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Nicaragua: Educación superior con frutos en el campo

Centroamérica / Nicaragua / 05.03.2018 / Fuente: www.elnuevodiario.com.ni.

Unos 3,000 estudiantes de zonas rurales de todo el país están registrados en el Programa de Universidad en el Campo. Al finalizar este año se espera certificar a un numeroso grupo como técnicos superiores en distintas carreras.

El Programa Universidad en el Campo (Unicam) tendrá unos 3,000 alumnos este año, cuando el 10 de marzo inicien las clases dominicales, sabatinas y quincenales en las aulas de escuelas públicas ubicadas en remotas comunidades del país, indicaron autoridades de la Universidad Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua).

Unicam inició en el 2011 con el respaldo de la Unión Europea, desde entonces la UNAN-Managua desarrolla un plan que permite llevar la educación superior a 236 comunidades de 15 municipios.

“Gracias a este programa estoy a punto de coronarme como ingeniero”, dijo Eduardo Montoya, estudiante de quinto año de la carrera de Ingeniería en Desarrollo Rural Sostenible.

Montoya tiene 34 años y vive con su familia en Mulukukú.  Él posee el título de Técnico Superior en Desarrollo Rural Sostenible, precisamente lo consiguió luego de cumplir sus primeros tres años de estudio en el programa Unicam.

Apoyo edilicio

El vicerrector de docencia de la UNAN-Managua, Hugo Gutiérrez Ocón, explicó que el Unicam se desarrolla con el respaldo de las alcaldías, las cuales se comprometen a financiar la aplicación de este programa durante los tres primeros años de estudio, lo que permite otorgar el título de Técnico Superior a quienes completen este período.

“Las alcaldías asumen el pago de los profesores y viáticos de alimentación, hospedaje y transporte.  Se imparten carreras para contribuir al desarrollo local. Las alcaldías identifican cuáles son las carreras que necesita la localidad”, señaló Gutiérrez.

“Los docentes, en su mayoría son de la zona, imparten las disciplinas de Desarrollo Rural Sostenible, Topografía, Enfermería y disciplinas de la ciencia económica y de la educación”, agregó.

Los primeros tres años de estudios para adquirir el título de Técnico Superior son patrocinados por los gobiernos municipales, luego, la UNAN-Managua asume el financiamiento que permite a los estudiantes mantenerse en el programa dos años más para coronarse como licenciado o ingenieros, explicó Gutiérrez.

Las alcaldías participan en la selección de los estudiantes, quienes no hacen exámen de ingreso. Los bachilleres no tienen que trabajar en las alcaldías, pero sus estudios deben enfocarse en la visión de desarrollo de sus comunidades, comentó Gutiérrez.

Las clases no se imparten en los recintos universitarios, sino en las escuelas rurales o salones de las municipalidades hasta donde los docentes deben viajar.

“Me bachilleré en Mulukukú y después estuve sin estudiar seis años.  Reinicié mis estudios universitario cuando la UNAN llegó con este programa a mi municipio, primero me convertí en técnico superior y este año, Dios primero, me graduaré de ingeniero en Desarrollo Rural Sostenible”, señaló el estudiante Eduardo Montoya.

“Durante los primeros tres años de estudio no pagamos nada,  ahora sí pagamos matrícula, pero en otro lado la gente paga hasta por el aire”, agregó Montoya.

“Es una bendición poder desarrollarse sin dejar la localidad, vivo a cargo de la finca de mi familia. No podía salir  a estudiar a Managua, hubiese sido complicado”, comentó el estudiante.

“Con el estudio superior se visualizan mejor las cosas, uno dice; aquí en este terrenito falta algo, como una plantación de marango, de malanga, cosas que no sabías que podías hacer con la tierra”, reconoció.

“Mis vacas que me daban dos o tres litros de leche, ahora me dan cinco o seis, aprende uno que no se trata solo de que la vaca coma zacate, agua y sal, sino de proteínas, minerales, carbohidratos”, comentó.

“Ahora estoy implementando la ganadería tabulada, la vaca ya no está en el potrero, sino que en su cuartito con su comida, su agua, sus minerales, sus vitaminas, es decir, como si la vaca fuera cerdo, creada de la misma manera”, enfatizó.

Imparten 13 carreras

En el 2018 un grupo de 121 estudiantes de distintas comunidades continúan sus estudios para graduarse como ingenieros en Desarrollo Rural Sostenible, pero son 13 las carreras que se imparten y en el proceso participan unos 200 docentes.

