Penetrar hasta la médula de las cosas

Por:  Martín López Calva

Prometemos una organización de las escuelas con la que: I. Pueda instruirse toda la juventud… IV. Con tal procedimiento, que se verifique sin castigos ni rigor, leve y suavemente, sin coacción alguna y como de un modo natural… V. Que se le prepare para adquirir un conocimiento verdadero y sólido, no falso y superficial; es decir, que el hombre, se guíe por su propia razón, no por la ajena; no se limite únicamente a leer y aprender en los libros pareceres y consideraciones ajenos de las cosas, o a retenerlas en la memoria y recitarlas, sino que sea capaz de penetrar hasta la médula de las cosas y conocer de ellas su verdadera significación y empleo. En igual medida hay que atender a la solidez de costumbres y piedad…

Juan Amós ComenioDidáctica Magna. Capítulo XII.

El miércoles pasado tuve el honor y el gusto de participar como ponente en una mesa de reflexión, organizada por la Benemérita Escuela Normal Veracruzana Enrique C. Rébsamen, en el marco del proceso que encabeza esta prestigiada y centenaria institución formadora de docentes para el diseño participativo del nuevo currículo para la formación del profesorado.

Esta mesa tuvo como ejes temáticos los temas de Humanismo, Ética y Formación integral y en ella tuve la oportunidad de compartir el espacio de diálogo como ponentes con el psicólogo y profesor Luis Gadea de Nicolás, un académico y educador de vocación, especialista en los enfoques teóricos de Piaget y Vygotsky, pero sobre todo un hombre sabio porque ha ido haciendo vida y llevando a la práctica en diversos espacios y contextos estos conocimientos que domina. Fue realmente un gran gusto conocerlo y poder escuchar su intervención y continuar el diálogo de manera informal después de terminado el foro.

Hubo muchas cosas que aprendí de su participación, pero quiero dedicar este espacio a algo que mencionó un poco de pasada casi al final de su intervención: “un gran acierto que tuve en mi formación fue leer a Comenio y su Didáctica Magna”. Esta afirmación me recordó que desde hace un buen número de años, durante el tiempo que se me permitió seguir impartiendo la asignatura de Pensamiento pedagógico en la Licenciatura en Procesos educativos de la Ibero Puebla, decidí que una de las lecturas básicas del curso sería precisamente un fragmento de varios capítulos de esta obra clásica, que muchos consideran la fundadora de la Didáctica como disciplina específica.

¿Por qué escribir sobre la relevancia de una lectura clásica publicada originalmente en el año de 1657? ¿No estamos ya en este siglo XXI muy lejos de este pensamiento de uno de los padres de la Pedagogía? ¿Por qué leer a los clásicos en este tiempo de una autodeclarada transformación radical de la educación en nuestro país? ¿No se trata de un pensamiento conservador que ya no aporta nada porque lo de hoy es el pensamiento decolonial y las llamadas epistemologías del sur? ¿Qué le puede decir Comenio a la Nueva Escuela Mexicana (NEM)?

El capítulo del que tomo la apretada cita que encabeza el artículo de hoy se titula precisamente “Las escuelas pueden reformarse para mejorarlas”, o sea que ya desde el siglo XVII se planteaba una necesidad de reforma de la educación porque como afirmaba el autor, ninguna escuela en ese tiempo había alcanzado el nivel necesario para considerar que estaba formando de manera adecuada y completa a los niños y jóvenes.

Creo que lo anteriormente planteado sería ya una razón para retomar estas lecturas clásicas y -obviamente comprendiendo su contexto histórico y cultural- ver qué podemos aprender hoy de ellas, porque ninguna reforma actual puede ser efectiva si no se plantea como una respuesta a los desafíos de nuestro tiempo y como una innovación, pero tampoco será fructífera si no aprende de la herencia que hemos recibido de los grandes pedagogos y pensadores del pasado.

En su obra, Comenio plantea -desde una cosmovisión cristiana protestante, propia de su tiempo y de su biografía- elementos que sorprendían a mis estudiantes y que pueden sorprender a cualquier persona de este siglo veintiuno. Por ejemplo, hoy que se habla de equidad y de inclusión en la educación, esta obra plantea que se debe enseñar todo a todos, ricos y pobres, niños y niñas, sin distinción, puesto que lo que necesita todo ser humano es precisamente una educación que desarrolle sus capacidades intelectualesemocionales y también morales o éticas.

