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¿Una cátedra de Historia ayudaría a resolver los problemas de la educación?

Por: Julián de Zubiría

Antes culminar el año 2017, el Congreso expidió la Ley 1874, la cual obliga a restablecer la enseñanza de la Historia. El pedagogo Julián De Zubiría reflexiona sobre los alcances de la ley y los inconvenientes que le genera al país creer que las cátedras educativas resuelven los problemas sociales.

En Colombia ha hecho mucho daño la idea que tomó fuerza en las décadas anteriores entre funcionarios del Ministerio de Educación Nacional (MEN) y congresistas, la cual sostiene que cada vez que aparece un problema social lo que hay que hacer es crear una cátedra educativa para ayudar a superarlo. De esta manera, congresistas con poco o nulo conocimiento de pedagogía terminaron siendo partícipes del verdadero caos curricular en el que nos encontramos en el país. Por la vía de las “cátedras obligatorias”, los estudiantes en Colombia deben estudiar cada grado quince asignaturas en promedio, todas ellas desarticuladas y fragmentadas entre sí.

Bajo esta lógica apareció la cátedra de urbanidad para enseñar “buenas costumbres” y tiempo después, la de “Constitución” para que se conocieran los alcances de la Constitución de 1991. Cuando se hizo evidente que por lo menos una de cada cinco menores de edad estaba o había estado embarazada, apareció la Cátedra de Sexualidad. Con similares motivos apareció otra para orientar a los jóvenes en el buen uso del tiempo libre. Más recientemente, ante los problemas del tráfico urbano, algunos congresistas promovieron los cursos obligatorios de tránsito y seguridad vial. Así mismo, cuando se hicieron visibles nuestros bajos resultados en competencias financieras, algunos congresistas vieron la necesidad de crear desde el preescolar la cátedra de Emprendimiento. Más recientemente, y fruto de los Acuerdos de Paz con las FARC, ha aparecido la Cátedra de Paz.

Mágicamente, se crean las cátedras, pero no aparecen programas de formación de docentes, lineamientos curriculares, confrontación de las ideas con la comunidad académica o textos orientadores, entre otros. Por ello es relativamente común que cada institución educativa haga lo que a bien le convenga en cada una de estas cátedras.

Con esta misma lógica, la senadora Viviane Morales, promovió desde el año 2016 la creación de la Cátedra de Historia. Ella quería que se independizara del área de Ciencias Sociales y que se enseñara como materia aparte. Afortunadamente, el Congreso mejoró significativamente la propuesta y decidió fortalecer la Historia, pero en el interior de las Ciencias Sociales. Aun así, la expedición de la Ley 1874 de 2017, días antes de culminar el año 2017, ha generado mucha confusión, la cual es importante aclarar, ahora que todos los colegios del país retornan a clases en los próximos días.

Lo primero que hay que entender es que el papel de la educación básica debería ser por completo diferente a lo que han pretendido los congresistas en las últimas décadas en el país. En lugar de un trabajo totalmente disperso y fragmentado, los estudiantes deberían consolidar pocas y esenciales competencias. Deberían abordar muy pocas e integrales asignaturas y no las disgregadas y desintegradas que hoy en día se están incluyendo. Lo he dicho muchas veces, pero estamos tan lejos de ello, que se requiere insistir en que lo que necesitamos es fortalecer tres competencias fundamentales: pensar, comunicarnos y convivir. Todo lo demás es superfluo al lado de ello. La educación básica debe garantizar la plena consolidación de estos procesos, sin los cuales no es posible comprender ni la historia, ni la física, ni la matemática, ni la geografía. El problema es que por abordar tantos y tan dispersos contenidos, nos quedamos, como dice el proverbio, “sin el pan y sin el queso”. Por perder tanto tiempo en tantas trivialidades, los niños y jóvenes actuales no están aprehendiendo ni a pensar, ni a comunicarse ni a convivir.

Dado lo anterior, hay que saludar la decisión del Congreso de no crear una nueva cátedra, sino de fortalecer el área de Ciencias Sociales, con tres propósitos: a) Desarrollar el pensamiento crítico b) Contribuir a la formación de identidad nacional, y c) Promover la formación de una memoria histórica que contribuya a la reconciliación y la paz de nuestro país.

