La ceguera

Por: Julio Leonardo Valeirón Ureña

Construcción de nuevos esquemas de pensamiento que permitan su interpretación y la búsqueda de las mejores alternativas para afrontarlo.

En su obra República, Platón (428 a. de C. – 347 a. de C.), escrita hacia el año 380 a. de C, para explicar la realidad del conocimiento, crea el conocido Mito de la Caverna, con el cual ilustra, desde su perspectiva, acerca del origen del conocimiento, así como, lo relativo a la representación de las cosas y sobre la naturaleza de la propia realidad.

En su estilo narrativo y anecdótico, Platón, tomando como protagonista a Sócrates, su maestro, y su hermano Glaucón, asume el diálogo, más que como una narración, como un método de investigación discursivo, y de esa manera hablan de cómo afecta el conocimiento y la propia educación filosófica, a la sociedad y a los individuos. Sócrates le pide a Glaucón que imagine un grupo de prisioneros encadenados detrás de un muro desde su infancia. Un fuego ilumina, al otro lado del muro; los prisioneros solo pueden ver las sombras que se proyectan en el fondo de la caverna, de todo aquello que pasa entre ellos y el fuego. Le dice a Glaucón que los prisioneros terminarán creyendo que aquello que observan, las sombras en el fondo de la caverna, es el mundo real, sin percatarse de que son solo apariencias. Cuando uno de los prisioneros se libera de sus cadenas y asciende hacia la salida, dice Sócrates, en un principio el resplandor le ciega y lo impulsa a volver a la oscuridad; solo cuando logra, por su persistencia, acostumbrarse a la luz del fuego y empieza a ver lo que realmente pasa por la entrada de la caverna, inicia su primer paso en la adquisición del conocimiento. Se pudiera argumentar, cuando solo vemos lo que nuestros propios ojos ven, es muy difícil llegar al conocimiento de las cosas tal cual. O dicho de otra manera, a veces “solo vemos, lo que queremos ver, en presencia o ausencia del objeto visto”.

Cuando Peter Berger y Thomas Luckmann escribieron su libro La construcción social de la realidad[1], nos pusieron a todos los científicos y académicos sociales a reflexionar acerca de éste gran tema. Se dice, incluso, que dicha obra ha sido una de las más importantes e influyentes de la sociología y la psicología social contemporáneas. Dos cuestiones se constituyen en las tesis fundamentales de los autores referidos:

  1. La realidad se construye socialmente.
  2. La sociología del conocimiento debe contribuir al análisis de los procesos que lo hacen posible.

Así pues, el principal rol de la comunicación social se centra en la construcción de “opinión pública” en torno a los acontecimientos de la vida social y política, y por qué no, incluso farandulera. Pero, sobre todo, desde “ciertas perspectivas”.

Con frecuencia escuchamos dos o más comunicadores sociales, políticos, juristas, incluso hasta profesionales de la ingeniería y la salud, discutir acerca de algún tema en específico y pareciera que están hablando de dos cuestiones totalmente distintas, aún se trate incluso de un mismo texto leído entre ambas partes.

Hay quienes argumenta, que “todo es, según el cristal con que se mire”. El problema es, por supuesto, desde que cristal se observa la realidad y en qué medida dicha idea representa la realidad que se trate.

Quizás sea pertinente traer a colación el llamado “efecto Werther”. Cuando se publicó en 1774 la novela de Goethe “Las penas del joven Werther”, una oleada de suicidios en jóvenes de ambos sexos fue la consecuencia de su empatía, ante el infortunado personaje de la novela. Esto nos muestra cuan vulnerables somos cuando se trata de los procesos de masas.

Por su carácter estratégico en lo relativo a la construcción de un proyecto de país, la educación no puede ser vista “solo desde un cristal particular”. Como bien social, la educación debe estar muy por encima de los intereses particulares de ningún grupo, no importa su naturaleza. Pese a los esfuerzos de construcción del Plan Decenal de Educación 1992-2002, que en su etapa previa se constituyó en un movimiento social diagnóstico del sector educativo y que involucró a todos los sectores sociales, posteriormente en sus diversas etapas históricas de ejecución, terminó siendo “según el cristal con que se mire”. Cada grupo, en su momento, pretendió constituirse en el referente más idóneo de los intereses educativos nacionales. Los resultados están ahí, a la vista de todos. Los logros de aprendizajes de nuestros estudiantes, aún hoy, están muy por debajo de las expectativas formuladas en el primer plan decenal de educación.

