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De la política al aula: autonomía escolar

Por: Carlos Ornelas

No es un derrotero sencillo. Las reformas en educación —aun aquellas exitosas, como las de Finlandia o Singapur— por lo regular implican luchas políticas. Ningún manifiesto de reforma educativa ha tenido consenso absoluto; siempre hay grados de resistencia. Quienes nos dedicamos al análisis macro de las políticas educativas a veces perdemos la perspectiva práctica y no vemos los tiempos en que tardan las propuestas en llegar a las aulas, ni el efecto de los instrumentos que los gobernantes utilizan para difundir las tramas más importantes, ni las actitudes con respecto a la reforma de los receptores últimos: directores de escuela y maestros frente a grupo. La Reforma Educativa en curso en México puede servir de ejemplo.

Si se considera la propuesta —el Pacto por México— y la realización de los primeros instrumentos institucionales manifiestos en leyes, el tiempo fue brevísimo. Del 1 de diciembre, cuando el presidente Enrique Peña Nieto tomó posesión del cargo, al 11 de septiembre de 2013, cuando se publicaron las leyes secundarias en el Diario Oficial de la Federación, pasaron diez meses. A pesar de que se obviaron debates parlamentarios, la estrategia de los firmantes del Pacto funcionó. Hoy México tiene un marco legal abundante y —tal vez— sólido.

Sin embargo, cosechar otros frutos y poner en práctica las aristas principales de las leyes representó problemas severos. Los tiempos que fijó el Poder Legislativo para la ejecución de las primeras evaluaciones, por ejemplo, fueron perentorios. La Secretaría de Educación Pública no estaba preparada ni la Junta de Gobierno del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación se había asentado por completo. Además, la Secretaría de Gobernación otorgaba prebendas a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación al margen de la ley; eso interfirió con la aplicación de los otros instrumentos de política, como los Foros de Consulta para el Nuevo Modelo Educativo que organizó el secretario de Educación Pública, Emilio Chuayffet, en 2014. No obstante, la SEP instituyó otros aparatos como el Sistema de Información y Gestión Educativa y sustituyó la Carrera Magisterial por un nuevo modelo de incentivos sin la participación del SNTE. Además, el gobierno federal recentralizó el pago de la nómina, despidió a miles de aviadores, retiró a otros millares de profesores de comisiones sindicales y quitó a los estados burócratas que pagaban con dinero para educación.

Los dispositivos institucionales transitaron, pero la comunicación política fue deficiente. Con todo y que el Modelo Educativo para la Educación Obligatoria contiene elementos humanistas y de progreso, que el Servicio Profesional Docente comprende reglas de equidad y que pone el mérito sobre el compadrazgo, el gobierno no puede modificar en lo sustancial la actitud de los docentes. No sólo es un asunto de estrategia comunicativa, sino de emprender una operación de plazo largo para alterar la persistencia cultural de los maestros.

Aquí está, pienso, el meollo de la cuestión. Los gobiernos mexicanos se rigen por sexenios, los cambios en la mentalidad y las actitudes toman lustros. Asimismo, alcanzar mudanzas en costumbres y hábitos arraigados demanda más que propaganda e incentivos materiales. Una y otros son piezas clave, pero insuficientes. Llegar al corazón de los maestros y de los futuros docentes exige que los nuevos planes, programas y materiales desafíen su inteligencia, que no sean meros manuales ni recetarios. Me parece bien que el Modelo hable de autonomía escolar y profesionalismo de los maestros, pero una y otro reclaman conocimiento, motivación interna para la labor docente, trabajo arduo y planeado.

El proyecto de Reforma Educativa mexicana brinda esa posibilidad, pero el sexenio se agotó y hoy crecen más las ofertas de echarlo para atrás. Su solidez está a prueba. Ahora depende del azar electoral si la reforma llega a las aulas y las escuelas tendrán algo de autonomía.

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De la política al aula: autonomía escolar

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Colombia: ¿Los dueños del capital impondrán al presidente?

Por: Manuel Humberto Restrepo Dominguez

La crisis del capital de 2008 sacó al neoliberalismo de las pocas dificultades que todavía le causaba la política y ratificó su hegemonía para organizar la vida. Los “dueños” del mundo eliminaron su condición de victimarios y responsables de la desigualdad, desastres humanitarios y catástrofes provocadas al planeta y se presentaron como victimas, que rápidamente subordinaron la capacidad de la política poniéndola a sus pies y controlar las decisiones de estado y reducir la potencia de derechos humanos como el trabajo, al que le arrebataron mas de 60 millones de empleos en menos de un año (2008-2009). En las dos décadas siguientes hambruna, discriminación, racismo, destierro, exclusión y esclavitud provocadas por su obsesiva manera de acumular fueron convertidas en datos sin responsables. 70 millones de desterrados, otros 70 de esclavizados o 1000 millones de hambrientos se volvieron una cosa natural por la que nadie se ruboriza ni responde, ni los dueños del capital ni los gobernantes a su servicio, que por incumplir las tareas de estado son violadores de derechos.

