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El examen más duro del mundo: viaje al pueblo chino donde estudian 16 horas al día

China/09 de Junio de 2018/El Confidencial

Cada año deja imágenes impactantes, como la de los estudiantes de Hubei con catéteres para inyectarse aminoácidos intravenosos. Así se prepara el «gaokao», el examen más duro del mundo

Las calles aledañas al Instituto de Maotanchang están tiznadas por el polvo rosado que dejan las barras de incienso al consumirse. Un grupo de mujeres enciende una mecha, une con serenidad las manos, agacha la cabeza, cierra los ojos y recita unas bendiciones. A solo unos días del “gaokao”, la prueba de acceso a la universidad en China, en este pueblo, célebre por su estricta institución educativa, las madres rezan porque el esfuerzo de estos años haya merecido la pena. Sus hijos llevan recluidos en esta escuela tres años -los que no aprueban a la primera, cuatro-. Estudian 16 horas al día cada día de la semana. Llegó la prueba definitiva.

Cada 7 y 8 de junio, 9,75 millones de estudiantes chinos -el equivalente a toda la población de Finlandia y Croacia juntas- compiten, durante dos días, por una plaza en las mejores universidades del país. Solo unos puntos sentencian quienes acudirán a centros de excelencia y quienes a las mediocres. No es baladí en un país en el que existen 3.000 universidades y solo nueve entre las 200 primeras del ranking de Shanghái.

Para millones de familias chinas conseguir que su hijo estudie una carrera es la única manera de escapar de la pobreza e invierten toda su energía y ahorros para lograrlo. Muchos prueban suerte en Maotanchang.

“Llevamos 13 años preparándonos. He tenido una vida dura pero tengo una buena familia, me han dado educación». Saca el cuaderno y escribe en inglés: “DREAM (sueño)»

El instituto, en un recóndito pueblo en las montañas de Anhui, está ubicado lo bastante lejos de cualquier distracción. Solo un minibús, abarrotado de agricultores y madres, lo conecta con la ciudad más próxima, Lu’an, a 68 kilómetros. Entre el rugido de los camiones, la carretera sortea estanques de loto, huertos, tractores, relucientes invernaderos y encharcados campos de arroz salpicados por espaldas encorvadas de las que asoman sombreros cónicos de caña.

Si en China hay municipios especializados en la fabricación de árboles de Navidad o cremalleras, Maotanchang vive en torno a los 20.000 estudiantes que se preparan para el “gaokao”.

Una hilera humeante de puestos de salchichas, tortitas y verduras aguarda ansiosa los escasos recreos de los alumnos. A las 17:05 exactas, una avalancha de adolescentes exhaustos abandonan la escuela y compran comida. Visten uniforme. Un chándal azul y blanco con unas letras en la espalda que rezan en inglés: I believe it I do it(Lo creo, lo hago). No pueden entretenerse. Apenas tienen 15 minutos.

Tres estudiantes durante la breve pausa para la comida en Maotanchang. (L.G. Ajofrín)
Tres estudiantes durante la breve pausa para la comida en Maotanchang. (L.G. Ajofrín)

“Nos levantamos a las 6, la primera clase es las 7 de la mañana y la última a las 11 de la noche”, admite, tímido, en inglés, un joven de gafas redondas, mientras apura un té helado en una de las cafeterías que han emergido frente al instituto. En la calle principal, hay establecimientos de comida rápida, tiendas de libros de texto, farmacias y puestos de incienso. Uno de sus compañeros dice que cuando pase el examen quiere ver películas, otro dormir, otra comer mucha carne. En las calles colindantes, se apilan pequeños talleres, con maquinas de coser y mujeres, más mujeres.

La mayoría de estudiantes de Maotanchang se traslada al pueblo con su madre. Para costearse la estancia, muchas de ellas trabajan en los talleres de costura. El auge de la escuela ha disparado el precio del alojamiento en el pueblo. Un apartamento minúsculo asciende a los 20.000 yuanes por semestre (unos 450 euros mensuales, lo mismo o más que en algunas de las grandes ciudades chinas). Huafang Chen trabaja en un hotel para financiar los estudios de su hija Weiting Sun, de 19 años. Proceden de Shanghái. Se han mudado al municipio las dos. El padre trabaja en una empresa de construcción en la ciudad. Aprovechan los ratos que tienen juntas los domingos (tres horas) y las noches previas al examen, cuando los estudiantes salen para lanzar linternas al cielo y pedir que les ilumine.

El insólito número de mujeres en este municipio chino también provoca imágenes llamativas. Como por las tardes, cuando decenas de ellas se reúnen en una plaza junto al río, encienden un altavoz a todo volumen y bailan. El “baile de la plaza” (“guǎngchǎng wǔ»), como se conoce al grupo de personas que se reúnen en los parques de China para bailar, aquí congrega a multitudes.

En China, no solo la vida de los jóvenes gira entorno al “gaokao”, también la de sus padres.

Tantas universidades como Starbucks

“Céntrate en el proceso, no en las consecuencias; el proceso se puede cambiar pero las consecuencias no”. Es el consejo que el padre de Zhon Zheng Ting le da a sus hijo de 18 años, a pocos días de una de las pruebas más importante de su vida.

A Zhon le gustaría ser profesor de Química e investigar. “Lo sé desde los 16 años, cuando conocí a una profesora de la que aprendí mucho, no solo de las asignaturas sino de la vida. Ella me aconsejó que estudiara Química”, explica el joven, en un inglés que pronuncia con esmero. Viste camiseta blanca, pantalón de chándal, mochila y un cuaderno para apuntar las palabras que no entiende de la entrevista. De la Química, le apasionan “algunos fenómenos”: “Por ejemplo cuando pones NA (sodio) en agua, es sorprendente”. Dice que en su escuela solo realizan experimentos sencillos “pero sé que hay universidades en las que hacen muchos experimentos, por eso también quiero entrar en una buena”, aclara, sonriente, mientras bebe su cappuccino.

