Venezuela: Gremio de maestros llamó a la ciudadanía a prepararse para defender la educación en el país

América del Sur/Venezuela/

Orlando Alzuru, presidente de la Federación Venezolana de Maestros, acompañado por representantes de las distintas federaciones y sindicatos que agremian a los trabajadores del sector educativo en Venezuela, acudieron nuevamente a la vicepresidencia del régimen en el centro de Caracas para consignar otro pliego de peticiones en el que exigen sus justas reivindicaciones laborales y salariales.

Aspiran a que esta vez sí sean atendidas sus exigencias y reclamos «por un régimen de izquierda y socialista que se autodefine como el gran defensor de los derechos de los pueblos oprimidos y de los más pobres».

Los sindicalistas denunciaron en un comunicado que el régimen somete a la gente al programa de ajustes macroeconómico «más duro y fuerte de los que se han aplicado en América Latina en las últimas décadas, que padece la más aguda crisis social y económica del último siglo y donde los déficits institucionales y políticos han generado preocupación en el modelo de democracia existente».

Salarios y cesta alimentaria

Edgar Machado, presidente del Sindicato de Maestros de Caracas, dijo que exigen ingresos de entre 350 y 400 dólares para poder adquirir la cesta básica alimentaria que, según Óscar Meza, director del Cenda-FVM, supera en este momento los 24 millones de bolívares.

«El régimen pretende compensar, entregando una caja de alimentos cada 45 días, la cual no cubre los requerimientos más elementales de una alimentación básica», indicó Machado.

La educación en declive

Orlando Alzuru explicó que los distintos funcionarios a cargo del Ministerio de Educación en Venezuela han eliminado cualquier mecanismo de evaluación y calificación del modelo existente, desde las tradicionales pruebas preuniversitarias hasta las más elementales mediciones recomendadas por la Unesco para medir y determinar la calidad de los estudiantes en las áreas de lectura, escritura y ciencias.

«La fuga de talentos y, principalmente de educadores en áreas técnicas y científicas, de idiomas, los déficits de docentes en áreas sensibles y complejas lo llevó a adoptar mecanismos de aprobación automática y a disminuir el nivel de los docentes encargados de dictarlas», agregó.

Los maestros y representantes

A los problemas estructurales tradicionales en la educación venezolana se suman ahora los graves problemas nutricionales y de operatividad para garantizar una educación con suficiencia y calidad. Sin embargo, Alzuru dijo que los distintos gremios y sindicatos educativos en el país no cesarán en su empeño de garantizar las mejores condiciones laborales y salariales para los trabajadores docentes «y, por supuesto, la mejor calidad posible para, así, lograr el mejor futuro para todos los venezolanos».

El gremio de educadores llamaron a la comunidad de padres y representantes para que se preparen a luchar por la educación y el país que se merecen.

Fuente: https://www.elnacional.com/venezuela/educacion-venezuela/gremio-de-maestros-llamo-a-la-ciudadania-a-prepararse-para-defender-la-educacion-en-el-pais/

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Argentina: Educación de adultos, un nuevo ataque del Gobierno bonaerense

América del Sur/Argentina/Laizquierdadiario

El proyecto de Vidal sobre Centros Educativos de Nivel Secundario (CENS) precariza las condiciones laborales de docentes y ataca la calidad educativa. Rechazo de maestros y estudiantes.

Éste fue el primer paso de una política que no tenía otro objetivo que el de vaciar la educación de adultos. Antes de irse, el Gobierno busca flexibilizar aún más las condiciones de trabajo y de cursada. El ejemplo a seguir es el Plan Fines que se inició con el kirchnerismo.

El proyecto que impulsa el macrismo, con la tutela del director provincial de Educación de Adultos Pedro Schiuma (y bajo el silencio del Suteba y la Ctera), obliga a los docentes de la modalidad a que sus horas sean asignadas anualmente. A pesar de que Shiuma lo niega, la propuesta así lo explicita. Así, se profundiza la inestabilidad laboral, sin pago de vacaciones y aguinaldo. Además, elimina y fusiona asignaturas. Es decir que sería afectada toda la carga horaria para ajustarse a los lineamientos de la resolución 118/10 del Consejo Federal de Educación.

