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La ética de la cooperación (genuina) desde una perspectiva de equidad de género

La ética de la cooperación (genuina)1

desde una perspectiva de equidad de género

Por: Carla Yeneris Caballero (2017) * carla@abacoenred.com

Resumen

Reflexiono sobre un referente ético basado en la ‘Cooperación Genuina’ como paradigma vital-esencial desde una perspectiva de equidad de género. Comparto mi interpretación conceptual de lo que implica lo ético, lo moral y lo político. Propongo cómo visualizar y vivir relaciones equitativas entre Seres EcoPerSociales2 desde una ética basada en el paradigma vital-esencial ‘Cooperación Genuina’.

Palabras clave: cooperación genuina, ética, equidad de género.

-La ética y moral, también un asunto político-

Un día, mientras disfrutaba de la lectura del libro ‘Ética y moral: la búsqueda de los fundamentos’ de Leonardo Boff (2004), me topé en una red social con el video del potente discurso de Severn Suzuki3, quien en 1992 a la edad de 12 años, recaudó dinero con los miembros de la ECO (Environmental Children’s Organization) para asistir a la cumbre de medio ambiente y desarrollo «The Earth Summit», celebrada por la Organización de Naciones Unidas en Río de Janeiro.

Suzuki, junto con miembros de su grupo (Michelle Quigg, Vanessa Suttie y Morgan Geisler), presentó un discurso sobre retos y desafíos ambientales y sociales desde la perspectiva de las/os jóvenes. Comparto acá algunas de sus palabras:

Viniendo aquí, hoy, no voy a ocultar mi objetivo: Estoy luchando por mi futuro4… Estoy aquí para hablar en nombre de todas las generaciones venideras. Estoy aquí para hablar en defensa de los niños hambrientos del mundo, cuyos llantos son ignorados por todo el mundo. Estoy aquí para hablar por los incontables animales que mueren en este planeta, porque no les queda ningún lugar a donde ir. No podemos soportar no ser oídos. No saben cómo arreglar los agujeros en nuestra capa de ozono. No saben cómo devolver los salmones a aguas no contaminadas. No saben cómo resucitar un animal extinto. Y no pueden recuperar los bosques, que un día talaron y que antes crecían donde ahora hay desiertos. Si no saben cómo arreglarlo, por favor, dejen de estropearlo. Aún soy solo una niña, y sé que todos somos parte de una gran familia formada por seis mil millones de personas. De hecho, una familia de treinta millones de especies, y todos compartimos el mismo aire, agua y tierra. Las fronteras y los gobiernos nunca cambiarán eso. Aún soy solo una niña, y sé que todos estamos juntos en esto, y debemos actuar como un único mundo tras un único objetivoEn la escuela, incluso en el jardín de infancia, nos enseñan a comportarnos bien en el mundo. Ustedes nos enseñan a no pelear con otros, a arreglar las cosas, a respetarnos, a enmendar nuestras acciones, a no herir a otras criaturas, a compartir y a no ser egoístas. Entonces, ¿por qué fuera de casa se dedican a hacer las cosas que nos dicen que no hagamos¿Estamos siquiera en su lista de prioridades? Mi padre siempre dice: “Eres lo que haces, no lo que dices”.Bueno, lo que ustedes hacen me hace llorar por las noches. Ustedes, adultos, dicen que nos quieren. El desafío: por favor, hagan que sus acciones reflejen sus palabras.

La voz de Suzuki en un grito de las/os excluidas/os del mundo; ella refleja la esperanza de una ética de solidaridad, una ética de cooperación genuina como paradigma vital-esencial que nos permita encontrarnos con las otras, los otros y lo otro desde una conciencia ecológica profunda.

Me quiero referir a algunas frases del discurso de Suzuki que me significaron mucho. Ella dijo: «todos estamos juntos en esto, y debemos actuar como un único mundo tras un único objetivo”; lo que considero un llamado urgente a compartir y a no ser egoístas, a recordar que somos ‘universo’, parte (no dueñas/os) de nuestro contexto y por tanto es imperante la necesidad y responsabilidad de cuidarlo manteniendo su perfecto equilibrio.

Suzuki reconoce en su discurso el poder transformador de las palabras y la importancia de ser coherentes entre nuestro creer, pensar y actuar cuando casi al final de su discurso dice: ¡Hagan que sus acciones reflejen sus palabras! ¡Qué desafiante! Haciendo mío este reto me pregunto ¿es cooperación genuina, como paradigma vital-esencial, una nueva ética del encuentro solidario con el otro, la otra y lo otro, lo que necesitamos para, como sugiere Boff (2004, 12), regresar a nuestra morada humana en este mundo junto con otros, cuidándonos mutuamente y cuidando lo que es común?». Defiendo esta idea y trataré de desarrollarla un poco más adelante.

Antes, me gustaría compartir mi interpretación sobre los conceptos de ética y moral, que muchas veces se homologan, pero que a mi parecer no son lo mismo. También quisiera relacionar lo ético, lo moral y lo político.

Pensando en el concepto de ética resuena y comparto la propuesta que hace Najmanovich (2015, 8) en cuanto a que la ética, que viene del griego ‘ethos’, es el ‘lugar donde habita y modos de existencia’. Tiene mucho sentido porque desde el lugar situado donde estoy y soy es que puedo reflejar el ser que soy siendo con el universo (desde el cuerpo que habito, mis ideas, lenguajes, aspiraciones, sueños, intereses, …)

Así, mi ética es mi carácter o modo de ser (siendo), es decir, mi modo singular de habitar mis experiencias, mis actuares, mis sentires, mis pensares; todo lo que me afecta, significa e influye en mi convivir con otras y otros en una dinámica de complejidad.

Boff (2004) utiliza la metáfora ‘morada humana’ para definir ética, es decir, el ‘conjunto de relaciones que el ser humano establece con el medio natural, separando un pedazo del mismo para que sea su morada» (p. 35). Desde este concepto puedo entender que cualquier actividad, sea cual fuere, supone una ética de vida, es decir, soy(somos) ser(es) ético(s), somos seres políticos, porque nos guían nuestros referentes ideológicos-ético-filosóficos que construimos histórica y culturalmente.

Cuando afirmo que ‘somos seres políticos’ es por la relación entre la política como el arte del bien común y la ética como carácter y comportamiento que nos permite alcanzar ese bien común. Serrano Caldera (2005, 2) dice que la política y la ética forman una unidad y que toda polis (política) tiene un ethos (ética) ya que toda política debe ser una ética en su desarrollo.

Soy ser ético y político en tanto construyo mi propio ser(siendo) desde referentes ideológicos concretos que me guían e impulsan a actuar de una u otra forma. Voy construyendo sentidos y significados reflejados en mis actos vitales orientados por valores y principios, viviendo costumbres, creencias e ideales desde el ‘arte de vivir’ co-viviendo6 con otras y otros.

No es raro entonces que a la ética se le compare con una casa, una morada, un hogar donde se habita y que está fundada en principios y valores. Y a la moral se le compare con los pilares que sostienen esa casa y que la hacen singular y única, es decir, nuestros hábitos y costumbres. Por esto, aunque algunas/os personas consideren a la ética y a la moral como sinónimos, encuentro en sus significados acepciones distintas, aunque por supuesto interconectadas.

Tal como lo interpreto, la ética (o lo ético) es más general y lo moral es singular y ambas se concretan en escenarios específicos. La ética se construye a partir de principios, valores y convicciones que se concretan en las decisiones de tipo moral, en la vida que vivimos y expresamos a través de nuestros hábitos y costumbres; desde la práctica real de cada ser en un contexto singular histórica y culturalmente situado.

El objeto de la ética es precisamente la moralidad de nuestros actos humanos. La moral se refiere a costumbres y valores personales de nuestra conducta humana en términos de ‘lo bueno y malo’, categorías morales que son determinadas por los propios imaginarios colectivos construidos a partir de creencias religiosas, culturales, históricas, políticas del contexto (de ahí su carácter relativo de persona a persona o de cultura a cultura). La ética, por su parte, se refiere al conjunto de valores y principios en los cuales se sustentan las decisiones que tomamos.

