¿Qué tan lejos están las ciudades colombianas de erradicar la pobreza y reducir las desigualdades, dos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) con los que se comprometió Colombia para el 2030?
El trabajo informal, es decir, el que no garantiza aseguramiento social en asuntos como las pensiones, y el deficiente nivel de instrucción de las personas constituyen dos de las principales barreras y desafíos que deben enfrentar las ciudades para cumplir con estos objetivos.
Esa es una de las principales conclusiones del análisis que realizó la Red de Ciudades Cómo Vamos (RCCV), que evalúo los indicadores y les tomó el pulso a 22 ciudades a las que les hace seguimiento, teniendo como base de la comparación las cifras del 2014 al 2017. Se estudió a 11 capitales y a 11 ciudades que hacen parte de las áreas metropolitanas de Barranquilla, Bucaramanga, Cali y Medellín (vea gráficos con cifras para las 22 ciudades).
De ellas evaluó la pobreza monetaria, general y extrema (ingreso de los hogares), y la pobreza multidimensional, esto es, el acceso a condiciones educativas del hogar, de la niñez y la juventud, trabajo, salud, servicios públicos domiciliarios y vivienda. Pobre es el que tiene cinco o más variables con privaciones.
En pobreza monetaria, la RCCV encontró que de las 11 ciudades capitales evaluadas, siete ya tienen niveles de pobreza por debajo de la meta nacional del 18,7 por ciento, lo que significa que deberían fijar unos objetivos acordes con su realidad, y que sean más ambiciosas frente a la realidad que tienen.
Ingresos desiguales
El informe indica que en ingreso per cápita por hogar, la mejor posición la tiene Bogotá con un promedio superior al millón de pesos, mientras la peor es Cúcuta, que tenía 504.906 pesos en el 2016; y las ciudades del Caribe, con niveles parecidos. Solo Bogotá y Medellín mantuvieron ingresos superiores en los cuatro años analizados y Bucaramanga en al menos uno de los cuatro años.
El análisis destaca que a pesar de que el 2015 y el 2016 fueron años de desaceleración económica en el país, hubo ciudades con crecimiento de su ingreso per cápita de hogares: Barranquilla área metropolitana (AM) con 31,5 %, Cali AM con 23 %, Manizales AM con 22 % y Santa Marta con 18 %. “Estos aumentos muestran que el desempeño positivo del ingreso de los hogares tiene una mayor concentración en las ciudades de la costa Caribe”, señala el documento.
A nivel nacional, el porcentaje de pobreza pasó de 25 % a 14 % entre el 2014 y el 2017 en las cabeceras, mientras la general del país pasó de 29 % a 27 %. En las ciudades de la Red, Cúcuta tiene la pobreza monetaria más alta con un 34 %, seguida de Santa Marta con 33 %. El resto de las analizadas está en un promedio del 20 %. De hecho, Bogotá y Bucaramanga son las más bajas, con 12 % cada una. Medellín tenía 13 %.
El estudio destaca a Barranquilla, que pasó de 25,5 % a 20 %, con una disminución de 5,5 puntos, y Pereira AM que redujo de 18,1 % a 12,7 %. En cambio, Bogotá y Bucaramanga subieron en el periodo 2,3 y 3,6 respectivamente, aunque siguen siendo dos de las urbes con niveles más bajos de pobreza.
Los más pobres
La pobreza extrema en las urbes de la RCCV está por debajo de la nacional, que del 2014 al 2017 pasó de 18 % a 15 %. En las ciudades estudiadas el nivel más alto está en Santa Marta, con 7 %; Cúcuta, con 5 %; y Cartagena, con el 4 %. Las menores son Bucaramanga, con 1 %; y Pereira, con 0,8. Otra vez se destaca el caso de Barranquilla, que bajó de 3,6 a 2,4, a diferencia de Cartagena, que de 4,3 pasó a 4,1.
