España / 17 de febrero de 2019 / Autor: Redacción / Fuente: Yo Soy Tu Profe
Hoy tenemos el placer de entrevistar a Ramón Rodríguez, Profe Ramón @Profe_RamonRG maestro de primaria que educa desde las emociones y se define como “algo friki, muy de TIC, pero más de corazón.”
En redes sociales ha alcanzado gran popularidad tras hacerse viral por un tuit en el que cambiaba el modelo de evaluación de sus alumnos por una notas alternativas.
Sin embargo, ya compartía contenido en el mundo digital desde hacía tiempo, tanto en su web como en sus perfiles en redes. Es por ello que nos gustaría profundizar un poco más sobre su práctica con algunas preguntas.
Espero que disfruten de la lectura de esta entrevista a Profe Ramón y conozcan mejor su labor y opinión como docente.
Pregunta. –Desde hace años comparte contenidos en las redes sociales, ¿cómo llevó eso de “hacerse viral”?
Respuesta. – La verdad es que nunca fue mi intención, fue más una sorpresa. Abrumado, por supuesto, sobre todo por la responsabilidad que supone tener tantas personas que te apoyan y están interesados en leerte, e intentar estar a la altura. Pero también agradecido, muy agradecido, recibo muchas muestras de cariño y apoyo, de docentes que comparten el mismo punto de vista, que reflexionan conmigo, que me cuentan sus experiencias, está resultando ser algo muy agradable y reconfortante, además de enriquecedor.
“En las redes sociales se está creando una auténtica revolución educativa”
P.- A diario comparte citas y reflexiones personales sobre su práctica docente, ¿qué le ha podido aportar esta forma de comunicarse?
R.- Es un auténtico lujo tener la posibilidad de compartir mi visión de la educación, poder transmitir con orgullo un mensaje y saber que somos muchos los docentes que compartimos las mismas inquietudes y que amamos nuestra profesión. Creo que es un tesoro que se ha cruzado en mi camino, por el que me siento muy afortunado.
Sinceramente pienso que en las redes sociales se está creando una auténtica revolución educativa, en lo que refiere a contactar con otros docentes, compartir experiencias, actividades, proyectos, debatir de muchos temas interesantes y salir siempre enriquecido. Sin duda las redes se están convirtiendo en una auténtica fuente de aprendizaje e información entre compañeros, cada día hay cientos de docentes que comparten recursos, ideas y actividades increíbles. Y eso es de una generosidad y de un compañerismo absolutamente maravillosos. Es indescriptible formar parte de este movimiento tan bonito y tan sincero.
P.- Muchas veces las opiniones no gustan a todos, ¿se ha tenido que enfrentar a algún “hater”?
R.- Es sano y natural que existan opiniones contrarias, de ahí surge el debate, y es eso lo que enriquece al docente, pues todos nos nutrimos de la experiencia propia y de la de los demás. Pero creo que en el momento en el que en un debate no existe el respeto y la tolerancia, deja de ser debate, y se pierde cualquier ápice de razón. Sí, me ha tocado encontrarme con algún troll por el camino, pero todos sabemos lo que pretenden con sus declaraciones, forma parte del juego, por desgracia, pero no hay que darle más importancia. Aún así compensa todo lo positivo, que es la inmensa mayoría, y el movimiento tan bonito que se está generando por y para la educación, como decía antes. Así que ahí seguiremos. Quiero seguir aprendiendo de tantos y tantos compañeros que hay en redes, cada día más.
“La mayor carencia de la educación en España es la falta de respeto e interés de los dirigentes “
P. – Para usted, ¿cuáles son las mayores carencias que tiene la educación en España?
R.- Uff, difícil elegir, porque seguro que todos tienen alguna en mente, pero creo que la mayor de todas es la falta de interés, por no llamarlo respeto, que constantemente muestran hacia la educación los dirigentes de los que depende la misma. No se apuesta en firme por la educación, no se dota al docente del prestigio y respeto que tiene más que merecidos, no se dan los recursos necesarios, no se les remunera con un sueldo que esté más acorde a la responsabilidad y exigente trabajo que conlleva la educación, las ratios siguen siendo un problema, la excesiva burocracia que resta tiempo a otras cuestiones quizá más importantes, y podría seguir contando muchas cosas que todos los que estamos a pie de aula conocemos ya de sobra, por desgracia.
Y las prisas. Creo que no estamos respetando los tiempos de los niños, que les obligamos a aprender contenidos o destrezas para las que aún no están preparados, que pasamos por muchos contenidos deprisa, sin pararnos a asentarlos, sin profundizar en ellos con calma y serenidad. Estoy convencido que, en muchas ocasiones, aprenden a leer antes de tiempo, que aprenden a escribir antes de tiempo, que comienzan a hacer divisiones entre dos cifras cuando aún no están preparados para asimilar tal concepto, por poner algunos ejemplos. Quizá deberíamos recapacitar y, docentes y familias, dar al niño el tiempo que necesita, hacerles llegar a ciertos contenidos y habilidades cuando de verdad estén preparados.
