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Reformas educativas apuntan a suprimir el pensamiento crítico en América Latina (Audio)

América Latina / 29 de abril de 2018 / Autor: Telescopio / Fuente: Sputnik News Radio

Las reformas educativas que emprendieron varios Gobiernos de la región se hacen a espalda de los involucrados, reducen los contenidos y materias que estimulan la creatividad y el pensamiento, y están orientadas a satisfacer las demandas económicas del mercado, más que las necesidades de los estudiantes.

 

A estas conclusiones generales arribaron docentes, estudiantes y profesionales de la educación de varios países de Latinoamérica como Chile, Ecuador, Brasil y Argentina, entre otros, convocados este 11 de abril a participar del seminario virtual ‘¿Hacia dónde caminan las reformas educativas en América Latina y el Caribe?’

La actividad fue organizada por la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación, cuya coordinadora, Camila Croso, advirtió a Sputnik que «lo que estamos viviendo es gravísimo, porque es una vuelta radical» a los lineamientos que se impulsaron durante los años 90 del siglo pasado.

En este sentido dijo que la nueva arremetida contra la universalización educativa y el fortalecimiento del sector público es «mucho más profunda» que entonces porque se desarrolla «en medio de crisis democrática total en la región. Este es un momento sumamente complejo luego de un respiro que tuvimos con gobiernos progresistas».

Croso puso como ejemplos positivos lo hecho durante ese tiempo por Bolivia y Ecuador para robustecer al sector público. Sin embargo remarcó que incluso en ese momento había fuertes resistencias y presiones a que se destinen mayores recursos a la educación.

Uno de los problemas fundamentales, señaló la experta, es la baja tasa de conclusión de la enseñanza secundaria, cerca de un 50%, incluso en algunos países donde el factor socioeconómico tiene menos peso, como en Uruguay y Costa Rica.

Fuente de la Noticia:

https://mundo.sputniknews.com/radio_telescopio/201804201078044891-educacion-america-latina/

Fuente de la Imagen:

http://www.educacionyculturaaz.com/educacion/se-avecinan-tormentas-en-la-educacion-en-america-latina

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Contra el pensamiento crítico

Por: Eudald Espluga

La etiqueta de «pensamiento crítico» es un chicle del que hemos tirado y tirado hasta convertirlo en una expresión informe, y por lo tanto inútil, que designa tanto una cosa como la contraria.

Para verlo, basta con comparar la reciente defensa de una asignatura de pensamiento crítico en las escuelas que se publicó en «Zona Crítica», de el diario, o la publicación de El libro blanco de los empresarios españoles. La educación importa, editado por la CEOE y centrado en la necesidad de desarrollar el pensamiento crítico como competencia. En ambos casos, se presenta como un instrumento intelectual que nos permitiría tomar distancia frente a la inmediatez irreflexiva para discriminar entre lo verdadero y lo falso. Lo imaginamos como una especie de control policial bien organizado, con estrictas políticas de aduana que impiden la entrada de prejuicios, manipulaciones e ingenuidades. Su objetivo, por lo tanto, sería evitar el contrabando ideológico, ya sea en forma de «posverdad», «falsa conciencia» o «adoctrinamiento»: la duda fiscaliza el presente y la razón ejerce como tribunal.

El pensamiento crítico es un ‘no te creas lo que dicen en la tele’, un sello de calidad que garantiza que el nuestro es un saber objetivo, imparcial y riguroso, obtenido a base de análisis perspicaz y exigencia.

En la práctica, sin embargo, el pensamiento crítico funciona como un esquema maniqueo, ridículamente simple, que divide nuestro conocimiento del mundo entre representaciones correctas y representaciones incorrectas. Es un «no te creas lo que dicen en la tele», un sello de calidad que garantiza que el nuestro es un saber objetivo, imparcial y riguroso, obtenido a base de análisis perspicaz y exigencia, mientras que el de los demás nace de la ingenuidad, la superstición o credulidad. Nada más que eso: una idea tranquilizadora, un pin que nos podemos colgar y que, por supuesto, confiere cierta distinción.

Hemos asumido que la actitud crítica implica estar sentados frente al mundo, solos e introspectivos, como la estatua de Rodin, examinando la realidad desde fuera. Pero este modelo de racionalidad fiscalizadora es una ficción. Productiva, interesante y, a veces, quizá, incluso deseable. Pero una ficción. La racionalidad crítica difícilmente puede adoptar la forma de tribunal abstracto y desligado del mundo, capaz de dudar desde el «no-lugar» de la verdad. Siempre pensamos en contexto, con nuestros prejuicios, con nuestros cuerpos y desde nuestros afectos. La parcialidad, la impureza, o la adulteración no son defectos del pensamiento, sino su realidad más íntima.

