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Transformaciones en el capitalismo de la información

Por Pablo Dávalos

Resumen

La teoría económica moderna parte de la categoría de “equilibrio general” como una condición necesaria para la comprensión del funcionamiento de la economía. Sin embargo, existen ahora fenómenos económicos que son irreductibles al equilibrio general. Las corporaciones de la sociedad de la información definen su estructura de precios por fuera de toda consideración del equilibrio general. Esto ha generado dos fenómenos que son incompatibles con la teoría económica moderna: de un lado hay corporaciones que han endogenizado la demanda, es decir, han convertido a los consumidores en vectores de su propio modelo de negocios; y, de otro, han exogenizado la oferta, es decir, se han desprendido de todo proceso productivo. Para hacerlo se necesitan de condiciones de posibilidad previas, esas condiciones son políticas y tienen que ver con la desarticulación política a los trabajadores, con las medidas de austeridad y con el debilitamiento del Estado, entre otras. Esto conduce a que la estructura social sobre la cual se definen los precios en la sociedad de la información y por fuera del equilibrio general, sea política, lo que conlleva al retorno de la economía política.

Palabras clave: endogenización de la demanda, homo economicus, exogenización de la oferta, neoliberalismo, desarticulación de la clase obrera

El marco teórico del mainstream de la economía moderna

El neoliberalismo transformó de manera radical el concepto de “mercado”. De ser un espacio social destinado al intercambio entre vendedores y compradores a partir de un sistema de precios, el neoliberalismo lo transformó en una esfera de regulación social y validación de decisiones políticas. Para el neoliberalismo el mercado no solo permite el encuentro entre oferta y demanda, sino que, además, ratifica a la sociedad en sus decisiones políticas y su capacidad de regularse a sí misma.

La construcción de instituciones sociales que siempre se habían relacionado con la ley, la justicia y la costumbre, ahora ceden el paso a la racionalidad económica del mercado porque se asume que los criterios de eficiencia y la racionalidad solamente pueden ser expresados y validados desde el mercado, de ahí que se afirme que todas las instituciones sociales sean económicas y que todo cambio histórico de la humanidad, en realidad, se debería a los cambios en los precios relativos.

Sin embargo, la teoría económica clásica, es decir, el pensamiento que proviene de Adam Smith, David Ricardo y Karl Marx, entre los más importantes, siempre había integrado el mercado a la producción y, a su vez, la producción al trabajo y a la división del trabajo. Marx, de su parte, nunca asimiló la producción al mercado sino que había integrado al mercado como la esfera que realizaba el valor que, de su parte, se había generado en la producción. El mercado, en tanto circulación del valor, nunca crea valor: lo realiza. La única excepción que Marx previó fue aquella del transporte de mercancías.

Para que el mercado se transforme en algo más que un espacio de compra y venta y se convierta en un regulador de toda la sociedad, que incluye a sus decisiones políticas, era necesario una amputación teórica radical: separarlo de la producción. Este proceso se realizó a fines del siglo XIX y se construyó a lo largo del siglo XX con la denominada teoría económica moderna.

De esta manera, el eje de toda la discusión económica asume al mercado como algo más que un concepto económico, en realidad lo considera como regulador social. La producción de mercancías se convierte en un asunto técnico y se desplaza hacia la administración de empresas y la microeconomía. Así, se efectúa un proceso inverso a aquel de la economía clásica: se transforma a la producción en una determinación de la circulación (el mercado).

El valor de las mercancías tendría que ver, en efecto, con el mercado como el locus desde el cual los consumidores asignan el valor a partir de sus decisiones supuestamente racionales, autónomas y libres en un contexto de libre concurrencia. Los consumidores se acercan a la mercancía y deciden adquirirla en función de un concepto que tiene un fuerte componente metafísico: las preferencias reveladas. Esos seres humanos convertidos en una determinación de la mercancía (un fenómeno que ya había sido advertido por Marx en el análisis de la alienación y en el fetichismo de la mercancía), se transforman, para la teoría económica moderna, en homo economicus.

De todos los conceptos económicos elaborados en el siglo XIX, quizá aquel de equilibrio económico sea uno de los más importantes no solo por sus implicaciones económicas sino incluso por sus consecuencias políticas y metafísicas. El equilibrio de mercado, para la economía moderna, implica una utilización racional de recursos escasos y la máxima satisfacción tanto para los consumidores como para los productores, lo que conduce a la sociedad a una realización de sí misma. El equilibrio económico es ese punto metafísico en donde coinciden la supuesta utilidad del homo economicus y la rentabilidad de los empresarios y en donde la sociedad también alcanza el máximo nivel de racionalidad posible con un sistema de precios dado y a partir de recursos escasos. El equilibrio económico petrifica a la historia y hace imposible pensar en cualquier transformación social.

El concepto de equilibrio general fue formulado por Leon Walras a fines del siglo XIX. Se construye metodológicamente el encuentro entre dos fuerzas casi naturales (oferta y demanda) que, al coincidir, se anulan mutuamente y dejan en su punto máximo la función de utilidad para compradores y vendedores. Ese punto máximo, la teoría económica moderna, lo denomina margen.

En la oferta constan todos los bienes y servicios realizados por los productores con una dotación inicial de factores (tierra (o naturaleza), trabajo y capital (incluye tecnología y gestión)), que buscan el máximo posible de rentabilidad para su inversión. En la demanda, en cambio, están los consumidores que, en tanto homo economicus, son plenamente racionales en cuanto a sus gustos y preferencias, y que pueden discriminar de forma racional aquellos bienes y servicios que maximizan su utilidad con la restricción del ingreso disponible.

Para la oferta y la demanda, el precio constituye una información que les permite tomar decisiones que se consideran racionales. Todas esas decisiones que se toman de manera libre, autónoma y soberana en el mercado conducen, finalmente, al equilibrio general de toda la sociedad.

El concepto de equilibrio de mercado, que Marx consideraba un concepto vulgar porque no permitía ninguna comprensión del capitalismo en tanto sistema económico, por supuesto que ha cuestionado desde diferentes visiones y marcos teóricos; sin embargo, la construcción del mainstream implica y supone la invisibilización de sus críticos.

La noción de equilibrio general de la economía es el punto nodal de todo el discurso económico del siglo XX y también del siglo XXI. Se asume como una posición de principio epistemológico sobre la cual descansa toda la analítica de la economía moderna. Si este principio epistemológico se cae, se derrumba todo el edificio conceptual construido sobre él. Por ello no hay cabida para ninguna forma de reinterpretar, criticar, cuestionar o siquiera poner en debate la noción de equilibrio general.

Aunque sumario, pero este es el marco general que subyace a la teoría económica moderna y su enfoque de equilibrio general. Se llama equilibrio general porque en él coinciden, a saber, los tres mercados más importantes: el mercado de trabajo, el mercado de capitales y el mercado de bienes y servicios. Toda posición que mueva a los precios de sus posiciones de equilibrio implica distorsiones que no tienen nada que ver con el mercado sino con fuerzas exógenas a él, porque el mercado, se supone, llega de forma natural y espontánea al equilibrio en función de su capacidad de autorregulación. En este enfoque de la teoría económica moderna, quien puede desplazar a la economía de sus posiciones de equilibrio general es, habitualmente, el Estado.