Pero también, por suerte, conozco de primera mano la calidad de los profesionales de la educación, viajo mucho por nuestro país, y fuera de él, realizando formaciones, seminarios, charlas, y conozco a muchísimos docentes, de cada rincón de España, y en todos veo la ilusión, la profesionalidad, las ganas de dar lo mejor de sí a sus alumnos. Las carencias de la que adolece la educación por las causas antes citadas, se palia en gran parte por nuestro mayor tesoro, que es el material humano de la educación en este país, los docentes. Desde aquí aprovecho para mandar a todos los docentes a los que llegue esta entrevista mi más sincero reconocimiento y gratitud por todo lo que están haciendo por la educación, que es impagable.
P.-En relación a la pregunta anterior, ¿cómo le gustaría que fuese la educación el día de mañana?
R.- Al ritmo que cambia la sociedad, al ritmo que avanzan las tecnologías, las maneras de relacionarse, de interactuar unos con otros, es difícil predecir o intentar imaginar cómo será la educación en un futuro lejano. Pero sí queme gustaría, en primer lugar, que los docentes gozasen del prestigio y del respeto que merecen por parte de los dirigentes de nuestro país, y que se plasmase de manera real. Por otra parte, me gustaría que poco a poco se fuese apostando más por introducir las emociones en clase, que, al contrario de lo que muchos piensan, no solo no es contraproducente para el esfuerzo, la disciplina o el sacrificio, sino que nos permite trabajarlos de manera más natural y sencilla, haciendo que su capacidad de esfuerzo, por ejemplo, sea mayor.
Me gustaría que se siguiera apostando, cada día más, por un aprendizaje más significativo para el niño, haciendo que vea la relación de lo aprende en clase con la vida fuera de la escuela. Que hubiese más relación entre las diferentes materias, que pudiesen convivir juntas en un mismo proyecto. Que poco a poco se fuese dotando a los centros de la tecnología necesaria para trabajar con nuestros alumnos en el uso responsable de estas herramientas, que nos guste o no, forman ya parte de sus vidas.
Pero, antes que todo esto, me gustaría ver dentro de muchos años que los docentes siguen acudiendo a sus colegios con la misma ilusión, con el mismo cariño, con las mismas ganas que ahora de dar la mejor educación posible a sus alumnos, cada uno con las herramientas y los recursos de los que disponga. Porque si eso permanece, la educación tendrá futuro. Siempre he defendido que el mejor recurso que se puede llevar a un aula es el docente.
Y respeto entre compañeros, mucho respeto. Si entre nosotros impera el respeto, los menores a los que educamos tendrán un ejemplo a seguir, y cuando les hablemos de respeto, no quedará en simples palabras.
P. Una pregunta comprometida, ¿deberes sí o no?
R. – No es una pregunta comprometida, tranquilo. La respuesta es sencilla. Si entendemos por deberes mandar que hagan en casa ejercicios repetitivos, sin sentido, aburridos, que los hagan por hacer, que no les aporten nada y sin apenas prestar atención a lo que están haciendo, entonces deberes no.
Si por deberes entendemos hacerles investigar, explorar su entorno, buscar información relevante para un proyecto, una actividad que les suponga un reto, un estímulo, entonces adelante, por supuesto. Por ahí estarán aprendiendo, y lo harán motivados, por lo que se convertirá en un aprendizaje significativo para ellos.
Pero también tengo muy clara una cosa, hay edades diferentes, y debemos respetar los tiempos de cada niño, y en cada edad. La infancia es sagrada, y debemos permitir que un niño sea niño, y que tenga tiempo para ser niño. Que pueda tener momentos por las tardes para jugar, para inventar, incluso para aburrirse; considero que es vital, y debemos respetarlo, no solo los docentes, también las familias. Debemos, entre todos, buscar ese equilibrio.
En clave personal
P.- ¿Cuáles son los profesores/as que le han marcado más en su carrera? ¿Qué fue lo que les hizo especiales?
R- Esta pregunta sí es comprometida… sencillamente porque no quiero dejarme nadie atrás, son numerosas las personas que a lo largo de mi vida, tanto de alumno como de maestro, me han aportado mucho y de las que he aprendido mucho. Pero en mi época como alumno, si tengo que dar un nombre, no me cabe duda, mi maestro D. Anselmo. Siempre ha sido una inspiración para mí, fue mi tutor en 1º y 2º de EGB y recuerdo el trato tan cercano, el cariño, el amor en lo que hacía y cómo nos lo contagiaba. Y mira que no se lo ponía yo nada fácil, ¡qué complicado era tenerme sentado dos minutos seguidos!
Y en mi etapa como profesional, siempre le estaré agradecido a compañeros, a los que ya nos une una maravillosa amistad, como Fernando o Paco, entre muchos otros, que son un apoyo importantísimo en todo lo que hago, los mejores confidentes. Son un lujo de compañeros, y mejores amigos.
Fuente de la Entrevista:
Profe Ramón : «El mayor tesoro que tiene nuestra educación son los docentes»
ove/mahv