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Fracasa en Uruguay la embestida evangélica contra la ley trans

América del Sur/ Uruguay/ 09.08.2019/ Fuente: www.sentidog.com.

Fracasó en Uruguay una consulta popular que buscaba derogar la ley de personas trans. La iniciativa era impulsada por sectores evangelistas vinculados al Partido Nacional. El porcentaje de gente que se acercó a votar este domingo 4 de agosto no superó el 8%.

El prereferéndum que debía conducir a la derogación de la ley de derechos trans en Uruguay se saldó con un rotundo fracaso. La iniciativa apenas llegó al 10% del padrón electoral, lejos del 25% necesario para que consulta sea aceptada. Nueve de cada diez uruguayos optó por quedarse en casa, mostrando la limitada capacidad de movilización de las iglesias evangélicas y los sectores conservadores, que han convertido este texto legal —aprobado en octubre pasado— en su principal caballo de batalla.

La votación del domingo dejó también una lectura territorial importante: solo en el departamento de Rivera, fronterizo con Brasil, se alcanzó el 25% de los votos, lo que pone de relieve la creciente influencia de las iglesias pentecostales venidas del país vecino. En el muy conservador departamento de Salto (norte), la votación fue también superior a la media —con un 16%— según las primeras cifras.

Más de 2,6 millones de personas estaban llamadas a las urnas en 3.676 circuitos oficiales. Pero, según datos primarios de la Corte Electoral, únicamente votó el 9,90% del padrón, casi 270.000 personas.

La Iglesia católica uruguaya, las organizaciones sociales y la mayoría de los partidos políticos se habían desmarcado de la propuesta de referéndum, surgida desde las filas del Partido Nacional (PN, derecha), ya que dos de sus miembros, el diputado Alvaro Dastungue (ligado a la iglesia Misión y Vida) y el exdiputado Carlos Iafigliola eran los principales organizadores. Pero el candidato presidencial del PN, Luis Lacalle Pou, se había alejado de la iniciativa y el domingo ni siquiera acudió a votar.

El único político destacado que sí participó fue el militar Guido Manini Ríos, excomandante en jefe del Ejército y hoy candidato. Manini Ríos expresó que su partido, llamado Cabildo Abierto, “no está de acuerdo con la ideología de género que a toda costa se quiere imponer a nuestra sociedad”.

Una minoría vulnerable

La Ley Integral para Personas Trans reconoce y atribuye beneficios a un colectivo de unas 1.000 personas en Uruguay, según el censo oficial, que forman uno de los grupos más vulnerables en el país sudamericano. Se les facilita el acceso a los servicios médicos, se les reserva un 1% de los empleos públicos y se le atribuye una pensión mensual de unos 350 dólares a un grupo de unas 60 personas que sufrieron torturas y cárcel injustificada durante la dictadura militar (1973-1985).

El capítulo más polémico de la normativa, que salió adelante gracias a los votos del gobernante Frente Amplio (FA, izquierda), tiene que ver con la hormonización de los menores de edad: la ley incluye el concepto de “autonomía progresiva” de los adolescentes a la hora de decidir sobre su sexo, lo cual, potencialmente, podría permitir que recibieran tratamientos hormonales previo autorización judicial, pero sin consentimiento de sus padres.

La Iglesia y la oposición conservadora rechazaron esa parte del texto, pero se mostraron favorables a darle protección al colectivo. Con una esperanza de vida que ronda los 35 años, cuando la media nacional es de 77, los trans (travestis, transexuales y transgénero) de Uruguay registran los perores indicadores de marginalidad en términos de salud, educación y empleo. La cuarta parte de ellos abandonó su domicilio antes de cumplir la mayoría de edad, tras haber sido rechazado por su familia. El 87% no terminó estudios secundarios y sufrió discriminación en el ámbito educativo y el 67% tuvo que prostituirse para generar un ingreso, según cifras de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República.

Los organizadores del referéndum consideran que la ley establece una “visión ideológica de la sexualidad”, ya que en su texto afirma que “se nos asigna un sexo al nacer como si fuera una cuestión convencional cuando todos sabemos que es una cuestión de biología de naturaleza humana”. Por otro lado, se critican las medidas de discriminación positiva como injustas para el resto de las poblaciones vulnerables del país.

A pesar del mal resultado, Iafigliola ha asegurado que la convocatoria fue un éxito porque puso el tema en el debate público. Sus partidarios aseguran que seguirán buscando la derogación por vía parlamentaria.

La legislación uruguaya habilita un mecanismo de referéndum por el cual la ciudadanía puede expresarse sobre una ley. Este camino, exigente en términos de etapas y de alcance de participación, fue clave para el retorno de la democracia en 1985 y ha marcado la agenda política. Así, una masiva participación frenó una ley de privatización de empresas públicas en 1992 o concedió el monopolio de la gestión del agua al Estado en 2004. También fracasó la derogación de la ley de Caducidad que cubrió los crímenes de la dictadura y la autorización del voto a los extranjeros, entre otros.