Elsa Tueros Way (2006) expone la diferencia entre ética y moral de esta manera:

Por moral entendemos pues todo el complejo fenómeno de las acciones humanas responsables y susceptibles de un juicio moral por los demás. En ese fenómeno están implicadas las acciones mismas, las tablas de valores con la que actores y receptores enjuician las acciones y cualquier otro aspecto similar. En cambio por ética se entiende el estudio, la observación, el análisis, la investigación científica de la problemática moral (p. 43).

Tueros explica que decir que el ser humano es esencialmente ético o decir que es un ser esencialmente moral —si mediante cualquiera de las dos palabras queremos decir que el ser humano está dotado de una capacidad para distinguir el bien del mal— da exactamente lo mismo. Sea como fuere, tanto la ética como la moral son construcciones simbólicas relativas, dinámicas, subjetivas, singulares para cada Ser, las cuales se construyen desde el contexto, la historia y la cultura particular.

Ante la pregunta de cómo nace la ética, Boff (2004) menciona que su fuente originaria es el afecto y es un afecto especial: el amor. Según él es la emoción, en suma, la pasión, como sentir profundo, porque «cuando nos apasionamos, vivimos valores y por los valores nos movemos y somos» (p. 32).

En este sentido, cuando pienso en lo que implica amor, lo visualizo como un (o quizá ‘el’) elemento fundamental para lograr acercarnos, conectarnos y lograr relaciones armónicas como seres EcoPerSociales7. Para mí el amor es conciencia, es acción, es respetar, es escuchar, es confiar, es compartir, es cooperar genuinamente.

Boff relaciona al amor con el ethos (ética) que cuida, y concuerdo con él en que cuando me amo entonces me cuido y me respeto, igual como cuando amo a otros seres, es que los cuido y los respeto. Por supuesto tengo que pensar al escribir esto y poner énfasis en que este ‘amar y cuidar’ debe ser desde el compartir genuino, sin caer en el ‘servilismo’ que nos impone el patriarcado a nosotras las mujeres; se trata de un amor compartido y desde relaciones de reciprocidad armoniosas y respetuosas.

Lo que he venido desarrollando me permite concluir que no existe una sola ética, o que alguien actúa sin ética. Eso o aquello con lo que no concordamos, lo consideramos ‘no ético’ o anti- ético’, sin la debida conciencia de que existen tantas posturas éticas como seres existimos y co-vivimos en el mundo.

Con todo, aunque es cierto que podemos definir ética y moral de diferentes maneras como personas hay, también me lleva a cuestionarme ¿a qué ética quiero contribuir desde lo que pienso y hago? Nuestros referentes éticos implican también definir una postura comprometida, aquella en la que basamos nuestros sueños e ideales profundos.

En este sentido, pienso en lo que escribe Boff sobre que en un mismo Ser pueden llegar a habitar distintas éticas; solo por citar algunas: el ethos que controla o el ethos que ama, el ethos que cuida o el ethos que sobreprotege, el ethos que se responsabiliza, el ethos que compite o el ethos que se solidariza, el ethos que se compadece, el ethos que integra o como proponemos desde ÁBACOenRed un ethos basado en el paradigma vital-esencial ‘Cooperación Genuina’, es decir, una ética del encuentro que coopera y comparte. A esto me refiero a continuación.

-Un referente ético basado en la cooperación (genuina)-

Desde el colectivo en ÁBACOenRed, proponemos la cooperación genuina como paradigma vital-esencial, una visión que se proyecta a contribuir en la construcción de calidad de vida para todas y todos. Reafirmamos que la cooperación genuina es sustancial y esencialmente una expresión vital como constructo socio-histórico: postura, visión filosófica, opción ética-política ideológica, estrategia, práctica contextualiza; praxis, por lo tanto, intencionada, planificada y organizada.

Como paradigma, la cooperación genuina orienta sueños, pensares, sentires, actuares vinculados a un posicionamiento político-ideológico concreto: la construcción de un socialismo que toma en cuenta lo humanista y una visión ecológica, holística y sistémica. De ahí que se denomina su referente ético como “Eco_social._humanista”, constituido desde un conjunto de principios y valores impulsores que interactúan permanentemente.

Gráfico No. 1: Referente ético del paradigma vital-esencial ‘Cooperación Genuina’

El valor ‘esencial’ que se proyecta desde el paradigma vital-esencial ‘cooperación genuina’ es la inclusión, pero no solo referida a la inclusión en cuanto a las personas con discapacidad, sino que nos referimos a todas las personas, sin excepción alguna. La inclusión como valor esencial implica mucho otros valores, como: la solidaridad, la equidad de género y generacional, la responsabilidad y el poder compartidos, la transparencia, la conciencia crítica histórica, el respeto y el disfrute de la diversidad8, la identidad EcoPerSocial, la interculturalidad y la identidad ecológica (Van de Velde, 2017).

Cuando ponemos a la inclusión como valor fundamental es porque creemos que debemos preservar la memoria de la unicidad y totalidad de la vida sin despreciar la diversidad y el tejido de las interdependencias, de la comunión con lo vivo y con la fuente originaria de todo ser que es siendo con otras y otros legítimamente.

Desde el paradigma vital-esencial ‘cooperación genuina’ se proyecta una ética de vida, una ética de cooperación (genuina), que no pretende ser un eslogan o título bonito y atrayente, sino expresar un modo de comprender las interactuaciones y vínculos necesarios para co-vivir. Cooperar genuinamente implica encontrar las pautas que conectan; tejer vínculos y redes, donde los nodos cambian con los encuentros y en las que es posible seguir muy diversos itinerarios, con su modo de fluir a ritmos diferentes.

La ética de cooperación (genuina) abre posibilidades infinitas de desarrollar una diversidad de formas de Ser siendo, creando escenarios vitales que promuevan la potencia de todas y todos, tal como lo expresa Najmanovich (2015, 90) «al cooperar se generan intercambios significativos, donde los vínculos se van transformando y nosotros con ellos».

Pensar y actuar desde una ética basada en la cooperación genuina, como paradigma vital-sencial, significa reconocer nuestra pertenencia a la naturaleza, nuestra inextricable relación con el colectivo y lo colectivo en el conjunto del universo; ya que es desde el encuentro y la cooperación donde afectamos y somos afectados por el entorno de muchas maneras diferentes. Este paradigma vital-esencial apunta a la construcción de vida, y al cuido y disfrute de la vida entre humanas/os y no humanos/as con respeto a las distintas expresiones vitales y a nuestra esencia como Seres que nos hacen referir al BienSer y al BuenVivir armonioso.

La idea anterior es reforzada con lo que leí de Briggs y Peat (1999, 7) en su libro de «Las siete leyes del caos» quienes expresan que cada una/o de nosotras/os está interconectada/o con los sistemas de la naturaleza, de la sociedad y del pensamiento que nos rodea y que fluye a través de nosotras/os. El caos, como metáfora cultural, nos anima a cuestionar algunas de nuestras creencias fuertemente arraigadas, reconociendo que en un sistema caótico todo está conectado a todo.

Ha resultado muy iluminador para continuar pensando en el paradigma vital-esencial ‘cooperación genuina’ lo escrito por Briggs y Peat en su tercera ley, la de la creatividad y renovación colectivas, ya que desde la perspectiva del caos toda la actividad en la sociedad y en la naturaleza es una actividad colectiva (1999, 73) en contraposición a la teoría de la selección natural que defiende a la competencia, la jerarquía y el poder de dominación como claves para la supervivencia y las estrategias reproductoras de las especies y en las cuales se han construido éticas basadas en el competir, en el control y el poder de unas/os sobre otras/os.

Una ética del control promueve la competencia que es la que se ha convertido en un cliché natural, usado muy a menudo para describir conductas que no son realmente competitivas, pero que refuerzan nuestras creencias en que el hecho de la vida es la competencia. La competencia es una idea reduccionista y limitada que no puede apreciar la profunda creatividad que opera en la naturaleza (Briggs y Peat, 1999, 81) o como también diría Najmanovich, es la versión que más se ha difundido en el imaginario social, porque es la que mejor coincide con los prejuicios instituidos (2015, 77) y con los intereses del capitalismo y el patriarcado.

