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¿Qué es esa cosa llamada Pedagogía?

Por: Miguel Ángel Pérez

A partir del mes de agosto hemos aperturado la licenciatura en Pedagogía al interior del sistema de Unidades de las Universidad Pedagógica Nacional en el estado de Jalisco, esto implica el compromiso de formar pedagogos para incorporarlos al sistema y en general al mercado laboral. Como parte de la formación y de otros compromisos éticos y profesionales, por lo tanto es obligado responder a la pregunta que le da título a este artículo ¿Qué es esa cosa llamada pedagogía?

¿La Pedagogía, es una ciencia, un arte,  una técnica, un oficio, una vocación, una pieza artesanal, algo que acompaña a los hechos educativos y que sirve para encontrarle sentido a dichos hechos, es la forma que nos sirve encontrarle fondo a los hechos, actos y datos educativos, no es nada, es un discurso que nunca concluye y que siempre se está replanteando nuevas elaboraciones…? La pedagogía no es nada de lo anterior o más bien es todo junto articulado, integrado y algo más. En todo caso la Pedagogía es un dispositivo que no tiene un método propio, ni se rige a partir der una rigurosidad científica pero que sirve para acompañar (como lo ha venido haciendo desde hace muchos años) a los fenómenos educativos para encontrarles su razón de ser, buscar nuevas formas pensadas para que los sujetos enseñen, aprenden y hagan uso de los saberes y conocimientos aprendidos en una sociedad que cambia a pasos agigantados.

La Pedagogía no es una cosa en todo caso son muchas. Para algunos colegas es ocioso pensar en este momento acerca del carácter científico de la Pedagogía, de su vocación y de tratar de encontrar mejores sustentos epistemológicos de su razón de ser. Para otros el debate está agotado, ya que la Pedagogía llegó a sus límites disciplinares en donde aparece la teoría educativa, la ciencia o las ciencias de la educación y será sobre todo el recurrir a los aportes psicológicos, sociológicos y antropológicos los que nutran esta pequeña cosa a la que desde el tiempo de los antiguos griegos se le ha dado por llamarle pedagogía.

Por otro lado también, es importante pensar en torno a la actual agenda académica, las nuevas demandas epistémicas y los desafíos en la sociedad del conocimiento, junto con la velocidad de la información, generan nuevas preguntas en el seno de lo que podríamos llamar la Pedagogías moderna aun en contextos postmodernos. ¿Por qué todo esto debería interesarles a los nuevos pedagogos y a todos aquellos que se encuentren en formación, ligados con asuntos humanísticos o educativos? Tal vez porque desde la sociología de las profesiones hay una exigencia cada vez más fuerte por intelectualizar el desempeño profesional, mientras que la empresa tiende a tecnificar y a artesanalizar a las profesiones, desde la academia y en el seno de las universidades, la exigencia es a intelectualizarlas. Esta contradicción se resuelve o debiera resolverse desde el sujeto que se forma, a partir de algo que también ha surgido en el seno de la pedagogía y que tiene que ver con la reflexión del quehacer profesional del pedagogo, junto con pensar acerca de las fronteras disciplinares con las ciencias afines.

Aunado a lo anterior, el estudio de la evolución del pensamiento pedagógico desde Gracia y Roma hasta nuestros días, también es una idea sugerente. Cada idea, cada propuesta, cada nuevo aporte, vacaciona al sujeto a entender a los autores en su contexto, lo importante es entendernos a nosotros mismos en el contexto actual en el que nos encontramos (saturados nuevas contradicciones)  con la exigencia también de exigirnos la producción de las ideas nuevas que habrán de darle sentido al desarrollo de esto a lo que le llamamos Pedagogía para los tiempos aquí vienen. Tiempos que todos sabemos son inciertos, impredecibles, líquidos y bajo un alto riesgo social y personal. Tiempos que estarán fuera de este tiempo como lo hemos aprendido hasta ahora.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/que-es-esa-cosa-llamada-pedagogia/

