Praxis Educativa y Pandemia: los Médicos Cubanos
Angélica García González[1]
En el año de 1961 Cuba se convierte en el primer país en la región libre de analfabetismo, este fue su proyecto bandera, y es el que constituye una de las primeras acciones que conducen al replanteamiento de la estructura del sistema educativo en el país. Antes de la revolución, de cada cuatro cubanos uno era analfabeto, y por ello se requería construir un movimiento educacional de masas, 1961 sería el “Año de la Educación” anunciaba en aquel entonces Fidel Castro, del mismo modo que sentenciaba: “Movilizaremos a todos los estudiantes y a cuanta persona sepa leer y escribir, para que enseñe a aquél que no sepa leer y escribir…”[2]. Ya se perfilaba desde entonces un modelo educativo alternativo de carácter emancipador, y con una gran carga de compromiso político, social y humano de ir construyendo las nuevas fuerzas productivas nacientes.
La conquista que hace el hombre de su palabra es el eje articulador de la alfabetización, y solamente es posible a partir de liberar la conciencia colectiva, es decir, el éxito de un proyecto educativo de esas dimensiones se puede llevar a cabo, única y exclusivamente, bajo una gran participación masiva. Cuentan que en el aspecto técnico organizativo los cubanos lograron el avance de un proceso de autoaprendizaje de las clases populares, y este les permite la aceleración del tiempo histórico revolucionario. Fue de suma importancia la creación de “Maestros Voluntarios” ya que estos, se aventuran hacia las montañas por falta de maestros y escuelas, la incorporación y presencia de 100 000 jóvenes estudiantes destacaba en las brigadas alfabetizadoras. Su lema identitario fue: “Ser cultos para ser libres”, pensamiento martiano.
Este prioritario compromiso es el hilo conductor de transformación de la educación en Cuba, y es el que fue desplazando a la educación neocolonial, clasista y racista que habitaba en la isla hasta antes de la revolución cubana. Asimismo, en este proyecto, yacían los intentos de transfiguración que estaban dirigidos hacia la transmutación de saberes. Se tenía la certeza de que ninguna sociedad se organiza a partir de la previa existencia de un sistema educativo acorde a la sociedad que se quiere transformar. La acción educativa no puede dejar de ser política, de la misma manera que la política tiene que ser pedagógica.
Después de echar a andar el proyecto de alfabetización (madre de las transformaciones) se crea el “Acceso Universal”, la educación tenía que ser accesible para todos, este programa educacional tiene mucho peso, pues se tenía que educar a la población a nivel nacional, llegar hasta el último rincón para educar a las niñas del campo, a la población que nunca tuvo acceso a la educación, a las trabajadoras del hogar, lo mismo que a las prostitutas, y a los que no se graduaron en su tiempo. No imagino un México así. El acceso universal a la educación crea nuevas estructuras y le da sentido a la búsqueda de una nueva resignificación pedagógica que en el fondo lo que intenta, es revertir la larga tendencia hacia la exclusión social que por años caracterizó al sistema de educación cubano.
En este andar, cada uno de los proyectos que iban surgiendo, requerían de un buen presupuesto, así que, en este rubro –entre las décadas ochenta y noventa- el gasto público en educación frente al PIB se encontraba entre los más altos del mundo, para las últimas décadas el Estado cubano le otorga, nada más y nada menos, que entre un 13% y 15% del PIB. El tema del financiamiento fue relevante porque enmarcó cada uno de los procesos de transformación, e inherentemente se perfilaba la histórica cobertura educativa y el mejoramiento de la calidad de la educación en términos generales.