-De una ética patriarcal (control) a una ética de cooperación genuina (confianza)-

Es claro que la ética de la cooperación genuina no es lo que predomina en nuestras sociedades actuales; vemos en la mayoría de nuestras organizaciones, con sus organigramas jerárquicos que no se parecen a lo que deberían ser organizaciones auto-organizadas basadas en la cooperación con valores como la confianza, la responsabilidad compartida y el poder compartido (por citar algunos valores).

De hecho, las estructuras en las que desarrollamos nuestros trabajos y que rigen nuestra sociedad se derivan de un conjunto de presunciones (o prejuicios) muy distintas acerca de la realidad. Estas presunciones que han creado nuestra realidad o, más propiamente, la ilusión que nosotras/s tomamos de la realidad la hemos distorsionado y así, por ejemplo, se ha reforzado la idea de que ejercer el poder y el control son esenciales para nuestra sobrevivencia (Briggs y Peat, 1999, 88).

Convivimos en sistemas patriarcales marcados por la jerarquía, basados en la emanación de un poder-sobre, un poder de dominación en la vida cotidiana, desde la vida íntima y desde la afectividad de las mujeres. El patriarcado como sistema histórico, filosófico, social y político ha logrado penetrar nuestras culturas, y la violación se ha convertido en la metáfora central en nuestras vidas: violación de mujeres, de grupos minoritarios y de la tierra misma (Capra, 1992, 15).

Hace un tiempo hice el ejercicio con una compañera del colectivo en ÁBACOenRed de dibujar cómo sería nuestra sociedad donde la inclusión fuese el valor ético fundamental y todo lo que ello conlleva. Lograr inclusión plena como personas, como seres, es nuestra mayor aspiración, expresada en un respeto y disfrute profundo; en el establecimiento y goce de relaciones sociales horizontales, simétricas y armónicas; en la responsabilidad y el poder compartido; en la normalización y el disfrute de la diversidad de identidades. Todo esto lleva a una convivencia solidaria, equitativa y sin ningún tipo de discriminación.

Desde la perspectiva que dibujamos nuestro sueño visualizamos la cooperación genuina como un paradigma inclusivo, que nos permite desarrollar una nueva mirada hacia la conceptualización de la persona (Ser EcoPerSocial), considerándola de forma compleja, sin atajos, ni estereotipos de ninguna clase..

Gráfico No. 2: Cooperación Genuina desde una visión de equidad de género. Ochoa, M. y Caballero, C. 2016

La cooperación genuina como paradigma vital-esencial cuestiona lo que el sistema patriarcal establece como verdad: la división entre lo racional y lo afectivo; lo ‘objetivo’ y lo subjetivo; lo cultural con lo natural; lo espiritual con lo corporal, lo culto con lo popular, etc. En realidad se trata de unidades indivisibles, pero se hace con una intencionalidad ideológica excluyente, elitista y patriarcal. En este mismo sentido, tal como cuestiona Najmanovich (2015) estas presuntas ‘verdades objetivas’ han viajado, primera en letras de molde y ahora en letras escritas por computadoras y otros dispositivos móviles.

Como un paréntesis, por ser un tema que me gustaría desarrollar en otra oportunidad, considero relevante provocar la reflexión sobre el papel de la cultura en el proceso de innovación tecnológica cuya dialéctica reconfigura los espacios de posibilidad de identidades y relaciones sociales, también de nuestras relaciones con las cosas y el mundo. Concuerdo con Najmanovich en que los nuevos escenarios de las redes interactivas nos dan la oportunidad de gestar no solo nuevos modos de educar sino de vivir y co-vivir a partir de una concepción compleja y dinámica del saber, de sujeto, los vínculos y la organización y que a través de las tecnologías libres se pueden tejer nuevas redes y hablar desde un lenguaje de la cooperación genuina.

Volviendo al gráfico No. 2, desde el colectivo en ÁBACOenRed queremos compartir nuestra visión sobre cómo estos paradigmas éticos se contraponen, por un lado, está una visión de exclusión cuya tendencia es la fragmentación y el control y por el otro está la inclusión que propone la construcción de un pensamiento orgánico y una visión holística e integradora.

Proponemos transitar de pensamientos y prácticas basadas en estereotipos y roles sociales con base en mitos, creencias, tradiciones y costumbres alrededor de lo considerado ‘normal’ o ‘parecidamente normal’, porque así ha sido naturalizado, a prácticas del encuentro con el otro y la otra, desde lo otro.

Consideramos importante mover nuestro foco para visualizar realidades más ricas. Procuramos cambiar el foco de un punto de vista mecanicista a una visión orgánica para abrirnos a un mundo en el que la diversidad y la unidad no se contrapongan, ni haya puntos de vista privilegiados sino incluyentes. No podemos pensar en el otro y la otra como competencia, porque excluye y hace imposible el co-vivir de forma pacífica y armoniosa en nuestro planeta.

Sabemos que el patriarcado ha cimentado y construido históricamente al género, a las expresiones singulares de lo que implica ser hombre o mujer, histórico-socio-culturalmente hablando. También sabemos que es desde paradigmas inclusivos que podemos develar las prácticas y creencias patriarcales y construir acciones transformadoras a partir de conciencia crítica.

Estar conscientes de la presencia del sistema patriarcal/colonial instituido que promueve un ‘poder sobre’ es un avance en este proceso de deconstrucción y decolonización de paradigmas fuertemente instituidos. El reto está en que, desde el poder de la construcción de una conciencia crítica, gestionemos y promovamos procesos de diálogo y comunicación para la transformación EcoPerSocial desde una opción despatriarcal y decolonial.

La ética basada en la cooperación genuina, como paradigma vital-esencial, se contrapone a una ética de exclusión, que en palabras de Najmanovich sería una ética de control, a la que ya me referí anteriormente, pero que retomo acá precisamente para visualizar ese contraste entre una ética de control (patriarcal) a una ética de la cooperación genuina (confianza) que nos permite el diálogo en encuentro genuino con las otras y los otros.

Una ética de control es una ética que se basa en una visión patriarcal por cuanto está construida desde el poder-sobre y la exclusión. Ésta, prevalece en escenarios mecánico-disciplinarios y abarca los procesos de disciplinamiento, tanto del cuerpo como de las ideas y ha ´modelado´ tanto a las personas, como a los vínculos y a las instituciones colectivas que ellas conforman (Najmanovich, 2015, 33).

Esta ética del control es represora de la subjetividad e interactividad, promueve la competencia y la rivalidad, las jerarquías, la homogeneidad y una búsqueda exagerada de la precisión, la exactitud y la linealidad y que sobre todo ha sido androcéntrica y misógina. Esta ética se ha diseñado para reproducir ‘Seres’ obedientes, sumisos, competitivos y uniformes donde se niega lo diverso y se fomenta el egocentrismo e individualismo, situación que cultural e históricamente ha afectado a los grupos minoritarios, entre ellos por supuesto a las mujeres.

La reflexión anterior me lleva a preguntarme ¿cómo construir nuevas relaciones equitativas entre Seres, desde un referente ético basado en la cooperación genuina?

La cooperación genuina implica, en esencia, el acto de ‘compartir’, que más que relacionarla con esa nuestra capacidad de entrega (como rol asignado especialmente a las mujeres) implica actos genuinos donde se distribuya el ejercicio del poder, porque aunque precisamos de un compartir comprometido también necesitamos de un poder compartido.

Ciertamente, es en nuestra vida cotidiana donde las mujeres libramos nuestras batallas, es como ese laboratorio donde se mixturan subjetividades, sueños, aspiraciones, prácticas (Díaz-Soucy, 2011), el espacio, tiempo y lugar en donde defendemos nuestros derechos y buscamos un cambio en la cultura.

Muchas de nuestras batallas resultan en conquistas de rompimiento de este pensamiento dicotómico o binario (que nosotras también reproducimos) que nos lleva a avanzar a un mundo que privilegie y ponga en su lugar (o quizá regresarle el lugar de donde lo quitamos) a las ‘vinculaciones’. Los vínculos se fortalecen a través del compartir genuino, en diálogo genuino, por sobre las ‘jerarquizaciones’ que definen un poder-sobre. Acá encuentro el vínculo entramado entre la confianza y la autocrítica que nos construye a través de una convivencia relacional solidaria.