“La educación superior está llegando a las comunidades más alejadas. Por ejemplo, en el municipio El Castillo, entre las comunidades a las que damos cobertura está Buena Vista,  hasta donde se llega  viajando hora y media en panga para llegar a Sábalo y de ahí se toma un transporte colectivo para ir a Buena Vista”, dijo la ingeniera Mirtala Espino Bravo, docente del programa Unicam y coordinadora del mismo en Chontales y Río San Juan.

Este año hay programada dos graduaciones en Buena Vista, una en ingeniería  de Desarrollo Rural Sostenible y otra en Técnico Superior en la misma disciplina, agregó la docente.

“Las clases se imparten en escuelas públicas, se trabaja en coordinación con el Ministerio de Educación ( Mined). Las clases prácticas se hacen en fincas de productores de la zona o del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria)”, sostuvo Espino.

“Siempre hay deserciones de alumnos por motivos económicos y de salud. También porque estudiantes mujeres, que eran solteras se han casado y los maridos no les han permitido seguir estudiando”, señaló Espino.

– –

Emprendimiento e innovación

El programa incluye un “módulo de emprendimiento e innovación para formar emprendedores y empleadores”, comentó la docente Mirtala Espino Bravo.
“Un grupo de estudiantes tiene un proyecto de fabricación de vino de Jamaica. Deben defender el título presentando un proyecto y se evalúa la implementación de los métodos y los resultados”, sostuvo Espino.

“Estudiantes de Desarrollo Rural Sostenible en Río San Juan han emprendido un proyecto de elaboración de galletas de chocolate y de cacao molido en polvo”, enfatizó.

Fuente de la noticia: https://www.elnuevodiario.com.ni/nacionales/457457-educacion-superior-frutos-campo/

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Los nuevos retos de la ecología escolar

Por: Jaume Carbonell

Tres libros nos alertan de la magnitud de la crisis ambiental, con nuevas propuestas a favor del desarrollo sostenible.

Mi amigo Francesc Bailon, autor de “Los inuit. Cazadores del Gran Norte” (Nova Casa Editorial, 2015. www.antropologiainuit.com)  y uno de las más reputados especialistas de la cultura inuit, viaje al menos un par o tres veces por año a Groenlandia. A su regreso suele enseñar fotografías donde se muestra, en cada ocasión, el progresivo deshielo: en los últimos veinte años ha aumentado tres grados la temperatura del aire. Todo ello provoca pérdida de biodiversidad, inseguridad alimentaria y diversos años estructurales. Aquí como en otras muchas zonas del planeta -como atestiguan rigurosos observatorios e investigaciones- es harto perceptible el cambio climático y su efectos sobre el calentamiento global, la progresiva desertización, las migraciones y otras consecuencias que pueden derivar en un desastre planetario irremediable. A pesar de ello sigue instalado en  algunos de los países más poderosos el discurso de que el cambio climático es un fraude sin base científica,  por lo que proponen acrecentar el imperio de los combustibles sólidos y acabar con los planes de energías limpias y otras protecciones ambientales.

El Worldwatch Institute en su último informe sobre la situación del mundo  Educación ecosocial (Icaria/FUHEM ecosocial, 2017), se propone desmontar lo que consideran una ignorancia ecológica mediante una intensa educación desde la escuela. La llamada ecoeducación supone un vuelco a la enseñanza memorística tradicional y una apuesta por un aprendizaje dependiente de la Tierra, más crítico, creativo y participativo: “Los alumnos aprenden activamente, trabajando en proyectos colaborativos, recibiendo orientación de los expertos locales y presentando sus conclusiones a la comunidad. Ello les permite no solo aprender, sino internalizar profundamente los desafíos -y las soluciones- a la crisis de sostenibilidad a la que se enfrentan”.

El foco se coloca en la custodia del medio ambiente y en la justicia ambiental y social. Y el aprendizaje se sustenta en el enfoque sistémico y transdisciplinar, pues la comprensión de la crisis ecológica y del desarrollo sostenible interpela a diversos actores y saberes. El propósito es poder explicar el mundo no como una serie de acontecimientos aislados, sino como una estructura interconectada y fecunda. Porque como dice el proverbio: “El todo es más que la suma de las partes”. En este sentido, el currículo ecosocial se visualiza en todos los contenidos, actividades y espacios del centro: desde el proyecto educativo al aula; desde los espacios interiores al huerto y al bosque; y desde la cocina al comedor. Así, se cuestiona el despilfarro sistema agroalimentario industrial y se rescatan experiencias de alimentación justa, sana y sostenible tanto en el ámbito de la educación formal como no formal, entre ellas la de movimientos campesinos tan emblemáticos como los zapatistas en México y el Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra (MST).

