“Somos humanos, no estadísticas”: La ONU honra a Álvaro Quiroz, un joven activista mexicano que transforma la vida de las personas sin hogar

Álvaro Quiroz, un joven mexicano de 25 años, ha sido reconocido por su incansable labor en favor de las personas sin hogar en México, lo que le ha valido un homenaje de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en la Cumbre de Jóvenes Activistas (YAS) de 2024. Su historia es un testimonio de resiliencia y empatía, que ha trascendido su propia experiencia de vivir en la calle para convertirse en un referente internacional en la lucha por los derechos de las personas en situación de vulnerabilidad.

Álvaro Quiroz nació en Atotonilco el Alto, un pequeño pueblo en Jalisco, México. Desde temprana edad, enfrentó un entorno de abuso psicológico, físico y sexual debido a su identidad como parte de la comunidad LGBTQ+. Estos abusos lo llevaron a huir de su hogar en busca de una vida mejor en la ciudad de Guadalajara. Sin embargo, al llegar a la urbe, se encontró con la cruda realidad de vivir en la calle, enfrentando una situación extrema de pobreza y desesperanza, lo que lo llevó a intentar suicidarse en tres ocasiones.

A pesar de estas tragedias, la vida de Quiroz dio un giro positivo cuando fue rescatado y llevado a un hogar que lo acogió y le dio una nueva oportunidad. Fue allí donde comenzó a reconstruir su vida y a encontrar fuerza en su experiencia para ayudar a otros que, como él, vivían en condiciones de extrema vulnerabilidad.

La experiencia personal de Quiroz fue el motor que impulsó la creación de Brigada 12, una organización sin fines de lucro enfocada en asistir a personas sin hogar en México. Fundada en 2020, durante la pandemia de COVID-19, Brigada 12 comenzó con un simple acto de humanidad: distribuir alimentos y bebidas calientes a las personas sin hogar en las calles de Guadalajara. Sin embargo, pronto se convirtió en un movimiento de mayor alcance al unir fuerzas con otras organizaciones de apoyo, como los Vikingos, y extender sus acciones a otros países de América, incluyendo Colombia y Estados Unidos.

El nombre Brigada 12 se refiere a la medianoche, la hora en la que sus voluntarios salen a la calle, cuando la actividad urbana disminuye y las personas en situación de calle suelen refugiarse en los espacios públicos. La misión de Brigada 12 no es solo proporcionar alimentos y abrigo, sino también ofrecer apoyo integral para la reinserción social, buscando que las personas sin hogar puedan recuperar sus vidas, encontrar empleo y reintegrarse a sus comunidades.

Desde su fundación, Brigada 12 ha logrado atender directamente a más de 15,000 personas en México, Estados Unidos y Colombia. En Estados Unidos, la organización trabaja en ciudades como Nueva York, colaborando con otras iniciativas locales, como Collective Focus y el Concejo de Pueblos Originarios, para asistir a personas sin hogar, muchas de las cuales son migrantes. A través de alianzas con instituciones gubernamentales, Brigada 12 ayuda a estas personas a obtener documentos legales y acceder a servicios básicos como vivienda y empleo.

La organización también tiene planes de llevar a cabo actividades especiales durante las festividades de Acción de Gracias y Navidad, con el objetivo de continuar apoyando a las personas que más lo necesitan.

Un reconocimiento global en la Cumbre de Jóvenes Activistas
El compromiso y la dedicación de Quiroz no han pasado desapercibidos. Su labor fue reconocida por la ONU, que lo eligió como uno de los homenajeados de la Cumbre de Jóvenes Activistas 2024, evento que celebra a jóvenes líderes que trabajan en causas como la defensa de los derechos humanos, la lucha contra el cambio climático y la igualdad de género. Quiroz, el primer mexicano en recibir este honor, compartirá su mensaje de esperanza y lucha con miles de jóvenes alrededor del mundo, destacando la importancia de creer en una causa y luchar por ella, por más difícil que parezca.

“Las personas en situación de calle somos humanos, no somos estadísticas”, afirmó Quiroz en su mensaje, invitando a otros jóvenes a tomar acción y hacer una diferencia en las vidas de aquellos que más lo necesitan. A través de su experiencia personal y profesional, Quiroz ha demostrado que, incluso en las situaciones más difíciles, la solidaridad y el compromiso pueden transformar la vida de las personas.

El activismo de Álvaro Quiroz nos recuerda que, detrás de cada número, de cada estadística sobre pobreza o falta de vivienda, hay una persona con una historia, sueños y esperanzas. Su mensaje, de un joven que ha conocido la oscuridad pero que ha encontrado en su labor una fuente de luz, es un llamado a la acción para todos aquellos que deseen hacer una diferencia en el mundo. Brigada 12 no es solo una organización, es un ejemplo de cómo la empatía y la determinación pueden cambiar vidas, empezando por la propia.

La historia de Álvaro Quiroz es, en definitiva, una muestra de que la lucha por la justicia social no tiene fronteras, y que un solo acto de generosidad puede marcar la diferencia en la vida de miles de personas.

Fuente de la información e imagen:  https://www.pressenza.com

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Coné y la infancia en pobreza: el niño «huacho» y desnutrido

Por:  Paulina Sepúlveda

Incorporado en 1967, como sobrino de Condorito, proviene del campo, al igual que su tío. Es huérfano, pero se desconocen mayores detalles sobre su vida anterior. Su abultado vientre, sería una señal de desnutrición.