El acceso masivo y gratuito a todos los niveles de enseñanza a lo largo de más de seis décadas, junto con los nuevos currículos integradores, han potencializado el desarrollo humano de los cubanos, éste ve su completud en el nivel universitario. Es decir, a lo largo de toda su formación, se ha ido configurando una subjetividad distinta, se ha ido construyendo comunidad y se han generado nuevas relaciones humanas. En este transitar y devenir hacia el proyecto humanista esbozado, se entreteje la construcción de la concientización de las masas, donde el trabajo organizado y productivo que forma parte de un proyecto histórico, deriva en una educación que deja de ser una abstracción, y pasa a ser productora de conocimiento y por ende productora de justicia social. La educación emancipadora en la isla, produjo un cambio conceptual que se traduce en un currículo original, junto con programas educativos que toman en cuenta el contexto social donde se vive, considerando a todos y cada uno de los sujetos involucrados junto con su problemática. Como cuestión prioritaria se fueron construyendo espacios de libertad y de creación que les permite vislumbrar el ser sujetos transformadores.
En 1962, a dos años del triunfo de la Revolución Cubana, surge la Reforma de la Enseñanza Superior con un carácter popular y regida por un sistema integrador. Hasta la mitad de la década de los años setenta, se puede decir que se da una primera etapa de universalización de la educación en Cuba, el ingreso a la universidad no tenía filtros, ni estaba supeditada a la pedagogía neocolonial, hubo grandes esfuerzos por revertir la larga tendencia de exclusión social que regía en esa época. Por fin el acceso a la educación se hacía sin distinción de edad, sexo, nivel socioeconómico o color de piel, se tenía muy clara la responsabilidad del Estado en cuanto a garantizar el derecho a la educación, y se reconocía el valor que tiene la escuela pública para lograr la integración social, los históricamente marginados tuvieron prioridad en su formación como profesionales de primera generación, obreras y campesinas de las zonas más alejadas del país, que fueron parte incluso, de la inserción de la mujer en el ámbito educativo.
Recordemos que en México el acceso a la Educación Superior es restringido por recomendación de los Organismos Internacionales y apenas se logra un acceso de un 10% aproximadamente de los jóvenes que convocan a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), tan solo en el año 2019, de 153 mil 183 aspirantes, únicamente obtuvieron un lugar 15 mil 449 estudiantes. Contrariamente en Cuba, desde los años setenta se ha multiplicado la matrícula hasta 4.3 veces, y es hoy en día el primer país a nivel mundial con mayor matriculación universitaria, tiene una tasa bruta de matrícula universitaria del 109% reconocido por La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). La comparación que se hace entre ambos países, no solo es preocupante y vista en términos cuantitativos, los contenidos educativos ponen en juego la moral incluso, de un individuo, en el caso de la educación neoliberal mexicana que se implantó en los centros escolares hace ya más de 30 años, ha trasformado a los educandos en sujetos competitivos, individualistas e indiferentes, las currículas son construidas así, tienen esa intencionalidad, y que mejor momento para ver sus efectos. Ante la coyuntura actual y en plena crisis de pandemia a nivel mundial, ese sujeto individualista desbordó los hospitales, poco importó la consigna “si te cuidas, nos cuidas a todos” muchos han mostrado lo peor de sí, es muy frecuente ver tanto egoísmo e irracionalidad, pocos toman conciencia del trabajo que están realizando médicos, enfermeras y personal en general, pocos saben que ellos arriesgan su vida diariamente en los hospitales, bien vale recordar las palabras que hemos escuchado infinidad de veces los últimos días “las peores epidemias no son bilógicas sino morales”.
En el caso cubano, la educación se construyó desde un inicio, en los años sesenta, como la base y punto nodal de una nueva subjetividad, donde la tarea más importante de la práctica educativa es asumirse en el marco de relaciones comunes con los demás, se ha ido construyendo comunidad y se han generado nuevas relaciones humanas, cada egresado de las aulas es parte de un proyecto humanista, y al escribir estas líneas viene a mi mente Moacir Gadotti, quien decía que la escuela dentro de un proceso revolucionario, es un espacio de representaciones sociales con miras a la transformación de la sociedad.[3] En época de crisis, si acaso, los cubanos sienten amenazada la desintegración social, en los países con estructuras educativas neoliberales a lo mucho, sienten amenazada su economía. Gran diferencia.
