Plan y Programas de estudio en la Nueva Escuela Mexicana: Intento de sabor a maíz y tierra

Dr. Alejandro Moreno Lozano

Jurídicamente se estipula en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el 19 de agosto de 2022, con el acuerdo número 14/08/22 por el que se establece el Plan de Estudios para la educación preescolar, primaria y secundaria a través del cual se pretende garantizar e incrementar los niveles de escolaridad de todas y todos los mexicanos, favoreciendo la educación bilingüe e intercultural.

El estado, a través de la construcción de la Nueva Escuela Mexicana (NEM), buscará la equidad, la excelencia y la mejora continua de la educación, para lo cual colocará al centro de la acción pública el máximo logro de aprendizaje de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes. Así mismo tendrá como objetivos el desarrollo humano integral del educando, reorientar el Sistema Educativo Nacional, incidiendo en la cultura educativa mediante la corresponsabilidad e impulso de las transformaciones sociales dentro de la escuela y en la comunidad.

En ese tenor, los planes y programas de estudio favorecerán el desarrollo integral y gradual de los educandos en los niveles de preescolar, primaria y secundaria, considerando la diversidad de saberes que emanan de la comunidad, todo con un carácter didáctico y curricular diferenciado, que responda tanto a las condiciones personales, sociales, culturales, sociales y económicas de los estudiantes.

El nuevo plan de estudios que pretende imprimir la visión del gobierno encabezado por el Lic. Andrés Manuel López Obrador, da especial énfasis a los aprendizajes que se generan dentro de la comunidad. Tradicionalmente los conocimientos válidos, fueron aquellos que se enmarcaban en un canon institucional que señalaba los parámetros de objetividad dentro del llamado método científico arraigado en la cultura griega, específicamente en la razón de la lógica aristotélica (384-322 a. C.)., que ha definido tradicionalmente a las ciencias que son comprobables.

EL debate sesudo entre las ciencias duras que provienen de aplicar el método científico inflexible y riguroso y las ciencias sociales o también llamadas ciencias del hombre, a dado pie a innumerables escritos que debaten sobre la pertinencia de uno y otro cuando de hacer ciencia se trata.

La contraparte a las ciencias naturaleza son las ciencias sociales o también conocidas como ciencias del espíritu, que se encargan del estudio de lo humano en los distintos frentes de su basta complejidad. Lo verificable cuando de temas humanos se trata, es que vez con vez la complejidad de los seres humanos le presenta retos que no puede superar las ciencias duras en tanto no fueron diseñadas para tratar asuntos sociales sino fenómenos de la naturaleza.

Los nuevos Planes y Programas de estudio intentan por la vía de la comprensión de la complejidad de los conocimientos que son válidos para los mexicanos, la construcción de un marco curricular que se distinga de los saberes de valía universal de construcciones internacionales.

Poner el dedo en la deconstrucción de la colonialidad de la que ha sido objeto el conocimiento del mundo natural y social en los mexicanos, exige una construcción basada en los saberes que se generan en la comunidad-territorio que habitan padres y estudiantes. La relación que se establece con lo que se hace y la forma en que se hace, pretende en primera instancia valorar los conocimientos que sufrían del desprecio histórico de los mal llamados conquistadores españoles y el sucesivo desconocimiento por los mismos mexicanos que se educaban dentro de las escuelas que rescataban la visión etnocentrista heredada de la visión europera, a través de la cual se sigue imponiendo la óptica de que “en Europa se encuentra la más hermosa raza de la humanidad” y que “La naturaleza, con lo perfecta que puede ser, hizo a los hombres blancos.”  (Tzvetan, 2009, pág. 133).

A la visión etnocentrista toma su basamento y convive sin mayores dificultades con la visión cristiana que en su sentido mas recalcitrante en el aspecto interpretativo, polariza a los que son merecedores de la gracia de Dios y a otros sin posibilidad de ser tomados en cuenta.

En tanto la bondad del todopoderoso, que los secretos de la Providencia Divina escapan a nuestra inteligencia humana, por lo que, equivocados por las apariencias, imploramos a menudo la intercesión de aquellos que han sido para siempre rechazados de su lado (Montes, 2019, pág. 11)

La reproducción de las desigualdades se visibiliza en homogeneidad de sus acciones cuando debería ser diferenciadas de acuerdo con las características del estudiante del que se trate.  (López, Steimber, & Tenti, 2008). Varios son los factores que inciden en el marcaje de las desigualdades. Uno de ellos es el sistema económico.  En este sistema, “la economía es la medida del ser humano, ignorando en algunas ocasiones la perspectiva humanista por una desmedida concentración de la riqueza desde las élites españolas y criollas”  (Ferrer, 1996, pág. 311). Históricamente, quienes podían acceder a un tipo de educación formal eran justo los que poseían el capital económico el cual podían intercambiar por educación que estaba al alcance de su solvencia.

Mirar a los propios comunes que pueblan el basto México multicultural, prurilingue con diversas condiciones socieconómicas y culturas, representa un reto mayúsculo que se agraba con la contrucción histórica que a denostado la apariencia, la comunidad y las lenguas originarias.

Resaltar los atributos de lo propio implica reconocer el signficado de lo propio-actual. Es decir, lo que las comunidades pueden presentificar como original, sin que se ignore desde los cuerpos académicos que toda presentificación de algo con el estatus de originalidad ha sufrido procesos de mezcolanza con elementos propios y externos  que enriquecen o cambian en algo la expresión original. Este proceo tiene impacto en la construcción de nuevos aprendizajes en los nuevos integrantes del grupo social que incoporan ese mundo que les ofrece expresiones que están en constante evolución: “Cada nueva experiencia que vivimos personalmente o bien observamos puede cambiar nuestros patrones mentales de algún modo, pero esos mismos patrones a menudo determinan cómo interpretamos la experiencia.”  (Rodríguez E. , 2012, pág. 56) y (Durkeim, 2013)

Una postura impregna el Nuevo Plan y Programa de Estudio que se puede leer como aprendizaje-servicio: que pretende integrar la escuela a la comunidad con  el aprendizaje. Se trata de una propuesta innovadora, por medio de el servicio voluntario a la comunidad y, por supuesto, el beneficio que pueden recibir los propios con los conocimientos y habilidades que genera la escuela para mejorar la generación de sapiencias. Lo interesante de este proceso es que también la escuela se verá influída en sus conocimientos y las formas en que se hacen las cosas y esa forma se rescatará de los saberes locales con acciones que emitan las maestras y los maestros de México en el entendido que tienen un conocimiento profundo de los saberes situados en la comunidad.

Bibliografía

López, N., Steimber, & Tenti, F. (2008). Política de Equidad Eduativa en México. México: UNESCO.

Beck, U. (2005). Qué es la globalización. España: Paidós.

Durkeim, E. (2013). Educación y sociología. México: Colofón.

Eggleston, J. (1977). Sociologia del curriculum. Argentina : Troquel.

Ferrer, A. (1996). Historia de la Globalización: origenes del orden económico mundial. Buenos Aires: FCE.

Montes, F. (2019). El decamerón. México: Porrúa.

Padilla, A. (2011). Representaciones de la infancia “anormal” y prácticas educativas de la educación especial en México (1890-1914). En R. Alvarado, Grupos marginados de la educación . México : IISUE.

Rodríguez, E. (2012). Los elementos clave para innovar con éxito: el ADN de la innovación . En E. Rodríguez, Innovar para el cambio social (págs. 41-117). Barcelona: El tinter.

Tzvetan, T. (2009). Nosotros y los otros. México: Siglo XXI.

Fuente de la información: https://revistaaula.com

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