Sin duda, los tres propósitos son muy loables. Por ello, tiene toda la razón el MEN cuando aclara que no volverá la cátedra de historia a los colegios. Esa fue la decisión del Congreso y sería dramático que lo que comenzara a pasar es que las instituciones educativas optaran por crear una cátedra adicional a las quince o dieciséis que suelen tener la mayoría de los jóvenes. Si esto último pasa, seguiremos en educación como el cangrejo: marchando para atrás.

Comprender la historia es mucho más complejo de lo que presuponen los congresistas, ya que la historia es la “síntesis de múltiples determinaciones”. Precisamente por ello, se requiere de contextos geográficos, sociales y culturales para poder comprenderla. En mucho mayor medida si se trata de niños y jóvenes.

No tendría sentido estudiar la historia si no se comprende que el tiempo histórico es relativo. Esto es tan impactante que China está próxima a celebrar su año 4716, mientras que los países budistas están en el año 2561, al tiempo que los judíos ya alcanzaron el 5779. Tan solo para el 31% de los humanos estamos en el año 2018, dado que los demás tienen otros criterios para periodizar el tiempo. Sin comprender esto, es incomprensible la historia.

 

No se podría comprender la historia sin los conceptos de época, tiempo histórico, poder, clase social, campo o ciudad, Estado, entre otros. De allí que comprender la historia es un proceso mucho más largo y lento de lo que creen los congresistas. Se trata de un complejo proceso de reconstrucción espacio-temporal que exige pensamiento relativo e hipotético-deductivo y previo dominio de algunos conceptos históricos, sociológicos, antropológicos y económicos, entre otros.

Comprender la historia exige entender que los hechos están articulados entre si y que los procesos fueron determinados por múltiples causas que operan en diversos momentos. Comprender la historia empieza por entender que las ideas, los valores y las prácticas son relativos, ya que han cambiado a lo largo del tiempo dado que son dependientes de la cultura, el contexto y el marco interpretativo en el que nos encontremos.

Lo esencial en la educación básica, por tanto, no es que los jóvenes conozcan la historia, sino que desarrollen pensamiento crítico para interpretar los procesos sociales presentes, pasados y futuros. Sin duda, comprendiendo el pasado podemos comprender de mejor manera el presente. La paradoja es que sin los conceptos de las Ciencias Sociales y sin pensamiento crítico, no es posible ni conocer ni comprender la historia. De allí que los currículos en Colombia, previos a 1994 y que contaban con la asignatura de historia, ni garantizaban la comprensión ni el conocimiento, porque su diseño no tuvo en cuenta las diversas condiciones cognitivas que ello demandaba.

De la reflexión anterior concluyo dos cosas:

De un lado, que es exagerada la alegría que ha generado entre amplios grupos de la población la decisión del Congreso de reestablecer la cátedra de la historia. Creo que la senadora Morales generó un debate equivocado y diferente al que necesita la educación en el país. De lo que deberíamos estar hablando es de cuál es la finalidad de la educación básica en un país como Colombia: ¿A qué deberían estar yendo los estudiantes a las escuelas? Ese es el debate crucial que el país ha aplazado por décadas y es un tema en el que me atrevo a afirmar estamos en la cola de América Latina. Ese debate necesariamente nos conducirá a repensar el caótico currículo que tenemos en la actualidad.

Desde hace treinta años, hemos propuesto en el Instituto Alberto Merani un enfoque totalmente diferente al que rige en Colombia, pero muy cercano al que tiene previsto Finlandia para el año 2022 y al que adoptó Chile en 1998: un currículo centrado en tres competencias esenciales y transversales. Sin duda, hay muchas más posibilidades, pero no duden que la peor de todas es la que hemos seguido en Colombia: niños y jóvenes estudiando cada año quince asignaturas deshilvanadas.

Otro debate inaplazable es si seguirá imperando un modelo pedagógico centrado en la trasmisión de informaciones; si seguiremos pensando que la historia es el recuento de hechos, datos, batallas y anécdotas. Si ello es así, hay que abandonar el modelo de transmisión de informaciones para dar paso a modelos centrados en el desarrollo integral humano. Lo que necesitamos son jóvenes más tolerantes, mejores ciudadanos y con pensamiento más crítico. Una renovada manera de entender el currículo, la enseñanza de la historia y el modelo pedagógico, puede ayudarlos a lograrlo.

El país necesita con urgencia un debate amplio, diverso y argumentado sobre cuáles son los lineamientos curriculares que requerimos para el momento actual y cuáles son los diversos modelos pedagógicos que habrá que impulsar para comenzar a mejorar de manera estructural, la calidad de la educación.

