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CNTE – Oaxaca; en la mira analítica

25 de enero de 2017 / Fuente: http://www.educacionfutura.org/

Por: Carlos Ornelas

A los analistas oriundos consolidados, como Carlos Javier Sorroza Polo, Concepción S. Núñez Miranda, Francisco José Ruiz Cervantes, Gloria Zafra, Héctor Pineda Santiago, Isidoro Yescas Martínez, Javier Sánchez Pereyra, Joel Vicente Cortés, Olga J. Montes García, Porfirio Santibáñez Orozco, Rigoberto León Monterrubio, Samael Hernández Ruiz, Víctor Raúl Martínez Vásquez, se une una voz joven, la de Óscar Hugo Faustino Zacarías.

Óscar Hugo es un oaxaqueño, hijo de maestros, que decidió hacer objeto de estudio a la S-22. La desmenuza con la óptica de las políticas públicas, con seriedad, rigor lógico, coherencia teórica y una prosa clara. En noviembre pasado presentó su tesis de maestría en la Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco, Diseño de la evaluación del desempeño docente: implicaciones en Oaxaca.

Óscar Hugo escogió el aspecto más rebatido de la Reforma Educativa de 2013: la Evaluación del Desempeño Docente (EDD). Examina cómo entró en la agenda nacional y afectó el proceso de toma de decisiones políticas. Observa cómo el convenio del gobierno de Felipe Calderón con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos se extendió a un acuerdo de colaboración entre esa organización y el presidente electo, Enrique Peña Nieto, para llegar al Pacto por México. Allí se hicieron patentes quiénes eran los aliados del gobierno —los dirigentes de los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática— y los adversarios, el SNTE y la CNTE.

Óscar Hugo se hace cargo de explicar el diseño de la EDD, desde la reingeniería constitucional a los aspectos de mayor detalle, como la falta de infraestructura escolar. Examina cómo el problema público, la baja calidad de la educación, derivó a asuntos concretos como la organización de las escuelas, el currículo y la falta de maestros “idóneos”.

Y, para cada problema, el gobierno de EPN diseñó respuestas precisas que se manifestaron primero en leyes y luego en programas como Escuelas al 100, la Escuela al centro, el Nuevo modelo educativo 2016 y, su foco, el servicio profesional docente. Después desmenuza el Sistema Nacional de Evaluación Educativa, las instituciones e instrumentos que lo comprenden para arribar al meollo, la ejecución práctica, que en su enfoque teórico se denomina implementación.

Estudia la implementación de la EDD en las escalas macro, nacional y micro, Oaxaca. Aquí es donde entra la S-22. Óscar Hugo despliega cómo la dirigencia se opuso a una política gubernamental que define como regulatoria, racional y descendente. Califica esa oposición como una variable exógena que condicionó la aplicación de la reforma en la entidad.

Disgrega la protesta política y social de la CNTE motivada por la pérdida de control sobre las plazas y el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca. Dilucida lo que la reforma sí reformó en Oaxaca y las trabas que persisten.

El jurado calificador de su tesis felicitó a Óscar Hugo por la calidad de su trabajo, la diligencia que mostró para —en meses— hacerse cargo de un asunto que cambia a cada momento. Él sorteó bien las dificultades que implica analizar una cuestión de la que no se sabe cuál será su desenlace.

Ese escrito es una prueba consistente del uso de nociones teóricas sofisticadas para el análisis concreto. La revisión de la literatura que presentó de las corrientes teóricas en el campo de las políticas públicas fue exhaustiva. Le sirvió para construir conceptos y luego aplicarlos con lógica y congruencia.

Diseño de la evaluación del desempeño docente: implicaciones en Oaxaca no es recomendable para quienes esperan un manifiesto político, la defensa de una causa o la condena del gobierno. Pero es indispensable que la lean quienes busquen encontrar explicaciones sensatas y quieran ampliar su conocimiento sobre la S-22, la CNTE y la Reforma Educativa del gobierno de Peña Nieto.

Fuente artículo: http://www.educacionfutura.org/cnte-oaxaca-en-la-mira-analitica/

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México: Dejar sin Educación Física nivel básico agravaría sobrepeso y obesidad

México/23 enero 2017/Fuente: Diario de Xalapa

En un acto incongruente con las necesidades sociales, la Reforma Educativa está reduciendo las horas de educación física para estudiantes de nivel básico, criticó el encargado del Área de Vinculación y Cooperación Académica del Área de Posgrado de la Benemérita Escuela Normal Veracruzana “Enrique C. Rébsamen”, Alejandro Asvin Arrington Báez.

En entrevista durante la conferencia La Educación Física como Necesidad Social, que se llevó a cabo este sábado en la BENV, refirió que problemas como la obesidad y enfermedades cardiovasculares con los que se enfrenta el país, podrían agravarse con esa medida.

“Las reformas educativas plantean un programa no tan congruente con las necesidades sociales porque a la educación física se le está relegando en la Reforma Educativa y tenemos actualmente altos índices de sobrepeso, problemas con diabetes, problemas de salud sobre todo a nivel nacional, y a nivel estatal Veracruz está ocupando los primeros lugares”, recordó.

Insistió en que de llegar a desaparecer o disminuir las horas en el plan escolar nacional, se corre el riesgo de que las problemáticas de salud repunten considerablemente pues subrayó que la educación física es complementaria y forma parte de la instrucción integral para las personas.