Por otra parte, la problemática que vivimos hoy es lo suficientemente compleja, como para abordar la cuestión educativa desde una sola perspectiva. En primer lugar, vivimos una crisis profunda por un modelo económico generador estructural de pobreza y desigualdad que se ha venido agotando paulatinamente, que llevó incluso al Secretario General de la ONU Antonio Guterres en el homenaje anual a Nelson Mandela de 2020, a decir lo siguiente: “las 26 personas más ricas del mundo poseen tanta riqueza como la mitad de la población mundial”. No hay dudas, vivimos una época de alta producción de riqueza, a costa de todo el daño ecológico con que se agrede a la “madre tierra”, pero que al mismo tiempo, solo ha servido para incrementar la pobreza y la desigualdad social. En segundo lugar, la crisis social y económica cobra matices más complejos por la pandemia por el coronavirus y todas sus consecuencias sociales y económicas, afectando principalmente a las poblaciones más vulnerables. En tercer lugar, somos testigos de un desarrollo sin antecedentes en la historia respecto al conocimiento y su disposición, así como el de las tecnologías de la información. Manuel Castells ha señalado, que las tecnologías de la información y las redes sociales han inaugurado una nueva manera de relacionarnos, y una nueva manera de ejercicio incluso del poder social.

En ese contexto, no es posible mantener el modelo educativo que ha prevalecido en los últimos 30 o 40 años. Dicho modelo, no solo que no es capaz de dar respuesta a las necesidades particulares de los propios sujetos, sino incluso, a las de la sociedad contemporánea en su conjunto.  La escuela, como herramienta de construcción de sentidos, tiene que ser repensada en todos sus órdenes, desde una perspectiva pedagógica crítica, colocando en el centro de la cuestión, al sujeto concreto.

Asumir dicha perspectiva, en las actuales circunstancias, es romper con las visiones que hasta el momento han pautado el quehacer la educación dominicana. No es posible seguir amarrado, a la ya tradicional visiones cortoplacistas y particulares, so pena de seguir en la ceguera ante las nuevas realidades sociales y culturales que nos rodean y que exigen nuevas maneras de pensar y actuar en educación.

Salgamos de nuestras cuevas, entendamos una vez por todas que la educación como la salud, no tienen apellidos ni colores políticos, sí el de un país que reclama a sus líderes políticos y sociales respuestas efectivas a los problemas nacionales, desde la perspectiva de los intereses nacionales colectivos, que siempre estarán por encima de todos los intereses particulares, sean esos de naturaleza personal o corporativos.

El tiempo avanza irremediablemente y aún no se visualiza ninguna acción dirigida a repensar la educación y la escuela, como lo demanda el propio presente, y más aún, el futuro del mundo y de la propia República Dominicana.

Del prólogo escrito por Catalina Andújar Scheker, en el documento de la OEI (Organización de Estados Ibero-americanos), La educación dominicana al 2021: reflexiones, planteamientos y experiencias, recojo la siguiente idea, que muy bien viene al caso:

“Las deudas educativas acumuladas del siglo XX, no sólo en la República Dominicana, sino en toda la región iberoamericana, nos señalan que la educación sigue siendo una cuestión de justicia social. Por tanto, se hace necesario impulsar y fortalecer acciones integrales e intersectoriales. que atiendan las desigualdades y favorezcan oportunidades educativas de calidad.

Por otro lado, están los nuevos retos de la sociedad de hoy, caracterizada por los cambios continuos, la celeridad y la incertidumbre, lo que sin dudas complejiza aún más la situación educativa actual. Este escenario complejo demanda la construcción de nuevos esquemas de pensamiento que permitan su interpretación y la búsqueda de las mejores alternativas para afrontarlo.

Avanzar en estos desafíos requiere articular esfuerzos y acciones coherentes; demanda que el país incremente su capacidad de producir conocimiento e innovar”.

Dejemos solo los ojos vendados a la justicia.

