El coronavirus: un ataque de la Tierra contra nosotros

Por:  Leonardo Boff

 

Hasta el día de hoy la preocupación sobre la Covid-19 se centra en la medicina, la técnica y todos los insumos que eviten la contaminación de los trabajadores de la salud. Se busca urgentemente una vacuna eficaz. En la sociedad, el aislamiento social y evitar la aglomeración de personas. Todo esto es fundamental. Sin embargo, no podemos considerar el coronavirus como un dato aislado. Debe ser visto dentro del contexto que permitió su irrupción.

El virus vino de la naturaleza. Pues bien, como dice el Papa Francisco en su encíclica “sobre el cuidado de la Casa Común”: «Nunca hemos maltratado y herido a nuestra Casa Común tanto como en los dos últimos siglos» (nº 53). Quien la hirió fue el proceso industrial: el socialismo real (mientras existió), y sobre todo el sistema capitalista hoy globalizado. Éste es el Satán de la Tierra que la está devastando y la está llevando a todo tipo de desequilibrios.

Es el principal (no el único) responsable de las diversas amenazas que se ciernen sobre el sistema-Vida y el sistema-Tierra: desde el posible holocausto nuclear, el calentamiento global, la escasez de agua potable hasta la erosión de la biodiversidad. Me hago eco de las palabras del conocido geógrafo estadounidense David Harley: «COVID-19 es la venganza de la naturaleza por más de cuarenta años de maltrato y abuso a manos de un extractivismo neoliberal violento y no regulado».

Isabelle Stengers, química y filósofa de la ciencia que ha trabajado mucho en asociación con el Premio Nobel Ilya Prigogine, sostiene la tesis que yo también subscribo: «el coronavirus sería una intrusión de la Tierra-Gaia en nuestras sociedades, una respuesta al antropoceno».

Sabíamos de otras intrusiones: la peste negra (la peste bubónica) que venida de Eurasia diezmó a un total estimado en 75-200 millones de personas. En Europa, entre 1346 y 1353, causó la muerte de gran parte de su población, que pasó de 475 a 350 millones de habitantes. Necesitó 200 años para recuperarse. Fue la más devastadora que se haya conocido en la historia. También fue notable la llamada gripe española. Oriunda posiblemente de Estados Unidos, entre 1918-1920 infectó a 500 millones de personas y causó 50 millones de muertes, incluyendo al presidente brasileño electo Rodrigues Alves, en 1919.

Ahora, por primera vez, un virus ha atacado a todo el planeta, causando miles de muertes sin poder detenerlo debido a su rápida propagación, ya que vivimos en una cultura globalizada con un gran desplazamiento de personas que viajan a través de todos los continentes y pueden ser portadores de la epidemia.

La Tierra ya ha perdido su equilibrio y está buscando uno nuevo. Y este nuevo podría significar la devastación de importantes porciones de la biosfera y de una parte significativa de la especie humana.

Esto sucederá, aunque no sabemos ni cuándo ni cómo, dicen biólogos notables. Si llegase el temido NBO (The Next Big One), el próximo gran virus devastador, podría, según el investigador de la USP Prof. Eduardo Massad, llevar a la muerte a alrededor de 2.000 millones de personas, reduciendo la esperanza de vida general de 72 a 58 años. Otros temen incluso el fin de la especie humana.

El hecho es que ya estamos dentro de la sexta extinción en masa. Según algunos científicos, hemos inaugurado una nueva era geológica, la del antropoceno y su más dañina expresión, el necroceno. La actividad humana (antropoceno) es responsable de la producción masiva de muerte (necroceno) de seres vivos.

Los diferentes centros científicos que vigilan sistemáticamente el estado de la Tierra confirman que, año tras año, los principales elementos que perpetúan la vida (agua, suelos, aire limpio, semillas, fertilidad, climas y otros) se están deteriorando cada día más. ¿Cuándo vamos a topar con el límite, al que nos acercamos?

El día de la Sobrecarga de la Tierra (The Earth Overshoot day) ocurrió el día 29 de julio de 2019. Esto significa que en esa fecha se habían consumido todos los recursos naturales disponibles y renovables para ese año. La Tierra entró en números rojos, tenía un cheque sin fondos.

¿Cómo detener este agotamiento? Si insistimos en mantener el consumo actual, especialmente el consumo suntuoso, tenemos que aplicar más violencia contra la Tierra, obligándola a darnos lo que ya no tiene o ya no puede reemplazar. Su reacción se expresa por eventos extremos, como el vendaval bomba de Santa Catarina a fines de junio, o por los ataques de varios tipos de virus conocidos: zika, chicungunya, ébola, sars, el coronavirus actual y otros. Hay que incluir el crecimiento de la violencia social, ya que la Tierra y la Humanidad constituyen una sola entidad relacional.

O cambiamos nuestra relación con la Tierra viva y con la naturaleza o tendremos que contar con virus nuevos y más potentes que podrían aniquilar millones de vidas humanas. Nuestro amor a la Vida, la Sabiduría humana de los pueblos y la necesidad del Cuidado, nunca han sido tan urgentes.

Fuente: http://www.servicioskoinonia.org/boff/articulo.php?num=994

Imagen: https://pixabay.com/es

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Uruguay: 5G. La tecnología que viene para cambiar la economía

Redacción: Theworldnew

Es un patrón que se repite. Cada cambio disruptivo en lo tecnológico y en los modos de producción termina por sustituir trabajo por capital.

