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UNICEF: Negar acceso a menores a pornografía «infringe sus derechos»

UNICEF considera que los procesos de verificación de la mayoría de edad son un obstáculo para la «educación vital en sexualidad»

Películas para adultos solía llamarse a la pornografía. Pero el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha decidido que ahora también es apta para menores.

Recientemente incorporaron en un informe a la pornografía entre las «herramientas de garantía de la era digital y derechos del niño en línea» para lo cual los niños podrían tener acceso a material sexualmente explícito de acuerdo con su edad y madurez, y lo denominan un derecho humano.

El organismo de la ONU a cargo de la niñez asegura que la pornografía no solamente no causa daño en los menores de edad sino que además impedir su acceso puede «infringir sus derechos humanos».

Comúnmente las páginas de pornografía tienen un filtro para evitar que los menores accedan. Pero UNICEF considera que los procesos de verificación de la mayoría de edad son un obstáculo para la «educación vital en sexualidad».

 

Instituto de Investigación del Centro Nacional sobre Explotación Sexual refuta a UNICEF

Diametralmente opuesta a la posición de UNICEF, la vicepresidente y directora del Instituto de Investigación del Centro Nacional sobre Explotación Sexual, Lisa Thompson, asegura que “el informe de UNICEF ignora la gran cantidad de investigaciones que demuestran los daños de la pornografía a los niños. Al ignorar los daños reales que puede tener la pornografía, UNICEF está jugando a la ruleta con la salud y la seguridad de los niños”.

Agregó que “la pornografía convencional contiene abusos sexuales horribles, violaciones, incesto, racismo, todo lo cual los niños no deben consumir” y “la evaluación milquetoast de UNICEF de los impactos de la pornografía hardcore en los niños no hace nada para desafiar la narrativa política de que la pornografía es benigna, y como resultado, pone a los niños en peligro».

Pero UNICEF alega que la pornografía no es nociva para los menores, basándose en un estudio europeo de 19 países de la Unión Europea (UE) que encontró que en la mayoría de los países, la mayor parte de los niños que vieron imágenes pornográficas no estaban «ni molestos ni felices».

De hecho, el informe en el que se basa UNICEF dice que 39 % de los niños españoles estaban felices después de ver pornografía.

 

UNICEF cedió ante la presión de grupos provida

Ante la presión de la agrupación provida, Friday Fax, que promueve la defensa de los menores desde la concepción, UNICEF modificó el informe.

Friday Fax publica semanalmente un reporte desde la sede de la ONU con una perspectiva conservadora. Forma parte de C-Fam (el Centro por la Familia y los Derechos Humanos).

Luego de que Friday Fax denunció el informe de UNICEF, el organismo de la ONU eliminó el documento de su sitio web.

Dicha plataforma señala que luego volvió a publicar un informe editado estratégicamente que elimina declaraciones claves citadas en Friday Fax, pero conserva las mismas posiciones del informe original.

EEUU ofreció 300 millones de dólares adicionales para UNICEF

El informe fue publicado pocos días después de que la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) anunciara la renovación de su asociación de larga data con UNICEF, comprometiendo 300 millones de dólares adicionales en fondos directos para programas.

«La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) se toma muy en serio los problemas de seguridad en Internet y la protección de los niños contra el contenido dañino en Internet, incluida la pornografía», dijo Christine Gleichert, subadministradora de Asuntos Públicos de USAID para Friday Fax.

USAID es el mayor contribuyente financiero de UNICEF.

En respuesta, UNICEF le dijo a USAID que «la posición inequívoca de la organización es que ningún niño debe estar expuesto a contenido dañino en línea».

Ratifica su postura de que los niños no se ven perjudicados al ver material sexualmente explícito.

Estados Unidos es el mayor donante gubernamental de UNICEF con fondos para 2020 que alcanzaron casi los 994 millones de dólares en programas humanitarios y de desarrollo.

Bajo la administración de Donald Trump, el expresidente fue tajante en la remoción de fondos a organizaciones que atentaban contra la dignidad humana e infringían la soberanía de las naciones.

El entonces director de USAID fue implacable frente a la ONU cuando intentó imponer una agenda de aborto en países de África e Hispanoamérica.

No obstante, la gestión de Joe Biden ha insistido en derogar y suplantar las medidas en defensa de la niñez.

UNICEF fue creado para proteger a los niños afectados por las secuelas de la Segunda Guerra Mundial. Pero, progresivamente ha asumido una agenda de inspiración feminista que va de la mano de la hipersexualización de menores. En consecuencia, el Vaticano llegó a retirar su contribución anual.

Sin embargo, la agenda avanza. Y UNICEF apela a la interpretación del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos para no solo considerar inofensiva a la exposición de menores a la pornografía sino que incluso la ha convertido en un derecho humano.

Fuente: https://panampost.com/mamela-fiallo/2021/05/25/unicef-acceso-pornografia-menores/

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Una generación de niños y niñas pornográficos

Por: Educación 3.0

El doctor en psicología clínica, sexólogo y escritor José Luis García asegura que algunos niños consumen pornografía a los 8 años, por lo que propone educar y capacitar en la sexualidad a menores.

En los últimos 30 años, Internet nos ha cambiado la vida, las relaciones y el tiempo libre, tanto a menores como a adultos. Se trata de un avance tecnológico sin igual, que ha desencadenado una transformación extraordinaria en la sociedad, pero también ha venido acompañada de riesgos de salud importantes que es preciso conocer.

La inmensa mayoría de los menores y jóvenes consumen pornografía, contenidos que, en su mayoría, presentan ciertas dosis de violencia. En España, algunos comienzan a los 8 años, otros incluso antes. Las niñas algo menos, pero en algunos países ya se están acercando en torno a los 16 años. Cualquiera que tenga un móvil con acceso a la red puede hacerlo, no solo en las webs específicas, sino que está presente en varias redes sociales y en ciertos videojuegos.

Posibles consecuencias

Un niño se sorprende antes el contenido de su móvil, sin vigilancia parental. - Una generación de niños y niñas pornográficos

Este consumo, a pesar de ser gratis, no es en balde: tiene consecuencias y algunas de ellas muy graves. Diferentes estudios científicos sugieren efectos tales como: adicción, hipersexualidad, alteraciones cerebrales, disfunciones sexuales, problemas de pareja, trastornos de la conducta, alteraciones de la sociabilidad, consumo de prostitución, riesgos reproductivos y de infecciones entre otros, pasando por el aprendizaje de un modelo de relaciones sexuales agresivos, inaceptable desde todo punto de vista, cuando nos referimos al porno violento.

Lo inquietante es el hecho, tan real como terrible y lamentable, de que niños y niñas se inicien en la sexualidad con ese modelo que ven en las pantallas de sus móviles, modelo que contribuye a configurar el concepto y el sentido de su sexualidad y de sus relaciones a partir de ese momento. El porno es el manual de instrucciones 3.0 de las primeras relaciones sexuales de muchos chicos y chicas.

“El porno es el manual de instrucciones 3.0 de las primeras relaciones sexuales de muchos chicos y chicas.”