Sus planteamientos acerca del desarrollo de todas las capacidades humanas, incluyendo la dimensión espiritual, pueden darnos orientaciones para construir una noción actual de formación integral en la que se considere lo cambiante y lo permanente en la estructura consciente del ser humano.

En términos de aprendizaje, la cita que sirve de epígrafe a estas líneas plantean desafíos que ya se vivían en la educación de hace casi cuatro siglos como la necesidad de una formación sin castigos ni rigor, que trate de motivar y hacer que el educando aprenda de manera natural, así como natural es según cita el mismo autor, el crecimiento del cuerpo o la asimilación de los alimentos.

La llamada NEM tiene este reto y también el de lograr que los alumnos adquieran un conocimiento “verdadero y sólido, no falso y superficial”, de desarrollar un pensamiento crítico auténtico que haga que cada educando “se guíe por su propia razón, no por la ajena” y que “no se limite únicamente a leer y aprender… pareceres y consideraciones ajenas de las cosas, o a retenerlas en la memoria y recitarlas” sino que logre construir aprendizajes significativos que le permitan “penetrar hasta la médula de las cosas y conocer de ellas su verdadera significación y empleo”.

Lo anterior implica que esto suceda primero en los profesores, puesto que un docente que no logre penetrar hasta la médula de las cosas que enseña y que no conozca la verdadera significación y empleo de los temas que enseña, estará solamente repitiendo de manera mecánica y memorística lo que le digan los libros de texto y los programas de las asignaturas y hará que los alumnos aprendan de la misma forma.

Además de ello, como dice también el epígrafe, habrá que atender la dimensión ética de los aprendizajes, que si bien hoy no llamaríamos “costumbres y piedad”, siguen siendo válidas y podríamos traducir como cultura ética y empatía y amistad social.

Si se pretende que la nueva propuesta de marco curricular y de la NEM sean instrumentos de educación integral para la transformación social y no meramente un medio de ideologización y control político formando ciudadanos dóciles al poder, tendríamos mucho que aprender del padre de la Didáctica y de muchos otros autores clásicos que ya abordaban los elementos centrales de una educación realmente humanizante.

Fuente de la información: https://www.e-consulta.com

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La Filosofía de la Educación: necesidad y problema

Por: Martín López Calva.

“Para vivir el hombre debe actuar; para actuar, debe tomar decisiones; para tomar decisiones, debe definir un código de valores; para definir un código de valores debe saber qué es y dónde está. Necesita metafísica, epistemología y ética… Filosofía. No puede escapar de esta necesidad”.

Este viernes 15 de noviembre tendré el honor de participar en el Encuentro Nacional de Educación que bajo el título Educar implica un pacto de humanidad y solidaridad organizan La Dimensión de Pastoral Educativa y de Cultura de la Conferencia del Episcopado Mexicano, La Universidad Pontificia de México (UPM), 
y la Asociación Mexicana de Instituciones de Educación Superior de Inspiración Cristiana 
(AMIESIC), a través de la Vocalía de Formación Humanista.

Mi intervención está programada en el primer panel sobre Reflexiones generales sobre la Educación, hoy y me han pedido específicamente hablar sobre La Filosofía de la Educación en un cambio de época.

Aprovecho este espacio para plantear algunos elementos que contendrá mi participación en este diálogo en el que se tocarán también las visiones sobre la educación actual desde las perspectivas de la Academia y la Sociedad civil.

“La filosofía no sirve para nada porque sirve para todo”, es una frase que leí hace tiempo y que incluí en una actividad inicial de mi curso publicado bajo el título de FilosofíadelaEducación.com, que tenía como objetivo generar una reflexión acerca de la palabra servir en términos de utilidad y en términos de finalidad o sentido.

Porque si vemos a la Filosofía y en el caso concreto del tema que trataré en el panel a la Filosofía de la Educación en términos de utilidad práctica podemos decir que en efecto, no sirve para nada. Sin embargo, si consideramos que la Educación es una praxis humana que requiere además de métodos y técnicas prácticas de una finalidad explícita que le aporte sentido, encontraremos la enorme utilidad de la Filosofía de la Educación.

