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Alfredo Alvar: «El sistema educativo destruye el Estado nacional»

España/09 de Junio de 2018/El Mundo

Entrevista a Alfredo Alvar

Alfredo Alvar (Granada, 1960) es uno de los principales autoridades en Historia Moderna de España. Profesor de Investigación del CSIC, acaba de presentar ‘Felipe IV, el Grande (La Esfera)’, un ensayo en el que desgrana la complejidad de los desafíos y los dramas familiares a los que tuvo que enfrentarse el monarca español que al parecer tenía poco o nada de pasmado.

La Historia es un instrumento de manipulación. El nacionalismo casi llama guerra de secesión a lo que fue una Guerra de sucesión (1701-1713).

Los nacionalismos manipulan la Historia porque tienen sus bases sobre tres fundamentos: un espacio geográfico, la defensa de una lengua propia y diferencial, y un pasado común. Entonces, sobre estos tres pilares culturales, incluido el geográfico como un concepto cultural, hay que construir una nación. Si falla algo no puede haber una nación y entonces -si eso es lo que se desea- hay que construir. Es decir inventar. Y eso es hacer política; no, Historia.

En la guerra de Sucesión gritaron muerte al Borbón pero durante la revuelta de Els Segadors se entregaron a un Borbón, Luis XIII, rey de Francia.
La deserción de los catalanes en 1640 fue terrible porque al entregar el Principado a Francia traicionaron a todo su tronco cultural. Y a los pocos años ya querían echar marcha atrás, e iban de rodillas a suplicarle el perdón a su Rey legítimo Felipe IV. Y esto les guste o no les guste, fue así. Volvieron a Felipe IV, pidiéndole mercedes y perdón, sí. Lógico.

¿Por qué era lo lógico?
Porque su tronco cultural, sus pertenencias, están en la Corona de Aragón. ¿Y para qué quería Luis XIII el principado de Cataluña? ¿Por el bienestar de los catalanes? El rey de Francia no los iba a considerar jamás sus vasallos, o sus súbditos, sino sus conquistados. ¿Sabe alguien en qué consistió el proceso cultural de afrancesamiento del Rosellón? Es interesante ir a Perpiñán, a Colliure, a Salses a Elna y ver, y oír…

Andalucía también trató de rebelarse…
R.- ¡No, Andalucía no! En realidad fue un movimiento de algunos aristócratas (concretamente, el duque de Medina Sidonia y el marqués de Ayamonte) que pretendían desplazar al Conde-Duque de Olivares del poder, para colocarse ellos. En Aragón ocurre lo mismo: no es la Corona, ni el Reino, los que se sublevan, sino el duque de Híjar, que no parece que rigiera cuerdamente sus actos.

¿Y en Cataluña?
No, el principado es muchísimo más complicado porque los catalanes siempre habían sido arduos defensores de sus fueros y privilegios, por encima de cualquier otra consideración. Esa misma actitud en Aragón empezó a decaer tras los levantamientos de 1591 y la entrada de los ejércitos reales. Por supuesto, todos los problemas que hubo en las negociaciones de financiación, por ejemplo, del Imperio, las ha habido desde siempre, bueno…

Es que todo lo pagaba Castilla.
De siempre. El tema es complejo y fascinante; nada estático, sino muy dinámico. No se puede resumir en uno o dos titulares, pero la verdad es que Castilla internacionalizaba muchos de sus pagos. [Aunque Nápoles también contribuía bastante]. Venía dinero de Indias pero no todo el dinero se gastó en el Imperio de España. Si todo el dinero de Indias se hubiera gastado en el Imperio, no existirían las ciudades que existen en América con sus universidades, sus plazas, las catedrales, sus monumentos civiles desde el sur de los actuales EEUU hasta Ushuaia. Basta ir por ejemplo al golfo de Guinea para ver en qué consiste un imperio como el portugués, el holandés o el británico. Díganme qué ciudades existen allí. El único Patrimonio de la Humanidad que existe en el golfo de Guinea son los castillos en los que embarcaban a los esclavos.

Felipe IV se enfrenta al mismo tiempo a la Guerra contra Francia en Cataluña y a la de Portugal. Usted dice en su libro que se ve obligado a elegir.
Y Felipe IV decide que el esfuerzo se tiene que hacer en Cataluña. Portugal es muchísimo más rico, abierto al mundo. Era el Atlántico, el Índico, las costas de Brasil… Sin embargo, Cataluña tan solo era la esquina de un mar secundario, si no ya terciario en aquellos años finales del siglo XVII… Con toda la impronta de su pasado y su infinita herencia semántica.

¿Entonces por qué se decide por Cataluña? Influiría la cuantía económica del esfuerzo bélico.
Pero no solo. Felipe IV sentía más vasallos suyos -o mejor dicho: más españoles- a los catalanes que a los portugueses siendo él bisnieto de una portuguesa. Y por el tronco cultural. Cataluña llevaba integrada en Aragón muchísimos siglos.

En cualquier caso, la guerra de 1640 no fue…
Mire. En realidad fue una guerra de catalanes contra catalanes. Si hasta asesinaron al virrey Coloma que era catalán. Y lo mismo pasó en la Guerra de Sucesión. Cataluña también estaba dividida entre bandos. La rebelión de 1640 y su desarrollo y consecuencias es un tema de historia institucional, social o política, de crucial importancia y lleno de aristas y matizaciones; poliédrico.

Usted niega la denominación Austria menor…
Yo no creo que haya unos Austrias menores ni unos Austrias mayores, porque esto implicaría un periodo paradisíaco y unos tiempos terribles. En tiempos del Emperador, de Carlos V, hubo una revuelta de las Comunidades por ejemplo. Y que en tiempos de Felipe II también pasaron muchas cosas. No: si se hace tabla rasa y todo se compara por igual, Felipe III y Felipe IV no salen mal parados. Felipe III, -que no era un dechado de virtudes en el ejercicio del poder- gobernó de Filipinas a Filipinas, dándole la vuelta al planeta. Y lo mismo se puede decir de Felipe IV. Así que lo de Menores… Aunque ¡qué duda cabe que muchos añoraban los tiempos de la austeridad y del tiempo con horizontes, de Carlos V y más aún de Felipe II…, por no citar el de los Reyes Católicos!

