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República Dominicana: Ministro de Educación y Medio Ambiente firman acuerdos para educación ambiental en el país

República Dominicana/08 mayo 2017/Fuente: Noticias Sin

En el marco de la celebración del Día Nacional del Árbol, los ministerios de Educación y Medio Ambiente iniciaron el proyecto “Creciendo con mi Árbol” , mediante el cual cada estudiante sembrará 10 semillas en terrenos pertenecientes o cercanos a su escuela.

Andrés Navarro y Francisco Domínguez Brito informaron que el programa establece que cada alumno a nivel nacional sembrará 10 semillas de plantas frutales o especies vegetales endémicas y nativas, las cuales cuidará hasta su crecimiento.
El lanzamiento del programa se realizó en el centro educativo La Gina, del sector El Higüero de Santo Domingo Norte, el mismo tiene como objetivo fortalecer la protección y conservación de los recursos naturales.

Fuente:http://noticiassin.com/2017/05/ministro-de-educacion-y-medio-ambiente-firman-acuerdos-para-educacion-ambiental-en-el-pais/

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Venezuela: Ministerio de Educación rechaza convocatorias a estudiantes para sumarse a concentraciones

Venezuela/08 mayo 2017/Fuente: vtv.gob.ve

El Ministerio del Poder Popular para la Educación emitió este domingo una circular donde rechaza las convocatorias hechas a estudiantes de Educación Media, con el fin de incorporarlos a concentraciones.

A continuación el texto íntegro de la circular:

El Ministerio del Poder Popular para la Educación ha recibido información por parte de los organismos de seguridad ciudadana, de convocatorias a estudiantes de Educación Media, con el fin de incorporarlos a concentraciones que deriven en manifestaciones violentas.

En tal sentido, instruimos a las Directoras y los Directores de Zonas Educativas de todo el país, así como a los directores y las directoras de escuelas técnicas y liceos, tanto públicos como privados, a tomar las medidas necesarias para preservar el interés superior, a la vida y a la educación, de nuestros y nuestras adolescentes, en el marco de lo previsto en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, la Ley Orgánica de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (LOPNNA) y la Ley Orgánica de Educación (LOE).

Exhortamos a los padres, madres y representantes, en el ejercicio  de su responsabilidad de tutela a orientar a sus hijos e hijas acerca de este tipo de convocatorias. Los niños, las niñas y adolescentes de Nuestra Patria son sagrados y sagradas.

Fuente: http://vtv.gob.ve/ministerio-de-educacion-rechaza-convocatorias-a-estudiantes-para-sumarse-a-concentraciones/

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El gobierno de Chile obliga a los colegios a implementar baños y duchas transexuales

Chile/08 de Mayo de 2017/Actual

La circular enviada por el gobierno estatal es de carácter obligatorio, por lo que los colegios deben tomar las «medidas administrativas, sociales y educativas apropiadas para proteger y garantizar los derechos» de los estudiantes trans.

La Superintendencia de Educación en Chile instruyó a todos los colegios del país a implementar una serie de medidas para garantizar los derechos de “niñas, niños y estudiantes trans”, lo que fue calificado por la Conferencia Episcopal de Chile (CECh) como una “imposición” de un proceso que aún debe ser “deliberado”.

El pasado 28 de abril, el organismo estatal envió una circular dirigida a los directores de los colegios en Chile, bajo el pretexto de la “inclusión y justicia social” contenidos en la Reforma Educacional que se debate en el país.

Las medidas promueven que el estudiante sea llamado por su “nombre social” y se mantenga el nombre legal en la documentación y su “derecho a utilizar el uniforme, ropa deportiva y/o accesorios que considere adecuado a su identidad de género”.

También, los colegios deberán facilitar el uso de “baños inclusivos” u otras alternativas “de acuerdo al proceso que estén viviendo” y previo acuerdo con la familia y “promover espacios de reflexión, orientación, capacitación, acompañamiento y apoyo” en la materia a la comunidad educativa.

La circular es de carácter obligatorio, por lo que los colegios deben tomar las “medidas administrativas, sociales y educativas apropiadas para proteger y garantizar los derechos” y la “vulneración de uno o varios” de ellos “constituye una infracción de suma gravedad”, describe el texto.

