends, community members, school staff, then women in science should take up this role in assisting the school girl and young women in their various communities.»

She believed that promoting menstruation education for boys, girls, men, teachers, health workers, and stakeholders in education such as principals, head teachers, teachers, and other professionals could help break negative social norms and provide accurate information and support for everyone.

«MHM is complex and needs to be addressed holistically and in context as a package of services that include voice and space to talk about the issue to increase awareness amongst men, women, boys and girls; it would also create an avenue to provide adequate water, privacy and facilities for washing and disposal of menstrual materials when used,» she said.

Fuente de la noticia: https://www.dailytrust.com.ng/news/home-front/agonies-of-a-menstruating-school-girl/201161.html

Fuente de la imagen:

 https://images.dailytrust.com.ng/cms/gall_content/2017/6/2017_6$large_Agonies_of_a_menstruating_school_girl.jpg

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En varios países de Africa los asuntos de la menstruación tienen sus efectos en el absentismo escolar

Africa/Uganda/globalpartnership

En los países en desarrollo, las mujeres y las niñas como Maureen enfrentan serios desafíos a la hora de gestionar sus períodos menstruales lo que puede tener un efecto devastador en su asistencia a la escuela.

Maureen, de 16 años y de Uganda ha faltado mucho a la escuela debido a su periodo: «Mi período comenzó cuando tenía 15 años», explica. «Mi madre nunca me habló de la menstruación, y cuando vi por primera vez la sangre, yo estaba asustada. Mis amigos me dijeron que cuando comienza mis períodos debo utilizar un trapo. No explicaron porque – sólo me dijo que lo hiciera. Así que rompí mi ropa vieja e hice los trapos para su uso. Cada mes me pierdo de tres o cuatro días de asistencia en la escuela. Tenía miedo de ir a la escuela cuando tenía el período «.

La mayoría de las niñas comienzan su periodo entre las edades de 10 y 18 años. A partir de entonces, la menstruación es una realidad mensual durante décadas, y sin embargo, en muchas culturas, el período menstrual está rodeado por el estigma, la vergüenza y el silencio.

La menstruación lleva a ausentismo escolar

En los países en desarrollo, las mujeres y las niñas como Maureen enfrentan a serios desafíos a la hora de gestionar sus períodos. No tienen acceso a productos asequibles para su higiene menstrual y se ven obligadas a utilizar materiales improvisados, tales como trapos, que son incómodos y pueden dar lugar a fugas y a infecciones. También pueden carecer de los conocimientos y la comprensión de lo que es la menstruación, y sus opciones para su gestión. Para empeorar las cosas, a menudo, los tabúes sociales sobre la menstruación excluyen a las mujeres de ciertas actividades, como cocinar o rezar, y los exponen a acoso y a burlas. 

Para las niñas en edad escolar, esta situación puede tener consecuencias de largo alcance. Las escuelas en los países en desarrollo a menudo no tienen letrinas limpias, privadas y seguras, ni tienen letrinas separadas para niñas. Incluso cuando se dispone de letrinas, con frecuencia no hay agua limpia dentro o cerca de los baños, y no hay ningún sitio para que las niñas se limpien, discretamente adquieran productos para la higiene menstrual, o laven sus toallas sanitarias de tela. Como resultado, en algunos casos, las niñas faltan a la escuela durante sus períodos. Por ejemplo, se estima que el precio de los suministros de higiene menstrual es el conductor de un 36% de absentismo de las niñas de la escuela en Ruanda . Algunas chicas incluso abandonan la escuela por completo. Esto puede tener un impacto negativo en la vida posterior de las niñas debido a que las que tienen menos años de educación ganan menos y son más propensas a contraer matrimonio a temprana edad. Por el contrario, las niñas educadas y mujeres jóvenes generalmente son más saludables que las niñas que no van a la escuela; También tienden a tener hijos más sanos y compartirán sus conocimientos y comportamientos de búsqueda de atención sanitaria en la salud y la higiene con sus futuros hijos e hijas.

Las organizaciones como Plan Internacional y la Alianza Mundial para las niñas trabajan en los países en desarrollo de muchas formas diferentes, para romper los tabúes que rodean la menstruación y ampliar las instalaciones de las escuelas para acomodarlo.

Por su parte GPE ayuda a los países a realizar evaluar el sector de la educación para identificar las barreras de igualdad de género y a definir estrategias para superarlas. El Plan de implementación incluye una serie de proyectos específicos para la proporción de equipos de higiene incluyendo la dotación de cojines y ropa interior para que sean usadas por las niñas durante las situaciones de emergencia, así como orientaciones para la construcción de letrinas separadas para las niñas en la escuela que respondan a sus necesidades relacionadas con la menstruación.

Las soluciones simples en Uganda y Etiopía

En Uganda, El Plan Internacional se ha asociado con AFRIpads empresas sociales locales, para ayudar a las niñas y mujeres de Uganda a gestionar mejor su menstruación. AFRIpads capacita a las mujeres de Uganda para la fabricación de toallas sanitarias reutilizables, luego el plan adquiere las almohadillas y los vende a los vendedores locales a una tasa subsidiada. Esto permite a los vendedores vender esos productos a las niñas y las mujeres en las zonas que rodean a un precio asequible y al mismo tiempo obtener un beneficio. El proyecto está mejorando el acceso a las toallas sanitarias, al tiempo que proporciona los vendedores con una fuente confiable de ingresos.

Viola, de 15 aos, mantiene su kit Afripad en una bolsa que cuelga en una pared en su casa de Tororo, en el este de Uganda. Ella solía usar toallas desechables caras, y cuando no había dinero, usaba trapos. «AfriPads son buenos porque me han mantenido limpio», dice Viola. «He estado usándolas durante siete meses.»

La asociación AFRIpads ha tenido tanto éxito, que su plan esta siendo desarrollado por otras asociaciones con empresas sociales. Una de estas empresas es BeGirl quien ha desarrollado bragas impermeables lavables que tienen un bolsillo que puede ser llenado con cualquier material disponible. Estas bragas se han distribuido en Etiopía, y la mayoría de las niñas informaron un mayor confort y una reducción en el número de fugas de su menstruación. Además de proporcionar estas bragas de época, el Plan también capacita a las niñas y los maestros sobre el tema de la menstruación. A través de proyectos innovadores como estos, el Plan se ha comprometido a romper el estigma que rodea a la menstruación y asegurándose de que el tema está en la agenda global.

Es por eso que es el momento de hablar, y es el momento de actuar.

Fuente:  http://www.globalpartnership.org/blog/menstruation-matters-thats-bottom-line

 

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