Quizás se deba a la influencia de los validos. Según su libro, Lerma se hizo con la complacencia de Felipe III hasta con el monopolio de las almadrabas.
Lerma fue un genio de la corrupción y construyó además su imperio de una manera magistral. Simplemente estando próximo a Felipe III, sin poner dinero de por medio y sin dejar mucho rastro económico. Pero eso no es algo del pasado. Ahora hay algunos que hasta se ponen mirós o picassos en la bañera porque ellos lo valen. Sí, se trata de un fenómeno análogo. Cuando la mente está nublada por la codicia se dejan de tener los pies en el suelo.

Cabe pensar entonces que la corrupción es consustancial al hombre…
Sin duda alguna. Por eso es uno de los pecados capitales. En los confesionarios los curas saben de qué pie cojean los hombres y las mujeres.

Tenga en cuenta que la corrupción también ha finiquitado al Gobierno de Rajoy.
Pues es un bochorno absoluto. Es muy necesario ir a unas elecciones generales de una vez. Es lo que dice la prensa: el PSOE no es precisamente un emblema de honorabilidad. Tienen Filesa, los ERE y ahora investigan lo del Valencia. Y luego además hay un problema político terrible, de verdad, que es pactar con nacionalistas para conseguir una moción de censura. Eso es puro Lerma. Buscar el poder a cualquier coste. Antes de su muerte, después de que se metiera a cardenal, le hicieron una copla. «Antes de morir ahorcado / el mayor ladrón de España / se vistió de colorado». Fantástico ¿verdad? De la jurisdicción real a la jurisdicción eclesiástica. Lerma pensó que retirándose del mundo, se olvidarían sus muchísimas tropelías. Hoy, los ladrones o aquellos que han cometido cualquier tipo de barbaridad contra el interés general también cambian de jurisdicción. «El mayor ladrón de España/ para no morir ahorcado / se ha metido en el Senado».

O se hacen aforados, que también rima. Vivimos tiempos justicieros. La sentencia de Gurtel que es la que ha tumbado al PP solo reconocía que el partido se había llevado a título lucrativo 245.000 euros.
Que no es nada. Ahora todo el mundo, también esos periodistas que van a las tertulias y dicen cualquier cosa, se creen preparados para dictar sentencias judiciales… en función de su ideología. Siento enorme respeto por la Justicia y su aplicación: para dictar una sentencia en España hay que estudiar Derecho, hacer oposiciones, pasar por una Escuela. Por otra parte quiero recordar que en España la Inquisición duró desde 1478 hasta 1834, que se dice pronto. Y una de las razones de funcionamiento de la Inquisición, del apoyo con el que contaba, era que hacía al plebeyo capaz de desmoronar al noble. ¿Le suena? Existe mentalidad inquisitorial en la sociedad española. No tengo ninguna duda, desgraciadamente.

Ahora hay multitud de libros dedicados a ensalzar la Historia de España. O mejor dicho a privarla de tópicos y complejos heredados de años de propaganda y Leyenda Negra.
Este es un problema heredado desde 1898 y la célebre generación….

Sí, muy buenos escritores, pero un poco cenizos; aterrados ante su presente y medrosos ante el futuro. No es de extrañar, naturalmente…; lo malo es que se siga creyendo en ellos y sus postulados.
La responsabilidad de la Generación del 98 es terrible. Ese derrotismo que caracterizó el regeneracionismo que hubiera sido tan necesario… La generación del 98 era muy intelectualita… pero no pasaban de ser unos melifluos. Y claro, para tragedia de todos, empieza la Guerra Civil, seguida de la Dictadura Franquista… y en la Transición el relato que se impone es el de la Leyenda Negra, que por cierto ya desmontó Juderías a principios del siglo XX. Entonces, empieza esa matraca sobre que los españoles somos los más corruptos, los más inútiles… Estoy convencido de que los españoles se sienten españoles y están hasta la coronilla de estar siendo insultados permanentemente. Eso explica el éxito de este tipo de obras que ayudan a elevar la autoestima nacional. Pero no se trata solo de la Historia. Los economistas llevan diciéndolo desde hace mucho tiempo. Somos un país serio, con una industria potente y muy capaz de internacionalizarse.

Pero la izquierda está muy preocupada con el resurgir de lo que ellos llaman nacionalismo español.
 ¿Por qué no va a ser bueno que la gente se sienta española? Es que no acabo de entender qué mal hay en que uno se sienta español y que además defienda que se pueda tener un puesto de trabajo en cualquier comunidad autónoma. Es difícil comprender que en este mundo, algunos reivindiquen su terruño… e insten a los jóvenes a que «se vayan por el mundo», como si eso fuera una proeza. No es malo que salgan; lo malo es que no se puedan quedar en su país, o que se les castren las oportunidades. Movilidad, movilidad y más movilidad.

Lo normal sería poderse reivindicar como español y extremeño. O catalán. O lo que sea…
Pues claro, es que España es, siempre ha sido variada y riquísima, precisamente en su variedad. No lo entiendo, la verdad.

El nacionalismo reivindica el sentimiento.
Es que la cultura no es sentimiento; la cultura es formación. Cuando tienes que salir a un Foro internacional, te das cuenta de que las cosas ya no son un sentimiento y que no te puedes guiar por localismos. Cuando te vas a Bolivia (y eso que venimos del mismo tronco cultural) te das cuenta de que tienes menos que ver que con un vasco, o un catalán, o un valenciano de hoy… y eso no lo entiende nadie. Desgraciadamente, la fragmentación en la educación ha hecho muchísimo daño a esta concepción. Por eso hace falta viajar.

Puigdemont ha sido muy viajero y fíjese. Y Torra vivió tiempo en Suiza…
En donde están Anna Gabriel y Marta Rovira. ¿Sabe lo que le digo? Que en Suiza es en lugar en donde he visto mayor número de africanos con relojes de oro y descapotables. ¿Por qué? Porque no tienen escrúpulo alguno en recibir dinero de aquellos que roban a los países del Tercer Mundo. Por otro lado, algunos políticos extravagantes tienen graves problemas psiquiátricos. El narcisismo es terrible en política.