Cabe aclarar que la dirección de Adultos lanzó una “consulta” donde los docentes supuestamente pueden dar su opinión sobre el proyecto. No obstante, en ningún caso se hace hincapié en las condiciones laborales de los maestros que son la base para que la propuesta del Gobierno se lleve a cabo.

En este marco de sumisión al FMI, donde la crisis económica golpea con dureza la vida del pueblo trabajador, es necesario no sólo que Suteba y el Frente de Unidad Docente rechacen este proyecto, sino que también convoquen a asambleas para que los docentes puedan votar un plan de lucha contra las políticas de ajuste de Macri, Vidal y los gobernadores.

Fuente: http://www.laizquierdadiario.com/Educacion-de-adultos-un-nuevo-ataque-del-Gobierno-bonaerense

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Venezuela: Sindicatos docentes acuden al Ministerio del Trabajo para tratar situación educativa

América del Sur/Venezuela/contrapunto.com

Orlando Pérez, presidente del Sindicato Nacional Fuerza Unitaria Magisterial (SinaFum), informó que el 16/10 se reunio con autoridades del ministerio del Trabajo para hacer entrega de un documento en el que plantean soluciones económicas para el sector educativo.

Indicó que las 10 federaciones que firmaron el contrato colectivo, acudieron a la sede de este ministerio para plantear algunas alternativas que, a su juicio, permitirán que los trabajadores de la educación recuperen el poder adquisitivo.

“Hoy por primera vez vinimos al ministerio de Trabajo para entregar una comunicación donde expresamos cuáles son nuestras opiniones para la transformación de la contratación colectiva”, dijo, según reseñó Unión Radio.

El también constituyente, indicó que en el documento propone una mesa para evaluar aspectos vinculados al acceso a la salud.

A continuación imagenes del documento entregado:

Con respecto a los llamados a la paralización de actividades educativas, reiteró que no apoya este tipo de acciones y pidió al gobierno que genere mayores beneficios económicos para que el sector no convoque a más paros.

Fuente: https://contrapunto.com/nacional/educacion/sinafum-consignara-documento-ante-el-ministerio-del-trabajo-para-plantear-soluciones-economicas/

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Profesores, ¿una herramienta obsoleta?

España / 8 de octubre de 2017 / Autor: Ainhoa Kaiero Claver / Fuente: El Salto

Los alumnos están perdiendo la capacidad de escucha. Ya no atienden. El intentar que asimilen algún tipo de conocimiento constituye cada vez más una ardua batalla. A ellos, por su parte, parece divertirles tu impotencia, tu enfado, tu voz quebradiza, tus “gallos”; les deleita el reducirte a la condición de un patético payaso.

Resulta obvio que el profesorado se está quedando obsoleto, y la sociedad, por tanto, insiste en la necesidad de renovar su función y de reprogramar el aprendizaje como un circo de actividades.

Puesto que los niños vienen al instituto a pasar el rato, y demandan, en calidad de nuevos consumidores, un cabaret cargado de efectos especiales, los profesores hemos ahora de entretenerlos mediante distracciones que desarrollen, sin apenas esfuerzo alguno, cuatro destrezas rudimentarias. Y mientras la educación se re-contextualiza así, cara a la galería, en un parque de atracciones (heredero de esas exposiciones y ferias que desde el siglo XIX convertían los progresos científicos y técnicos en un espectáculo de masas), en la trastienda, el profesorado se encuentra cada vez más ajustado a un mecanismo productivo de fábrica.