Fuente de la noticia: http://www.sentidog.com/lat/2019/08/fracasa-en-uruguay-la-embestida-evangelica-contra-la-ley-trans.html

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Las iglesias evangélicas se movilizan contra la ley trans en Uruguay

América del Sur/ Uruguay/ 29.07.2019/ Fuente: elpais.com.

 

El próximo 4 de agosto los uruguayos irán a las urnas para decidir si quieren un referéndum que derogue la Ley para Personas Trans aprobada en el parlamentoel pasado mes de octubre. Una normativa que reconoció derechos y concedió algunos beneficios a un colectivo de unas 1.000 personas que está entre los más discriminados del país. Si un 25% del padrón electoral, unas 650.000 personas, vota a favor, se llevará a cabo la consulta. Esta nueva campaña se produce después del largo y tenso debate que llevó a la aprobación de la ley.

El argumento de los detractores es que ley establece una “visión ideológica de la sexualidad”. Consideran, en cambio, que «se asigna un sexo al nacer como si fuera una cuestión convencional cuando todos sabemos que es una cuestión de biología de naturaleza humana”. Por otro lado, critican las medidas de discriminación positiva como injustas para el resto de las poblaciones vulnerables del país.

También denuncian que, supuestamente, se vaya a permitir que los adolescentes reciban tratamientos hormonales sin el consentimiento de los padres, algo que está sujeto a controversia. La ley incluye el concepto de “autonomía progresiva” de los adolescentes a la hora de decidir sobre su sexo, lo cual, potencialmente, podría permitir que recibieran tratamientos hormonales. Pero la normativa no aborda la cuestión de forma directa porque, en la práctica, según sus redactores, esos casos son extremadamente raros.

Los principales dirigentes del Partido Nacional, como su candidato a las elecciones presidenciales del próximo mes de octubre, Luis Lacalle Pou, o la Iglesia Católica, se han desmarcado de la consulta y no movilizarán a sus seguidores para que vayan a votar el domingo 4 de agosto. Esto, a pesar de que expresaron importantes reservas sobre la ley, especialmente en lo relativo al acceso de los adolescentes a los tratamientos de hormonas. La mayoría de los pronósticos apuntan a un fracaso del prereferéndum, pero con cautelas, ya que las iglesias neopentecostales que florecen por todo el país han demostrado tener una capacidad de convocatoria tan importante como difícil de medir con los instrumentos de la política tradicional.

La implementación de la ley avanza con pequeñas medidas, como la apertura de puestos de trabajo suplentes en la compañía estatal de aguas (OSE) o la entrega de las siete primeras indemnizaciones (de unos 350 dólares mensuales) a miembros del colectivo trans que sufrieron persecución y cárcel injustificada durante la dictadura (1973-1985).

Con una esperanza de vida que ronda los 35 años, cuando la media nacional es de 77, los cerca de 1.000 trans (travestis, transexuales y transgénero) que están censados en Uruguay registran los mayores indicadores de marginalidad en términos de salud, educación y empleo. El 25% abandonó su domicilio antes de los 18 años después de ser rechazado por su familia, el 87% no terminó estudios secundarios y sufrió discriminación en el ámbito educativo y el 67% tuvo que prostituirse para generar un ingreso, según cifras de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República. Además, durante la dictadura, los trans sufrieron torturas, violencia sexual y cárcel injustificada.

Una de las representantes del colectivo trans, Delfina Martínez, de la asociación MIZANGAS, asegura que el referéndum no tendrá mayor seguimiento dentro de la sociedad uruguaya, y lo plantea como un pulso con las iglesias evangélicas que están aumentando su presencia en todo el país. Por su parte, Carlos Iafigliola se ha negado a debatir en los medios de comunicación con integrantes de los colectivos trans después de que estos lo denunciaran ante la justicia por reunir firmas con argumentos engañosos e incitar al odio.

Fuente de la noticia: https://elpais.com/sociedad/2019/07/26/actualidad/1564152384_040281.html

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Los usos de la igualdad*

Acerca de la propuesta de anulación de la Ley Integral para Personas Trans.

Pablo Martinis en Posturas

Recientemente se entregó en el Parlamento un número cercano a las 70.000 firmas de ciudadanos y ciudadanas que reclaman la derogación de la Ley Integral para Personas Trans, aprobada en 2018. Básicamente, el argumento que sostiene la iniciativa de derogación tiene que ver con que se habría introducido mediante la ley un trato de privilegio para un colectivo específico, las personas trans, en detrimento del principio de igualdad ante la ley que consagra la Constitución de la República. De hecho, la campaña que promovió la recolección de firmas se denominó “Todos somos iguales”. Más allá de algunas groseras tergiversaciones del contenido de la Ley Integral para Personas Trans que se manejaron durante la campaña de recolección de firmas, interesa en esta columna hacer referencia a dos concepciones antagónicas acerca de la igualdad que pueden apreciarse en el debate sobre este asunto.