Es muy claro que estamos viviendo en el mundo de hoy en circunstancias que como afirmaba Xabier Gorostiaga S.J. no son solamente las de una época de cambios sino las de un verdadero cambio de época, de un punto de inflexión histórico que está solicitando una reorientación del sentido de la existencia humana individual, comunitaria y colectiva.

Se trata de un momento en el que las cosas no funcionan en casi todos los ámbitos de la vida humana pero no solamente porque requieran de prácticas distintas sino porque están solicitando con urgencia una reflexión y un replanteamiento de las finalidades y el sentido. La crisis económica, política, social, cultural y espiritual del mundo de hoy es en el fondo una crisis de sentido, una crisis de humanidad que está reclamando una reflexión filosófica seria y pertinente.

Si el ser humano está en crisis, es evidente que la educación también lo está y aunque existan visiones parciales y tecnocráticas que planteen la crisis educativa en términos de utilidad práctica y propongan resolverla con cambios de infraestructura, tecnologías, métodos y técnicas pedagógicas, modelos de planeación y evaluación estandarizada y otras estrategias de corte procedimental, la solución para generar una educación que responda de manera pertinente a los desafíos del cambio de época no se encontrará en estos cambios programáticos sino en un cambio paradigmático profundo que requiere de las aportaciones de la Filosofía de la Educación.

Como afirma la filósofa estadounidense An Ryand en el epígrae de hoy, para vivir el ser humano necesita en el fondo saber qué es –o quién es- y dónde está y para educar la humanidad requiere también del conocimiento sobre qué es educar y dónde está situada la educación en esta transformación global.

La Educación en el cambio de época no puede escapar de la necesidad de una reflexión filosófica seria que le permita actuar a partir de decisiones sustentadas en un código de valores que responda a un conocimiento razonable de la realidad actual; necesita, retomando y modificando el planteamiento de Ryand, de Antropología filosófica, de Epistemología, de Ética y de reflexión filosófica sobre la sociedad.

“El problema de la educación es el problema de la educación hoy. No se trata de educar a los primitivos, ni a los antiguos egipcios, ni a los medievales, ni a la gente del Renacimiento, sino a la gente de hoy…¿Cómo introducimos el hoy en las categorías de cualquier filosofía? Esto no se logra si la filosofía se ocupa simplemente de verdades atemporales.”

Bernard Lonergan. Filosofía de la Educación, pp. 48-49.

Pero no se trata de cualquier filosofía sino de una filosofía concreta y contextualizada, de una filosofía que se encuentre a la altura de los tiempos que corren, porque como dice Lonergan, el problema de la educación es el problema de la educación hoy. Porque no nos enfrentamos al reto de educar a los seres humanos del medioevo o del siglo XIX; ni siquiera estamos en la encrucijada de formar a los educandos del siglo XX sino a los niños y jóvenes de hoy.

El desafío de la Filosofía de la Educación entonces no es el de una reflexión desde verdades atemporales sino desde el planteamiento de preguntas acerca del ser humano de hoy, del conocimiento pertinente en la llamada Sociedad del conocimiento, del bien humano que se está o se debería estar escribiendo en las realidades actuales y del tipo de sociedad humana que están reclamando los tiempos actuales marcados por la exclusión, la desigualdad, el empobrecimiento, la violencia, la migración y tantos otros problemas que reclaman atención urgente.

Si nos situamos específicamente en México que está viviendo un momento de crisis y cambio a partir de la (contra) reforma educativa planteada por el gobierno entrante habría que destacar y defender la urgencia de una Filosofía de la Educación que pueda responder a las preguntas sustanciales que nos permitan construir una visión común sobre las finalidades del Sistema Educativo Nacional (SEN) en el marco del proyecto de país que aspiramos a ser en el mundo.

¿Quién es el ser humano de este cambio de época? ¿Quién es el mexicano de hoy en un país diverso, multicultural, desigual, excluyente y violento? ¿Cuál es la visión del ser humano que domina nuestro mundo y nuestra realidad nacional y cuál sería una visión más humana, integral y pertinente de ser humano y de mexicano que deberíamos asumir como visión orientadora del trabajo educativo?