La publicación del texto se da en el contexto de dos discusiones actuales de temática infantil: la discusión en primera instancia del proyecto de ley de Identidad de género que permitiría el cambio de nombre y sexo en el Registro Civil para mayores de 18 años.

La segunda es la discusión en primera instancia del proyecto Sistema de Garantías de los Derechos de la Niñez que crearía normas y políticas destinadas a respetar, promover y proteger el desarrollo físico, mental, espiritual, moral, cultural y social de los niños.

El documento de la Superintendencia de Educación de Chile también fue publicado con las “Orientaciones para la Inclusión de Personas lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersex” con el objetivo de “apoyar el desarrollo de prácticas respetuosas e inclusivas” al interior de los establecimientos.

El documento “impone por la vía administrativa a todos los colegios de Chile una serie de prácticas que ni siquiera están aprobadas por la ley y están en discusión en el parlamento”

En rueda de prensa y luego del término 113° asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal de Chile, el Obispo de San Bernardo, monseñor Juan Ignacio González, expresó que el documento “impone por la vía administrativa a todos los colegios de Chile una serie de prácticas que ni siquiera están aprobadas por la ley y están en discusión en el parlamento”.

“Eso sale fuera de toda lógica en un proceso que tiene que ser deliberativo y democrático no puede imponerse por la vía de una autoridad administrativa”, agregó monseñor González.

En tanto, el Presidente del Área Educación de la CECh, monseñor Héctor Vargas, dijo al diario El Mercurio, que la circular “fue totalmente inconsulta. Nunca se conversó con los colegios. No hubo posibilidades de reflexionar sobre el tema”.

El también obispo de Temuco expresó que es “inaceptable esta metodología que instala temas al interior de la comunidad educativa de manera taxativa y con un lenguaje sancionatorio”.

Fuente: http://www.actuall.com/familia/el-gobierno-de-chile-obliga-a-los-colegios-a-implementar-banos-y-duchas-transexuales/

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Educación cerrará 184 escuelas en Puerto Rico

Puerto Rico/06 de mayo de 2017/Fuente: http://www.telemundo47.com

Cerca de 27,000 estudiantes se verían afectados.

El Departamento de Educación anunció este viernes el cierre de 184 escuelas públicas, en una medida esperada con la que el gobierno busca ahorrar millones de dólares en medio de una profunda crisis económica que en la última década ha provocado un éxodo de sus residentes al suelo continental de Estados Unidos.

La portavoz del Departamento de Educación, Yolanda Rosaly, dijo a The Associated Press que las autoridades reubicarán a 27,000 estudiantes a otras escuelas. Los cierres ocurrirán una vez que termine el año escolar este mes.

Es el cierre de escuelas más grande que se haya anunciado en la historia del territorio estadounidense. Las autoridades cerraron 150 escuelas entre 2010 y 2015.

Según los detractores de la medida, no se tuvieron en cuenta la logística del transporte ni las necesidades de los que requieren educación especial. Un 30% de los estudiantes puertorriqueños tienen necesidades especiales, el doble del promedio en el continente.

La isla tiene un total de 1,292 escuelas públicas a las que asisten 365,000 estudiantes. La matrícula escolar ha caído en un 42% en las últimas tres décadas y se prevé una caída adicional de 22% en los próximos años, según un informe del Grupo Consultivo de Boston al gobierno anterior para ayudar a reestructurar el sistema escolar de la isla.

La caída se debe en buena medida a que los mayores se trasladan a Estados Unidos continental en busca de empleo y una vida mejor. Los docentes de la isla están en gran demanda debido a que son bilingües.

La baja tasa de natalidad también contribuye a reducir la matrícula.

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La perversión de la investigación y el bilingüismo en Madrid

Por: Julio Rogero 

El uso de las evidencias científicas para hacer política pasa primero por ser extremadamente cuidadosos para determinar qué constituye una evidencia y cuáles, en última instancia, pueden dar paso a políticas concretas.

