Noticia/17 Septiembre 2020/elpais.com
Cuando los niños crecen en hogares que simpatizan con la ciencia, se les anima a hacer preguntas y que se las hagan también les ayuda a pensar, a experimentar
Cuando un niño nace comienza poco a poco a descubrir todo lo que tiene frente a sus ojos. Todo es nuevo para él y todo lo quiere saber es crucial para su desarrollo cognitivo. Una de las etapas más cruciales es la de los “por qué”, una fase muy importante que comienza a los dos años y que se extiende hasta los cinco. Así, y en medio de un mundo tan confuso y tan incierto, quizás, una de las cosas que pueden hacer los padres sea responder todas las preguntas planteadas por sus hijos con el aval de la investigación –en la medida de lo posible– y con verificación de hipótesis.
Y es que, cuando los niños crecen en hogares que simpatizan con la ciencia, se les anima a hacer preguntas y que se las hagan les ayuda a pensar de manera más crítica, a experimentar, a explicar sus razonamientos. Y da igual, lo pueden hacer de muchas maneras: leyendo, escribiendo, creando modelos e, incluso, viendo programas de ciencias en la tele. Para la psicóloga e investigadora científica Gwen Dewar, autora en ParientingScience, el descubrimiento más importante es que los niños se benefician de lecciones explícitas en el pensamiento crítico. “Los estudios sugieren que los estudiantes que se interesan por la ciencia desde pequeños se convierten en mejores solucionadores de problemas, e incluso, aumentan sus coeficientes intelectuales cuando se les muestran los principios de lógica, pruebas de hipótesis y otros métodos de razonamiento. Los informes también sugieren que los niños aprenden más cuando se les exige que expliquen su propio pensamiento”, explica.
Sin embargo, según un informe reciente realizado por Education Development Center (EDC), nueve de cada 10 padres ayudan a sus hijos pequeños a completar las actividades de aprendizaje a diario, pero solo alrededor de la mitad asegura que estas actividades están basadas en la ciencia. ¿Por qué? Pues bien, el estudio comprobó que, aunque los padres están ansiosos por enseñar a sus hijos temas científicos, muchos admiten que carecen de las herramientas y la confianza suficiente para hacerlo. De la encuesta, se dedujo que casi todos los progenitores, independientemente de su nivel de ingresos o educación, piensan que es importante ayudar a sus hijos pequeños a aprender, y en especial en materia de habilidades sociales, alfabetización y matemáticas. Sin embargo, en temas científicos aseguran sentirse muy vulnerables al no contar con ideas o herramientas cotidianas que les ayude.
La ciencia puede ser simple y divertida, ya que en realidad cualquier escenario es bueno y puede convertirse en una oportunidad de aprendizaje que se puede aprovechar. Así, con la llegada del buen tiempo, una colonia de hormigas, una tormenta de verano, las noches estrelladas… todo puede servir para enseñarle a nuestros hijos a pensar de manera más científica. ¿Cuáles son algunas de las mejores actividades y recursos de ciencia para niños? Algunas apps y webs de ciencias complementan información de una manera muy visual y de fácil acceso, permiten amplificar objetivos y plantear retos mediante propuestas de actividades de fácil ejecución, y fomentan el crecimiento intelectual aportando contenido de gran valor dentro del ámbito cultural científico.
Cinco webs para aprender ciencia con niños
1. Kids CSIC. Un programa, creado por el Colegio Superior de Investigaciones Científicas, que aborda el aprendizaje científico para los niños desde primaria, a partir de vídeos, juegos y recursos para profesores.
2. Mundo Primaria: Esta web proporciona numerosos recursos didácticos gratuitos y de calidad para niños de entre tres y 12 años, con respuestas a todo tipo de preguntas científicas para que se puede responder fácilmente a ¿por qué se forman las nubes? No solo tiene contenido de ciencia, también de plástica, lengua o matemáticas.
3. Science & Fun es una librería de recursos educativos digitales de ciencias, dirigida a niños de entre siete y 13 años. Unos contenidos dinámicos y divertidos que combinan el cartoon o dibujos y el entretenimiento con la enseñanza y la pedagogía a través de infografías, láminas, tests educativos, vídeos y juegos interactivos. Además, contiene experimentos y actividades offline que los padres pueden realizar con los hijos fuera del aula virtual.
4. Arquímedes: El denominado Proyecto Arquímedes es una iniciativa del Ministerio de Educación que contiene recursos para niños de todas las edades, y que consta de quince objetos de aprendizaje estándares dirigidos también a alumnos y profesores de Educación Secundaria Obligatoria de Ciencias de la Naturaleza bien de Física y Química de 3º y 4º bien de Biología.
5. Unawe: ¡explora el Universo! Una web que utiliza la belleza y la grandeza del universo para inspirar a los niños y alentarlos a desarrollar un interés por la ciencia y la tecnología. El programa también tiene como objetivo introducir a los más pequeños la idea de ciudadanía global y tolerancia en una etapa crucial de su desarrollo, para demostrar que forman parte de una comunidad internacional. Unawe es el primer intento a gran escala de usar la astronomía como herramienta para inspirar y educar a los niños pequeños. Fue creada en 2005 por la Unión Astronómica Internacional en colaboración con el CSIC.
Fuente: https://elpais.com/elpais/2020/06/21/mamas_papas/1592723011_732438.html