«Recuerdo que hace tiempo una inspectora calificó de “evolución del oficio” este paso de la docencia, a la tarea de vigilante-guarda de menores, animador, ‘coach’, supervisor y burócrata»

La administración exige del profesor una labor de operario y supervisor, constantemente ocupado en aplicar recetas pedagógicas, recabar datos y generar informes, dentro de un proceso educativo altamente burocratizado cuyo sentido tiende por momentos a desvanecerse. Muchos profesores nos vemos cada año “literalmente” engullidos, al igual que Charlot, por un engranaje ininteligible de ítems y consignas, de criterios de evaluación y estándares de aprendizaje, a la hora de elaborar una programación.

Recuerdo que hace tiempo una inspectora calificó de “evolución del oficio” este paso de la docencia, a la tarea de vigilante-guarda de menores, animador, coach, supervisor y burócrata. Sin embargo, el sentimiento de muchos profesores es que con esta nueva diversificación de tareas, su profesionalidad ha sido, si no destruida, al menos considerablemente mermada. Que en la sociedad actual sus conocimientos, su experiencia y su criterio profesional apenas ya se tienen en cuenta. Y viendo la enseñanza relegada a la obsolescencia por las nuevas técnicas de aprendizaje, se preguntan: ¿qué demonios ha pasado?

EDUCACIÓN DE MERCADO

Lo que se esconde, tras toda esta mistificación de la tecnología, la innovación y demás charlatanería en boga, es una apropiación del proceso educativo por parte de los agentes económicos. Lejos de los discursos humanistas e ilustrados, de esos grandes ideales de la formación del individuo y de un ciudadano instruido y responsable, en nuestro sistema actual impera el criterio “pragmático” de poner el aprendizaje al servicio de las necesidades socio-económicas, es decir, de las necesidades del mercado.

Hemos, por tanto, de preparar a las nuevas generaciones para una realidad económica cada vez más basada en el intercambio de servicios, de bienes inmateriales y, como ya adelantara Lyotard hace tres décadas, en una conversión del conocimiento en información mercantilizable.

La mal llamada “sociedad del conocimiento” no es, en este sentido, más que una industrialización del saber en aras a su posible explotación y rentabilidad capitalista. Si a lo largo del siglo XVIII los nuevos modos de producción de la industria absorbieron, desmantelaron y reconstruyeron la actividad artesanal de los gremios, parece que le ha tocado el turno a todas esas actividades profesionales “no productivas” (como las clasificara Adam Smith) que articulan el sector servicios. Gracias al desarrollo de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación), todos estos conocimientos están siendo adaptados a una cadena de procedimientos computerizados, permitiendo así su posterior manipulación por parte de los nuevos obreros, consagrados a un trabajo más “intelectual” que manual, del siglo XXI.

De ahí la intervención operada por los agentes económicos en el sistema de enseñanza donde se transmiten estas áreas del saber vinculadas a las profesiones “liberales”. La transformación de la naturaleza del conocimiento, requería igualmente una alteración de las instituciones tradicionales y de los métodos “artesanales” encargados de su reproducción y mantenimiento, principalmente la reforma radical de una Universidad asociada aún a modos arcaicos y gremiales, y en segundo lugar, del resto de cuerpos aparejados al proceso de enseñanza (primaria y secundaria).

La reconversión industrial de estas instituciones debía desmantelar la “vieja” enseñanza de un saber sustantivo, demasiado teórico, académico y rígido para los usos de nuestra sociedad informatizada, e implantar un “nuevo” sistema de aprendizaje más moderno orientado hacia un saber procedimental, eminentemente práctico, flexible y dinámico, cuyo modelo inspirador, por cierto, provenía del ámbito de la cibernética.

Decía Walter Benjamin que con la llegada de la difusión de la información, comenzaba el declive del arte de narrar, y con él, de la comunicabilidad de la experiencia. En el ámbito del conocimiento, la incursión de las TIC está igualmente ocasionando una pérdida de los saberes sustantivos y de sus modos de transmisión “artesanales”.