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Educación musical: Ante el silencio gubernamental, carta abierta a los maestros

México / 1 de octubre de 2017 / Autor: Samuel Maynez Champion / Fuente: Proceso

  1. Pirécua Tsik Tsik Tsapiratiecha (florecita). Arreglo de Luis Sandi

2. Luis Sandi – Hoja de Albúm No. 2

3. Luis Sandi – Scherzando de la Sinfonía No .2

 

En nuestro texto anterior (Proceso 2128) abordamos un problema de extrema gravedad: el destierro de la música dentro de las aulas, argumentando con hechos concretos su papel crucial dentro de la formación del ser humano, sin embargo, no hubo desmentido ni refutación de parte del eximio Aurelio Nuño, titular de la Secretaría de Educación Pública, a quien sólo parece importarle su carrera política, en vez de hacer bien su trabajo para revertir la severa penuria educativa en la que se encuentra sumido el país.

Como era de preverse, la ausencia de diálogo nos compele a enunciar algunas aclaraciones pertinentes, amén de dirigir el soliloquio hacia los integrantes del magisterio quienes son, a fin de cuentas, las correas de trasmisión entre las directrices gubernamentales y el alumnado. Huelga decir que corresponde al maestro crear conciencia, primero dentro de sí mismo, y después hacia sus discípulos y sus familias sobre la imprescindible función formativa de las artes ‒y de la música en especial‒ para la equilibrada evolución del estudiantado. Es un inexcusable error seguir negándole al arte sonoro la preeminencia que le corresponde dentro de la curricula escolar (en otras épocas se situaba en el mismo nivel que las matemáticas, la geometría y la astronomía). Por no hablar de su penosa impartición, cual materia optativa, de la que se desprende que se recurra a música pedestre ‒con teclados electrónicos y sus deshumanizados ritmos y sonidos‒ para satisfacer la garrafal necesidad de “adornar” con tonterías ‒entiéndanse los violentos sonsonetes de nuestros perturbados jóvenes‒ el espacio acústico, so consigna de que hay que llenarse de ruido para que parezca que el ambiente está vivo.

Pero mejor cedámosle la palabra a una verdadera autoridad en estos relevantes asuntos, pues su larga trayectoria como educador la avala. Digamos, para dar un perfil somero de su estatura artística, que fue vicepresidente del Consejo Interamericano de la Música, presidente de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR), columnista de El Universal, El Sol de México y El Nacional, Director de Bellas Artes, presidente de las Juventudes Musicales de México, Jefe del Departamento de Música de la SEP, miembro del Consejo Internacional de la Música de la UNESCO, maestro del Conservatorio Nacional, cantante, director de orquesta, fundador del Coro de Madrigalistas de Bellas Artes y, por supuesto, un compositor de sólida tendencia nacionalista. De su autoría son importantes partituras vinculadas al pasado indígena, junto a una ingente cantidad de transcripciones de nuestra música autóctona.[1] Tocante a su labor como maestro es de señalar que fue, nada menos, creador de los primeros métodos ‒hoy en desuso‒ de educación musical que incorporaron cantos en lenguas vernáculas y responsable de la elaboración de los primeros planes de estudio ‒para la enseñanza no profesional de la música‒ donde se incorporó el mejor repertorio coral que jamás hayan tenido nuestras primarias, secundarias y normales. La carta que reproducimos fue escrita en 1946 y a pesar de sus 7 décadas de vida sigue siendo de una atroz actualidad (va citada casi en su totalidad y con ligeras adecuaciones léxico-formales debidas al paso del tiempo).

 

A los Directores de Escuelas Normales y a los Maestros de Música

Muy estimables señores:

 

Uso este medio tan indirecto porque quiero hablar con ustedes largo y tendido, con más confianza que la que permite el documento oficial. Esta carta va además, sin envoltura, para que puedan leerla muchos a los que, a lo mejor, les interese sin yo saberlo, y sin ellos pensarlo.