Zhon Zheng estudia de lunes a viernes interno en un instituto de Shanghái. Los domingos los dedica a las Matemáticas. (L.G. Ajofrín)
Zhon Zheng estudia de lunes a viernes interno en un instituto de Shanghái. Los domingos los dedica a las Matemáticas. (L.G. Ajofrín)

La entrevista tienen lugar días antes del examen, en uno de los más de 600 Starbucks de Shanghái. En la tierra del té se abre una cafetería de esta cadena cada 15 horas; ya hay 3.000. Puede servir como indicador económico que en China ya hay la misma colosal cifra de Starbucks que de universidades –abren un nuevo centro cada semana-. Zhon ha elegido este lugar porque se encuentra al lado de la academia extraescolar -conocidas como “Bǔxí bān”- en la que prepara Inglés los sábados. De lunes a viernes, estudia interno en un instituto de Shanghái. Los domingos los dedica a las Matemáticas. Después de la entrevista, le queda otra clase. Cuando no estudia, juega el baloncesto y ve películas.

El examen más estricto del mundo

El “gaokao” examina tres asignaturas obligatorias: Matemáticas, Chino y Lengua extranjera y una optativa de Ciencias o Humanidades. Dura dos días. Puntúa en una escala de 750 puntos. Incluye ejercicios tipo test, completar espacios en blanco y ensayos. En 2017, pidieron a los estudiantes que escribieran un texto de al menos 800 palabras sobre una conversación entre científicos de “cómo hubiera reaccionadoThomas Edison ante el teléfono móvil si apareciera en el siglo XXI?”, recuerda la revista ‘That’s Beijing’.

En el libro de 2018 para preparar Inglés -que hemos adquirido en Maotanchang- hay textos sobre el “Lenguaje corporal”, “El Sentido de humor inglés”, “Los parques”, “Los científicos”, “El Arte”, “Los Poemas” o “Una vida saludable”. Un error en una pregunta puede echar por tierra años de trabajo.

El curso previo al examen es decisivo. Existe mucha presión. Cada año deja imágenes impactantes, como la de los estudiantes del instituto Xiaogan No. 1 de Hubei, que en 2012 subieron a Internet fotos de la clase, con mesas abarrotadas de libros y catéteres para inyectarse aminoácidos intravenosos y recuperar la energía sin perder ni un segundo.

“Llevamos 13 años preparándonos para este examen -continúa Zhong- es muy importante, puede cambiar la vida de mucha gente”. “Si saco una buena nota, entraré en una buena universidad y tendré más oportunidades que otros estudiantes”. Dice que su padre le ha motivado mucho, es conductor. “Hemos tenido una vida dura pero tengo una buena familia, no sé cómo explicarlo…”, titubea. “Me han dado una buena educación. Es suficiente. En definitiva… -saca el cuaderno y escribe en inglés: “DREAM” (sueño)-”.

EDUARD FERNÁNDEZ. PEKÍN

“Europa cree en el talento, China en el trabajo”

“En Occidente se cree en el talento; en China, que cada niño puedo lograrlo con trabajo duro”, sentencia a El Confidencial, la periodista Leonora Chu, autora del libro ‘Little Soldiers’ (Soldaditos), en el que analiza el sistema educativo chino desde su doble perspectiva (Oriente/Occidente), como hija de inmigrantes chinos que ha pasado casi toda su vida en Norteamérica y ahora como madre de un niño nacido en Norteamérica, de padre norteamericano, que ingresa en una escuela pública china, tras mudarse a Shanghái. Insiste en que “sacamos conclusiones demasiado rápidas” sobre un sistema tan grande y complejo: “Si lees los titulares de los periódicos, están muy polarizados: ‘La educación china es terrible’ o ‘la educación china es genial; deberíamos hacer como ellos”, continúa. En China estudian 260 millones de jóvenes y dan clase 15 millones de profesores, según la OCDE.

Paradójicamente, en el año 2000, cuando Chu, su marido y si hijo se mudaron a Shanghái, China debutaba en la evaluación internacional sobre competencias de la OCDE entre niños de 15 años, PISA. Lo hacía representado por Shanghái con sorprendentes resultados y liderando todas las materias: 613 puntos en Matemáticas (el siguiente en la lista, Singapur, obtuvo 573, muy lejos de España con 484 o Estados Unidos, con 481); 580 en Ciencias (el siguiente en las lista, Hong Kong, obtuvo 555 puntos, lejos de los 497 de EEUU y 496 de España) y 570 en habilidad lectora (el siguiente, Hong Kong consiguió 545 y EEUU y España, 498 y 488, respectivamente).

Estudiantes gritan durante una convocatoria antes del gaokao, en un instituto de Anyang, en la provincia china de Henan. (Reuters)
Estudiantes gritan durante una convocatoria antes del gaokao, en un instituto de Anyang, en la provincia china de Henan. (Reuters)

“¿Cree que los rankings que comparan países tan distintos están cambiando la forma en la que entendemos la educación y convirtiéndola en una competición?”, preguntamos a la autora de ‘Little Soldiers’. “No sé si trata tanto de que la OCDE está haciendo esos rankings o de que la gente quiere eso. Ocurre lo mismo con las noticias y periódicos respondiendo a lo que quiere la audiencia. Lo que creo que no ayuda es que la gente use estos rankings para decir qué sistema es mejor, porque si lo analizamos, la realidad es mucho más compleja. Finlandia es un país desarrollado de cinco millones de habitantes, y China es un país en desarrollo, con 1.300 millones de personas, en el que hace 50 o 60 años, cuatro de cada cinco ciudadanos no sabía leer. ¿De verdad puedes compararlos? Creo que estas evaluaciones pueden ofrecer información útil dependiendo de cómo las uses, si lo haces de una manera constructiva”, asegura.

Existen muchos elementos que participan en la realidad educativa: Chu habla del ‘hukou’, el registro de los ciudadanos chinos por el lugar de nacimiento que dificulta que residan, estudien o trabajen en otros sitios, especialmente si han nacido en las zonas rurales. “Si hubiese un equivalente en Estados Unidos, a mí me habrían obligado a los 15 años a mudarme a mi lugar de nacimiento, en Filadelfia, para asistir al instituto, aunque no conociera a nadie en la ciudad”, explica. “Más que eso, los exámenes de acceso varían en contenido dependiendo de dónde se hacen y las universidades adjudican más vacantes a algunas provincias”, añade.