Al igual que una narración, un área de saber contiene la sedimentación paulatina de un conjunto de experiencias, transferidas y reelaboradas por diferentes “manos” (y “mentes”) a lo largo de la historia. En las disciplinas, los contenidos (si por éstos entendemos los “conceptos”, “ideas”, “temas”, “datos” o “teorías” de una rama de conocimiento) y los procedimientos (“metodologías”, “técnicas”, “lógicas”, etc.) se dan entrelazados, sin que puedan llegar a desconectarse arbitrariamente, del mismo modo en que lo narrado y la narración siempre se manifiestan de manera conjunta e indisociable.

Cuando pienso en mi materia que es la “Música”, por ejemplo, la entiendo como una constelación de conceptos, lógicas, técnicas y teorías sobre la experiencia sonora, interrelacionadas. Así como un narrador transmite tanto unos acontecimientos, como la vivencia y comprensión que él mismo hace de estos hechos relatados, también yo, al comunicar a mis alumnos ciertas fórmulas y conceptos, los reavivo desde mi propia sensibilidad y entendimiento. Y a su vez, un alumno que recoge mis explicaciones ha de realizar un ejercicio activo de interpretación, comprensión y asimilación de estas enseñanzas.

Al contrario de lo que las teorías pedagógicas al uso pretenden hacernos creer, la escucha o la lectura concentrada, la toma de notas y apuntes, la imitación y repetición de un procedimiento (todas ellas metodologías asociadas a una periclitadas “clases magistrales”), no son operaciones de recepción pasivas, sino ejercicios de una percepción creativa donde el alumno asimila generando sus propias conexiones. De manera que, en esta comunicación inter-subjetiva de generación en generación, el saber no sólo se transmite sino que también se expande y se reelabora dando lugar a nuevas perspectivas. Las materias albergan, por tanto, un saber teórico-práctico ligado a una experiencia de sentido infinitamente renovable.

La informatización, como ya señalara Lyotard, exterioriza el conocimiento respecto al “sabiente”, lo desliga de su experiencia, y lo fija en una serie de parámetros y ordenamientos formales que facilitan una manipulación abstracta.

«Las aulas se transforman en escenario de una hiperactividad compulsiva, en la que continuamente hay que dar “cosas que hacer” y mantener a los alumnos a toda costa entretenidos»

Los principios pedagógicos inspirados en el aprendizaje de la máquina, la cibernética, rechazan así por completo la transmisión “artesanal” de los saberes: aniquilan el componente corporal y aprehensivo (como percepción) del conocimiento; niegan la experiencia interna del sentido, y la sustituyen por un manejo externo de signos que proyectan significados; refutan el papel del saber como actividad que nos permite comprender, habitar y orientarnos en el mundo, y lo asocian con una mera utilidad instrumental, insensible y alienante; invalidan, por último, la comunicación inter-subjetiva entre generaciones, anulando el rol del profesor y condenando a la obsolescencia el ejercicio docente.

Las nuevas directrices pedagógicas implantadas en los ámbitos de primaria y secundaria ahondan en esta línea, al promocionar la adquisición de unas destrezas genéricas, las denominadas Competencias Clave, en detrimento de las disciplinas usuales. A fin de desarrollar estas Competencias en el alumnado, se conmina al profesor a planificar en su materia una serie de acciones (recogidas en los Criterios de Evaluación) asociadas a unos contenidos cada vez más sucintos y esquematizados.

A lo largo de este proceso, la enseñanza del profesor, en su labor tradicional de transmitir saberes, se ve sustituida por un protagonismo del niño que “construye” su propio aprendizaje. Se requiere de los niños no tanto una actitud reflexiva y observadora, como dinámica y participativa; los alumnos no deben ya escuchar, percibir o comprender, sino emprender, disponer y actuar.

De esta manera, las aulas se transforman en escenario de una hiperactividad compulsiva, en la que continuamente hay que dar “cosas que hacer” y mantener a los alumnos a toda costa atareados y entretenidos. Los institutos rebosan de niños que hacen murales, que montan exposiciones, que realizan maquetas, que efectúan experimentos y producen vídeos, niños que fabrican hasta su propio saber y emulan a todos esos DJ del conocimiento (principalmente bloggers y youtubers), que tanto admiran, colgando sus propias producciones en internet. Y con ello, lo que se observa es una manipulación cada vez más pobre y externa de informaciones, un corta-pega que pone de manifiesto la ausencia de una comprensión, asimilación y reelaboración profunda de los conocimientos, la incapacidad de generar síntesis, interpretaciones, de desarrollar algún tipo de razonamiento.