Precisamente sobre este ámbito de la alimentación escolar, acaba de aparecer otra novedad bibliográfica Agroecología escolar, de Germán Llerena y Mariona Espinet (Pol-len 2017), impulsores del grupo de Sant Cugat en torno a la educación para la sostenibilidad a lo largo de toda la vida (agroecologiaescolar.worpress.com), una de las iniciativas pioneras en este nuevo campo, conformada por docentes, educadoras, investigadoras y administración. También en este caso el pensamiento sistémico se articula con la reflexión ética, lo natural con lo social y la equidad socio-ecológica con la justicia climática.

Quizás el rasgo más singular de la agroecología escolar sea la participación democrática de la ciudadanía en la toma de decisiones en torno a la alimentación: en la escuela -en las prácticas en el huerto, la cocina y el comedor- y en el territorio. Los autores definen la agroecología como una transdisciplina pluriepistemológica, donde diversas disciplinas de las ciencias experimentales y sociales dialogan con los saberes campesinos e indígenas. Dentro de esta perspectiva adquieren un especial protagonismo la economía ecológica, la soberanía alimentaria, el empoderamiento del campesinado, la perspectiva de género y los límites biofísicos del planeta. Es evidente que la agroecología adquiere una intensa dimensión política, al partir de la praxis del campesinado, de los movimientos sociales y de otros actores comunitarios, los cuales “promueven a lo largo de todo el sistema transformaciones en la manera de consumir, producir, cocinar o comercializar, y se oponen activamente a la mercantilización del alimento o a su concepción como mercancía en el seno de la OMC (Organización Mundial del Comercio”.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/pedagogiasxxi/2018/02/28/los-nuevos-retos-la-ecologia-escolar/

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Jóvenes en El Salvador: “Vidas frustradas”

El Salvador/Autora: Alina M. Lotti/CubaSí

Crimen, miseria y exclusión social caracterizan la sociedad salvadoreña actual. De ahí el sueño de fundar una nueva universidad pública y gratuita, que beneficie a las grandes masas.

Las estadísticas sobre los jóvenes en El Salvador resultan escalofriantes. Al margen de que cada año alrededor de 50 mil solicitan su ingreso a la universidad y apenas unos seis mil son admitidos, todos los días entre 12 y 15 pierden la vida a causa de la violencia en las calles o por la acción de pandillas criminales.

Ese es el motivo principal de la lucha que desde hace algún tiempo vienen realizando Sabas Clavel Fuentes y Mónica Fernández Rubio para crear una nueva universidad pública, inspirada en la figura del Padre Rutilio Grande, una “apuesta por la prevención de la violencia y el desarrollo equitativo», con énfasis en la formación agropecuaria y agroindustrial como eje del desarrollo productivo.

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Mónica y Sabas, dos impulsores de la nueva universidad encaminada a satisfacer las necesidades en materia educativa de los sectores más pobres de la sociedad salvadoreña. (Foto: Agustín Borrego)

Sabas, profesor jubilado de Matemática y Ciencias Naturales, y Mónica, misionera española quien desde 15 años reside en la nación centroamericana, forman parte del proyecto Una Mesa Común para Todas y Todos, que impulsa la creación de la nueva institución en beneficio del pueblo.

Invitados a participar en el reciente Congreso Internacional de Educación Superior Universidad 2018, ambos llegaron a Cuba con el objetivo de recabar solidaridad internacional, firmar Cartas de Intención con diversas instituciones y así tener la posibilidad de trasladar a El Salvador la experiencia cubana en materia educativa.

Hace tres años que presentaron en la Asamblea legislativa la propuesta. A pesar de que ya han recogido 40 mil firmas de aprobación, hasta la fecha los diputados no se han pronunciado al respecto.

Al referirse a la situación que vive hoy el país, Sabas explicó que solo un 8,3 % de la población tiene acceso a estudios universitarios y apenas el 2 % de quienes residen en las zonas rurales.

El proyecto anhelado ya tiene nombre: Universidad Nacional Padre Rutilio Grande y apuesta por la prevención de la violencia y la equidad 

Los que ingresan —dijo— lo logran mediante exámenes en la Universidad Estatal de El Salvador (pública), los demás van a las calles, y algunos que cuentan con determinadas facilidades económicas acceden a las privadas.

En El Salvador está el crimen organizado, hay bandas de asesinos. Por eso la importancia de cambiar la mentalidad de los jóvenes, que el neoliberalismo impulsa hacia la guerra. Allá los ricos son injustos, no pagan impuestos, «quizás si lo hicieran no sería necesario andar buscando ayuda».

De ahí la propuesta de fundar otra universidad pública, gratuita, que ofrezca 65 carreras en las facultades de Agricultura y Ciencias de la Naturaleza, Ciencias Sociales y Humanidades, Ingeniería y Arquitectura, Jurisprudencia, Ciencias Económicas y Arte y Cultura.

