Malasia: Descentralizando el sistema educativo.

Asia/Malasia/freemalaysiatoday.com

La siguiente etapa en el proceso de recuperación de Malasia requiere que el crecimiento económico sea impulsado por el conocimiento y no solo por el capital. La Nueva Política Económica (NEP) posterior a 1970 produjo una gran clase media a través de la centralización económica. Pero la descentralización de la toma de decisiones es muy necesaria para permitir que el crecimiento impulsado por el conocimiento saque a Malasia de la trampa de los ingresos medios y distribuya los frutos del crecimiento económico de manera más equitativa. Se necesita con urgencia la reforma del sistema educativo, y no solo la política económica y el sistema financiero.

El sistema educativo no imparte competencia en habilidades básicas como lectura, matemáticas y ciencias al estudiante promedio y promueve la excelencia académica en estudiantes talentosos. El sistema educativo de Malasia es excepcionalmente bajo en calidad según las encuestas de países de la OCDE sobre las calificaciones de los alumnos de primaria y secundaria en habilidades básicas. En la muestra de 65 países de la OCDE de 2012, el rango de matemáticas, lectura y ciencias de Malasia fue 52, 59 y 53, respectivamente. Los puntajes de Malasia fueron comparables a los de Tailandia (50, 48 y 49), Chile (51,48 y 47) y México (53, 51 y 55).

El gasto gubernamental en educación per cápita en 2011 (medido en dólares internacionales ajustados a PPA 2011) fue de PPA $ 1.307 para Malasia, PPP de $ 701 para Tailandia, PPP de $ 860 para Chile y PPP de $ 832 para México. Esta enorme brecha entre lo que Malasia gasta y lo que Tailandia, Chile y México gastan indica algunos problemas graves en el sistema educativo de Malasia.

Existe un problema de rendición de cuentas y competencia de los docentes en el sistema educativo de Malasia debido a la ausencia de una remuneración basada en el rendimiento y la garantía de un empleo permanente. Luego está el problema del currículo escolar, impuesto por el gobierno central a todas las escuelas asistidas por el gobierno, que se establece en un nivel académico bajo, lo que resulta en una tendencia al alza en el número de estudiantes que obtienen puntajes perfectos en los exámenes nacionales anuales.

Otro tema es el plan de estudios establecido por el estado que requiere muchos cursos que atienden las demandas políticas, lo que significa que simplemente no hay suficiente tiempo y recursos para enseñar bien las matemáticas, la lectura y la ciencia. Por ejemplo, los estudiantes de algunas escuelas deben aprender tres idiomas, recibir instrucción religiosa y estudiar muchos cursos sobre historia y sociedad de Malasia. Estos están diseñados para promover la aceptación de la narrativa de Barisan Nasional (BN) sobre el tipo óptimo de acuerdos socioeconómicos y políticos, como Ketuanan Melayu (supremacía malaya) para Malasia.

Estos cursos motivados políticamente promueven la recitación por parte de los estudiantes de puntos de vista establecidos por el estado en lugar de un examen crítico por parte de los estudiantes de estos puntos de vista. Esta politización del currículo escolar significa que el tono general en las escuelas de Malasia es la conformidad con la ortodoxia en lugar del pensamiento creativo que produce un crecimiento dirigido por el conocimiento.

El sistema educativo sufrió numerosas reformas sistémicas en los más de 60 años de gobierno de BN. Cada reforma fue un asunto polémico y cada reforma no mejoró el rendimiento del estudiante promedio. Lo que generalmente subía después de cada reforma sistémica era la cantidad de estudiantes en el sistema educativo, pero no la calidad de la educación.

La reforma escolar exitosa requiere un reconocimiento de que los diferentes padres tienen diferentes objetivos para la educación de sus hijos. Para respetar los deseos de los padres, Malasia debe diversificar los planes de estudio de las escuelas financiadas con fondos públicos. Esta diversidad curricular necesaria solo se puede lograr con la descentralización en tres áreas.

Primero, todas las escuelas deben compartir un núcleo académico al que se le asigna suficiente tiempo y recursos para que se les enseñe bien, y se debe permitir a cada escuela elegir otras materias que ofrece en el espacio restante. Por ejemplo, el ministerio de educación requerirá un currículo básico común del idioma malayo, las matemáticas, la lectura y la ciencia en todas las escuelas y cada escuela, en consulta con la comunidad local, decidirá la proporción relativa de cursos sobre temas como historia de Malasia. Historia del mundo, religión y geografía.

Segundo, la supervisión de las escuelas debería ser transferida a los gobiernos estatales. Los gobiernos estatales pueden introducir incentivos para los maestros, permitir una gama diversificada de escuelas públicas y realizar experimentos sobre diferentes enfoques pedagógicos.

En tercer lugar, la financiación de la educación pública también debería descentralizarse. Todos los niños en edad escolar deben recibir anualmente un cupón de educación del gobierno y los padres del niño deben poder canjear el cupón en la escuela con el plan de estudios que consideren mejor para su hijo.