Va, para comenzar, una revelación: la música es entre nosotros una miseria. Hay en el país muy pocas orquestas para la cantidad de habitantes que somos, la Ópera Nacional no tiene de nacional sino el dinero que la sostiene, no hay concertistas mexicanos de cartel internacional y hay unos cuantos compositores que ni siquiera pueden dedicarse en serio a componer.

Todos estos males tienen un origen común: no hay músicos en número y calidad satisfactorios porque no hay demanda para ellos y porque la cultura del mexicano es, en este sentido, ínfima.

¿Qué es lo que le gusta al mexicano medio? La vulgaridad, cursilería y vacuidad musicales. Tiene con relación a la música muchas supersticiones: cree que hay que saber de ella para poder gustarla, que es necesario entenderla, que es aburrida, que es innecesaria, lujo inútil de gente acomodada. Cree, en cambio, que la otra música, o la basura sonora de que se rodea, es música de verdad, buena para ser oída en toda ocasión, y paga cantidades crecidísimas a los que se la ofrecen, pero escatima para la que merece llamarse buena música.

El mexicano medio no debe preferir esta música de pacotilla a la otra hecha con todas las reglas del arte, por la misma razón por la que no debe preferir la hechicería a la medicina: porque debe gozar de los beneficios de la verdad y librarse de los males de la superstición. Con relación a la buena música, la verdad es que no se necesita ser músico para gozar de ella; no hay que “entender” a la música, ya que no va dirigida al intelecto sino a la sensibilidad, bastando sólo un par de orejas en buen estado y una mente libre de prejuicios para gustar de la buena música; misma que tampoco puede ser aburrida puesto que es de una variedad infinita.

Es necesario librar al pueblo de estas como de tantas otras supersticiones ilustrándolo con la luz del verdadero saber.

Y entramos con esto en los terrenos del maestro. Pero si el maestro puede enseñar a sus alumnos que no hace daño cortarse las uñas en viernes y que no pasa nada si se sale de casa con el pie izquierdo, no debe desconocer a quienes nos han legado el gran arte sonoro, porque en esto sería tan ignorante como sus discípulos.

Me apresuro a decir que la culpa de tal ignorancia no la tienen los maestros sino la escuela que los formó: el plan de estudios que no incluía la asignatura, el programa de la asignatura que no correspondía a su finalidad, o las enseñanzas del maestro de música que no correspondían al programa. De todo esto ha habido. Porque es opinión común que la música en las escuelas sirve para solaz vacuo o para nada; muy pocos ven su valor educativo y no le asignan un papel análogo, en la formación del futuro maestro, al de las matemáticas o al de la pedagogía.

Señores Directores, concedámosle a la música una categoría semejante a la de las otras asignaturas formativas e informativas, de la carrera de maestro. Si éste necesita saber pedagogía y psicología para poder llegar a la mente del niño, no necesita menos de la música para llegar a su sensibilidad y modelarla también formando su gusto y su juicio estético. Si el maestro necesita no tener vicios en su lenguaje para poder enseñar a hablar a sus alumnos, también necesita saber música y tener educado el gusto para iniciar a sus alumnos en el cultivo del arte sonoro.

La finalidad de la clase de música en las escuelas normales es dar cultura musical, lo más sólida posible, a los futuros maestros. Enseñarles solfeo que es la base del saber musical, historia de la música para que conozcan lo más importante que en este arte ha producido la humanidad, historia que no ha de consistir en una acumulación de datos, sino en el aprendizaje de la música de las distintas épocas y países: han de aprender canto coral con dos propósitos: ponerlos en contacto con la buena música y enseñarles los cantos que transmitirán posteriormente a sus discípulos.

Sólo después de que estas finalidades se hayan cumplido puede desempeñar la música en la escuela otras funciones. Es preciso que sea hasta haber llenado su papel de instrumento formativo, cuando la música empiece a ser fuente de sano y elevado deleite, porque sólo la buena música es la que ha de difundirse en la comunidad circundante para bien de nuestra cultura patria.