El «gaokao» es la herencia del «jinshi», una especie de oposición imperial. La competencia era feroz pero aprobarlo implicaba entrar a formar parte de la burocracia

En su libro, Chu también se refiere a las graves diferencias entre el campo y la ciudad, a veces con niños que se crían solos porque los padres trabajan en condiciones míseras a kilómetros de distancia (el documental ‘Down from the Mountains’, ganador del World Press Photo de 2018, narra su historia). Se calcula que unos 9 millones de niños de las zonas rurales de China viven solos o al cuidado de otros familiares. O a la feroz competitividad y las muchas horas de estudio, extraescolares y deberes de niños sin infancia son otros de los retos que el vasto sistema educativo chino tiene pendiente.

Dice Chu que “podemos fijarnos en eso y criticarlo o aprender de lo bueno”. En su caso, prefiere lo segundo: “Yo me quedo con que aquí el trabajo duro compensa en clase”. “En Occidente existe una mayor tendencia a creer en los talentos y que esos talentos juegan su papel en las asignaturas académicas; en China, en general, no se cree eso, lo que quiere decir que cada niño que emprende el viaje educativo realmente cree que puede lograrlo con trabajo duro”, aclara. “O el respeto que se tiene por los profesores y por la educación en China; no tiene parangón”.

En cuanto a los retos del sistema educativo chino, Chu admite que “la presión es muy alta, los niños pasan tantas horas estudiando, ese es un hecho, todo el mundo lo sabe, pero cuando tratas de reducir esa presión tienes que buscar otra manera de seleccionar: ¿evaluaciones, cartas de recomendación…?”.

Estudiantes la tarde antes del 'gaokao' en un instituto de Handan, en la provincia de Hebei. (Reuters)
Estudiantes la tarde antes del ‘gaokao’ en un instituto de Handan, en la provincia de Hebei. (Reuters)

El legado de la oposición imperial

Las vidas que giran en torno a un examen, en China no son un fenómeno reciente. El “gaokao” fue instaurado en 1952, se suspendió en 1966 durante la Revolución Cultural -que envió a los jóvenes a las comunas rurales- y se recuperó en 1977. Pero la cultura del examen en esta parte del mundo es milenaria. El profesor Kai-ming Cheng, catedrático de Educación en la Universidad de Hong Kong y anterior decano de Educación, usa el término “culturas palillos” para referirse a todos los países que comparten dos características: comen con palillos y durante siglos se enfrentaron al examen imperial: Corea, China continental, Hong Kong, Japón, Taiwán, Macao y Vietnam.

Hoy, el «gaokao» es, en parte, la herencia del «jinshi», “la madre de todos los exámenes”, como lo denomina la autora de ‘Little Soldiers’, una especie de oposición imperial que existió en China -y después en otros países de Asia oriental- desde el siglo VII d.C hasta comienzos del siglo XX (durante unos 1.300 años) al que cualquier varón, sin importar su origen, se podía presentar. La competencia era feroz pero aprobarlo implicaba entrar a formar parte de la burocracia imperial y cambiar tu destino y el de toda la familia. Aquello hizo calar a fondo la meritocracia pero también asentó la idea de que enseñanza y examen iban de la mano. Chu alude a un refrán popular: “En China se dice que se valora al que ‘chiku’ (come amargo)”.

El día decisivo: exámenes vigilados con drones

Cada 7 y 8 de junio, el «gaokao» se convierte en un evento multitudinario que congrega a millones de padres frente a las puertas de los centros donde se celebra la decisiva prueba. Cada año se perfeccionan las medidas para evitar trampas como el reconocimiento facial y de huellas digitales, drones o dispositivos para bloquear la señal de los teléfonos móvilessegún la agencia Reuters. La suerte está echada… Los resultados se conocerán el 23 de junio.

Fuente: https://www.elconfidencial.com/mundo/2018-06-07/viaje-al-pueblo-chino-donde-estudian-16-horas-al-dia_1574814/

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Cómo dueles, Guatemala

Por: Prensa Libre/Marielos Monzón/06-06-2018

Solamente un día después del entierro de Claudia Patricia Gómez, la joven migrante de San Juan Ostuncalco, Quetzaltenango, asesinada por un patrullero gringo en la frontera de los Estados Unidos, volvemos a ver de cerca otras muertes que nos interpelan. Nuevamente un fenómeno natural en un país como el nuestro se cobra la vida de compatriotas que tienen con Claudia un denominador común: la pobreza y la exclusión de sus familias y de las comunidades en las que les tocó nacer.

Lo ocurrido con Claudia, que intentó abrirse un camino en Guatemala y no lo consiguió, y lo que pasó el domingo con decenas de niños, niñas, jóvenes y adultos de las áreas aledañas al Volcán de Fuego que murieron quemados y soterrados, o están heridos o desaparecidos, nos habla de la clase de sociedad que somos. Una que expulsa a su niñez y juventud por falta de oportunidades, por violencia y por la negación de sus derechos más elementales; una que condena a las grandes mayorías a la muerte porque su situación de vulnerabilidad les coloca en un peligro permanente. Una donde hay un grupito que lo tiene todo a costa de que miles estén sumidos en la miseria; desigualdad que le dicen.

En la portada de Prensa Libre del sábado 2 de junio había una pregunta desgarradora: ¿Es Guatemala el peor país para ser niño? La nota de Andrea Orozco nos daba la respuesta. De acuerdo con un estudio de la organización Save The Children, el nuestro es el peor lugar de América Latina para nacer y crecer. De 28 países evaluados, Guatemala está en el último puesto cuando se analizan las amenazas que afectan a las niñas y a los niños: exclusión en los servicios de salud y educación, trabajo infantil, matrimonio y embarazo adolescente y violencia extrema —hasta marzo de 2018, 126 pequeñas/os murieron decapitados, estrangulados, víctimas de la violencia armada y de armas blancas—.

Es más, “Guatemala se caracteriza por la discriminación contra las niñas”, resalta el documento, que habla también de la tasa de mortalidad infantil (30%, según datos de la última encuesta de salud materno-infantil) y de cómo de cada 10 niños/as que se ven obligados a trabajar, solamente tres reciben un pago. Este es el rostro de un sistema construido sobre la base de los privilegios de las élites, sobre el racismo y la exclusión. Esta es la cara detrás de la migración forzada de miles de niños, niñas y adolescentes que huyen de la tragedia de haber nacido pobres y chapines.