Fuente:https://www.diariodexalapa.com.mx/veracruz/dejar-sin-educacion-fisica-nivel-basico-agravaria-problemas-de-obesidad

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México: la reforma educativa en debate

Por: Pablo Gentili

Presentamos aquí dos perspectivas sobre la reforma educativa mexicana. Elsie Rockwell, investigadora emérita del CINVESTAV de México, nos aporta su visión crítica sobre el proceso de cambios promovido por la gestión del presidente Enrique Peña Nieto en el sistema educativo del país. Por su parte, Sylvia Schmelkes, Consejera Presidenta del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación de México, observa avances y desafíos en el proceso de reforma escolar iniciado hace cuatro años. Dos enfoques de dos grandes intelectuales mexicanas que nos ayudan a comprender las dimensiones de una reforma que ha generado controversias, la decisión oficial de llevarla adelante más allá de los conflictos generados, así como la de sectores académicos y sindicales de oponérsele firmemente. Un debate necesario y urgente en uno de los países más desiguales del continente.

¿Por qué se impone por la fuerza una reforma educativa en México?

 Elsie Rockwell

 Una reforma educativa no se puede examinar fuera del contexto social, político e internacional en que se produce.

La situación general en México desde mucho antes de 2012 ha sido grave. La llamada “guerra contra el narco” ha llevado a una militarización abierta de amplios territorios. Las políticas y los actos de represión hacia la población civil han provocado crecientes movilizaciones de protesta en muchos frentes. No fue un hecho menor la brutal campaña mediática de desprestigio contra los maestros durante el año electoral de 2012. El 21 de diciembre de ese mismo año, tres semanas después de que Peña Nieto asumiera el cargo de presidente, el Congreso de la Unión aprobó el decreto de cambios al Artículo 3ro Constitucional, adicionando al texto existente sobre el derecho a la educación varias fracciones de una extensión desproporcional. Entre otras cosas, estipulaba que «El Estado garantizará la calidad en la educación obligatoria”. Agregaba en detalle los cambios centrados en la evaluación del desempeño docente que deberían ser objeto de leyes posteriores.

La frase del artículo constitucional modificado que disparó la protesta del magisterio sindicalizado fue: “La ley reglamentaria fijará los criterios, los términos y condiciones de la evaluación obligatoria para el ingreso, la promoción, el reconocimiento y la permanencia en el servicio profesional con pleno respeto a los derechos constitucionales de los trabajadores de la educación». Este enunciado tenía implicaciones laborales retroactivas, pues cancelaba todo derecho laboral y contractual de los maestros en servicio que no estuvieran anteriormente en la Constitución. En los hechos, se vetaba cualquier acción jurídica individual o colectiva frente a las nuevas disposiciones. Las autoridades argumentaban que no se daría marcha atrás a una reforma que, según sostenían, era prioritaria, estructural y sacaría al país de la crisis.

En consonancia con la “amnesia histórica” que suele caracterizar a las reformas educativas, esta también presumía un borrón y cuenta nueva con todo lo logrado por las políticas públicas desarrolladas en el sector durante las últimas cinco décadas. Hizo a un lado las instituciones formadoras del magisterio, al abrir la profesión a egresados de cualquier carrera. Muchos maestros y educadores denunciaron la ausencia de cualquier contenido educativo en las tres leyes aprobadas durante el primer año del régimen. La descalificación generalizada del “desempeño docente” desdeñaba el esfuerzo de numerosos colectivos de profesores de educación básica por apropiarse y adecuar a sus contextos las sucesivas reformas previas y de generar programas pedagógicos alternativos, en un sistema público centralizado, pero que tenía márgenes de autonomía que permitían adaptar los programas a la diversidad social y cultural de los alumnos.

Cuatro años y decenas de muertes después, las voces de muy diversos sectores incluyendo la de muchos académicos se han sumado al rechazo de una reforma que es punta de lanza de una nueva embestida neoliberal. El conjunto de las reformas estructurales recientes y en proceso en México, como en otros países, acelera el despoblamiento de amplios territorios, legaliza el despojo de los recursos naturales (bosques, petróleo y minerales, agua, biodiversidad y suelos fértiles) y cancela derechos sociales y laborales. También destruye patrimonios naturales y culturales (como el maíz, amenazado por las semillas transgénicas) y privatiza de manera subrepticia la seguridad social y los servicios de salud y educación. Todo ello se impone con un creciente despliegue de la fuerza pública, incluyendo la militar, para resguardar sus privilegios y reprimir a la protesta social y a los periodistas que hacen pública esta situación.

En este contexto, se produjo una movilización magisterial en la mayoría de los estados que incluyó huelgas, cierre de carreteras, plantones y otras acciones públicas de rechazo a la reforma, bajo las consignas de la defensa de los derechos laborales y de la educación pública. El gobierno controló a la dirigencia del Sindicato oficial, el SNTE, pero numerosos profesores se unieron a la convocatoria hecha por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, la CNTE, sector disidente dentro del mismo sindicato. En julio de 2015, después del terrible ataque a la población civil y a maestros en Nochixtlán, Oaxaca, se abrió un infructuoso periodo de diálogo entre la CNTE y la Secretaría de Gobernación, el cual quedó suspendido al poco tiempo por la parte oficial. Mientras tanto, la Secretaría de Educación Pública, la SEP, firmó un acuerdo paralelo con la dirigencia oficial del SNTE, que consistió en reprogramar la periodicidad y revisar el contenido de las evaluaciones, concesión que convino a ambas partes además de desmovilizar a una parte del magisterio. Además, la SEP aceleró la presentación de un Modelo Educativo que se sometió a consulta en Foros durante 2016 y prometió nuevos programas para el 2017.