Educación sexual

Ante esta situación, proponemos una capacitación específica de padres, madres y docentes, en base a diferentes temas prioritarios, contenidos que, luego, ellos van a aplicar en sus respectivos ámbitos con niños, niñas y jóvenes según su edad y necesidades. Se trataría de competir con los contenidos que ofrecen estos vídeos, de ahí que la finalidad de nuestra propuesta es que lleven a cabo una adecuada educación sexual que les permita hacer frente a esa vigorosa influencia de la industria pornográfica, ante la que se hallan, demasiado a menudo, sin vigilancia de ningún tipo.

En una sociedad hipersexual como la nuestra, la pornografía seguirá existiendo durante mucho tiempo y, en este momento, la formación es el único recurso realista que tenemos. En consecuencia, se propone educar y capacitar en la sexualidad a menores para que puedan hacer frente a los desafíos, y sus consecuencias, que plantea el consumo de pornografía en la sociedad actual, fenómeno de grandes implicaciones, muy complejas, que requiere una sólida formación.

Dado que las agresiones sexuales a mujeres y a niñas son un drama lacerante en nuestra sociedad, y que se ha señalado a la pornografía como un factor etiológico de este problema, esta propuesta educativa pivota sobre esta vinculación.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/una-generacion-de-ninos-y-ninas-pornograficos/

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España: Celaá defiende la educación sexual frente al consumo de porno en la red

Por: eldiario.es

Madrid, 26 may (EFE).- La ministra de Educación, Isabel Celaá, ha defendido hoy miércoles la educación afectivo sexual en las aulas frente a la pornografía en la red, a la que se asoman jóvenes y niños, incluso menores de 11 años, para observar por «curiosidad».

Durante una comparecencia en la comisión de Educación del Congreso de los Diputados, a petición propia y de varios grupos parlamentarios, Celaá ha garantizado que esta materia se impartirá en la escuela, entre otras razones porque «nosotros preferimos que la aprendan en la escuela», en lugar de en internet.

Por ello, la Lomloe incorpora la educación afectivo sexual, sobre todo desde secundaria: «Creemos en ella y tenemos confianza en los profesionales».

Tras recordar que la última reforma educativa (Lomloe) establece la docencia de la materia afectivo sexual, la ministra ha defendido también el programa de coeducación Skolae frente a las críticas de grupos como UPN y Vox.

Skolae, por el que el Gobierno de Navarra recibió el premio Unesco de Educación de Niñas y Mujeres para reconocer su trabajo en materia de igualdad, «ha sido reconocido por muchas entidades, entre ellas Alboan», una organización no gubernamental de los jesuitas en el País Vasco, ha subrayado Celaá.

Según Sergio Sayas (UPN), dicho programa es «sectario e ideológico que no pretende ni educar ni hacer educación sexual sino adoctrinar en ideología, que además tumbó el Tribunal Superior de Justicia de Navarra».

Por su parte, la diputada Georgina Trías (Vox) ha preguntado en qué términos plantea el Gobierno la educación afectivo sexual: «¿Consiste en sembrar la duda en nuestros hijos acerca de su identidad sexual, diciéndoles que pueden ser lo que quieran ser y negar la mayor, que es la información de lo que nos dice nuestro cuerpo?».

Frente a las críticas del PP sobre el nivel de los alumnos españoles en el informe PISA, la ministra ha explicado que en la etapa popular ya arrojaba resultados negativos, entre ellos la tasa de repetidores de los adolescentes de 15 años: un 29 % frente al 15 % de la media de la OCDE.

Los alumnos españoles -ha defendido- trabajan «un montón» y, sin embargo, salen mal parados en las clasificaciones; por tanto, «si no son más lentos ni más torpes que los demás, ¿qué está ocurriendo?», se ha interrogado Celaá, que piensa que donde hay que mirar es hacia la mejora del sistema.

Por último, el portavoz popular Óscar Clavell ha opinado que en la modificación del currículo que el Gobierno quiere introducir «desaparece la palabra esfuerzo y nos retrotrae a la Logse, que buscaba promover las habilidades frente a los conocimientos».

https://www.eldiario.es/agencias/celaa-defiende-educacion-sexual-frente-consumo-porno-red_1_7975141.html

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Raquel Graña: “Muchos niños empiezan a ver porno en Primaria o 1º de ESO”

Hablamos con Raquel Graña, sexóloga, youtuber y autora del libro ‘Sex On’, sobre la importancia de la educación sexual y la influencia que tienen las redes sociales en las relaciones de los jóvenes.

“Muchos comienzan a ver porno en 1º ESO, algunos en 6º de Primaria”, afirma la sexóloga, psicóloga y coach educativa Raquel Graña. Y, precisamente por eso, insiste: “Las familias deberían hablar sobre sexo con sus hijos y no solo desde el mundo de la prevención, sino desde la empatía”.

Graña enseña educación afectivo-sexual en colegios e institutos, imparte formaciones como experta por toda España y es ‘youtuber’: su canal ‘Íntimas Conexiones con Raquel Graña’ cuenta con más de 700.000 seguidores. Con motivo de la publicación de su libro con consejos sobre educación sexual para adolescentes, ‘Sex-On’ (Vergara), explica cómo se debería enseñar esta materia, qué papel juega la familia y cómo influyen las redes sociales, el porno y los ‘realities’ de televisión en las relaciones de los jóvenes.

Pregunta: La educación sexual está ganando terreno poco a poco en el ámbito educativo. Pero ¿cómo se debería impartir? ¿qué temas debería tocar?

Respuesta: Lógicamente deben impartirlo personas con formación en sexología, que tengan un conocimiento demostrado en este ámbito.

El foco de los temas dependerá de cada centro escolar y de la demanda concreta del alumnado. Si bien, sobre todo, debería estar enfocado a la gestión emocional y la afectividad. Hoy en día el ‘sexo’ se muestra de una forma totalmente fría y frívola, sin emociones. Por lo tanto, la educación sexual ayuda a empatizar, a entender al otro, a ponerse en su lugar y a trabajar la comunicación y el respeto.

P: ¿Qué dudas son las más habituales entre los adolescentes en la actualidad? ¿Están más informados que los de generaciones pasadas?

R: Son las dudas de toda la vida, no hemos evolucionado mucho en ese sentido: ¿le gustaré? ¿cómo lo sé? ¿cómo será la primera vez (entendida como coito)? ¿me dolerá? ¿cómo será la menstruación? ¿hay algún método ecológico y cómodo? ¿duele hacer ‘x’ cosa…? ¿cómo sé si estoy preparada/o?

Educación sexual para adolescentes

“Las dudas son las de toda la vida, no hemos evolucionado mucho en ese sentido”

Están bombardeados de informaciones incorrectas, sobre todo del grupo de iguales, del porno, de muchos posts o vídeos en redes sociales. Tienen acceso a mucha información, pero deben valorar cuál es buena y cuál no.

P: ¿Está incrementando el consumo de pornografía en estas edades? ¿De qué forma influye en su identidad de género, roles y sexualidad?