Ahora bien, no quiero sumarme a las críticas del concepto de equilibrio general de mercado y, menos aún a la crítica al marco epistemológico del neoliberalismo, que son múltiples, vastas e importantes sino, más bien, ponerlo en otra perspectiva y que tiene que ver con la posibilidad de que la demanda de mercado pueda ser endogenizada por las empresas mientras que, al mismo tiempo, estas empresas puedan exogenizar la oferta, lo que daría lugar a la anulación práctica del equilibrio económico o, en todo caso, a una posición bastante alejada de las prescripciones teóricas del discurso actual de la economía.

En otros términos, hay un contexto en el cual existen determinadas empresas con tal capacidad de dominar al mercado que pueden conocer casi con exactitud a la demanda, mientras que, al mismo tiempo, deciden dejar de producir los bienes y servicios que tradicionalmente comercializaban y, no obstante, mantienen una posición de dominancia de mercado sobre esos bienes que ya no producen directamente. Para estas empresas, la oferta y la demanda ya no son fuerzas ciegas que llevan al equilibrio general sino más bien determinaciones de su propio modelo de negocios. Ellas definen e imponen sus precios por fuera de toda consideración de equilibrio de mercado, competencia, racionalidad de los consumidores, preferencias reveladas, en fin.

Si esto es así entonces el equilibrio general, definitivamente, adquiere otra significación. ¿Cuál es esa nueva significación? Y ¿cómo la oferta y la demanda pasan a convertirse en determinaciones de cierto tipo de empresas? ¿Qué significa que estas empresas (o, si se quiere, corporaciones) puedan endogenizar la demanda y, al mismo tiempo, exogenizar la oferta? Si anulan al equilibrio ¿qué pasa con la economía de mercado?

La endogenización de la demanda y exogenización de la oferta

Son cuestiones que tienen que ver con el desarrollo del capitalismo y las consecuencias sobre los sistemas de regulación del capitalismo de los avances tecnológicos y de la emergencia de la economía de la información. Son avances cuyos contornos se han perfilado a partir de la segunda década del siglo XXI y que dan cuenta de niveles de concentración y centralización del capital a niveles inéditos.

En un grado determinado de concentración y centralización y, al mismo tiempo, de desarrollo tecnológico y de especulación financiera, ciertas corporaciones tienen la capacidad de anular los efectos aleatorios y la incertidumbre de la oferta y la demanda, es decir, del mercado. Para esas empresas, el mercado es otra cosa que aquella de la descripción original del siglo XIX y XX. Es, ahora, un espacio que ellas controlan por entero y que forma parte de sus propias determinaciones. De límite externo ha devenido en determinación interna.

No se trata solamente de una posición de monopolio o de acuerdo colusorio del mercado sino de algo más profundo, más vasto y más complejo. Se trata de la forma por la cual un determinado grupo de corporaciones dejan de producir bienes y servicios y, al mismo tiempo, se dedican a producir patrones de comportamiento que implican administrar la demanda a voluntad.

Este proceso que empieza con la sociedad de la información, se consolida, amplía y profundiza con la masificación del uso de redes sociales, el incremento de las capacidades de conexión a internet, la irrupción de la inteligencia artificial, el abaratamiento y el fácil acceso de los dispositivos tecnológicos, entre ellos los teléfonos inteligentes, entre otros, son los que ahora permiten la conversión de la subjetividad humana como una determinación de la corporación para administrar la demanda a su antojo.

Creo que las nuevas tecnologías están logrando lo que a primera vista puede ser imposible: que las empresas puedan conocer de tal forma al consumidor que puedan registrarlo, inscribirlo y adecuarlo a sus propios modelos de negocios como un vector de su modelo de gestión. De esta manera, la demanda, al menos como la conocíamos y como se la había teorizado desde el siglo XIX, para estas corporaciones, desaparece en su formato original. La demanda de mercado es ahora, para ellas, una determinación que nace, se dispone, define y condiciona como un vector que ha sido previamente precisado y estructurado dentro de sus propios modelos de negocios.

A este proceso de endogenización de la demanda de mercado se suma otro: estas corporaciones se desprenden de la producción para concentrarse en la administración de las preferencias del consumidor. Es decir, la oferta se exogeniza de la empresa. La producción, en tanto espacio para la creación de bienes y servicios, sale de la esfera de la empresa. Así, estas corporaciones dejan de preocuparse de la producción y, más bien, se concentran en la administración de la demanda.

El desarrollo de las tecnologías de la información, con la expansión de las redes sociales, con el perfeccionamiento y rápida propagación de  la inteligencia artificial, con las capacidades de conectividad cada vez más exponenciales (las próximas redes 6G por ejemplo), y con el desarrollo de nuevas tecnologías, como es el caso de la computación cuántica y los enlaces cuánticos, las biotecnologías y las nanotecnologías, entre otros, otorgan a cierto grupo de corporaciones capacidades tecnológicas que son inéditas y que les conducen a alterar de forma importante la estructura misma de la economía.

Ahora pueden hacer algo que era imposible en el siglo XX: individualizar su producción sin perder sus economías de escala y llegar a tal conocimiento de la demanda que pueden generar patrones de comportamiento en los consumidores para inscribirlos dentro de sus propios modelos de gestión y de negocios.

Pero ¿cómo lo hacen? ¿De qué forma han logrado, de una parte, dejar de producir y, de otra, incidir sobre la subjetividad de los consumidores para administrarla a su conveniencia? Y, ¿qué consecuencias tiene esto para la teoría económica? O más bien, ¿qué tipo de teoría económica debería ocuparse de estos fenómenos? Esto nos lleva a una cuestión importante: ¿Hacia dónde va el capitalismo?

El mercado como espacio de incertidumbre: la regulación en el capitalismo

Una empresa se enfrenta siempre a un entorno de indeterminación e incertidumbre con respecto al mercado. Mientras que para la empresa la producción no guarda ningún misterio y puede planificar al detalle todos los procesos productivos, en cambio el mercado se le presenta con un enorme signo de interrogación.

Es por ello que las empresas han invertido tanto en el conocimiento, predicción y comprensión de las tendencias del mercado. Es por ello también que se han desarrollado campos analíticos como la neuro-economía y la economía del comportamiento, porque las empresas buscan intuir de la manera más cierta la forma por la cual se comportarán los mercados para poder reducir la incertidumbre, los gastos asociados a ella y, por ende, incrementar su rentabilidad.

Una de las formas arcaicas que tienen las empresas para domeñar los mercados es a partir de su  control directo, sea por la vía de los monopolios o los monopsonios, o por la vía de los acuerdos colusorios de mercado. Pero son controles exógenos al mercado. Son, en realidad, distorsiones al mercado y, por tanto, al equilibrio general. Es por eso que los textos de economía analizan de forma particular la formación de precios de los monopolios porque suponen alteraciones al equilibrio de mercado.

¿Qué pasaría si una empresa puede reducir casi a cero la incertidumbre del mercado sin distorsionarlo? En ese caso la empresa se confronta a un horizonte de certezas hacia el cual puede converger su producción. Sabe exactamente qué es lo que tiene que producir y para quién es esa producción. Fue esa transformación la que provocó el denominado “toyotismo” de la producción justo a tiempo en los años setenta del siglo pasado.