¿Qué implica actualmente una reforma calcada sobre muchas que han fracasado en otros países y que fueron adoptadas a finales del siglo pasado? En ningún caso se ha demostrado que reformas que inician con la aplicación universal de exámenes estandarizados de alto impacto hayan logrado elevar la calidad de la educación de manera equitativa. El resultado sobresaliente de este tipo de reformas siempre ha sido la polarización de los sistemas educativos. En un polo se sitúan las escuelas de “buena calidad”, para minorías favorecidas. En el otro polo se encuentran escuelas carentes de recursos para los alumnos excluidos de los mejores servicios por los costos indirectos e incluso por expulsión directa, particularmente si tienen problemas de aprendizaje o disciplina. Quedan fuera del servicio público gratuito millares de niños y jóvenes, quienes se convierten en la población meta para la creciente oferta de certificación de dudosa calidad por escuelas privadas de lucro. Se trata de otro mecanismo para socializar los costos y privatizar las ganancias. Aparentemente, el principio de calidad (término ambiguo pues puede ser buena o mala) mata equidad (que sólo puede ser o no ser).

Es significativo que expertos en evaluación cuantitativa del desempeño docente, como Perrenoud, Wiliam, Berliner y Darling-Hammond actualmente estén proponiendo alejarse de la evaluación universal. En su lugar, apoyan modelos locales, con acompañamiento formativo constante y confidencial para los docentes que lo requieran. Muchos modelos recientes prevén la evaluación integral de todos los actores y factores involucrados en el proceso educativo. De particular importancia es la inclusión de formadores de maestros, un sector totalmente excluido de la actual reforma en México. Este tipo de evaluación es justo lo que proponen los maestros que protestan contra la reforma y que plantean alternativas para la evaluación universal en curso. Reformas exitosas en otros países, como el tan citado caso de Finlandia, primero elaboran y prueban el currículo, luego organizan la formación de los docentes, y hasta el final lo implementan y evalúan. El proceso que toma cerca de una década. En cambio, la lógica actual en México favorece la imposición de reformas con plazos políticos perentorios que suelen generar sucesivos fracasos. Cambiar esta lógica requiere romper con los marcos sexenales que dictan nuestros calendarios de políticas públicas.

Un efecto grave de la actual reforma en México ha sido la jubilación masiva de maestros con experiencia, temerosos de perder no sólo su trabajo si no también su pensión. Esta situación ha sido tan significativa que, en algunas zonas y estados, ha sido difícil cubrir las necesidades con los maestros que ingresan por examen. Quienes han estudiado los procesos de formación docente reiteran la importancia de los primeros años en servicio, más allá de la educación formal, como clave para el desarrollo de buenos docentes. En México, esos años a menudo se viven en las escuelas rurales más aisladas y las periféricas de la ciudad, donde aprenden a enseñar con el apoyo intermitente de familiares o compañeros del gremio. Al abrir el servicio docente a los egresados de cualquier profesión, sin pedir requisitos de mayor estudio pedagógico, la reforma propicia una ruptura de la cadena de transmisión informal del saber enseñar, que sólo puede ocurrir entre formadores y maestros con experiencia y los nuevos que se integran a la docencia. Las campañas de desprestigio hacia la carrera y la amenaza a la estabilidad laboral también están ocasionando una merma en el número de jóvenes que optan por ingresar a la carrera o incluso a presentarse al proceso de evaluación.

Los resultados de reformas similares en otros países, sobre todo en los Estados Unidos, han sido documentados, por ejemplo, con la clausura de miles de escuelas públicas, sobre todo en los centros de las grandes ciudades que anteriormente proveían un buen nivel de vida a una clase obrera industrial: el cinturón de óxido. Se trata de guetos semi-abandonados que recobran poco a poco el interés de las empresas de bienes raíces por la tendencia hacia la gentrificación de las grandes urbes. Cerrar escuelas públicas, una vez establecida su “mala calidad”, obliga a las familias que permanecen en sus barrios a enviar a sus hijos a escuelas alejadas o intentar que sean aceptados por las escuelas privadas chárter que ocupan el vacío creado y que imponen una disciplina cuasi-militar. El efecto neto, como lo señalan muchos, es el debilitamiento del tejido social y comunitario en torno a las escuelas y el descenso de la participación de padres de familia en la vida escolar.

En América Latina, se instala la misma política de clausura de escuelas. En México, el cierre de cien mil centros escolares, anunciada hace poco por la Secretaría de Educación Pública, se dirige en este caso a miles de pequeñas escuelas multigrado que atienden a la población rural e indígena. El argumento para cerrar estas escuelas es su lejanía y “mala calidad” y los costos elevados por alumno, aunque son las que menos apoyos oficiales reciben y a menudo han sido construidas por las propias comunidades. Estas escuelas se encuentran en territorios que también son codiciados, en este caso por conservar las reservas de minerales, petróleo, agua, viento, bosques, flora y fauna que buscan las industrias de la extracción. Los habitantes, protectores o guardianes de esos territorios, estorban. En muchos casos, las zonas de escuelas rurales coinciden también con territorios en las que avanza el control político y social que ejerce el crimen organizado, dedicado tradicionalmente al narcotráfico, pero se expande hacia otros negocios ilícitos. La clausura de las escuelas públicas significa entre otras cosas un retiro del Estado de esos territorios. 