Quizá la única forma razonable de pensamiento crítico sería aquella que nos devolviera una imagen más compleja y confusa del mundo.

Esto no supone abrazar el relativismo o el contextualismo, ni afirmar que no podemos escapar a nuestros sesgos más obvios, sino simplemente abandonar una imagen estática del pensamiento crítico como una competencia o habilidad que podemos desarrollar individualmente y al margen de todo condicionamiento.

Estar contra el pensamiento crítico, entonces, no sólo es estar contra la etiqueta, sino contra el mecanismo ramplón que lo reduce a un «prejuicio contra los prejuicios».Es estar contra la vanidad de un pensamiento que se cree radicalmente autárquico; contra la ficción de una duda metódica que pueda penetrar hasta las profundidades de lo verdadero; contra la polarización radical entre evidencia y superstición, ciencia e ideología, razón y tradición; contra la atomización de la crítica en competencias personales; contra una visión esquemática del pensamiento que lo vacía de relaciones, cuerpos, emociones, pasado y formas de dominación.

Quizá la única forma razonable de pensamiento crítico sería aquella que nos devolviera una imagen más compleja y confusa del mundo, una facultad absolutamente improductiva que en vez de reforzar las fronteras de la razón y la verdad nos ayudara a dinamitarlas. Pero esto neutralizaría la única función que tiene el pensamiento crítico hoy en día: la de simplificar las discusiones y premiar ciertas ideas como «profundas», «analíticas» y «valientes».

Fuente: https://www.playgroundmag.net/lit/Contra-el-pensamiento-critico_29331116.html

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BeDebate Edu: un ecosistema de aprendizaje basado en retos que potencia las habilidades del siglo XXI

España/28 de Abril de 2018/Observatorio

No cabe duda que en un mundo cada vez más dominado por la automatización y la inteligencia artificial, las características humanas son y serán más importantes que nunca. Es por eso que uno de los retos que enfrenta la educación actualmente es desarrollar y fortalecer habilidades y competencias meramente humanas que nos distingan de las máquinas. Estas habilidades, conocidas como “habilidades del siglo XXI” o habilidades blandas (soft skills) pueden resumirse en las 4Cs: Creatividad, Pensamiento Crítico, Colaboración y Comunicación (4Cs por sus siglas en inglés).

Con esto en mente ha nacido una plataforma que busca, a través de su original metodología, generar un ecosistema de aprendizaje que además de desarrollar estas habilidades ya mencionadas, empodere a los estudiantes a través de retos reales que los preparen no sólo para la vida laboral sino en todos los ámbitos.

Esta plataforma se llama BeDebate Edu y fue creada por Xavier Pascual con el apoyo de Hubbik, la aceleradora de startups de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

BeDebate Edu es una plataforma digital de aprendizaje por retos que se basa en tres pilares: Design Thinking, conectivismo y aprendizaje por retos, para desarrollar una metodología propia y generar un completo ecosistema de aprendizaje en el que se potencia la formación de las habilidades blandas (soft skills), en específico la creatividad, pensamiento crítico, colaboración,  comunicación y resolución de problemas.

“BeDebate no es una plataforma de aprendizaje, es un complejo ecosistema de aprendizaje donde se combinan metodologías activas, estructura de red social y portafolio digital con evidencias. Por tanto, conlleva un paso adelante en los entornos virtuales de aprendizaje”

— Paul, profesor universitario.

Metodología de BeDebate Edu

BeDebate Edu ha creado una metodología propia que tiene un flujo de trabajo dividido en 7 fasesestablecidas en el Design Thinking. Cada fase tiene el propósito de empoderar las distintas habilidades que se han comentado anteriormente.

A través de esta metodología, la plataforma busca proveer a los alumnos de una formación integral que les convierta en personas resolutivas, críticas, con capacidad de adaptación, creativas y colaborativas.

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Aprendizaje basado en retos

En BeDebate Edu se plantean retos reales presentados de manera pública o privada. En los retos públicos se conecta a estudiantes de todo el mundo con empresas participantes para retarlos a idear soluciones reales que puedan ser implementadas por estas empresas en pro de una innovación de impacto positivo en el planeta. Los retos privados son promovidos por docentes o instituciones educativas dentro de sus propias aulas o instituciones. Estos retos tiene un gran potencial para trabajar con otros centros o intercentros.