El Plan Decenal, adoptado por el país en el año 2017, establece que éstos son dos de los diez grandes desafíos que debemos enfrentar en los próximos diez años. Por ello, de nada sirve que un millón de colombianos se pronuncie sobre los sueños que tiene para la educación, si el Plan Decenal que se construye después es borrado por el Congreso o ignorado por el nuevo ministro que llegue al área de Educación. Necesitamos fortalecer el movimiento cívico para que, a partir de ahora, los ciudadanos no dejemos que ninguna de esas dos cosas ocurra.

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/no-volvera-la-historia-a-los-colegios/554425

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René Pérez (Residente) a Correa: «Con educación mi país dejaría de ser una colonia»

Puerto Rico / 13 de mayo de 2018 / Autor: Programas / Fuente: RT

¿Qué rol tiene la juventud en América Latina? ¿Cuál es el papel de la crítica a la situación social y política? ¿Tienen que involucrarse los artistas con el entorno que los rodea? En esta nueva edición de ‘Conversando con Correa’, el expresidente de Ecuador aborda estas preguntas junto a René Pérez, también conocido como ‘Residente’ en su antiguo grupo musical, Calle 13.

El músico puertorriqueño René Pérez, famoso por haber integrado el grupo musical Calle 13, dialogó con Rafael Correa. «Yo escribo de como me voy sintiendo y lo que me va afectando en mi entorno», comenzó señalando en relación a su lugar como artista en la sociedad.

Al respecto recordó una de sus canciones, llamada ‘Los idiotas’, y dijo que «cuando estaba buscando definiciones» sobre ese concepto, descubrió que «en un país se usaba esa palabra para describir a alguien que no estaba involucrado en política». Por eso opinó que «los artistas se tienen que meter en todo lo que les afecta».

René Pérez, músico puertorriqueño
«La juventud ha tenido una capacidad de reinventar los ideales siendo críticos de todas las vertientes, de la izquierda y de la derecha»René Pérez, músico puertorriqueño

«Yo estudié ocho años en Bellas Artes y es lo primero que te enseñan, te tienes que meter en todo», sentenció.

La juventud tiene que ser crítica

Consultado sobre cómo ve a los jóvenes de América Latina, el músico señaló que son «mucho más maduros que hace diez años». Aunque reconoció que «hay como una mezcla». Una parte de la juventud se encuentra «bien comprometida» y hay otra «a la que no le importa nada, están metidos en el ciberespacio totalmente, escondidos ahí y se quedan ahí».

Frente a eso convocó a «que se eduquen, que estudien». «Para mí eso es lo más importante» y resulta «fundamental para el desarrollo de los países», dijo Pérez, y analizó: «Con la educación mi país dejaría de ser una colonia«.

René Pérez, músico puertorriqueño
«Hay un montón de cosas que merecen ser cambiadas y uno debe aportar a eso»René Pérez, músico puertorriqueño

También subrayó que en América Latina «la juventud ha tenido una capacidad de reinventar los ideales» siendo «críticos de todas las vertientes, de la izquierda y de la derecha». Por eso consideró «importante mantener esa cultura de ideales pero también moverse para adelante y crear culturas nuevas».

Finalmente, llamó a sostener «ese impulso de tener ganas de cambiar las cosas para bien«. «Hay un montón de cosas que merecen ser cambiadas y uno debe aportar a eso», concluyó.

Durante este encuentro, Rafael Correa y René Pérez profundizan también en otras cuestiones de actualidad y de gran interés, que podrán ver en el video del programa que les ofrecemos aquí en su totalidad.

 

Fuente de la Entrevista:

https://actualidad.rt.com/programas/conversando-correa/271045-rene-perez-correa-educacion-pais-colonia

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Pensamiento crítico, analítico o atraso y desastre

Por: Rolando Ísita Tornell

Es triste, lamentable y deleznable el clasismo, racismo y desprecio por el prójimo exultante que han desatado quienes se ven amenazados por los posibles y necesarios cambios para sacar al país en el innecesario estado en el que se encuentra, y que tienen nombres los que lo han propiciado con una visión única e inflexible del desarrollo.