2018 inicio con 8 ricos que tienen mas riqueza que 3700 millones de personas, a las que podrían evitar el hambre, el destierro, la enfermedad o el analfabetismo y continuar siendo ricos. El 82 por ciento de la riqueza mundial generada en 2017 fue a sus bolsillos mientras la mitad de la población no recibió nada (Oxfam, Forbes y Crédit Suisse Global Wealth). B. Gates, Amancio Ortega, Buffett, Slim, Jeff Bezzos, Zuckerberg, Ellison y Bloomberg son los mas visibles “dueños” que junto con otros pocos le permiten vivir o morir a millones de seres humanos que padecen las humillaciones y viven sin derechos. Este ilimitado poder desborda las cuadriculas que separan la vida en ciencias, disciplinas, formas de existir, es un poder holístico que sencillamente entiende a la política como una herramienta para mantener ese poder y acrecentar su capital. Los “dueños” pueden eliminar competidores, destituir gobernantes, promover golpes de estado o poner de presidente a quien les plazca aunque nunca hablen de candidatos o elecciones. Han convertido al estado en otro medio de producción de su riqueza, es su empresa principal con capacidad coactiva y represiva para obtener y transferirles recursos mediante negocios de todo orden y vinculo en todos los ministerios y entidades.

Al mirar Colombia, es reconocible que solo cuatro ricos concentran demasiado capital y poder (Sarmiento Angulo, Santo Domingo, Ardila lulle, Gilinski) con capacidad para subordinar la política y decidir quien ha de gobernar. Controlan la subjetividad, el alimento, las movilidad, la manera de actuar. Son dueños de medios de información (T.V, prensa, radio), bancos, seguros, comunicaciones, gas, infraestructuras, finca raíz, vías, aviación, inmobiliarias, incursionan en la justicia, el deporte, el turismo, tienen holding, franquicias y consorcios. Por su mandato la propiedad privada es sagrada y la publica satanizada. Son autosuficientes para poner decisiones políticas a sus pies e intervenir la agenda del gobierno y la dinámica de las instituciones con reglas de mercado (también alimentado por mafias incrustadas en el estado). Los dueños han acelerado el paso de la política hacia el mercado, desvirtuando la esencia de la democracia basada en competidores que tratan de garantizar la realización de derechos y del bienestar colectivo, usurpada por otra forma (politiquería) tomada por competidores que tratan de obtener el poder para reforzar su poder y sustraer los bienes públicos para llevarlas a las cuentas privadas de los dueños y sus múltiples redes de beneficio privado.

El mercado estimula la creación de empresas electorales organizadas y dirigidas por clientelas triunfantes que hacen negocios (legales, ilegales o mixtos) comprando y vendiendo paquetes de electores (como si fueran acciones), no tienen programa político, no responden a principios éticos y su ideología es el capital. Hacer política (politiquería) es un objetivo de la empresa electoral, su negocio, nunca su virtud. De esta manera sin debate colectivo, sin coherencia ideológica y sin sentido de humanidad las empresas electorales (en lo local a la manera de franquicias y en lo global a la manera de Holding) producen a los candidatos que son elaborados como productos para ser vendidos y consumidos por mayorías que puestas en desigualdad, hambre y desesperanza, aceptan la recomendación de dejarse llevar por la corriente y tratar de sacar algún provecho propio. Muchos de estos productos ni siquiera cumplen los mínimos de calidad, la cuarta parte de aspirantes al congreso procedentes de derecha y ultraderecha, han sido puestos al descubierto en fraudes, corrupción o crímenes y simplemente sus empresarios los anuncian como productos imperfectos a los que se les trata de mejorar corrigiendo imagen, sonrisa, gesto en las manos y mirada.

Lo evidente es que a los ricos (y a las élites en general) no le interesan los pobres (salvo para sobreexplotarlos) les interesan sus votos y su plusvalía, no su dignidad ni sus ansias de vivir en paz. Esa ventaja les permite llevar la delantera en la coyuntura electoral y por veto o cooptación persisten en bloquear la construcción de poderes populares, promover la intolerancia y negar a sus adversarios. El consenso sobre el prelegido para sostener el poder y garantizar la movilidad del capital libre de barreras y alteraciones como las que puede traer una paz real con justicia social y para todos parece haberlo indicado Luis Carlos Sarmiento por ser uno de los 120 mas ricos del mundo (Forbes), el quinto banquero mas rico del planeta (elcolombiano.com), el presidente del Holding Aval (el mas sólido del país), poseedor de una fortuna cercana a 12 billones de dólares que triplica la de Trump (semana.com) y ser el gran ejecutor de inversiones con recursos de la nación, de múltiples maneras ha señalado que prefiere en palacio a quien de niño lo recorrió de la mano de su tío abuelo presidente y en los últimos siete años con apoyo irrestricto, firme y duradero del presidente Santos, su gobierno y su partido, recibió su preparación de gobernanza (nueva forma del poder globalizado) y visitó el país distribuyendo peso a peso un capital de 25 billones y cientos de miles de viviendas induciendo a creer que la política son hechos (capital) y no derechos y él, esta prelegido para gobernar.