“Queremos iniciar con la primera de estas para potenciar la agricultura en las áreas rurales, ya que somos un país eminentemente agrícola y necesitamos profesionales capaces de formar a los campesinos para que cambien la manera arcaica de trabajar la tierra. Hoy la tecnología es atrasada y si preparamos a los jóvenes en este campo entonces la seguridad alimentaria sería una realidad en El Salvador”.

En relación con el nombre que llevará la institución, Mónica subrayó que el Padre Rutilio Grande fue un sacerdote jesuita, quien fuera asesinado en 1977, «muy amigo de Monseñor Romero*. Realmente una persona que marcó el destino de El Salvador, un mártir que posiblemente sea beatificado por el Papa Francisco”.

Comentó el intento de fundar esta entidad educativa, idea que nació en el municipio de Aguilares, situado a unos kilómetros al norte de la capital. “La nueva universidad podría significar un cambio en El Salvador, y resolver problemas históricos que vienen de muy lejos, quizás desde mis bisabuelos, con tanta destrucción y  abuso que tuvo su origen en la época de la conquista y la colonia.

“Desde ahí arrastramos en Latinoamérica una herencia muy negativa, unos paradigmas de abuso en los temas de género, en lo racial y, por supuesto, en lo socio-económico. Por lo tanto, hay que revertir esta situación. Y la educación puede apostar a ese cambio pacífico”.

Comentó que es la segunda ocasión que visita Cuba y siempre le entusiasma la idea. “En un evento como Universidad una aprecia una perspectiva amplia, interesante, hay presencia de todos los continentes y constituye una oportunidad maravillosa para intercambiar experiencias, y fortalecernos mutuamente.

“Aquí recibimos una respuesta solidaria de las universidades cubanas. Nuestro propósito es que cuando se apruebe la ley para fundar la universidad podamos tener el apoyo de las instituciones cubanas, pues se trata de echar a andar desde cero una nueva Casa de Educación Superior. Nos sentimos muy contentos y satisfechos con este acercamiento inicial y nos vamos con la certeza de que Cuba apoyará nuestro sueño”.

Fuente: http://cubasi.cu/cubasi-noticias-cuba-mundo-ultima-hora/item/74131-jovenes-en-el-salvador-%E2%80%9Cvidas-frustradas%E2%80%9D

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España: La carrera de Entreculturas irá beneficio de la educación en Sudán del Sur

España/ 27 de febrero de 2018/Por: Alberto Román/Fuente: http://ubeda.ideal.es

Se celebrará el 11 de marzo desde Safa Úbeda y se espera la participación de unas 3.000 personas de todas las edades.

Úbeda volverá a acoger una nueva edición de la carrera de Entreculturas el próximo 11 de marzo. Una prueba que llegará a su séptima edición y que en pasadas convocatorias gozó de una enorme participación. Este año se prevé igualmente la inscripción de centenares de corredores entre las diferentes categorías propuestas, con el objetivo de colaborar en un causa solidaria.

La cita está organizada por la Fundación Entreculturas, las Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia (Safa) de Úbeda y el Ayuntamiento de Úbeda, y cuenta con el apoyo de la Diputación Provincial de Jaén. Los fondos recaudados en la carrera, una vez descontados los gastos ocasionados por la organización del evento, se destinarán a financiar un proyecto educativo dirigido a dar acceso a la educación a niños y jóvenes refugiados y desplazados internos en Sudán del Sur, gestionado por Entreculturas.

La competición tendrá lugar en un circuito urbano en Úbeda, fundamentalmente en el caso histórico, debidamente señalizado, con salida y meta situadas en Safa (avenida de Cristo Rey). En total, la carrera tendrá seis modalidades o pruebas: niños y niñas de educación infantil nacidos en el año 2012 o posteriores que recorrerán un circuito de 250 metros; niños y niñas nacidos en los años 2011 y 2010, que recorrerán un circuito de 650 metros; niños y niñas nacidos en los años 2009 y 2008, que recorrerán un circuito de 1000 metros; niños y niñas nacidos en 2007 y 2006, que recorrerán un circuito de 1200 metros; carrera de 4 kilómetros en la que participarán los jóvenes nacidos en los años 2005, 2004, 2003 y 2002, y en otra categoría los nacidos en 1999 y anteriores; carrera de 10,6 kilómetros para los nacidos en 1999 y anteriores; y marcha para personas de cualquier edad, a realizar dando una vuelta de 4 kilómetros al recorrido marcado.