Es conveniente insistir en que sólo la buena música merece ocuparse de ella, porque es en la escuela donde suele colarse, sin tropiezos, la mala música. La educación supone siempre un esfuerzo; y el aprender a estimar la buena música también lo supone, pero no es tan grande como algunos temen, ni deja de tener compensaciones inimaginables.

Esta tarea de educar musicalmente se parece mucho a la de limpiar el idioma. En una y otra hay que hacer que los educandos puedan expresarse correctamente y que logren entender a los otros, a fin de que sean capaces de captar y valorar las excelsitudes del pensamiento humano.

Así, señores míos, no permitan que los alumnos flaqueen; no justifiquen sus faltas, no usen el tiempo señalado para la clase de música en otra actividad, piensen ustedes que la música no es fácil de asimilar y que el futuro maestro ha de aprenderla para ser un educador completo; no le pidan al maestro que enseñe a los muchachos ninguna canción de moda, ni que enseñe instrumentos “de oreja”. Pídanle, sí, que forme un coro, que enseñe algún instrumento, pero por nota, que colabore en los programas cívicos de la escuela con lo mejor del repertorio coral. No se alarmen si ven en el programa el nombre de Bach o de Mozart: no pasa nada si se cantan bien.

Les diré que mi propia experiencia me ha enseñado que los públicos sencillos gustan de las obras más exquisitas de manera extraordinaria. He recorrido el país con mi Coro de Madrigalistas y he hecho oír, por ejemplo, la distante pero maravillosa música del Renacimiento a niños de primaria, a muchachos de secundaria, a campesinos, a obreros, a indígenas, siempre con éxito.

Les ruego señores directores y maestros que hagan suyo mi propósito de desterrar de nuestras escuelas la música canallesca y el corito escolar bobo y mal hecho, y den forma a nuevas generaciones de mexicanos completos y de buen gusto.

Su respetuoso amigo

Luis Sandi

[1] Se recomienda la audición de algunas de sus obras más representativas. Audio 1: Pirécua Tsik Tsik Tsapiratiecha (florecita) Arreglo de Luis Sandi. (Coro L´Altalena Ensemble Vocal. NESTLÉ, 2003)

Audio 2: Luis Sandi – Hoja de álbum n° 2 . (Omar Hernández, viola. Mauricio Nader. Piano.QUINDECIM, 2007)

Audio 3: Luis Sandi – Scherzando de la Sinfonía n° 2. (Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México. Fernando Lozano, director. (CONACULTA, 1998)

Fuente del Artículo:

http://www.proceso.com.mx/500755/ante-silencio-gubernamental-carta-abierta-a-los-maestros

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Colombia: Sexta Emisión de ‘El Abecedario, La Educación de la A a la Z’ – Radio Educativa (El valor de la Pedagogía)

Colombia / 1 de octubre de 2017 / Fuente: El abecedario La educación de la A a la Z / Fuente: Youtube

Publicado el 9 ago. 2017

En este programa, terminamos el ciclo relacionado con la formación de maestros, hoy abordaremos, a partir de entrevistas a expertos, el tema relacionado con el valor de la pedagogía. En Huellas de Maestros, estará el profesor Martín Emilio Castañeda de la Normal de Marinilla. El la nota informativa, datos importantes en este campo.

 

 

 

Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=RQOU8xlrx7A

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Tendencias de la Educación 2.0

Por: Gustavo Hernández Díaz

Estudiar las tendencias de la educación en el siglo XXI nos lleva a discernir sobre las ideas más recientes que se han generado de la sinergia entre pedagogías, didácticas y tecnologías. Procede distinguir entre la narración futurológica (la bola de cristal que nos separa de la realidad) y aquellas informaciones que han sido bien procesadas y que nos ayudan a comprender el presente.