Sin embargo, la revolución industrial, capitalista y tecnológica, a pesar de ajustes fuertes en lo inmediato, lejos de reducir empleos, va acompañada a largo plazo de un fenómeno con signo opuesto, en la que lo que varia es la composición y las habilidades demandadas para generar procesos que a la luz de la historia han generado una economía más productiva, con mayor riqueza, mayor demanda de empleo y nuevas ocupaciones, con jornadas de trabajo cada vez más reducidas.

Según datos de la Oficina Planeamiento y Presupuesto (OPP), con el crecimiento de las tecnológicas y los servicios a empresas en general, en Uruguay el sector pasó en 30 años de tener 30 mil empleos a 117 mil.

El pasado miércoles 10 de abril Antel lanzó la red 5G, el nuevo estándar de comunicación móvil que comienza a desplegarse por todo el planeta con la promesa de velocidades que superan en diez y hasta 1200 veces ymás al 4G. De esta manera, Uruguay se convirtió en el primer país que apuesta comercialmente a la transición a las nuevas redes de quinta generación en América Latina y unos de los primeros a nivel mundial.

Esta tecnología implica el aterrizaje, la fase final de la Revolución 4.0 que tanto se viene anunciando, y a su vez, ya está ocurriendo. La llegada del 5 G tendrá un impacto no solo en la velocidad de la transmisión de datos sino también en la conectividad, que permitirá un salto en la productividad de la industria.

La dimensión disruptiva y revolucionaria de este tecnología es tal, que se manifiesta en la disputa entre las dos potencias globales del presente -China y Estados Unidos- por el control de este desarrollo tecnológico, con una guerra que subyace  dentro de los entramados del caso Huaewi, la mayor fabricante de equipos de telecomunicaciones y segunda más importante vendedora mundial de smartphones.

En un comunicado emitido por 5 G Américas, el vicepresidente para América Latina, José Otero, destacó  en referencia a Uruguay que esta tecnología traerá grandes avances en distintas actividades “de todas las esferas de la vida humana, desde el trabajo y las actividades económicas como también el transporte, la salud, la educación y muchos otros sectores verticales”.

En ese sentido y considerando la infinita mayor cantidad de información que el Internet de las Cosas va a generar, en el caso de las industrias, las máquinas van a estar mucho más conectadas y coordinadas de lo que están ahora, por lo que se producirá un salto en la productividad y una eficiencia “sin precedentes” en las líneas de producción, según dicen los expertos.

El encargado de soluciones tecnológicas de Nokia -la empresa que asesora a Antel en la instalación de las primeras bases- para el Conosur, Gabriel Benedetti, dijo en el programa Tiempo de Cambio que “el tiempo que demora un sensor en enviar información a otro a kilómetros de distancia es de milisegundos, a velocidades imperceptibles para los seres humanos, aspecto que será clave en lo que tiene que ver con la automatización del proceso industrial”.

“El Internet de las Cosas es algo que estamos esperando y está sucediendo, desde autos que se conducen a sí mismos, a cosas mucho más triviales como aparatos conectados en la casa. De todas formas, aún hablamos de una industria que todavía no se desarrolló lo suficiente para que sea accesible a bajo precio”.

Por su parte, para el chief data officer de Scotiabank, Diego Vallarino, una vez implementada la red 5 G el impacto no va a estar tanto en la velocidad sino en la conectividad que va a permitir esta nueva red. “Se va a dar un salto importante en lo tecnológico que va a producir disrupciones tanto económicas como sociales. Lo que va a haber es una cantidad de aparatos conectados que van a recibir más rápido órdenes, lo que va a generar impactos sociales de distintos tipos”, opinó.

Vallarino dijo que las más afectadas por estos cambios van a ser las ciudades, yendo desde sensores en la iluminación y en el tráfico, para desembocar incluso en una nueva dinámica en el transporte. “Ahora sí va a haber ciudades inteligentes, pero de verdad”, insistió Vallarino.
Otro elemento que destacó es la cantidad de datos con los que van a contar las empresas y las personas para tomar decisiones.

“Este cambio va a permitir entender comportamientos en tiempo real que hoy se escapan. Muchos más aparatos conectados entre sí van a brindar  información en tiempo real y a costos marginales casi tendiendo a cero. Esto implica para los que trabajamos con datos e inteligencia artificial una ola de información sobre las cosas, pero en el fondo sobre la interacción de las personas con las cosas”, explicó.

Conectar y controlar a las 12 millones de cabezas vacunas del país, funcionamiento de vehículos autónomos comunicados entre sí, uso de la realidad aumentada o regulación de la basura son solo algunos de los nuevos servicios económicos que surgirán con las oportunidades que  se presenten, más todos lo que todavía no se han podido prever ni imaginar, para nuevos consumidores que renovarán sus exigencias y demandas.

Primero infraestrucutura y pruebas

El despliegue de la tecnología de quinta generación comenzó en el país con dos bases instaladas, en Maldonado y Colonia, para continuar en todo el territorio nacional en lo que resta de 2019. Como sucedió con 4G o LTE, el estándar que se usa hasta el día de hoy, mediará un tiempo entre la instalación y lanzamiento y su desembarco en la vida cotidiana de un uruguayo. Uruguay también fue líder en la adopción del 4G –que se lanzó en diciembre de 2011-, pero no fue hasta 2014 cuando la tecnología se asentó y masificó, en buena parte como consecuencia de la transmisión del mundial de fútbol de Brasil en HD a través de Vera TV. Para el caso del 5G Antel estima que la evolución se dará más rápidamente; 2019 será el año que se dedicará a la instalación de las bases para más adelante desembarcar al mercado.

Fuente: https://theworldnews.net/uy-news/5g-la-tecnologia-que-viene-para-cambiar-la-economia
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