La OIM reportó en 2017 la muerte de 249 migrantes en la frontera entre México y EE. UU. Hasta marzo de 2018 se registraron 77 muertes y 18 desapariciones. Solo en 2017 fueron capturados 14 mil 827 niños, niñas y adolescentes no acompañados que salieron de un país que los expulsa, los estigmatiza y los excluye a otro que también les discrimina y les trata con violencia.

No son pobres porque quieren. Tampoco se van porque quieren, los estamos echando. ¿Y qué hace la institucionalidad pública para protegerles? ¿Qué la cancillería y la presidencia, que no tienen tiempo más que para su pleito personal con la Cicig? ¿Qué, como sociedad, además de las campañas de acopio de víveres cada vez que ocurre una tragedia?

Nada de fondo, todo puro maquillaje hasta que la realidad nos estalla en la cara otra vez. Si no fuera por misioneros como los que sostienen las casas del migrante, por organizaciones que atienden a pequeñas víctimas de violencia o por aquellas que activan la solidaridad en momentos críticos, la situación sería —porque se puede— aún peor. Nos dueles, Guatemala.

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Entrevista a Sileoni: “El destino que ellos piensan para la pobreza no es estudiar”

Argentina/02 de Junio de 2018/Diario Contexto

Entrevista a Alberto Sileoni

Por: Diana Giménez

El exministro de Educación del kirchnerismo, que creó nueve universidades en la provincia, salió a desmentir a Vidal y consideró que «el neoliberalismo aborrece la igualdad”.

“¿Es equitativo que durante años hayamos poblado la provincia de Buenos Aires de universidades públicas, cuando todos los que estamos acá sabemos que nadie que nace en la pobreza en la Argentina hoy llega a la Universidad?”, fueron las palabras de la gobernadora María Eugenia Vidal en una conferencia en el Rotary Club que generaron un fuerte repudio dentro y fuera de las universidades.

El exministro de Educación de la Nación y profesor de la Universidad de Hurlinghan, Alberto Sileoni, salió al cruce y afirmó que “lo que dice Vidal es falso”, y explicó que “en el último tiempo los quintiles más bajos, o sea los pibes más pobres de la provincia, han incrementado mucho su asistencia a la Universidad”.

Los datos de Sileoni provienen de un informe presentado en 2016 del Observatorio Educativo de la Universidad Pedagógica Nacional (UNIPE) en el cual se destaca que desde la llegada de las nuevas universidades se registra “un significativo incremento absoluto de las personas que asisten a universidades públicas (89 mil en total), lo que implica un aumento de la matrícula de 39% entre 2008 y 2015”, y que “es posible advertir que dicho incremento fue más intenso en los quintiles de ingresos más bajos: 47% en el quintil 1 y 95% en el quintil 2, lo que significa que hay 41 mil nuevos estudiantes universitarios en el Conurbano bonaerense que provienen de hogares de sectores populares”.

ALBERTO SILEONI: “EN EL ÚLTIMO TIEMPO LOS QUINTILES MÁS BAJOS, O SEA LOS PIBES MÁS POBRES DE LA PROVINCIA, HAN INCREMENTADO MUCHO SU ASISTENCIA A LA UNIVERSIDAD”.

En un sincericido, Vidal apuntó contra las universidades que se realizaron durante la gestión de Cristina Fernández de Kirchner. Alberto Sileoni estuvo a cargo de la cartera de Educación de 2009 a 2015 y fue uno de los partícipes centrales de la creación de nueve unidades académicas en la provincia: la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ) en Florencio Varela, la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV), la Universidad Nacional de José C. Paz (UNPAZ), la Universidad Nacional de Moreno (UNM), la Universidad Nacional del Oeste (UNO), la Universidad Nacional de Hurlingham (UNAHur), la Universidad de San Antonio de Areco (UNSAdA), la Universidad Pedagógica –que primero fue provincial y luego se nacionalizó– y la Universidad de Ezeiza.

“La gobernadora se pierde la riqueza de miles de estudiantes de su territorio que van a la Universidad. Se pierde la riqueza de poder ver que en esas universidades hay estudiantes”, sostuvo Sileoni, y agregó que “la gobernadora no sólo no lo ve, sino también da datos falsos”, consideró el exministro en declaraciones a FM Raíces.

Fiel aprendiz del presidente Mauricio Macri, quien en 2015 cuestionó la creación de unidades académicas (“¿Qué es esto de universidades por todos lados?”), Vidal dejó en evidencia una postura que Cambiemos viene impulsando desde el inicio de su gestión, eliminando las paritarias nacionales, ajustando en Ciencia y Tecnología y llegando a 2018 con el recorte del presupuesto universitario que alcanza los 3 mil millones de pesos, dejando en jaque el funcionamiento de las diferentes unidades académicas.

En ese marco, el exministro consideró que “el neoliberalismo aborrece la igualdad. Entonces, claramente no apuesta a las posibilidades, sino a una sociedad meritocrática en donde quepan sólo algunos. Para ellos, los pobres ya tienen un destino: el destino que ellos piensan para la pobreza no es estudiar, no es la Universidad”.

“EL NEOLIBERALISMO ABORRECE LA IGUALDAD. ENTONCES, NO APUESTA A LAS POSIBILIDADES, SINO A UNA SOCIEDAD MERITOCRÁTICA EN DONDE QUEPAN SÓLO ALGUNOS. EL DESTINO QUE PIENSAN PARA LA POBREZA NO ES ESTUDIAR”.

“Piensan sociedades más chiquitas. La expresión ‘para qué tantas universidades’ implica también que ‘yo tengo plata y voy a donde esté la universidad’. Ellos estudian en esas universidades, estén donde estén, y por supuesto la mayoría de ellos van a universidades privadas”.

La contracara del planteo de Vidal la tuvo el kirchnerismo, que priorizó la construcción de universidades en los territorios, buscando una cercanía con sus estudiantes. “Mis estudiantes me dicen que están acá porque la universidad está acá, que si estuvieran a dos horas de viaje no podrían. Hay un concepto de cercanía geográfica, pero también hay un concepto que una Universidad en el medio de una barriada populosa que está más cerca desde lo humano, desde lo cultural, que te invita a entrar”, destacó Sileoni.