Hay que preguntarse: ¿por qué me inclino hacia un hecho o idea en particular? ¿No será una simple moda, un entusiasmo pasajero, nuestra propensión por un enfoque científico determinado? Saber si las ideas evolucionan, se mantienen estancadas o si padecen un brutal retroceso, es un asunto vital para el mundo de la ciencia y para la opinión pública.

Esta advertencia nos facilita la entrada al siguiente punto donde identifico, por lo menos, cuatro tendencias de la educación 2.0, que giran en torno a estos aspectos: constructivismo educativo, las emociones en la red y la didáctica digital (realidad aumentada y aprendizaje móvil, m-learning).

Primera tendencia. Las modernas teorías de la educación constructivista siguen vigentes en la sociedad mediada por Internet. Seguimos aprendiendo de David Ausubel, Jean Piaget, Lev Vigotsky y Jerome Bruner. Sobre todo cuando se examina el papel que desempeñan los profesores y alumnos con respecto al aprendizaje online y la presencia de los cibermedios, redes sociales y dispositivos tecnológicos con fines educativos y culturales.

El constructivismo educativo, aplicado a entornos virtuales de aprendizaje, postula lo siguiente:

-El aprendizaje adquiere su significado cultural cuando somos capaces de asociar y contrastar las informaciones que se han aprendido con nuestros conocimientos previos.

-Se aprende descubriendo los rasgos esenciales de la realidad. El psicólogo estadounidense Jerome Bruner lo dice así: “En el aprendizaje por descubrimiento lo que se hace no es tanto conducir a los estudiantes para que descubran ‘lo de afuera’, sino lo que tienen en sus propias cabezas”.

-La mediación cultural influye en el aprendizaje y en la reestructuración de las informaciones y conocimientos.

-El ser humano está facultado para asimilar, acomodar y lograr el equilibrio cognitivo en aras del aprendizaje y de la producción del saber.

Segunda tendencia. Además del enfoque constructivista del aprendizaje han surgido, recientemente, otras perspectivas teóricas más vinculadas con la aplicación educativa de las tecnologías y dispositivos móviles.

Cabe destacar dos obras fundamentales en el marco de la Educación 2.0: Convergencia cultural de Henry Jenkins y Conectivismo: una teoría de la enseñanza para la era digital de George Siemens. Estas obras centran su interés en tópicos asociados con la interactividad online, el aprendizaje multimedia, la cultura participativa, la inteligencia colectiva y el conectivismo colaborativo.

Para Henry Jenkins la educación es un proceso individual y colectivo: “La alfabetización se considera como una práctica social y colectiva, y no tanto como un proceso individual de aprendizaje. Estas nuevas habilidades no emergen tanto de las nuevas tecnologías como de las nuevas oportunidades sociales, culturales y educativas, nacidas en torno a estas nuevas plataformas”(http://tic-magisterio.wikispaces.com).

Y para George Siemens el aprendizaje online se basa en conectar ideas vinculadas con el contexto del educando: “El verdadero conocimiento no es solo poder nombrar las cosas, sino poder reconocer cómo están relacionadas entre sí” (http://lanacion.com.ar).

Tercera tendencia. Existe un marcado interés por la Neurociencia. El propósito de esta disciplina es orientar a los profesionales de la educación para que diseñen modelos pedagógicos más idóneos que permitan un desarrollo más equilibrado del cerebro de los niños y adolescentes, atendiendo a lo cognitivo, emocional y social.

La neurociencia nos enseña que:

“Una buena adaptabilidad emocional es imprescindible para controlar e integrar adecuadamente los procesos de aprendizaje”. Y que es necesario: “Basar más la enseñanza en la resolución de problemas, en la toma de decisiones, en aprender a pensar y no solo en pretender aumentar los conocimientos o la información por sí mismos”. (Neurociencia y educación de Tomás Ortiz, 2009).

Cuarta tendencia. La didáctica aplicada al mundo digital se apoya en métodos y técnicas de enseñanza y aprendizaje que se basan en la Realidad Aumentada y en el aprendizaje móvil (m-learning).