Necesitamos reconstruir nuestra confianza, significarla. Para ello es muy importante desarrollar una actitud crítica y autocrítica, cuestionando nuestros sueños, nuestras dudas, nuestros miedos, nuestras metas, nuestros proyectos de vida, nuestras prácticas, de manera consciente, para poder desprendernos de ese sentir y pensar colonizado que refuerza la desconfianza y nos hace competir entre nosotras/os.

La confianza, la crítica y autocrítica como valores y prácticas refuerzan el respeto por la diversidad, la cooperación entre las personas y su entorno, facilitan cuestionar nuestro sentir, pensar y actuar y desprendernos de prácticas colonizadoras, opresoras, también entre mujeres.

¿Y cómo se concreta el compartir desde esta visión de un poder-entre? Es mi aspiración lograr ejercer un poder para cooperar y empoderar-nos más que para controlar-nos. Esto es el valor del no-control, de la no-dominación, del no-poder-sobre y si del poder para, del poder-entre, del poder-compartido. Este tipo de poder se contrapone con la mirada colonizadora y ese pensamiento hegemónico de exclusión, división y jerarquía.

Interesante como Díaz Soucy (2011), al hablar de los tipos de poder, menciona al poder ‘obsesión’. Efectivamente hay una obsesión por controlar, por demostrar el poderío sobre otras y otros, un tipo de poder que incuba las distintas formas de violencia.

Cuando como mujer me vuelvo consciente de las distintas formas en que el dominio jerárquico y patriarcal me ha despojado de mi capacidad de ejercer mi poder, es el momento que puedo ejercer una influencia creativa y positiva, usando mis capacidades innatas, subjetivas y prácticas para encontrarle sentido a la vida, querer y querernos compartiendo.

Desde una visión despatriarcal de género, iluminando mi pensamiento desde una ética de cooperación genuina, es una invitación a vivir mi autorrealización, desmontar lo que me ha oprimido (o me está oprimiendo) y desarrollar acciones emancipadoras con otras y otros. Transformar el círculo vicioso del poder y el control por un(os) espiral(es) virtuoso(s) de la cooperación genuina que me permita tejer vínculos horizontales con otras/os Seres; también conexiones transversales, excéntricas, multicéntricas y dinámicas.

Efectivamente, es desde mis propios actos de compartir en compromiso y desde el ejercicio de un poder compartido que puedor ir rompiendo opresiones, saliendo de mis propios ‘cautiverios’ como lo menciona Marcela Lagarde. Esto implica desarrollar mejores herramientas para trastocar silencios, ejercer mi voz para visibilizarme, confrontar rupturas y estilos de poder (sobre, de, obsesivo) hasta llegar al tan ansiado ‘poder positivo’, ‘poder compartido’, desde una ética de cooperación genuina como paradigma vital-esencial.

Referencias

Boff, L. (2004). Ética y moral: la búsqueda de los fundamentos. Cantabria, 138p.

Briggs, J. y Peat, F.D. (1999). Las siete leyes del caos: las ventajas de una vida caótica. Barcelona, 252p. https://eldesarmador.org/14-software-libre-y-cultura-libre.html

Capra, Fritjof (1992) El Punto Crucial. Buenos Aires, Argentina, Editorial Troquel.

Najmanovich, D. (2015). El cambio educativo: del control al encuentro comunitario. 125p.

Serrano Caldera, A. (2005). Ética y política. Revista Latinoamericana Polis. Revisada en:

http://journals.openedition.org/polis/7541

Ochoa, M.; Figueroa, M. y Caballero, C. (2017). Cooperación genuina, paradigma vital-esencial despatriarcal: opresión, corpopolítica y mujer, rastreando al patriarcado. Estelí, 34p.

Ochoa, M.; Caballero, C. y Moreno, M. (2016). Pensamiento crítico en acción. Cooperación Genuina:

paradigma vital-esencial en la construcción de escenarios educativos alternativos populares

latinoamericanos. Estelí: ÁBACOenRed. Recuperado de http://abacoenred.com/wp-content/uploads/2015/10/Pensamiento-cr%C3%ADtico-en-acci%C3%B3n.pdf.

Tueros Way, E. (2006) El educador, sujeto ético y político. Revista Educación PUCP. Vol. 15, Núm. 29 (2006) http://revistas.pucp.edu.pe/index.php/educacion/article/viewFile/2333/2281

Van de Velde, H. (2017). Análisis de políticas educativas desde una pedagogía basada en la cooperación genuina. ÁBACOenRed, 3p.

Van de Velde, H. (2014). Construyendo escenarios educativos basados en Cooperación Genuina. Estelí, Nicaragua: ÁBACOenRed.


  1. Me mueve la intención de visualizar cómo la cooperación genuina puede aportar a la lucha contra el patriarcado como sistema socio-cultural e histórico enraizado profundamente y que sigue legitimando las relaciones de desigualdad entre mujeres y hombres. La equidad de género desde una opción despatriarcal y decolonial es el eje de reflexión que inspira mi trabajo de chifladura (tesis), el que trataré desarrollar en el transcurso del doctorado.

  2. Me refiero a la conexión intrínseca que hay en cada Ser donde lo personal, colectivo y contextual están entramados, atravesados y enlazados en una incesante dinámica de intercambios.

  3. El discurso completo se puede ver desde: https://www.youtube.com/watch?v=n6yVTSReTQ4

  4. Negrillas son propias.
  5. Textos de reflexión sugeridos para el segundo núcleo generador de aprendizajes, principios y valores del paradigma emergente, del doctorado en educación con especialidad en mediación pedagógica.
  6. Utilizo las expresiones co-vivir o co-viviendo porque considero que la convivencia o el convivir (también el co-existir) se ha limitado a estar en compañía de otras personas en el mismo lugar o tiempo sin que ello implique necesariamente desarrollar relaciones armónicas, en tanto que la expresión co-vivir me invita a habitar con otras y otros desde lo que implica la vivencia común en armonía, solidaridad, respeto y cooperación genuina.
  7. Me refiero a la conexión intrínseca que hay en cada Ser donde lo personal, colectivo y contextual están entramados, atravesados y enlazados en una incesante dinámica de intercambios.
  8. Briggs y Peat (1999) mencionan a la ‘diversidad’ como uno de los principios vitales en una ecología saludable, ya que según ellos ‘si reducimos la variedad y hacemos el sistema más homogéneo, se vuelve frágil y es posible que colapse linealmente’. La creatividad caótica muestra por qué es que la diversidad resulta ser tan importante ya que cada ser con su propia creatividad auto-organizada se unen, perdieron algunos grados de libertad, pero descubriendo otros nuevos; así es como una nueva inteligencia colectiva emerge en un sistema abierto, absolutamente insospechado y muy lejos de lo que cualquier podría haber esperado al contemplar a seres aislados (p. 85-87).

Fuente: Artículo enviado  por su autora a la redacción de OVE

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Entrevista a Ana de Miguel Álvarez: “El saber es el único embrión de libertad posible”

02 noviembre 2017/Fuente: Revista Innovamos

Ana de Miguel Álvarez (Santander, 1961) desarrolla desde hace más de 20 años trabajos de investigación y análisis para comprender cómo se reproducen los patrones de desigualdad en sociedades que, en lo formal, son igualitarias. Así, habla de las carencias que existen actualmente en la educación que se entrega en los hogares, pero también de las necesarias referencias que deben aportar los centros y el profesorado a través del currículo oficial y del oculto. Aunque las responsabilidades no acaban ahí, puesto que los medios de comunicación y las expresiones artísticas y culturales en general también fomentan una construcción errónea de roles, cualidades y expectativas. Con ella hacemos un repaso de estos y otros temas para descubrir las claves de la educación en igualdad.