Pero el toyotismo no alteró la incertidumbre del mercado, simplemente la adecuó a las necesidades de las empresas. En vez de la producción en masa del fordismo, el toyotismo se ajustó a las exigencias de la demanda. Desde la demanda nacían las señales que se replicaban hacia toda la empresa. La demanda de mercado, en todo caso, siempre era un factor exógeno a la empresa.

Ahora bien, este modelo del toyotismo empieza a transformarse en la sociedad de la información. Las nuevas empresas endogenizan la demanda y, casi al mismo tiempo, exogenizan la producción. ¿Qué quiere decir esto? Que las empresas van un paso más allá del toyotismo. Ahora pueden conocer exactamente al consumidor. Y no se trata de un conocimiento ni marginal ni casual, sino amplio, riguroso y exhaustivo y a tal extremo que, incluso, llegan a conocerlo más allá de lo que el propio consumidor puede conocerse a sí mismo.

Para estas corporaciones de la sociedad de la información, los consumidores ya no representan ningún misterio. Estas corporaciones saben qué sienten, qué necesitan, qué les gusta, qué no les gusta, cómo distribuyen su tiempo, cuáles son sus filias, cuáles son sus paranoias, cuáles son sus excesos, cuáles son sus debilidades, etc.

Estas corporaciones tienen la posibilidad de desarrollar una especie de mapa cognitivo, afectivo, fisiológico e intelectual de todos y cada uno de sus consumidores reales y potenciales. Con ese mapa no solo que pueden ubicar su modelo de negocios sino también pueden generar señales imperceptibles sobre los patrones de conducta e interferir sobre ellos. Esto pone a estas corporaciones en otro nivel: de la incertidumbre del mercado ahora deben resolver el desafío de cómo interferir en los patrones de comportamiento del consumidor y transformarlos en vectores de su modelo de negocios.

De esta forma, la empresa endogeniza al consumidor. Lo transforma en una determinación de la propia empresa. Si la empresa tiene éxito puede crear una especie de reflejo condicionado o patrones de conducta condicionados que han sido diseñados desde la empresa.

Entonces, el desafío ya no consiste tanto en producir algo sino en endogenizar al consumidor dentro de la empresa y para ello se necesita de información. En efecto, la endogenización del consumidor no puede hacerse sin que el consumidor transfiera a las empresas todos sus datos personales, sus gustos, sus preferencias, sus dinámicas más vitales, los datos de su salud y fisiología, sus dudas más existenciales y sus proyectos de vida, de manera libre, voluntaria, sistemática, cotidiana y, además, gratuita. Es exactamente eso lo que hacen las redes sociales y las aplicaciones de internet. Son, literalmente, redes lanzadas hacia la subjetividad de las personas que, al caer en ellas, ponen en ellas toda su vida y, encima, lo hacen todo el tiempo y gratis.

Las corporaciones tienen información del número de pasos que ha dado una persona en un día determinado. De los circuitos urbanos o rurales que ha recorrido. De las compras que ha hecho. De su presión arterial y pulso cardíaco. De sus indicadores más importantes de su salud. De sus preferencias cotidianas. De su círculo social. De sus opiniones políticas. De su forma de conducir un coche. En fin.

En ese contexto, para estas corporaciones la producción, de forma paradójica, se convierte casi en un obstáculo porque le sustrae recursos de su objetivo más importante que es la endogenización del consumidor. Se trata de un proceso que lleva el fetichismo de la mercancía a un nivel más alto y que coloniza la subjetividad del consumidor de tal manera que el consumidor se convierte en una determinación de la empresa sin que tenga la más mínima idea de ello.

La empresa ya no solo produce un bien o un servicio, sino que también produce al consumidor de ese bien y de ese servicio.  Estas corporaciones lo pueden hacer porque conocen los patrones de comportamiento y preferencias de los consumidores, no como un dato general y que ha sido extrapolado de otras variables, sino como un dato real y que tiene que ver con la propia información que el consumidor ha colocado en sus redes sociales.

Pero el volumen de información es tan grande y las posibilidades de integrarlas de manera consistente es tan vasta que se necesitan recursos tecnológicos gigantescos para hacerlo. Es en esa dinámica que se genera la inteligencia artificial, como un algoritmo que tenga capacidades heurísticas y probabilísticas para poder manejar la información que los consumidores diariamente exponen en las redes sociales.

Me voy a valer de un ejemplo, como un marco heurístico, de lo que quiero decir. En el siglo XXI existe, sobre todo en las sociedades capitalistas más avanzadas, una especie de culto al cuerpo y a la imagen. El filósofo francés Michel Foucault las denominaba las tecnologías del yo y tienen que ver con las derivas biopolíticas del neoliberalismo. Ahora bien, esto conduce a que prácticas relativamente extrañas ahora formen parte de la cotidianidad de millones de personas en todo el mundo y sin las cuales no se sienten conformes consigo mismas y que han generado importantes modelos de negocios e industrias. Una de esas prácticas extrañas tiene que ver con los gimnasios y el trabajo sobre el cuerpo. Existen, en efecto, muchas industrias detrás de ese culto al cuerpo (farmacéuticas, ropa deportiva, aplicaciones, etc.). Pero de todas ellas, quisiera detenerme en las corporaciones de ropa deportiva como Nike, Puma o Adidas, entre otras.

Cada una de ellas, ha logrado influir sobre la subjetividad de millones de personas que se han convertido en usuarios permanentes de eventos deportivos y que adquieren una serie de gadgets, ropa deportiva y uso de aplicaciones que les obligan a cambiar sus rutinas diarias de vida. Este comportamiento de las personas, aparentemente autónomo, en realidad se integra a las necesidades de las corporaciones cuando ellas saben exactamente lo que piensan y sienten estas personas y los motivan a que adopten ciertos comportamientos, entre ellos, el uso del gimnasio (fitness) y sus rutinas (o el jogging).

Estas corporaciones, que han exogenizado la producción (actualmente ninguna de ellas fabrica ropa deportiva, ni zapatos deportivos ni nada en concreto en realidad), ahora se concentran en las conductas de las personas. Así, han experimentado un proceso de alteración que tiene que ver con las mutaciones del capitalismo: primero se transformaron en corporaciones dominantes gracias a su economía de escala; luego trasladaron su producción hacia subcontratistas gracias a la delocalización en zonas especiales de desarrollo económico, lo que les obligó a concentrarse en la gestión de la marca; y, finalmente, han vinculado la marca con patrones de comportamiento del consumidor para administrar la demanda.

De esta forma, la marca de la corporación es solo una interfaz para la intervención directa sobre la conducta. Se trata de influir sobre la conducta para provocarla a que asuma hábitos y costumbres que, en otras circunstancias, habrían sido imposibles. Así, logran movilizar millones de personas todo el tiempo a través de eventos deportivos, maratones, o jornadas extenuantes con los pretextos más variados pero que generan fenómenos sociales que han sido creados expresamente desde estas corporaciones.

Muchas personas quizá en algún momento de epifanía retornen a ver el ambiente del gimnasio, del fitness o del jogging y se pregunten “¿qué hago aquí?”, o “¿por qué estoy haciendo esto?”. Es solamente un relámpago de lucidez que alumbra el absurdo de su situación. No están ahí por motu propio. Están ahí porque han sido condicionados. Porque su propia subjetividad ha dejado de pertenecerles. Pero no lo saben. Se esfuerzan en el gimnasio hasta más allá de lo posible y transitan todo el día con ese cansancio que los obliga a tomar suplementos y drogas para mantenerse siempre en esa forma; así, establecen sus propios horarios de vida para robarle tiempo al descanso o a la recreación, y pasar en el gimnasio o en el jogging o en algo parecido, solamente por el culto al cuerpo: biopolítica pura. Todo ello revela una colonización de la subjetividad que va más allá de la alienación que describía Marx.

