Puerto Rico/22 de Enero de 2018/El Nuevo Día
Educación federal aprobó un nuevo plan para medir el desempeño estudiantil.
El Departamento de Educación federal dio el visto bueno al plan que trabajó el gobierno local para reformar el sistema educativo de la isla, un esfuerzo que, según la agencia local, busca aumentar la cantidad de estudiantes que se gradúan de escuela superior a tiempo y que el 70 por ciento de los estudiantes de escuelas públicas tengan un desempeño académico satisfactorio para el año 2022.
Así lo anunciaron ayer el gobernador Ricardo Rosselló y la secretaria de Educación, Julia Keleher, quienes destacaron que este nuevo modelo proveerá mayor transparencia e impulsará la rendición de cuentas en el sistema educativo.
En resumen, el plan creado como requisito de la Ley federal Every Student Succeeds(ESSA, por sus siglas en inglés) define los indicadores que se utilizarán para medir el desempeño en las escuelas así como las medidas que se tomarán para intervenir con los planteles que no cumplan con las metas trazadas.
El documento preparado por Educación establece que la calidad de una escuela se medirá a base de los resultados que obtengan los estudiantes en las pruebas de Medición y Evaluación Académica (META), la tasa de graduación de escuela superior, el progreso académico de los alumnos en la materia de español para el nivel primario e indicadores de calidad escolar, entre otros.
Las escuelas con el aprovechamiento académico más bajo enfrentarán cambios, entre los que se propone reubicar a sus estudiantes en centros con un mejor desempeño académico, la llegada de evaluadores externos que determinarían cuáles son las necesidades, la creación de alianzas con planteles con mejor desempeño y hasta su cierre.
Como parte de estas evaluaciones, la agencia local creó tres categorías bajo las cuales ubicará a las escuelas con necesidades académicas. Las escuelas de nivel superior que tengan una tasa de graduación menor al 67% o cuyos resultados académicos estén en el 5% más bajo al compararla con el resto de los planteles serán escuelas que necesitarán “apoyo y mejoramiento comprensivo” (CSI, por sus siglas en inglés).
Las escuelas en las que el desempeño estudiantil esté en el 10% más bajo del sistema serán escuelas que necesitan “apoyo y mejoramiento enfocado” (TSI, por sus siglas en inglés). Y las escuelas donde alguno de los grupos en los que se clasifica a los estudiantes obtenga un rendimiento académico que esté en el 5% más bajo serán planteles que requerirán “apoyo y mejoramiento enfocado adicional” (ATSI, por sus siglas en inglés).
Educación entregó su última versión del plan el pasado 29 de diciembre, luego que la agencia federal solicitara enmiendas al documento que se entregó el 18 de septiembre, detalló la secretaria.
“El plan busca que tengamos metas que sean reales, que podamos alcanzar. Que el 70 por ciento de los estudiantes sean proficientes en cuatro años es ambicioso, pero es algo que podemos lograr”, sostuvo Keleher.
“El Plan ESSA nos permite tomar decisiones que impacten directamente a las escuelas y, a la vez, velar por el uso correcto de los fondos. Lo que queremos es que el dinero vaya a donde hace falta, a las escuelas que más lo necesitan”, añadió.
ESSA fue aprobada en el 2015 para sustituir la ley federal educativa anterior, No Child Left Behind. Bajo No Child Left Behind, el 91% de las escuelas públicas llegaron a ser calificadas como planteles en “Plan de Mejoramiento”, lo cual significaba que no alcanzaron las metas establecidas.
Una de las principales críticas al estatuto federal, tanto en Puerto Rico como en otras jurisdicciones en los Estados Unidos, es que la meta de que el 100% de los alumnos dominaran todas las destrezas de lectura y matemáticas era imposible de alcanzar y propiciaba que se tomaran medidas demasiado punitivas contra las escuelas.
En la isla, fueron pocas las medidas que se tomaron en los planteles de pobre desempeño académico.