Los Criterios de Evaluación pro-ce-di-mentalizan así el conocimiento en una cadena sucesiva de operaciones, fragmentándolo, desarticulándolo y despojándolo finalmente de toda substancia.

A través de estas actividades propuestas, consistentes principalmente en una aplicación y manipulación de signos a partir de determinadas consignas o instrucciones de juego, los Estándares de Aprendizaje miden la adquisición o no de determinadas habilidades programadas: la capacidad del alumno de “procesar” y manejar información, de codificar y descodificar significados… Valga como ejemplo el siguiente estándar perteneciente a mi materia: “Reconoce los parámetros del sonido y los elementos básicos del lenguaje musical, utilizando un lenguaje técnico apropiado”. Este enunciado parece más digno de un lenguaje de programación, destinado a un robot o a un sistema cibernético, que del aprendizaje de un ser humano.

De ahí que este adiestramiento procedimental se preste a un entrenamiento directo del alumno (o “usuario”) con la máquina, es decir, con determinadas aplicaciones y programas informáticos creados para favorecer el auto-aprendizaje.

¿PARA QUÉ SIRVEN LOS DOCENTES?

Claro que, si el alumno puede ya instruirse directamente con sus tablets, fomentando el negocio lucrativo de la industria informática, ¿para qué siguen contratando a profesores? ¿Cuál es el rol que nos reservan? Se diría que el de un “personal training” (aunque resulte un tanto complicado con 30 alumnos en el aula), o el de un “monitor” que anime el entrenamiento grupal y personalizado (siempre atentos a la diversidad) de sus pupilos.

Por descontado que, tratándose de menores, deberá realizar una labor de vigilante y guarda de los mismos en todas aquellas horas que los padres que trabajan, y no pueden hacerse cargo de ellos, nos los confíen. Siendo además adolescentes en una edad crítica, ciertas nociones de psicología, siempre serán bienvenidas. Aunque, principalmente, su cometido consistirá en ser un supervisor del correcto funcionamiento del proceso de enseñanza, recogiendo semanalmente la evolución en las Competencias de cada usuario.

«El régimen actual no se orienta a formar futuros profesionales dotados de un amplio conocimiento en un área de saber concreto, sino a operarios, precarios y camaleónicos»

Ello implica que, en lugar de malgastar el tiempo tratando de explicar inútilmente la materia, el profesor ha de dedicar buena parte de la hora en anotar (preferentemente en una moderna aplicación de su tablet) si cada uno de sus 30 alumnos asistieron o no a clase, si trajeron o no los materiales, si realizaron o no la tarea de casa, si participaron o no en alguna de las actividades realizadas en clase, si demostraron o no haber adquirido las destrezas programadas, si son capaces o no de aprender de sus errores (tal como lo hace un programa cibernético avanzado), si se comportaron o no adecuadamente, si en su mal comportamiento manifestaron o no actitudes ofensivas, etc.

Un profesor eficiente de hoy en día debe registrarlo absolutamente todo, dado que su opinión y criterio profesional han sido invalidados y ya no cuentan ni para inspección (los jefes), ni para alumnos y padres (los clientes). De modo que lo que estas nuevas asignaciones conllevan, es una proletarización del docente cuya autoridad profesional ha sido aniquilada. Y, tal como señala Renán Vega Cantor, esta proletarización se efectúa además tanto a un nivel técnico, puesto que la labor del profesor es la de un simple operario sometido a un aparato de producción técnico y administrado, como ideológico, ya que los fines sociales de este proceso han sido intervenidos y se escapan igualmente a su control.

Dicha proletarización se ve además reforzada por la condición precaria de un extenso cuerpo de interinos, cuya inestabilidad laboral en los centros coarta sus posibilidades de intervención en los proyectos de enseñanza.