Todo ello refleja varios temas a reflexionar y modificar. Uno de ellos es una verdadera reforma a la educación pública y privada en sus contenidos, no sólo en las relaciones laborales de los docentes y las instituciones, y en ambos lados de esa relación.

A partir de los conocimientos científicos más avanzados en arqueología, paleontología, biología, genética, lingüística, no existe ningún argumento que sostenga que unos humanos son mejores o más dotados que otros por el color de su piel, su devenir étnico, su lengua o por su género, porque el origen común está en África, con tres grandes migraciones que alcanzaron la mayor parte del planeta.

La genética ha echado por tierra las creencias en la “pureza”, el portador de la piel más clara y la cabellera más rubia puede tener algún gene indígena de sus ancestros, o lingüísticamente quien diga “ansina” por decir “asimismo” usa un español antiguo y originario. Usar lo contrario para descalificar denota ignorancia avanzada, el tipo de contenidos en su educación y su incapacidad para regir destinos de nadie.

La falsedad más grande que se haya diseñado por mente humana perversa, desde la perspectiva de la conservación de la energía o de su transformación indistinta materia-energía, son la “plusvalía” y “el interés simple y compuesto”, estos últimos en el papel son juego divertido que se cumple; en la vida real, humana, esos conceptos son un robo legal permitido, legislado y por lo tanto modificable.

La trasformación de los recursos naturales en materiales, productos y mercancías que impactan en los mejores niveles y calidad de vida de la sociedad, desde el Neolítico, ha sido, es y será un universo inabarcable de creatividad, del progreso de la ciencia (como dice nuestro Artículo 3° Constitucional), de tal modo que quien afirme que sólo hay un camino (éste o el desastre) está mintiendo descaradamente o, peor, es ignorante e incapacitado para conducir los destinos de una sociedad, de un país.

Las creencias son lo contrario a los conocimientos, las fobias son miedos patológicos inconsistentes con la realidad, los dogmas son revelaciones de deidades imaginarias incompatibles con la realidad, las profecías apocalípticas eran dones sobrenaturales que suponían futuros, muy arraigados en el oscurantismo medieval, que se fueron a la tumba con Nostradamus en 1566 y el Renacimiento mandó al museo junto a la rueca, prevaleciendo la ciencia. En el México de hoy, todos estos son la causa de su atraso y desastre.

Fuente: http://www.elvigia.net/columnas/2018/5/7/pensamiento-crtico-analtico-atraso-desastre-302976.html

 

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Los 30 libros de filosofía más importantes del año 1950 al 2000, según los filósofos contemporáneos

Estados Unidos/12 de Mayo de 2018/Periodismo

El sitio Open Culture publicó una lista de los libros de filosofía más relevantes de la segunda mitad del siglo XX. Los creadores de esta lista son el profesor Chen Bo, de la Universidad de Pekín, y la profesora Susan Haack de la Universidad de Miami, una de las apenas dos mujeres de la lista. Bo y Haack realizaron un sondeo con importantes profesores de filosofía, a pedido de una editorial china que buscaba traducir textos relevantes.

Muchos de los grandes filósofos del siglo XX escribieron sus obras importantes en la primera mitad del siglo (Heidegger, Sartre, Russell, Whitehead, las obras más relevantes de la fenomenología, etc.). Por otra parte, muchas de las obras significativas de la segunda mitad del siglo XX reflejan la tendencia de especialización que ha sobrevenido en la filosofía: obras que podrían ser clasificadas como de crítica literaria, sociología, teoría de género, autoayuda, etc. Dicho eso la lista, nos sirve como introducción a diversos autores que no son tan conocidos.

A continuación los 30 autores/obras de la lista:

  1. Ludwig Wittgenstein, Investigaciones filosóficas (Philosophical Investigations)
  2. W. V. Quine, Palabra y objeto (Word and Object)
  3. Peter F. Strawson, Individuos: ensayo de metafísica descriptiva(Individuals: An Essay in Descriptive Metaphysics)
  4. John Rawls, Teoría de la justicia (A Theory of Justice)
  5. Nelson Goodman, Hecho ficción y pronóstico (Fact, Fiction and Forecast)
  6. Saul Kripke, El nombrar y la necesidad (Naming and Necessity)
  7. G.E.MAnscombe, Intención (Intention)
  8. J. L. Austin, Cómo hacer cosas con palabras (How to do Things with Words)
  9. Thomas Kuhn, La estructura de las revoluciones científicas (The Structure of Scientific Revolutions)
  10. M. Dummett, La base lógica de la metafísica (The Logical Basis of Metaphysics)
  11. Hilary Putnam, Las mil caras del realismo (The Many Faces of Realism)
  12. Michel Foucault, Las palabras y las cosas: una arqueología de las ciencias humanas (The Order of Things: An Archaeology of the Human Sciences)
  13. Thomas Nagel, Una visión de ningún lugar (The View From Nowhere)
  14. Robert Nozick, Anarquía, Estado y utopía (Anarchy, State and Utopia)
  15. R. M. Hare, El lenguaje de la moral y Libertad y razón (The Language of Moralsand Freedom and Reason)
  16. John R. Searle, Intencionalidad y El redescubrimiento de la mente (Intentionalityand The Rediscovery of the Mind)
  17. Bernard Williams, La ética y los límites de la filosofía, Descartes: el proyecto de la investigación pura y Suerte moral: Documentos filosóficos 1973-1980 (Ethics and the Limits of Philosophy, Descartes: The Project of Pure Enquiryand Moral Luck: Philosophical Papers 1973-1980)
  18. Karl Popper, Conjeturas y refutaciones: el desarrollo del conocimiento científico (Conjecture and Refutations)
  19. Gilbert Ryle, El concepto de lo mental (The Concept of Mind)
  20. Donald Davidson, Ensayos sobre acciones y sucesos y De la verdad y de la interpretación: fundamentales contribuciones a la filosofía del lenguaje (Essays on Action and Eventand Inquiries into Truth and Interpretation)
  21. John McDowell, Mente y mundo (Mind and World)
  22. Daniel C. Dennett, La conciencia explicada y La actitud intencional (Consciousness Explained and The Intentional Stance)
  23. Jurgen Habermas, Teoría de la acción comunicativa y Entre hechos y normas (Theory of Communicative Actionand Between Facts and Norm)
  24. Jacques Derrida, La voz y el fenómeno y De la gramatología (Voice and Phenomenonand Of Grammatology)
  25. Paul Ricoeur, La metáfora viva y Libertad y naturaleza (Le Metaphore Vive and Freedom and Nature)
  26. Noam Chomsky, Estructuras sintácticas y Lingüística Cartesiana: un capítulo de la historia del pensamiento racionalista (Syntactic Structures and Cartesian Linguistics)
  27. Derek Parfitt, Razones y personas (Reasons and Persons)
  28. Susan Haack, Evidencia e investigación: hacia la reconstrucción en epistemología (Evidence and Inquiry)
  29. D. M. Armstrong, Una Teoría Materialista de la Mente y Una Teoría Combinatoria de la Posibilidad (Materialist Theory of the Mind and A Combinatorial Theory of Possibility)
  30. Herbert Hart, El concepto de derecho (The Concept of Law) y Pena y responsabilidad (Punishment and Responsibility)

Como la mayoría de los trabajos en la lista son de filosofía analítica, el profesor Chen le pidió a Habermas que recomendara algunos trabajos europeos adicionales, y obtuvo lo siguiente: “Axel Honneth, Kampf um Anerkennung (1992), Rainer Forst, Kontexte der Cerechtigkeit (1994) y Herbert Schnadelbach, Kommentor zu Hegels Rechtephilosophie (2001).

Fuente: https://www.periodismo.com/2018/05/11/los-30-libros-de-filosofia-mas-importantes-del-ano-1950-al-2000-segun-los-filosofos-contemporaneos/
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Educación española aboga por fomentar la asignatura de Filosofía porque es necesario construir una ciudadanía crítica y responsable

Europa/ España/ 07.05.2018/ Fuente: www.juntaex.es.

El secretario general de Educación, Rafael Rodríguez de la Cruz, se ha referido a la necesidad de mantener y fomentar la asignatura de Filosofía, “una materia desde donde se puede construir una ciudadanía crítica y responsable” y ha destacado la importancia de su presencia en las aulas para “propiciar el diálogo constructivo en una época en la que el ruido mediático y de las redes sociales invitan a conclusiones apresuradas y enfrentamientos estériles”.

Rodríguez de la Cruz ha hecho estas declaraciones durante el acto de clausura y entrega de premios de la V Olimpiada Filosófica de España, en la que han resultado clasificados alumnos y alumnas de las comunidades autónomas de Madrid, Castilla La Mancha, Cataluña, Aragón, Canarias, Andalucía y Galicia.