En la mira están también los puertos del Pacífico Sur, ubicados en los estados de mayor cantidad de comunidades rurales e indígenas, y por supuesto, con mayor cantidad de escuelas multigrado. La clausura de estas escuelas rurales acelera el desalojo del campo, pretende concentrar a los niños y jóvenes en las escuelas urbanas “de calidad” e integrarlos a un mundo en el que una mayor escolaridad ya no garantiza un ingreso que permita ni siquiera mal vivir. En ese mundo al que arriban, miles de jóvenes arriesgan la vida con las únicas opciones disponibles para los sin-tierra: jornadas expuestas a tóxicos en campos y minas, migración forzada a un país que los expulsa; trabajo sucio, con la muerte segura tarde o temprano, en el crimen organizado, en las fuerzas públicas para combatirlo o incluso en el trabajo digno en los medios de información o luchando por los derechos humanos.

Dadas las múltiples luchas que convergen en torno al campo en México, la lucha por la tierra, por los recursos forestales, por el agua, por la seguridad, por el derecho de organización comunitaria, por la lengua y la cultura, por la continuidad de la producción agrícola sustentable y por el maíz y toda la cultura de la milpa (chacra), es de vital importancia emprender la lucha por el derecho a la educación pública, gratuita, de buena calidad para los niños y jóvenes en su lugar de residencia. Esto implica defender sobre todo la continua existencia de las escuelas multigrado y mostrar que lejos de ser menor calidad, son una opción incluso preferida en un gran número de países con altos niveles educativos, como Nueva Zelanda.

¿Por qué se impone a la fuerza esta reforma? Todo apunta hacia lógicas que rebasan con mucho un dominio educativo e involucran fuertes intereses políticos y económicos. El gobierno apela a los derechos de los niños y jóvenes, pero en los hechos viola sus derechos actuales y futuros, con acciones que trastornan la administración escolar y distraen a todos los docentes de su tarea principal, dedicar el tiempo prioritariamente a la enseñanza en sus clases. Los recursos disponibles se dedican de manera desigual y discrecional a programas para apoyar aún más a las escuelas favorecidas y dejar a su suerte las más marginadas. Se suprimen además los programas prometidos de ofrecer mayor formación a los profesores.

Por lo anterior, me atrevo a vaticinar que esta reforma, al contrario de lo prometido, logrará polarizar más el sistema, fortalecerá la creciente privatización de las vetas redituables y subvencionadas de la educación pública y provocará un descenso dramático de la calidad y equidad de la educación pública.

 Elsie Rockwell es investigadora emérita en el Departamento de Investigaciones Educativas del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, CINVESTAV, Ciudad de México. Ha investigado los campos de la historia y la antropología de la educación. En 2007, recibió el Premio Clavijero del Instituto Nacional de Historia y Antropología y en 2013 el Premio Spindler del Council of Anthropology and Education de la American Anthropological Association. Ha publicado La escuela cotidiana (FCE, 1995), Hacer escuela, hacer Estado (El Colegio de Michoacán, 2007) y La experiencia etnográfica (Paidós, 2009).

 Desafíos y avances en la reforma educativa mexicana

 Sylvia Schmelkes

 México tiene un sistema educativo de grandes dimensiones: 33 millones de personas están inscritas en alguno de sus niveles. La expansión educativa experimentada a partir de los años sesenta del siglo pasado explica que el 98,6% de los alumnos entre 6 y 11 años esté matriculado en la escuela primaria y que la escolaridad promedio de la población de 15 años y más, sea de 9.2 grados. El sistema educativo mexicano opera en un contexto complejo. México es un país con una gran diversidad cultural y lingüística. 7,9 millones de personas hablan una lengua indígena y 25 millones se consideran indígenas. Ello representa una enorme riqueza, pero la atención educativa a la diversidad cultural y lingüística no ha sido la adecuada, lo que explica que estudiantes indígenas sean los menos beneficiados por el sistema educativo. Por otra parte, si bien tres cuartas partes de la población vive ya en comunidades urbanas, de 2.500 habitantes o más, existen 139.000 localidades con 100 habitantes o menos, a las que es difícil llevar el servicio educativo. De hecho, el 44% de las escuelas primarias son multigrado. El país es en extremo desigual: el decil de mayores ingresos percibe 26.6 veces más que el decil de menores ingresos, y ello se refleja en el acceso, en la permanencia y en los resultados de la educación. 46% de la población vive en condiciones de pobreza.

Todavía hay problemas de acceso a la educación obligatoria, que en México es de 15 años (incluyendo 3 de preescolar). Sólo el 71,9% de los niños y niñas entre 3 y 5 años de edad asiste al preescolar. 87,6% de los que tienen entre 12 y 14 años asisten a la secundaria baja, y 57% de los jóvenes entre 15 y 17 años asisten a la secundaria alta.