¿Se atreve a hacer alguna previsión?
 Yo me dedico al pasado. Con este sistema educativo de las autonomías, como dice un amigo mío vasco, como mucho van a quedar la bandera de España en los buzones de correos. Claro, y esa es otra reflexión también trascendental, un sistema de educación público ayuda a crear una nación: como necesitaremos ingenieros, que estudien matemáticas y física; como necesitaremos defensores del patrimonio cultural, latín, o literatura y así sucesivamente. Entonces se va enseñando a los niños desde los primeros pasos. Y este es el diseño de un sistema público con un objetivo, que es la construcción de un Estado nacional. Que por cierto, fue obra liberal del siglo XIX.

Si sólo se enseñan los ríos de una región o…
 De qué le sirve a España que los niños se sepan el Jarama y el Tajuña. En conclusión, ¿por qué tengo que estar pagando impuestos para sufragar un sistema educativo que está destruyendo un Estado nacional? Porque es lo que hace.

Fuente: http://www.elmundo.es/opinion/2018/06/09/5b19610e22601dd9078b464b.html

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Recuperemos el poder que ahora está en manos de unos pocos multimillonarios

Por: Bernie Sanders

Si nos unimos para luchar contra los intereses de los poderosos, podemos acabar con la pobreza, aumentar la esperanza de vida y afrontar el cambio climático.

Esta es la situación de nuestro planeta en 2018: tras todas las guerras, revoluciones y cumbres internacionales del último siglo, vivimos en un mundo donde unos pocos individuos, inmensamente ricos, ejercen un control desproporcionado sobre la vida económica y política de la humanidad.

Aunque resulte difícil entenderlo, lo cierto es que las seis personas más ricas de la Tierra poseen más riquezas que la mitad más pobre de la población mundial, 3.700 millones de personas. Además, el 1% más rico tiene más dinero que el 99% restante. Y mientras estos multimillonarios hacen alarde de sus riquezas, cerca de una de cada siete personas intenta sobrevivir con menos de 1,25 dólares diarios. Y un dato espeluznante: unos 29.000 niños mueren diariamente por enfermedades que son completamente prevenibles como la diarrea, la malaria y la neumonía.

Al mismo tiempo, las élites corruptas, los oligarcas y las monarquías anacrónicas de todo el mundo gastan miles de millones en las extravagancias más absurdas.

El sultán de Brunei tiene unos 500 Rolls-Royce y vive en uno de los palacios más grandes del mundo, un edificio con 1.788 habitaciones y que en una ocasión fue valorado en 350 millones de dólares. En Oriente Medio, que cuenta con cinco de los diez monarcas más ricos el mundo, los jóvenes miembros de la realeza viajan y se divierten por el mundo entero mientras la región sufre los efectos de la tasa de desempleo más alta de todo el planeta, y unos 29 millones de niños, como mínimo, viven en la pobreza y no tienen acceso a los servicios más básicos, agua potable o alimentos nutritivos.

Es más, mientras cientos de millones de personas viven en la pobreza más extrema, los traficantes de armas acumulan cada vez más riquezas ya que los gobiernos gastan billones de dólares en armamento.

En Estados Unidos, el fundador de Amazon, Jeff Bezos, es la persona más rica del mundo con un patrimonio de más de 100.000 millones de dólares. Es dueño de, al menos, cuatro mansiones, que sumadas alcanzan un valor de decenas de millones de dólares. Como si esto no fuera suficiente, se gastará unos 42 millones de dólares en un proyecto para construir un reloj dentro de una montaña en Texas que, supuestamente, funcionará durante 10.000 años.

Sin embargo, en los almacenes de Amazon repartidos a lo largo y ancho de Estados Unidos, los trabajadores a menudo trabajan a destajo y ganan tan poco dinero que dependen de Medicaid, cupones para alimentos y viviendas sociales pagadas con los impuestos de los contribuyentes estadounidenses.

Y eso no es todo. Es este contexto de riqueza descomunal y desigualdad económica, las personas están dejando de creer en la democracia; el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. Cada vez son más conscientes de que se ha amañado la economía mundial en beneficio de unos pocos poderosos y en detrimento de todos los demás, y están furiosas.

Millones de personas trabajan más horas y ganan salarios más bajos que hace cuarenta años tanto en Estados Unidos como en muchos otros países.

Sufren la situación en silencio, se sienten impotentes frente a unos pocos poderosos que compran las elecciones, y frente a una élite política y económica que se enriquece sin parar, incluso a costa del futuro de sus hijos.

En este contexto de desigualdad económica, el mundo está siendo testigo de un alarmante aumento del autoritarismo y del extremismo derechista; que alimenta, explota y amplifica el resentimiento de los que se sienten abandonados por el sistema, y aviva las llamas del odio étnico y racial.

Ahora, más que nunca, los que creemos en la democracia y en los gobiernos progresistas debemos unir a las personas trabajadoras y de bajos ingresos en torno a un programa político que refleje sus necesidades. En vez de ofrecer odio y fragmentación social, debemos proporcionar un mensaje de esperanza y de solidaridad. Debemos levantar un movimiento internacional que luche contra la avaricia y la ideología de los multimillonarios y nos ayude a construir un mundo medioambiental, social y económicamente justo. ¿Se trata de un proyecto fácil? En absoluto. Sin embargo, se trata de una lucha que debemos librar. Nuestro futuro depende de ello.

Como señaló, acertadamente, el papa Francisco, en un discurso pronunciado en el Vaticano en 2013: «Hemos creado nuevos ídolos. Los hombres del pasado adoraron a un becerro de oro y ahora esta figura ha sido sustituida por una imagen sin cabeza, para rendir culto al dinero y estamos ante una dictadura de la economía que no tiene rostro y cuyo propósito no es el bien de la humanidad». También indicó que «en la actualidad todo se rige por la ley de la rivalidad y la supervivencia del más fuerte, y los poderosos se alimentan de los indefensos. Como consecuencias, las masas son excluidas y marginadas, sin trabajo y sin una posibilidad de escapatoria».

Debemos levantar un nuevo movimiento progresista y mundial que nazca con el compromiso de luchar contra la desigualdad estructural; desigualdad entre países y también dentro del país. Este movimiento debe sobreponerse a la mentalidad del «culto al dinero» y de la «supervivencia de los más fuertes» de la que habló el papa Francisco.