Que la política pública debe tener en cuenta la investigación académica es un mantra que resuena cada vez con más fuerza en el debate público, incluido el campo educativo. “Hagamos política educativa basada en la evidencia”, proclamamos al unísono. No estoy tan seguro, no obstante, de que todos los que suscriben esta declaración asuman sus implicaciones. La primera de ellas es que hay que ser extremadamente cuidadosos para determinar qué constituye una evidencia y cuáles, en última instancia, pueden dar paso a políticas concretas. En ese sentido, es habitual que las investigaciones ofrezcan resultados contradictorios y que sea necesario un buen número de ellas y mucha discusión hasta lograr un consenso amplio (rara vez unánime) entre la comunidad científica. El debate tiene aún mayor complejidad cuando se trata de conectar los resultados con medidas concretas. De ahí la importancia de ser transparentes y de mantener abierto el debate teórico y metodológico.

Mi argumento es que la Comunidad de Madrid carece, en muchas ocasiones, del rigor y prudencia necesarios en el análisis y presentación pública de datos e investigaciones educativas, de manera que, en lugar de conducir a mejorar la educación, sirven para legitimar sus políticas. Para sostener esta idea pondré algunos ejemplos que provienen, en su mayoría, del documento I Fase de la Evaluación del Programa Bilingüe, realizado por la Consejería de Educación, Juventud y Deporte de la Comunidad de Madrid, y que ha servido como fuente argumental del discurso público de los responsables de la política educativa de la región en los últimos tiempos. Iré contrastando esos ejemplos con premisas básicas en metodología de investigación social:

“Un resultado fiable requiere datos representativos”

El informe de la CAM extrae resultados de las evaluaciones internacionales PISA (alumnos de 15 años) y TIMSS (alumnos de 4º de primaria) que provienen de muestras de centros bilingües y no bilingües que no son representativas, por lo que sus resultados no son fiables. Si los resultados extraídos no son fiables, mucho menos lo son conclusiones como las que aparecen en el informe citado -“no parece que el hecho de enseñar Ciencias en inglés repercuta negativamente en los alumnos”-, que además contradicen estudios de rigor metodológico contrastado. Esta falta de representatividad no ha impedido asegurar a la Consejería en notas de prensa y en su propia web que los resultados de PISA y TIMSS “avalan el bilingüismo”.

“Un indicador debe tener validez, es decir, debe ser capaz de cuantificar adecuadamente aquello que pretende medir”

En el documento citado y, a partir de él, en diferentes pronunciamientos públicos, la Consejería asegura que Madrid está entre las regiones con mayor inclusión académica. Para ello, utiliza el índice de inclusión académica de PISA, que mide en qué medida estudiantes con resultados diferentes en esta prueba comparten centro. El aumento de este indicador entre 2012 y 2015 en Madrid, periodo de expansión del Programa Bilingüe, lleva a la Consejería a concluir “que no hay efecto de “segregación” en el bilingüismo”.

Conviene recordar que, en el ámbito educativo, una de las premisas para la inclusión es que las escuelas y aulas sean heterogéneas, es decir, que acojan la diversidad del alumnado sin exclusión alguna. El indicador elegido por la CAM, primero, no permite conocer el grado de segregación por centro según el origen social o las necesidades educativas (por discapacidad, etc.) del alumnado; y segundo, no detecta si los estudiantes de diferentes orígenes sociales y desempeños académicos están en aulas diferentes dentro de los propios centros. Una de las formas de extender el programa bilingüe en Madrid ha sido crear, dentro de los institutos, grupos diferentes de alumnos en función de su nivel de inglés. Los datos de varios municipios de la corona sur de la región muestran una segregación extrema del alumnado con necesidades educativas especiales según el tipo de enseñanza bilingüe o no bilingüe. Por tanto, la validez del indicador que utiliza la Comunidad de Madrid para captar el grado de inclusión educativa tiene, a mi juicio, una validez muy limitada.

“Una evidencia requiere cierto consenso entre la comunidad científica que solo puede ser fruto del debate”

En su evaluación, la Consejería comenta los resultados de cinco estudios académicos sobre diferentes aspectos del programa bilingüe (solo dos de ellos publicados y, por tanto, validados -provisionalmente- por la comunidad científica). Al menos tres de esos estudios observan efectos negativos del programa y reclaman mejor información para evaluarlo adecuadamente. Sin embargo, las “Conclusiones de todos los estudios” seleccionadas por la Consejería omiten las del más riguroso e incluyen solo resultados positivos, que se dan por válidos sin discusión. Dicho de otro modo, se selecciona la evidencia que interesa para validar una política escogida por motivos no explícitos, que pueden ir desde la confianza irracional (no científica) hasta la defensa de intereses particulares. No olvidemos que, antes de que se evaluara por primera vez, el Programa Bilingüe llevaba ya 11 años en funcionamiento y se había extendido al 45% de los colegios e institutos de la región.