R: Muchos comienzan a ver porno en 1ºESO, algunos en 6º de Primaria. Cuando digo esto muchas familias se escandalizan, pero claro… Ellas no están conmigo y con ellos, a solas, en el aula. Conmigo se sueltan, se abren y no se sienten juzgados.

Este consumo influye en sus prácticas y en sus experiencias, ya que muchos quieren experimentar justamente lo que ven en los vídeos o creen que saben hacerlo por lo que se muestra en las imágenes del porno.

P: ¿Deberían hablar los padres con sus hijos sobre sexo? ¿Cómo pueden abordar el tema de una manera natural?

R: Deberían y no solo desde el mundo de la prevención, si no desde la empatía, el respeto y entender que ellos también tienen preocupaciones y problemas. Muchas veces los adultos se olvidan de que fueron adolescentes y los ignoran u obvian sus historias. Esto es un gran error.

Deben tratar de fomentar la empatía, la escucha activa, el hablar de sentimientos y de comprensión desde Primaria. A los adultos también les queda mucho trabajo en este ámbito.

P: La primera regla, el despertar sexual, las relaciones… ¿Qué temas no pueden faltar en estas conversaciones? Y, ¿cuándo es buen momento para empezar a hablar?

R: Las emociones y los pilares principales dentro de una relación: comunicación, confianza y respeto. También hablar de que una práctica debe ser consentida y consensuada, previamente hablada.

Es necesario hablar desde que preguntan, de forma natural y sencilla. Y, aprovechar que en Primaria comienzan con los cambios corporales para abordar estos temas para que se encuentren informados y no perdidos.

P: Sexting, publicación de fotos íntimas, autoestima… ¿Qué consejos darías tanto a las familias como a los propios adolescentes respecto al uso de las redes sociales en el ámbito de la sexualidad?

R: Son libres de hacer lo que quieran, pero también deben conocer sus consecuencias. Yo no educo desde el miedo, siempre desde lo positivo con responsabilidad. Les pongo casos claros y ejemplos reales de personas que han hecho sexting y han tenido problemas de difusión de imágenes íntimas, de adolescentes con cuentas abiertas y seguidores adultos que se inventan otras identidades… Les aconsejo que hagan las cosas con cabeza y, ¿por qué? porque si comienzas a prohibir, dejan de escuchar.

Ellos quieren ser adultos, así que dales ese espacio, confía y deja que se equivoquen si es necesario. Eso sí, si alguna vez se les pasa por la cabeza quedar con un desconocido… mejor si van con amigos. Si a alguien le está explotando una neurona leyendo esto… que sea consciente de que los adultos ya lo hacen en las apps de ligue.

“Si comienzas a prohibir, dejan de escuchar”

P: Programas como ‘La isla de las tentaciones’… ¿Entretenimiento o influencia? ¿Tiene un impacto en cómo perciben las relaciones?

R: Sí, claro, principalmente les llegan estereotipos y cánones de belleza irreales que lo que hacen es fomentar más la inseguridad y las comparaciones. Pensad una cosa, ¿si les sucede a los adultos, por qué no a ellos?

Es un ejemplo de la sociedad o de lo que atrae a la sociedad, es una mezcla de entretenimiento, morbo, influencia, mensajes erróneos… En este programa se vive todo con una intensidad emocional muy grande y sin ninguna gestión.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/porno-en-primaria/

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Jóvenes y efectos del consumo de pornografía: una propuesta educativa

Por: Jose Luís García/ eldiario.es

En los últimos 30 años Internet nos ha cambiado la vida, las relaciones o el tiempo libre, tanto a menores como a adultos. Ha sido una transformación extraordinaria en el desarrollo de la sociedad, pero también ha venido acompañada de riesgos importantes de salud que es preciso conocer. Como saben los lectores/as de mi blog, el estudio y la investigación del fenómeno de la pornografía nos ha interesado desde hace muchos años, particularmente los efectos de su exposición frecuente a la modalidad que es representada con diferentes dosis y formas de violencia a mujeres y a chicas aniñadas.

La inmensa mayoría de los menores y jóvenes consumen porno con ese tipo de características en Internet. En España, algunos comienzan a los 8 años, otros incluso antes. Las niñas algo menos, pero en algunos países como Suecia o Australia ya se están igualando hacia los 16 años. Cualquiera que tenga un móvil con acceso a la red puede hacerlo. Tus hijos, nietos o sobrinos, amable lector/a, también lo harán, si no lo han hecho todavía. También las niñas, aunque de momento algo menos. Además, la propia industria del porno tiene recursos sobrados para que se topen en cualquier momento con él y lo consuman. Ese es su objetivo, crear consumidores si son adictos mucho mejor, como en el caso de la industria del tabaco, del alcohol o los cárteles de la droga.

Una buena parte de chicas, tratan de parecerse a los chicos en estas y otras manifestaciones, pero, aunque sean menos consumidoras asiduas de pornografía, sufren en sus propias carnes las consecuencias de que los chicos lo hagan casi a diario. Conocemos algunos de los costes de ese aprendizaje en forma de lesiones anales en niñas o agresiones sexuales de todo tipo, cuando no traumas, aversiones y fobias al sexo.

Por consiguiente, este consumo, a pesar de ser gratis, no es de balde, tiene consecuencias y algunas de ellas muy graves. Diferentes estudios científicos sugieren diferentes efectos: adicción, hipersexualidad, alteraciones cerebrales, disfunciones sexuales, problemas de pareja, trastornos de la conducta, alteraciones de la sociabilidad, consumo de prostitución, riesgos reproductivos y de infecciones entre otros, pasando por el aprendizaje de un modelo de relaciones sexuales agresivo, inaceptable desde todo punto de vista, cuando nos referimos al porno violento.

Nos parece terrible y lamentable que niños y niñas se inicien en la sexualidad con ese modelo que ven en las pantallas de sus móviles, modelo que contribuye a configurar el concepto y el sentido de su sexualidad y de sus relaciones a partir de ese momento. El porno es el manual de instrucciones de las primeras relaciones sexuales de muchos chicos y chicas. Estamos seguros de que la pornografía va a cambiar muchos de los códigos y de las claves sexuales que hasta ahora conocíamos respecto de la estética corporal, la sexualidad y de las relaciones sexuales, con lo que ello supone.

Por todo ello, hablo de generación de #niñosyniñaspornograficos, hashtag que ha tenido una excelente acogida en las RR SS y que sirve de título a una ambiciosa propuesta educativa, bien fundamentada en un análisis exhaustivo de las diferentes implicaciones de la pornografía en la reciente historia y en el momento actual.

 Proponemos una capacitación específica de padres y docentes, en base a 6 temas prioritarios, contenidos que, luego, ellos/as van a aplicar en sus respectivos ámbitos con niños, niñas y jóvenes. La finalidad es que lleven a cabo una adecuada educación sexual que les permita hacer frente a esa vigorosa influencia de la industria pornográfica, ante la que se hallan, demasiado a menudo, sin vigilancia de ninguna naturaleza. La pornografía seguirá existiendo durante mucho tiempo y, en este momento, la formación es el único recurso realista que tenemos. Estos 6 temas responden a las ideas y creencias más significativas que transmite el porno, con el que hay que competir en una lucha desigual.