¿Cómo una corporación, como Nike por ejemplo, pasó de la producción de artículos deportivos a la gestión de la marca, y de ahí a la formación y administración de conductas? Quizá porque tienen a su disposición algo que no existía en el siglo XIX cuando se conformó la teoría de los mercados y del equilibrio general. Ahora tienen información real y permanente de todos y cada uno de los consumidores. Y se trata de un insumo abundante, gigantesco y que cada día crece más y que para estas corporaciones tiene un costo marginal nulo, es decir, es casi gratuito. Se trata de una mina de proporciones colosales que necesita de empresas de minería de esa información. El principal extractivismo del siglo XXI no es del petróleo, ni del oro, ni de ningún commodity. El principal extractivismo es la minería de datos. Es el extractivismo sobre la subjetividad de todos y cada uno de nosotros.

De esta forma, para estas corporaciones el mercado quiere decir otra cosa que aquello que define la teoría económica tradicional. Esta vez, el mercado no tiene nada que ver entre el encuentro del consumidor con su oferta. Ahora, son el espacio en el cual se produce la disputa sobre la conciencia de lo humano y la colonización de la subjetividad personal. Los consumidores dejan de ser impredecibles. Se convierten en vectores. Pero su dirección, en tanto vectores, no depende de ellos, sino de aquella que ha sido impregnada desde estas corporaciones.

Volvamos al caso de una de ellas. Nike por ejemplo. Hace ya varias décadas que Nike dejó de producir y empezó a descargar sobre sus subcontratistas las responsabilidades de la producción de ropa, zapatos y accesorios deportivos. El proceso previo fue la liberalización comercial que empezó en el año 1979 en China con las Zonas Especiales de Desarrollo Económico. Las empresas, cuando comprendieron que en esas Zonas de Desarrollo Económico que empezaron a proliferar en todo el sudeste asiático, les permitían reducir sus costos laborales, decidieron relocalizar y delocalizar sus líneas de producción. Nike es una de ellas. Pero Nike entendió rápidamente que no solo podía relocalizar su producción sino también exogenizarla, es decir, trasladar hacia terceros todas sus líneas de negocios relacionadas con la producción. Ahora Nike, strictu sensu, no produce ningún bien. Todos ellos han sido transferidos hacia empresas subcontratistas. Muchas de ellas están en esas zonas especiales de desarrollo económico del sudeste asiático aunque se han replicado por todo el mundo.

De esta forma, muchas empresas pasaron de la relocalización y delocalización al outsourcing. Así por ejemplo, Apple ha transferido a Foxconn, una empresa de Taiwan, la fabricación de todos sus productos.

Pero las empresas pueden exogenizar la producción y asegurarse de la propiedad intelectual de su marca gracias a los derechos de propiedad intelectual y sus instrumentos jurídicos internacionales que han sido avalados y reconocidos por los Estados a través de los acuerdos internacionales de inversión; el reconocimiento a los tribunales internacionales de justicia para controversias relacionadas con las inversiones, y gracias también a que los Estados consideran a la inversión extranjera directa la capacidad de determinación de la tecnología, la innovación y el empleo en sus propias economías.

En la exogenización de la producción en primera instancia la corporación se queda con la marca, de ahí la importancia del derecho a la propiedad intelectual y los tribunales de conciliación y arbitraje para diferencias relativas a inversiones. Son, de hecho, sus subcontratistas los que finalmente producen todo lo que estas corporaciones negocian. Pero esos subcontratistas, a su vez, tienen a su disposición una fuerza de trabajo abundante, barata y que, gracias a las zonas especiales de desarrollo económico, no tiene capacidad política de interferir en la producción porque tienen prohibida toda forma de sindicalización. Se produce así una situación paradójica: los trabajadores crecen a escala global pero, como clase obrera, prácticamente están anulados. Políticamente los obreros son irrelevantes.

Es una fuerza de trabajo precarizada a nivel global. La precarización laboral es el otro lado de la exogenización de la producción. La precarización es, en realidad, creada desde la anulación política de la clase obrera y, por ello, corresponde a una dinámica política. Sin embargo, para que la precarización se convierta en un vector clave de la producción globalizada es necesario evitar que el Estado intervenga sobre la sociedad, sobre todo a través de la regulación, control y política social. Al mismo tiempo es necesario que los derechos de los trabajadores se anulen políticamente. El Estado debe achicarse. Así, la exogenización de la producción es también un resultado de las políticas de austeridad que recortan al Estado y las políticas de des-sindicalización que destruyen la capacidad política de los trabajadores.

En ese contexto, las referencias teóricas de la economía se quedaron en el siglo XX. El equilibrio general no es ni funcional ni metodológicamente pertinente para comprender a las corporaciones del siglo XXI, sobre todo a aquellas que manejan, controlan y administran la demanda y la oferta.

El precio: un espacio de disputas políticas

Estos procesos de endogenización de la demanda y exogenización de la oferta suscitan una cuestión: ¿qué significación tienen para el equilibrio económico? Si el equilibrio económico, supuestamente, es el locus desde el cual se estructuran y definen los sistemas de precios globales, pero si ya no existen como fuerzas cuasi-naturales ni la oferta ni la demanda, entonces, ¿cómo se forman los precios en contextos de endogenización de la demanda y exogenización de la oferta? Por ejemplo, ¿por qué la suscripción al Chat GPT de OpenAI o Midjourney tiene ese precio y no otro? ¿De dónde y cómo se estructuró ese precio? ¿qué tienen que ver esos precios con la demanda, con las preferencias reveladas del consumidor, con el equilibrio general, con los costos marginales de producción? Lo mismo puede decirse con un vasto conjunto de aplicaciones de internet y sus precios.

Si en esos precios no existe la lógica del equilibrio entre oferta y demanda, porque parten de un precio que es inelástico y que ha sido impuesto por fuera de cualquier punto de encuentro entre oferta y demanda y, por tanto, sin relación alguna con la competencia de mercado, entonces ¿cómo se definen? ¿qué significación tienen para el capitalismo? ¿qué rutas abren para los procesos globales de acumulación de capital? ¿cómo se estructuran esos precios?

Esto nos lleva a una constatación: los precios de las corporaciones de la sociedad de la información se estructuran, establecen, definen e imponen por fuera de la racionalidad económica y sin relación alguna con el cálculo económico; porque se han formulado desde otras determinaciones que no tienen relación con la economía, al menos con aquella economía que describen y analizan los libros de texto y el discurso oficial de la economía moderna.

Los precios que se originan desde estas corporaciones de la sociedad de la información nada tienen que ver con la racionalidad económica del siglo XX. Esos precios expresan procesos relativamente novedosos como son la endogenización de la demanda y la exogenización de la oferta.

Si esos precios no nacen desde la economía, porque no tienen relación alguna con el equilibrio económico, ni las preferencias reveladas del consumidor, entre otras, entonces ¿cómo se definen? ¿cuál es su estructura más fundamental? Y una intuición clave es que los procesos más fundamentales que definen esos precios en realidad obedecen a fenómenos políticos y globales. Esos precios, a la larga y esencialmente son políticos. Dependen de circunstancias y procesos políticos concretos e históricamente determinados.