En Cuba, la Educación Superior se erigedándole prioridad a las disciplinas científico-técnicas como proceso social, esto significa que se edificaron una especie de pequeñas empresas donde el trabajo es la fuerza impulsora de la humanización del hombre, así se fueron construyendo dentro del trabajo valores culturales, políticos y económicos que configuraron el proceso, el hombre se realizó a través del trabajo. Desde una primera etapa de la revolución, las universidades se fueron multiplicando por todo el territorio nacional, también se le dio énfasis a la masificación de la cultura, el deporte y la salud. Los frutos de todo proyecto educativo se dieron gracias a la labor de un pueblo comprometido, pronto salieron por todos lados, maestros voluntarios de las ciudades para acudir a los lugares más recónditos de la isla, los antiguos cuarteles se convirtieron en escuelas, y finalmente, la consigna de Fidel se hizo realidad: “Cuba será un país de científicos”.
Los pocos médicos que tenía la isla emigraron con el triunfo de la revolución, había 6.000 aproximadamente y emigraron más de la mitad, esos pocos que se quedaron, convencidos de lo que se estaba construyendo, aportaron sus conocimientos convirtiéndose en los primeros profesores de medicina de la revolución, el Estado construyó las facultades necesarias bajo el lema de que la salud es un derecho humano y fundamental. La experiencia de migración del sector salud les dejó un “mal sabor de boca” pues vivieron una crisis sanitaria que llevó al gobierno de Castro a invertir en educación y en medicina en grandes proporciones. Hoy en día Cuba posee más de 100 mil médicos activos, este es un indicador de los primeros a nivel mundial, esta cifra representa una proporción de 9 médicos por cada mil habitantes. En México hay 2.3 médicos por cada mil habitantes, no alcanzamos siquiera el promedio de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que es de 3.4 médicos por cada mil habitantes, y en este sentido, vemos que hay recomendaciones muy puntuales en las que México no cumple ante los Organismos Internacionales, pues no solamente tenemos esta deficiencia relacionada con la proporción de médicos necesaria para el país, sino que de origen hay un terrible problema, el presupuesto destinado a la educación recomendado por la OCDE, que es del 11% frente al PIB, no se cumple. México por mucho, en anteriores sexenios ha destinado solamente entre el 4% y el 6% a este rubro.
Creo que ya vamos entendiendo por qué fue posible que Cuba enviara ayuda médica a una gran cantidad de países en todo el mundo frente a la pandemia, no solamente se debe a lo descrito anteriormente, sino que en su sistema de salud no intervienen, como en la gran mayoría de los países, empresas privadas. Muchos de nosotros posiblemente nos hicimos muchas preguntas sobre la ayuda médica cubana, ¿cómo es posible que una isla tan pequeña tuviera tantos médicos capaces de cubrir las emergencias que se situaron a nivel mundial en tantos países? ¿Cómo se construye esa solidaridad que hemos visto por parte de los cubanos frente a esta crisis sanitaria? ¿Cómo logró el Estado, que un médico hiciera su trabajo, sin pensar en el lucro y la ganancia como suele suceder en los países con una estructura económica distinta a la cubana? Es tan evidente que lo hacen por vocación. Estamos tan acostumbrados al elitismo académico, y a vender nuestros conocimientos siguiendo las reglas del neoliberalismo, que nos fue difícil comprender y encontrar respuestas, sobre todo a estas dos últimas preguntas. No es que nuestros médicos sean malos, es que estamos rebasados, atravesados y colapsados por el sistema capitalista en todas sus vertientes.
Ahora, qué impulsa a los médicos cubanos a encontrarse en la primera fila en varios países del mundo combatiendo el virus COVID-19. Sobre todo, pensemos en que su aporte de conocimientos médicos, se hace incluso en países con mayor disponibilidad de recursos. En su formación de origen pesa mucho el sentido de responsabilidad, ética, sentido solidario y vocación de servicio. En países como México, tenemos médicos detrás de un escritorio tratando de escanear los males que uno tiene, por mucho, tiene 10 minutos para hacer un diagnóstico, dar una receta y despedirte, en un sistema económico neoliberal como este, resalta la eficiencia y la eficacia, que en términos económicos se define como: entre más ahorre presupuesto el Estado, mejor. En Cubaun médico va a la casa de los enfermos, su implicancia va más allá de un diagnóstico, es afable y logra una buena comunicación con las familias. Que no les sorprenda, yo sé que parece una imagen de un médico distorsionado, pues estamos acostumbrados a la indiferencia y al individualismo de nuestros médicos, tanto que, si queremos un buen trato, tenemos que pagar por él. Recuerdo que en una de tantas tragedias en las que han participado los médicos cubanos, en entrevistas han dicho: “no damos lo que nos sobra, compartimos lo que tenemos”. Y no estoy haciendo apología, cabe señalar, que una misión de este tipo, le da a un médico cubano un salario mayor y mejores contratos en la isla, no en grandes proporciones, pero si tienen mejores posibilidades económicas.