Uno de los asuntos sobre los que hace énfasis la RCCV es el porcentaje de pobres extremos en relación con la pobreza general de cada ciudad. Es lo que llama profundidad de la pobreza monetaria. El porcentaje de pobres extremos, dentro de la pobreza general, va del el 6 % (Pereira AM) al 20 % (Cali AM). Las ciudades con más pobreza extrema son Cali, con 23 %; Santa Marta, con 22 %; y Bogotá, con 19 %.
La lectura de la RCCV es que el reto de las ciudades está en reducir la pobreza extrema para lograr mayor impacto. Más desafiante es el caso de Santa Marta, que debe enfrentar una pobreza monetaria de 34 % y un 22 % de proporción de los más pobres entre los pobres. Por cada 100 personas, 33 están en situación de pobreza y 7 en pobreza extrema.
La pobreza multidimensional está en 29 % promedio en las ciudades estudiadas. La evaluación muestra que el asunto que más influye en la pobreza multidimensional es el trabajo informal que afecta a la mayoría de las ciudades. Significa que alguna de las personas que integran el hogar y son económicamente activas no está ocupada con afiliación a pensiones. Las más altas son Soledad (95 %), Santa Marta (94 %), Cúcuta (93 %), Barranquilla (93 %) y Girón (92 %).
En educación, que mide si el promedio de escolaridad de las personas de 15 años o mayores es inferior a 9 años, las deficiencias más altas están en Soledad (87 %) y Girón (81 %), seguidas de Cúcuta y Barranquilla (80 % AM)
El alcance de la RCCV
La RCCV reúne actualmente 16 iniciativas que agrupan más de 35 municipios del país, incluyendo 13 ciudades capitales. La RCCV es una iniciativa liderada por los 16 programas Cómo Vamos y la Fundación Corona. Adicionalmente, cuenta con el apoyo de la Cámara de Comercio de Bogotá, el periódico EL TIEMPO y la Universidad Javeriana como socios nacionales, y de más de 120 socios a nivel regional.
Hay que partir de la realidad de cada ciudad
Luis Hernán Sáenz, Coordinador Nacional de la Red Colombiana de Ciudades Cómo Vamos (RCCV), explicó que la idea es identificar cuáles son los retos que deben enfrentar las ciudades para contribuir al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) del país, que al mismo tiempo permitan lograr un desarrollo urbano más sostenible.
Así, se confrontaron los ODS con las necesidades y realidades de las ciudades, en el marco de la Agenda Urbana 2030, propuesta por la RCCV, que definió los cinco retos prioritarios que permiten una mejor articulación con los 17 ODS: los cinco retos son pobreza, informalidad y desigualdad; Educación de calidad y cultura; Ciudades inclusivas y sostenibles; Cambio climático y resiliencia urbana, y Paz, coexistencia pacífica y seguridad.
El primero es el reto de pobreza y desigualdad, que corresponde a dos de los ODS: fin de la pobreza (ODS 1) y reducción de las desigualdades (ODS 10).
La RCCV parte del hecho de que todas las ciudades tienen realidades diferentes y, por tal motivo, a la hora de fijar metas e indicadores para cumplir con los ODS hay que tener en cuenta sus particularidades. Lo que se busca es “contribuir a cerrar brechas de información a nivel local, informar y brindar herramientas para los gobiernos locales y la ciudadanía, y motivar a la sociedad civil organizada a sumar sus esfuerzos en torno a una agenda común bajo el principio fundamental de ‘No dejar a nadie atrás’ ”, dice el documento.
Clases sociales según el IBM
El informe destaca que en la medida en que sube el ingreso y aumenta la clase media disminuye la posibilidad de que los hogares caigan en episodios de pobreza. En las ciudades de la red, entre 47 % y 69 % de las personas están en clase media. El Banco Mundial señala como pobres los hogares con ingresos de 0 a 4 dólares diarios; vulnerables, aquellos cuyo ingreso diario por miembro está de 4 a 10; y clase media, de 10 a 50. La clase alta está por encima de 50.
Fuente de la reseña: https://www.eltiempo.com/bogota/desafios-para-erradicar-la-pobreza-en-colombia-274324