El problema de la inequidad educativa quizás sea el más grave del país. Esto se refleja en el propio acceso (son los más pobres los que menos acceden); pero también en la permanencia en la escuela, en la regularidad de la trayectoria escolar, en la calidad de la infraestructura y de los recursos materiales y humanos, en la distribución del gasto educativo y, naturalmente, en el logro escolar. Quienes asisten a escuelas indígenas, viven en zonas marginadas y rurales, y proceden de familias con menores recursos, tienen también menores resultados de aprendizaje. Ante esta realidad, en México se modifica el Artículo 3ro y 73ro de la Constitución a fin de dar lugar a una reforma educativa importante en 2013. Esta reforma educativa descansa en tres pilares: la instalación de un servicio profesional docente, la evaluación educativa (se dota de autonomía constitucional al Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación) y la formación inicial y continua de los docentes. El Artículo 3ro, por primera vez, define que el Estado es garante del derecho a una educación de calidad. Se entiende por calidad el máximo logro de aprendizaje de los estudiantes. Para lograrlo, dice el mismo Artículo 3ro, habrá de mejorar los materiales y métodos educativos, la organización escolar, la infraestructura educativa y la idoneidad de docentes y directivos. La reforma da lugar a la modificación de la Ley General de Educación y de las leyes de educación en las entidades federativas, y genera dos leyes secundarias: la del Servicio Profesional Docente y la del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación.

A cuatro años de iniciado este proceso de cambios, si bien se puede decir que se ha avanzado en todos los aspectos señalados por la reforma, y también en la propuesta de un nuevo modelo educativo y de un estilo de gestión renovado que coloca la escuela en el centro de la atención y de las prioridades, los resultados aún no se observan en indicadores de acceso, trayectoria y logro escolar. La reforma se ha enfrentado a importantes resistencias de parte de las estructuras burocráticas y de sectores del magisterio que han perdido privilegios fuertemente arraigados. La equidad sigue siendo un problema central, y se le ha dado menos importancia de la que merece su gravedad.

El país se enfrenta ahora a fuertes restricciones económicas que han afectado el presupuesto para atender los problemas que se propuso la reforma. Habrá que hacer esfuerzos por colocar adecuadamente las prioridades para poder avanzar en el cumplimiento del derecho de todos y todas a una educación de calidad.

 Sylvia Schmelkes es socióloga y ha realizado la Maestría en Investigación Educativa de la Universidad Iberoamericana en México. Ha sido investigadora desde 1970 en torno a los temas de educación rural, calidad de la educación, educación de adultos y educación intercultural, en torno a los cuales ha publicado más de 150 trabajos y diversos libros. Actualmente es Consejera Presidenta del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación de México.

Fuente: http://blogs.elpais.com/contrapuntos/2017/01/mexico-la-reforma-educativa-en-debate.html

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Puerto Rico: Educación borrará las capas de burocracia

Puerto Rico/23 enero 2017/Fuente: El Nuevo Día

La designada secretaria, Julia Keleher, busca acercar la toma de decisiones a las escuelas.

Lleva menos de tres semanas en el puesto, pero la designada secretaria del Departamento de Educación, Julia Keleher, ya tiene claras cuáles serán las cuatro metas que dirigirán su gestión al mando del sistema educativo público.

metas que dirigirán su gestión al mando del sistema educativo público.

Mejorar el aprovechamiento académico de los estudiantes, atender las necesidades de los alumnos como un ser completo, profesionalizar a maestros y directores escolares y reducir el tamaño de la agencia a nivel administrativo serán los cuatro pilares que Keleher quiere que todos los componentes del sistema educativo internalicen, de modo que todos remen para el mismo lado.

Y es que para la designada secretaria, se tiene que eliminar de raíz la noción de que se trata de prioridades que solo deberán atender los maestros en el salón de clases o que le toca al personal del nivel central trabajar con el asunto.

“Todos trabajamos para lo mismo”, sentenció.

La designada secretaria no da espacio para dudar de que será confirmada al cargo por el Senado. Ya se ha trazado un plan de tareas que espera cumplir en los próximos meses y será en agosto que espera tener listo en su totalidad lo que será su plan formal de trabajo para el Departamento de Educación.

A corto plazo, espera completar una radiografía de la agencia para conocer qué componentes funcionan como deben y cuáles hay que reforzar. Aunque ya nombró personal para dirigir las regiones educativas y los distritos escolares, Keleher aseguró que estas designaciones no son finales, pues para marzo todos deberán demostrar que pueden cumplir con las responsabilidades que se les han dado.

“Quien no demuestre resultados, está fuera. Ellos lo saben. Yo necesito un equipo que pueda cumplir con nuestros planes”, sostuvo.

El equipo que la acompañará en la alta gerencia de la agencia aún no ha sido seleccionado, una tarea que espera completar antes de que finalice el mes. Ya tiene en mente quién podría ocupar el puesto de secretario asociado de Educación Especial y aún entrevista personas para el cargo de subsecretario de Asuntos Académicos o principal oficial académico de la agencia, un puesto que reconoce que tiene una responsabilidad enorme.

 La funcionaria además indicó que de aquí a marzo se propone evaluar el funcionamiento de varias áreas de la agencia, entre ellas los programas de desarrollo profesional para los maestros, el uso de fondos federales, los servicios externos contratados por la agencia y los servicios que recibe la población de Educación Especial.

Mientras, de enero a junio se ha propuesto completar el plan que seguirá la Isla para cumplir con la nueva ley federal Every Student Succeeds (ESSA, por sus siglas en inglés), con la cual Puerto Rico debe cumplir para el próximo 18 de septiembre, precisó Keleher.

Para junio, también se habrán dado los primeros pasos para crear un nuevo modelo de asignación de recursos para que el dinero llegue a las escuelas que más lo necesitan.

“Quiero que el proceso de toma de decisiones pueda estar más cerca de la escuela. Podemos establecer un plan piloto para que las regiones presenten propuestas competitivas, que demuestren que pueden correr los proyectos y así se les asignan los fondos a quienes estén de verdad interesados”, expresó la secretaria designada.