Nada es definitivo pero derecha y ultraderecha son hijas del capital y su doctrina es mas sencilla que la de la de las ideas políticas que promueven libertades, derechos y bienestar. El difícil reto popular para enfrentar a la doctrina del capital que remueve contradicciones y une a sus disidencias, es hacer unidad entre organizaciones sociales, defensores de derechos y de la paz firmada, victimas, inconformes y sectores políticos progresistas. Eliminar barreras para enfrentar en unidad las directrices del capital (que al final junta a derecha y ultraderecha en el holding) es muy complejo pero nunca imposible. Es difícil derrotar al preelegido, como lo ha sido derrotar la guerra y el miedo a pesar del sistemático genocidio de luchadores populares, pero se puede. Siempre es posible si se descifra el enigma como lo hizo Heracles para vencer a Anteo o David para derrotar a Goliat y mejor aún si la esperanza sigue firme para consolidar la paz real y se trabaja a fondo en individual y en colectivo para lograr un ascenso en la conciencia colectiva sin odios, pos-verdades, ni absolutos.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=237499&titular=%BFlos-due%F1os-del-capital-impondr%E1n-al-presidente?-

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“En Ecuador no hay justicia para Jorge Glas”

Entrevista a Silvia Glas, hermana del depuesto vicepresidente Jorge Glas

Después de un positivo balance de diez años en la presidencia de Ecuador, Rafael Correa ayudó a la victoria de Alianza País en la segunda vuelta de las elecciones de principios de 2017. Pero muy pronto se produjo un viraje de 180 grados : el nuevo presidente Lenín Moreno empezó a atacar el legado de la Revolución Ciudadana que le habia permitido ser electo. Una parte importante de Alianza País, fiel a las políticas sociales del “Buen Vivir”, desaprobó a Moreno. Entonces, el vicepresidente Jorge Glas; quien se contaba entre esas voces críticas, es depuesto de sus funciones y expuesto nuevamente bajo los focos mediáticos, acusado de corrupción en el marco del caso Odebrecht. ¿Mera coincidencia o fatalidad del destino? Tras cuatro meses de cárcel preventiva, en enero de 2018 Jorge Glas es condenado a seis años de prisión. La economista Silvia Glas nos ha concedido una entrevista en exclusiva, en la que expone la “ausencia de pruebas” tras la sentencia, y hace un llamamiento a romper el bloqueo mediático sobre el caso de su hermano.

El 24 de mayo de 2017 se formó un gobierno con Lenín Moreno como presidente de Ecuador y Jorge Glas el vicepresidente. ¿En qué momento se tuerce el curso de ese binomio ganador?

Podemos citar dos hitos importantes: El 2 de agosto de 2017, a través de una carta pública, Jorge Glas denuncia supuestas irregularidades en la gestión del presidente Lenín Moreno. El 4 de agosto este último le releva de todas las funciones que son atribuídas por decreto debido a esta “carta irrespetuosa”.

A partir de este momento nuestra historia se acelera. A finales de septiembre, posteriormente a un conversatorio con medios donde Jorge Glas denunciaba su situación de acoso y argumentaba su inocencia, se anuncia al día siguiente, un viernes por la tarde, que habrá revisión de sus medidas cautelares. Es decir, la posible entrada en prisión para el lunes inmediato.

Estos hechos siempre ocurren en un escenario donde las posibilidades de reacción y defensa son improbables o imposibles. Luego sigue el encarcelamiento el 2 de octubre justificando la presencia de nuevas y “fuertes” evidencias. En el juicio se comprueba que se trataba de las asistencias penales de Estados Unidos y Brasil, donde nunca se menciona ni el nombre ni el cargo del acusado…Además, la fuente de ambos documentos es la propia empresa culpable y absuelta en Ecuador. Desde entonces, la sucesión de abusos a los derechos humanos del ex vicepresidente van en aumento.

Un vicepresidente a quien se le impide ejercer su mandato tras la elección… ¿Cómo lo explica?

A través de su destitución ilegal, ha sido quebrantada la voluntad del pueblo ecuatoriano, que eligió a un vicepresidente en las urnas. Las irregularidades demostradas en las violaciones al debido proceso y en el cortísimo método de reemplazo del cargo, demuestran una clara ambición por quitarse del medio a una persona elegida por mandato del pueblo. Esperamos que las instancias internacionales las puedan pronto auditar.

Sólo por mencionar algunas de estas faltas relevantes a su pregunta: 1. la decisión de dictar prisión preventiva fue arbitraria. Una detención sin los justificantes que requieren los acuerdos internacionales que garantizan los derechos de las personas. 2. Una supuesta ausencia de la carta en la que el vicepresidente informaba sobre la toma de su período legal de vacaciones para poder contar con el tiempo necesario de ejercer su defensa y de esta manera le decretan ausencia temporal. 3. Las asombrosas prisas para llamar a un juicio en menos de tres meses con un contenido de 470 cuerpos de 200 páginas cada uno. 4. Los cuestionamientos sobre un encargo y posterior reemplazo de la Vicepresidencia de la República; quien tiene encargada temas claves referentes a una consulta popular que puede cambiar la gobernabilidad del país.

Todos son aspectos que los ecuatorianos necesitamos que se sometan a veedurías externas. Hay un hombre inocente cuya seguridad y la de su familia no tiene garantías por culpa de un proceso que no pudo demostrar absolutamente nada.

Es importante recordar que fue el mismo vicepresidente quien solicitó por iniciativa propia a la Asamblea, ser relevado de la inmunidad inherente al cargo para enfrentar las acusaciones y el acoso que venía sufriendo, confiando en el sistema judicial del país al que había servido por tantos años. Sin embargo, está comprobado que, en Ecuador, no hay justicia para Jorge Glas

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=237472

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Polarización y nuevos movimientos

Por: Raúl Zibechi

Lo peor, como en buena parte del mundo, el ascenso de la represión estatal, de la mano de políticas de ajuste que perjudican a los sectores populares. El panorama general que presenta la región es de creciente polarización política, social, económica y cultural.