Para los promotores de la iniciativa, el precandidato presidencial del Partido Nacional Carlos Iafligliola y el diputado, también nacionalista, Álvaro Dastugue, igualdad tendría que ver con la identificación con un modelo común de persona y sociedad, concebido como el único posible y aceptable. Recordemos que tanto Iafligliola como Dastugue pertenecen a sectores religiosos, de la iglesia católica en el primer caso y del movimiento evangélico neopentecostal en el segundo, que abiertamente militan en contra de la agenda de derechos desarrollada en el país en la última década. Despenalización del aborto, matrimonio igualitario y Ley Integral para las Personas Trans han sido sistemáticamente criticados desde esos sectores, ya que instalarían formas de perversión de un orden que consideran natural y necesario.

El discurso religioso que inunda la actuación política de los promotores de la derogación se sostiene en la existencia de un orden divino, dictado a la humanidad particularmente por medio del Antiguo Testamento, según el cual las identidades de hombre y mujer son fijas e inmutables y, por tanto, serían las únicas posibles de ser reconocidas como legítimas en el orden socioteocrático que suponen válido. Nótese que en esta perspectiva ser igual significa asumir necesariamente un patrón de homogeneidad social en el marco del cual la existencia de personas trans, de personas que amen a otras de su mismo sexo, y de mujeres que interrumpan un embarazo, solamente puede ser entendida como una desviación de los valores morales correctos y verdaderos. Imbuidos como están en la defensa del “orden natural de las cosas”, son absolutamente incapaces de tomar nota de las desigualdades que ese orden consagra contra aquellas personas que no se identifican con los principios de la homogeneidad que les son tan caros.

Por tanto, el “todos somos iguales” de Iafligliola y Dastugue significa que todos podemos ejercer la “libertad” de someternos al orden natural. Quienes no lo hagan deberán asumir las consecuencias de sus actos, ya que el Estado no habrá de intervenir para garantizarles una existencia digna y protegerlos de la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran. Por esto, precisamente, es que para ellos la Ley Integral para Personas Trans debe ser derogada. La derogación sería una medida ejemplarizante para aquellos que soñaron que podrían contar con algún amparo frente a historias de vida marcadas por la desconsideración pública y la desigualdad social y económica.

Más allá de las flagrantes inexactitudes sobre el contenido de la ley introducidas en la campaña de recolección de firmas, comprender las lógicas que sostienen la propuesta de derogación resulta fundamental para valorar otro amplio abanico de iniciativas que abrevan de la misma fuente. En el campo de la educación, por ejemplo, iniciativas como la denuncia de la “inculcación ideológica” que se desarrollaría en la enseñanza universitaria y la férrea oposición a la Guía de educación sexual, sostenida desde la consigna “Con mis hijos no se metan”, muestran otras caras de un mismo movimiento. Ya circulan en las redes sociales fotos de cuadernos escolares, identificando escuelas a las que asisten sus propietarios, que denuncian el trabajo de docentes que serían parte de esta iniciativa en contra de los valores verdaderos. Acciones de este tipo resultan llamativamente similares a otras que se produjeron en distintos países de la región, y que en Brasil han sido agrupadas en la iniciativa “Escuelas sin partido”. La circulación pública de denuncias como la señalada ha sido, en otros países de la región, el primer paso para el inicio de campañas que condujeron a la sanción legal de iniciativas que criminalizan el trabajo docente a partir de su identificación con prácticas de inculpación ideológica y, más groseramente, con propuestas de perversión de las identidades naturales de niños, niñas y adolescentes.

Entiendo de capital importancia llamar la atención acerca del hecho de que este conjunto de iniciativas se amparen bajo una postura que apela a la igualdad. No deberíamos dejar de pensar y debatir acerca de cómo detrás del “Todos somos iguales” se erige una perspectiva que visualiza una sola forma de ser iguales, aquella que proviene de un mandato divino. Ella tiene en los promotores de diversas iniciativas, como la derogación de la Ley Integral para Personas Trans, a sus fieles cruzados, prestos a combatir cualquier posición diferente, que no comulgue con los principios que les han sido revelados. No hace falta ahondar en el análisis para apreciar el carácter fuertemente autoritario y reaccionario de esta perspectiva.