El éxito en la reforma del sistema educativo requiere un paquete de reformas y no solo una medida de reforma. La descentralización en estas tres áreas es solo una de las reformas fundamentales que deben implementarse juntas para elevar la calidad de la educación en las escuelas públicas.

Otras reformas fundamentales incluyen una estructura de pago y promoción que recompensa la buena enseñanza y la gestión innovadora de las escuelas, la capacitación efectiva de los maestros y la expansión de escuelas de internado bien administradas para niños de áreas remotas y programas de comidas nutritivas para estudiantes pobres.

También debe haber una reducción de las restricciones en el establecimiento y las operaciones de las escuelas con fondos privados para permitirles ser un punto de referencia fácil para juzgar el rendimiento de las escuelas públicas y ampliar la selección de estudiantes. Esto es especialmente cierto en el nivel terciario.

Crucial para la reforma del sistema educativo será la reconsideración de la NEP. La NEP es incompatible con la consolidación de la excelencia en las instituciones socioeconómicas de Malasia. No puede crear masas críticas de talento de clase mundial para las industrias y sectores clave del siglo XXI, movilizar todo el poder mental de Malasia para la creación de conocimiento, o establecer a Malasia como un centro regional de conocimiento e innovación que atraiga talento de clase mundial para Malasia. El marco de políticas públicas de NEP orientado a la centralización del siglo XX debe abandonarse para que Malasia pueda escapar de la trampa de los ingresos medios y reducir la desigualdad de ingres

Fuente; https://www.freemalaysiatoday.com/category/opinion/2019/04/18/decentralising-the-education-system/

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Reforma educativa sin veda electoral

Lev M. Velázquez Barriga*

Desde que iniciaron las campañas electorales no ha habido un momento de tregua para la educación pública, los docentes y los alumnos. Por el contrario, el gobierno federal está dando pasos, apresurados pero firmes, para alcanzar sus objetivos privatizadores y antilaborales. Está sentando las bases para consolidar el nuevo modelo educativo antes de terminar el sexenio. Están preparando las condiciones para dejar márgenes muy estrechos ante cualquier intento de cambio de rumbo en el siguiente gobierno.

En pleno periodo electoral continúan con la insaculación para designar a los docentes que habrán de ser sacrificados en la evaluación de la permanencia. Quieren mantener viva la reforma educativa y satisfacer sus deseos de tortura sicológica y laboral, de los que también son fanáticos los organismos empresariales que han desatado una campaña de denostaciones contra las movilizaciones de la disidencia magisterial.

Se anunció la desaparición de la licenciatura en educación especial. Así lo denunciaron públicamente académicos de la Benemérita Escuela Normal Veracruzana. Será sustituida por educación inclusiva, aniquilando el derecho de los niños y jóvenes a recibir una educación con los especialistas, y en las condiciones materiales propicias para atender las necesidades específicas de quienes requieren atención especial. Se trata de un acto de discriminación que pretende encajonar las desigualdades cognitivas en la estandarización de una sola escuela y una sola medición para las diferencias. Estos son los objetivos primordiales, lo demás es discurso para atrapar a los incautos de la moda que ayer vestían de competencias y hoy adornan con la educación inclusiva.

Esta medida es parte de la Estrategia de Fortalecimiento y Transformación de las Escuelas Normales, con la cual se armonizaría a bote pronto la formación inicial de los docentes con el nuevo modelo. La propuesta está plasmada en unos cuantos documentos inconclusos que han variado acorde a los reclamos y críticas de la comunidad normalista. La estrategia, que entraría en vigor en agosto de este año, fue resultado de la verticalidad acostumbrada por el gobierno y la consulta selectiva de aquellas escuelas más alineadas a la visión tecnocrática de la educación. El bloque de normales que se declara por el aplazamiento de la reforma en ese nivel educativo, incluso por su no aplicación en el siguiente ciclo escolar, crece a la par que se amplía la incertidumbre sobre la pertinencia y la viabilidad de un plan sin los elementos básicos para contemplarlo con seriedad.

Apenas hace unos días se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) los lineamientos para el ajuste de horas que implica las modificaciones realizadas al plan de estudios a partir del nuevo modelo educativo. Con la reforma curricular anterior ya se había hecho una reducción a la cantidad de talleres para la formación tecnológica, pero en el ajuste publicado ya no aparecen las tecnologías que se imparten en educación secundaria. Se dejó en el limbo a los docentes que enseñan en los múltiples talleres de educación para el trabajo, y a los jóvenes sin posibilidades de aprender el oficio de electricista, carpintero, soldador o costurera, que si bien contribuyen a su desarrollo personal, ya no generan habilidades de alta rentabilidad económica para las empresas que tienen como base las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.