Debe apoyar medidas impulsadas a nivel nacional e internacional para mejorar las condiciones de vida de las personas pobres y de clase trabajadora y cuyo objetivo sea alcanzar el pleno empleo, un salario digno y una educación universal de calidad, acceso universal a la salud pública y acuerdos comerciales internacionales justos. También debemos recuperar el poder que ahora tienen las empresas y evitar la destrucción de nuestro planeta como resultado del cambio climático.

Les pondré un ejemplo de lo que podríamos hacer. Unos pocos años atrás, la Red para la Justicia Fiscal señaló que las personas más ricas y las principales empresas del mundo habían escondido entre 21 y 32 billones de dólares en paraísos fiscalespara no tener que pagar los impuestos correspondientes.

Si juntos intentamos luchar contra esta práctica abusiva, los ingresos que podríamos obtener nos permitirían terminar con el hambre mundial, crear cientos de millones de puestos de trabajo y reducir de forma significativa la desigualdad de ingresos y de patrimonio. Podríamos hacer un cambio radical hacia la agricultura sostenible y acelerar la transformación de nuestro sistema energético para no depender de los combustibles fósiles y avanzar hacia las fuentes de energía renovable.

Luchar contra la avaricia de Wall Street, el poder de las gigantescas multinacionales y la influencia de los multimillonarios no solo es un deber moral; es un imperativo geopolítico estratégico. Las investigaciones del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo ponen en evidencia que la percepción que tienen los ciudadanos de la desigualdad, la corrupción y la exclusión son los indicadores más fiables para saber si esas comunidades apoyarán al extremismo de derechas o a grupos violentos.

Cuando las personas tienen la sensación de que el sistema no juega a su favor y no ven la forma de cambiar la situación desde la legitimidad, tienen más posibilidades de apostar por soluciones perjudiciales que lo único que hacen es empeorar la situación.

Estamos ante un momento clave de la historia mundial. Con la revolución de las nuevas tecnologías y los avances que trae consigo, podemos aumentar sustancialmente la riqueza mundial de una forma justa. Tenemos todos los medios a nuestro alcance para erradicar la pobreza, aumentar la esperanza de vida y crear un sistema energético mundial no contaminante y asequible.

Lo podemos conseguir si tenemos la valentía de unirnos y enfrentarnos a los intereses de unos pocos poderosos que lo único que quieren es seguir acumulando riqueza. Esto es lo que debemos hacer para defender el futuro de nuestros hijos, de nuestros nietos y de nuestro planeta.

Bernie Sanders es senador por Vermont y fue candidato en las primarias demócratas de la última campaña presidencial en Estados Unidos.

Traducido por Emma Reverter.

Fuente: http://www.eldiario.es/theguardian/Recuperemos-poder-ahora-manos-multimillonarios_0_730027416.html

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Los maestros y las elecciones

Luis Hernández Navarro

n la Arena México, la capitalde la lucha libre azteca, se libró el pasado sábado 26 de mayo un sensacional combate por el voto magisterial. Enfundado en el traje de técnico, el abanderado de la coalición Todos por México, José Antonio Meade, preguntó a los 15 mil maestros presentes en el espectáculo: ¿Dónde están los que no le tienen miedo a los rudos que tenemos por delante? ¿Dónde están los técnicos que van a salir a ganar?

Seguramente el aspirante presidencial tuvo que morderse la lengua. Sus anfitriones no son conocidos en el mundo electoral por la limpieza con la que aplican a sus rivales la quebradora, la Wilson o la Nelson. Son famosos por usar máscara debajo de la máscara, por hacer de la democracia un ejercicio de acrobacia y por propinar codazos en los ojos a sus rivales con la complicidad del réferi. Más que fama de técnicos, Juan Díaz de la Torre, el presidente del SNTE que se encumbró en el puesto traicionando a Elba Esther Gordillo, y Luis Castro, el antiguo agente del Cisen en Europa y actual dirigente del Panal, tienen la bien ganada reputación de ser rudos entre los rudos.

Muchos maestros que asistieron a la Arena México fueron obligados a hacerlo. En Puebla, por ejemplo, la instrucción fue: necesitamos que se llenen dos camiones por región para estar llegando a México el sábado. Donde los profesores se negaron a ir, obligaron a quienes sí fueron a llevar a sus familias. El viernes anterior, las clases fueron suspendidas teóricamente para realizar consejos técnicos escolares, pero éstos fueron cancelados en su mayoría

Recordando las viejas glorias gremiales, se lanzó la consigna: El que no apoya a Nueva Alianza no apoya al SNTE. Frente a Meade, Juan Díaz de la Torre puso a su disposición una estructura de 322 mil maestros encargados de llevar votos y cuidar casillas. El corporativismo en su más pura esencia. La demostración de que la afirmación de Aurelio Nuño de que la reforma educativa terminó con la relación clientelar entre el SNTE y el PRI es demagogia.

El acto fue el revire priísta a la concentración magisterial convocada por AMLO en Guelatao, Oaxaca, el pasado 12 de mayo, acto en que el candidato de la coalición Juntos Haremos Historia dio a conocer sus 10 compromisos para mejorar la educación en México. Entre ellos, la cancelación de la mal llamada reforma educativa, el uso de las facultades del Ejecutivo para detener las afectaciones laborales y administrativas al magisterio nacionaly el respeto a la independencia y autonomía del magisterio.

Participaron unos 4 mil 500 profesores de tres fuerzas político-sindicales y pobladores de la Sierra Juárez. Las Redes Sociales Progresistas (RSP), representantes de 20 estados del Comité Ejecutivo Nacional Democrático del SNTE y maestros de la sección 22 de Oaxaca, que asistieron a título individual o de su corriente.

En esta ocasión, a diferencia de lo sucedido el 10 de febrero en Zacatecas, López Obrador no firmó acuerdo alguno. Incluso, cuando un grupo de maestros acercó una mesita para subirla al estrado con el objetivo de que el candidato signara el documento, no pudo hacerlo. En lugar de eso, AMLO se tomó fotos, abrazó niños, puso una ofrenda floral a Benito Juárez y firmó el libro de visitantes distinguidos diciendo: La próxima vez lo haré como presidente.