Para estos efectos, Keleher indicó que estudiará la posibilidad de que Puerto Rico deje de ser un sistema educativo unitario bajo las clasificaciones del gobierno federal. Puerto Rico es la única jurisdicción en Estados Unidos que opera como una agencia educativa estatal (SEA, por sus siglas en inglés), que tiene la responsabilidad de desarrollar política pública, y como una agencia educativa local (LEA, por sus siglas en inglés), que típicamente son estructuras administrativas más pequeñas con un mayor contacto con las escuelas. Keleher busca crear modelos que le permitan saber si la Isla recibiría más recursos si algunas regiones se convierten en agencias educativas locales antes de proponer un cambio definitivo.

“Por ejemplo, Título I, que son fondos que se asignan a base del nivel de pobreza de los estudiantes, ahora se calculan a nivel de toda la Isla. Quizás si se dividen, la cantidad de fondos que recibiría la región de Arecibo o de Mayagüez podría ser mayor, eso es algo que no sé pero tenemos que evaluar para entender cuál sería el impacto”, sostuvo.

Keleher es consciente de que administraciones anteriores se han propuesto atender los mismos retos que ella ha priorizado y los resultados han sido, en el mejor de los casos, inconsistentes. Ante esto, destacó que no tiene una vara mágica para producir resultados inmediatos, pero está confiada en que podrá establecer suficientes cambios en la forma como se trabaja en la agencia para generar los resultados que espera.

Trabajo colectivo

En el corto tiempo que lleva en el puesto, Keleher ya ha podido experimentar de primera mano los problemas que una y otra vez se enumeran cuando se habla del Departamento de Educación: la falta de mecanismos estadísticos confiables que midan los resultados de los esfuerzos en la agencia, demasiada burocracia y falta de rendición de cuentas por la labor que se hace.

Con humor recordó que no sabía lo que era el comején hasta que se lo encontró de frente dentro de un salón de clases en una escuela elemental en Guaynabo en el primer día de clases del semestre.

Antes de que comenzaran las clases se reunió con directores regionales, superintendentes y ayudantes especiales de distrito. También ha tenido encuentros con directores escolares –varios de ellos en las escuelas a las que llega sin anuncio previo–, con pequeños grupos de maestros, con líderes magisteriales y grupos sindicales. De cada encuentro aseguró que se ha llevado el compromiso que existe con el sistema educativo.

“Hay mucha gente que solo necesita que los escuche. Me hablan de asuntos que no se supone que me tocan a mi como secretaria, pero que es evidencia de que no consiguen que los atiendan en otros niveles. Me llegan estos ‘emails’ larguísimos y yo lo que me imagino es una persona que está una hora escribiendo el mensaje, que se siente ignorado, pero que después de 30 años todavía tiene esperanza de que puede contribuir a mejorar la educación”, relató.

Sus prioridades no están escritas en piedra, pues asegura que espera que algunas tareas se puedan eliminar de la lista cuando se cumplan.

La designada secretaria ya se ha reunido con múltiples legisladores. Aún no se ha anunciado cuándo se llevará a cabo su vista de confirmación ante la Cámara alta, pero de esos encuentros ya se llevó una lista de cuáles son las preocupaciones de los legisladores y cómo podrían trabajar en conjunto.

Fuente:http://www.elnuevodia.com/noticias/locales/nota/educacionborraralascapasdeburocracia-2283227/

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Chile: 34% de niños y jóvenes recluidos en Sename no reciben educación formal

Chile/23 de enero de 2017/Publimetro

En 12 de los 17 centros de reclusión cerrada los niños acuden a colegios municipales o subvencionados. Mientras que en zonas aisladas, rinden exámenes libres preparados por organismos privadas financiados por Sename.

Según datos de agosto de 2016, en el Servicio Nacional de Menores (Sename) existían 3.665 niños y adolescentes internados por sanciones de Justicia Juvenil. Del total, un 66% se encontraba matriculado en establecimientos formales de educación. En el caso del restante 34%, son formados a través de fundaciones o coorporaciones privadas y su avance académico depende del resultado de los exámenes libres a los que concurren cada año.

La diferencia que existe entre los 12 centros de reclusión cerrada (CRC) que envían a los niños a colegios y los otros 5 que no ofrecen aquella opción, se debe a las limitaciones financieras del Sename, dado que la cantidad de subvención por menor no da para sostener estas matrículas, señaló a Publimetro Iris Fuenzalida, jefa del Departamento de Justicia Juvenil del Sename.

 “Creemos que la educación formal en Chile tiene que avanzar hacia un sistema lo suficientemente inclusivo donde todos los niños, independiente de sus necesidades, puedan estar presentes”, señaló Catalina Lastarria de Corporación Opción.

Esta alternativa se da principalmente en zonas más aisladas (Arica, Coyhaique, Punta Arenas, entre otros) en que el bajo número menores internados no permite costearles educación formal. “Hay algunas dificultades con el financiamiento -señaló-, dado que estos cursos no son masivos. Las limitantes financieras tienen que ver con la ley de financiamiento que tiene educación”.

Pese a asistir a colegios, el grupo mayoritario de menores se encuentra marginado de la educación tradicional y sólo reciben formación escolar para adultos, sin importar sus edades ni los requisitos normados para ello (15 años para básica y 17 para media).