Los profesores pueden escoger entre crear retos específicos para un curso o utilizar los que existen en su Cbiblioteca de retos creados en base a los 17 objetivos de la ONU para el 2030.

Fuente: https://observatorio.itesm.mx/edu-news/bedebate-edu-ecosistema-de-aprendizaje-por-retos

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Estados Unidos: Entre la ciencia y el arte. Un encuentro perfecto para el aprendizaje

Estados Unidos/28 de Abril de 2018/Observatorio

Cuando un profesor de química inicia su clase frente a un grupo de inquietos estudiantes de secundaria y comienza a proyectar una serie de imágenes que muestran esquemas de modelos atómicos a lo largo del tiempo, varias situaciones pueden suceder. Por ejemplo algunos estudiantes tomaran notas, otros más atrevidos harán preguntas para intentar comprender cómo Rutherford o Bohr lograron dibujar algo que en principio de cuentas nadie había visto antes; otros más distraídos dibujaran en su cuaderno o verán por la ventana deseando que algún súper héroe aterrice en el patio de la escuela y los salve del tedio de la clase de química…. pero no, esto último no sucederá.

Los modelos químicos son abstractos y las ecuaciones que los acompañan lo son aún más; enseñar y aprender sobre el átomo es complejo pues no podemos mostrar a nuestros estudiantes un átomo en el laboratorio o llevarlo en una caja de cristal a la clase. Lo que sí podemos hacer, es echar mano de la creatividad y las habilidades artísticas para fomentar la curiosidad y dar rienda suelta a la imaginación para llevar a los alumnos por un momento al mundo en el que vivían inmersos los científicos que tuvieron estas grandiosas ideas.

“La integración del arte en la ciencia permite comprender y explicar fenómenos que son cotidianos pero que no podemos ver a simple vista, fortaleciendo la capacidad de establecer analogías con situaciones ya conocidas y desarrollar la construcción de argumentos.”

En Estados Unidos y Europa desde la década de los 90 se acuñó el término STEM para un modelo educativo que unía ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas; décadas más tarde se decidió agregar una letra más a las siglas para convertirlas ahora en STEAM e incorporar el arte a la enseñanza de la ciencia.

En mi aula de tercer grado de secundaria decidí llevar la “A” de arte con todo su poder y su peso para encontrarse con el también poderoso átomo. Pedí a los estudiantes que llevaran a clase material muy simple: una mica, cartón, marcadores indelebles azul y rojo y hojas blancas de papel. Como en cualquier clase dedicada a la enseñanza de modelos atómicos proyecté las imágenes del átomo de Dalton, Rutherford, Thomson, Bohr y hasta el de Schröedinger; no di mayor explicación ni de las partículas, ni de los orbitales o nubes de energía. Después les pedí que se reunieran en grupos de trabajo colaborativo y eligieran el modelo que les parecía más bello. Es importante hacer énfasis en esto, en la belleza, en la estética; esta vez no se trataba del modelo más acertado, interesante, completo o complejo.

El objetivo de la actividad era que cada grupo creara un anaglifo con el modelo atómico que más les gustara y además fabricaran con ayuda del cartón, la mica y los marcadores lentes aptos para poder ver su figura en tercera dimensión. Los alumnos se mostraron entusiasmados y en no más de media hora habían fabricado sus lentes y las figuras. Entonces hicimos una pequeña exposición para que todos vieran las figuras propias y de los demás.

Cuando se desarrolla una actividad de este tipo, es importante que en esa sesión o en una posterior se hable sobre la experiencia de la elaboración dejando que los estudiantes compartan libremente lo que pensaron, sintieron y observaron. Posteriormente, a través de preguntas guía se analizan los resultados: ¿Cuál creen que sea el modelo que más se acerca a la realidad?, ¿por qué?, ¿creen que hacer modelos es válido para explicar la naturaleza?, ¿qué aprendieron?, ¿por qué creen que el modelo atómico ha evolucionado?, ¿los modelos que dibujaron se parecen a alguna otra cosa que hayan visto en la naturaleza?, ¿podrían proponer un modelo diferente?, ¿podrían dibujar a un ser vivo o a un ser humano con una estructura similar a la del átomo?

“El arte aplicado en una clase de química estimula el pensamiento creativo y la empatía, libera el estrés en los alumnos y genera un ambiente de aprendizaje y colaboración.”

