México, sin ‘dinero’ ni política integral para enfrentar los retos educativos

Por: Pedro Rendón

Aunque el discurso oficial del gobierno menciona que en materia educativa la prioridad está puesta en la revalorización magisterial y en colocar a los niños, niñas y adolescentes al centro, si se revisan los datos del presupuesto 2020, “es claro que no sólo no hay una política con presupuesto para la atención a la primera infancia, sino tampoco una para la formación inicial de los docentes y/o para su desarrollo profesional”, señaló la Dra. Arcelia Martínez Bordón, académica de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.

Esto fue dicho por la docente e investigadora del Departamento de Educación en Los retos del Sistema Educativo Nacional y las grandes líneas de política para atenderlos, cuarta conferencia del ciclo Especialistas frente al contexto, co-organizada por el Departamento de Ciencias Sociales y Políticas, y que forma parte del Diplomado Análisis Político de Coyuntura, impartido por la Dirección de Educación Continua de la IBERO.

En su exposición aseveró que la política pública que no se traduce en presupuestos es sólo discurso. Para ilustrar lo anterior señaló que en 2020, por ejemplo, hubo un recorte muy importante al presupuesto destinado al  desarrollo profesional docente -del orden del 60.1%-; además de que no hubo un incremento, sino también un recorte de 3.5% al presupuesto de la educación inicial, no obstante que este nivel se volvió obligatorio con la reforma educativa de 2019.

Por el contrario, recordó que la prioridad en el gasto educativo se ha puesto en las transferencias de dinero a partir de becas: en el Programa Nacional de Becas para el Bienestar Benito Juárez, para educación media superior, que tras un incremento del 62% representa el 25.4 del gasto total en ese nivel educativo; y en el programa Jóvenes Escribiendo el Futuro, que luego de un incremento del 73.8% concentra el 5.8% del total del presupuesto para educación superior.

Por otra parte, la doctora Martínez, coordinadora del Faro Educativo de la IBERO, dijo que para el ciclo escolar 2018-2019 el sistema educativo nacional contaba con más de 36 millones de estudiantes -desde preescolar hasta educación superior-, poco menos de 260 mil escuelas y alrededor de dos millones de docentes para todos los niveles.

Entre los principales retos que enfrenta este sistema señaló, la equidad y calidad, que conllevan rezagos importantes que desembocan en la deserción en el nivel medio superior y en el bajo nivel de logro de aprendizajes, hoy agravado por la pandemia después de un año de educación a distancia.

Respecto a la permanencia en el sistema mencionó que, previo al problema de la pandemia por COVID-19, el sistema educativo era “un embudo”. Al analizar, por ejemplo, el tránsito escolar de las y los alumnos, se observa que de 100 que ingresaron a la primaria en el ciclo escolar 2002-2003, egresaron 92; de esos, 88 ingresaron a secundaria y egresaron 73; luego, 70 ingresaron a bachillerato o a una opción profesional técnica, pero sólo 47 terminaron una u otra; de estos 47, 35 ingresaron a la universidad y sólo la concluyeron 25 en el ciclo 2018-2019.

En cuestión de aprendizaje, Martínez Bordón, quien antes de la IBERO colaboró en el hoy desaparecido Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), rememoró que los resultados de 2018 del Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes (Planea), referidos al logro educativo de los alumnos y alumnas de sexto de primaria, arrojaron que el 49% tuvo un dominio insuficiente de los aprendizajes clave de lenguaje y comunicación, y 59% obtuvo un nivel insuficiente en matemáticas.

En ese mismo 2018, en el Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés), realizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el 35% de las y los estudiantes mexicanos no obtuvo un nivel mínimo de competencia en tres áreas: lectura, matemáticas y ciencias -13% fue el promedio del resto de países de la OCDE-.

Tras este vistazo al sistema educativo nacional, la académica de la IBERO, universidad jesuita de la Ciudad de México, concluyó que mejorar los aprendizajes de todos los y las estudiantes debería ser una de las principales metas de la política educativa.

A partir de ello, recapituló y dijo que no se trata sólo de otorgar becas; que la investigación y evaluación educativa han dado cuenta de que se necesita una mejor planeación de las políticas, con presupuestos bien pensados, articulados y sostenidos para la preparación y capacitación docente, la mejora de la infraestructura escolar, el equipamiento y la conectividad -esta última como un tema urgente-, la elaboración planeada y no apresurada de los libros de texto, entre otras cosas, para continuar con programas e intervenciones que han mostrado su efectividad.

Fuente e imagen:  IBERO

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Eduy21 le planteará a todos los partidos sus propuestas para cambiar la educación uruguaya: “El cambio tiene que ser integral y progresivo”

América del Sur/ Uruguay/ 08.01.2019/ Fuente: www.teledoce.com.

«Los tres grandes problemas en educación no han podido ser resueltos de manera sostenida: el déficit en la calidad de los aprendizajes, la inequidad y la excelencia marginal», apuntó Renato Opertti.

La organización Eduy 21 planteará a todos los partidos políticos un conjunto de iniciativas para impulsar su propuesta de un cambio profundo en la educación uruguaya.

