Existen muchas razones por las cuales los maestros
debemos perfeccionarnos continuamente. El éxito
de nuestros alumnos y la calidad de la educación
que impartimos dan un significado profundo al ser
docente.
En el presente artículo se describe el panorama general de la educación en México haciendo énfasis en los aspectos que caracterizan a las buenas escuelas. Finalmente se proponen acciones de política educativa que contribuyan a que las escuelas sean de calidad superando la fuerza del contexto.
Nuestro país es muy diverso en cuanto a la población y al desarrollo económico. A pesar de ello, después del movimiento armado de 1910-1917 se ha buscado brindar educación para todos. En el siglo XX la preocupación del sistema educativo fue sobre la extensión de la cobertura; en el presente, la inquietud se centra en el logro de la calidad.
En diversos momentos se ha afirmado que el sistema carece de información sobre el grado en que está alcanzando sus objetivos; sin embargo, a nivel internacional se han diseñado modelos de evaluación, por ejemplo ENLACE, EXCALE, PISA, entre otros, que arrojan resultados poco alentadores sobre la realidad de la educación mexicana. Por ejemplo, el 66.1% de los alumnos de escuela primaria se sitúan en los niveles «insuficiente» y «elemental» en matemáticas y el 63.1% en español y 79.1 en historia.
Un indicador importante de la calidad del servicio educativo en educación básica es el referente a los hábitos lectores. Al respecto, la UNESCO (2000) señala que México ocupa el sitio 107 en una lista de 108 países estudiados;el mexicano promedio lee 2.8 libros al año, sólo hay una biblioteca pública por cada quince mil habitantes.
Vielle (S/F), por su parte, considera que, para saber el logro de nuestras escuelas, es necesario comparar las metas con los logros obtenidos y los recursos utilizados, ya que eso medirá el grado de logro deseado.
Si bien es cierto que los logros de la educación básica no son los deseados, tambien existen propuestas fundamentales para atacar estos males. Una de ellas es la Transformación educativa del Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012, donde proponen «Reforzar la capacitación de profesores, promoviendo su vinculación directa con las prioridades, objetivos y herramientas educativas en todos los niveles» (Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos, 2007: 183).
Dice un viejo refrán que «no basta con preocuparse, hay que ocuparse», existe una realidad que sólo puede ser diferente. En el momento que todos los sujetos involucrados en el sistema decidan tener una actitud de cambio, un compromiso en la actualización y en la investigación, serán estas las variables que permitirán que el docente tenga un capital cultural rico en conocimientos, y una pedagogía útil para la buena enseñanza.
La Alianza por la Calidad de la Educación establece que se necesita
«Construir un esquema de interacción para asegurar el registro, calidad y certificación de competencias de maestros, directivos y personal especializado a partir de parámetros de desempeño, que permitan mejorar la calidad de la enseñanza y el aprendizaje» (SNTE, 2008)
El gobierno estatal entrante promete que no habrá jóvenes egresados sin empleo, de igual forma señala que para lograr la calidad educativa fortalecerá el programa de becas escolares, desayunos escolares, entre otras cosas» (Duarte, 2010).
Lo anterior es una muestra clara de que se da más importancia a los medios educativos que a las finalidades. Por lo tanto, se deben buscar proyectos o programas nuevos que propongan atacar los males de la educación desde el interior de las escuelas, dejar de culpar a los otros, y tomar las responsabilidades que cada sector le corresponde.
A pesar de que todas las escuelas, tanto públicas como privadas, tienen el mismo objetivo (educar), cada una forma su propia cultura interna para el logros de los propósitos educativos; sin embargo, hay aspectos que pueden distinguir a las buenas escuelas, ya que son ellas las que no le dan cabida a la negatividad hacia los cambios, siempre están abiertas a las nuevas propuestas para mejorar, los directivos se distinguen por su capacidad de liderazgo, fortaleciendo esta idea Loera Varela (2006) expresa que:
Los directores de este grupo gestionan o informan de cursos o apoyos para mejorar la práctica pedagógica, propician el intercambio de experiencias entre los docentes e incluso son capaces de brindar asesoría y plantear estrategias de enseñanza para el manejo de contenidos específicos.
El mismo autor considera que el liderazgo del director se plasma en las acciones que realiza, no facilita el trabajo, sino que propicia las herramientas útiles para que los docentes, tengan estrategias para sus prácticas pedagógicas, eso implica entender que los conflictos internos de la escuela se deben solucionar y no deben impactar en la dinámica de la institución, porque la armonía y el diálogo es lo que servirá como puente para tener logros eficientes.
Las escuelas de éxito (buenas escuelas) con alta eficacia social[6] son una muestra, de que no importa el contexto cuando se tiene la visión de enseñar con calidad, y superar todos los obstáculos para lograr los fines de la educación: [SEP; 2007]
Utiliza el lenguaje oral y escrito con claridad, fluidez. Emplea la argumentación y el razonamiento al analizar situaciones. Selecciona, analiza, evalúa y comparte información. Emplea los conocimientos adquiridos a fin de interpretar y explicar procesos sociales, económicos, culturales y naturales. Conoce los derechos humanos y los valores que favorecen la vida democrática. Reconoce y valora distintas prácticas y procesos culturales.