Cuba es una prominencia a nivel mundial cuando se habla de medicina, es el primer país en erradicar la transmisión del VIH de madre a hijo; cuenta con una vacuna para prevenir el cáncer de pulmón y desde el 2006 ofrece un tratamiento para úlceras diabéticas.[4] Otro importante lugar ocupa el Interferón alfa-2b humano recombinante, que en medio de la pandemia fue noticia, este medicamento que forma parte importante de la historia de la biotecnología de Cuba, fue utilizado en muchos países para la lucha contra el nuevo coronavirus, el medicamento protege a los pacientes ante el posible agravamiento y complicación de la enfermedad, China fue el principal consumidor del Interferón cubano. También es de suma importancia señalarque las estadísticas de mortalidad infantil, desnutrición y esperanza de vida de los cubanos son de las mejores en América Latina, a ello y a sus conocimientos en medicina, se debe el buen manejo de la pandemia en la isla.
El polo principal de la Ciencia Médica en Cuba es la Genómica, y a través del programa Nacional de Genética Médica se ha logrado el diagnóstico, manejo y prevención de enfermedades genéticas y defectos congénitos. Este programa en la isla encarna la importante disminución de mortalidad infantil, gracias a la atención primaria que se realiza en las mismas comunidades. La Genética, en este caso, encara el valioso reto de la prevención y la detección temprana, y se ha llevado a cabo por décadas sin la necesidad de inyectar grandes recursos financieros. Esta fue la clave cultural para recibir al virus Covid-19, las visitas domiciliarias preventivas ante casos sospechosos, se hicieron con la finalidad de trasladar a los supuestos enfermos a centros de aislamiento mientras les realizaban las pruebas confirmatorias. Los que resultan positivos después de hacerles la prueba, son ingresados en un hospital independientemente de su gravedad. Este método de control que pudo llegar hasta los pueblos más lejanos, es denominado “pesquisa activa”.
Para el día 22 de julio del 2020, el número de personas fallecidas por la Covid-19 en América Latina y el Caribe, difiere mucho de país a país, por ejemplo, en Brasil hay 81.828 muertos, ubicándose en el país más alto en decesos, le sigue México con 40.400, después tenemos a Perú con 13.579, Chile 8.722, Venezuela 120, Nicaragua 108,Cuba tiene 87 decesosy el más bajo que es Belice tiene 2[5]. Yo sé que lo ideal es tomar en cuenta la tasa de decesos por cada millón de habitantes, el dato exacto no se sabe a ciencia cierta, pues este es progresivo y cambia mucho y muy radical diariamente, pero es evidente, y como bien lo dijo el actual presidente de Cuba, Miguel Dìaz-Canel, en la Cumbre de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), y las cifras no mienten, que “los terribles impactos y las nefastas consecuencias de la pandemia en todo el mundo no se deben solamente a este letal virus. Años de política neoliberal y de capitalismo salvaje, regidos por los designios del mercado, son la causa más profunda de la grave situación global.”