[1] Primera edición en castellano, 1968. Amorrortu editores

Fuente: https://acento.com.do/opinion/la-ceguera-8942567.html

Imagen: RepentAndBelieveTheGospel

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Robots que ayudan a niños y niñas a salir de la pobreza

24 de enero de 2018 / Fuente: http://blog.tiching.com/

Por: Jose Estévez García

El mundo en el que vivimos sufre múltiples brechas que rompen los planos de equidad en los que deberíamos poder vivir todas las personas. Una de las más preocupantes es la que afecta a niños y niñas en situación de vulnerabilidad, puesto que les priva de un futuro que les permita romper el círculo de la pobreza que se transmite entre generaciones. Es la llamada brecha digital y afecta a su futuro debido que el mismo pasa por la tecnología en todos los ámbitos de la sociedad. Esta es además una brecha que afecta especialmente a las niñas dado que, como demuestran múltiples estudios, no optan por una educación con base tecnológica por los prejuicios asociados al género en los ámbitos de la ciencia.

Con el objetivo de tender un puente sobre estas brechas en nuestro país, en Ayuda en Acción desarrollamos el programa Aquí también para dar apoyo a la infancia en riesgo de exclusión, trabajando a través de los centros educativos. Dentro de este programa contamos con diversos proyectos de innovación educativa que tienen los siguientes objetivos:

  • Usar la tecnología para democratizar el acceso al conocimiento de niños y niñas excluidos de los avances de la revolución digital por problemas socioeconómicos.
  • Generar oportunidades mediante formación en tecnologías de propósito educativo. Enseñar a programar para generar una forma abierta y colaborativa de trabajar y aprender, ayudándoles a desarrollar, más allá de las habilidades computacionales, capacidades necesarias para su futuro educativo y profesional.
  • Empoderar a la mujer reduciendo la brecha de género en las vocaciones STEAM. Y generar conciencia de que las mujeres son parte imprescindible para el avance digital de nuestro país.

En nuestro programa Aquí también trabajamos para llegar a más estudiantes y garantizar su formación continua, así como diversificarnos articulando aquellas acciones que nos permitan luchar contra las brechas de género que limitan la libertad de nuestros chicos y chicas para desarrollar una identidad propia, apoyando su éxito educativo y todo su potencial personal y profesional.

Nuestro itinerario formativo comienza con el proyecto Gen10s, apoyado por Google.org, con el aprendizaje de tecnologías como Scratch y AppInventor, y continúa en secundaria con Mak3rs, con robótica e impresión 3D. Pasar de la programación de software a la de hardware nos permitirá desarrollar la capacidad de pensamiento estructurado en una edad apropiada para ello.

Desarrollamos nuestro trabajo en centros públicos y concertados de precio cero de barrios con una preocupante tasa de abandono escolar. Experiencias previas de nuestro socio BQ con estudiantes que tienen dificultades para aprobar materias basadas en la abstracción demuestran la capacidad de muchos de ellos para obtener resultados muy positivos en el ámbito del making. Esto se está revelando como un importante factor de autoconfianza y reafirmación.

Nuestro alumnado está creciendo dentro de un contexto social complejo: entornos urbanos no inclusivos y comunidades poco cohesionadas donde confluyen minorías religiosas y étnicas con problemas identitarios. Nuestro programa de innovación educativa intenta conectar con las necesidades de su entorno social, ayudándoles a desarrollar proyectos de robótica que les permitan aplicar los resultados de su trabajo en su entorno cotidiano de modo creativo (design for change).

El trabajo en el aula está orientado a proyectos (learning by doing) que se ejecutan en equipos de 2 o 3 personas por cada kit educativo. Se plantean diferentes retos con sus respectivos niveles de aprendizaje, y cada equipo fabrica y programa su propia solución.

La formación al profesorado en los recursos documentales, metodologías y conocimientos busca que el proyecto sea sostenible y que los docentes sean los agentes del cambio educativo.

De forma transversal, el programa incorpora el desarrollo de competencias sociales y la educación en valores concebida como un proceso creativo y participativo para la formación integral de las personas, encaminado a promover un espíritu crítico. Su objetivo es conseguir una sociedad que sea capaz de corresponsabilizarse para la construcción de un mundo más justo y solidario.

En 2 años, Gen10s ha formado a 5.354 estudiantes (un 49,27% chicas) y 517 docentes de 51 escuelas públicas en 10 comunidades autónomas, y Mak3rs un total de 2.263 estudiantes y 179 docentes. Actualmente trabajamos por llegar a más estudiantes y garantizar la formación continua de los que forman parte del programa, así como diversificarnos articulando aquellas acciones que nos permitan luchar contra las brechas de género que limitan la libertad de nuestros chicos y chicas para desarrollar una identidad propia, apoyando su éxito educativo y todo su potencial personal y profesional.

Fuente artículo: http://blog.tiching.com/robots-ayudan-ninos-ninas-salir-la-pobreza/

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