Si se analizan las conclusiones que extrae la Consejería de los estudios citados, se comprueba que las dos primeras no aparecen como tal en ninguna de las investigaciones, sino que son interpretaciones que pueden calificarse de atrevidas: (1) “En la Educación Secundaria se recupera la ligera pérdida de conocimientos durante los primeros años de la Educación Primaria en las materias que se imparten en inglés (Ciencias)”; y (2) “A largo plazo, durante toda la etapa educativa obligatoria (Primaria y Secundaria), el Programa Bilingüe no reduce los conocimientos y las competencias en ninguna asignatura”. La tercera conclusión indica que (3) “el Programa Bilingüe mejora de forma destacada el aprendizaje de la lengua inglesa”; si bien no sabemos si lo hace de forma destacada, parece evidente que sí los mejora, al menos entre los alumnos que se mantienen en el programa, pues no se evalúa el aprendizaje de quienes lo abandonan. Por último, la cuarta conclusión nos lleva a rescatar uno de los eslóganes más repetidos en metodología de investigación:

“Correlación no implica causalidad”

La Consejería asegura que (4) “El Programa Bilingüe también mejora otros aspectos educativos como los hábitos de lectura”. La aseveración resulta sorprendente, pues es difícil aventurar una explicación sobre por qué se produce ese efecto. ¿Se prueba realmente que las diferencias son atribuibles al programa? El estudio del que se extrae esta conclusión (recordemos, sin representatividad contrastada y que no ha sido publicado) cae, a mi juicio, en un error frecuente en ciencias sociales: confundir relación estadística con relación causal. Convendría descartar, por ejemplo, que tales diferencias no se deben a que sean los alumnos con mejores hábitos de lectura quienes tienen más probabilidades de acceder y mantenerse en el Programa Bilingüe. En síntesis y como puede comprobarse, la Comunidad de Madrid no parece haberse guiado por la prudencia y el rigor metodológico para alcanzar estas conclusiones, sino por aquella máxima del periodismo “nunca dejes que la realidad te arruine un buen titular”.

“Cuando se interpreta un dato, hay que analizar sus limitaciones”

Cuando se critica la política educativa madrileña, la respuesta más frecuente desde la Consejería es que el sistema funciona bien porque los resultados en PISA y TIMSS superan el promedio nacional y, en ocasiones, también el de la OCDE. Cuando se recuerda que esos datos son limitados y se reclama otro tipo de información, la única respuesta es que los resultados educativos de Madrid “son buenos”. La Consejería, al soslayar que las fuentes de datos son marcos que condicionan cómo y sobre qué se habla, impone su discurso y su diagnóstico. Ofrece sus respuestas, pero no permite elegir las preguntas. Interpreta una parte de la realidad, pero oculta otra.

Cualquier indicador ofrece, por definición, una imagen deformada de un aspecto de la realidad. Su relato es, en el mejor de los casos, una abstracción de lo que se pretende observar. Esa capacidad de simplificar la complejidad del mundo nos cautiva y, muchas veces, hace que detengamos la reflexión, especialmente cuando los datos encajan con nuestra visión del mundo. El dato descontextualizado, sin transparencia metodológica, como verdad incuestionable o argumento cerrado representa una visión insuficiente del conocimiento. No solo la investigación ha de ser rigurosa, sino también la interpretación de sus resultados, que deben someterse a discusión. Esos resultados deben entenderse como señales e indicios para identificar los problemas y las posibles soluciones, y no como acicate para la autocomplacencia y el autobombo.