Finalmente, se hace necesario reivindicar otra mirada sobre la igualdad, ya que de lo contrario se corre el riesgo de dejarla exclusivamente en manos de estos nuevos cruzados. La aprobación de la Ley Integral para Personas Trans, del matrimonio igualitario, de la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo, entre otras iniciativas, además de abrevar en un concepto de justicia, suponen otra noción de igualdad. Esta se define por el reconocimiento básico del derecho a la diferencia como derecho inalienable de todos y todas. Reconocer el derecho a ser diferentes no implica renunciar a una defensa de la igualdad sino, por el contrario, entenderla como la posibilidad de generar condiciones para el más pleno florecimiento de las diferencias, como nos enseñó José Luis Rebellato. Seremos plenamente iguales en tanto tengamos garantizada la posibilidad de poder ser efectivamente diferentes. Garantizar posibilidades de ser iguales quiere decir no permitir que ninguna desigualdad (de género, raza, etnia, cultura, etcétera) nos impida ser capaces de desarrollar un proyecto de vida en el marco de una sociedad democrática con niveles cada vez mayores de justicia social. Entender el carácter central de las disputas que se erigen en torno a las formas de concebir y practicar la igualdad resulta fundamental de cara a los futuros que seamos capaces de construir tanto individual como colectivamente. Abrir el debate resulta imprescindible.

Pablo Martinis es educador y docente en la Universidad de la República.

(*) Una primera versión de esta columna fue discutida con los colegas Pía Batista, Cristian López, Gabriela Rodríguez y Cecilia Sánchez, del Grupo de Estudios en Políticas y Prácticas Educativas (Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad de la República). Agradezco especialmente sus aportes. No obstante, la responsabilidad por los conceptos vertidos en esta columna recae exclusivamente en mi persona.

Fuente: https://ladiaria.com.uy/articulo/2019/4/los-usos-de-la-igualdad/

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Costa Rica: Marcha de la Diversidad: “Unámonos en un abrazo de orgullo y de amor”

Centro América/Costa Rica/03.07.18/Fuente: www.elmundo.cr.

El matrimonio civil igualitario, una de las luchas más longevas de la comunidad, sigue pendiente, así como la adecuación del sexo registral en documentos de las personas trans.

La Corte Interamericana de Derechos Humanos dijo sí, pero aún quedan deudas históricas con la comunidad LGBTI en Costa Rica.

El pasado 9 de enero, el Alto Tribunal resolvió que todos los derechos patrimoniales que se derivan del vínculo familiar de parejas del mismo sexo deben ser protegidos, sin discriminación alguna, con respecto a las parejas entre personas heterosexuales.

Asimismo, la unanimidad de la Corte determinó el cambio de nombre y en general la adecuación de los registros públicos y de los documentos de identidad para que estos sean conformes a la identidad de género autopercibida.

Hasta el momento, el país sólo ha aprobado el cambio de nombre en los documentos.

El matrimonio civil igualitario, una de las luchas más longevas de la comunidad, sigue pendiente, así como la adecuación del sexo registral en documentos de las personas trans.

El avance más reciente fue la firma, por parte del mandatario Carlos Alvarado, de un decreto y directriz ejecutiva que exige a todas las instituciones estatales modificar los documentos, trámites y registros internos de trans que deseen cambiar su nombre, fotografía, sexo o género.

“Unámonos en un abrazo de orgullo y de amor”

La marcha de la Diversidad agrupará a diversas figuras de la política nacional: están confirmados alrededor del 20 jerarcas del Poder Ejecutivo; la primera dama de la República, Claudia Dobles; y los diputados oficialistas Enrique Sánchez y Paola Vega, entre otros.

“Hablamos de personas que merecen el reconocimiento de sus derechos. No merecen discriminación por parte de la ley. La ley nunca debe estar a la par de la discriminación. Es un día para recordar enormes errores históricos que hemos tenido y creo que la marcha de va a tener una gran convocatoria recordando el amor y el respeto hacia todas las personas”, expresó Luis Salazar, comisionado de asuntos LGBTI del Gobierno.

Por otro lado, el legislador Enrique Sánchez invitó a todos al evento. “Marchemos con nuestra pareja, solos, con nuestra familia, con nuestros amigos, con nuestros compañeros de trabajo, que seamos miles y miles los que nos unamos en un gran abrazo de orgullo, de amor, de igualdad”.

Larissa Arroyo, de Acceder, describe la marcha como un ‘para poder manifestar con orgullo quiénes somos y para celebrar muchísimos avances que se han dado en materia de reconocimiento y garantía de derechos humanos de las personas LGBTI’.

La diputada Vega dijo que la diversidad no debe ser nunca motivo de vergüenza ni de represión. “Es importante acompañar a la comunidad LGBTI para reivindicar los derechos que tienen pendientes y para apoyarles a conseguirlos”.

Fuente de la noticia: https://www.elmundo.cr/marcha-de-la-diversidad-unamonos-en-un-abrazo-de-orgullo-y-de-amor/

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