¿Cuál es la visión de conocimiento que domina hoy el mundo globalizado y centrado en el consumismo y en la competencia feroz y cuál sería una visión de conocimiento alternativa y humanizante que construya un mejor mundo y un país más democrático, pacífico y justo?

¿Cuál es la perspectiva ética –si es que la hay- que mueve hoy al mundo y orienta la formación de las nuevas generaciones y cuál sería una visión ética más auténtica en el sentido de construcción del verdadero bien humano producto de la comprensión y la decisión individual y colectiva que deberíamos impulsar en un país herido por la corrupción, la impunidad y la desmoralización generalizada?

¿Cuál es el modelo de sociedad que está orientando las estructuras y las prácticas educativas en el mundo y en México y cuál debería ser la perspectiva social que guiara al sistema educativo para regenerar el tejido social con mútiples rupturas que está reproduciendo la injusticia, la pobreza, la exclusión y la violencia?

Estas y otras preguntas son las que deberían orientar la aportación de la Filosofía de la Educación en el cambio de época que hoy vivimos en el mundo y en nuestra patria.

Fuente del artículo: https://m.e-consulta.com/opinion/2019-11-11/la-filosofia-de-la-educacion-necesidad-y-problema

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Renovación del INEE: acierto, reto y riesgo

México / 6 de mayo de 2018 / Autor: Martín López Calva / Fuente: E-Consulta

Méritos suficientes. Sinergia con los otros consejeros. Evitar cuotas en el INEE.

El pasado martes 24 de abril el Senado de la República eligió a Bernardo Hugo Naranjo Piñera y a Patricia Gabriela Vázquez del Mercado Herrera como integrantes de la Junta de Gobierno del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE).

Los dos consejeros electos sustituirán en sus cargos al actual Consejero Presidente, Eduardo Backhoff Escudero y a Margarita Zorrilla Fierro respectivamente, quienes terminan el período de cinco años para el que fueron electos este martes 30 de abril.

El cambio en dos de los cinco miembros de la Junta de Gobierno implicará sin duda el inicio de una nueva etapa del instituto, que ha sido el centro de una gran polémica entre los sectores que apoyan y los que se han opuesto a la Reforma educativa, principalmente en lo relativo a la creación del Servicio Profesional Docente y a los procesos de evaluación para el ingreso, la permanencia y la promoción de los profesores de todos los niveles de la educación obligatoria.

Si bien el enorme ruido y polarización en que nos tiene metidos el proceso electoral sobre todo en las campañas presidenciales hizo que esta noticia tuviera poca atención en los medios y en las redes sociales, resulta muy importante para quienes trabajamos en el sistema educativo y para quienes hacemos investigación educativa analizar los pros y contras que puede tener la designación de estos nuevos consejeros, por las implicaciones que puede tener para la definición del rumbo futuro de este órgano, que desde mi punto de vista tiene un papel muy importante para buscar una mejora sustancial en la calidad y la equidad de la educación que tenemos en el país.

Trataré de expresar aquí, de manera sintética y sin ser experto en política educativa, lo que considero positivo, lo que veo como reto y lo que me parece que podría implicar un riesgo para el futuro del INEE.

En general las reacciones que pude ver en los medios y las redes después del nombramiento fue positiva. Sin duda esta recepción de la noticia se debe a prestigio que tanto Bernardo Naranjo como Patricia Vázquez del Mercado se han ganado a pulso por su trabajo eficiente y comprometido con la educación en Puebla y por los resultados significativos que se han obtenido en nuestro estado en las evaluaciones nacionales de PLANEA.

Desde este punto de vista el nombramiento de ambos es muy positivo y debe celebrarse. Aunque no tengo contacto cercano y sistemático con el trabajo de la Secretaría de Educación Pública de Puebla, en los aspectos que conozco de primera mano y en la información que tengo de muchos actores dentro del sistema educativo poblano y de los medios de comunicación, coincido con la buena impresión de la mayoría respecto al profesionalismo, la honestidad y el compromiso con la educación de ambos personajes.