En el mitin, además de los líderes partidarios de la coalición estuvo el controvertido futuro secretario de Educación Esteban Moctezuma (repudiado por la CNTE) y dos ex dirigentes de la sección 22 candidatos a diputados por Morena, que están impugnados por otras corrientes magisteriales locales: Azael Santiago Chepi e Irán Santiago Manuel.

La ausencia de la coordinadora en el acto (ese mismo día a esa misma hora la sección 22 sesionó en la ciudad de Oaxaca) no fue casualidad. Le resulta indigerible la alianza de AMLO con Elba Esther Gordillo, por medio de las RSP encabezadas por el ex secretario general del SNTE Rafael Ochoa, hoy candidato a senador de Juntos Haremos Historia, y de los movimientos magisteriales de base, promovidos por Tomás Vázquez Vigil, mentor de Juan Díaz de la Torre en Jalisco.

Esa alianza ha sido duramente descalificada por la CNTE. El 14 de febrero, la explicó como parte de un pleito entre las mafias del sindicato por ver quién conduce el proceso electoral entre los profesores. Los charros y Obrador –dijeron– van por el voto del magisterio. A Díaz de la Torre, o en este caso al PRI, le llegarán los votos corporativos. A Obrador los votos contra la reforma educativa.

Pero la decisión de no pactar con AMLO es parte, también, de consideraciones políticas e ideológicas. La coordinadora sostiene que en lugar de abrogar la reforma educativa, López Obrador plantea transferir al Congreso la decisión de modificar una de las leyes secundarias.

En la declaración política de su cuarto congreso nacional extraordinario, la CNTE condena y repudia a los partidos políticos que aprobaron las reformas estructurales y que firmaron el Pacto por México. Ratifica su independencia ideológica, política y económica de todos los partidos que hoy participan en la contienda electoral, del gobierno y del charrismo sindical. Y reconoce la validez de todas las formas de lucha, siempre y cuando eleven la conciencia de clase, respetando la libre militancia de sus integrantes.

En su manifiesto a la nación del 9 de abril, advierte que en la actual contienda por la Presidencia de la República no existe el proyecto de izquierda; no hay una propuesta de nueva nación; lo que hay es más de lo mismo. Hay alianzas de candidatos con empresarios y delincuentes; una migración de políticos de un partido a otro sin respetar sus propias características ideológicas.

Y, para que no quede duda de que su movimiento camina por un rumbo distinto a la lógica electoral, acordó estallar este 4 de junio un paro nacional indefinido, arribar a Ciudad de México en caravanas motorizadas y exigir al gobierno federal la instalación de una mesa nacional de negociación para reinstalar a los maestros cesados y derogar de la reforma educativa.

Fuente del Artículo:

https://www.jornada.com.mx/2018/05/29/opinion/017a2pol

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TeleSUR entrevista a Ana Elsa Velázquez, ministra cubana de Educación

Cuba/26 de Mayo de 2018/Cuba Información

Conversamos con la ministra cubana de Educación, Ana Elsa Velázquez, sobre la exportación del conocimiento y el proceso político de Cuba.

https://youtu.be/DRnxF0i-pPo

Fuente: http://www.cubainformacion.tv/index.php/america-latina/79531-enclave-politica-telesur-entrevista-a-ana-elsa-velazquez-ministra-cubana-de-educacion

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El poder y las personas

Por: Víctor Corcoba Herrero

Cuando las personas son la referencia del sistema de organización político, económico y social, aparece un nuevo marco en el que la mentalidad dialogante, la atención al contexto, el pensamiento reflexivo, la búsqueda continua de puntos de confluencia, la capacidad de conciliar y de sintetizar, sustituyen en la substanciación de la vida democrática a las bipolarizaciones dogmáticas y simplificadoras, y dan cuerpo a un estilo que, como se aprecia fácilmente, no suponen referencias ideológicas de izquierda o derecha.

Colocar a las personas en el centro tiene una consecuencia inmediata, conduce a una disposición de prestar servicios reales a los ciudadanos, de servir a sus intereses reales. Para ello es necesario subrayar que el entendimiento con los diversos interlocutores es posible partiendo del supuesto de un objetivo común: libertad y participación.

La importancia de los logros concretos, los resultados constatables –sociales, culturales, económicos,..– en la actividad pública, derivan de las necesidades reales de la gente que, viéndose satisfechas, permiten alcanzar una condición de vida que posibilita el acceso a una más plena condición humana. Una más profunda libertad, una más genuina participación son el fruto de la acción política que propugno. Porque no debemos olvidar que las cualidades de la persona no tienen un carácter absoluto. El hombre no es libre a priori; la libertad de los hombres no se nos presenta como una condición preestablecida, como un postulado, sino que la libertad se conquista, se acrisola, se perfecciona en su ejercicio, en las opciones y en las acciones que cada hombre y cada mujer inicia y, si puede, culmina.

La libertad es ante todo y sobre todo el rasgo en el que se declara la condición humana. Las libertades formales no son el fundamento de la democracia. El fundamento de la democracia son los hombres y mujeres libres. La política se debe entender, pues, como un ejercicio a favor de cada individuo, que posibilita a cada vecino su realización como persona. Ese, sin confusión, podría ser el punto de conexión entre política y ética. ¿Qué sentido tiene, en este contexto, lo que se llama el poder?. Muy sencillo, que el “poder” es el medio para hacer presentes los bienes que la gente precisa. Así pues el poder tiene, como ya he señalado, una clara dimensión relacional y se fundamenta en su función de crear los presupuestos para el pleno desarrollo de la gente. O lo que es lo mismo, el poder público se justifica en función de hacer posible los fines existenciales del hombre: de posibilitarlos, no de realizarlos, ni siquiera de prejuzgarlos, porque la elección y procura de los propios fines es libre, y competencia exclusiva de cada individuo, en eso consiste la tarea moral, tal y como la entiendo. Es más, el poder público se legitima en la medida en que su ejercicio se orienta a ese objetivo.

De acuerdo con esta línea argumental el “Poder” deja de sustanciarse y pasa a escribirse con minúsculas. El poder lo entiendo, desde este punto de vista, como capacidad de acción y, en su uso, lo que cobra ahora una dimensión vital es la actitud de quien dispone de él. Como capacidad de acción el poder se alimenta de los medios –por ejemplo, una administración pública ágil, moderna, eficaz–; de la legitimidad, derivada de los procedimientos democráticos, y consecuentemente del respeto.

