Uruguay/28 de Noviembre de 2016/Montevideo
La OCDE publicó una evaluación crítica sobre la educación en Uruguay y estableció una serie de prioridades que debe atender el gobierno si quiere cambiar la situación, que en muchos aspectos está por debajo del promedio regional.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), cuya misión es «promover políticas que mejoren el bienestar económico y social de las personas alrededor del mundo», se ha convertido en una referencia para la evaluación de educación gracias a las pruebas PISA.
La organización acaba de publicar el reporte 2016 de la «OECD Reviews of School Resources» para Uruguay, que explora cómo pueden usarse los recursos para mejorar la calidad, equidad y eficiencia de la educación escolar en nuestro país. El reporte considera los recursos humanos, los financieros, los físicos (infraestructura) y el tiempo de enseñanza. Incluye una serie de recomendaciones a los países y sus comunidades educativas.
En el caso de Uruguay destaca que hay acceso universal en educación primaria y que el acceso preescolar para niños de 4 y 5 años es bueno, con una cobertura que supera considerablemente el promedio latinoamericano. Sin embargo, aclara que los índices de finalización de educación secundaria siguen siendo insatisfactorios y aumentaron muy lentamente en las últimas décadas en comparación con otros países de la región.
«Uruguay tiene índices de repetición muy altos en comparación con la región y a nivel internacional. Además, los niveles de logros estudiantiles en evaluaciones internacionales descendieron pero se mantienen por encima del promedio regional», indica el reporte. Una «preocupación mayor» es el porcentaje significativo de estudiantes con bajo rendimiento en educación secundaria.
El reconocimiento de desafíos para la igualdad en la educación «llevó a Uruguay a invertir en programas destinados a mejorar la desigualdad». «Sin embargo, hay inequidades muy marcadas basadas en el estatus socio-económico de los estudiantes», indica la OCDE. Hay diferencias muy pronunciadas de rendimiento, dependiendo del tipo de centro educativo, su ubicación y sus recursos. Estas inequidades «se reflejan en el rendimiento escolar». En 2010, sólo el 25 % de quienes tenían entre 15 y 17 años del quintil de ingresos más bajos había completado el ciclo básico y 7 % de los que tienen entre 18 y 20 años había culminado Secundaria. Todo esto en contraste con el 85 % y 57 %, respectivamente, del quintil de más ingresos.
La OCDE estableció las siguientes prioridades en políticas educativas que debe implementar Uruguay para cambiar esta situación:
Repensar la administración de la educación para facilitar la implementación de una reforma y mejorar el uso de los recursos académicos
Según la OCDE, en Uruguay no queda claro quién es responsable de definir las políticas educativas. Esto resulta «de la ambigüedad de roles de la ANEP y el Codicen». «Las líneas de responsabilidad son poco claras y hay falta de liderazgo en el sistema educativo, además de competencia entre los consejos educativos por los recursos», indica.
Incrementar el gasto global en educación pública apuntando a las ineficiencias claves
El reporte admite que la inversión pública en educación se incrementó significativamente en los últimos años (un crecimiento anual de 10 % entre 2004 y 2013). Esto prueba «el compromiso del gobierno para mejorar los recursos educativos». Sin embargo, el gasto público en educación permanece muy por debajo del promedio de los países de la OCDE y es inferior al de otros países latinoamericanos. Además, aunque este presupuesto permite «planes a mediano plazo, la preparación presupuestal no es estratégica». Se recomienda extender el tiempo de educación en Primaria, la expansión de la educación secundaria y el aumento salarial de profesores y maestros
Mejorar la transparencia de los mecanismos de financiación de la educación y el monitoreo del uso de recursos públicos
A la distribución de los recursos le falta transparencia, cree la OCDE. «Los parámetros que definen la base de la distribución no se hacen públicos», indica, y «el personal extra en los centros depende del consejo subjetivo de los inspectores». La OCDE critica que no hay información pública sobre los recursos destinados a cada centro y «hay una falta general de análisis costo-beneficio de las diferentes políticas educativas y programas». Por lo tanto, se sugiere la creación de una fórmula de financiación educativa.
Reforzar el profesionalismo de los educadores
«Pese a los esfuerzos recientes del gobierno uruguayo para incrementar el estatus de la enseñanza a través de mejores salarios, un número de factores limita el profesionalismo de los profesores y maestros», dice la OCDE. Por ejemplo, al sistema uruguayo le falta una infraestructura competitiva. El concepto del empleo educativo, donde la compensación se asocia básicamente a la carga horaria, «es una preocupación mayor porque no ofrece reconocimiento a otras actividades que no sean el enseñar». El reclutamiento de docentes es muy ineficiente y su valoración «es limitada a la hora de proveerles un feedback útil para su desarrollo».
Concebir la evaluación educativa y el liderazgo académico para fomentar la mejora continua en los centros
La OCDE valora el sistema de inspecciones en los centros educativos pero aclara que los inspectores «se enfocan más en el control y el cumplimiento y las evaluaciones se hacen a nivel individual en lugar de cubrir el centro en conjunto». Se establece como prioridad reforzar las tareas de inspección para contribuir a la mejora educativa, de tal modo que se haga una evaluación más amplia «que no sea sólo un ejercicio de cumplimiento».
También sugiere que las escuelas y liceos desarrollen planes de auto evaluación y desarrollo, que se mejore la calidad de la formación docente, se reevalúen los niveles actuales de remuneración y se brinden mayores oportunidades para el desarrollo profesional.
El informe fue realizado por el portugués Paulo Santiago, la chilena Beatrice Ávalos, la canadiense Tracey Burns, el argentino Alejandro Morduchowicz y el británico Thomas Radinger. Este equipo estuvo en Uruguay en marzo de 2015, a pedido de Uruguay (que fue uno de los países que optó para que se realizara la evaluación) y realizó un extenso reporte que fue publicado recién hoy.
Fuente: http://www.montevideo.com.uy/contenido/La-OCDE-evaluo-criticamente-la-educacion-en-Uruguay-y-establecio-varias-prioridades-327011