En conclusión, la Comunidad de Madrid, con demasiada frecuencia, utiliza las estadísticas como los borrachos usan las farolas: para apoyarse, en lugar de para alumbrarse. A quienes nos interesa y apasiona la educación comprobamos cómo, muchas veces, los datos se convierten en mentiras sutiles, camuflajes interesados de problemas acuciantes, envoltorios que legitiman injusticias, ocurrencias, desamparos y negligencias, en lugar de en información útil para lograr una mejora educativa y una ciudadanía más informada y reflexiva. No me atrevo a afirmar si este abuso de los datos es consciente o si, por el contrario, es fruto del autoengaño, pero ambas posibilidades son enormemente preocupantes. Hagamos política educativa basada en la evidencia, pero antes usemos la investigación educativa de manera responsable.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/05/04/la-perversion-de-la-investigacion-y-del-bilinguismo-en-madrid/

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Panamá: Docentes defenderán cumplimiento del diálogo por la Educación

Centro América/Panamá/6 Mayo 2017/Fuente: La Estrella Panamá

En las 114 reuniones efectuadas,  los miembros del diálogo debatieron 37 políticas públicas

La mesa de diálogo «Compromiso Nacional por la Educación», instancia en que el Ministerio de Educación (Meduca), los gremios docentes y otros actores debaten los problemas educativos, dio a conocer este miércoles los avances a que han llegado los ocho sectores participantes de este debate.

Un comunicado oficial del Meduca informa que en las 114 reuniones que se han efectuado, treinta y siete políticas públicas fueron debatidas por los miembros del diálogo.

En este foro, que tiene al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) como moderador, participan gremios docentes, padres de familia, trabajadores, empresarios, estudiantes, universidades, oenegés dedicadas a temas educativos y el Gobierno.

Antonio Méndez, representante de los educadores en la mesa del diálogo «Compromiso Nacional por la Educación», expresó a La Estrella de Panamá que se han tocado temas nunca antes discutidos en ninguno de los conversatorios anteriores, como es el caso de la inclusión del sector de la población panameña que no forma parte del sistema educativo.

Méndez agregó que según los cálculos de los educadores, 192 mil niños en edad escolar no están dentro del sistema.

Sectores como San Miguelito, Panamá Este y las comarcas indígenas son las áreas en donde se concentra la mayor deserción escolar.

El representante de los gremios docentes indicó que los educadores están dispuestos a defender el cumplimiento de estos acuerdos «en las calles, si es necesario».

Fuente: http://laestrella.com.pa/panama/nacional/docentes-defenderan-cumplimiento-dialogo-educacion/23999542

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¿Es los Andes una universidad pública?

Por: Julián de Zubiria

Los expertos de diferentes universidades convencieron a Gina Parody de que Ser Pilo Paga era la solución al problema de la calidad y la cobertura de la educación superior en Colombia.

Cuando Andrés Oppenheimer le preguntó a la presidenta de Finlandia cómo habían hecho para pasar de ser un país agrícola, que sólo exportaba madera, a exportadores de alta tecnología, ella le respondió de manera directa y clara: “El secreto es muy sencillo y se puede resumir en tres palabras: educación, educación y educación”. Cuando viajó a Corea, encontró una respuesta semejante que explica por qué ese país, que tenía un PIB per cápita cinco veces inferior al colombiano en 1960, hoy tiene uno cuatro veces superior al nuestro. Corea del Sur es uno de los países que más invierte en educación, ciencia e investigación.

En Colombia ha pasado exactamente lo contrario. A pesar de que hemos contado con profundos balances y recomendaciones y con dos Planes Decenales, la educación sigue careciendo de políticas de Estado, de presupuesto y de apoyo político y social. La guerra y la corrupción le quitaron los recursos. No hemos contado con grandes movilizaciones ciudadanas que exijan invertir primero en educación, segundo en educación y tercero, en educación, como han hecho los países de mayor crecimiento y desarrollo en los últimos 50 años. Hemos desaprovechado las grandes oportunidades que hemos tenido para construir la política pública de largo aliento que garantice el derecho y la calidad de la educación.

Es este el contexto en el que la exministra Gina Parody lanzó el programa Ser Pilo Paga (SPP), sin discutirlo previamente con la comunidad académica, sin un debate con investigadores, rectores, pedagogos y la sociedad como un todo; ni siquiera hacía parte de la plataforma programática del gobierno que la eligió. Sencillamente, los expertos de la Universidad de los Andes la convencieron de que esa era la solución al problema de la calidad y la cobertura de la educación superior en Colombia. Y lo hizo público con bombos y platillos, en una de las campañas publicitarias más costosas que hemos tenido en educación. Para colmo, el presidente Juan Manuel Santos, sin hacer la más mínima evaluación de su impacto, ha salido a todos los medios a decir que quiere convertir al programa en política de Estado.