La Realidad Aumentada es una tecnología que permite incorporar información virtual en la realidad, para obtener un mayor grado de conocimiento de ella. Se requiere de una base de información confiable ya sea en forma de texto, imagen, audio, videos y modelos 3D, para garantizar un aprendizaje efectivo.

El m-learning es una modalidad de aprendizaje que utiliza las tecnologías móviles, por lo tanto, no requiere de una ubicación fija y predeterminada. Las aplicaciones Twitter y WhatsApp hacen posible la interacción educativa fuera de la escuela, en cualquier lugar y momento.

No obstante, tanto la Realidad Aumentada como el m-learning demandan de una serie de condiciones pedagógicas, a saber:

-Dotación de equipos tecnológicos en las escuelas y universidades.

-Disponer de teléfonos móviles, tablets.

-Que la didáctica digital motive la autonomía y el aprender a compartir informaciones y saberes en las redes académicas.

Tuit resumen

-La educación 2.0 es un proceso de enseñanza y aprendizaje que se apoya en soportes y dispositivos tecnológicos.

-Principio de la neurociencia y de la inteligencia emocional: sin emoción no es posible la educación.

-Para la neurociencia la emoción, la motivación, el humor y la memoria comprensiva son factores vitales en una educación de calidad.

-El constructivismo educativo aplicado a Internet sigue vigente en la sociedad de la comunicación y el conocimiento.

-La convergencia cultural de Henry Jenkins y el conectivismo de George Siemens nos permiten comprender la educación 2.0 en la sociedad red.

-Realidad Aumentada y el m-learning deben incentivar el aprendizaje significativo, crítico y creativo.

Fuente: http://www.el-nacional.com/noticias/entretenimiento/tendencias-educacion_204551

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Pedagogía de la abundancia y la escasez

República Dominicana / 24 de septiembre de 2017 / Autor: Félix Bautista / Fuente: Listin Diario

Las enciclopedias y diccionarios de economía definen la abundancia y la escasez como términos económicos de significados contrapuestos. Se considera abundancia cuando la existencia de bienes disponibles satisface plenamente las necesidades de la sociedad. La abundancia nunca será absoluta, pues aunque se considere disponer de una cantidad ilimitada de bienes y servicios, los consumidores siempre tendrán deseos insatisfechos, lo que implica que en la vida cotidiana es una utopía considerar la abundancia en términos de bienes económicos.

En realidad, la abundancia solo es posible atribuirla a los llamados “bienes libres”, es decir, aquellos no económicos que se disfrutan sin ningún costo; como por ejemplo el aire, la energía solar, el viento, entre otros.

Los modelos económicos tienen por objeto el estudio de la forma en que las sociedades administran sus escasos recursos para producir bienes y servicios, y satisfacer las necesidades crecientes de la población. En este orden, el concepto de abundancia se analiza a partir de la denominada Ley de la demanda.

Cuando la demanda supera la oferta, o lo que es lo mismo, cuando las necesidades son superiores a la disponibilidad para satisfacerla, tiene lugar el problema de la escasez. Esta última tampoco es absoluta, pues se manifiesta cuando la oferta de un bien económico determinado es limitada.

Extrapolar estos conceptos de abundancia y escasez al ámbito de la educación y de manera específica, en lo relativo a la pedagogía, implica necesariamente, tomar en cuenta los cambios exponenciales experimentados en la red global con la digitalización de contenidos y la apertura de intercambio de información, lo que ha transformado de manera radical la demanda de la industria pedagógica.

El modelo económico que ha sustentado muchas industrias, dedicadas al contenido en la red, lo han hecho fundamentado en la escasez. Actualmente, en los portales virtuales existe una abundancia de contenidos y se desarrollan múltiples modelos económicos en beneficio de la industria. De acuerdo con el especialista en educación y sociología de la Universidad Nacional de Colombia Víctor Manuel Gómez, «la sociedad requiere que su sistema educativo se oriente a dar respuesta a las exigencias y necesidades que hoy demanda la sociedad.»