Una pésima alternativa, de acuerdo expresó la experta en infancia de la Universidad de Chile Mónica Manhey, dado que formalmente un niño necesita aprender con metodologías “que sean acordes a su edad y con personas que estén preparadas para eso”.

“El enfoque de la educación como un derecho está en carencia”, enfatizó Mónica Molina, jefa de estudios del Indh.

La mayoría de estos niños tienen un promedio de escolarización de 6 años, explicó Catalina Lastarria, coordinadora de proyectos de Corporación Opción, agregando que los menores tienen un nivel de analfabetismo en que no saben cómo hablar, qué palabras utilizar o cómo escribir. “Estan súper limitados -añadió- en acceder a inserción laboral, redes y todo aquello que uno como adulto o joven que desea participar para ser miembro activo a un ciudadano que contribuya a nuestra sociedad”.

Opción es un organismo ganador de licitación a cargo de programas de reinserción educativa (ASR) en siete CRC administrados por Sename. Pese al rol que cumple la institución, Lastarria asevera que no aspiran a pertenecer a un sistema paralelo e incluso se muestran críticos ante el rol que el Estado ha desarrollado en este sentido. “Creemos que la educación formal en Chile tiene que avanzar hacia un sistema lo suficientemente inclusivo donde todos los niños, independiente de sus necesidades, puedan estar presentes”, manifestó.

“El enfoque de la educación como un derecho está en carencia”, enfatizó al respecto Mónica Molina, jefa de estudios del Indh. Según la abogada, la falta de posibilidades que se presentan a los menores del Sename se debe a la totalidad que debe asumir el Sename como garante de derechos. “El Estado -indicó- tiene la obligación de cumplir con el derecho a la educación de los niños vulnerados o en conflicto con la ley. El Estado tiene más de un Ministero y, en este caso, no es sólo el Sename el encargado de garantizar el derecho, también existe un Ministerio de Educación”.

“Hay un incumplimiento del Estado -agregó- en estándares internacionales específicos en la materia, para un grupo doblemente vulnerado como son los niños privados de libertad, sin contar la falta de integralidad en la educación”.

Estas críticas son asumidas por el Sename, desde donde se advierte el diagnóstico y aseguran estar trabajando para ser incluídos en la reforma educacional que el Gobierno discute actualmente en el Congreso. “Lo que vivimos hoy no es el ideal, por eso estamos trabajando con el Mineduc para que sea considerado el Sename en la reforma educativa como un foco importante de educación específica. No queremos tener más educación para adultos, sino una educación que responda a nivelar los deficit de los jóvenes”, sentenció Fuenzalida.

Fuente: https://www.publimetro.cl/cl/noticias/2017/01/20/34-ninos-jovenes-recluidos-sename-no-reciben-educacion-formal.html

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Todos tenemos respuestas ¿Y las preguntas?

Por: Juana M. Sancho. 

Se hace necesario situarse en perspectivas más complejas y transversales desde las que mirar la educación y obtener respuestas, que aunque no nos den soluciones definitivas, sí nos permitan no caer en los mismos errores

Como oímos a menudo, todo el mundo parece tener claro cómo resolver los problemas de la educación, además de estar seguros de que lo que no funciona es responsabilidad de otros. De ahí que no sorprenda que cada vez que cambia un gobierno se proponga una reforma educativa que, para los impulsores, solucionará todos los problemas de la educación (aunque venga sin partida presupuestaria, ni transformación profunda de las estructuras que alimentan la inercia de los sistemas). O que los que se encuentren en la oposición realicen propuestas basadas en la misma argumentación.

Esta tendencia no es reciente. En abril de 2002, en una ponencia invitada al Congreso Pedagógico La educación crea futuro, Federico Mayor Zaragoza explicó que cuando fue ministro de Educación, pensó en acometer una reforma de la enseñanza secundaria, porque le parecía que debía mejorarse. Comenzó a documentarse y descubrió que en los últimos 150 años este tramo de enseñanza había experimentado treinta reformas. Es decir, una cada cinco años. En este punto pensó que no había ningún proceso de cambio sustantivo que pueda llevarse a cabo en cinco años y que quizás lo que los centros y los docentes necesitaban en aquellos momentos era una cierta tranquilidad para trabajar.

Sin embargo, y de forma paradójica, si hay un ámbito que requiera un cambio profundo y sustancial es el de los sistemas educativos formales. Sobre todo, porque en un mundo volátil, incierto, complejo y ambiguo como el actual, como observó el sociólogo Wilfried Pareto a comienzos del siglo XX, producen tantas o más turbulencias los no-cambios que los cambios. Y los sistemas educativos se han revelado como extraordinariamente inerciales y resistentes a cambios y mejoras profundadas y esenciales. De ahí la necesidad de resituar y problematizar nuestras miradas porque, como argumentaba Seymour Sararon en El predecible fracaso de la reforma, con frecuencia se ponen en marcha reformas que desconsideran del conocimiento acumulado y disponible sobre las distintas dimensiones que intervienen en la configuración de los sistemas educativos. Con ello, se pueden repetir propuestas que ni dieron los frutos deseados en el pasado, ni mucho menos los darán en el presente (a punto de terminar este texto me encuentro con una viñeta de El Roto, en la que un adulto les dice a un niño y una niña: “Tenéis que estudiar mucho y prepararos bien para el pasado”, algo que parece contradictorio en un tiempo que en lo digital vuela al futuro y en lo social apunta al pasado).