¿Cuál sería entonces el propósito del proceso educativo a día de hoy? ¿Formar a nuestros alumnos como personas? Obviamente, no. ¿Contribuir al desarrollo de su formación profesional? En realidad, tampoco. El régimen actual no se orienta a formar futuros profesionales dotados de un amplio conocimiento en un área de saber concreto, sino a operarios, precarios y camaleónicos, dotados de unas habilidades genéricas que les capaciten para reprogramarse continuamente en función de las necesidades del mercado.

En este sentido, el sistema competencial que nos ocupa está diseñado para desarrollar en el individuo tanto unas destrezas básicas (competencias científicas, digitales y lingüísticas principalmente), como determinadas conductas y actitudes (competencias sociales, de emprendeduría, de aprender a aprender).

La ingeniería neoliberal planifica (y perdonen la contradicción del término) el proceso educativo a fin de que sirva a su modelo ideal de sociedad: aquella en la que los individuos operan dentro de un régimen libre de intercambio, adaptándose de manera flexible a las demandas y ofertas que surjan en este contexto, con capacidad de emprender cambios en su ocupación si los precios del mercado (salarios bajos en un determinado oficio, por ejemplo) así lo sugieren, con capacidad para adquirir incansablemente nuevas habilidades.

Los mercados globales, cada vez más dinámicos e inestables, precisan de esta clase de agente camaleón, más que de profesionales con una formación sólida y delimitada, cuyo exceso de cualificación dificultaba su re-ocupación (engrosando así las listas del paro) e imponía, además, ciertos reconocimientos salariales (los empleadores han conseguido, en este sentido, desarticular las regulaciones de los gremios “liberales”).

Esta nueva orientación acaba, por tanto, con lo que antaño se denominaba “el ascensor social”, es decir, la posibilidad de una mejora de condiciones para los hijos de la clase obrera que accedían mediante la escuela pública y gratuita a una formación. Y con ello se extingue también esa cultura del esfuerzo, unida al aprovechamiento en los estudios, necesaria a la consecución de una rama profesional.

«Nuestro mundo demanda, más que nunca, el desarrollo de nuevas capacidades simbólicas que nos permitan pensarlo, aprehenderlo y habitarlo»

En lugar de ello, fabricamos una masa ingente de individuos escasamente cualificados, consumidores asiduos de formaciones y cursillos que les permitan ir tirando, improvisando sobre la marcha, en las diversas y cambiantes ocupaciones que se les puedan ofertar (los jóvenes precarios conocemos ya esta realidad de primera mano).

Individuos con una reducida preparación tanto a escala profesional, como humana, dado que el utilitarismo high-tech imperante, que incluso ha calado profundamente en las nuevas generaciones (a nuestros alumnos les han hecho creer que todo conocimiento es válido siempre y cuando se someta a los imperativos de utilidad inmediata y de novedad), no les permite nutrirse de una verdadera cultura que les facilite el comprender y desenvolverse en nuestro hábitat.

De ahí que este des-enraizamiento de los jóvenes, huérfanos de una identidad y de una tradición, los convierta en subjetividades frágiles y volátiles, fácilmente manipulables por cualquier tipo de discurso que los seduzca, ya sean los prototipos de los modos de vida capitalistas, ya sean otras doctrinas más “peligrosas” que canalicen los sueños rotos y el malestar de aquellos excluidos de este paraíso neoliberal.

Nuestro mundo no precisa de nuevos y sofisticados mecanismos que intensifiquen su instrumentalización. Demanda, por el contrario, más que nunca, el desarrollo de nuevas capacidades simbólicas que nos permitan pensarlo, aprehenderlo y habitarlo. Por eso es tan necesario reclamar y restituir la dignidad profesional del profesorado y de todos aquellos transmisores de la cultura y del saber.

Fuente del Artículo:

https://elsaltodiario.com/educacion/educacion-entretenimiento-profesorado-proletario

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