Así, en la Modalidad Disertación la ganadora ha sido Adela Cebeiro Munín, de Galicia, mientras que el segundo y tercer premio han recaído en la andaluza Ana Rosa López Rodríguez y en Gabriela Rodríguez Galdona, de Canarias, respectivamente; mientras que en la Modalidad Dilema han resultado ganadores José Javier Ramírez Rodríguez, de Canarias; Estela Bescós García, de Aragón, y Raquel Sánchez Herrera, de Cataluña.

En la Modalidad de Vídeo los tres premios han sido para Paula Mestro Martín, de Castilla La Mancha; Miriam Sánchez Rodríguez, de Madrid; y Jorge Marín Escribano, también de la capital de España; mientras que en la Modalidad de Fotografía han resultado ganadores el andaluz José Jesús Santiago, la madrileña Marta Manzaneque Palau y la riojana Ángela Ramírez Carrillo.

Los estudiantes galardonados han sido seleccionados durante las pruebas celebradas ayer, en el IES ‘El Brocense’ de Cáceres, y hoy en el IES ‘Santa Eulalia’ de Mérida, una Olimpiada Nacional en la que Extremadura ha estado representada por los alumnos ganadores en la fase autonómica: Antonio Ruslán Bautista, del IES ‘San Fernando’ de Badajoz, en la Modalidad Disertación; Ana Karoline Da Silva Oliveira, del IES ‘Santa Lucía del Trampal’ de Alcuéscar, en la Modalidad Dilema, y María Pilar León Bermúdez, del IES ‘Virgen de Gracia’ de Oliva de la Frontera, en la Modalidad Fotografía.

Durante su intervención, el secretario general de Educación ha valorado los ejercicios que han tenido que realizar los participantes en esta Olimpiada, que este año se ha centrado en el tema ‘Revolución y Utopía’, diciendo que “deberían constituir referentes innovadores de las metodologías didácticas que habitualmente se usan”.

En este sentido Rodríguez de la Cruz ha explicado que tanto los ejercicios tradicionales como las disertaciones y la discusión de dilemas, como los más actuales como el uso filosófico de la imagen fotográfica y el vídeo, “son fundamentales en una educación del siglo XXI”.

Por último, el secretario general ha animado a docentes y alumnado “a seguir en esta maravillosa tarea de pensar por cuenta propia y riesgo”.

Fuente: http://www.juntaex.es/comunicacion/noticia&idPub=24886#.WvDQ56QvyUk

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Reformas educativas apuntan a suprimir el pensamiento crítico en América Latina (Audio)

América Latina / 29 de abril de 2018 / Autor: Telescopio / Fuente: Sputnik News Radio

Las reformas educativas que emprendieron varios Gobiernos de la región se hacen a espalda de los involucrados, reducen los contenidos y materias que estimulan la creatividad y el pensamiento, y están orientadas a satisfacer las demandas económicas del mercado, más que las necesidades de los estudiantes.

 

A estas conclusiones generales arribaron docentes, estudiantes y profesionales de la educación de varios países de Latinoamérica como Chile, Ecuador, Brasil y Argentina, entre otros, convocados este 11 de abril a participar del seminario virtual ‘¿Hacia dónde caminan las reformas educativas en América Latina y el Caribe?’

La actividad fue organizada por la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación, cuya coordinadora, Camila Croso, advirtió a Sputnik que «lo que estamos viviendo es gravísimo, porque es una vuelta radical» a los lineamientos que se impulsaron durante los años 90 del siglo pasado.

En este sentido dijo que la nueva arremetida contra la universalización educativa y el fortalecimiento del sector público es «mucho más profunda» que entonces porque se desarrolla «en medio de crisis democrática total en la región. Este es un momento sumamente complejo luego de un respiro que tuvimos con gobiernos progresistas».

Croso puso como ejemplos positivos lo hecho durante ese tiempo por Bolivia y Ecuador para robustecer al sector público. Sin embargo remarcó que incluso en ese momento había fuertes resistencias y presiones a que se destinen mayores recursos a la educación.

Uno de los problemas fundamentales, señaló la experta, es la baja tasa de conclusión de la enseñanza secundaria, cerca de un 50%, incluso en algunos países donde el factor socioeconómico tiene menos peso, como en Uruguay y Costa Rica.