La primera Junta de Gobierno del INEE estuvo formada exclusivamente por académicos de reconocido prestigio, conocedores del sistema educativo por su trabajo como investigadores durante muchos años y en distintas instituciones del país. De hecho sus nombres surgieron de una consulta que se realizó entre los investigadores nacionales –como miembro del Sistema Nacional de Investigadores fui consultado para enviar propuestas- de donde se eligió la lista de la que fueron seleccionados finalmente los cinco consejeros fundadores del nuevo INEE.

Tal vez por ello, una de las cosas que se han criticado del trabajo del instituto ha sido la de errores de instrumentación de ciertos procesos y de gestión e interacción con la autoridad educativa para lograr que los resultados de la evaluación y las directrices que de ellos se han derivado puedan convertirse en política pública que se aplique de manera eficiente para mejorar la calidad educativa.

Entiendo como una razón de la elección de los nuevos consejeros la necesidad de contar con dos personas que han estado en la trinchera de la política educativa y saben de los procesos y las complicaciones, la complejidad y las estrategias para lograr que lo que se reflexiona y se planea pueda irse haciendo progresivamente parte de la realidad cotidiana de las instituciones educativas.

Aquí es donde vislumbro el reto de la nueva Junta de Gobierno: lograr que la visión de los académicos e investigadores pueda ser complementada y articulada de manera sinérgica con la de los que conocen de políticas públicas en educación para poder generar un engranaje más eficiente que acelere los procesos de investigación-evaluación-definición de directrices-comunicación con la autoridad educativa-traducción a políticas y programas-instrumentación en las escuelas.

Fuente del Artículo:

http://www.e-consulta.com/opinion/2018-04-30/renovacion-del-inee-acierto-reto-y-riesgo

Fuente de la Imagen:

http://nuevolaredo.tv/insuficiente-aprovechamiento-en-sexto-de-primaria-inee/

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Desarrollo del pensamiento crítico

Objetividad y neutralidad son dos de sus elementos. La racionalidad forma parte de su dinámica.

Por · Martín López Calva

“La ética está en conexión necesaria con la racionalidad. Para que algo sea moral tiene que ser, al mismo tiempo, razonable… Si pretende superar los niveles infrahumanos del comportamiento, la persona no puede por menos de obrar con criticidad, es decir, con racionalidad…”

Vivimos en un país marcado por el enojo, la frustración, la desmoralización y la desesperanza por las evidencias cada vez más frecuentes, numerosas y contundentes de actos de corrupción que quedan en la total impunidad, por el cinismo con el que el gobierno y toda la clase política se empeñan en negar esta realidad ofensiva y pretenden incluso hacernos creer que el problema está en nuestra percepción equivocada por empeñarnos en ver las cosas al revés.

Nos encontramos en un momento muy delicado porque los candidatos y los partidos están intentando capitalizar a su favor este enojo para obtener votos para sus respectivas causas y proyectos, en los que más que el bienestar del país parece estar de fondo la mera ambición del poder por el poder.

Las campañas apenas inician pero el período de los neologismos absurdos de nuestra legislación electoral –precampañas, intercampaña- han sido caldo de cultivo para generar un clima de creciente agresión entre las distintas fuerzas políticas que se refleja automáticamente en una escalada de polarización social.

Un simple vistazo a las redes sociales basta para constatar esta creciente ola de agresiones mutuas, insultos y descalificaciones en las que todo el mundo parte de que su candidato y su partido está sujeto a una campaña de noticias falsas –“fake news”- , calumnias y campañas que buscan destruirlos pero comparte al mismo tiempo sus propias fake news asumiéndolas como verdades incuestionables aunque se sustenten en datos evidentemente falsos.

Los graves problemas de nuestro país y la urgencia de enfrentar y empezar a resolver todas las carencias y afrentas que sufre cotidianamente la ciudadanía están pidiendo que todos los ciudadanos dejemos a un lado la apatía, la indiferencia y la inactividad para tomar una postura clara y defender con claridad y fuerza los principios que consideramos deben regir la transformación indispensable de un México que no puede ni debe esperar más.