Abordamos el tema junto al sociólogo Renato Opertti, secretario ejecutivo de Eduy 21.

Han pasado diferentes administraciones de Gobierno desde la salida a la democracia. Los tres grandes problemas en educación no han podido ser resueltos de manera sostenida: el déficit notorio en la calidad de los aprendizajes, la inequidad y el tema de la excelencia marginal. Equidad, calidad y excelencia van de la mano.

Más que la deserción, el problema es la expulsión: el alumno es expulsado del sistema por falta de motivación, por falta de adecuación, porque no logramos comprometer al estudiante. Tenemos contenidos obsoletos y una fragmentación de temas que no conectan entre sí.

Cada niño tiene un potencial de aprendizaje, todos tenemos debilidades y potencialidades. Tenemos que tener tutorías para que los alumnos estén apoyados y potenciados. El apoyo entre pares es fundamental en la educación, y eso debe ser fomentado por el docente.

El cambio tiene que ser integral y progresivo. Necesitamos educación básica de 4 a 14 años. Un Codicen con mayor capacidad de integración y aplicación de la política: todos tienen que estar en el Codicen. Además, una serie de herramientas para la gestión, como inversión en infraestructura, un nuevo estatuto docente, mejoras salariales. Antes que dinero, todo esto lleva voluntad política y técnica.

Los partidos políticos serán convocados para consensuar un camino para el cambio. Tenemos que mejorar la gestión y mejorar la eficiencia del gasto. El problema del Uruguay no es la educación media sino el conjunto de la educación.

Estamos encontrando eco en el sistema político para ir hacia una política integral de educación. Nos vamos a reunir por partido político con todos los candidatos y luego de la interna también. Tenemos que blindar el cambio educativo por una década para tener una oportunidad en el mundo.

Fuente de la noticia: https://www.teledoce.com/programas/desayunos-informales/primera-manana/eduy21-le-planteara-a-todos-los-partidos-sus-propuestas-para-cambiar-la-educacion-uruguaya-el-cambio-tiene-que-ser-integral-y-progresivo/

 

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Momento decisivo para la educación superior

Gustavo Yamada

Así se titula un reciente reporte del Banco Mundial sobre América Latina. Es un momento decisivo porque la demanda por educaciónsuperior se ha multiplicado en las últimas décadas. La proporción de jóvenes entre 17 y 22 años que asisten a universidades e institutos creció de 17% en 1991 a 40% en el 2010. Esta ha sido la expansión comparativa mundial más grande de estas últimas décadas.

En el caso peruano, ya estamos en una matrícula bruta cercana al 50%, según la Unesco. Esta mayor demanda no ha sido solo de parte de los hijos de una élite tradicional, sino que se trata de la primera generación de diversas familias de clases populares y emergentes que aspiran acceder a la educación superior como vehículo de movilidad social.

Hemos tenido un gran avance cuantitativo, pero los problemas de heterogeneidad de calidad, pertinencia y empleabilidad son más evidentes. Ello tiene que ver con la forma en que la oferta respondió a esta mayor demanda. Las universidades públicas de prestigio se estancaron en población estudiantil y estándares de calidad académica debido a la crisis económica del Estado y la politización excesiva de los claustros. Una buena parte de las universidades privadas de calidad se expandieron, pero no a las tasas requeridas para absorber la mayor demanda potencial.

En este sentido, la nueva legislación para abrir universidades e institutos decretada en los noventa puede explicarse como una respuesta ante esta demanda inédita. Sin embargo, esta no fue acompañada por una regulación necesaria para monitorear eficazmente la calidad y pertinencia de la oferta. En el CIUP evidenciamos que los estándares de calidad promedio de la nueva oferta fueron menores a los previamente vigentes y este deterioro explicaría los mayores niveles de subempleo profesional actual. También es cierto que los estándares académicos de los nuevos jóvenes ingresantes fueron inferiores.

En estos últimos tres años se está implementando progresivamente un nuevo modelo de regulación universitaria y de institutos, para que todo el sector llegue a equilibrios de acceso y calidad razonables que contribuyan a brindar mejores oportunidades a las familias e impulsen el desarrollo. Los procesos de licenciamiento y acreditación, y la difusión de información de empleabilidad de egresados con Ponte en Carrera son imprescindibles.

En el Consejo Nacional de Educación estamos formulando una propuesta de política integral de desarrollo de la educación superior de largo plazo. Esta servirá para que nos terminemos de enrumbar, con mayores niveles de acceso y mucha mayor calidad, al desarrollo de capital humano de alto nivel que alimente lo que será el nuevo Proyecto Educativo Nacional al 2036.

P.D.: En la columna anterior revisamos lo poco invertido en ciencia, tecnología e innovación. Hoy nos esperanza la designación de Fabiola León-Velarde, brillante científica y gestora universitaria, como presidenta de Concytec.

Fuente del articulo: https://elcomercio.pe/economia/momento-decisivo-educacion-superior-gustavo-yamada-442444

Fuente de la imagen:

 https://img.elcomercio.pe/files/article_content_ec_fotos/uploads/2017/07/14/596999603d126.j

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