Fuente de la Noticia:

https://mundo.sputniknews.com/radio_telescopio/201804201078044891-educacion-america-latina/

Fuente de la Imagen:

Se avecinan tormentas en la educación en América Latina

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Contra el pensamiento crítico

Por: Eudald Espluga

La etiqueta de «pensamiento crítico» es un chicle del que hemos tirado y tirado hasta convertirlo en una expresión informe, y por lo tanto inútil, que designa tanto una cosa como la contraria.

Para verlo, basta con comparar la reciente defensa de una asignatura de pensamiento crítico en las escuelas que se publicó en «Zona Crítica», de el diario, o la publicación de El libro blanco de los empresarios españoles. La educación importa, editado por la CEOE y centrado en la necesidad de desarrollar el pensamiento crítico como competencia. En ambos casos, se presenta como un instrumento intelectual que nos permitiría tomar distancia frente a la inmediatez irreflexiva para discriminar entre lo verdadero y lo falso. Lo imaginamos como una especie de control policial bien organizado, con estrictas políticas de aduana que impiden la entrada de prejuicios, manipulaciones e ingenuidades. Su objetivo, por lo tanto, sería evitar el contrabando ideológico, ya sea en forma de «posverdad», «falsa conciencia» o «adoctrinamiento»: la duda fiscaliza el presente y la razón ejerce como tribunal.

El pensamiento crítico es un ‘no te creas lo que dicen en la tele’, un sello de calidad que garantiza que el nuestro es un saber objetivo, imparcial y riguroso, obtenido a base de análisis perspicaz y exigencia.

En la práctica, sin embargo, el pensamiento crítico funciona como un esquema maniqueo, ridículamente simple, que divide nuestro conocimiento del mundo entre representaciones correctas y representaciones incorrectas. Es un «no te creas lo que dicen en la tele», un sello de calidad que garantiza que el nuestro es un saber objetivo, imparcial y riguroso, obtenido a base de análisis perspicaz y exigencia, mientras que el de los demás nace de la ingenuidad, la superstición o credulidad. Nada más que eso: una idea tranquilizadora, un pin que nos podemos colgar y que, por supuesto, confiere cierta distinción.

Hemos asumido que la actitud crítica implica estar sentados frente al mundo, solos e introspectivos, como la estatua de Rodin, examinando la realidad desde fuera. Pero este modelo de racionalidad fiscalizadora es una ficción. Productiva, interesante y, a veces, quizá, incluso deseable. Pero una ficción. La racionalidad crítica difícilmente puede adoptar la forma de tribunal abstracto y desligado del mundo, capaz de dudar desde el «no-lugar» de la verdad. Siempre pensamos en contexto, con nuestros prejuicios, con nuestros cuerpos y desde nuestros afectos. La parcialidad, la impureza, o la adulteración no son defectos del pensamiento, sino su realidad más íntima.

Quizá la única forma razonable de pensamiento crítico sería aquella que nos devolviera una imagen más compleja y confusa del mundo.

Esto no supone abrazar el relativismo o el contextualismo, ni afirmar que no podemos escapar a nuestros sesgos más obvios, sino simplemente abandonar una imagen estática del pensamiento crítico como una competencia o habilidad que podemos desarrollar individualmente y al margen de todo condicionamiento.

Estar contra el pensamiento crítico, entonces, no sólo es estar contra la etiqueta, sino contra el mecanismo ramplón que lo reduce a un «prejuicio contra los prejuicios».Es estar contra la vanidad de un pensamiento que se cree radicalmente autárquico; contra la ficción de una duda metódica que pueda penetrar hasta las profundidades de lo verdadero; contra la polarización radical entre evidencia y superstición, ciencia e ideología, razón y tradición; contra la atomización de la crítica en competencias personales; contra una visión esquemática del pensamiento que lo vacía de relaciones, cuerpos, emociones, pasado y formas de dominación.

Quizá la única forma razonable de pensamiento crítico sería aquella que nos devolviera una imagen más compleja y confusa del mundo, una facultad absolutamente improductiva que en vez de reforzar las fronteras de la razón y la verdad nos ayudara a dinamitarlas. Pero esto neutralizaría la única función que tiene el pensamiento crítico hoy en día: la de simplificar las discusiones y premiar ciertas ideas como «profundas», «analíticas» y «valientes».

Fuente: https://www.playgroundmag.net/lit/Contra-el-pensamiento-critico_29331116.html

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