En el terreno político se verifica una potente confrontación derecha-izquierda o conservadores-progresistas, con resultados dispares que anticipan la continuidad de las fricciones. Mientras en Chile y Argentina se fortalecen las derechas, en otros países las cosas están más parejas.

La movilización social es en gran medida consecuencia de una mayor desigualdad económica y del aumento de tarifas de servicios públicos. Pero en otros casos, como en Perú, se registra una amplia movilización contra el indulto al dictador Alberto Fujimori concedido por el presidente Pedro Pablo Kuczynski, para salvar su mandato de las acusaciones de corrupción.

En el plano socio-cultural asistimos a una batalla con epicentro en Brasil, pero que atraviesa toda la región, entre las iglesias y las derechas contra las mujeres y los colectivos LGBT. El momento más fuerte de esa ofensiva reaccionaria se produjo durante la visita de la feminista Judith Butler, con movilizaciones y una campaña mediática en contra de la «ideología de género».

Butler fue agredida en el aeropuerto y quienes acudieron a sus presentaciones fueron acosadas por multitudes que creen, porque lo expresan pero también lo sienten, que sus hijos e hijas corren riesgo de «contagio», como si la opción sexual de cada quien fuera un virus contagioso.

La oleada conservadora –respuesta de las clases medias al crecimiento de la autoestima de los sectores populares, de las mujeres, los indígenas y los afros– anticipa un 2018 más tenso aún. Porque la polarización no es solo política, sino que expresa en ese terreno una intransigencia que nace en la vida cotidiana, levantando muros de odio y desprecio que nos acercan a sociedades estilo apartheid, donde a la segregación de clase suman la racial, sexual y residencial.

Por ahora, el movimiento que mejor resiste es el de las mujeres, ya que la violencia está escalando casi tanto como las movilizaciones y debates públicos que muestran dos caras irreconciliables de las sociedades. Si miramos el tiempo largo, podemos observar alineamientos similares a los que se produjeron en la guerra civil española o durante las dictaduras latinoamericanas. Las iglesias y las clases dominantes, junto a sus aparatos de poder armado y no armado, como la «justicia», casi impermeables a los cambios culturales y sociales de las últimas décadas.

Esto nos indica que estamos ante una profunda grieta social que divide el mundo en mitades más o menos equilibradas y llegó para quedarse, en este período de crisis sistémica que provoca angustias y desazones en todas las clases y sectores sociales. Todo lo que parecía estable o relativamente consolidado, se deteriora a pasos de gigante. Casi nada va quedando en su lugar.

En América Latina, los gobiernos progresistas se evaporan de diversos modos: en Chile y Argentina porque las derechas ganan elecciones; en Brasil por una ilegítima destitución de la presidenta; en Honduras por un fraude electoral evidente; en Ecuador, por increíble que parezca, el progresismo pierde por haber ganado en las urnas ya que los dos principales dirigentes (Rafael Correa y Lenín Moreno), tomaron caminos antagónicos.

Sería demasiado simplista atribuir estas derivas a traiciones o maniobras de unos u otros. Las cosas son mucho más complejas. Las derechas, obvio, hacen su trabajo. Tienen a su favor el poder económico, los aparatos estatales armados y burocráticos, el conservadurismo de gran parte de la sociedad, los medios de comunicación, el sistema financiero internacional, las grandes potencias y, también, la profunda división de las izquierdas.

Los progresismos han llegado a una meseta y desde 2013 asistimos a su declive. Tienen en su contra el desgaste de ser gobiernos durante más de una década, la corrupción galopante, la deserción de las clases medias y de sectores populares deslumbrados por el consumo, la caída de los precios de las materias primas, la falta de autocrítica y de humildad, entre las más importantes.

La vida tienen ciclos. La vida política también. Es seguro que estamos en el otoño del progresismo, que ya dio de sí lo que podía dar: reducción de la pobreza, ampliación de los servicios de salud y educación, y un clima político que redundó en el empoderamiento de los excluidos. Al no haber realizado cambios estructurales (reformas agraria, urbana y de la renta, entre las más urgentes), las políticas públicas hacia la pobreza se agotan y en períodos de crisis son revertidas por gobiernos de signo opuesto. La oleada conservadora navega cómoda en esta aguas que contribuye a contaminar.

Sin embargo, por debajo de la polarización, más allá incluso de la creciente represión (como hemos visto días atrás en Buenos Aires), se están configurando nuevas realidades sociales. Pequeños cambios que suceden por debajo de la línea de atención mediática, en espacios considerados como poco trascendentes por los partidos y los políticos del sistema. En los márgenes de nuestras sociedades, se multiplican las señales de un nuevo ciclo de luchas y de nuevos movimientos.

He mencionado al principio el movimiento de las mujeres. En cifras, el 8 de Marzo pasado millones de mujeres en las calles. Las concentraciones más concurridas que se recuerdan en Montevideo (Uruguay) con 300.000 personas reclamando contra los feminicidios. En Argentina se han realizado desde el fin de la dictadura 32 encuentros nacionales de mujeres. En los tres últimos acudieron entre 50 y 70.000 de todo el país, que debatieron durante tres días en cientos de talleres autogestionados, sin dirigentes ni caudillos.