No son tiempos de neutralidad. Son tiempos de definiciones existenciales y cívicas. Esta toma de posición es una cuestión moral. Nuestra definición personal y ciudadana va a definir la forma en que decidimos y vivimos nuestro día a día y en el tejido de lo que Edgar Morin llama la “Ecología de la acción” irá influyendo en la orientación de nuestra patria en el futuro.

Pero la ética está conectada estructural e inevitablemente con la racionalidad. Como afirma la cita que sirve de epígrafe al artículo de hoy, “para que algo sea moral tiene que ser, al mismo tiempo, razonable.”

Como afirma Vidal, si queremos dejar atrás la actuación infrahumana, debemos actuar con criticidad, es decir, apegados a la racionalidad, sustentados en evidencias y fundamentos más que en meras percepciones o emociones espontáneas, movidos por valores auténticos y no por simples latidos viscerales o reacciones espontáneas de odio y revancha.

Dejar de lado la neutralidad no implica actuar sin criticidad o racionalidad sino por el contrario, apela a un compromiso real con la búsqueda de lo verdadero y la afirmación de lo razonable.

Decir que no son tiempos de neutralidad significa en el fondo decir que son tiempos de criticidad. De criticidad bien entendida en la que debemos trascender la visión simplista y superficial que asume como criticidad la simple oposición o reacción contra todo lo establecido y que lleva consigo el seguimiento ciego –acrítico- de cualquier candidato o partido que vocifere cosas –por más falsas o irracionales que sean- en contra de quienes hoy detentan el poder.

Tristemente estamos hoy muy lejos de este escenario de no neutralidad crítica. Nos encontramos más bien en el México de las descalificaciones mutuas y del cuestionamiento de las vigas de las fake news ajenas combinado con la absoluta ceguera de la viga de las fake news propias.

Los ciudadanos mexicanos deberíamos, si ejercitamos nuestra criticidad, darnos cuenta de que el escenario de las disyuntivas entre “el pueblo bueno contra la mafia en el poder” o entre “el cambio con rumbo frente al peligro de volvernos como Venezuela” constituyen dos visiones igualmente simplificadoras y falsas y que optar por una de ellas es romper la neutralidad desde un nivel que Vidal llamaría infrahumano porque carece de toda racionalidad.

El rompimiento de la neutralidad para adoptar una postura emotiva en el marco de uno de los dos polos de estas dos visiones de falsas disyuntivas no nos va a llevar a una situación de mejoría real ni abonará a la emergencia de condiciones de probabilidad para una transformación real de nuestro país.

La adopción de una postura emotiva y acrítica para impulsar estas alternativas ficticias nos llevará solamente a apoyar el mantenimiento del statu quo que pretendemos cambiar.

Hoy más que nunca requerimos de una ruptura de la neutralidad que sea verdaderamente crítica y razonable y nos lleve a la construcción de una sociedad civil exigente y comprometida con lo que de manera sustentada se muestre como mejor para lograr enfrentar los enormes desafíos del México del siglo veintiuno.

Este escenario actual debería hacernos reflexionar sobre la enorme relevancia del pensamiento crítico en la formación ciudadana de las nuevas generaciones de mexicanos y a capacitarnos para trabajar en esta dimensión fundamental de una educación que esté a la altura de nuestros tiempos.

Imagen de archivo OVE

Fuente: http://www.e-consulta.com/opinion/2018-04-01/desarrollo-del-pensamiento-critico

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La Pedagogía preventiva y el hilo negro

México / 11 de febrero de 2018 / Autor: Martín López Calva / Fuente: E-Consulta

En sentido contrario a quienes utilizan como estrategia el crear miedo y temor en los alumnos

“Don Bosco, nos llama a a una educación que él denominó sistema preventivo, y que consiste en destacar los aspectos positivos de la enseñanza. Don Bosco aboga por una educación basada en el amor, al diálogo, a la solidaridad, al conocimiento previo de las reglas y normas que reijan (sic) en la escuela o instituto y a que los profesores estén al pendiente de las actitudes y comportamientos de los alumnos, para en su caso corregirlos antes de que causen problemas graves. En sentido contrario a quienes utilizan como estrategia el crear miedo y temor en los alumnos, Don Bosco propone que el profesor se haga querer por el alumno por medio de una actitud amorosa, de respeto y compromiso del maestro para con su educando”.