Una de las universidades creadas durante la gestión anterior es la UNAJ. Ubicada en Florencio Varela, nuclea estudiantes de todo el Conurbano sur y tiene al 90% de sus estudiantes que son la primera generación universitaria de su familia. Arnaldo Medina, vicerrector de esta unidad académica, destacó que las declaraciones de Vidal “hieren a toda las universidades argentinas”. “Estamos en un lugar donde no había acceso a la educación superior. No importa la condición social: tienen que tener acceso en cualquier territorio y los derechos tienen que ser para todos los ciudadanos”, sostuvo el referente de la UNAJ.

Recalculando

Ayer por la mañana, ante el fuerte repudio, Vidal apeló a un guión duranbarbista y anunció un crecimiento en la cantidad de adultos mayores estudiando. “Para que todos tengan su oportunidad, tenemos que apoyar la educación pública, desde el nivel inicial hasta la Universidad pública”, dijo. Y agregó que políticas como la implementación del boleto educativo están “ratificando nuestro apoyo a la Universidad pública”. Al tiempo que afirmó que la educación “es la verdadera herramienta para salir de la pobreza”.

“Ojalá que la gobernadora se haya dado cuenta”, sostuvo Sileoni. “Ojalá hubiera sido una excepcionalidad, pero no lo veo así en esta alianza de gobierno: lo vienen diciendo hace treinta meses”, concluyó el exministro.

Fuente: http://www.diariocontexto.com.ar/2018/06/01/sileoni-el-destino-que-ellos-piensan-para-la-pobreza-no-es-estudiar/

 

 

 

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“Los pobremente educados”

Por: Orlando López-Selva

El fenómeno de la inmigración europea fue único. Debido al nazismo, Alemania, una potencia entonces, forzó a muchos de sus científicos a huir a Estados Unidos.

El jefe del personal de la Casa Blanca, John Kelly, acaba de declarar: “Creo que la vasta mayoría de los inmigrantes indocumentados que cruzan la frontera sur hacia los Estados Unidos no asimilan bien porque están pobremente educados”.

Washington tiene el derecho soberano para decidir  quién entra o no a EUA. Pero, cuando escuchamos aseveraciones como estás, surgen muchas preguntas.

Mi punto: hay un miedo subyacente, un temor sobrecogedor. Lo dicho puede ser, estadísticamente tendiente a; pero no implica una verdad absoluta. No puede ser aplicable a todos. Y hay algo más: se evidencia sobrada arrogancia de políticos con débiles destrezas. Si los latinos que emigran hacia allá son tildados de menos educados, eso solo los hace menos competentes. ¿Cómo definen ellos educación?

Es cierto que la mayoría de los inmigrantes que llegan del sur no tienen grandes títulos universitarios. Pero, ¿los tenían los antepasados de estos que hoy hablan tan desdeñosamente, cuyos abuelos emigraron desde las islas británicas?

El fenómeno de la inmigración europea fue único. Debido al nazismo, Alemania, una potencia entonces, forzó a muchos de sus científicos a huir a Estados Unidos.

¿O el señor Kelly dice esto porque los inmigrantes del sur no hablan tan bien el inglés?

¿Qué tan hábiles son los norteamericanos para aprender de otras culturas? Si ellos emigraran a países de habla no-inglesa, ¿se sentirían bien si fueran infravalorados por sus pobres habilidades lingüísticas?

Claro, ¿quién interpreta, desapasionadamente, las estadísticas? ¿El señor Kelly habla así porque está prejuiciado? ¿O asume que sus declaraciones son irrefutables?

¿Qué dirían los alemanes (¡pongo este ejemplo, porque siendo el inglés una lengua germánica les es más cercana, ya que no veo a un norteamericano hablando a la perfección un idioma romance o eslavo!) si evaluaran las destrezas de los residentes estadounidenses en Alemania?

Verídico; hay latinoamericanos a quienes les cuesta mucho aprender inglés. Pero ello no los hace menos educados. Tienen una desventaja comunicacional. Tampoco, por el hecho de hacer labores manuales, tienen menos valor. ¿Qué tipo de trabajo haría un norteamericano medio si se fuera a China o Alemania, con las sabidas competencias lingüísticas que ellos tienen? ¿Dónde quedarían en la escala social? ¿Cuánta facilidad tienen los norteamericanos promedio para aprender idiomas?

Claro, argumentan dos cosas: 1) en Estados Unidos se habla inglés y los que lleguen deben aprender la lengua del país (¡Validísimo!); 2) los norteamericanos no tienen por qué aprender otro idioma; el inglés es universal (¡Prepotencia!)

Tales expresiones viniendo de un funcionario republicano―no son sorprendentes. Esta casta política estadounidense en el poder nunca ha dado muestras de moderación, recato o discreción en su discurso. Esas declaraciones son ofensivas.

En mi opinión, constituye un insulto cultural, que espero los gobiernos latinoamericanos sepan responder con dignidad, entereza y exigiendo respeto.

Uno no trata de esta manera a los vecinos. Pero, bueno, si estos señores siguen así: ¿cuántos amigos perderá ese Gobierno?

Obviamente, también hay un miedo subyacente. En Washington perciben que los que hablan otros idiomas aumentan, numéricamente. Por eso, los republicanos se empequeñecen sin asumir el reto: conocer otras culturas. Es una fobia etno-céntrica. ¿Impotencia o debilidad?

Hay casi 50 millones de ciudadanos norteamericanos e indocumentados residentes―que hablan español solamente o ambas lenguas: español e inglés. Es la minoría creciente, pujante, apabullante que tiene también muchos valores  universales. No hay culturas superiores; simplemente hay muchas culturas.

En este contexto, si bien todos los pueblos en mayor o menor medida estamos anuentes a aceptar cambios que nos llegan con la globalización, ¿por qué los estadounidenses precursores de la idea de la globalización―son reacios a abrirse a otras culturas?

El señor John Kelly trató de suavizar sus declaraciones diciendo que estas personas no tienen “destrezas” (otro prejuicio, pues él no conoce a todos los inmigrantes). ¿Cómo puede él definir qué es ser diestro o no? Y que “no son malas personas”.

Obviamente que a nivel gubernamental, los políticos republicanos no parecen dispuestos a aceptar cambios culturales. A lo más que llegan es a adoptar algunas mejicanadas: comer nachos, burritos, quesadillas o a beber “Corona”, ―palabras advenedizas en sus hogares. Y a eso, ellos le llaman “culturizarse”. Lo siento. Eso no es así.