En consecuencia, con la finalidad de que las familias y profesionales lleven a cabo una educación sexual realista y eficiente con menores y jóvenes, para que afronten con éxito estos nuevos riesgos de Internet, proponemos una “amplia mochila” cargada de conocimientos basados en los avances científicos, al objeto de transmitirles información rigurosa y realista y hacerlo de manera adecuada.

El porno es el manual de instrucciones de las primeras relaciones sexuales de muchos chicos y chicas

José Luis García

Esta propuesta está explicitada en dos libros que se publican estos días y que tienen esa finalidad educativa desde una perspectiva de la salud. Y todo ello desde una perspectiva de prevención y promoción de la salud sexual y relacional, poniendo el foco, un poco más, en los niños y hombres.

En noviembre de 1990 en una entrevista que me realizó el diario canario CANARIAS 7, yo advertía: “Alguien tiene que hablar a nuestros hijos de pornografía”. Me congratuló leer el 9 de diciembre de 2020, en un artículo en EL PAÍS sobre este tema, en el que su autora Eva Bailén, afirmaba: “cuanto más retrasemos la conversación sobre la sexualidad, más necesaria será la charla sobre pornografía”.

Enseñamos a nuestros hijos a comportarse en todos los ámbitos de su vida, excepto en la sexualidad. En lo que concierne a su educación sexual, responsable en buena parte del placer, la alegría, de sus relaciones afectivas, el bienestar o su salud futura, dejamos que lo haga el porno violento. Y eso tiene su coste afectivo, emocional y sexual. Lamentablemente un grupo importante pagará ese precio.

Por tanto, repito, este trabajo está encaminado fundamentalmente a educar y capacitar en la sexualidad a vuestros hijos e hijas para que puedan hacer frente a los desafíos, y sus consecuencias, que plantea el consumo de pornografía en la sociedad actual. También a que puedan analizar con más criterio los argumentos de quienes consideran que ver pornografía a corta edad no tiene ningún efecto, que son tonterías de los fanáticos, religiosos o de aquellos que no aman la libertad, argumentario muy alejado de lo que ocurre realmente como tratamos de mostrar en nuestra novedosa aportación.

La inmensa mayoría de los jóvenes ven pornografía, las chicas menos, pero sufren las consecuencias de que ellos la vean. Gran parte de este porno tiene diferentes dosis de violencia y de violencia hacia la mujer y chicas jóvenes aniñadas. Además, presenta modelos de conducta sexual inadecuados, así como ideas e informaciones con escasa fundamentación científica. Estas circunstancias, en ausencia de educación sexual adecuada, puede provocar muy diferentes consecuencias en otros tantos órdenes de sus vidas, sus relaciones y particularmente en su salud integral.

Dado que las agresiones sexuales a mujeres y a niñas son un drama lacerante en nuestra sociedad, y que se ha señalado a la pornografía como un factor etiológico de este problema, el programa pivota sobre esta esta vinculación. Ya hemos dicho repetidas veces que la violencia es inaceptable y que, en lo que se refiere a la sexualidad, lo es todavía aún más.

Con estos libros, pretendo ayudarles a llevar a cabo su cometido educativo de la mejor manera que yo considero. Necesariamente el conocimiento de la realidad y de los hechos que rodean a la pornografía son condición indispensable para educar de modo más realista y eficiente. De ahí que hayamos apostado por ofrecer conocimientos y datos sobre ello, así como directrices, criterios y orientaciones pedagógicas concretas para la vida diaria.

Las intervenciones educativas frente a los problemas de salud deben basarse en los conocimientos e investigaciones científicas.  “El saber no ocupa lugar”, por tanto, para hablar con los hijos e hijas de esta temática, mejor si tenemos una amplia y fundada formación para transmitirlas y discernir aquello que, por su edad o su desarrollo evolutivo, mejor les convendría. La pornografía es un fenómeno muy complejo y, para hablar de ella, convendría tener claro algunas de las implicaciones más destacadas.

En el primer libro, Niños (y niñas) pornográficos 1, analizamos aspectos conceptuales (¿qué entendemos por pornografía?), históricos (¿cómo ha evolucionado el porno en las últimas décadas?), ideológicos (¿cuál es el debate actual?), modelos de conducta que nos ofrece, así como sus implicaciones económicas, éticas, legales y los diferentes efectos en la salud o en las relaciones, que acompañan al consumo de pornografía. También se analizan otros hechos vinculados directamente a ella (Internet y sus riesgos, violencia y agresiones sexuales, prostitución, etc.).

Libro ‘Niños y niñas pornográficos’, de José Luis García

El segundo, Niños (y niñas) pornográficos 2, se centra en cuestiones más prácticas y sugiere una propuesta educativa, concreta y fundamentada en una investigación exhaustiva, para llevar a cabo en el hogar y en los centros de enseñanza, dentro de la educación sexual. En este momento, pensamos que la capacitación de nuestros hijos e hijas es el mejor recurso para hacer frente a la pornografía on line, promovida hasta la saciedad, sin ningún límite, por la todopoderosa industria que está detrás. Este segundo libro se publica junto al primero.

Todo ello es el resultado de varios años de investigación y estudio, un trabajo intenso y emocionante a partes iguales, sobre este fenómeno -que ofrecemos con gusto a quienes sean sensibles a esta problemática- que está cambiando nuestra manera de ver y vivir la sexualidad, también algunos códigos y claves sexuales, en una sociedad con nuevos y sorprendentes paradigmas que parecen caracterizar inevitablemente al S. XXI.

Nuestros hijos/as, nietos/as o sobrinos/as merecen una mayor consideración y respeto por parte de los adultos frente a la dejación de sus responsabilidades en esta área. Tienen derecho a ser educados adecuadamente en todos los aspectos de su vida, en lugar de ser abandonados a su suerte en manos de la pornografía que es uno de sus principales referentes sexuales.

Es terrible y lamentable que niños y niñas se inicien en la sexualidad con ese modelo que ven en las pantallas de sus móviles, modelo que contribuye a configurar el concepto y el sentido de su sexualidad y de sus relaciones a partir de ese momento. El porno es el manual de instrucciones de las primeras relaciones sexuales de muchos chicos y chicas. ¿Hasta cuándo?

Te invito a que me acompañes en este viaje que trataré de hacerte grato.

*https://www.eldiario.es/navarra/contrapunto/jovenes-efectos-consumo-pornografia-propuesta-educativa_132_6511768.html

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Marina Marroquí: “Los adolescentes están construyendo su deseo sexual en base a la pornografía”

El diario de la educación / Por Ana Lázaro verde / 10-11-2020

  • Marina Marroquí lleva años haciendo talleres en institutos para contar su historia e intentar ofrecer altarnativas a la violencia de género y sexual que ella sufrió y que intenta atajar entre las adolescentes. Hablamos con ellas de lo que encuentra en los centros de secundaria en los últimos años, de cómo la pornografía y la violencia han encontrado cómo colarse en la vida de miles de chicas y chicos.