Un retrato de la sociedad chilena y una muestra de una infancia en pobreza. Esa es la imagen que retrata el sobrino de Condorito, Coné. El niño “huacho” y desnutrido.

Las aventuras de ambos, no sólo son un patrimonio cultural, también representan documentos históricos, detalla el historiador y académico UC, Jorge Rojas Flores en su estudio Representaciones de la infancia en el espacio de las historietas, 1900-1980.

“Últimamente las historietas han comenzado a ser consideradas documentos históricos privilegiados para mostrar la forma en que circulan ideas, prejuicios y creencias en la población que accede a ellas“, señala Rojas en su publicación del año 2012.

Esas publicaciones, añade Rojas, en su época de mayor circulación, estaban enfocadas a públicos masivos, y por su intermedio es posible identificar contenidos conscientes (en el caso de los cómics políticos y de inspiración moral) y otros que circulaban de un modo menos intencionado. “La peculiaridad del cómic es su lenguaje, que integra imagen y texto, lo que requiere poner atención a ambas dimensiones”, detalla.

el niño "huacho" y desnutrido

La presencia infantil en las historietas ha cumplido distintos objetivos, dice Rojas. A veces, es un modo alegórico de mostrar problemáticas del mundo adulto, y en otras ocasiones, “una forma de representar lo que son o debieran ser los niños“.

¿Qué nos mostraba Coné? El académico UC indica en su investigación, que Coné fue incorporado en 1967 a la serie “Condorito”, como su sobrino. “El personaje proviene del campo, al igual que su tío, y ha quedado huérfano”, indica.

“Sin mayores detalles sobre su vida anterior, siempre es representado con rasgos pícaros. Los fines morales de la trama están ausentes y en ocasiones Coné llega a colaborar en asaltos (uno de los oficios de Condorito al comienzo de la serie), aunque también asiste a la escuela. A consecuencia de alguna de sus travesuras, a veces su tío lo castiga con severidad, con golpes en el trasero que generan un sonoro llanto”, señala el trabajo.

También su apariencia da claves sobre su realidad. “Físicamente Coné tiene vientre abultado (algunos han sugerido una alusión a la desnutrición) y viste pantalones cortos y ropa estrecha que le deja visible el ombligo, rasgos que le dan un aspecto característico”, dice Rojas. Poco después se le agregó una amiga de aventuras, Yuyito.

Si su aparición fue en la década de los 60, que aluda a pobreza no es casual. Datos del Instituto Nacional de Estadística, muestran que en 1960, el 34,3% de las viviendas del país eran consideradas irregulares, es decir, estaban por debajo de las normas mínimas de habitabilidad, lo que corresponde a conventillos o las denominadas poblaciones “callampas”.

Catalina Littin, directora ejecutiva de la Fundación Superación de la Pobreza – SERVICIO PAÍS, indica que en su estudio “200 años de la pobreza en la prensa”, realizado para la Alianza Comunicación & Pobreza, pudieron documentar que Chile en los sesenta tenía características muy nítidas y distintas del Chile actual. El campo chileno estaba sufriendo un proceso de reforma agraria que dio origen a grandes cambios posteriores, indica, pero hasta ahí las zonas rurales eran muy pobres y persistía el sistema de la hacienda. En la ciudad por otra parte, también la realidad era de mucha precariedad.

“En los 60′ Coné llega a la casa de su tío, a una casa básica, de material ligero y es por primera vez escolarizado, esta realidad representada en ese personaje, es lo que constituye un cambio muy importante en el país. Las políticas educativas de la época comienzan a expandir de manera relevante el acceso a la educación y comienza a gestarse un ciclo virtuoso de políticas sostenidas, que permiten a niños y niñas en situación de pobreza alfabetizarse y también comenzar a nutrirse de mejor manera, en un país en el que la desnutrición infantil era una dramática realidad”, señala Littin.

Entre los años 1950 y 1970, en Chile surgieron las poblaciones “callampas”, como una manifestación del derecho de necesidad de miles de personas sin hogar. “Este fenómeno social es el germen de las posteriores tomas de sitio, donde los requisitos para participar eran ‘ser pobre, tener chiquillos, tres palos y una bandera’”, dice Alejandra Mancilla, profesora asociada en el Departamento de Filosofía, Facultad de Humanidades, Universidad de Oslo, en su trabajo “Las poblaciones callampa como expresión del derecho de necesidad”.

La alusión a un estado de desnutrición, por su abdomen, también es un rasgo del pequeño Coné. Y la principal causa de la desnutrición es la pobreza. Niños con algún grado de desnutrición era una realidad que afectaba a un 37% de los menores de seis años en 1960, según datos del Ministerio de Salud.

En específico, el abdomen abultado, es un síntoma de una enfermedad llamada kwashiorkor, que aparece en niños que ingieren una dieta carente de proteínas y vitaminas. En ellos, ese vientre abombado es una evidencia de la debilidad de su musculatura, la presencia de un hígado inflamado y el exceso de agua corporal ocasionado por la falta de proteínas.

Fuente: https://www.latercera.com/que-pasa/noticia/cone-el-nino-huacho-y-desnutrido/770355/

 

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