El centro de la acción política es la persona, el individuo. Desde este principio básico de actuación es posible establecer algunas de las líneas fundamentales que, desde una perspectiva que podríamos denominar -de un modo genérico- ético, configuran las nuevas políticas.

La persona, el individuo humano, no puede ser entendido como un sujeto pasivo, inerme, puro receptor, destinatario inerte de las decisiones políticas. Definir a la persona como centro de la acción política significa no sólo, ni principalmente, calificarla como centro de atención, sino, sobre todo, considerarla el protagonista por excelencia de la vida política.

Esta afirmación realizada en los más variados tonos, y con los acentos más diversos, en situaciones políticas incluso a veces contrapuestas, tiene desde el centro político un significado propio. Afirmar el protagonismo de la persona no quiere decir darle a cada individuo un papel absoluto, ni supone propugnar un desplazamiento del protagonismo ineludible y propio de los gestores democráticos de la cosa pública. Afirmar el protagonismo del individuo, de la persona, es poner el acento en su libertad, en su participación en los asuntos públicos, y en la solidaridad.

Se ha dicho que el progreso de la humanidad puede expresarse como una larga marcha hacia cotas cada vez más elevadas de libertad. Aunque el camino ha sido muy sinuoso –tal vez demasiado- y los tropiezos frecuentes –y a veces muy graves-, podemos admitir como principio que así ha sido. De modo que el camino de progreso es un camino hacia la libertad.

Desde un punto de vista moral entiendo que la libertad, la capacidad de elección –limitada, pero real- del hombre es consustancial a su propia condición, y por tanto inseparable del ser mismo del hombre y plenamente realizable en el proyecto personal de cualquier ser humano de cualquier época. Pero desde un punto de vista social y político, es indudable un efectivo progreso en nuestra concepción de lo que significa la libertad real de los ciudadanos.

Sin embargo, en el orden político, se ha entendido en muchas ocasiones la libertad como libertad formal. Siendo así que sin libertades formales difícilmente podemos imaginar una sociedad libre y justa, también es verdad que es perfectamente imaginable una sociedad formalmente libre, pero sometida de hecho al dictado de los poderosos, vestidos con los ropajes más variopintos del folklore político.

Fuente: https://www.diariodeferrol.com/opinion/victor-corcoba-herrero/el-poder-y-las-personas/20180504234036224929.html

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En busca de la igualdad nunca alcanzada

Cuba/28 de Abril de 2018/Rebelión/Reseña de Investigación-

La experiencia internacional muestra que la desigualdad acentuada se convierte en un obstáculo para el crecimiento y para abatir la pobreza

La presentación que haré a continuación, la había titulado originalmente: «En busca de la igualdad perdida» a manera de homenaje a Marcel Proust. Sin embargo, decidí que probablemente la igualdad no la perdimos como tal y que tal vez, en nuestra conciencia como especie humana, nunca la hemos tenido. Por ello decidí invocar la aspiración y denominar este modesto ensayo: «En busca de la igualdad nunca alcanzada».

La desigualdad suele entenderse en sus términos más simples, como disparidad o diferencia negativa. Con frecuencia se refiere a los niveles de ingreso o de riqueza, pero eso es solo parte de ella, ya que pueden registrarse muchas otras dimensiones de la desigualdad social.

Entre ellas están las de orden cultural o político; las que tienen que ver con el género o el grupo étnico; las que derivan de la pertenencia a un grupo de edad, las condiciones de salud o los niveles de educación; e incluso aquellas determinadas por la organización de la sociedad. Cuando hay pobreza, la desigualdad suele agravarse y juntas generan un circuito que tiende a reproducirse.

La experiencia internacional muestra que la desigualdad acentuada se convierte en un obstáculo para el crecimiento y para abatir la pobreza, además de que debilita la vida democrática, de que genera irritación colectiva y de que amenaza la cohesión social. Es por ello que en la actualidad, todavía más allá de los imperativos éticos esenciales que plantea el combate a la desigualdad, se hace indispensable impulsar acciones que aseguren un crecimiento más incluyente.

Los problemas que plantean la desigualdad social y la económica en nuestras sociedades, han adquirido una dimensión vista pocas veces en la historia de la humanidad. En este sentido, el debate de las últimas décadas en materia de crecimiento económico y desarrollo humano ha girado en torno a los papeles e importancia que se conceden al Estado o al mercado, en los procesos de la economía y la puesta en práctica de las políticas públicas.

Si algo ha quedado en claro para algunos, entre los que me incluyo después de la discusión, es que el mercado por sí solo no es capaz de solucionar los problemas de la sociedad y que incluso puede agudizarlos cuando los más desprotegidos quedan a merced de las poco sensibles, pero muy poderosas fuerzas del mercado. Al mismo tiempo, nos resulta evidente que la intervención del Estado llevada al extremo puede provocar verdaderas catástrofes humanas, derivadas principalmente de la quiebra de las finanzas públicas, de la anulación de las iniciativas de la propia sociedad y en especial, de un autoritarismo que necesariamente queda interconstruido en un modelo de esa naturaleza.

Hoy debiera ser ampliamente aceptado que, como han argumentado muchos, no es verdad que exista una mano invisible que generosa e imparcialmente regula los mercados y que, en cambio, resulta indispensable que funcione la decisión regulada y contundente del Estado, para ayudar a quienes menos tienen y que, por diversas razones, se encuentran en desventaja social. El secreto radica en encontrar el equilibrio entre los dos elementos y tal vez la virtud sería tener más y mejor Estado y más y mejor mercado. Un Estado con clara vocación social, pero igualmente eficiente. Un mercado de igual forma competente, pero también comprometido con las causas centrales de la colectividad.

La desigualdad social no se resolverá sin políticas públicas integrales en favor de los más desprotegidos y tampoco sin crecimiento económico sostenido. El bienestar y el progreso de un país no se dan en la pobreza, pero la riqueza por sí sola no garantiza niveles pertinentes de vida o bienestar y tampoco niveles convenientes de justicia social.