¿Somos conscientes de la desigualdad?
Veo la escuela profundamente acrítica. El patriarcado es un sistema de dominación o de reproducción de la desigualdad –o de fabricar chicos y chicas como realidades distintas– que, si tú no te sientas, lo estudias y te propones ver las cosas de forma crítica, no lo ves. La desigualdad se solapa con lo normal, lo natural; es invisible. Creo que en la escuela actual no hay una conciencia de esto. No he conocido ni a un solo profesor o profesora, ni director, ni directora, a nadie en un centro, que llevo 18 años más o menos en ellos, que diga que en su centro hay desigualdad. Luego padres y madres también dicen que han educado en igualdad. Entonces, ¿cómo se reproduce la desigualdad? Así, no hay conciencia ni de qué están haciendo ni de cómo se reproduce. ¿Por qué? Pues porque consideran que la igualdad es enseñar las mismas matemáticas, la misma lengua: es el currículo oficial. Y, de lo que se ha llamado en educación hace muchos años el currículo oculto, no son conscientes; es decir, de la socialización de la niña y del niño, y la necesidad de desarrollar en ellos la conciencia crítica.

¿Habría que pensar también en la formación inicial o permanente del profesorado para que realmente sean competentes en la igualdad?
Es la única clave. Lo recoge la Ley de Igualdad y, sobre todo, la Ley de Protección Integral contra la Violencia de Género, donde se afirma que la formación es el único remedio para evitar la violencia. Pero, si es la formación, ¿dónde hay que ir? A las guarderías, a las escuelas de Infantil y de Primaria. Entonces hay que poner una asignatura obligatoria en la formación universitaria que les enseñe a identificar cuáles son las causas de la violencia de género y de desigualdad. Lo que queremos es que las personas lean, estudien y conozcan las causas de la violencia de género, que es tanto conocer cómo se construye un niño y cómo se construye una niña, para así poner remedio en el patio del colegio y en las aulas desde pequeñines.

¿Por qué seguimos pensando en la igualdad como un ataque?
Porque desestructura la vida entera de las personas y familias que construyen su vida a través de la desigualdad, y que es la mayor parte de las familias españolas.
Aparte, yo siempre pensaba que se exageraba con lo de la violencia en las jóvenes, pero una chica ha tenido que ir a poner una denuncia, otra está con problemas de bulimia terribles, otra ha tenido que dejarlo porque su novio la estaba intimidando… Muchas chicas ahora son unas feministas o, al menos, tienen una conciencia de la igualdad muy fuerte. Entonces yo ya no entiendo nada. El asunto es cómo una chica normal, que está haciendo 2º de Bachillerato, cae en manos de alguien que no está bien de la cabeza: ¿es realmente por la búsqueda de cariño?

¿Pero qué pasa con ellas cuando dicen “Yo no soy feminista, estoy en contra del feminismo; yo lo que quiero es la igualdad entre hombres y mujeres”?
Es verdad que el feminismo se mueve entre el desconocimiento y la descalificación. No saben lo que es, pero lo descalifican. No mejoraremos nada mientras las personas no identifiquen que el feminismo es sentarte y estudiar. Tú no aprendes a desarrollar un pensamiento crítico de la realidad, de la que te rodea hasta que entiendes que el pensamiento crítico se aprende estudiando, introduciendo nuevos conceptos en tu vida, sabiendo… Uno de los elementos que más impiden que aprendas y desarrolles el pensamiento crítico es pensar que a ti nadie te tiene que dar lecciones. Y esa actitud habría que cambiarla también en los docentes.

Aparte de esa inquietud intelectual que debe tener el docente, también parece obvio que tiene que ir acompañada de una Ley de Educación con perspectiva de género.

Ahora que están con los debates de un pacto educativo, ¿qué cree que debe recoger una ley que contuviese y que realmente apostase por la perspectiva de género, por la igualdad en las aulas, por el aprendizaje de la igualdad?
No bastan los intereses y las acciones individuales del profesorado en fechas determinadas del calendario, sino que tiene que ser el centro, el pueblo… debe ser vertebrado por el Estado. Este país necesita entender que la igualdad no está conseguida, ni mucho menos; tiene que saber que la desigualdad ahora entre niños y niñas se reproduce no por las leyes, porque ya son igualitarias, sino por el mundo de los medios de comunicación, del arte, de las canciones, los videoclips, la pornografía, la prostitución, la literatura… Todo eso es lo que forma el sentido de la vida de los niños y las niñas. Ahora que no hay religión –porque no la hay– ni ciudadanía, ¿qué está forjando el sentido de la vida para un niño o una niña de 7 años? Pues lo está forjando no una religión ni unos valores éticos, sino el sálvese quien pueda: lo que le digan a cada niño y cada niña en su casa.

Y, como las madres y los padres no tienen formación en muchos casos para hablarles claramente del sentido de la vida, todo ese hueco, que es inmenso, lo llenan Internet, los youtubers, los bloggers; lo está haciendo un machismo integral que es el que está en el reggaetón, en las canciones, en las series. Solo si somos conscientes de eso podremos considerar que una de las tareas de los centros escolares es desarrollar la visión crítica. El acriticismo procede de la falta de conocimiento. Y el saber es el único embrión de libertad posible, porque yo creo que una persona que es consciente, tarde o temprano, cambiará.

¿Son las nuevas generaciones todo lo feministas que deberían ser o notamos cierto retroceso?
Es difícil, pero podemos decir dos cosas objetivas: una, que en los institutos se está hablando de feminismo y de machismo, y eso no había sucedido en generaciones anteriores. Y dos, que a la última manifestación del 8 de marzo vinieron decenas de miles de niñas y niños de Bachillerato.

Otro hecho objetivo es que se ha creado la palabra feminazi. ¿Para qué? Para controlar a quienes están hablando en los institutos y decir: “No serás una feminazi de esas”, “¡Calla, feminazi!”, medio en broma, pero que se utiliza para controlar que el discurso feminista no aburra o no entre demasiado.

Hay una acción y una reacción…
Totalmente, pero lo que sí sabemos que nunca había habido tantas chicas y chicos jóvenes yendo a manifestaciones. El tema está ahí. Y yo creo que algo está cambiando.

Entonces, ¿cuáles serían las claves para educar en igualdad?
La clave fundamental es el ejemplo de la familia en la que estén esos nuevos seres humanos. ¿Qué es lo que ven en la mayor parte de los casos? Pues una relación que no es de igualdad. Aunque sea una madre maravillosa y un padre maravilloso, la relación no es de igualdad. En general, ella va a ser la madre cuidadora y él, el varón proveedor que puede ayudar. Entonces, creedme, el mal ya está hecho. Porque es el ejemplo.

Efectivamente, esa esponjita con 2 años ya sabe muy bien lo que es una mujer y lo que es un hombre, y cómo deben relacionarse: las mujeres sirviendo y ellos dejándose servir. Con el tema del fútbol ya es una escuela de desigualdad: los padres viendo los partidos mientras ellas hacen la cena y les bañan. Si esto sigue así, toda la generación de 2 años ya está contaminada.

Pero también pasan mucho tiempo en el cole y hay que decirles a los docentes que sostienen que la igualdad ya está conseguida que vayan a ver una juguetería: pasillos con juguetes de niñas y otros con juguetes de niños… ¿Dónde está la igualdad entonces? Di otra cosa, pero no digas que hay igualdad. Y si se les ocurre decir: “No, es que a cada uno les gusta unas cosas por naturaleza”, entonces ahora siéntate y vamos a ver en el Siglo XIX lo que por naturaleza les gustaba a las mujeres.

Fuente: http://revistainnovamos.com/2017/10/25/ana-de-miguel-alvarez-el-saber-es-el-unico-embrion-de-libertad-posible/

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Argentina: Educación para prevenir la violencia machista desde la adolescencia

Argentina/22 junio 2017/Fuente: El Tribuno

Alrededor de 80 jóvenes de cuatro colegios de la ciudad participaron de una capacitación, en la que se trataron temas relacionados con la educación sexual integral desde una perspectiva de género.

«En el taller nos dijeron que ahora las mujeres mueren (asesinadas) cada 28 horas. Es una estadística que no conocía», contó Fernanda Medina, de 16 años, a El Tribuno. Y agregó: «Por suerte, a mí no me pasó nada y ojalá que nunca me pase. Es feo y deja un trauma que no se puede superar con el tiempo». Ella asiste a cuarto año en el colegio Dr. Benjamín Zorrilla y participó de una jornada que hubo ayer por la mañana en la Universidad Nacional de Salta para prevenir la violencia de género, organizada por Mujeres de la Matria Latinoamericana (Mumalá) junto al Ministerio de Derechos Humanos y Justicia.