La hora de comienzo de las pruebas de 10,6 y 4 kilómetros (tanto caminata como carrera), será a las diez de la mañana, cerrándose el control de llegada a las once y cuarto. Las demás pruebas se iniciarán de modo sucesivo al término de ésta, con el siguiente orden: nacidos en 2006 y 2007 empezarán a las once y cuarto; nacidos en 2008 y 2009 a las once y media; nacidos en 2010 y 2011 a las doce menos veinte; y nacidos en 2012 y posteriores (niños y niñas de educación infantil) a las doce menos diez. La participación de menores de 12 años de edad exige la presencia de sus padres, madres o tutores legales durante toda la duración de la carrera.

Para participar habrá que abonar una cuota de inscripción de seis euros para los 10,6 kilómetros, mientras que las cuotas en las pruebas de 4 kilómetros y marcha es de cuatro euros, y las de las carreras infantiles es de dos euros. El trámite on-line (www.correporunacausa.org) permite realizar varias inscripciones a la vez. El plazo concluirá el 9 de marzo o cuando se complete el cupo máximo establecido de 3.000 personas (2.000 corredores para las pruebas de carrera y 1.000 participantes en la marcha solidaria).

La recogida de dorsales se realizará el viernes 9 de marzo de cinco y media a ocho y media de la tarde, el sábado 10 de diez de la mañana a una de la tarde y el domingo 11 a partir de las ocho y media de la mañana, en la sede del centro educativo Safa de Úbeda. Para ello será necesario presentar justificante del pago de la inscripción. En la entrega del dorsal se facilitará a todos los participantes una bolsa de corredor compuesta por una camiseta técnica conmemorativa y cuantos objetos pueda conseguir la organización.

Fuente de la Noticia:

http://ubeda.ideal.es/ubeda/carrera-entreculturas-beneficio-20180223103252-nt.html

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Yayo Herrero: “Debemos reconocer la dependencia que tenemos de la naturaleza”

08 de febrero de 2018 / Fuente: http://blog.tiching.com/

Yayo Herrero

¿Qué cuatro puntos clave cree que debería recoger un proyecto educativo para tratar los diferentes retos que vivimos en la actualidad?
En primer lugar, todo lo que tenga que ver con reconocer la dependencia que tenemos de la naturaleza. Esto significa asumir que la naturaleza tiene límites físicos, que el crecimiento, mientras se base en estos bienes físicos, es imposible. En segundo lugar, reconocernos parte de esa naturaleza, y que por tanto su mantenimiento y conservación es clave para la propia existencia humana.

Nos quedan dos…
En tercer lugar, que estos retos hay que resolverlos con criterios de igualdad, es decir, que no puede resolverse sólo para las clases elitizadas. Por último, tener claro que, además de ser seres ecodependientes, somos seres profundamente interdependientes. El cuidado de las personas, de los cuerpos, el cuidado de las personas vulnerables, es un rasgo de la vida y no es un trabajo que deba ser llevado a cabo solamente por mujeres, sino que debe ser compartido.

En FUHEM habéis editado vuestra propia propuesta. A grandes rasgos, ¿en qué consiste este proyecto educativo?
Nuestro proyecto parte de la base de una consideración de la educación sobre todo en la condición de inclusividad. Una educación en la que quepan todas las personas y que su eje central sea, precisamente, la justicia y la inclusividad. También estaba basado en el pensamiento crítico, es decir, educar personas que sean capaces de entender los problemas de nuestro tiempo y sean capaces de actuar con compromiso. La vuelta de tuerca que le hemos dado es colocar la dimensión ecosocial en el centro del proyecto.

¿Y cuál es el resultado?
Hemos elaborado unos ejes centrales y luego lo hemos cruzado con el decreto oficial que establece las enseñanzas mínimas. Para todas las asignaturas y todas las etapas hemos incluido, eliminado, matizado o incorporado aquello que creemos que nos falta en el currículum estándar para formar personas que afronten los retos de la humanidad con compromiso y justicia.

En sus conferencias habla a menudo de cómo abordar el capitalismo. ¿Cree que el capitalismo se refleja de forma evidente en nuestro sistema educativo?
En 2007 participé en un trabajo que llevó a cabo Ecologistas en Acción: El currículum oculto antiecológico en los libros de texto. Lo que hicimos fue revisar libros de texto de todas las asignaturas y lo que confirmamos es que el capitalismo (no solo en la forma de producir y consumir, sino en la propia antropología, el tipo de forma de ser persona) estaba profundamente inoculado en lo que los chicos y chicas estudian en la escuela. El optimismo tecnológico, los mercados como solución a los problemas que ellos mismos crean, la ausencia de cualquier alternativa económica que no pasara por la empresa convencional… El crecimiento económico es condición sine qua non para el bienestar, mientras que se habla poco de las desigualdades y de sus causas estructurales. Nos pareció que en casi todas las asignaturas había una verdadera inyección de neoliberalismo en vena.