En este punto, los estudiantes comienzan a comprender que la capacidad de dividir la materia en partículas cada vez más pequeñas nos permite comprender muchos fenómenos y explicar el funcionamiento de muchas cosas que hoy son cotidianas. El conocimiento de los modelos atómicos se convierte en algo importante para ellos pues logran llegar a esa primera explicación, vuelven tangible algo que no ven, establecen analogías con cosas que conocen y desarrollan la capacidad de construir argumentos.

El conocimiento y la comprensión de los modelos químicos son esenciales en la enseñanza de la ciencia; incorporar actividades artísticas permite a los estudiantes que les cuesta más trabajo comprender conceptos abstractos relacionar estos conocimientos con otra abstracción que les es más familiar: el arte. Permite, además, liberar estrés, estimular el pensamiento creativo y la empatía, crear un ambiente de aprendizaje y de colaboración.

No se necesita ser un docente con grandes habilidades artísticas para implementar este tipo de dinámicas; en realidad, se necesita que el docente haga estas actividades constantemente para estimular su propia creatividad y poderla llevar al aula.

Fuente: https://observatorio.itesm.mx/edu-bits-blog/ciencia-y-arte-aprendizaje

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Desafíos en educación

Por: Ricardo Paredes

El efecto de la tecnología en el trabajo es parte de una discusión incipiente, pero no instalada en la política pública. Según Mckinsey, en breve la tecnología reemplazará hasta el 80% de los trabajos como los conocemos y casi todos mutarán. El cambio en las demandas de competencias y la diversa capacidad de adaptación a ellas, en parte por la heterogeneidad del sistema educativo, podría producir una fractura social insospechada.

Para limitar la agudización de la desigualdad y pobreza, es urgente prepararse para el cambio. Debemos replantear el sistema educativo a las necesidades productivas, lo que está en línea con las aspiraciones de mayor inserción social y cultural. La literatura respecto de las “competencias del siglo XXI” destaca la comunicación efectiva, el trabajo en equipo y el pensamiento crítico, lo que implica cambiar la forma de enseñar, pasando de transmitir contenidos a formar en habilidades y competencias. Con ellas las personas podrán “separar la paja del trigo”, descartar información falsa, cuestionar argumentos, generar los propios y comunicarlos. Ello es la esencia de la capacidad de aprender por uno mismo, de reinventarse, de participar activamente en la sociedad.

Sabemos que el mundo cambia tan drásticamente, que la enseñanza de un oficio acotado a lo práctico tiene un plazo corto de validez. Y que la adquisición de competencias a través del autoaprendizaje, de módulos específicos a lo largo de la vida se favorece cuando existen competencias genéricas, particularmente la del pensamiento crítico. Existe también consenso que el modelo actual es ineficaz para desarrollar estas competencias y que la pedagogía casi no se ha adaptado para abordar el desafío.

Pasar de un aprendizaje basado en conocimientos a uno basado en competencias requiere de un cambio en la forma de enseñar y de competencias de los maestros y algunas experiencias del sector técnico profesional tienen mucho que aportar. Éstas muestran que estudiantes poco adaptados para la clase tradicional pero ávidos de aprender, se adaptan fácilmente a la enseñanza por desafíos; que alumnos que muestran falencias en métodos de enseñanza abstractos, tienen enorme capacidad para llegar al mismo aprendizaje a través de experiencias prácticas y que la mayor dificultad de un cambio radica en transformar a los profesores.

Un sistema que integre formalmente dichas competencias requiere de su medición. La literatura que diagnostica pensamiento crítico en educación es escasa, con muestras pequeñas aplicadas al mundo desarrollado y a nivel escolar. Prácticamente no existen mediciones de pensamiento crítico en educación superior, excepto la que dice que la capacidad de comprensión lectora y el lenguaje son claves en su desarrollo.

En Duoc UC estamos abordando el desafío de medir pensamiento crítico, para luego seguir la mayor tarea de mejorarlo. Sabemos que flexibilizar es particularmente difícil desde la universidad, por lo que una buena experiencia en el mundo técnico profesional puede permitir un salto en el paradigma educativo actual, fundamental para el desarrollo futuro.

Fuente: http://www.latercera.com/opinion/noticia/desafios-en-educacion/136701/

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La Escuela y la Industria Cultural ante el nuevo orden Mundial

Por: Gerson Gómez.

