Por: Fabián Cueva Jimenez
El Acuerdo Ministerial sobre la normativa para regular las tareas escolares preocupa a todos. Opiniones en favor y en contra, fruto de percepciones, es decir, de impresiones que a través de los sentidos recibe e interpreta el cerebro. La percepción viene a ser solo una idea o hipótesis que requiere de investigación para llegar a conclusiones reales. En la ciencia pedagógica se debe cumplir obligatoriamente con todos los pasos establecidos.
Los principios de pertinencia, planificación y cantidad sustento del Acuerdo, teóricamente son claros pero insuficientes. Se producirán errores en su aplicación, como la supresión de vacaciones decembrinas, trabajo docente a tiempo completo en las instituciones, cambios curriculares sin consenso o con los procesos de capacitación con temas tomados de otras realidades.
La Subsecretaría de Fundamentos Educativos debe publicar la investigación y sus resultados, no criterios de percepción, porque es subjetiva (varía según los estímulos de unos a otros), selectiva (no se percibe todo al mismo tiempo) y temporal (fenómeno de corto plazo que cambia). Congraciarse en época electoral es pésima iniciativa, en dos meses comenzará y pronto terminará.
El tiempo por los alumnos fuera de la institución es para escribir un libro de didáctica. Depende de la realidad familiar, de la capacitación docente, de la conciencia del alumno para organizar su tiempo, de la agenda institucional, de las asignaturas y las estrategias de aprendizaje, de los períodos claves del proceso, de los espacios e instrumentos para la recreación y de mucho más. Simple es anunciar algo tan complejo, fácil responsabilizar y sencillo disponer que el gobierno escolar trabaje para consensuar. Importante el tema, poca seriedad académica y mucha mediocridad.
Fuente: https://lahora.com.ec/noticia/1101997506/noticia