Para que los ciudadanos pongan su información personal en las redes se necesita de la desregulación a las corporaciones que administran esta información y esas redes. Para que estas empresas puedan realizar minería de datos (machine learning, big data, data science, etc.), también se necesita de desregulación y de asimetrías entre el poder de los ciudadanos y aquel de las corporaciones. ¿Qué poder regulador controla el uso de datos, por ejemplo, de Google? ¿Qué estructura legal regula el hecho que OpenAI haya usado a toda la humanidad literalmente como conejillo de Indias para sus programas de inteligencia artificial? ¿Qué instancias de control ético y moral pueden regular y controlar el uso de la información que utiliza Alexa?

Para que las corporaciones puedan colectar datos globales y administrarlos necesitan de la complicidad de los Estados, los sistemas jurídicos y los sistemas políticos a escala global. Para que se pueda exogenizar la oferta se necesita precarizar al trabajo y, para que esto ocurra, se necesita deconstruir y derrotar políticamente a la clase obrera y eso, por definición, es una tarea política. Para proteger los derechos de propiedad intelectual de las marcas se necesita que los Estados realicen convergencias normativas hacia las prescripciones hechas por estas corporaciones en los tratados de libre comercio o acuerdos internacionales de inversión que son instancias, de hecho, políticas y en las cuales no participa la sociedad.

En definitiva, la endogenización de la demanda y la exogenización de la oferta tienen sustratos políticos y, evidentemente, globales. Es desde esa trama de circunstancias políticas que se crean las condiciones de posibilidad para que estas corporaciones puedan definir sus precios prescindiendo del mercado y de los equilibrios de mercado y de toda la racionalidad económica del siglo XX. De esta manera, entramos en una etapa en la que los precios dejan de ser económicos para convertirse en determinaciones políticas. Los usuarios o consumidores nada pueden hacer contra este sistema de precios que ahora se convierte en una gigantesca aspiradora de rentas.

La principal significación del equilibrio económico en circunstancias en las que la demanda se ha endogenizado y la oferta se ha exogenizado es que, esta vez, los precios adquieren una consistencia fundamentalmente política y el equilibrio general de la economía se transforma en una categoría política de desequilibrio general entre ciudadanos y corporaciones. A mayor desequilibrio mayores rentas para estas corporaciones. Un desequilibrio que se mantiene, consolida y expande gracias al poder político de estas corporaciones y a la debilidad de los Estados, de la democracia y de la clase obrera.

Si esto es así, entonces la trama que sostiene a estos precios se confunde, imbrica y yuxtapone a los procesos productivos que aún conservan aquella trama que los define desde el siglo XIX. En esa mezcla, el capitalismo contamina todos los procesos productivos y los lleva, de grado o por fuerza, a esa lógica en la que los precios se definen desde la política. Son precios que deben dar cuenta de las circunstancias políticas que contribuyen a conformarlos, sostenerlos y consolidarlos, es decir, la política como relaciones de poder, como espacios de luchas, resistencias, violencia e imposiciones. Es el retorno de la economía política.

Endogenizar la demanda y exogenizar la oferta implica administrar políticamente los precios y eso supone administrar políticamente a la sociedad. La lucha política que se supone se inscribía en las coordenadas del sistema político, en realidad se define antes: en la economía política. Se trata, por tanto, de un vasto proceso político que le permite a las corporaciones asegurar y controlar las condiciones políticas desde las cuales se estructuran estos precios como vectores políticos.

Quizá sea por ello que un espacio ad hoc y contingente como el Foro de Davos, finalmente, sea más importante y trascendente que cualquier Asamblea de Naciones Unidas. Porque en el Foro de Davos se trazan las coordenadas políticas (y, sobre todo, geopolíticas) sobre las cuales van a actuar las corporaciones de la sociedad de la información y se definen las coordenadas de esas luchas políticas.

Esto pone en otro nivel la lucha por las reivindicaciones sociales. Si los precios ahora constan en la esfera de la política, entonces será la política quien imponga sus límites y trace sus posibilidades. Pero para ello es necesario que los trabajadores puedan abrir la política para la discusión de la economía de la información. Para hacerlo, los trabajadores necesitan capacidad política que, lamentablemente, por ahora no tienen. Quizá ese sea uno de los retos del futuro y de la nueva izquierda.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Fuente: https://rebelion.org/transformaciones-en-el-capitalismo-de-la-informacion/

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Perú: Exigimos al Congreso la aprobación del Proyecto de Ley que dispone pago de la deuda social sin judicializar

América del Sur/Uruguay/

Deuda social al magisterio supera los S/ 4 mil millones de soles.

Solo el 4% es beneficiado con el pago de este derecho.

Somos los trabajadores quienes enfrentamos las consecuencias de la crisis generada por el coronavirus. Esta situación cobra mayor impacto en los miles de docentes desempleados, además de nuestros compañeros cesantes y jubilados, que junto al magisterio activo, exigen permanentemente el pago de la deuda social.

El Estado arrastra esta deuda desde 1991 y, al 2020, el monto supera los S/ 4 mil millones de soles por el concepto del 30% por preparaciones de clases,  subsidios por luto y sepelio, gratificaciones al cumplir 25 y 30 años de servicios.

Producto de nuestra lucha en la mesa de negociación colectiva, el Estado transfiere anualmente S/200 millones y emite una lista priorizada con cerca de 30 mil maestros con resoluciones judiciales en calidad de cosa juzgada, sin embargo, los beneficiados no superan el 4% de todo el magisterio.

Este situación que no puede seguir bajo esas condiciones. ¿Así es como el Estado agradece a los maestros por contribuir en la formación de los ciudadanos del futuro? Someternos a extensos y desgastantes procesos judiciales solo es una muestra del desprecio que sufrimos por parte de las autoridades. ¿Qué modelo de responsabilidad le damos a los estudiantes si el Estado no practica con el ejemplo?

Por ello, enviamos oficios a la junta de portavoces del Congreso de la República y al Presidente del Congreso, Manuel Merino, en el que exigimos la aprobación del pleno al Proyecto de Ley 2504, que dispone el pago de la deuda social con resoluciones administrativas.

Además, nos dirigimos a la ministra de economía y finanzas, María Antonieta Alva, con el propósito solicitar la transferencia de S/ 200 millones de soles ya presupuestados para el pago de este beneficio social. Su rápida ejecución ayudaría a paliar los efectos de esta crisis.

Como interlocutor válido del magisterio, luchamos por el cumplimiento del pago de la deuda social desde 1993. Es más, en nuestro Pliego de Reclamos 2020-2021, exigimos que el monto anual destinado este pago sea de S/ 500 millones.  A pesar de tener avances, consideramos que nos falta mucho trecho por recorrer. Estamos convencidos que la unidad magisterial será determinante para conquistar por completo este logro.

¡Unidad para luchar, unidad para vencer!

¡48 años luchando al lado de la clase trabajadora!

Fuente: https://sutep.org/articulos/exigimos-al-congreso-la-aprobacion-del-proyecto-de-ley-que-dispone-pago-de-la-deuda-social-sin-judicializar/

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Colombia: El paro nacional visto por los manifestantes y el Gobierno

América del Sur/Colmbia/elHeraldo

Desde sindicatos hasta celebridades varios sectores de la sociedad colombiana saldrán a marchar mañana.  Aquí exponen sus argumentos y el Ejecutivo responde.

