Por: eleconomista.es/ 11-04-2018
En un momento en el que respiramos cierto aire de recuperación económica, no podemos obviar la profunda mella causada por los años de crisis, que ha acentuado muchas desigualdades y que todavía es difícil saber si seremos capaces de repararla. La educación es fundamental para alcanzar una verdadera transformación social en todos los sentidos.
En este proceso de reconstrucción en el que estamos inmersos, se hace más necesaria que nunca la renovación del curriculum educativo de la educación reglada, así como de las metodologías, recursos y materiales pedagógicos disponibles para los docentes y de los sistemas de evaluación y control. Los contenidos y las propuestas pedagógicas siguen sin estar alineados con las verdaderas necesidades de la sociedad actual. No calan en los jóvenes ni abordan la posibilidad de potenciar sus habilidades y capacidades personales.
En este sentido, educar en el emprendimiento es dar a los jóvenes la oportunidad de completar su formación con una aproximación al mundo real; es invitarles a explorar su entorno con una mirada abierta, crítica y analítica, dotándoles de herramientas que les capaciten para proponer soluciones reales a problemas reales.
Así, se embarcan en un proceso apasionante en el que aprenden a tomar decisiones y a trabajar en equipo, a respetar las opiniones, las capacidades y las limitaciones de los otros, y también las suyas propias. A gestionar los sinsabores del «prueba-error» y a medir el alcance del éxito. En este proceso se van dibujando perfiles resilientes, capaces de afrontar el futuro sin miedo, de resistir a la frustración, de adaptarse y crecerse ante la adversidad. Personas informadas, motivadas y socialmente responsables.
Transmitir las claves del espíritu emprendedor a través de los colegios es una apuesta de futuro y una inversión a largo plazo que, sin duda, merece la pena. Aprender a emprender favorece mejores resultados educativos y se traduce en mayor empleabilidad, mayor bienestar laboral y más calidad de vida en la edad adulta.
En Junior Achievement tenemos la certeza de que la educación emprendedora funciona, porque medimos el impacto de nuestros programas. Vemos cómo se reducen de forma espectacular las ausencias injustificadas a clase. O, al contrario, crece en porcentajes extraordinarios el espíritu emprendedor, la perseverancia ante tareas que carecen de motivación, el rendimiento académico o el deseo de cursar estudios superiores. También sabemos que impacta de forma extraordinaria en estudiantes que provienen de entornos menos favorecidos, incluso en grupos en riesgo de exclusión, revelándose, por tanto, como una poderosa herramienta contra las desigualdades.
El trabajo sistemático y sistematizado en la estimulación de competencias y habilidades, cognitivas y no cognitivas, es una apuesta por la innovación en las aulas, por un enfoque renovado de la enseñanza, al alcance de todos los centros educativos, efectiva en todas las etapas escolares y motivador tanto para alumnos como para docentes.
Nos enfrentamos al reto de construir un modelo formativo en el que los jóvenes sean verdaderos agentes activos de transformación social. Para superarlo debemos diseñar, entre todos, un sistema sólido, coherente y competente para atender las necesidades de crecimiento económico, capaz de hacer posibles los sueños emprendedores y de garantizar la igualdad de oportunidades. En esta renovación es esencial contar con un pacto educativo que asegure la estabilidad de los cambios, garantizando que los esfuerzos de los docentes e instituciones educativas tenga un horizonte suficiente para producir resultados.
Elaborado por Blanca Narváez, Directora General de Fundación Junior Achievement
*Fuente: http://www.eleconomista.es/ecoaula/noticias/9063219/04/18/El-emprendimiento-en-las-aulas-una-potente-herramienta-para-reducir-desigualdades.html