«Quieren lograr que haya igualdad entre todos y que se respeten los derechos de las mujeres, ya que últimamente no parece que sea así. Quieren que nosotros después seamos promotores y enseñemos a los más chicos o a los de nuestras edades», expresó Fernanda. Ella es una de los cerca de 80 adolescentes que recibieron capacitación sobre temas relacionados con educación sexual integral (ESI) desde una perspectiva de género. Asistieron cuatro escuelas de Salta capital: colegio Dr. Benjamín Zorrilla, escuela de educación técnica República de la India, colegio 5070 María Teresa Cadena y colegio 5169 de barrio Siglo XXI.

«Desde principio de año trabajamos con más de mil jóvenes de escuelas secundarias. La educación es necesaria para cambiar de raíz la cuestión machista», manifestó Malvina Gareca, coordinadora de Mumalá. «Con estos talleres logramos empezar a desnaturalizar situaciones de violencia y a cuestionarnos muchos privilegios, también desde los varones, como poner en palabra el acoso callejero, que ha sido uno de los temas que más ha generado controversias. El debatir sobre esto permite deconstruir cuestiones que tenemos muy naturalizadas», evaluó.

Al comenzar la jornada los chicos expusieron videos y presentaciones sobre estos temas, que habían preparado antes. Luego se separaron en cuatro grupos para tratar distintos temas: acoso callejero y sexual, mitos sobre el amor romántico, identidad de género y orientación sexual y ESI. Cada equipo estuvo coordinado por referentes de Mumalá y de la Subsecretaría de Política de Género. Antes del cierre, compartieron los conceptos que habían trabajado.

La ley 26.150 de Educación Sexual Integral obliga a la enseñanza de estos temas en todos los niveles educativos. Sin embargo, esta legislación no se cumple cabalmente en las escuelas de la provincia de Salta. «Los talleres están bien, son de un grupo de personas externas a la institución pero me parece mucho más importante que el Estado tenga una línea de política educativa sobre la ESI, que sea sistemática: que el docente esté capacitado y se haga un seguimiento y monitoreo de las actividades didácticas», observó Carmen Venencia, que acompañó a sus alumnos del colegio 5070 María Teresa Cadena. «Ningún colegio de Salta tiene ESI. La currícula la contempla como una temática transversal, de modo que queda subordinada al criterio del docente».

Mariano Arias tiene 15 años y asiste a la escuela República de la India. «Algunos compañeros tenían la idea de que las mujeres se veían como objetos. Su idea cambió cuando empezamos a hacer los talleres y nos pusimos en su lugar. Aprendimos que la mujer es un ser igual a nosotros. Son quienes nos dan la vida y sin ellas no podríamos vivir. Las mujeres sufren cuando les decimos piropos en la calle y cuando son golpeadas. A mi parecer, les duele más el sentimiento con el que les pegamos que la fuerza. Como dicen, los moretones se van pero el dolor sigue. Les va a costar mucho salir de ese dolor», dijo

Fuente: http://www.eltribuno.info/salta/nota/2017-6-22-0-0-0-educacion-para-prevenir-la-violencia-machista-desde-la-adolescencia

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Argentina, 3 de Junio: las trabajadoras de la educación tenemos que decir presente

Argentina/01 junio 2017/Fuente: La Izquierda Diario

Este 3 de junio, las docentes vamos nuevamente a las calles de Mendoza para luchar por la Emergencia en violencia de género, contra el ítem aula y educación con perspectiva de género.

Hace 2 años, escribimos acá: Ministros de educación posan para la foto #NiUnaMenos; a propósito de la foto de los ministros de educación bajo la consigna: «ni una menos a las aulas».

Dos años pasaron, cambió el gobierno, algunos nombres se repiten, muchos no. En la foto está, incluso, Bullrich, actual Ministro de Educación y Cultura de la Nación.

De entonces a esta parte más de 600 mil jóvenes se siguen «perdiendo» en el paso de la primaria a la secundaria. La mayoría siguen siendo mujeres.

Sobre la aplicación y reglamentación de la Ley de Educación Sexual Integral, no se avanzó un ápice. Es más, Bullrich salió a sugerir que la religión debería incluirse en la escuela pública. Desde el principio, uno de los lugares que sufrió despidos, recortes y desmantelamiento por parte de este gobierno fue el programa de Salud Sexual y Procreación Responsable, con recortes y cesantía de docentes del área de implementación de Educación Sexual Integral en las escuelas y la formación constante. El límite es presupuestario e ideológico. No es de extrañar, sus hijos van a la ultracatólica y cara escuela Oakhill School, de los Legionarios de Cristo. Cierre de programas, falta de presupuesto y negación a discutir la Ley de Emergencia en Violencia de Género. En aquel 3 de junio, las estadísticas afirmaban que una mujer era víctima de femicidio cada 30hs; mientras que a dos años, el dato es aún más escalofriante: cada 18hs muere una mujer por el hecho de ser mujer.

Si de Mendoza se trata, aquí, en las tierras gobernadas por «el mejor alumno de Macri»; las del Ítem Aula; las de los pedidos de desafuero y procesamiento de legisladores de izquierda por apoyar la lucha de los trabajadores, las mujeres y la juventud; las del nombramiento de un juez acusado por todo el movimiento de mujeres de fallar con claro contenido homofóbico y misógino; las de los curas abusadores del Próvolo; las mujeres podemos decir que ni las fotos, ni las declaraciones de los funcionarios han aportado nada a la lucha por nuestros derechos.

En 2 años han avanzado en los ataques a las mujeres trabajadoras de la educación. El Ítem Aula en Mendoza, como hemos denunciado acá: El “Ítem aula” es violencia contra las mujeres; en particular afecta a las mujeres. Cuando aplauden sus consecuencias sobre el presentismo, «legalizan y festejan una larga cadena de maltratos hacia un sector donde la mayoría son mujeres. Mujeres trabajadoras que tienen que esconder dolencias propias, o de sus hijos para no perder un «incentivo» que representa un 10 % de su sueldo. Así han bajado los niveles de ausentismo y las denuncias por violencia de género. Parece «normal», pero no lo es. La realidad de las trabajadoras de la educación es de un maltrato cotidiano. Debemos trabajar dos o tres cargos porque los salarios son bajos, hacer malabares para ver dónde dejar a los niños, para trabajar educando a otras decenas de niños y luego continuar en la casa con las “tareas del hogar”. Claro que además, fuera de horario hay que corregir pruebas y preparar actividades y planificaciones. Todo como si fuera lo más normal. Sumemos a esto: trabajar enfermas o dejar enfermos a los niños en casa».

Fue este año, en el discurso inaugural de las sesiones legislativas que el gobernador Cornejo hizo su balance de la aplicación del nefasto Ítem. Sin ninguna estadística pública, afirma que bajó el ausentismo docente. Estas declaraciones demuestran una cínica negación con respecto a la realidad de las y los docentes, en su mayoría mujeres. El ítem aula es una extorsión económica para que las mujeres vayan a trabajar igual a pesar de estar enfermas, o que enfermen sus hijos. Además de representar un claro ítem anti huelga. La implementación del ítem aula se trata claramente de violencia de género ejercida por parte del Estado sobre todas las trabajadoras de la educación.

Frente a esta realidad, estamos difundiendo la propuesta del Frente de Izquierda: reducir la jornada laboral a 6 horas, 5 días a la semana, con un salario igual a la canasta familiar. Proponemos 4 horas frente al curso y 2 horas de trabajo pedagógico. Porque estamos cansadas de soportar que políticos millonarios como Cristina, Mauricio o Cornejo nos acusen de ser “vagos”, de trabajar “4 horas y tener 3 meses de vacaciones”, desconociendo nuestra realidad y poniéndonos a la comunidad en contra. Las direcciones sindicales son también responsables cuando una y mil veces calculan los aumentos y salarios en base a 2 cargos, o cargos con antigûedad. Nosotros y nosotras insistimos: ningún docente por debajo de la canasta familiar. Ningún docente sin trabajo. Basta de vivir para trabajar. La educación pública vale más que sus ganancias.

Ni hablar cuando Cornejo se refirió al Estado como garante de justicia y el nombramiento de José Valerio a la Corte Suprema de Justicia. Ese juez con un prontuario caracterizado por fallos machistas y homofóbicos no es justamente el que puede garantizar los derechos de las mujeres.