Si analizamos de manera dialéctica, la realidad educativa contemporánea, pudiéramos determinar que el producto cultural (estudiante) está sujeto a una formación pragmática donde converge la dinámica mercantilista, y el proceso enseñanza-aprendizaje, así como  la didáctica y la pedagogía se enmarcan en un segundo plano, y aún más alejado esta la conformación del pensamiento crítico.

Si bien es cierto, que existe una necesidad de formar para la vida en lo cotidiano en  el fomento de las democracias participativas y protagónicas, se requiere de redimensionar el perfil del Ciudadano del Siglo XXI, en donde el pensamiento interpretativo, complejo y analítico con percepción y versión  transformadora, vislumbre la acción de transformación del contexto y de crear condiciones con elementos en conjunto con un producto cultural más integral.

Esto implica, no solo atacar la dinámica socializadora  si no crear puentes que permitan generar una nueva dinámica y ampliar la percepción de contexto e involucrar al estudiante en una serie de actividades que pudieran serle útiles en la vida cotidiana.

Involucrar actividades que de una u otra manera pertenezcan al área de la industria cultural y por qué no lo referente a las  TIC, la televisión entre otros pudiera ser de alguna manera, un elemento innovadore, que permita fomentar la formación, en lo que al pensamiento crítico se refiere, en tal sentido planificar actividades que varíen el aula de clase, sacar provecho a las aptitudes y actitudes del  equipo de trabajo docente y del estudiantado, pudiendo convertir la dinámica escolar en un verdadero proceso transformador.

Hacer alusión a la flexibilidad y al pensamiento heterodoxo y relativista, sobre todo al atacar el conductismo que por tradición se ha convertido, en esencia del hecho educativo, deslastrarnos de dogmas que rigen el funcionamiento de la escuela tradicional, para dar paso a una escuela contemporánea adecuada a la dinámica y las exigencias de un mundo sobrecargado de información, en donde forjar un pensamiento y criterio propio de vida que permita convertirnos en ciudadanos para asumir la dinámica globalizadora, que redimensiona el perfil de lo individual y lo colectivo para asumir los conceptos de  productividad y  competitividad en términos administrativos con mayor eficiencia y eficacia en  los oficios y profesiones que les toque afrontar.

La geopolítica mundial, asoma hasta ahora una dinámica de desarrollo supeditada a un nuevo polo Económico con La China Continental, con un liderazgo indiscutible, secundados por Rusia y Estados unidos de América con el aparato militar industrial más portentoso hasta ahora conocido, La India y Brasil  con una dinámica de desarrollo, que proporcionan excelentes perspectivas, las políticas educativas nacionales, deben estar adecuadas a la dinámica que determina la implosión de lo local  en pro de las necesidades de los mercados emergentes, el caso venezolano, como productor de materias primas por tradición debe  reorientar la dinámica geográfica, originada de la dinámica petrolera, fomentando el  rescate la agricultura y la cría y  por qué no la contextualización y adecuación del parque industrial que esta fuera de contexto y de adecuación para fomentar empleo y crecimiento económico.

Ya que por tradición, nuestra productividad ha estado vinculada a actividades del sector primario, el rescate de la cultura, cafetalera y cacaotera con  fines de exportación. Modernizar la planta industrial y fomentar la inversión tanto nacional como extranjera, requiere de un venezolano con nueva mentalidad emprendedora y con nuevos ideales, que indiscutiblemente requiere de una renovación del discurso Cívico-militar que promueva una nueva dinámica Económico-social.

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Desarrollo del pensamiento crítico

Objetividad y neutralidad son dos de sus elementos. La racionalidad forma parte de su dinámica.

Por · Martín López Calva

“La ética está en conexión necesaria con la racionalidad. Para que algo sea moral tiene que ser, al mismo tiempo, razonable… Si pretende superar los niveles infrahumanos del comportamiento, la persona no puede por menos de obrar con criticidad, es decir, con racionalidad…”

Vivimos en un país marcado por el enojo, la frustración, la desmoralización y la desesperanza por las evidencias cada vez más frecuentes, numerosas y contundentes de actos de corrupción que quedan en la total impunidad, por el cinismo con el que el gobierno y toda la clase política se empeñan en negar esta realidad ofensiva y pretenden incluso hacernos creer que el problema está en nuestra percepción equivocada por empeñarnos en ver las cosas al revés.

Nos encontramos en un momento muy delicado porque los candidatos y los partidos están intentando capitalizar a su favor este enojo para obtener votos para sus respectivas causas y proyectos, en los que más que el bienestar del país parece estar de fondo la mera ambición del poder por el poder.