Pero siguen sin encontrar razones válidas. Pero, un día deberán comprender y aceptar que el bilingüismo también es un hecho estadístico creciente, que ya no pueden ocultar.

Así, los temores subyacentes, las debilidades culturales o la cerrazón hacia otros, siguen siendo flancos frágiles en una sociedad que siempre se autocalifica de moderna y abierta.

Fuente: https://www.elnuevodiario.com.ni/opinion/464131-educados/

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Pobreza, conflictos y exclusión amenazan a la mitad de los niños en el mundo, según informe

Alemania/02 de Junio de 2018/El Comercio

Más de la mitad de niños en todo el mundo ve su infancia perjudicada por algún tipo de amenaza como la guerra, la pobreza extrema o la discriminación de las niñas, según un informe presentado hoy, 30 de mayo del 2018, por la organización humanitaria internacional Save the Children.

La infancia de más de 1 200 millones de niños y niñas de todo el mundo está en juego, se advierte en el informe ‘Los rostros de la exclusión’, en el que se destaca que los menores de África Central y Occidental son los que más expuestos están.

«El matrimonio infantil, el trabajo infantil y la falta de alimentación son sólo algunas de las alarmantes situaciones que roban la infancia a los niños», dijo la gerente de Save The Children en Alemania, Susanna Krüger.

En la mayoría de países de América Latina y en el Caribe la situación de los menores registra una mejoría.

Los avances para impedir el trabajo infantil en Perú o el Salvador mejoró la calificación de estas naciones.

En Panamá y Venezuela, sin embargo, la situación empeoró. En el caso de Panamá debido a que menos niños han sido escolarizados en comparación con años anteriores, situación que también se observa en Venezuela, donde además aumentó la mortalidad infantil.

En el estudio, que se llevó a cabo en 175 países, se señala que en total la situación ha mejorado en términos generales en 95 países, mientras en una cuarentena ha empeorado considerablemente. Níger sigue siendo el que está en la cola de la lista. Mali, la República Central Africana y Chad le siguen de cerca.

De entre los países iberoamericanos, solo dos figuran entre los 15 primeros: Portugal en el lo más alto (puesto 11), seguido de España (en el 14), Chile (en el 58), Argentina (en el 73), Brasil y México (en el 93), Perú (en el 95).

El índice se elabora tras comparar indicadores como la falta de alimentos, el acceso a la educación, la alimentación, problemas de salud y violencia extrema.

Save the Children exige a todos los gobiernos que permitan a todo menor comenzar su vida de forma óptima. «Las naciones tienen que actuar para que se puedan cumplir los acuerdos de sostenibilidad de la ONU y ofrecer a todos los niños sin excepción un futuro», dijo Krüger.
 

Fuente: http://www.elcomercio.com/actualidad/infancia-amenazados-ninos-mundo-informe.html

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No solo las guerras hacen de África un foco de pobreza

África/26 de Mayo de 2018/Europa Press

Los conflictos, la alta deuda del colonialismo, la debilidad institucional casi crónica y la corrupción «omnipresente», son algunas causas de la pobreza en África, según apuntaba el subsecretario general de la ONU y administrador adjunto del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Magdy Martínez-Solimán, tras publicarse los datos correspondientes al Índice del Desarrollo Humano 2016. Este viernes 25 de mayo se celebra el Día de África.

Pero no sólo las guerras son las que hacen de África un foco de pobreza. Según indicó el experto a Europa Press, otros factores determinantes son: la debilidad del sistema educativo y de salud, la dependencia energética, la economía rural de subsistencia y sin apenas exportaciones o la mala gobernabilidad. Además, apuntaba que son países que nacen con muy poco y recordaba también que la «deuda» del periodo colonial es «muy alta».

La pobreza extrema se ha desplazado a lo largo de la última década desde la costa atlántica africana (Guinea Bissau, Burkina Faso y Sierra Leona) a la ribera del Lago Chad y el centro del continente (República Centroafricana, Níger y Chad), según se desprende de los datos correspondientes al Índice del Desarrollo Humano 2016, en comparación con el IDH de 2007-2008.
Hace una década, Sierra Leona era el país menos desarrollado del mundo, seguida por Burkina Faso, Guinea-Bissau, Níger, Mali, Mozambique, República Centroafricana, Chad, Etiopía y República Democrática del Congo. Diez años después, la instantánea de los diez países a la cola del desarrollo no se mueve de África pero se desplaza al interior, en concreto, hacia República Centroafricana –el último país en grado de desarrollo humano del mundo–, Níger y Chad.  A estos les siguen Burkina Faso, Burundi, Guinea, Sudán del Sur, Mozambique, Sierra Leona y Eritrea.

Tal y como constató Martínez-Solimán, se ha producido un desplazamiento de la pobreza en la última década hacia el centro de África, hacia la zona ribereña del Lago Chad y lo atribuye al movimiento de los «epicentros de conflictos».

Según precisó este experto, si se observa la lista de los países con menos desarrollo del planeta, en ella se encuentran aquellos que han sufrido un conflicto «de manera muy prolongada», como República Centroafricana, Níger, Burundi, Guinea, Sudán del Sur o Sierra Leona. «Las guerras generan una sangría de desarrollo humano», puntualizó.

RESPONSABILIDAD COMPARTIDA

Para Martínez-Solimán, la responsabilidad de tal pobreza es «compartida» entre los propios países africanos y el primer mundo; de las élites locales que a veces han esquilmado las riquezas del país y de los gobiernos que han hecho «la vista gorda» cuando sus multinacionales exprimían el limón sin preocuparse de un buen comportamiento.

Por el contrario, otros países que hace diez años se encontraban a la cola del desarrollo han subido posiciones. Es el caso de Guinea Bissau, con una mejora que Martínez-Solimán achacaba a una cierta estabilización y al incremento de los ingresos gracias a actividades económicas o licencias pesqueras.

La responsable del Programa de Desarrollo Sostenible de la ONG Alianza por la Solidaridad, Almudena Moreno, que viajó a Guinea Bissau durante los últimos diez años, contó a Europa Press que esta subida en el ranking no es tan visible en las zonas rurales en las que ellos trabajan –Gabú y Bafatá– donde la desigualdad «sigue siendo grande», especialmente para las mujeres.