En el proceso de combate a la desigualdad se requiere de la puesta en práctica de acciones de educación y de salud, dos de los igualadores sociales por excelencia; pero también de políticas de impulso al empleo, la ciencia y la innovación; de cambios en la conducta de la población: mayor tolerancia y comportamiento cívico, respeto a las diferencias, uso apropiado de las libertades, al igual que del cumplimiento de los deberes ciudadanos y del fortalecimiento de los valores laicos ampliamente aceptados.

La prioridad de cualquier sistema político y social debe radicar en la búsqueda del bienestar colectivo y de la propia estabilidad social, de la generación de los mayores espacios de libertad y democracia y de la construcción de un entramado que promueva el desarrollo armónico de las potencialidades individuales y colectivas, y de asegurar que en todas las situaciones se respetan los derechos y se favorece la dignidad del ser humano.

Por lo anterior, el objetivo no debe radicar solo en el mantenimiento de los equilibrios macroeconómicos y por el contrario, los esfuerzos deben dirigirse a encontrar la combinación virtuosa de tres elementos esenciales: la libertad individual, la justicia social y la eficiencia económica. Todos ellos armonizados por un entorno democrático. Ese parece ser uno de los grandes retos para nuestras generaciones.

A continuación me planteo la posibilidad de construir frente a ustedes cuatro aforismos respecto del tema que nos ocupa. El primero señala que, y digo: «La desigualdad es un mal de ayer y hoy, pero no debe ser para siempre». Existe consenso entre académicos, expertos, jefes de Estado y de Gobierno, al igual que entre directivos de organismos multinacionales, respecto a que el problema de la desigualdad social y económica tiende a crecer y que puede tener consecuencias que socaven las bases de la paz social y del desarrollo.

Por ello conviene tener presente que el ingreso nacional bruto per cápita de los países desarrollados es cercano a los 40 mil dólares, en tanto que el de los países pobres no llega a los tres mil dólares. Esto implica que hay un ingreso catorce veces inferior. De igual manera, es oportuno recordar que solo veintitrés países concentran el 80 por ciento de la producción mundial de bienes y servicios y que 170 producen el 20 por ciento restante.

Un segundo aforismo nos podría recordar que: «La economía y la política deben servir para cerrar las brechas entre poseedores y desposeídos». La construcción de sociedades más equitativas, donde se cierren las diferencias que existen entre quienes disponen de todo y los que carecen de lo fundamental, constituye el objetivo último de las acciones de gobierno. Todo modelo económico, sistema político o estructura jurídica, deben aspirar a promover el cumplimiento de los derechos humanos, la igualdad de oportunidades y el progreso de individuos y colectividades.

De acuerdo con el Informe sobre el Desarrollo Humano más reciente, de 193 países considerados, casi la mitad tiene un desarrollo humano medio o bajo, en tanto que el 23 por ciento del valor del índice del mundo, se pierde a causa de la desigualdad. Es por ello que el tercero de los señalamientos que se propone reza así: «El modelo de desarrollo que se ha seguido debe reformarse, los aportes que podía hacer se han agotado».

Por último, propongo un cuarto aforismo en el sentido de que «La democracia verdadera sólo prospera entre sociedades sanas y preparadas». La democracia es un sistema de vida que procura que todos vivamos mejor, en armonía, con los mejores medios para alcanzar el progreso material y espiritual que se desea, sin exclusiones ni discriminaciones. No puede haber un sistema democrático donde prevalecen la ignorancia, el fanatismo, el atraso, la desigualdad, la pobreza, o la marginación.

La salud es una de las condiciones indispensables del progreso y el desarrollo de una persona, pero también de una colectividad. Se trata de un requisito imprescindible para conseguir la expresión completa de las capacidades y potencialidades de individuos y de grupos. Su fomento, cuidado y recuperación conforman ahora uno de los derechos fundamentales del ser humano. La salud actúa como elemento de inclusión, de productividad y de desarrollo humano. Con frecuencia sostengo en mi país, y ahora lo reitero, que si bien es cierto que la salud no es todo, sin salud no hay nada. Además tiene que ver con prácticamente todos los campos de la existencia.

Por ello preocupa que desde muy diversos ámbitos de los sectores público, privado y social, la salud no reciba el apoyo que requiere. Por ello llama la atención que no se valoren a cabalidad la importancia y los logros de países como Cuba en la materia. En la actualidad hay en el mundo decenas de millones de personas que sufren y mueren en razón de la precariedad de los servicios y programas de salud, de la debilidad de las políticas públicas puestas en práctica, de los recursos financieros limitados que se destinan a su cuidado, de la falta de recursos humanos debidamente preparados. Mucha gente muere en el mundo a causa de padecimientos de los que sabemos casi todo y para los que contamos con medidas preventivas, diagnósticas y terapéuticas probadas y efectivas.

En el mundo, uno de cada cuatro niños nace sin atención profesional y más de 90 millones de menores de cinco años crecen con deficiencias de peso y nutrición insuficiente, en tanto que más del seis por ciento está en el otro extremo y vive con sobrepeso u obesidad. El de la nutrición es uno de los temas que genera vergüenza en la sociedad. Cerca de 795 millones de seres humanos no tienen cubiertos los mínimos de nutrición y la inmensa mayoría, más del 97 por ciento, vive en los países pobres.

Es increíble que mientras el ser humano organiza brigadas de muerte con guerras absurdas; que edifica torres y construcciones impresionantes; que lleva sus actividades al límite e incluso afecta cotidianamente la cadena de la vida; que derrocha recursos a diestra y siniestra; que impulsa el sorprendente y maravilloso mundo de la ciencia y la tecnología; que es capaz de escudriñar el espacio exterior, el centro de la Tierra y el propio cuerpo humano; es inverosímil que ese ser humano no haya resuelto los graves problemas de la subsistencia de cientos de millones de personas. Hago la paráfrasis de un argumento de Shakespeare y digo que «Algo debe estar podrido en nuestro mundo».

El tamaño de la desigualdad en salud es tal, que hace apenas tres años la razón de muerte materna en los países desarrollados era de doce por cien mil, en tanto que en los no desarrollados era veinte veces más alta. Lo mismo pasa con la mortalidad infantil, la neonatal o la de menores de cinco años, por no recordar la cobertura de servicios y el acceso real a los mismos o la propia forma de enfermar y morir de las personas que muestra un cuadro lleno de contrastes.