¡Qué irresponsabilidad! ¿Qué pasaría, por ejemplo, si algunos miles de “pilos” abandonan las carreras que eligieron? ¿Pagarán las cifras impagables que les fueron dadas en calidad de “créditos condonables”? ¿Qué ocurriría si se encontrara que, como irresponsablemente suele pasar en Colombia, este programa no tiene reservas a futuro porque salió mucho más caro de lo previsto? ¿Es necesario recordar que, como era previsible para todos menos para sus diseñadores, los “pilos” eligieron las carreras y universidades más costosas?

Así mismo, las universidades de élite han salido a defender el programa a capa y espada. Ellas, que son las principales beneficiadas al recibir el 85% de los recursos del Estado y de los “pilos”, han aplaudido la decisión de convertir SPP en política pública, pues estamos ante un mercado potencial de 10.000 jóvenes y un billón de pesos que anualmente ingresarían a la educación superior. Las universidades aplauden sin que se conozca ni un solo estudio serio de análisis hecho por expertos independientes. ¡Qué irresponsabilidad!

Por eso estamos como estamos en educación. Los intereses particulares han impedido construir una política pública de largo aliento y de seguimiento e investigación que ayude a hacer los ajustes cuando sean indispensables. Esto pasa porque en Colombia la política pública educativa no se construye de manera transparente, ni consensuada, ni pública. No hay interlocución, como sí la hay para definir las relaciones internacionales o la política económica.

Desde hace un tiempo las principales decisiones de política educativa se están tomando en consenso con la universidad más costosa del país. Ellos, que no han tenido un solo egresado de su recién creada facultad. Ellos que no han participado en la historia de la reflexión pedagógica colombiana, ni cuentan con publicaciones en el campo, ni han impulsado innovaciones, ni construido equipos de investigación pedagógica. Ellos están incidiendo en las principales decisiones de política pública educativa. Por ello no es raro que hayan diseñado Ser Pilo Paga y los Derechos Básicos de Aprendizaje, dos de los mayores errores en política pública educativa en las últimas décadas.

En estas circunstancias el rector de los Andes, Pablo Navas, salió a decir que, a pesar de ser la universidad más costosa y en la que se ha educado parte de la élite de este país, en realidad era la más “pública” de todas. (Tal vez le entendimos mal y lo que quiso decir fue que era la universidad que más incide en la política pública. Y en eso sí tendría toda la razón). Basó su argumento en que el 35% de los nuevos estudiantes reciben créditos condonables por el Programa SPP y que es la tercera universidad por número de estudiantes “pilos” recibidos (1.869), pero la que más dinero recibe por ellos. La pregunta es si eso la convierte en una universidad pública.

Los Andes es una excelente universidad. En las pruebas Saber Pro suele obtener uno de los mejores resultados y lo mismo puede decirse de la calidad de la formación brindada. También alcanza el cuarto lugar entre las universidades que más grupos de investigación tienen registrados ante Colciencias. Aun así, decir que es la mejor es claramente equivocado, ya que no existe manera para validar dicha información, salvo las pruebas Saber Pro que tienen en cuenta tan solo algunas pocas de las competencias esenciales en la vida. Para evaluar una universidad habría que considerar muchas y más diversas variables: valor agregado, aporte a la sociedad, innovación, liderazgo, formación ética, convivencia, cultura ciudadana; pero muy especialmente, sus egresados.

No debería haber duda de que es equivocado que los “pilos” se desplacen desde municipios lejanos hasta las grandes capitales; es inequitativo que mientras las universidades públicas se caen a pedazos, los Andes, la Javeriana y la Salle concentren a la mayoría de ellos. Pero lo inaudito es que debido a que están tomando el dinero público y algunos de los mejores alumnos de condiciones socioeconómicas muy bajas, ahora se declaren “públicas”.

En Colombia hay una guerra contra la educación pública: una guerra de recursos y una guerra mediática. En múltiples medios de comunicación se dice una y otra vez que la educación pública es “costosa y mala”, que los egresados se vuelven guerrilleros, que los jóvenes viven echando piedra y haciendo paros. También hay una guerra económica que se expresa en que el Estado tiene una deuda pendiente de 11,5 billones de pesos con la educación pública.