Y en cuanto a los roles de género, ¿el sistema actual también los perpetúa?
Aunque ahora mismo hay muchas iniciativas dentro de la escuela llevadas a cabo por profesores y profesoras que trabajan contra estos estereotipos, de forma mayoritaria la oficialidad o el planteamiento hegemónico aún los perpetúa. Es escandaloso ver la ausencia y el poco afán que hay de la recuperación de las genealogías de las mujeres en todos los ámbitos de conocimiento. Pero ya no es que no haya mujeres en todas las disciplinas del conocimiento, sino que tampoco están presentes las tareas cotidianas de cuidado. Son sistemáticamente invisibilizadas, tanto las tareas como las personas que las hacen, lo que hace que no se cuestione su reparto, ni se exija una corresponsabilidad en el cuidado de las personas.

¿Cómo podemos trabajar las contradicciones que se generan en las aulas en este sentido?
Es un planteamiento totalmente incoherente. Por un lado tratamos de educar chicos y chicas en la corresponsabilidad, la tolerancia, el respeto, la colaboración… pero por otro, lo que ven fuera es que la sociedad termina premiando a quién se comporta de forma egoísta, individualista. Igual en el terreno familiar: en casa se educa en la justicia materna del reparto de bienes y tareas dentro del hogar, pero luego lo que se privilegia en la calle es lo contrario.

¿Entonces…?
Es muy difícil encapsular la igualdad en la escuela si todo lo que la rodea va en linea completamente contraria. Sin embargo, no somos conscientes del enorme valor que tiene la acción de un profesor o una profesora en determinados escenarios sobre las personas que educamos. En acciones puntuales, hacemos abrir lo ojos a los alumnos, les damos una mirada distinta. Aunque a veces nos resulte imperceptible, esto puede convertirse en heroico en un entorno de disputa de hegemonía cultural.

Vivimos en un mundo cada vez más urbano. ¿Es posible que la escuela se reencuentre con la naturaleza?
Es complicado. Una amiga profesora les propuso a sus alumnos apuntar durante un día todo lo que habían pisado. El resultado: asfalto, baldosa, terrazo, asfalto, mármol, madera, asfalto. Todo el día habían pisado cosas fabricadas por el ser humano y en ningún momento habían pisado tierra. En un contexto así, ser consciente de la ecodependencia es difícil, pero incluso en el entorno humano hay muchos elementos de vida.

¿Puede poner algún ejemplo?
Si vas a un parque, te das cuenta que en el propio margen urbano hay una enorme biodiversidad. En una ciudad como Madrid, donde ni mirábamos al río Manzanares porque lo considerábamos una tubería más, cuando corre un poco de repente vuelve a brotar las plantas, hay aves… La vida se despliega muy fácilmente. ¡Nosotros somos vida!

¿Qué recomendaría para acercarse a esta vida?
Yo creo que casi es preferible que busquemos y encontremos la vida que brota en la ciudad a ir a una granja-escuela, que es un espacio domesticado donde hay cuatro animales casi museificados. Hay mucha vida en la ciudad que te permite conectar con lo que somos y conocernos como especie.

¿Qué propondría a los profesores que quieran fomentar este reencuentro?
Lo primero es que se reencuentren ellos mismos. Decía María Zambrano que a ella le preocupaba mucho el exilio interior. En una cultura que ha aprendido a mirar la naturaleza desde la exterioridad, desde la superioridad y desde la instrumentalidad, nuestros propios cuerpos son mirados de esa manera. El reencuentro con nosotros mismos, el comprendernos hijos e hijas de la fotosíntesis y de la polinización es importante. La necesidad de respirar un aire que no nos envenene, que no nos de picor de ojos, es un reencuentro estimulante y feliz.

¿Y en segundo lugar?
El segundo consejo es hacerlo con otros y otras. Hay que recuperar lo colectivo y la cooperación como rasgo inherente humano. El tercer consejo pasa por hacer un ejercicio por reconectar con la dignidad de la profesión y de la tarea docente.

¿Los profesores se quieren poco?
En este tiempo de recortes, a veces no acabamos de ser conscientes de la importancia que tiene acompañar a una persona que se está formando, enseñarle lo que es importante para sobrevivir. Hay profesiones que son dignas por su mero propósito y la de docente es una de ellas. Hay que fortalecer esta autoestima, la de las personas que enseñan y que acompañan en los procesos.