La sociedad del conocimiento se caracteriza por la era digital, que implica abundancia de contenidos en la red, relevante para el proceso enseñanza-aprendizaje. En economía, la disponibilidad de bienes y servicios y los precios que pagan los consumidores, induce el modelo económico. En cambio, cuando los bienes digitales están disponibles en la red, esto produce un efecto en la disminución de la escasez. Se puede tener acceso a cualquier contenido en línea y siempre estará disponible para otros de manera gratuita.

Eric Schmidt quien fuera el director general ejecutivo de Google hasta el año 2011, expresó que en dos días se produce más información de la que se generó desde el inicio de la historia humana hasta el año 2003, indicando que “el verdadero problema es el contenido generado por los usuarios.”

De este modo, las industrias del conocimiento han tenido que enfrentarse al dilema de transitar de la economía de la escasez a la abundancia de la información. Las publicaciones periódicas que antes se presentaban en contenido físico, con acceso escaso y cuya impresión se generaba según la demanda, hoy se encuentran disponibles en portales digitales. Solo es necesario disponer de un ordenador y la información está al alcance de un “click”. “Las respuestas a la era digital pueden clasificarse como de abundancia y de escasez.”, argumenta Manuel Gómez.

La inteligencia colectiva hoy es universal, lo que ha incidido de manera directa en una reducción de la escasez de conocimientos. En el entorno de la globalización del conocimiento, tiene lugar un desafío que enfrenta la población mundial, y es lograr que más personas tengan acceso a expertos a través de la red; elemento que constituye hoy en día la mayor preocupación, ante la falta de conectividad en el contexto de la llamada brecha digital.

En el año 2016, solo el 43% de la población mundial tuvo acceso a la internet (3,200 millones de personas), lo que significa que el 57% de los habitantes del planeta no tiene acceso, lo que equivale a 4,047 millones de habitantes. De estas cifras, Asia tiene la mayor conectividad (1,622 millones), lo que representa el 51% de los que tienen acceso; Europa 604 millones (19%); África 331 millones (10%); Oriente Próximo 123 millones (3.4%);  Oceanía 27 millones (0.8%); América del norte 341 millones (11%); América Latina y el Caribe 345 millones (11%).

Estas cifras nos conducen a la afirmación de que la pedagogía de la abundancia es el aprendizaje en línea. Este esquema, conocido en inglés como “E-Learning,” ha explorado varios modelos pedagógicos, “las teorías de aprendizaje, como el constructivismo, el constructivismo social y, más recientemente, el conectivismo, forman el cambio teórico de instrucción controlada por un instructor o una institución a un mayor control por parte del alumno.”, según explica George Siemens, experto en enseñanza digital.

De modo que, la “pedagogía de la escasez,” cuyos fundamentos se basan en el establecimiento de conexiones a través de la red, entre un experto y estudiantes ubicados en distintas latitudes, se antepone al tipo de pedagogía instructiva, que contribuye a reducir la escasez de contenidos.

La pedagogía de la abundancia se caracteriza entonces, por contenido abundante, gratuito, variado, económico, viable, benéfico y cercano, donde la información puede ser generada por el propio usuario, permitiendo, una participación en la construcción social del conocimiento.

En la pedagogía de la abundancia, el aprendizaje y el conocimiento, tienen lugar dentro de una red; se alimentan de la diversidad de opiniones; es una conexión especializada de fuentes de información; reside en aparatos inanimados; en fin, hoy día la capacidad para aprender es mayor y más crítica, por el crecimiento exponencial del conocimiento.

Fuente del Artículo:

https://www.listindiario.com/puntos-de-vista/2017/09/20/483168/pedagogia-de-la-abundancia-y-la-escasez

Fuente de la Imagen:

http://jaaapedag.blogspot.mx/2010/12/pedagogia-y-su-relacion-con-otras.html

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