Hay muchísimo más. En Colombia existen 12.000 acueductos comunitarios que suministran el 40% del agua a las zonas rurales y el 20% a las ciudades. Cada acueducto fue construido y es sostenido por una o varias comunidades.

En Brasil hay 5.000 asentamientos del movimiento sin tierra (MST), que ocupan 25 millones de hectáreas recuperadas del latifundio improductivo, donde viven dos millones de personas y funcionan 1.500 escuelas gestionados por el movimiento, además de cooperativas de producción y distribución.

En Argentina existen casi 400 fábricas recuperadas y cien bachilleratos populares donde finalizan la secundaria los adultos que no han podido terminar sus estudios. Son gestionados por docentes y alumnos de forma igualitaria y los modos de aprendizaje están inspirados en la educación popular de Paulo Freire. Además hay 200 revistas culturales autogestionadas (impresas y digitales) que ocupan más 1.500 personas y son leídas por siete millones.

A todo lo anterior habría que sumar las millones de personas que se desempeñan en la «economía popular» (cooperativas populares, centros sociales y culturales, emprendimientos del más diverso tipo que producen alimentos, bienes y servicios que se distribuyen por canales propios). Y, por supuesto, al zapatismo.

Este es el mundo que está levantando cabeza en plena oleada conservadora y que va a sorprender a muchos en los próximos años. Sobre todo a los gobiernos de derecha.

Fuente: https://www.naiz.eus/es/hemeroteca/gara/editions/2018-01-07/hemeroteca_articles/polarizacion-y-nuevos-movimientos-en-america-latina

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España: “Es conveniente abordar la política en las aulas, pero siempre desde el respeto”

Los alumnos tienen derecho a saber qué es lo que está pasando. Pero con neutralidad, adaptando la información, a su etapa evolutiva.

Europa/España/09.01.2018/Autor y Fuente: https://elpais.com

La RAE define adoctrinar como “inculcar a alguien determinadas ideas o creencias”. Pueden estar relacionadas con la política, la religión, las clases sociales… Y aunque algunos ponen en duda su existencia, hay estudios que lo certifican. Como este, publicado por la American Sociological Review en 1963. El caso es que de un tiempo a esta parte es un verbo que se conjuga con mucha frecuencia. Lo que no es tan habitual es referirse a cómo ese adoctrinamiento puede repercutir en quien lo recibe, es decir, los alumnos. No olvidemos que estamos hablando de menores de edad, es decir, material sensible. Lo es tanto, que recibir determinados mensajes de los profesores puede infundirles inseguridad a los críos. Más aún si las opiniones de padres y docentes difieren.

Mercedes Bermejo, coordinadora del curso Experto en Terapia Familiar Sistémica de la Universidad Complutense de Madrid insiste en la importancia de los mensajes que reciben los niños de los adultos, pero aún más en el estado emocional de su entorno. “Con la situación en Cataluña muchas familias se han visto afectadas a nivel laboral, social, económico, e incluso familiar. Y los niños, para crecer, necesitan calma, rutinas, estabilidad, mensajes de seguridad…”. Gonzalo añade: “Es obvio que la existencia de un conflicto familiar no beneficia a ningún niño o niña, y lo mismo ocurre con el conflicto social en el que se ha visto sumergido nuestro país en los últimos meses que ha enfrentado a la población”. Este estudio de la Universidad de La Sabana (Colombia) sobre la agresividad de los niños en función del medio familiar y el entorno escolar lo pone de manifiesto. Así como este otro en el que se detalla la teoría del apego (“permite al sujeto conseguir o mantener proximidad con otra persona diferenciada y generalmente considerada más fuerte y/o sabía”) publicado en la Revista Latinoamericana de Psicología en 2006.

Pero esto no quiere decir que no se puedan tratar temas de actualidad o conflictos en la escuela. Al contrario. “Es importante que la escuela aborde asuntos como el terrorismo, la violencia de género, y, porque no, ya, también la situación de Cataluña. No podemos permitir que en las escuelas se censuren estos temas. Los alumnos tienen derecho a saber qué es lo que está pasando. Pero con neutralidad, adaptando la información, a su etapa evolutiva y características individuales”, afirma Bermejo. Y Gonzalo continúa: “Los niños tienen derecho a disponer de espacios protegidos donde expresar su opinión, sentimientos, pensamientos… Es conveniente abordar la política en las aulas, pero siempre desde el respeto”.

Hasta tal punto es así, que Mercedes Bermejo lo entiende como una oportunidad: “Es posible aprovechar circunstancias como estas para reflexionar y, de paso, enseñarles a pensar, transmitirles la importancia de valores positivos y de respeto por el otro”, incluso si se opina distinto de nosotros, por supuesto. Y concluye: “La escuela debe permitir que existan opiniones distintas sin que inciten al odio. Resolver inquietudes políticas está bien, promoviendo el pensamiento crítico, desde una postura neutral de los maestros”, concluye la psicóloga.