Marina Marroquí fue maltratada por su pareja de los 15 a los 19 años. A cuatro años de palizas, humillaciones, amenazas y abusos, siguieron otros siete de silencio. Ahora, esta educadora social relata su historia en institutos y colegios, donde imparte talleres sobre violencia de género y sexual para evitar que otras adolescentes vivan el mismo calvario. “Cuando cuento mi historia, veo cómo las caras empiezan a palidecer porque hay muy pocas mujeres que explicamos cómo fue ese infierno”, asegura. Su mantra: educar en la igualdad. “Nunca alcanzaremos la igualdad real si educamos a chicos y chicas de manera diferente. Es absurdo. Necesitamos educarlos igual para que sean personas iguales”, sentencia.

¿Qué te encuentras cuando llegas a un instituto e impartes uno de tus talleres?

La realidad es abrumadora. El aumento de las violencias sexuales que me he encontrado en los últimos años en adolescentes es disparatada. Sobre todo, la falta de detección de las coacciones sexuales, de los abusos, incluso de violaciones explícitas. Hay una falta de conocimiento brutal y no son capaces de identificar esos abusos. Una de las preguntas que más me han hecho es: “¿Cómo te puede violar si es tu novio?”. Es cierto que hay mucha más visibilidad a partir de las olas del “Me too” y del “Hermana, yo sí te creo”. El caso de “la manada” fue un antes y un después. Pero al no ir enlazado con una educación afectivo-sexual real adaptada a las necesidades de la adolescencia, el mensaje que ha calado no es tanto “solo sí es sí”, que es lo que pretendíamos, sino que “solo es violación si cinco tíos te meten en un portal”. Imagínate, si esa es la etiqueta de violación o abuso, todo lo que no identifican como tal y que sufren diariamente desde edades muy tempranas. Hasta en los programas de Primaria me encuentro niñas que ya reciben contenido inapropiado a través de redes. Les envían fotos de una brutalidad total. A los 12 o 13 años, ellas ya están acostumbradas a recibirlas. Y no lo identifican como ningún tipo de abuso. No avisan a nadie.

Una de las grandes preocupaciones actuales es el consumo temprano de pornografía. Según un informe reciente de Save the Children, siete de cada diez adolescentes ven estos contenidos. ¿Qué riesgos conlleva esto en sus relaciones? ¿Puede disparar la violencia contra las mujeres?

Me encuentro un consumo de pornografía totalmente generalizado en los chicos a partir de los 12 años. A los 10 años tienen un consumo bastante habitual y a los 12 años es diario. ¿Cuál es el problema? Que ellos están haciendo lo que les toca en esa etapa, pero ni el sistema educativo ni las familias nos hemos puesto al día con las herramientas de educación afectivo-sexual adaptadas a este tiempo. Ellos construyen su deseo sexual a través de una violencia extrema. Ven violaciones sistematizadas, en grupo, agresiones sexuales… Y me encuentro varios peligros. El primero, un aumento de los problemas de disfunción eréctil en jóvenes, cuando no hay ningún problema físico. Muchos chavales me dicen: “Te prometo que no soy un violador ni un maltratador, yo soy buena persona, pero si no la cojo del cuello o no la pongo a cuatro patas y le tiro del pelo, no tengo una erección”. El problema es que la educación afectivo-sexual tiene un proceso que, hasta esta generación, se había hecho de forma lineal: a los nueve años te gustaba un chico, le sonreías, le dabas la mano; a los 12 le dabas un beso, a los 14, un morreo, y a los 16 te acostabas con él. Ahora, antes de dar por primera vez la mano a alguien, ya han visto mil violaciones. Otro de los peligros: que ellas también consumen esa pornografía para ver cuál es su papel y normalizan el sexo basado en la violencia. Eso supone la imposibilidad por parte de las víctimas de identificar esa violencia. Y hay otro problema del que tampoco se habla: el aumento alarmante del abuso sexual entre menores. Como a los diez años ven pornografía, empiezan a querer llevar a la realidad lo que ven en las películas. Y normalizan y construyen el juego abusando sexualmente de una menor, con las secuelas que eso conlleva. El abuso sexual en la infancia es un agujero negro que seguimos sin ver.

Por una parte, está la pornografía. Y en la otra cara de la moneda está el amor romántico. ¿Qué riesgos conlleva y cómo se puede “deconstruir”?

La pornografía genera agresores y el amor romántico genera víctimas. Es así de cruel. Yo tenía 15 años y mi maltratador tenía 20. Y me sigo encontrando que mola que te recojan en coche del instituto. Yo creía que era normal que un chico de 20 años se fijara en mí. Pero cuando echas la vista atrás, te preguntas ¿por qué un tío de 20 querría estar con una niña de 15? No puede entrar a discotecas, no puede viajar, no trabaja… Pues porque la única versión que tiene esa niña sobre el amor son las películas y las canciones que ha escuchado. Es muy fácil construir un amor romántico, que es un maltrato velado porque nos enseña a querer en base al sufrimiento. Y se deconstruye, primero, ridiculizándolo. Y, después, desmontando los falsos mitos. Por ejemplo, a las mujeres se nos enseña siempre a perdonar, pero no nos enseñan que hay un límite, que hay cosas que no se pueden perdonar nunca. Es muy difícil desterrar ese “aunque sufras, aunque duela, serás feliz”, que es como terminan todas las películas: la mujer sufre y sufre, y en el último minuto te dicen que va a ser feliz. Dar esa vuelta es muy importante y es también una responsabilidad cultural. Siempre hablamos de escuela y familia, pero tiene mucho más poder educativo e influencia directa el cantante, el actor, el youtuber o el influencer de turno. Cuando pongo música en mis talleres para ver todo esto, no hace falta que ponga reguetón: pongo Marc Anthony, Vanessa Martín, Malú… ¿Cuántas canciones ligan el amor al sufrimiento? ¿Cuántas canciones cantadas por mujeres tienen un tema diferente al amor? ¿Las mujeres no leemos, no viajamos, no hacemos nada más que enamorarnos? Y en muchas ocasiones son escritas y cantadas por mujeres. La sociedad cambiará cuando la cultura cambie.

¿Hasta qué punto las redes sociales multiplican los efectos de la violencia machista?

Más del 80 % de las chavalas con las que trabajo reciben cinco o seis ‘fotopollas’ semanales a partir de los 12 años. Y mensajes de depredadores pederastas que con las redes han encontrado un amparo absoluto. Es un foco brutal. El adolescente sigue utilizando las redes, pero ni el sistema policial ni el sistema judicial se están adaptando. Hay alguien que sí ha dado un paso al frente: la Agencia de Protección de Datos, que ha abierto un canal para denunciar cuando se suben contenidos inapropiados sin permiso. Y esto es importante. Es algo pionero que puede ayudar a muchísimas mujeres. Hemos vivido suicidios por ese tipo de informaciones. El ciberbullying es un tormento para muchas adolescentes.

Se incide en la necesidad de que haya un control sobre las redes sociales y el uso de Internet de los menores, pero ¿qué más se puede hacer para evitar consumos inapropiados?

