Por: Valentina González
De cara al arranque de un nuevo ciclo escolar, algunas instituciones abrirán sus puertas para regresar a clases de forma presencial, aunque también ofrecerán otras modalidades (a distancia o híbridas) para sus estudiantes. Independientemente de la forma, es importante no descuidar la salud mental, la cual ha sido afectada seriamente por la pandemia del COVID-19.
La Dra. Ana Paola Sáenz, académica del Departamento de Psicología de la IBERO, habló de la importancia de identificar situaciones o pensamientos que están disparando la ansiedad, pues esto permitirá validar emociones y saber de dónde vienen emociones como el miedo, la angustia o la tristeza.
Ante el regreso de algunos sectores a las actividades presenciales, habrá quienes manifiesten inquietud, enojo o ansiedad, porque en estos meses de pandemia aprendieron y se adaptaron a vivir en confinamiento; además, existe incertidumbre sobre cómo, en la práctica, se dará el regreso a la presencialidad.
En ese sentido, el Dr. Juan Carlos Hurtado, psicoterapeuta de la Clínica de Bienestar Universitario (CBU) -instancia que tiene a su cargo ofrecer a toda la comunidad universitaria atención psicológica-, explicó que, ante el confinamiento, las personas adoptaron un estilo de vida distinto en donde el aislamiento y los cuidados han sido parte esencial de sus vidas.
Para el especialista, el hecho de retomar rutinas que se interrumpieron genera inquietud en colaboradores y estudiantes; por lo cual, “todas y todos tendremos que desarrollar más flexibilidad y tolerancia ante un regreso gradual. Será importante ejercitar esta flexibilidad y probar cómo se sienten y hasta dónde pueden retomar actividades sin sentirse angustiados».
En el caso de la IBERO, las clases presenciales se darán en grupos reducidos en los que se garantice la sana distancia y el respeto a las medidas protocolarias para salvaguardar la salud. En este regreso, sólo podrán asistir bajo el formato presencial quienes requieran el uso de talleres y laboratorios.
Cabe destacar que este plan se puede modificar de acuerdo al panorama sanitario a nivel local y nacional, y a las medidas que recomienden las autoridades de salud del Gobierno de la Ciudad de México y de instancias federales.
Para las y los alumnos que continúen con clases a distancia, la Dra. Ana Paola Sáenz, responsable del Programa de Tutorías del Departamento de Psicología, recomendó no descuidar el área afectiva y social de la educación porque esto tiene que ver con el autocuidado.
“Para que el aprendizaje sea significativo deben estimularse las relaciones entre compañeros de clase, y entre el estudiantado y docentes. Es importante tener retroalimentación con ellas y ellos para no sentirse rebasados. Es indispensable fomentar una comunidad de aprendizaje y no de asilamiento”, explicó la académica.
La psicóloga recomendó al estudiantado, sobre todo quienes continuarán con las clases a distancia, cuidar la rutina, es decir, establecer y respetar horarios como los de las comidas y acordar con la familia sobre la hora en que se reunirán para compartir tiempos. Esto permitirá estar bien organizados.
También deberán cuidar la ingesta excesiva de comidas, de bebidas alcohólicas, así como las compras en línea, ya que los consumos problemáticos tienen que ver con la ansiedad y el estrés.
Además, se debe hacer un ejercicio para identificar la fuente del estrés. Es decir, estar atentos a si se debe a la situación que vivimos a causa de la pandemia, al encierro, a un tema académico o personal. “Es importante saber de dónde viene mi estrés para poder trabajarlo”, dijo.
Fuente de la información e imagen: IBERO