Es cierto que en las públicas de verdad es débil la evaluación de docentes y procesos; también lo es que los politiqueros tienen injerencia indebida en algunas regiones. Pero, contrario a lo que se dice, las públicas agregan más valor que las privadas según recientes estudios del Banco de la República. Eso quiere decir que impactan en mayor medida el desarrollo del pensamiento, la convivencia y la lectura, de lo que hacen las privadas. Contrario a lo que se dice, las tres universidades con más grupos de investigación reconocidos por Colciencias son la Nacional, la de Antioquia y la del Valle. Contrario a lo que se dice, en las últimas pruebas Saber Pro de 2017, la Nacional ocupó el primer lugar en seis de los diez programas evaluados. Contrario a lo que se dice, los grupos de matoneo virtual han tomado más fuerza en algunas universidades de élite que en las universidades públicas.

La mejor educación en el mundo la tienen los colegios y universidades públicas. Pública es la educación en Finlandia, como también lo es en China o en Corea del Sur. Todos los países del norte de Europa saben que una educación pública de calidad es la mejor inversión posible para consolidar el desarrollo integral y sostenible de una sociedad. Ellos aprendieron que la única opción para consolidar la democracia es fortalecer la educación pública de calidad. Por ello, invierten en ella; y al hacerlo, construyen un futuro integral y sostenido para todos.

Las universidades privadas certificadas han cumplido un excelente papel en la formación de profesionales en el país, pero no deben quitarles los recursos ni los alumnos a las públicas. Lo que tenemos que hacer es consolidar nuevas universidades regionales, como recientemente hizo Ecuador. Universidades que deben estar alejadas de los políticos regionales como garantía de calidad y deben atender a la población, sin tener que trasladarla hasta las grandes ciudades, cambiando con ello de manera radical y equivocada su contexto y sus formas de vida. Sólo así la inversión en educación se articulará a mediano plazo a los procesos de desarrollo regional. Para consolidar la paz, hay que fortalecer las regiones y la educación pública. Si reestructuramos programas como Ser Pilo Paga, podemos a ayudar a consolidarla.

Recientemente el presidente prometió equiparar los “pilos” en las públicas y las privadas. ¿Desde cuándo la política pública consiste en “equiparar” el apoyo a los dos tipos de universidades? La sociedad debe exigir que, sin excepción vayan a las públicas los próximos 10.000 “pilos”. Al hacerlo, aprovecharemos este programa para fortalecer y no para debilitar las universidades públicas. Las privadas recibieron la mayor parte de los primeros 30.000 “pilos”. Ahora la sociedad debe exigirles que asuman una parte de la matrícula, como pasa en todos los países del mundo en el que funcionan programas similares. Se llama cofinanciación. Colombia es el único país del mundo en el que el Estado paga el 100% de las matrículas y las privadas de élite nada. Por eso se declaran públicas. ¡Qué descaro!

En Chile los estudiantes han copado las calles para exigir el sagrado cumplimiento de su derecho a la educación. La presidenta Bachellet se ha comprometido a garantizarlo para el 50% de los estudiantes. Si no lo cumple, no culminará su gobierno. En Colombia hemos armado una enorme campaña publicitaria para promover un pequeño y costoso programa que sólo atiende al 2% de los estudiantes graduados de la educación media (de allí que tendrá un impacto marginal en cobertura), pero que gasta en ellos lo mismo que en los otros 650.000 estudiantes que asisten a todas las universidades públicas del país.

Invito a los estudiantes colombianos a que se tomen las calles para defender su derecho a estudiar, el cual se encuentra hoy amenazado por una política que disimuladamente está privatizando la educación superior. Incluso, les propongo a los estudiantes de los Andes que encabecen estas marchas. Quien quita que la Mane los deje hablar como voceros principales de las universidades “públicas” del país. Al fin y al cabo, el rector está convencido de que volvió “pública” la universidad de los Andes. Me temo que muy pocos compartirán sus ideas; el problema es que esa engañosa tesis la comparten quienes quieren debilitar la educación pública en el país.

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/universidad-de-los-andes-es-publica-julian-de-zubiria/524019

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