Querer llevar a la adolescencia al siglo XX es un error garrafal. No se puede parar, pero sí se puede preparar. Y ese es el gran fallo. No estamos preparando, no tenemos una asignatura que trabaje los valores necesarios para erradicar no solo la violencia de género, sino la violencia sexual, el bullying, la violencia intrafamiliar, el abuso infantil… Necesitamos una asignatura, desde la infancia a la universidad, que pueda abordar estos temas. En cuanto a las familias, somos una generación bisagra. En nuestra casa, estos temas eran tabú y nuestros padres hicieron un esfuerzo para darnos un preservativo. Pero, desde entonces, todo ha ido demasiado rápido. Esta es la primera generación en la que, mayoritariamente, son los hijos e hijas los que enseñan las tecnologías a sus padres. Y eso desorienta muchísimo. Necesitamos formación para las familias, que tengan pautas y herramientas para poder comunicarse en temas delicados y necesarios. Y, sobre todo, necesitamos esa complicidad y confianza que permita que no se produzcan las cifras que la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer dio hace un mes: que una de cada cuatro mujeres que sufre violencia sexual no se lo cuenta a nadie. Y casi la mitad de las que sufren acoso, tampoco. Vivir con violaciones en tu cerebro, que lo he vivido, y tener que salir y sonreír a todo el mundo porque nadie se puede enterar del infierno que estás sufriendo es algo que no nos podemos permitir como sociedad. Necesitamos la educación para eso.

¿Y formación para docentes?

Este país luchará contra estas violencias machistas cuando los docentes salgan de la universidad con una preparación mínima en violencia de género. ¿Cuánto tiempo llevan los equipos psicopedagógicos en los centros? Sin embargo, no se contempla que haya un gabinete de educadores sociales trabajando la problemática de la violencia. Y cuando miras las cifras, son cientos de chicas las que la sufren en cada instituto. No estamos hablando de un caso puntual. Y no hay instituto libre de esta problemática. Se creó la figura del ‘coordinador de igualdad’. Y, en el mejor de los casos, me encuentro a docentes feministas que aprovechan esos espacios para hacer actividades y campañas de sensibilización puntual. Y, en otros muchos casos, profesores que lo hacen porque liberan dos o tres horas de docencia. Ya no sin ninguna formación, sino sin ningún interés. No puede ser que esto recaiga en la voluntad individual y en una formación externa sufragada por las mismas docentes. Porque si caes en un instituto con tres o cuatro profesoras que se coordinan y hacen cosas increíbles, tienes una suerte fantástica. Pero ¿y si no? En la adolescencia, la violencia de género y sexual hay que trabajarla de manera coordinada. Por eso requiere de proyectos y protocolos muy diferentes a los que se han hecho hasta ahora, en los que la escuela, la familia y el grupo de amigas trabajen coordinados para poder sacar a la víctima.

Y esos protocolos tienen que venir desde las instituciones públicas, claro.

Sí. Los institutos no pueden contratar a tres personas en un gabinete de prevención de violencias en las aulas. Son las instituciones las que tienen que dar ese paso para que se obligue y se instaure dentro del centro. Lo que me encuentro también es que la familia y las amigas son las primeras en identificar los casos de violencia. ¿Y a dónde van? ¿Qué organismo hay que pueda escucharles y darles pautas? Eso lo podría hacer un equipo profesional dentro de las aulas. Todo puede partir de ahí para que sea un nexo entre instituciones, asociaciones, policía… Porque lo bueno del instituto es que es un oasis. Y la detección precoz pasa por los institutos. Eso es prioritario.

Ese “oasis” desapareció durante unos meses la pasada primavera, cuando las clases se suspendieron a raíz de la COVID-19. ¿Cómo ha afectado la pandemia a las víctimas de violencia machista?

En lo que a violencia de género se refiere, la COVID-19 tiene su cara y su cruz. Por ejemplo, en la adolescencia puede haber aportado algo positivo porque la víctima no suele convivir con el maltratador, no tiene acceso a él salvo por redes y es más difícil caer. Además, aumenta mucho el contacto de la víctima con la familia, por lo que es una etapa muy importante para que ella sea consciente de la situación y rompa esa relación. En la adolescencia, bien dirigida, puede ser muy positiva esta situación. La cruz está en la cantidad de mujeres que han cerrado la puerta de su casa y se han quedado encerradas con su maltratador dentro. Y eso es el infierno.

¿Cuán necesaria es la educación afectivo-sexual para prevenir y parar la violencia de género?

Es urgente. El feminismo ha luchado por la libertad y el deseo sexual de las mujeres, y lo que está consiguiendo la pornografía es todo lo contrario: que desde las primeras relaciones sexuales esté ahí esa coacción, esa urgencia del “hay que hacerlo” o esa falsa libertad de “con cuantos más chicos me acueste, más empoderada estoy”. Me sigo encontrando chicas que no saben masturbarse, pero sí hacer felaciones como en la mejor película porno. La adolescencia está en una situación muy preocupante y de mucha desventaja. Primero, por las herramientas y el acceso que tienen, junto a la falta de formación para gestionar eso. Y luego, cómo la sociedad está culpabilizándola de todos los males. Ellos no tienen la culpa de lo que hacen, porque en otras generaciones estaba el mismo deseo sexual, pero veían la portada de Interviú cuando se despistaba el quiosquero y ya está, no tenían más acceso. Ahora lo tienen, pero se ha adelantado la información a cómo usarla. Tu hijo ve Fast & Furious y tú le explicas doscientas veces que así no se conduce en la carretera, pero ve pornografía y nadie le dice que eso es ficción. Les estamos culpando directamente y eso es injusto.

La violencia física es lo que hace saltar la alarma en muchos casos de violencia de género, pero ¿qué ocurre con la psicológica? ¿Son conscientes las adolescentes de esa violencia?

Yo lo pongo sobre la mesa y, además, dándole el valor que merece. A mí me han dado muchas palizas y, al día siguiente, ya no me duelen. Lo que hace que una víctima desarrolle secuelas graves y arrastre tanto sufrimiento es, sobre todo, la violencia psicológica y sexual. Y eso es a lo que menos peso damos. La víctima ni siquiera suele ser consciente de la violencia sexual hasta muchos años después. Una chica lo contó muy bien después de un taller. Me dijo: “Es que no me viola, es que me autoviolo”. Porque, al final, en estas relaciones, el sexo se convierte en la única estrategia que tienes para tener a tu pareja tranquila, para tener la fiesta en paz. Porque si le dices “no” pueden pasar dos cosas: que lo haga igual haciéndote daño o que se vaya diciendo que eres una frígida, que se va de putas y que no vales para nada. Entonces, al final creas estrategias para sobrevivir dentro de esa relación y te das cuenta de que lo mejor que puedes hacer es quedarte quieta y que pase pronto. Muchas chicas a partir de 13 años me dicen: “Marina, no seas exagerada. Si él está todo motivado y tiene ganas, ¿a mí qué me cuesta? Pues me quedo quieta y ya está”.

¿Cuál es la reacción de los chicos al escuchar tu historia?