Conoce y valora sus características y potencialidades como ser humano. Aprecia y participa en diversas manifestaciones artísticas. Se reconoce como un ser con potencialidades.
Otro elemento básico que es indispensable para considera a una escuela como «buena» es cuando todo el personal tiene sentido de pertinencia hacia la institución, de esa forma se interesa en el mejoramiento del mismo, consecuentemente la visión y los objetivos son compartidos. Mortimore y Sammons (1999) lo expresan de la siguiente manera:
«El trabajo colegiado y la colaboración son condiciones importantes para la unidad de propósitos. Como se vio en la sección sobre liderazgo, las escuelas efectivas tienden a recibir participación constante del personal con relación al funcionamiento de la escuela».
Las buenas escuelas se diferencian por su ambiente de trabajo, por la armonía entre el personal, por el compromiso de cada miembro hacia lo que realiza. La lista puede seguir, pero lo más importante, la base por el cual se fundamenta la educación, son sus finalidades mismas, lo que el alumno debe lograr cuando egresa de la educación básica. Es pertinente dejar de perder tiempo y esfuerzo en discusiones vagas que no lleven a mejorar; asimismo, es necesario superar la visión que considera que la mejora escolar se encuentra sólo en el equipamiento, construcción y reforzamiento de otros aspectos materiales y de infraestructura escolar y no en los procesos pedagógicos y los rasgos de la cultura organizacional de una escuela.
Ante todo esto surge la pregunta: ¿Qué debemos hacer para lograr que, en México, a pesar de la diversidad social, todas las escuelas sean de calidad, y estén visualizadas como buenas escuelas? Lo primero es aceptar que hay grandes rezagos, los exámenes nacionales lo demuestran; luego, cambiar la actitud de resistencia hacia las nuevas propuestas. Esto permitirá que cada institución examine sus debilidades y opte por buscar estrategias adecuadas para lograr la eficacia, para ello necesita planificar todo el proceso.
Entendiendo a la planificación en términos de Ramos (2007),
«… consiste en organizar las ideas para desarrollar el proceso de aprendizaje tomando en cuenta las siguientes interrogantes: qué se hará, cómo se hará y en qué momento se hará».
Si se tiene el deseo pero no se contestan las interrogantes anteriores, la planificación está incompleta, porque estos tres momentos son los principales y es lo que le da estructura a la planeación. No significa que no se esté planeando la educación en nuestro país, quizá hace falta darle otro sentido a lo que se ha estado haciendo, visualizarlo desde otra óptica, proponerlo desde una visión de cambio de cultura, dejar los moldes viejos que no han permitido ver más allá.
Las reformas educativas cambian los contenidos pero, mientras no cambien las mentes de los que ejecutan la educación, las reformas solo quedan plasmadas en papel y jamás se llevan a la práctica. Porque hay un desajuste de visiones entre los que realizan políticas educativas y los que ejecutan la educación (escuela-maestros). Mientras no cambie la cultura de conformismo en las escuelas será imposible lograr los cambios deseados y, por lo tanto, los fines de la educación solo se quedará en el deseo de lograrse.
Referencias
- Duarte, Cesar (2010) propuestas de campaña.
- Loera Varela, Armando (editor) (2006). Caja de herramientas para colectivos escolares. Chihuahua: Heurística Educativa.
- Mortimore, P., Sammons, P. y Hillman, J. (1999). Características clave de las escuelas efectivas. México: SEP- Instituto de Educación de la Universidad de Londres.
- Ramos Luis, (2007) Planificación Educativa, Ciudad Bolívar, Universidad de Oriente, núcleo de bolívar
- Vielle, Jean-Pierre (S/F). La educación básica en la perspectiva del financiamiento en financiar la escuela, Desafío o dilema.
- UNESCO (2000) «Estudio sobre el hábito de la lectura». Disponible en www.rieoei.org/deloslectores/632Gutierrez.PDF revisado en octubre de 2010.
- Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos, (2007) Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012, UBICADA EN EL EJE 3, IGUALDAD DE OPORTUNIDADES.
- SNTE, (2008), Alianza por la Calidad de la Educación en el Estado de Chihuahua, disponible en >www.convenio_alianza0001.pdf > fecha de acceso octubre de 2010.
- (2007) Plan de estudios 2006, México, DF.
Para citar este artículo:
Rodolfo Moreno Alfaro, (2011). En búsqueda de las buenas escuelas.URL: http://vinculando.org/educacion/en_busqueda_de_las_buenas_escuelas.html en Revista Vinculando.
Tomado de: http://vinculando.org/educacion/en_busqueda_de_las_buenas_escuelas.html