De todas las situaciones se puede aprender. Y de esta, en concreto, a resolver conflictos. Mónica Gonzalo se queja de que se ha hecho lo contrario: “La falta de habilidades para resolver una situación de hostilidad y enfrentamiento entre la población es un mal ejemplo más para nuestros hijos. Hemos pensado en ellos menos de los que deberíamos haber hecho”. Por eso, Mercedes Bermejo pide a los padres, familiares, maestros y gobernantes “que llevemos a cabo las medidas necesarias para dar un ejemplo a los más pequeños de democracia, tolerancia y libertad de expresión en todos los ámbitos. Lo merecen, lo merecemos”.

La RAE define adoctrinar como “inculcar a alguien determinadas ideas o creencias”. Pueden estar relacionadas con la política, la religión, las clases sociales… Y aunque algunos ponen en duda su existencia, hay estudios que lo certifican. Como este, publicado por la American Sociological Review en 1963. El caso es que de un tiempo a esta parte es un verbo que se conjuga con mucha frecuencia. Lo que no es tan habitual es referirse a cómo ese adoctrinamiento puede repercutir en quien lo recibe, es decir, los alumnos. No olvidemos que estamos hablando de menores de edad, es decir, material sensible. Lo es tanto, que recibir determinados mensajes de los profesores puede infundirles inseguridad a los críos. Más aún si las opiniones de padres y docentes difieren.

Mónica Gonzalo, experta en Psicología Infantil Psicólogos Pozuelo: “Para poder crecer de manera sana, los niños y niñas requieren de un entorno de seguridad y protección desde etapas muy tempranas. Sin defender a unos u otros, entre todos, estamos cuestionando los pilares básicos sobre los que todo menor se sustenta para poder nutrirse y madurar de manera saludable; estos son, el sistema familiar, el sistema educativo, y el sistema social”. La psicóloga se refiere en concreto a los comentarios en contra de la policía, los padres o los profesores a raíz del 1-O. “ Es importante que los niños puedan confiar en la bondad de los profesores para educar, en la seguridad de la policía para proteger, y en el afecto de los padres para cuidar y educar”, comenta Gonzalo.

Mercedes Bermejo, coordinadora del curso Experto en Terapia Familiar Sistémica de la Universidad Complutense de Madrid insiste en la importancia de los mensajes que reciben los niños de los adultos, pero aún más en el estado emocional de su entorno. “Con la situación en Cataluña muchas familias se han visto afectadas a nivel laboral, social, económico, e incluso familiar. Y los niños, para crecer, necesitan calma, rutinas, estabilidad, mensajes de seguridad…”. Gonzalo añade: “Es obvio que la existencia de un conflicto familiar no beneficia a ningún niño o niña, y lo mismo ocurre con el conflicto social en el que se ha visto sumergido nuestro país en los últimos meses que ha enfrentado a la población”. Este estudio de la Universidad de La Sabana (Colombia) sobre la agresividad de los niños en función del medio familiar y el entorno escolar lo pone de manifiesto. Así como este otro en el que se detalla la teoría del apego (“permite al sujeto conseguir o mantener proximidad con otra persona diferenciada y generalmente considerada más fuerte y/o sabía”) publicado en la Revista Latinoamericana de Psicología en 2006.

Pero esto no quiere decir que no se puedan tratar temas de actualidad o conflictos en la escuela. Al contrario. “Es importante que la escuela aborde asuntos como el terrorismo, la violencia de género, y, porque no, ya, también la situación de Cataluña. No podemos permitir que en las escuelas se censuren estos temas. Los alumnos tienen derecho a saber qué es lo que está pasando. Pero con neutralidad, adaptando la información, a su etapa evolutiva y características individuales”, afirma Bermejo. Y Gonzalo continúa: “Los niños tienen derecho a disponer de espacios protegidos donde expresar su opinión, sentimientos, pensamientos… Es conveniente abordar la política en las aulas, pero siempre desde el respeto”.

Hasta tal punto es así, que Mercedes Bermejo lo entiende como una oportunidad: “Es posible aprovechar circunstancias como estas para reflexionar y, de paso, enseñarles a pensar, transmitirles la importancia de valores positivos y de respeto por el otro”, incluso si se opina distinto de nosotros, por supuesto. Y concluye: “La escuela debe permitir que existan opiniones distintas sin que inciten al odio. Resolver inquietudes políticas está bien, promoviendo el pensamiento crítico, desde una postura neutral de los maestros”, concluye la psicóloga.

De todas las situaciones se puede aprender. Y de esta, en concreto, a resolver conflictos. Mónica Gonzalo se queja de que se ha hecho lo contrario: “La falta de habilidades para resolver una situación de hostilidad y enfrentamiento entre la población es un mal ejemplo más para nuestros hijos. Hemos pensado en ellos menos de los que deberíamos haber hecho”. Por eso, Mercedes Bermejo pide a los padres, familiares, maestros y gobernantes “que llevemos a cabo las medidas necesarias para dar un ejemplo a los más pequeños de democracia, tolerancia y libertad de expresión en todos los ámbitos. Lo merecen, lo merecemos”.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2018/01/07/mamas_papas/1515311356_335856.html

Imagen: https://ep01.epimg.net/elpais/imagenes/2018/01/07/mamas_papas/1515311356_335856_1515312131_noticia_normal.jpg

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Chile:El susto pasó y empresarios celebran: Piñera retorna a La Moneda con promesa de revivir la economía y bajar los impuestos

Chile/ www.elmostrador.cl / 20 de Diciembre de 2017

Hay optimismo sobre reacción de activos chilenos, incluyendo el IPSA, el peso y bonos. La victoria de Piñera debería darles un impulso a los sectores políticamente sensibles. Y en esa lista están la industria de la educación universitaria, las administradoras de fondos de pensiones, la industria farmacéutica, la minería, las generadoras de energía eléctrica, las industrias forestal y de la construcción.