Pero la aportación más significativa de este autor fue cuestionar los axiomas en los que se basan los esfuerzos de reforma para adoptar perspectivas que permitan otros modos de análisis y pautas de actuación. Sobre todo porque, demasiado a menudo venimos con las respuestas sin habernos planteado la pertinencia, originalidad, profundidad y complejidad de las preguntas. Algo particularmente preocupante cuando nos enfrentamos con problemas “endiablados” (wicked). El teórico del diseño Host Rittel, denominó “endiablados” a los problemas del sistema social que están mal formulados, en los que la información es confusa, en los que hay muchos interesados y afectados y muchas personas con capacidad para tomar decisiones desde posiciones, intereses y sistemas de valores contradictorios, y donde las ramificaciones de todo el sistema tienden a ser confusas y, sobre todo, imprevisibles.

Ese tipo de problemas no tienen una formulación definitiva, sino que cada formulación corresponde a la de una solución; y para cada uno de ellos siempre hay más de una explicación posible, que depende de la visión del diseñador. ¿Existe un problema de diseño más “endemoniado” que el de la educación? Lo dudo. De lo que estoy segura es de la necesidad de cambiar las preguntas y situarse en perspectivas más complejas y transversales que si bien no nos lleven a soluciones definitivas nos permitan no seguir cometiendo los mismos errores.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/01/13/todos-tenemos-respuestas-y-las-preguntas/

Imagen: insurgenciamagisterial.com/wp-content/uploads/2017/01/problemaseducativos.jpg

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México: ¿Cumplir el derecho a la educación?

América del Sur/México/21 de Enero del 2017/Fuente: Educación Futura

El Sistema Educativo Nacional opera de manera insuficiente y desigual, que en ninguna modalidad escolar los centros cuentan en su totalidad con las condiciones básicas para la enseñanza y el aprendizaje y que las mayores carencias se encuentran en las escuelas ubicadas en los contextos más desfavorables, en las cuales se atiende a la población con mayor grado de vulnerabilidad … Silvia Schmelkes del Valle, Presidenta del INEE 

De acuerdo con el Maestro Pablo Latapí, no se puede ejercer ninguno de los derechos civiles, políticos, sociales, económicos o culturales sin un mínimo de educación, por lo que recibir educación se constituye en un derecho consagrado en nuestra Carta Magna, la cual se encuentra apenas a 17  días de cumplir sus primeros cien años de vida.

Con las reformas a la legislación educativa del año 2013 se le agregó, bajo un estridente mensaje de logro del gobierno federal, el término calidad, el cual, el Secretario de Educación investido a profeta, estableció que dicho término por arte de magia y sin mayores inversiones realmente trascendentales en el ramo, habrían de transformar la educación con el sólo acto de evaluar al magisterio y sin tocar ni los planes y programas y por supuesto sin tocar el tema de llevar a cabo una evaluación a las autoridades educativas.

Para ser más específico, en el Artículo 3º, señala que la e ha de ser de calidad, entendiendo por ello ͞que los materiales y métodos educativos, la organización escolar, la infraestructura educativa y la idoneidad de los docentes y los directivos garanticen el máximo logro de aprendizaje de los educandos, lo cual, a menos de dos años de que culmine la actual administración federal, resulta complicado el poder observar que las acciones desarrolladas desde la errónea política educativa, puedan detonar en acciones que logren mejorar la ya de por si  deteriorada calidad de la educación en nuestro país.

Como una muestra más de ello, en días pasados se presentó por parte del Instituto Nacional para la Evaluación de Educación (INEE) el documento que muestra los resultados de “La evaluación de condiciones básicas para la enseñanza y el aprendizaje” (ECEA), la cual fue diseñada con el propó sito de conocer la medida en que las escuelas de la educación obligatoria en nuestro país cuentan con condiciones básicas para su operación y funcionamiento.

La primera aplicación de ECEA inició en el nivel de educación primaria tomando en consideración la evaluación de siete ámbitos que son: Infraestructura para el bienestar y aprendizaje de los estudiantes, mobiliario y equipo básico, materiales de apoyo educativo, personal que labora en las escuelas, gestión del aprendizaje, organización escolar y la convivencia escolar para el desarrollo personal y social.

El que podamos ver que en pleno siglo XXI más del 44 por ciento de todas las escuelas primarias del país no sean escuelas de organización completa o multigrado, en las cuales son aquellas en las  cuales un profesor enseña a más de un grado educativo al mismo tiempo, es decir, uno, dos o más cursos en un mismo salón de clase, es un síntoma de la gravedad de la situación que priva en
nuestro país, en donde las recientes decisiones de política educativa no han marcado aun diferencia alguna y se afirma, desde el propio INEE, que en nuestro país, ningún centro escolar  cuenta con todas las condiciones básicas para la enseñanza.

El sistema educativo nacional se asienta sobre la realidad que viven día a día una mitad de la población que sufre al no poder satisfacer sus necesidades más apremiantes generando con ello  condiciones graves de inequidad que, con los recientes incrementos propiciados desde la decisión  de incrementar los precios y los impuestos a los combustibles, se agrava aún más.

Puede haber miles de evaluaciones más, sin embargo, mientras no se tome en consideración el contexto y el apoyo –no sólo con palabras– a la labor que a diario realiza el magisterio nacional,  pocas podrán ser las consecuencias positivas para la niñez mexicana y con ello a cumplir su  derecho a la educación.

Disponible a traves de la url: http://www.educacionfutura.org/cumplir-el-derecho-a-la-educacion/

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