América Latina como bien sabemos, entra en escena más tarde, cuando surge el primer caso de coronavirus en China parecía lejano el día en que tuviéramos que vivirlo en carne propia, pero rápidamente se expandió, poco tiempo después, nos llegaban las noticias de los hospitales colapsados en Europa, y muchos de nosotros nos preguntábamos ¿si el colapso hospitalario en países desarrollados está descontrolado, imagínense como le va a ir a América Latina? El Desmantelamiento del Estado es peor aún en nuestra región, se aproximaban dos realidades distintas frente a la pandemia, aunado a ello, hemos sido testigos de las variadas formas de controlar la situación por parte de sus gobiernos, tendrán que rendir cuentas sobre el asunto Lenin Moreno presidente de Ecuador y Jair Bolsonaro representante del gobierno de Brasil. También evidentemente, sale a la luz el presupuesto destinado a la sanidad frente al PIB de varios países, Brasil le destina el 3.95% del PIB, México 2.77%, Chile 5.40%, Colombia 5.37%, Costa Rica 5.50%, Uruguay 6.58% y Cuba 10.47%.[6] Este presupuesto destinado a la sanidad en relación al PIB, es la imagen de la insuficiencia sanitaria en la región solo en algunos casos, pues el caso cubano ha quedado descrito puntualmente líneas arriba. Dicho antecedente presupuestal, impacta en la cantidad de gasto fiscal que han tenido algunos países para enfrentar esta crisis sanitaria, Perú y Brasil son los países que más han gastado en América Latina, le siguen Chile y Argentina, México se encuentra en un onceavo lugar en gastos por el Covid-19.
Ahora, echémosle un vistazo a los países más “avanzados”, aquellos países “inmunes” ante cualquier desgracia del primer mundo, Estados Unidos aún se encuentra en las peores condiciones, Italia vivió inicialmente las peores desgracias, se puede decir que mucho se aprendió de sus errores para no repetirlos en América Latina, tuvimos un lapso más de tiempo para prepararnos mejor, en España los recortes dejaron al país en una situación de escasa capacidad para responder, y en Francia la lucha contra la pandemia, según decían los encabezados de los diarios: “fue digna de un país en vías de desarrollo”, lo mismo sucedió con decenas de países que siguen puntualmente los postulados económicos del neoliberalismo, no estaban ni Reagan ni Thatcher para pedirles cuentas, tuvieron que lanzar su grito de desesperación hacia el Caribe, Cuba respondió con brigadas médicas dirigidas hacia diferentes partes del mundo.
Los médicos cubanos han materializado las ideas de solidaridad y humanismo con las que fueron formados, la salud pública revolucionaria cubana ante la pandemia, echa raíces a nivel internacional. Espero que por lo menos el mundo haya desmontado las ideas negativas sobre Cuba,implantadas desde hace seis décadas por Estados Unidos, los hechos hablan por sí mismos. La historia de solidaridad de los médicos cubanos emana con la naciente revolución, Fidel desde entonces nombró a sus médicos como “el ejercito de las batas blancas”. En 1960 Cuba realiza su primera colaboración medica en el terrible terremoto que se vivió en Chile, ya en 1963 parte hacia Argelia la primera brigada médica cubana, y una de las mayores expresiones de apoyo internacional médico se da en 1998 con el azote del huracán Mitch donde llevaron ayuda a varios países de Centroamérica. Hoy, tras la crisis sanitaria a nivel mundial, están haciendo nuevamente historia. Fidel lo dijo alguna vez en uno de sus tantos nutridos discursos: “Un día dije que nosotros no podíamos ni realizaríamos nunca ataques preventivos y sorpresivos contra ningún oscuro rincón del mundo; pero que, en cambio, nuestro país era capaz de enviar los médicos que se necesiten a los más oscuros rincones del mundo. Médicos y no bombas, médicos y no armas inteligentes”[7].
En ese contexto histórico, es que podemos comprender no solamente el por qué llegaron médicos y enfermeras a Asia, África, Europa y América Latina, sino que se entiende también perfectamente, porqué llegaron sin cuestionamientos ni tensiones ideológicas, recuerdo haber leído la nota de que llegaba una brigada médica cubana a Italia y el desconcierto fue mucho. Cuba brindó ayuda por todo el mundo a pesar del bloqueo económico impuesto por EU desde hace más de sesenta años, y aun sabiendo que la Europa occidental apoyó largas décadas esta asfixiante guerra económica, se dieron a la tarea de neutralizar la rivalidad ante la crisis, y su respuesta a este bloqueo fue la cooperación y la solidaridad internacional.