Contar con niveles adecuados de salud es uno de los requisitos indispensables para mejorar en materia de igualdad. Sin salud, esta última es solo una ilusión o en el mejor de los casos una esperanza. Desde nuestro sector, es mucho lo que las generaciones previas aportaron a la sociedad. Ahora toca a las nuestras avanzar y profundizar en la tarea. A los trabajadores de la salud pública nos mueven las causas. Tenemos una por la que vale la pena comprometerse.

Gracias a Cuba, a sus autoridades y a su gente, por darnos el foro y el ánimo para pronunciarnos al respecto.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=240890

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La lucha teórica y política por la educación

Por: Rafael Mendoza Castillo

Inicio estas reflexiones con el pensamiento crítico de Manuel Gil Antón: “Ojalá, ojalá de veras, un día estudiar valga más que robar dinero público, ya no sea mejor tener conocidos que conocimientos y haya más jacarandas y nuevas universidades que muertos y fosas en nuestra tierra. Para que sea así, es cosa de entrarle y no callar. Alzar la voz: tomar la palabra arrebatada”.

Sin principios ni fines todo es fungible (se consume con el uso), todo puede servir como representante de todo. Observemos las consignas actuales, “nueva cultura”, entendida como conducta adaptada al nuevo capitalismo, sin derechos ni reclamos, sin conquistas sociales. Aquí aparece, hoy en día, desde el prianismo gobernante, la nueva cultura del trabajo, nueva cultura moral, nueva cultura ecológica, nueva cultura jurídica (juicios orales). Todo ello domestica la acción política de la comunidad, es decir, la soberanía del pueblo (artículo 39 constitucional) y esto se pone al servicio de las organizaciones corporativas privadas y sus mandatos.

Manuel Gil Antón

Sin principios ni fines lo educativo se llena de productividad, de eficiencia, de la calidad que disfraza el desgaste programado de los objetos y bienes, el mercado como ausencia de fines humanos y políticos de la formación social capitalista, misma que convierte todo en mercancía, incluyendo a los sujetos sociales. La competencia donde sobresalen los oligopolios y las megacorporaciones. Este es el capitalismo políticamente administrado y planificado para controlar a las clases subalternas y someterlas a su consenso único (hegemonía).

La filosofía clarifica, determina conceptos y categorías con la finalidad de que nosotros podamos preguntarle a la conformidad con el objetivo de incomodarla. Por ello empecemos por determinar conceptos tales como integración, bloqueo histórico, la utopía y el sujeto. Si partimos de esto estaremos en mejores condiciones de construir una relación distinta de conocimiento, de acción y modo de pensar distinto ante lo educativo y el mundo actual.

En la realidad del mundo histórico contemporáneo se localizan la educación, la cultura, la ciencia, el arte, la técnica, orientados por los procesos de integración, donde la transnacionalización del capital es hegemónica, no sólo en lo financiero, económico y comercial, sino que también se incorpora lo primero. El capital produce bienes y servicios, pero también produce un sujeto que responda a su consenso único de pensamiento y de consumo.

Lo anterior revela el interés de los empresarios (Claudio X. González) que impulsan el proyecto llamado Mexicanos Primero, por ocupar también, para su negocio y lucro, el campo de lo educativo. Por eso decimos que el terreno de la educación es una lucha teórica y política, donde la definición tiene que ser clara en los actores de dicho proceso y la decisión se instala en favor de qué y en favor de quién, porque la naturaleza de la práctica educativa, según Paulo Freire, es política.

Sin embargo, no sólo se globaliza el capital, el trabajo, sino también la trasnacionalización desde el punto de vista de los medios de comunicación de masas. De ahí que la categoría de integración arroja luz sobre la forma en que los Estados nacionales desaparecen o se vuelven instituciones fallidas, achicadas, simplificadas, privatizadoras, desreguladoras, al servicio de las megacorporaciones extranjeras y nacionales.

De ese modo, gobiernos e instituciones se integran a los centros de la hegemonía económica y el consenso de Washington. Como bien afirma Immanuel Wallerstein: “Que el capitalismo no reconoce naciones ni estados, la única realidad para el capitalismo es la economía mundial, no hay en mente realidades nacionales”.

Esta realidad social, esta existencia actual, expulsa los procesos de la racionalidad teórica, del pensamiento crítico disruptivo y pone en práctica una cotidianidad sustentada en la homogeneización de las emociones y sentimientos y de las teorías del pensamiento débil. Todo ello promovido por la diversión, el entretenimiento, que lleva a la enajenación de la conciencia. La intención es destruir la centralidad de la política y de la teoría, tal que le apuesta al consumo y a la esclavitud de la gente.

Además, a través de los medios de comunicación, sobre todo el duopolio televisivo comercial, alienan y forman a la población. No sólo informan al pueblo, sino también se conforman estructuras de conciencia que apuntan a la aceptación y adaptación del orden que ellos, los medios, defienden. Esa conciencia de lo mismo hace sentir y pensar a la gente que lo que existe es lo mejor y que no existe otra opción. Les matan el futuro y la esperanza.

Como bien dice Giovanni Sartori, las imágenes transmitidas por los medios se convierten en un video-poder que al final del día convierte al sujeto en un espectador, en consumidor de lo mismo y, eso sí, dependiente del televisor. Como acertadamente dijo el clásico, el “medio es el mensaje” (Marshall Mcluhan).

Es importante que nuestro proyecto educativo retome el concepto de bloqueo histórico propuesto por Agnes Heller. Sin este concepto no podemos entender por qué la gente aspira a lo mismo y que la gente no piense distinto. Lo anterior se vincula con la educación y la cultura ya que el poder y hegemonía tiránica no persuaden ni les interesa convencer a las personas. Tal hegemonía pretende que la gente se convierta en súbditos y no en ciudadanos, sujetos históricos, erguidos, desafiantes, que visualicen cosas distintas o diferentes a las existentes.

Por eso el modelo neoliberal produce, vía los programas de educación como el propuesto por el inolvidable sargento Aurelio Nuño, un sujeto que acepte vivir en la pobreza, el desempleo, la marginalidad, que el mismo modelo se encarga de producir. Que las personas queden fuera del conflicto de clases y que acepten esta realidad. Otro mundo es posible y necesario.

Fuente: http://www.cambiodemichoacan.com.mx/columna-nc39672

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