Bajo el paraguas de la innovación educativa cada vez hay más materiales propuestos y recomendados. ¿Qué consecuencias puede tener esto?
Malas en cualquier caso. Parte de lo que se está llamando innovación es una excusa de las grandes empresas para introducirse en el marco de la escuela. La economía, en su faceta de producción de bienes y recursos, está en una fase de estancamiento: no crece o crece de forma limitada. Lo que hace el neoliberalismo es entrar a saco en mercados donde antes no entraba: sanidad, educación, dependencia, etc. Estos espacios pueden abrir una oportunidad de crecimiento de estos interesados, y la escuela es un espacio clarísimo que pretende ser mercantilizado.

Pero, ¿hay alternativas?
En este momento en el que la mentira se llama postverdad, tenemos que pensar en que hay que disputar todos los espacios. La innovación que nos vale es aquella que conduzca a formar personas críticas, capaces de cooperar, elegir y comprometerse ante los retos reales que tenemos. Desde mi punto de vista, estos retos no es hacer crecer cuentas de resultados de empresas, sino hacer que la mayoría de personas puedan vivir vidas que merezcan la pena vivirse en un planeta que tiene límites físicos.

¿Cómo cree que podemos fomentar el espíritu crítico de los niños y las niñas?
Creemos que formular preguntas es un método bastante adecuado. Hay un trabajo que se hizo entre Ecologistas en Acción y la Federación de Movimientos de Renovación Pedagógica que se llama 99 preguntas y 99 experiencias, que propone hacer preguntas y que sean los alumnos los que tengan que responder.

¿Nos puede hacer un adelanto?
Puedes, por ejemplo, pedir a los niños y niñas que hagan una comparativa sobre la esperanza de vida en diferentes barrios de Madrid, e investigar sus diferencias. No estás ofreciendo respuestas, pero obligas a dirigir la mirada a una problemática para que ellos saquen sus propias conclusiones a partir de la información que recaban. O, si en lugar de hablar del crecimiento económico, les preguntas cuánta energía cuesta generar la energía. O que investiguen la historia de los bosques, para que vayan aprendiendo y entendiendo cómo ha evolucionado. Adquirirán herramientas para posicionarse y tener su propia opinión.

Interesante…
No queremos que de la educación salgan personas uniformes que quieran y deseen las mismas cosas, pero sí que hayan tenido la oportunidad para preguntarse sobre los problemas que les va a tocar afrontar. Los chicos y chicas deben tener conciencia del mundo en el que les va a tocar vivir y tener la oportunidad de transformarlo. No hacerlo es hipotecar la vida de nuestros hijos al servicio de intereses que no ponen su vida en el centro.

Fuente entrevista: http://blog.tiching.com/yayo-herrero-debemos-reconocer-la-dependencia-tenemos-la-naturaleza/

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Uruguay: Cocinas móviles de la Udelar recorrerán distintos puntos del país para fomentar la comida casera

América del Sur/ Uruguay/ 13.01.2018 /Fuente: educacion.ladiaria.com.uy.

El núcleo interdisciplinario de Alimentación y Bienestar de la Universidad de la República (Udelar) elaboró en 2017 un proyecto de cocinas móviles que se pondrá en marcha en marzo. La idea detrás de la iniciativa es revalorizar la comida casera y promover habilidades culinarias para mejorar los hábitos alimenticios y de salud de la población. Esto se sustenta en resultados de investigaciones que demuestran que el uruguayo ve a la comida casera como saludable pero muy trabajosa, y eso lo lleva a consumir alimentos ultraprocesados, según comentó a la diaria Alejandra Girona, coordinadora del núcleo junto a Gastón Ares. Los expertos buscan demostrar en estas unidades, construidas por estudiantes de Diseño con la ayuda de nutricionistas, arquitectos y profesionales de la comunicación, que la comida casera puede ser rápida y adaptada a la rutina cotidiana.

El arquitecto belga Yannick Roels, encargado del diseño del mobiliario en el proyecto Cocinar Madrid-mobile kitchens, y Suraia Abud, antropóloga y chef uruguaya residente en España, pasaron por Uruguay para contar la experiencia del proyecto europeo y ayudar a adaptarlo a la cultura nacional. La idea, aseguró Girona, es aliarse con los consejos de Educación Inicial y Primaria y de Educación Secundaria para trabajar con jóvenes sobre los hábitos alimenticios, aunque no descartó visitar otros lugares adonde puedan llegar la Udelar y sus socios, como el Instituto Nacional de Alimentación. Sobre todo, buscarán desarrollar actividades en el interior del país, donde han notado una mayor carencia que en la capital.