La respuesta de los chicos es de lo que más orgullosa me siento. Porque es un taller de tres horas sobre violencia de género. Con lo cual, el punto de partida es: “Otra vez vienen aquí a hablarnos y a tratarnos como violadores”. Además, ese mensaje de Vox ha calado de manera muy peligrosa; en el último año he notado muchísimo la agresividad inicial en ese posicionamiento con las frases y los falsos mitos baratos que utiliza Vox. Y cuando el taller va avanzando, intento hacerles ver cómo el machismo nos educa a chicos y a chicas. Primero, ellos empiezan a ser conscientes del precio que pagan por el machismo: que tienen que ser fuertes, valientes, proteger, no pueden emocionarse… Pero el cambio más importante se produce cuando son conscientes del precio que nosotras pagamos: cuando una amiga suya cuenta que llega a casa con la llave puesta al revés por si la atacan, cuando otra dice que siempre va al borde de la acera para que no la metan en un portal, y cuando otra recuerda cómo quedó con un chico que parecía supermajo y abusó de ella. Cuando en cada taller salen diez o quince casos así, el cambio en ellos es brutal. Yo les digo que, estando en silencio, también son cómplices: viendo cómo un colega llama “puta” a su novia, no saliendo de un grupo de WhatsApp en el que se cuelgan barbaridades… Y, de repente, son ellos los que dan un paso hacia adelante y dicen: “No me voy a convertir en el lobo para el que me están educando”.

¿Qué secuelas tiene la violencia de género en una adolescente, en una niña que está en pleno proceso de maduración y crecimiento?

El precio que pagas por sufrir violencia de género en la adolescencia lo arrastras toda tu vida porque en la adolescencia construyes tu autoestima, tu personalidad, tu manera de relacionarte con otras personas, de relacionarte en pareja… Y todo eso lo construyes sobre el maltrato. Yo recuerdo salir con 19 años y ser un papel en blanco. No era absolutamente nadie, no tenía amigos, no sabía quién era, no sabía cómo podía haber aguantado tanto. Todo lo que se supone que era amor era mentira. Durante muchos años, lo que deseaba era morirme. Mis amigas volvieron a aparecer, pero yo era una chica de 19 años a la que perseguían para matar y a ellas les preocupaba que la camiseta no les conjuntara con la falda. En esos momentos, te sientes muy desubicada en el mundo. Y si no se construye bien la autoestima a partir de ahí y no se trabaja con la víctima a nivel psicosocial, puede conllevar muchos trastornos: de personalidad, con las drogas, de abocación a la prostitución… Estamos hablando de problemas muy graves. Hay una parte positiva, que es que los agresores suelen ser también jóvenes, ejercen más violencia y eso puede hacer que la víctima salga, pero si no se trabaja bien y se recupera a las víctimas de manera real y eficaz, les estamos abocando a muchos problemas.

Educar contra la violencia de género es educar desde una perspectiva feminista. En los centros educativos vemos que todavía son los niños los que mayoritariamente ocupan el espacio en el patio. ¿Qué puede hacer la escuela para erradicar estas desigualdades?

El patio del colegio es la representación más clara del lugar que ocupamos las mujeres en la sociedad. El 80 % está ocupado por las pistas de baloncesto y fútbol, que en la inmensa mayoría utilizan los chicos. Y las chicas, mientras, vamos buscando los huecos sin molestar. Algunos centros lo están cambiando ya, muy pocos. Son programas pilotos en los que no hay campos de futbol ni de baloncesto, sino que ese espacio se utiliza para juegos colaborativos. Es necesario reestructurar la escuela sobre esa perspectiva feminista y de igualdad, y no hablamos solo de que haya una asignatura, sino de muchas otras cosas, como modificar esos espacios y esos juegos, o romper los estereotipos sobre los deportes. Porque lo peor del estereotipo es que te impide ser tú misma. Lo peligroso de educar con estereotipos es que estás negando habilidades a tus hijos, les estás quitando oportunidades, les limitas su personalidad. Y eso me parece muy cruel.

¿Qué papel tiene la escuela en esa ruptura de estereotipos? ¿Qué ocurre con el ‘pin parental’ que defiende Vox?

La escuela es un sistema educativo, pero, sobre todo, es un sistema protector. Está concebida también para proteger a nuestros menores. Yo he sido muy perseguida y he recibido amenazas de muerte por el ‘pin parental’. Hay quien cree que tiene la libertad de hacer a sus hijos machistas y homófobos, pero no es así, no la tiene. Y al sistema educativo le toca dar un paso al frente. Porque igual que tenemos totalmente normalizado que una escuela puede avisar a servicios sociales y a las familias cuando un niño viene sin almuerzo repetidamente, tiene que haber identificadores si un niño discrimina. Es muy importante que las escuelas tengan legalmente el poder de proteger al alumnado en esas circunstancias. El odio es muy fácil de contagiar a través de frases baratas. Vivimos en una sociedad que no nos enseña a pensar y eso es carne de cañón para partidos como Vox. El peligro está en cómo está calando su mensaje, de manera muy peligrosa, en la adolescencia. Aunque también es verdad que cuando propicias con los chavales una reflexión crítica, se desmonta por sí solo.

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España: La pornografía es la principal profesora de sexualidad de nuestros adolescentes, según un informe de Save The Children

  • Save The Children ha dado a conocer el informe Informe ‘(Des)información sexual: pornografía y adolescencia’

  • Casi 7 de cada 10 adolescentes consumen pornografía a la que acceden por primera vez a los 12 años

  • Más de la mitad de los y las adolescentes que ven contenidos pornográficos se inspiran en ellos para sus propias experiencias y el 30% reconoce que es su única fuente de información sobre sexualidad

Los y las adolescentes ven pornografía por primera vez a los 12 años y casi 7 de cada 10 (el 68,2%) consumen estos contenidos sexuales de forma frecuente (lo han hecho en los últimos 30 días). Este consumo se produce en la intimidad (93,9%), a través del teléfono móvil, y se centra en contenidos gratuitos online (98,5%), basados de manera mayoritaria en la violencia y la desigualdad.

Así lo revela el informe (Des)información sexual: pornografía y adolescencia que ha elaborado Save the Children para estudiar el consumo de contenidos sexuales entre la población adolescente y el impacto que estos tienen en sus relaciones y su desarrollo. Además de arrojar luz sobre este asunto, el estudio recoge una serie de recomendaciones sobre cómo abordar la sexualidad para las familias, los profesionales de la educación y de la salud y la propia población adolescente. Del mismo modo, la organización ha elaborado una guía específica para padres y madres.

Las relaciones entre iguales, clave en la iniciación del consumo

En total, el informe ha contado con la participación de 1.753 chicos y chicas de entre 13 y 17 años, que han respondido a una encuesta y participado en diferentes talleres. El análisis se ha hecho con enfoque de género y diversidad para conocer, entre otras cuestiones, si el consumo y la percepción de lo que ven varía según el género o las preferencias sexuales o si el colectivo LGTBI se siente representado.