En Mendoza, como en todo el país, miles de mujeres nos movilizamos masivamente contra la violencia machista y exigiendo que se declare la Emergencia en violencia de género. Fuimos miles en las marchas de Ni Una Menos, durante el Paro Nacional de Mujeres del 19 de octubre del 2016 y el Paro Internacional de Mujeres del 8 de marzo de este año. Cornejo, como Macri y todos los gobernadores de Cambiemos, pero también las gobernadoras del FPV, que reprimieron a las docentes que luchan por su salario en el sur, desligan completamente al Estado de su responsabilidad sobre la violencia que sufrimos las mujeres, dentro de esta sociedad machista y patriarcal.

Es por todo esto que las mujeres debemos continuar con nuestra lucha en las calles, sumando fuerzas, apostando a la organización en nuestros lugares de trabajo, de estudio y los barrios. Queremos fortalecer nuestra lucha en todos los terrenos, por eso vamos con todo con la pre candidatura de Noelia Barbeito para encabezar las listas del FIT de la provincia, para que la voz de las mujeres, de los trabajadores y la juventud de Mendoza llegue nuevamente al Congreso de la Nación. Para que haya una de las nuestras, como cuando levantó su voz dentro de la Legislatura en nombre de las decenas de miles de maestras que dijimos «no al ítem aula». Por eso nos organizamos en la Agrupación Pan y Rosas en todo el país. Las docentes impulsamos nuestra Corriente 9 de abril para pelear por nuestros derechos como mujeres trabajadoras, organizándonos para recuperar nuestra herramienta sindical, junto a docentes como las de Lavalle, que valientemente se han levantado al grito de «ni una menos, vivas las queremos» buscando incansablemente a Johana y Soledad.

Le exigimos al Estado y sus funcionarios, que hipócritamente se sacan fotos, que garanticen las medidas mínimas ante la violencia cotidiana. Queremos que la tierra tiemble, porque nos preparamos para conquistar la igualdad ante la vida, de la mano a una lucha más profunda contra el machismo. Esta lucha va de la mano, codo a codo con la lucha contra este sistema explotador y opresor.

Por eso este 3 de junio, con fuerza y con razón, volveremos a gritar: #NiUnaMenos

Fuente: http://laizquierdadiario.com/3J-las-trabajadoras-de-la-educacion-tenemos-que-decir-presente

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Profesores, elemento fundamental en la inclusión educativa con perspectiva de género: expertos

Por: Erika Barón

Para Paula Leitao, Directora General del Instituto Alpes San Javier, es necesario creer en nuestros maestros, darles mucha capacitación y las herramientas necesarias que los motiven a dar un cambio en la educación del país.
Durante la charla “Educación STEAM: La transformación de nuestras alumnas de consumidoras a creadoras de tecnología”, realizada en Bett Latinoamérica 2016, aseguró que para la resolución de los problemas educativos en el país es importante asumir que el tutor es una guía y no sólo un maestro.
Durante la charla “Educación STEAM: La transformación de nuestras alumnas de consumidoras a creadoras de tecnología” habló de la importancia de exhortar a las mujeres a encabezar proyectos de tecnología. “Es una iniciativa que permitirá humanizar el desarrollo tecnológico.”, dijo.
Por su parte Paula Leitao, Directora General del Instituto Alpes San Javier acotó que “esta es una era de colaboración y debemos dejar la competencia a un lado. El impacto local debe ser cada día más real. Es hora de promover la participación social”.
Finalmente, José Gustavo Calderón de Anda, Responsable de Tecnología Educativa insistió en que las instituciones educativas deben fortalecer las áreas donde tradicionalmente se involucran los hombres, a fin de que exista una mayor pluralidad al respecto.
La educación STEAM, (por sus siglas en inglés Science, Tecnhnology, Engineering And Math), emerge en campos como impresión en 3D, robótica, nanotecnología, electrónica, sustentabilidad, computación, y desarrollo de aplicaciones.
De acuerdo con la Oficina de Labor y Estadística de Estados Unidos, las proyecciones económicas demuestran que en 10 años existirá una necesidad  de aproximadamente 1 millón de profesionales más de los que se gradúan en dicho país actualmente, si Estados Unidos quiere retener su liderazgo histórico en ciencia y tecnología.
Fuente: http://www.educacionfutura.org/profesores-elemento-fundamental-en-la-inclusion-educativa-con-perspectiva-de-genero-expertos/
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¿Ideología de género?

Por. Luis Manuel Arellano Delgado

El clero católico está obsesionado con la sexualidad de los demás. Le aterra imaginar que cualquier persona se apropie de sus genitales y que con ellos rompa los temores infundados por quienes hablan a nombre de Dios.

Para justificar sus fobias han inventado teorías conspiradoras contra la humanidad. Durante siglos el malo siempre fue el Diablo, pero hoy, en el marco del debate sobre los matrimonios igualitarios, la maldad proviene de una “ideología de género” que en realidad alude a la conocida perspectiva de género.

Conceptualmente, los jerarcas católicos y los grupos fundamentalistas que los respaldan están confundidos. Carecen de argumentos científicos para asegurar que no discriminan ni impulsan la violación de derechos humanos. Pero lo hacen, a pesar del silencio cómplice e hipócrita del Consejo Nacional para Prevenir y Eliminar la Discriminación.

En la desenfrenada búsqueda de “razones” por lograr cierta consistencia argumentativa a favor de la represión sexual, ahora la jerarquía católica difunde las tesis que algunos ideólogos del conservadurismo han escrito en otras décadas, como es el caso de la doctora  Dale O’Leary, integrante de la asociación médica católica de Estados Unidos, quien en 1977 escribió el libro “La agenda de género, redefiniendo la igualdad”, suscribiendo afirmaciones como la siguiente:

Lo que es más censurable sobre los liberacionistas sexuales es que están apuntando a los niños, esperando hacer adictos a los inocentes de actividades sexuales en solitario y exponiéndoles a depredadores sexuales y conductas peligrosas (…) Lo que se necesita es una contra-revolución sexual, no para disminuir los placeres del amor humano sino para liberar a la gente de conductas autodestructivas y adictivas”.

En Latinoamérica ese libro fue base de un panfleto muy difundido en 1998 por la Conferencia Episcopal Peruana. Ahí se pueden leer críticas a la “perspectiva de género que, según informaciones fidedignas, en la actualidad no sólo está tomando fuerza en los países desarrollados sino que al parecer,también ha empezado a filtrarse en nuestro medio”.

Al prologar dicho texto, llamado «La ideología de género, sus peligros y alcances«, el obispo auxiliar de Lima, Óscar Alzamora Revoredo, suscribió: “Se diluye la diferencia entre los sexos como algo convencionalmente atribuido por la sociedad, y (por ello) cada uno puede ‘inventarse’ a sí mismo”.

Toda la moral queda librada a la decisión del individuo y desaparece la diferencia entre lo permitido y lo prohibido en esta materia. Las consecuencias religiosas son también obvias”, asegura, para concluir “Este librito puede ayudar mucho en precisar conceptos y llamar a una toma de posición con respecto a la mencionada ideología”.

No sé si el clero peruano haya inspirado con sus argumentos a los jerarcas del catolicismo mexicano, pero son muy similares a lo que hoy se esgrime en nuestro país contra las bodas igualitarias.

Y es que el terror de los líderes religiosos no es la homosexualidad (tan común en sus conventos) ni tampoco que las mujeres elijan cuántos hijos tener. Les preocupa que se rompa la perspectiva binaria de la sexualidad, basamento en el control espiritual que ellos ejercen sobre la población.

Una lectura obligada para conocer los parámetros académicos de la perspectiva de género lo ofreció Marta Lamas en 1996 con la compilación de varios ensayos sobre el tema. En uno de su autoría establece: “la cultura marca a los seres humanos con el género y el género marca la percepción de todo lo demás” pero bajo la lógica del poder.

Ella y muchas feministas han puesto de cabeza el “razonamiento” católico al afirmar y sobre todo demostrar que “la sexualidad no es natural”; que se trata de una expresión aprendida, construida y con frecuencia obligada.  ¿De qué otra manera puede explicarse que lo femenino en una cultura resulte lo masculino en otra? No se confunda, busque explicaciones racionales y científicas.