El aumento en las enfermedades crónicas no transmisibles como el sobrepeso o el colesterol es una de las mayores preocupaciones del núcleo, que busca concientizar a la población de los riesgos de estas enfermedades y retomar hábitos saludables perdidos. Asimismo, quieren fomentar el retorno a la comida casera y todo lo que ella trae, más allá de los beneficios nutricionales: “Compartir la comida, historias, recetas y formas de cocinar”, comentó Girona. Según los estudios que hicieron desde el núcleo, los jóvenes son los que menos cocinan y la principal razón es que creen que lleva mucho tiempo, aunque también perdura la idea de que es una tarea de la mujer. Con este proyecto intentan desterrar estos mitos y resaltar que la cocina diaria no tiene porqué ser gourmet: “Puede ser fácil, saludable, hecha en poco tiempo, en donde nos dediquemos a planificarla pero que después no sea tediosa para las familias”.

Por ser una idea que sale desde el núcleo de la Udelar, la presencia de estudiantes será fundamental, ya que el proyecto también contempla la formación: “Esto puede generar experiencias de investigación que tengan que ver con la cultura alimentaria, con la antropología o la nutrición. Sería bueno, por ejemplo, poder hacer un mapeo de las diferentes preparaciones en Uruguay. También participarán estudiantes de gastronomía de UTU, la idea es que siempre haya uno presente”. Lo que destaca Girona sobre el proyecto es que los talleres no se quedarán en la elaboración de una receta, sino que se buscará hacer diferentes preparaciones con la misma verdura, para demostrar que no se necesita ser chef o tener grandes instalaciones para comer en forma saludable.

Está previsto que las cocinas móviles trabajen entre tres y cuatro veces en el mismo lugar de forma de poder abarcar varios puntos. Además de la cocina se trabajarán diferentes aspectos vinculados a las guías alimentarias, a la nutrición y a la prevención de enfermedades.

Por el momento hay dos cocinas móviles que cuentan con hornos, piletas y espacio de guardado; son desarmables y lograron que puedan ser trasladadas fácilmente sin la necesidad de utilizar un camión. Las cocinas se inauguraron a fines del año pasado en el Mercado Modelo, que se asoció al proyecto para promover su canasta inteligente de frutas y verduras de estación, convenientes por su precio y porque están en su mejor estado. En esa primera experiencia, el público “se entusiasmó mucho, fueron talleres muy activos”, señaló la coordinadora.

El núcleo de Alimentación y Bienestar está compuesto por docentes de las facultades de Química, Ciencias Sociales, Psicología, y la Escuela Universitaria de Nutrición. Tiene como objetivos generar información sobre los criterios de selección de alimentos, conocimiento sobre estrategias educativas e intervención para lograr cambios en la alimentación. Es por esto que el proyecto de cocinas móviles será una de las principales líneas de acción del núcleo.

Fuente de la noticia: https://educacion.ladiaria.com.uy/articulo/2018/1/cocinas-moviles-de-la-udelar-recorreran-distintos-puntos-del-pais-para-fomentar-la-comida-caser

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Argentina: Educación comenzó el año con 33 nuevas obras para Nivel Inicial

América del Sur/Argentina/ 07.01.2018/ Fuente: misionesonline.net.

El Ministerio de Cultura, Educación, Ciencia y Tecnología informa que se concretaron las gestiones para la construcción de 33 nuevas obras del Nivel Inicial que estarán ubicadas en 15 localidades. La acción se suma a la inversión de más de 500 millones de pesos en infraestructura escolar durante el 2017, que colocó a Misiones entre las tres provincias que más obras, de este tipo, realizó durante dicho periodo.

Las obras son ejecutadas a través de la Unidad Sectorial de Coordinación y Ejecución de Programas y Proyectos Especiales (USCEPP), el Instituto Provincial de Desarrollo Habitacional (IPRODHA) y la dirección de Arquitectura. Para ello se planifica respecto a la demanda del sistema educativo; se realiza el proyecto del tipo de obra, las características de la construcción, los procesos administrativos para la licitación y luego el control de las obras hasta el momento de la entrega.

En todo el proceso de construcción de edificios escolares, participan profesionales misioneros de diferentes especialidades que lograron ubicar a Misiones entre las tres provincias que más obras realizaron durante el 2017, con una ejecución de más de 500 millones de pesos.

Para el proyecto de los 33 nuevos Núcleos de Nivel Inicial (NENI), se analizó el crecimiento poblacional y se articuló con la Dirección de nivel y la Supervisión para definir el proyecto pedagógico para cada institución.

Así, las obras estarán ubicadas en Garupá, Apóstoles, Florentino Ameghino, Posadas, Colonia Aurora, 25 de Mayo, Bernardo de Irigoyen, Aristóbulo del Valle, Alba Posse, San Vicente, Jardín América y El Soberbio, con la posibilidad de agregar otras.

Fuente de la noticia: http://misionesonline.net/2018/01/05/educacion-comenzo-ano-33-nuevas-obras-nivel-inicia

 

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