Este miércoles, día último de enero, se conmemora en el santoral de la Iglesia Católica a San Juan Bosco, un sacerdote italiano del siglo antepasado –nació en 1831 y murió en 1888- que se distinguió por su obra educativa que sigue vigente a través del trabajo de los sacerdotes salesianos, congregación fundada por él y aprobada en 1860 y de su rama femenina, el Instituto de Hijas de María auxiliadora.

Don Bosco, como es más conocido este santo nacido en el pequeño poblado rural de I Becchi, cercano a Turín, creó un enfoque que es al mismo tiempo pedagogía, pastoral y espiritualidad al que denominó Sistema preventivo. Dada su relevancia y su vigencia en el ámbito educativo, me permito en este espacio dedicado a temas relacionados con la educación desde una perspectiva humanista, recordar algunos de los elementos de a dimensión pedagógica del sistema preventivo –al que llamaré aquí Pedagogía preventiva- y destacar las aportaciones que esta aproximación –más práctica y existencial que teórica, puesto que su autor no escribió un tratado pedagógico- sigue planteando como un llamado a los educadores dos siglos después de su creación.

En esta época de reformas educativas oficiales y de clamor social por una reforma educativa real y efectiva que impacte positivamente en la formación no solamente académica sino humana y ciudadana de las nuevas generaciones, resulta muy necesario enfatizar la visión positiva del ser humano que está en el fondo de la pedagogía preventiva y los pilares de este sistema que son el amor por el educando, el acompañamiento de sus proceso de crecimiento y la construcción de un ambiente de confianza, seguridad y alegría que sirvan como escenario para la motivación interna por aprender y la invitación permanente a actuar desde y hacia el bien propio y de los demás.

Hace un par de semanas hablaba en este mismo espacio de mi propia experiencia como niño y adolescente educado en una institución salesiana que se fundaba en la pedagogía preventiva y de la impresión de muchos egresados de nuestro colegio de que el resultado de la experiencia vivida en las aulas, en los patios y en las actividades extraescolares. (Este artículo se puede consultar aquí: http://www.e-consulta.com/opinion/2018-01-08/formar-buenas-personas ).

La clave para lograr este resultado, el punto central para obtener como resultado del proceso educativo personas de bien es precisamente la pedagogía preventiva que nace de la confianza profunda en los seres humanos y de la vocación educadora que conduce a los profesores y directivos escolares a vivir su trabajo como una experiencia existencial gozosa y plena de sentido.

La pedagogía preventiva, como su nombre lo indica, tiene como hipótesis fundamental que no es necesario ni efectivo promover un clima de miedo y disciplina rígida en la escuela para lograr buenos resultados educativos sino que se requiere, por el contrario, generar un ambiente constructivo, de convivencia alegre y solidaria, de compromiso que nace del amor mutuo entre educando y educador que hará prácticamente innecesaria la aplicación de castigos porque producirá acciones positivas en la comunidad educativa y tenderá a extinguir los comportamientos dañinos.

La pedagogía preventiva parte de creer en los jóvenes y de respetarlos como personas creando una convivencia escolar rica en valores humanos que estimula la capacidad de pensar y decidir adecuadamente para irse formando en el esfuerzo que prepara para el trabajo y para la sociedad, para la construcción de un proyecto de vida honorable, de una acción ciudadana responsable y de una vivencia humana trascendente (virtual.usalesiana.edu.bo/web/practica/archiv/sistema_preventivo.doc)

En estos tiempos urgidos de una educación renovada y renovadora que contribuya a la formación de personas completas, en esta coyuntura de instrumentación de un nuevo modelo educativo que habla de valores, inclusión, habilidades socioemocionales, convivencia constructiva y formación para la democracia sería muy útil recurrir a la herencia de Don Bosco para evitar esfuerzos estériles en la búsqueda de descubrir el hilo negro para una educación auténtica.

Fuente del Artículo:

http://www.e-consulta.com/opinion/2018-01-29/la-pedagogia-preventiva-y-el-hilo-negro

Fuente de la Imagen:

Don Bosco, las Profecías de un Gran Santo y Místico (31 ene)

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