Un cúmulo de peticiones y personas descontentas marcharán mañana en Colombia en un paro que promete tener un gran alcance nacional.

Indígenas, líderes sociales, artistas, sindicalistas, profesores, estudiantes, amas de casa, poetas y hasta la Iglesia Católica son algunos de los protagonistas que se sumarán a la marcha que en sí, por lo expresado por sus protagonistas, no se concentra en una petición en especial.

Así las cosas, unos manifiestan su inconformismo con una reforma laboral y pensional que el Gobierno dice que no ha escrito, ni siquiera en borrador;  el asesinato de indígenas y líderes sociales, las privatizaciones de empresas del Estado, el alza en servicios públicos, el incumplimiento de compromisos con la educación, la corrupción, o el pago de un salario por debajo del mínimo a los más jóvenes son algunos de los argumentos expuestos.

Así mismo, el Gobierno, encabezado por el presidente Iván Duque Márquez ha salido por medios de comunicación tradicionales, foros y redes sociales a defender su gestión y desmentir las “mentiras” que también han protagonizado el debate.

A continuación presentamos los argumentos de unos y otros para salir a marchar y las respuestas del Gobierno que se ve enfrentado a un momento político y social que sin duda ya lo pone a prueba.

La Iglesia Católica

“La movilización no debe degenerar en muerte”

Como lo informó EL HERALDO, en un comunicado los obispos colombianos recordaron que “las movilizaciones son un derecho democrático cuando son expresión de libertad, de responsabilidad ciudadana (…) y apuntan al bien común”. La declaración se asumió como un apoyo al paro. La carta de la Conferencia Episcopal de Colombia, leída por monseñor Óscar Urbina Ortega, señala en algunos de sus apartes que se debe “evitar que la movilización ciudadana degenere en agresión, saqueo, vandalismo y muerte”. Finalmente, reafirmaron que “el camino hacia la superación de los problemas sociales y el desarrollo integral de nuestro país, pasa por la escucha y el diálogo con la participación de todos los actores sociales”.

“Escuchamos y respetamos”

El presidente Duque ha reiterado que la protesta pacífica es un derecho constitucional que contará con todas las garantías. Sin embargo, en el mismo tono también ha señalado que no se permitirá que “haya personas que salgan a ejercer actos de violencia y vandalismo” ni tampoco permitirá “que haya personas que quieran suplantar la función del Estado”. “En redes sociales algunos llaman a la violencia y otros llaman a la resistencia. Ninguna de las dos formas, ni el que va a vandalizar, ni el que quiere tomar la función del Estado por sus manos, ninguna de las dos está permitida (…) Si hay personas que quieren marchar para expresar pacíficamente descontento sobre temas, lo único que tenemos que decir es: escuchamos, respetamos”.

Líderes sociales

“Las víctimas nos sentimos estigmatizadas”

“Resistir no es aguantar. Vamos al Paro este 21 de Noviembre”, escribió recientemente en su cuenta de Twitter Francia Márquez, líder social y defensora de derechos humanos de Suárez, Cauca.

Dijo Márquez que hay “más razones para salir a marchar como el asesinato de niños, de líderes sociales, indígenas, afros, campesinos y ambientalistas”.

Añade en el mismo trino que “no garantizar la paz, el fracking, fumigaciones con glifosato, desmejora en los derechos laborales y pensionales y el aumento de impuestos”, son más motivaciones. La dura crítica también señala que la “estigmatización a la que” las víctimas son sometidas “merece un rechazo nacional”.

Homicidios de líderes ha bajado un 47%

El pasado 23 de octubre el consejero Presidencial para los Derechos Humanos y Asuntos Internacionales, Francisco Barbosa, reveló que los índices de homicidios de líderes sociales presentan una reducción del 47 por ciento en lo transcurrido de 2019, según un cotejo realizado con datos de Naciones Unidas, la Fiscalía y la Policía. La cifra dada a conocer por el Consejero tiene su origen en el comparativo de los 52 asesinatos de líderes sociales ocurridos entre el 1° de enero y el 22 de octubre de 2019, con los 98 homicidios registrados en el mismo periodo de 2018.

Indígenas

“Rechazamos el genocidio de nuestros pueblos”

Jhoe Sauca, coordinador de Derechos Humanos del Consejo Regional Indígena del Cauca (Cric) expone que los indígenas en Colombia marcharán para rechazar el genocidio sistemático que se viene presentando de los pueblos indígenas. Este año han sido asesinados, solo en el Cauca, 68 indígenas contra los 22 que perdieron la vida en 2018. “También hay otros temas estructurales en los territorios que se encuentran en riesgo por concesión minera, ocupación militar de grupos ilegales y cultivos ilícitos (…) Rechazamos la militarización, siempre se quiere ejercer autoridad bajo la vía de las armas y creemos que eso genera más inseguridad, más violencia. Lo que se necesita es atender situaciones de tipo social y otro tipo de iniciativas que permitan fortalecer los territorios indígenas, campesinos y afros”.

Inversión social y militarización

Recientemente y después de una sesión de trabajo en Popayán, el presidente Iván Duque “pidió acelerar el Plan de Inversión Social para el departamento del Cauca, que exigirá la articulación de esfuerzos del Gobierno en materia de proyectos de infraestructura, proyectos productivos y el impulso de los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET), para los municipios más afectados por la violencia y la pobreza”. A esta medida se sumará el despliegue militar con la llegada de la Fuerza de Despliegue Rápido número 4, con la misión de desarticular a las estructuras criminales vinculadas con el narcotráfico, y que son señaladas como responsables del asesinato de líderes indígenas y de líderes sociales.

Central Unitaria de Trabajadores (CUT)

“Gobierno propone reformas estructurales absurdas”

La Central Unitaria de Trabajadores (CUT) es una de las organizaciones sindicales que lidera el paro de mañana. Javier Bermúdez, presidente en el Atlántico, señala que por parte del Gobierno se han propuesto “reformas estructurales absurdas” como la hecha en el “Plan de Desarrollo” en el que se “establece acabar con el Régimen de Prima Media”. “En ese sentido el Presidente dice que no. Rechazamos la reforma laboral que está en el proyecto de ley 202, que establece el mismo partido de gobierno, y que dice que se puede cotizar por horas la pensión. Sí con los contratos de prestación de servicio no alcanzan a pensionarse hoy los trabajadores, ahora imagínense cotizando por horas. De igual manera bajar el salario mínimo un 75% a los más jóvenes, eso sí lo dice ese proyecto de ley y el Gobierno lo desmiente”.

No hay reforma laboral ni pensional

En distintos escenarios funcionarias del Gobierno como la ministra de Trabajo, Alicia Arango, ha sostenido que no existe “una sola letra” escrita sobre una reforma pensional o laboral. De llegarse a hacer, dice Arango, cualquier iniciativa se discutirá con trabajadores y empleadores. En el mismo sentido el Presidente reiteró que no va a aumentar la edad ni el valor de la cotización de las pensiones, sino que busca ampliar la cobertura. Tampoco —señala Duque— acabará con Colpensiones, sino al contrario busca fortalecerlo. Acabar con el régimen de prima media para las pensiones sí es una propuesta del ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, que según Mintrabajo, no le gusta a Iván Duque. También aclara el Gobierno que la propuesta de pagar el 75% del salario mínimo a los jóvenes proviene de Anif, no de su administración.