Esta mañana, los empresarios, inversionistas y el mercado en general respiran con alivio.

El temor a una victoria de Alejandro Guillier pasó y Sebastián Piñera retorna a La Moneda con el envión de una victoria profunda, junto con la promesa de revivir la economía y bajar los impuestos. Ya no se sabrá si la campaña del miedo que parte de la derecha trató de difundir, argumentando que con Guillier nos convertiríamos en «Chilezuela», se haría realidad.

Donde sí hay consenso es en que esta semana los activos chilenos van a tener un empujón. El IPSA venía recuperando el terreno perdido después de la primera vuelta y, ahora, con los resultados de ayer, en el mercado especulan que las acciones locales van a tener un muy buen fin de año.

Igal Magendzo, el influyente macroeconomista, dice –en una entrevista en este mismo medio– que el peso debería dispararse y tocar los $625 versus el dólar. En el mercado hay consenso de que las tasas locales bajarán y los bonos chilenos tendrán un repunte.

El viernes el Banco Central de Chile salió a intervenir en el mercado en forma extroardinaria para asegurar liquidez en dólares, previo a las elecciones, ante estrechez del mercado.

A pesar del reciente repunte del IPSA, varios instrumentos financieros chilenos, incluyendo el riesgo país (CDs), los swaps en dólares y las tasas locales, apuntaban a un mercado que buscaba disminuir su exposición a activos locales ante la incertidumbre política que reinaba en la víspera de la segunda vuelta de las presidenciales.

En los últimos días aumentó el castigo por riesgo ante incertidumbre de escenario político, aunque el mercado accionario definitivamente descartaba el mito de “Chilezuela”.

Piñera, el Mandatario electo, promete revertir cuatro años del crecimiento más débil desde el retorno a la democracia. Entre sus promesas está la de implementar una nueva reforma tributaria y cambios a la laboral.

Aunque también prometió avanzar en la gratuidad en educación superior y, en lo que significó un shock para el mercado, prometió la creación de una AFP Estatal como parte de su plan para mejorar las pensiones.

La victoria del abanderado de Chile Vamos debería darles un impulso a los sectores políticamente sensibles. Y en esa lista están la industria de la educación universitaria, las administradoras de fondos de pensiones, la industria farmacéutica, la minería, las generadoras de energía eléctrica, las industrias forestal y de la construcción.

El economista Pavel Gómez escribió en este medio, el fin de semana, que cualquiera fuese el ganador de la segunda vuelta electoral, las empresas que operan en estas industrias deben prepararse para un ciclo de incertidumbre regulatoria y vulnerabilidad política, todo lo cual traería nuevas amenazas, pero también oportunidades de beneficios derivados de un posicionamiento social y ambientalmente responsable.

Añadió que, con el triunfo de Piñera, «la actuación legislativa del Gobierno requerirá de alianzas circunstanciales con sectores de la Fuerza de la Mayoría, lo cual, supone la transacción de algunas demandas de la centroizquierda, cuyo objetivo existencial estará marcado por su necesidad de no desdibujarse frente al surgimiento de la nueva izquierda».

Y, en tal sentido, profundiza: «En el escenario de minimización de cambios legislativos relevantes, debido a la imposibilidad de lograr coaliciones, la necesidad del Frente Amplio de crecer a expensas de la Fuerza de la Mayoría, derivará en una agudización de los conflictos antiempresariales en las canchas de la calle y el sentimiento público. De todo esto se deduce que el sueño de un retorno inmediato a un escenario de mayor certidumbre regulatoria, definitivamente se extinguió».

Para un importante empresario local, es irónico que sus pares, que nunca han estado muy seducidos por Piñera y que durante su primer mandato lo criticaban con dureza, ahora respiran aliviados con su abrumadora victoria.

Aunque dice que su sector tiene claro que, con el fraccionado nuevo Congreso, Sebastián Piñera tendrá que usar la muñeca política que nunca tuvo para, efectivamente, bajar los impuestos corporativos, reformar las pensiones y crear nuevos empleos.

Fuente: http://www.elmostrador.cl/mercados/2017/12/18/el-susto-paso-y-empresarios-celebran-pinera-retorna-a-la-moneda-con-promesa-de-revivir-la-economia-y-bajar-los-impuestos/

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México: Casa tomada; EPN en la OCDE

México / www.animalpolitico.com/ 20 de Diciembre de 2017

Frente a un escenario repleto de diplomáticos y funcionarios internacionales, el secretario general de la OCDE, José Angel Gurría, presentó al presidente Enrique Peña Nieto como un líder ejemplar exitoso cuyo modelo de gestión no dado los resultados prometidos

El fin de la presidencia de Enrique Peña Nieto se percibe en el horizonte. El presidente ha comenzado su último año pronunciando un discurso en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos —institución intergubernamental que, desde la investigación y la evidencia empírica, promueve políticas públicas para mejorar el bienestar de los ciudadanos de los treinta y cinco países que la conforman. Las palabras del presidente fueron antecedidas por las del secretario general, José Ángel Gurría, otrora Canciller y Secretario de Hacienda bajo el gobierno de Ernesto Zedillo.