La labor de los médicos cubanos ha sido doble, por un lado, han tenido que cubrir su propia emergencia sanitaria a pesar del bloqueo, y por el otro, han cumplido con su labor internacionalista. Las brigadas Henry Reeve han sobresalido en este cometido, estas brigadas fueron las que lucharon contra el virus del Ébola, la peor epidemia que vivió África Occidental en 2014, hoy el virus es otro, y los médicos cubanos refrendan sus lazos históricos con ese continente, parten hacia Sierra Leona, Guinea Ecuatorial y Santo Tomè y Principe. No obstante, Cuba ha sufrido ataques constantes por parte de Washington, EU a pesar de ser uno de los países más colapsados del mundo, se ha dedicado a criminalizar la cooperación internacional que está brindando la isla. Mientras el desasosiego y la preocupación por salvar vidas pervive en algunas personas o países, Trump está en plena campaña, sus preocupaciones son meramente políticas, hace unos días públicamente anunció su propuesta y compromiso de derrotar el socialismo en Cuba y Venezuela, y lo hizo justo en el paraíso opositor de Florida (díganme si no está en campaña). Hoy inteligentemente el gobierno de Cuba le responde con un: “analfabeto político” por ignorar la historia de nuestros pueblos.
Pero no se sientan compungidos, es el año de Cuba, el mundo entero los está mirando, millonesde personas han reconocido su labor humanitaria, se han dado cuenta que realmente para ellos “la solidaridad es la ternura de los pueblos”, han contemplado de cerca su compromiso, su fuerza, su lealtad, les han regalado sonrisas y aplausos desde sus ventanas. Italia ya prepara una muestra fotográfica sobre la colaboración de los médicos cubanos en Turín, la llamarán “Héroes del silencio”, denominada así por el fotógrafo italiano Fabrizio Sansoni. También, una gran cantidad de organizaciones europeas respaldan la propuesta de entrega del Premio Nobel de la Paz a las brigadas médicas cubanas por su aporte ante la emergencia de la Covid-19, y finalmente, la ironía en tiempos de pandemia, el Buró de Supervisores de la ciudad de California de EU. aprobó una resolución que llama a estrechar las relaciones con Cuba, resalta el tema donde se solicita la asistencia de las brigadas médicas cubanas para combatir la crisis sanitaria, además de que se planteó el fin de las medidas económicas y de restricción de viajes contra Cuba, junto con el cese del impedimento a Cuba para la importación de equipo médico y medicinas, entre otras cosas.
Ya se acerca el 26 de julio, día de la Rebeldía Nacional Cubana, se conmemora el asalto al Cuartel Moncada, es día de fiesta para los cubanos, y se suma a este festejo la victoria de haber encarado otra histórica batalla, la Covid-19. ¡Ah, si Fidel viviera!
FUENTES:
Julio García Luis, Revolución Cubana, 45 grandes momentos, Ed. Ocean Press, La Habana 2005.
Moacir Gadotti, Educar para otro mundo posible, Ed. Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria 2012, CIM-2012, Venezuela, Caracas 2012.
https://radioambulante.org/extras/medicinacubana
covidvisualizer.com
https://datosmacro.expansion.com/estado/gasto/salud
Rueda de prensa en Argentina 2003.
[1] Docente de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), Licenciada en Sociología de la Educación por la UPN, y Maestra en Estudios Latinoamericanos por la UNAM.
[2] Julio García Luis, Revolución Cubana, 45 grandes momentos, Ed. Ocean Press, La Habana 2005.
[3] Moacir Gadotti, Educar para otro mundo posible, Ed. Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria 2012, CIM-2012, Venezuela, Caracas 2012.
[4] Visto en :https://radioambulante.org/extras/medicinacubana
[5]Visto en: covidvisualizer.com
[6]Visto en:https://datosmacro.expansion.com/estado/gasto/salud
[7]Rueda de prensa en Argentina 2003.
Autor: Angélica García González
Fuente de la Información: OVE