 Algunos ejemplos concretos de esta pobreza en las zonas rurales son la falta de suministro eléctrico o un servicio de salud al que solo pueden acceder los más privilegiados. A esto se suman los efectos del cambio climático que tan pronto provoca una sequía como lluvias erráticas muy abundantes que afectan a los cultivos.

En todo caso, Moreno apreciaba algunas diferencias a mejor entre la fotografía del Guinea Bissau que ella conoce de hace diez años y el de ahora, gracias al trabajo de las ONG y de la sociedad civil: tierras recuperadas frente a las baldías de hace una década; mujeres en primera línea defendiendo sus intereses frente a las que se quedaban calladas detrás de los hombres; y huertas ordenadas que producen todo el año frente a las abandonadas de entonces.

DE LOS OBJETIVOS DEL MILENIO A LOS DEL DESARROLLO SOSTENIBLE

Para combatir esta pobreza en sus múltiples dimensiones, al inicio del nuevo milenio, los líderes mundiales se reunieron en las Naciones Unidas con el objetivo de idear una estrategia, lo que se tradujo en los llamados Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) que se lanzaron en 2000 y que expiraban en 2015.

Los máximos dirigentes a nivel mundial pusieron el foco en ocho puntos a abordar en el curso de 15 años, entre los que se encontraban: Erradicar la pobreza extrema y el hambre; Lograr la enseñanza primaria universal; Promover la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer; o Reducir la mortalidad de los niños menores de 5 años.

Niños en Benín

«Los ODM ayudaron a que más de 1.000 millones de personas escaparan de la pobreza extrema, a combatir el hambre, a facilitar que más niñas asistieran a la escuela que nunca antes, y a proteger nuestro planeta», defendía el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, en el informe sobre el grado de cumplimiento de los ODM de 2015, donde añadía que, a pesar de los «notables» logros, era «profundamente consciente» de que las desigualdades persistían.
No solo las guerras hacen de África un foco de pobreza

Ante este clima, el 25 de septiembre de 2015, más de 150 líderes mundiales se dieron cita en Nueva York (Estados Unidos) en la Cumbre de Desarrollo Sostenible durante la que adoptaron una nueva agenda en esta materia con la vista puesta en 2030, y donde se aprobaron los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que tomaron el relevo a los ODM y que, a diferencia de estos, fueron el resultado de un proceso de negociación en el que han participado los 193 Estados miembros de la ONU, la sociedad civil y otras partes interesadas.

PONER FIN AL HAMBRE Y GARANTIZAR LA EDUCACIÓN

En concreto, se enumeraron un total de 17 ODS, entre los que se encuentran: Poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo; Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible; Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad; y lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres.
No solo las guerras hacen de África un foco de pobreza

También se proponen: Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible; Garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos; Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos; Conservar y utilizar en forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos; y Luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y poner freno a la pérdida de la diversidad biológica, entre otros.

Según se recoge en el documento final aprobado en el marco de la cumbre de las Naciones Unidas para la aprobación de la agenda para el desarrollo después de 2015, la próxima reunión del foro político de alto nivel, organizada bajo los auspicios de la Asamblea General, tendrá lugar en 2019.

El economista Jeffrey Sachs, director de la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible, aseguró en marzo de 2017 a su paso por España que «el desarrollo sostenible es el camino a seguir» y que todas las naciones necesitan «una economía inteligente, justa y sostenible». Si bien, alertó de que no es fácil avanzar con políticas e ideales «intolerantes» como los del presidente de EEUU, Donald Trump.

En todo caso, se mostró «optimista» sobre la consecución de los ODS para 2030 y puso de relieve los avances conseguidos en los últimos años en los que «la pobreza extrema ha disminuido desde el 37% en 1990 a un 9,6% en 2015» y se han conseguido mejoras «con respecto al índice de mortalidad y el control de las enfermedades».

Fuente: http://www.europapress.es/epsocial/derechos-humanos/noticia-no-solo-guerras-son-hacen-africa-foco-pobreza-20180524182105.html

 

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Esposas de los dioses: las niñas esclavizadas por los pecados de su familia

Por: BBC Mundo

Miles de niñas y mujeres en África occidental han perdido su libertad por una práctica que ha perdurado a través de los siglos conocida como trokosi.

«Cuando tenía 7 años, me trajeron a Ghana y me forzaron a ser parte de un sistema del que no sabía nada», cuenta Brigitte Sossou Perenyi.

«Me secuestraron y me mantuvieron como una esclava en un santuario religioso».

«Este sistema me robó mi infancia», reflexiona la joven 20 años después de haber sido liberada.

Brigitte había sido entregada para «pagar» por el delito de adulterio que había cometido su tío y se suponía que pasaría toda su vida allí.

Ni siquiera sabía por qué la habían sacado de su hogar y de su país.

«Me dijeron que me tenía que ir de la casa y vivir con mi tío».

«Me subieron en la parte de atrás de una motocicleta, cuyo conductor ni siquiera conocía».

«Pensé que el viento fuerte era lo que hacía que me salieran las lágrimas, pero creo que realmente estaba llorando porque me estaban apartando de mi familia».

«Me dejaron en un lugar en el que nunca antes había estado. Ni siquiera entendía el idioma».

Desde las 5 de la mañana

A Brigitte la despojaron de su ropa y la envolvieron en un paño morado, dejando sus hombros y brazos descubiertos.

Tenía que poner sobre mi cabeza baldes pesados de agua»

Brigitte Sossou Perenyi

«Incluso me quitaron mi nombre», evoca.

La niña había sido llevada a una especie de santuario, que era dirigido por un sacerdote y en donde se adoraban deidades.

Le pusieron la etiqueta de trokosi o «esposa de los dioses», es decir, alguien que pagaba por un crimen cometido por un familiar.

Cada mañana se tenía que levantar a las 5 de la mañana para buscar agua.

«Tenía que poner sobre mi cabeza baldes pesados de agua. Era un trabajo físico duro para una niña», recuerda.

También la hacían trabajar en la granja durante jornadas largas.

«No me dejaban jugar ni ir a la escuela. Estaba en un aislamiento absoluto», señala.