Maestros

“Hacer una reforma estructural al SGP”

Germán Espinoza, directivo de la Asociación de Educadores del Atlántico (Adea) que hace parte de Fecode, otra organización que lidera el paro, afirma que dentro de sus peticiones, una de las más “importantes” radica en exigir una “reforma estructural al Sistema General de Participaciones (SGP)” que signifique un sustancial aumento en el presupuesto para la educación. “Necesitamos incrementar los recursos para educación en el SGP, que fue un acuerdo en el paro majestuoso del 2017 y el Estado se comprometió a esa reforma que ha incumplido y se ha venido dilatando.  De ahí van a salir los recursos para una educación de calidad, por un estatuto que dignifique la profesión al docente, por el mejoramiento de las instituciones educativas, del programa de alimentación escolar y la conectividad”.

Logros educativos en cifras

En educación Iván Duque presenta varios logros, según lo explica: “El presupuesto pasó de $38,5 billones en 2018 a 44,1 en 2019 (el más alto de la historia) en 2019, 110.000 niños reciben educación inicial integral de calidad, se aumentó este año en un 45,3% el presupuesto del programa de alimentación escolar, se avanzó en 541 proyectos con 10.851 aulas básicas nuevas y mejoradas, más de un millón de estudiantes de primaria y secundaria acceden a la jornada única, a diciembre de 2019 más de 140.000 estudiantes se graduarán con doble titulación y más de 71 mil jóvenes estudian en instituciones de educación superior públicas y privadas en 1.094 municipios”. También señala el Gobierno que “reconoció bonificación e incrementos, evaluaciones para ascensos y Comisión de Salud para docentes”.

Estudiantes

“No se han cumplido los acuerdos”

Jennifer Pedraza hace parte de la Asociación Colombiana de Representantes Estudiantiles de la Educación Superior en Colombia, y es representante estudiantil en el Consejo Superior de la Universidad Nacional. Dice que marchará para “exigir el cumplimiento pleno de los acuerdos que se pactaron después del paro estudiantil de 2018”, concretamente en lo que se refiere a Colciencias.

“El 20% de lo que sobrara cada año de los excedentes del presupuesto, hasta $300 mil millones, iría a Colciencias. En 2018 sobraron 5.3 billones y solamente se van a entregar $78.500 millones. Eso es un  incumplimiento claro”. Agregó la estudiante que otro motivo que los moviliza son los casos de  “corrupción” descubiertos, como el de la Universidad Distrital de Bogotá” en la que aún no “han caído los peces gordos”.

“El presupuesto más alto de la historia”

Explica el Gobierno que “para el 2020, la educación cuenta con un presupuesto de $44,1 billones, el más alto en la historia del país”. de igual manera recalca que los “recursos para la educación superior aumentaron en más de $4,5 billones”. En la Ley de Presupuesto General de la Nación radicada este año en el Congreso por el minhacienda, Alberto Carrasquilla, dice en el texto que este “le da prioridad a la educación, sector que ocupa nuevamente el primer lugar en la asignación de recursos”. En lo que se refiere a Colciencias, en el paro de estudiantes de 2018, Duque prometió el aumento del presupuesto  en un 100 por ciento. “Objetaremos el art. 44 de la Ley de Presupuesto y le enviamos un mensaje claro a la comunidad universitaria: trabajamos siempre por honrar los acuerdos y por hacer equipo por una educación de calidad”, escribió en Twitter Iván Duque.

Movimiento LGBTI

“No se protegen nuestros derechos”

Wilson Castañeda de Caribe Afirmativo dice que el movimiento Lgbti en general participará en el paro, entre otras razones, porque “este gobierno recibió una política Lgbt que debía implementar y después de 15 meses” no lo hace.

“La Oficina de Derechos Humanos del Ministerio del Interior, que es la que debería manejar los temas Lgbt, no solo ha puesto unos directores que tienen unas posiciones políticas ampliamente homofóbicas y discriminadoras, sino que no han activado ninguna acción concreta en la protección de nuestros derechos (…) Sentimos que hay unos vientos de retroceso que están buscando echar atrás conquistas significativas que hemos tenido en el país, que han logrado que avancemos un poco en la desigualdad histórica que hemos tenido como movimiento”, dijo.

Famosos

“Todos marchamos por algo”

Los famosos no son ajenos a la marcha de mañana. La mecha, por así decirlo, la prendió Carlos Vives que por Twitter la respaldó. Sin embargo, después expuso en la misma red social  que se arrepentía de la decisión. Otros famosos como la recién elegida señorita Colombia, María F. Aristizábal, se sumó al paro, así como la cantautora Adriana Lucía y el actor Andrés Parra.

Fuente: https://www.elheraldo.co/colombia/el-paro-nacional-visto-por-los-manifestantes-y-el-gobierno-681743

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Los motivos por los que los jóvenes de Benín alzan la voz

Redacción: El País

Diversos colectivos del país africano se reúnen por primera vez para luchar por la defensa de los derechos humanos y hacer oír sus reivindicaciones

“Hay que dejar claro que uno de los principales problemas que afrontamos los jóvenes en Benín es la falta de empleo. Nos esforzamos durante años en formarnos. Es un gran sacrificio económico para nosotros y para nuestras familias y al final no encontramos un empleo digno. Si optamos por emprender y montar nuestro propio negocio, se nos niega la financiación. Además, no se nos escucha, no hay plataformas donde hacer oír nuestra voz”, explica Arouna Karim Kpera, presidente de AJEG una organización de jóvenes que agrupa y ayuda a aquellos que no encuentran trabajo al finalizar la universidad.

Es uno de los muchos grupos creados en el norte de Benín para canalizar la voz de los jóvenes, las mujeres o los campesinos, entre otros colectivos. 30 de ellos se reunieron el pasado mes de febrero por primera vez en su historia en la ciudad de Nikki, en el norte del país, para compartir inquietudes y buscar líneas de trabajo en común con las que reivindicar sus derechos y crear una plataforma que permita canalizar sus demandas hasta las personas que toman las decisiones en el país. Un encuentro auspiciado y facilitado por la Fundación Salvador Soler y la ONG OAN International.

“La situación de los derechos humanos en este país es para reírse”, y de hecho Zouliatou Alidou Issaka suelta un par de carcajadas sonoras antes de continuar con su discurso. Ella pertenece a Groupement des Femmes, una asociación de mujeres jóvenes. “En Benín no tenemos eso. Son los que están en el poder, los políticos, los que escriben manuales sobre eso. Pero nosotros no tenemos ningún derecho, los derechos humanos no existen para los pobres. Somos los pequeños y, a pesar de eso, intentamos salir adelante”.

“En Benín las mujeres sufrimos mucho por la falta de medios”, continúa Issaka. “Los maridos no nos dan los medios para levantarnos, para llevar a los niños al colegio. Los padres no son capaces ni de dar el desayuno o la comida a sus hijos. Cada vez que el niño necesita algo, como una fotocopia para el colegio, somos nosotras las que nos ocupamos de ello”. Por eso desde Groupement des Femmes organizan actividades y promueven pequeños negocios para que “las mujeres podamos salir adelante y nos empoderemos. Queremos que se nos escuche y se nos haga caso”.