Las campañas apenas inician pero el período de los neologismos absurdos de nuestra legislación electoral –precampañas, intercampaña- han sido caldo de cultivo para generar un clima de creciente agresión entre las distintas fuerzas políticas que se refleja automáticamente en una escalada de polarización social.

Un simple vistazo a las redes sociales basta para constatar esta creciente ola de agresiones mutuas, insultos y descalificaciones en las que todo el mundo parte de que su candidato y su partido está sujeto a una campaña de noticias falsas –“fake news”- , calumnias y campañas que buscan destruirlos pero comparte al mismo tiempo sus propias fake news asumiéndolas como verdades incuestionables aunque se sustenten en datos evidentemente falsos.

Los graves problemas de nuestro país y la urgencia de enfrentar y empezar a resolver todas las carencias y afrentas que sufre cotidianamente la ciudadanía están pidiendo que todos los ciudadanos dejemos a un lado la apatía, la indiferencia y la inactividad para tomar una postura clara y defender con claridad y fuerza los principios que consideramos deben regir la transformación indispensable de un México que no puede ni debe esperar más.

No son tiempos de neutralidad. Son tiempos de definiciones existenciales y cívicas. Esta toma de posición es una cuestión moral. Nuestra definición personal y ciudadana va a definir la forma en que decidimos y vivimos nuestro día a día y en el tejido de lo que Edgar Morin llama la “Ecología de la acción” irá influyendo en la orientación de nuestra patria en el futuro.

Pero la ética está conectada estructural e inevitablemente con la racionalidad. Como afirma la cita que sirve de epígrafe al artículo de hoy, “para que algo sea moral tiene que ser, al mismo tiempo, razonable.”

Como afirma Vidal, si queremos dejar atrás la actuación infrahumana, debemos actuar con criticidad, es decir, apegados a la racionalidad, sustentados en evidencias y fundamentos más que en meras percepciones o emociones espontáneas, movidos por valores auténticos y no por simples latidos viscerales o reacciones espontáneas de odio y revancha.

Dejar de lado la neutralidad no implica actuar sin criticidad o racionalidad sino por el contrario, apela a un compromiso real con la búsqueda de lo verdadero y la afirmación de lo razonable.

Decir que no son tiempos de neutralidad significa en el fondo decir que son tiempos de criticidad. De criticidad bien entendida en la que debemos trascender la visión simplista y superficial que asume como criticidad la simple oposición o reacción contra todo lo establecido y que lleva consigo el seguimiento ciego –acrítico- de cualquier candidato o partido que vocifere cosas –por más falsas o irracionales que sean- en contra de quienes hoy detentan el poder.

Tristemente estamos hoy muy lejos de este escenario de no neutralidad crítica. Nos encontramos más bien en el México de las descalificaciones mutuas y del cuestionamiento de las vigas de las fake news ajenas combinado con la absoluta ceguera de la viga de las fake news propias.

Los ciudadanos mexicanos deberíamos, si ejercitamos nuestra criticidad, darnos cuenta de que el escenario de las disyuntivas entre “el pueblo bueno contra la mafia en el poder” o entre “el cambio con rumbo frente al peligro de volvernos como Venezuela” constituyen dos visiones igualmente simplificadoras y falsas y que optar por una de ellas es romper la neutralidad desde un nivel que Vidal llamaría infrahumano porque carece de toda racionalidad.

El rompimiento de la neutralidad para adoptar una postura emotiva en el marco de uno de los dos polos de estas dos visiones de falsas disyuntivas no nos va a llevar a una situación de mejoría real ni abonará a la emergencia de condiciones de probabilidad para una transformación real de nuestro país.

La adopción de una postura emotiva y acrítica para impulsar estas alternativas ficticias nos llevará solamente a apoyar el mantenimiento del statu quo que pretendemos cambiar.

Hoy más que nunca requerimos de una ruptura de la neutralidad que sea verdaderamente crítica y razonable y nos lleve a la construcción de una sociedad civil exigente y comprometida con lo que de manera sustentada se muestre como mejor para lograr enfrentar los enormes desafíos del México del siglo veintiuno.

Este escenario actual debería hacernos reflexionar sobre la enorme relevancia del pensamiento crítico en la formación ciudadana de las nuevas generaciones de mexicanos y a capacitarnos para trabajar en esta dimensión fundamental de una educación que esté a la altura de nuestros tiempos.

Imagen de archivo OVE

Fuente: http://www.e-consulta.com/opinion/2018-04-01/desarrollo-del-pensamiento-critico

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