La adopción

En 1997, un equipo de periodista del programa estadounidense 60 Minutes de la cadena CBS filmó las condiciones en las que se encontraba Brigitte.

«Recuerdo haber sentido una gama de emociones diferentes», recuerda de ese día.

«¿Extrañas a tus padres?» le preguntó la periodista.

«Sí», dijo.

Cuando vuelve a ver la filmación, la joven habla de sentimientos de abandono, rechazo, aislamiento, dolor.

Lo que Brigitte nunca imaginó es lo que la transmisión de ese reportaje provocaría.

Con la ayuda de la organización de caridad International Needs, Kenneth Perenyi, un ciudadano estadounidense, decidió viajar a Ghana para ayudar a que la niña fuese puesta en libertad.

Y lo logró. Además se convertiría en su padre adoptivo.

«Me llevó a Estados Unidos donde pasé los siguientes 13 años».

Después de un año, Brigitte pudo salir del santuario, donde -dice- su «vida no era vida».

En busca de su familia

Pero pese a conseguir su libertad, sentía «un enorme vacío que nunca podía ser llenado».

«Aun pensaba en mi familia en Togo, mi familia de nacimiento. Estaba en mi corazón, en mi mente. Nunca dejé de pensar en ellos».

Crecer sin su madre fue devastador. «Lo que me hacía continuar (en el santuario) eran unos pocos recuerdos bonitos de mi infancia».

Brigitte era la segunda de cuatro hermanos y cuando era niña se sentía cercana a su padre.

Junto a su padre adoptivo, decidió regresar y buscar a su familia biológica.

La organización de caridad la ayudó a llegar a su pueblo, ubicado en una zona muy apartada, y allí los encontró.

«No sabían que iría. Ni siquiera sabía si los encontraría con vida».

En un emotivo encuentro, Brigitte abrazó a su madre, quien no podía contener el llanto.

«No había visto a mi madre desde que tenía siete años. Conocí a un hermano menor que no sabía que existía».

«Ese día fue como un sueño».

¿Por qué?

Brigitte visitó en varias oportunidades su pueblo, pero «nunca tuvo el coraje» de preguntar por qué la habían entregado, algo que la había intrigado toda su vida.

«Todo lo que sabía es que uno de mis tíos me mandó a buscar».

20 años después de ser liberada, se sintió preparada para preguntárselo a su padre.

Lo hizo con ayuda de un traductor porque ella olvidó su idioma materno.

«Tu tío dijo que te necesitaba para hacer las tareas de la casa», respondió.

Su tío vivía en Lome, la capital, a donde su padre fue a buscarla, pero no la encontró.

«Deambulé por las calles sin parar y no te encontré. Volví a casa muy frustrado», le dijo.

En busca de pistas, su padre fue a un adivino. «Me dijo que estabas viva, pero que no podía revelar dónde te encontrabas», recordó.

Cuando Brigitte le preguntó si sabía a dónde la había llevado su tío, dijo que no.

«No quiero culpar a nadie. No es ni mi culpa ni la de tu madre. Seguir con esta conversación solo traerá conflicto. Sea lo que haya sucedido, ya pasó. Estoy feliz de que estés de vuelta en casa. Pero si quieres culpar a alguien, cúlpame a mí».

La mentira

Brigitte no quiere culpar a nadie, sólo entender lo que le pasó.

Y descubrió que a sus padres les mintieron.

«Pensaron que me habían mandado a vivir con mi tío, quien me ayudaría a tener una educación», indica la joven.

«No escogieron mandarme a un santuario», dice.

«Y eso fue un gran alivio», señala.

Para complacer a los dioses

El trokosi todavía es una práctica de comunidades rurales de Ghana, Togo y Benín

Las enfermedades en la comunidad revelan que alguien ha pecado»

Anciano de la comunidad Ewe

En Ghana, Briggitte conoció a los líderes ancianos de la comunidad Ewe.

Para celebrar su llegada, elevaron unas plegaras y regaron libaciones en honor a sus dioses.

«La gente trae vacas, cabras u ovejas para que las matemos. Entre más grande es la promesa, más exitoso serás», le dice uno de los ancianos.

Pero ellos también creen que si alguien ofende a los dioses, eso traerá desgracias.

«Las enfermedades en la comunidad revelan que alguien ha pecado. Pero después de que hacemos nuestros sacrificios, las desagracias se detienen», dice otro de los ancianos.

Cuando Briggitte les pregunta si ha habido sacrificios humanos, responden: «Depende, algunos dioses piden humanos como sacrificio, no para matarlos, sino para aislarlos».

Esa es la definición de trokosi: cuando te destierran de la comunidad para pagar por los delitos de tu familia.

Servidumbre sexual

«Este miedo a ser castigados por los dioses me hace entender por qué la práctica de trokosi ha podido sobrevivir más de 300 años», señala Briggitte.

El doctor Robert Ame y el reverendo Walter Pimpong, de la Universidad de Ghana, han estudiado esta práctica y han denunciado los abusos que se han cometido en los santuarios.

«Para que la practica fuese consumada, había la necesidad de que el sacerdote tradicional durmiera con la niña virgen que llegaba», explica Pimpong.

La servidumbre sexual era común y muchas mujeres dan a luz los hijos de los sacerdotes.

«Fui liberada antes de la pubertad. Por eso no tuve que pasar por eso», dice Briggitte.

Algo que siempre le ha intrigado es cómo se escogía a la persona que pagaría por el delito de la familia.

«Los Ewes creen que tienen el derecho de seleccionar a cualquier miembro de una familia para servir en el santuario independientemente de si esa persona cometió un crimen o no. Por los principios colectivos, ellos creen que están haciendo lo correcto», indica Ame.

5.000 mujeres

Cuando Briggitte pudo salir del santuario en 1997, alrededor de 5.000 niñas y mujeres eran trokosi en Ghana.

Miles de ellas fueron liberadas cuando la práctica se declaró ilegal en 1998.

Pero ningún sacerdote ha sido procesado.

Y la práctica sigue ejerciéndose y a diferencia de Briggitte, no todas las víctimas han tenido una segunda oportunidad.

Fuente: http://www.el-nacional.com/noticias/bbc-mundo/esposas-los-dioses-las-ninas-esclavizadas-por-los-pecados-familia_235784

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