Frente a un escenario repleto de diplomáticos y funcionarios internacionales, Gurría introdujo al presidente encumbrándolo en elogios por el éxito de las reformas estructurales con las que comenzó el sexenio. El Pacto por México fue anunciado como una serie de políticas ejemplares, como una fórmula encomiable para el resto de los países, como el camino a seguir. México, dijo el secretario general, es el país con la agenda de reformas más ambiciosa que haya sido aprobada por cualquier país de la OCDE. Entre los países más desarrollados del mundo, no hay quien se le compare.

Pegado al discurso impreso, Peña Nieto entró en defensa de su legado. Habló del sistema nacional anticorrupción, de cómo la reforma educativa fue arropada por los maestros mexicanos, de la competitividad catalizada, la sociedad civil vibrante y los mecanismos de rendición de cuentas bien aceitados. El auditorio, extranjero, aplaudía. El secretario general asentía. No hubo mención de los nombramientos inconclusos del aparato anticorrupción ni de los vínculos entre Odebrecth y Emilio Lozoya. Los docentes asesinados por la policía federal en Nochixtlán quedaron olvidados. El presidente omitió el sistema de espionaje montado por el Estado en contra de periodistas y defensores de derechos humanos enviados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos —grupo que se vio forzado a abandonar el país mientras investigaban la masacre de Ayotzinapa.

El problema, sin embargo, no recae en Peña Nieto y su discurso tergiversado, a modo. Tampoco lo es abrir las puertas del castillo de la Muette al presidente de un país miembro. La contradicción fundamental es el desapego de la OCDE al imprimir su sello de aprobación sobre un modelo que sencillamente no ha dado los resultados prometidos. Lo inadmisible es meter la evidencia empírica entre paréntesis; suspenderla en pausa por los colores cercanos del expositor.

Como muestra de esta inconsistencia elemental, es suficiente observar el Better Life Index de la misma OCDE. Se trata de un índice que recopila una serie de variables, como salud, educación y seguridad, para medir la calidad de vida más allá del ingreso, y poder compararla entre distintos países. Los datos duros bastan: México es el país con mayor desigualdad social de la OCDE, sólo superado por Brasil y Sudáfrica que, aunque aparecen en el índice, no son miembros de la organización. México tiene el menor nivel educativo de los treinta y ocho países analizados, y está en el fondo de la prueba PISA —tanto en matemáticas como en español, de entre los treinta y cinco países miembros. En materia de seguridad, México ocupa también el último lugar. La tasa de homicidio promedio es de 3.6 por cada cien mil habitantes. México reporta 17.9, a pesar de que la cifra más reciente, de este año de violencia récord, oscila alrededor de los 25 asesinatos—siete veces superior a la media de la OCDE. La lista continúa.

La realidad, en todo caso, no es dicotómica: algunas de las reformas del Pacto por México incluyen mecanismos que han sido probados con modelos económicos sólidos. Alinear los incentivos de rendición de cuentas y del desempeño magisterial, mediante la reelección legislativa y a través de evaluaciones bien calibradas, son políticas que deberían conducir a resultados positivos. Desmantelar oligopolios e incrementar la recaudación fiscal también. Las reformas apuntan en esta dirección. Sin embargo, al final del camino, a un año del fin del sexenio, está la nada, cuando no la franca decepción. ¿Por qué no han funcionado estas políticas? ¿Fracasó la implementación o se perdieron detalles claves en el diseño? Sin mirar la evidencia, ese frío mapa de la realidad, no es posible dar con la respuesta.

“Puede usted estar orgulloso de su legado, señor presidente”, espetó el secretario general. No perdamos el buen camino. Refrendémoslo en el próximo ciclo electoral, exhortó. El llamado de Gurría no es más que un salto al vacío, un ejercicio de ficción. No hay análisis serio ni deliberación exhaustiva. Y, no obstante, ha impreso sobre un implícito José Antonio Meade su sello de aprobación política, lo ha marcado con su preferencia subjetiva y no con su aprobación técnica como cabeza de una institución rigurosa y por demás ejemplar.

Cuando el secretario general convoca a refrendar el status quo, desde su escenario principal en París, rompe con los principios de su organización, la obliga a traicionarse a sí misma. El discurso de Peña Nieto, enaltecido por la cúpula de la OCDE, permite ver a Gurría como un péndulo que va y viene entre dos extremos ulteriormente irreconciliables: la evidencia y el rigor, por un lado; la vieja escuela priista que transforma instituciones técnicas en brazos político-electorales, por el otro. La contradicción es aún más obvia en el caso de México, pues el legado de Peña Nieto representa el más crudo distanciamiento del sueño aquel de abrazar una democracia representativa plena, dejando atrás la dictadura perfecta. Si su intención original es ayudar a México y a los mexicanos, es imprescindible que el secretario general y la organización que abandera fundamente su consejo y sus loas en datos duros, y no en la imaginación y el interés personal.

Fuente: http://www.animalpolitico.com/blogueros-blog-invitado/2017/12/18/casa-tomada-epn-ocde/

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