El mismo día, en el DOF se publicaron los lineamientos para el desarrollo y ejercicio de la autonomía curricular, la cual se expresa mediante la creación de clubes de formación diseñados desde la Secretaría de Educación Pública, por la propia escuela o estableciendo alianzas con el sector privado. Se abre así la puerta a la privatización y mercantilización del currículo. Los negociantes de la economía del conocimiento ya tienen un abanico de materiales y propuestas a la venta. Otros podrán echar a andar sus fundaciones educativas para la formación de la mano de obra específica de su ámbito productivo o la promoción de valores consumistas que más se acoplen a su negocio. Con los clubes se genera una mayor carga laboral a los docentes y se abre un canal para la subcontratación de personal, lo cual ya sucede en algunos programas, como en escuelas de tiempo completo.

La tecnocracia reformista no espera conocer los resultados del primero de julio para saber si continúa o no avanzando con la reforma educativa. Intenta imponerla hasta el último día de su gobierno. ¿Por qué habrían de darles tregua los maestros de la disidencia magisterial y los académicos en defensa del normalismo? Aunque ellos son los responsables del desastre educativo, pretenden irse impunes. Yo no sospecho del trasfondo político de las movilizaciones de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, sino de los de aquellos que convocan a la inmovilidad y esperan pasivos a delegar en las urnas su responsabilidad histórica.

* Doctor en pedagogía

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2018/06/16/politica/014a1pol

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Altas expectativas para las escuelas de Puerto Rico

Puerto Rico/22 de Enero de 2018/El Nuevo Día

Educación federal aprobó un nuevo plan para medir el desempeño estudiantil.

El Departamento de Educación federal dio el visto bueno al plan que trabajó el gobierno local para reformar el sistema educativo de la isla, un esfuerzo que, según la agencia local, busca aumentar la cantidad de estudiantes que se gradúan de escuela superior a tiempo y que el 70 por ciento de los estudiantes de escuelas públicas tengan un desempeño académico satisfactorio para el año 2022.

Así lo anunciaron ayer el gobernador Ricardo Rosselló y la secretaria de EducaciónJulia Keleher, quienes destacaron que este nuevo modelo proveerá mayor transparencia e impulsará la rendición de cuentas en el sistema educativo.

En resumen, el plan creado como requisito de la Ley federal Every Student Succeeds(ESSA, por sus siglas en inglés) define los indicadores que se utilizarán para medir el desempeño en las escuelas así como las medidas que se tomarán para intervenir con los planteles que no cumplan con las metas trazadas.

El documento preparado por Educación establece que la calidad de una escuela se medirá a base de los resultados que obtengan los estudiantes en las pruebas de Medición y Evaluación Académica (META), la tasa de graduación de escuela superior, el progreso académico de los alumnos en la materia de español para el nivel primario e indicadores de calidad escolar, entre otros.

Las escuelas con el aprovechamiento académico más bajo enfrentarán cambios, entre los que se propone reubicar a sus estudiantes en centros con un mejor desempeño académico, la llegada de evaluadores externos que determinarían cuáles son las necesidades, la creación de alianzas con planteles con mejor desempeño y hasta su cierre.

Como parte de estas evaluaciones, la agencia local creó tres categorías bajo las cuales ubicará a las escuelas con necesidades académicas. Las escuelas de nivel superior que tengan una tasa de graduación menor al 67% o cuyos resultados académicos estén en el 5% más bajo al compararla con el resto de los planteles serán escuelas que necesitarán “apoyo y mejoramiento comprensivo” (CSI, por sus siglas en inglés).

Las escuelas en las que el desempeño estudiantil esté en el 10% más bajo del sistema serán escuelas que necesitan “apoyo y mejoramiento enfocado” (TSI, por sus siglas en inglés). Y las escuelas donde alguno de los grupos en los que se clasifica a los estudiantes obtenga un rendimiento académico que esté en el 5% más bajo serán planteles que requerirán “apoyo y mejoramiento enfocado adicional” (ATSI, por sus siglas en inglés).

Educación entregó su última versión del plan el pasado 29 de diciembre, luego que la agencia federal solicitara enmiendas al documento que se entregó el 18 de septiembre, detalló la secretaria.

“El plan busca que tengamos metas que sean reales, que podamos alcanzar. Que el 70 por ciento de los estudiantes sean proficientes en cuatro años es ambicioso, pero es algo que podemos lograr”, sostuvo Keleher.

“El Plan ESSA nos permite tomar decisiones que impacten directamente a las escuelas y, a la vez, velar por el uso correcto de los fondos. Lo que queremos es que el dinero vaya a donde hace falta, a las escuelas que más lo necesitan”, añadió.

ESSA fue aprobada en el 2015 para sustituir la ley federal educativa anterior, No Child Left Behind. Bajo No Child Left Behind, el 91% de las escuelas públicas llegaron a ser calificadas como planteles en “Plan de Mejoramiento”, lo cual significaba que no alcanzaron las metas establecidas.

Una de las principales críticas al estatuto federal, tanto en Puerto Rico como en otras jurisdicciones en los Estados Unidos, es que la meta de que el 100% de los alumnos dominaran todas las destrezas de lectura y matemáticas era imposible de alcanzar y propiciaba que se tomaran medidas demasiado punitivas contra las escuelas.

En la isla, fueron pocas las medidas que se tomaron en los planteles de pobre desempeño académico.

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