Referencias

·        La ideología de género, sus peligros y alcances. Conferencia Episcopal Peruana. https://www.aciprensa.com/controversias/genero.htm

·        O’Leary, Dale. “La agenda de género, redefiniendo la igualdad”.https://s3.amazonaws.com/padrepauloricardofiles/uploads/2z3wlfcfgx1x1wxzr644/la-agenda-de-genero-redefiniendo-la-igualdad.pdf

·        Lamas, Marta (compiladora) “El género. La construcción cultural de la diferencia sexual”. UNAM/Bonilla Artigas editores, segunda edición 2015, México.

@LuisManuelArell

Fuente: http://www.excelsior.com.mx/blog/el-lado-oscuro/ideologia-de-genero/1114160

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Cómo limitan a tus hijos los estereotipos de género

Clara Alemann

Las normas de género de una sociedad influyen y determinan a través de la crianza, muchas veces de formas limitantes, el desarrollo de la identidad de los niños y niñas, su crecimiento y oportunidades de vida. En Estados Unidos, la mitad de las niñas están insatisfechas con su cuerpo, el42% de las alumnas de entre primer y tercer grado desean ser más flacas, mientras que a los 10 años, el 81% de ellas teme ser gorda, y peor aún:una de cada 10 niñas sufre de trastornos alimentarios, lo cual perjudica la buena nutrición que necesitan para pensar y aprender.

Creado en 1959, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) es la principal fuente de financiación multilateral de América Latina y el Caribe. Tiene como miembros a 48 países, 2.000 empleados y su principal misión es reducir la pobreza en la región a través del apoyo de proyectos de desarrollo económico, social e institucional, en forma de préstamos, donaciones y asistencia técnica. Su sede central está en Washington.

¿Qué dicen estas estadísticas de las expectativas de género y la autoestima infantil?

Desde muy temprana edad, los padres, maestros y medios de comunicación enseñan a las niñas que su valor está determinado primordialmente por su rol reproductivo, su belleza, su delgadez y por ser sensibles, cariñosas y obedientes, y no por su inteligencia, asertividad, creatividad y capacidad crítica o de liderazgo.

Sorprendentes estadísticas de un estudio publicado en The New York Times mostraban el alarmante sesgo de género en las preocupaciones parentales por sus hijos. La investigación, usando los datos de buscadores como Google, concluye que los padres y las madres estadounidenses realizan con mayor frecuencia consultas referidas a la inteligencia de los hijos varones en comparación a las mujeres, y sobre la apariencia de sus hijas mujeres con mucha mayor frecuencia que la de sus hijos varones. Esto sugiere que estas preocupaciones están guiadas por importantes prejuicios en las expectativas de los padres respecto a sus hijos e hijas.

Las expectativas, tanto parentales como sociales, afectan el desarrollo de aspectos clave de la personalidad, los comportamientos y la salud de los niños y limitan el desarrollo del potencial de niños y niñas relacionado a sus experiencias y oportunidades de vida.

En cuanto a las niñas, a los seis años, suelen haber internalizado los mandatos y mensajes recibidos a través de las pautas de crianza y comprenden claramente que su apariencia física es un aspecto vital de su identidad, y que su cuerpo es su punto de venta ante el mundo que las rodea. El bombardeo mediático al que están expuestas las niñas, donde la imagen, vestimenta y marketing manifiestan la falta de respeto y la objetivación de las mujeres, afecta el desarrollo de su autoestima, la creencia en su capacidad de lograr lo que se proponen en la vida y la relación con su cuerpo.

La autoestima y la autoeficacia (creencia en la propia capacidad de alcanzar las metas que uno se propone) están asociadas a la capacidad de tener aspiraciones, de determinar metas que consideramos importantes y de actuar en consecuencia, transformando los recursos y oportunidades a disposición en resultados deseables. Las expectativas de género también afectan la predisposición que tienen las niñas a aprender habilidades que facilitarían su inserción productiva en el futuro. Hay evidencias experimentales provenientes de EE UU sobre la discriminación velada que existe en la escuela, basada en la creencia de que son menos competentes que los hombres, incluso comparando logros educativos y habilidades. Entre otras evidencias, diversos estudios identifican como barreras que enfrentan las mujeres para prosperar en las ciencias la persistente desvalorización y la desmotivación de continuar en este camino, resultando en el abandono de sus carreras.

En cuanto a los varones, estos también comprenden temprano, socializados a partir de un modelo limitado de masculinidad, que se los valora por su coraje y fuerza física, no necesariamente por ser respetuosos, sensibles y obedientes. De ellos se espera que controlen sus emociones, si estas son de miedo, inseguridad o debilidad. Sin embargo, se les permite o estimula el uso de la violencia como modo de resolver conflictos, imponer su autoridad, o ser “respetados”. Estas expectativas que recaen sobre los varones también resultan en consecuencias negativas para su desempeño escolar, salud mental y física. De acuerdo con a estudios realizados en Estados Unidos, en comparación con las niñas, los varones tienen mayores probabilidades de abandonar la escuela, tienen cuatro veces más probabilidad de ser expulsados, de cometer suicidio, y de sufrir violencia interpersonal. El documental The Mask we live in producido por The Representation Project nos muestra cómo, presionados por los medios, sus pares y hasta los adultos en sus vidas, los varones jóvenes se encuentran ante mensajes constantes que los incentivan a desconectarse de sus emociones, a objetivar a las mujeres y a resolver los conflictos a través de la violencia.

Prácticas para fortalecer la confianza de cada niño y niña

Ante este panorama, ¿cómo podemos crear entornos de aprendizaje, familiares y sociales, que fortalezcan la confianza de cada niño o niña? ¿Cómo podemos estimular la creatividad, la innovación, y el desarrollo de sus talentos sin cercenar su potencial?

Es importante sensibilizar a educadores y padres sobre el rol que juega el género en el desarrollo de los niños. Trabajar proactivamente para que nuestra cultura sea inclusiva y permita, independientemente del género, la edad, el nivel socio-económico, la raza o la etnia del niño, que este pueda desarrollar su potencial, debería ser una dimensión central de la calidad que buscan los programas de desarrollo infantil temprano. Algunas prácticas pueden contribuir a este propósito:

• Valoremos ante todo cómo es una niña (sus ideas, decisiones), su coraje para expresar lo que piensa, su manera de resolver un problema) y no cómo luce o cuánto pesa.

• Alentemos a los niños a perseguir una pasión. Esto fortalecerá su autoestima y, desarrollará habilidades intrínsecas.

• Promovamos la toma de decisiones constructivas sobre aspectos de sus vidas así como a resolver problemas a su manera, en vez de hacerlo nosotros por ellos

• Promovamos en las niñas la toma de riesgos (dentro de lo razonable) y la prueba de actividades fuera de su zona de comodidad, y en los varones, asegurémonos de alentar la expresión de sus emociones, la manifestación de sus inseguridades y que puedan pedir ayuda si lo necesitan sin ser desacreditados.

• Permitamos el disenso con los adultos, así las niñas aprenderán a defender sus convicciones y a no resignarlas por mantener una relación o un trabajo, y a ser escuchadas (aunque les digan que esto no es sexy) por sus futuros pares, jefes y novios.

• Limitemos su exposición a los medios masivos de comunicación, preservando el espacio para que desarrollen sus propias ideas, creatividad e imaginación basadas en su experiencia directa.

En definitiva, como adultos, tenemos un rol fundamental en apoyar modelos saludables de masculinidad y femineidad, que no opaquen el desarrollo socio-emocional de las niñas y los niños, y que permitan a unos y otras moldear su identidad libres de estereotipos, sin mascaras.

Esto contribuirá a avanzar hacia comunidades en las que niños y niñas desarrollen su capacidad de pensar en el mundo que los rodea críticamente, de perseguir metas que tengan sentido para ellos y de tomar decisiones que los lleven en esa dirección.

Fuente del articulo: http://salud.11665.com/?p=15102

Fuente de la imagen: https://encrypted-tbn3.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcRR7lWFd4z_SS59bZniwQp_n4rJ90aoi2rYWFgkl6jeramOPjuvvasTpPw

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