Según este estudio, las relaciones en grupo entre compañeros y compañeras son clave en la iniciación al consumo: el 51,2%, accede mediante el intercambio entre sus amistades de fotos o vídeos por WhatsApp o redes sociales. Ahora bien, también se dan otras realidades: para un 28,5% (principalmente chicos), la primera toma de contacto responde a una búsqueda activa, mientras que un 17,4% (en su mayoría chicas), se ha encontrado con estos contenidos de forma accidental mientras navegaba por Internet. Para el 30% de los y las adolescentes la pornografía es el único recurso para aprender sobre sexualidad y casi la mitad de las personas encuestadas echa en falta tener más información sobre cuestiones afectivo-sexuales.

Falta de capacidad crítica para distinguir realidad de ficción

El estudio también revela que el 54,1% de los adolescentes, en su mayoría los chicos, cree que la pornografía da ideas para sus propias experiencias sexuales y al 54,9% le gustaría poner en práctica lo que ha visto. El 47,4% de los adolescentes que ha visto contenido pornográfico ha llevado alguna escena a la práctica. En relación a este último punto, Save the Children considera especialmente preocupante que, cuando intentan imitar lo que ven, no siempre solicitan consentimiento previo a su pareja. El 12,2% de los chicos lo ha hecho sin el consentimiento explícito de la pareja y sin que a esta le haya parecido bien, frente al 6,3% de las chicas.

Su deseo sexual se esté construyendo sobre unos cimientos irreales, violentos y desiguales propios de la ficción (Catalina Perazzo, directora de Políticas de Infancia y Sensibilización de Save the Children)

“Sin una educación afectivo-sexual incluida en el currículo y ante un mundo tecnológico lleno de posibilidades, la pornografía se ha convertido en profesora y consultorio de sexualidad para los adolescentes. El peligro no es que vean pornografía, sino que su deseo sexual se esté construyendo sobre unos cimientos irreales, violentos y desiguales propios de la ficción. También es peligroso que crean que su consentimiento, sus deseos y preferencias, o los del resto, no tienen por qué ser tenidos en consideración”, señala Catalina Perazzo, directora de Políticas de Infancia y Sensibilización de Save the Children.

El informe constata importantes diferencias entre géneros y orientación sexual. Así, mientras el 87,5% de los chicos afirma haber visto pornografía alguna vez en su vida; este porcentaje desciende al 38,9% en el caso de las chicas (aunque ligeramente más alto entre las adolescentes lesbianas). Ellos la ven casi a diario y ellas una vez a la semana o al mes. Para ellos, el primer acceso responde a una búsqueda activa o una especie de rito de iniciación. Ellas, en cambio, encuentran el contenido mucho más de manera accidental, y están más expuestas a recibirlo de personas desconocidas. Y mientras ellos lo consumen para satisfacer “necesidades instintivas”, las adolescentes lo hacen para aprender qué se espera de ellas.

Prácticas nocivas, violencia y desigualdad

Save the Children ha preguntado a los y las adolescentes si detectan violencia, desigualdad y prácticas de riesgo en lo que ven. El análisis arroja que un porcentaje alto de adolescentes sí es capaz de reconocer todo esto en la pornografía. Sin embargo, entre quienes la consumen con más frecuencia, el 36,8% no diferencia entre la ficción de las escenas y sus propias experiencias sexuales y el 38% no encuentra en ella desigualdad y premia los vídeos en los que existen jerarquías de poder. También destaca que el 27,1% de las chicas no sabe identificar prácticas de riesgo como la ausencia de preservativo.

La organización ha estudiado cómo se traslada todo esto a la realidad y ha descubierto que casi la mitad de la población adolescente (el 46,1%) no utiliza siempre métodos de protección y que el 13,7% no lo hace nunca o casi nunca. Asimismo, el 13,8% de quienes han visto pornografía han entrado en contacto, al menos una vez, con una persona desconocida con fines sexuales a través de Internet. Si bien estas conductas no tienen por qué responder directamente al consumo de pornografía, la ONG considera que son comportamientos preocupantes, ya que pueden entrañar un alto riesgo de sufrir violencia online, tan real y dañina como la física, y en caso de derivar en un encuentro real, pueden provocar que los menores sufran abusos o una agresión sexual que derive en infecciones de transmisión sexual e incluso en un embarazo no deseado.

Ley de Protección Integral a la Infancia y Adolescencia frente a la Violencia

Ante los datos que arroja el informe (Des)información sexual: pornografía y adolescencia, Save the Children recuerda la importancia de que el Congreso tramite cuanto antes la Ley Orgánica de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia. Esta ley tiene un gran enfoque preventivo e incluye la educación afectivo-sexual como principio transversal en la enseñanza reglada, de modo que el alumnado aprendería en el aula, siempre de forma adaptada a su etapa educativa, conceptos necesarios para ser capaces de detectar la violencia o el abuso como son el consentimiento, la autonomía del cuerpo, el desarrollo de las emociones o la creación de relaciones igualitarias. La ley también incluye campañas de sensibilización para prevenir la violencia y empoderar a la infancia y adolescencia en cuestiones de educación afectivo-sexual y de educación en igualdad de género.

Save the Children pide la colaboración entre la Administración y plataformas de Internet para implementar mecanismos de regulación del acceso a contenido pornográfico

Esta formación tendría que ir acompañada, entiende Save the Children, de educación en ciudadanía digital para que la adolescencia sepa manejar las esferas principales de su vida. “Sin la adecuada educación afectiva y sexual, así como sin la formación en un uso seguro y responsable de Internet, existe una mayor exposición a situaciones y conductas de riesgo. Una actitud crítica ante la información que reciben, lo que ven y lo que comparten, es una herramienta que les acompañará toda la vida”, explica Perazzo.

Del mismo modo, Save the Children pide la colaboración entre la Administración y plataformas de Internet para implementar mecanismos de regulación del acceso a contenido pornográfico, que asegure que menores de edad no acceden a la pornografía. Estas plataformas deben concienciarse y ser responsables, asegurándose de que, si el contenido no es adecuado para menores de edad, no se les permitan el acceso a menores de 18 años. La Ley Orgánica de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia también pretende abordar el fomento de contenidos positivos en Internet, así como la colaboración con estos prestadores de servicios y contenidos, con el objetivo de proteger a la infancia frente a contenidos que puedan ser perjudiciales.

Save the Children lleva años trabajando para lograr la aprobación de la ley y pretende llegar al medio millón de firmas para concienciar al Gobierno y a los distintos grupos políticos sobre la importancia de acabar con la lacra social que supone la violencia contra la infancia en España.

Save the Children es la organización independiente líder en la defensa de los derechos de la infancia en todo el mundo. Trabaja desde hace más de 100 años para asegurar que todos los niños y niñas sobreviven, aprenden y están protegidos. Actualmente la organización opera en más de 120 países.

En España trabaja desde hace más de 20 años con programas de atención a los niños y niñas más vulnerables, centrados en la infancia en riesgo de pobreza o exclusión social. A través de sus programas en España, proporcionan una atención integral a los niños, niñas y sus familias para que la situación económica o de exclusión social en la que viven los niños no les impida disfrutar plenamente de sus derechos y puedan alcanzar el máximo de sus capacidades.

Fuente: https://www.niusdiario.es/sociedad/educacion/pornografia-principal-profesora-sexualidad-adolescentes-informe-save-the-children_18_3015345077.html

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