Nosotros no tenemos ningún derecho, los derechos humanos no existen para los pobres. Somos los pequeños y, a pesar de eso, intentamos salir adelante

“El desempleo juvenil es muy alto en Benín”, insiste Zoulkarnaïne Yinde, de la ONG Jedes Besen Sia. “El gobierno nos empuja a ser emprendedores, pero no pone los medios para que tengamos acceso a la financiación. Tienes que tener tu propio dinero para emprender. ¿Quién puede permitirse eso? Los de siempre. Tenemos formación, pero no tenemos los medios para ponerla en práctica”.

En Benín, el 70% de los jóvenes entre 15 y 35 años solo encuentran trabajo en el sector informal, como apunta el PNUD. Son personas con trabajos muy precarios. Estos datos darían a entender que en el país africano el problema del subempleo es más fuerte que el del desempleo, que alcanza al 30% de ese grupo de edad. Los trabajos del llamado sector informal facilitan solo la supervivencia diaria de las personas que los desempeñan y, prácticamente, no permiten el ascenso social, y relega a estos trabajadores a la pobreza de por vida.

La situación de las mujeres, sobre todo de las que no tienen estudios o solo han cursado estudios primarios, es todavía peor. Hay grandes diferencias en la alfabetización de la población: el 45,1% de los varones entre 15 y 24 años son analfabetos, mientras que entre las mujeres de la misma edad el porcentaje se eleva al 69,2%, según UNICEF. Además, el acceso a la educación es más difícil y deficitario en las zonas rurales. Igualmente, la mayoría de los servicios se concentran en las áreas urbanas mientras que los pueblos y aldeas se ven privados de hasta los más básicos. De ahí que la totalidad de las organizaciones reunidas en Nikki enfaticen “la necesidad de promover, como primera medida, el acceso a la educación de todos sin distinción”.

Ante la falta de oportunidades, a los jóvenes de las zonas rurales no les queda otro remedio que migrar hacia las grandes ciudades del país en busca de un trabajo que tampoco encuentran allí. De hecho, la población rural en Benín ha descendido del 91% que representaba en 1960 al 53% en 2017, afirma el Banco Mundial. Es por eso por lo que muchos de estos grupos piden, también, coordinar actividades e iniciativas para frenar el éxodo rural. Una de las propuestas que se presentó contempla la formación de los jóvenes agricultores para que opten por la agricultura bio.“Cavamos nuestra tumba con nuestros dientes”, afirma Kpera. “No sabemos lo que comemos. En el campo utilizamos todo tipo de productos tóxicos que nos imponen las multinacionales. Hay que buscar una alternativa a todo eso que promocione una agricultura de calidad y saludable”. Su ONG ha comenzado a formar en los pueblos grupos de jóvenes que optan por huertas bio. El siguiente paso será la creación de un centro para la comercialización de estos productos y un restaurante para su degustación.

En las áreas rurales del norte de Benín, la mayoría de estas organizaciones ven el regreso a la agricultura como una tabla de salvación para muchos jóvenes y piden más medios para el campo, como su mecanización, líneas de financiación y mejores condiciones de vida para las personas que optan por esta actividad. Igualmente, muestran su preocupación por la deforestación y, por eso diseñan proyectos destinados a frenar este fenómeno, como la formación de jóvenes en la protección y explotación de árboles endémicos de la zona. Entre estos destaca el karité (Vitellaria paradoxa) y el neré (Parkia biglobosa).

Los maridos no nos dan los medios para levantarnos, para llevar a los niños al colegio. Los padres no son capaces ni de dar el desayuno o la comida a sus hijos

De la explotación del primero viven unas 200.000 mujeres en Benín, según el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca beninés. Pero es un sector que puede generar mayores ingresos si se desarrolla a fondo. El segundo está más amenazado. Tradicionalmente, sus frutos servían para condimentar los alimentos. Desde la introducción de los cubos de caldo su uso prácticamente ha desaparecido y por eso se corta. “Queremos promocionar el uso del neré que es mucho más sano que los compuestos industriales que ahora se usan y que tienen mucha sal y otros elementos que desconocemos. Podría ser una importante fuente de trabajo para muchos jóvenes, al mismo tiempo, permitiría conservar una especie en peligro de extinción, frenar el cambio climático y, además, ayudaría a mejorar la salud de la población”, explica Goounou Bashirou Sariki Imorow de la ONG Ajeced.

Otra de las grandes preocupaciones de los jóvenes reunidos en el Foro de Nikki es el de la degradación del medioambiente y la gestión de los residuos. “Las bolsas de plástico están por todas partes y la administración no hace nada para cambiar la situación. No hay concienciación, no hay servicio de recogida de basuras… ¿Qué hacen los políticos con nuestros impuestos?”, se pregunta Imorow. De hecho, antes de comenzar las sesiones del encuentro, la mayoría de las organizaciones participaron en un ejercicio de limpieza en la zona del mercado de la ciudad. Los sacos con la basura recogida fueron, luego, depositados delante de las puertas del Ayuntamiento de la ciudad para denunciar la inacción de las autoridades locales.

Una reivindicación no exenta de riesgos ya que todos los grupos insisten en que en los últimos años la libertad de expresión en Benín se ha visto reducida. “La crítica a la gestión administrativa no está permitida. Existen prisioneros políticos en el país, aunque nadie hable de ellos. Son personas que han criticado al Gobierno o a los ayuntamientos”, explica Imorow. “En cuanto a la libertad de expresión todavía queda mucho por hacer porque personas que han dicho la verdad están en prisión”, añade Kpera. El último informe de Reporteros Sin Fronteras avala estos datos y pone de manifiesto que en los últimos años ha habido un continuo retroceso de la libertad de expresión y de prensa en el país.

Esta situación no parece amedrentar a los jóvenes. Estos han creado una red de asociaciones civiles de la zona de Nikki que trabaja por la buena gobernanza y la transparencia. “Como ciudadanos vigilamos a la administración en temas como el de las infraestructuras o la rendición de cuentas y la transparencia. Los políticos tienen que rendir cuentas al pueblo. Igualmente trabajamos en la educación de los comportamientos de la población”, afirma Yinde.

El primer Foro de Nikki ha sido valorado por todos los participantes como una experiencia muy positiva, un medio para empezar a unir fuerzas y visiones y “trabajar todos juntos por la defensa de los derechos de los hombres y mujeres de Benín, especialmente de los jóvenes. Esta es una buena plataforma para que nuestra voz y nuestras reivindicaciones sean oídas. Solo así, unidos y sin miedo, conseguiremos un país mejor para todos”, afirma Kpera.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/07/09/planeta_futuro/1562665552_814180.html

 

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Colombia: Afros se suman a la Minga Indígena y anuncian bloqueos del corredor humanitario

América del sur/Colombia/04 Abril 2019/Fuente: Periódico Virtual

La Asociación De Consejos Comunitarios del Norte Del Cauca (ACONC), La Asociación de Consejos Comunitarios de Suárez  y el Proceso Nacional de  Comunidades Negras en Colombia (PCN), Como Organizaciones que luchan por la reivindicación  de los derechos del pueblo afrodescendiente, reiteramos nuestro reconocimiento y apoyamos a la Minga como una expresión válida del reclamo de nuestros pueblos al abandono histórico, a las profundas afectaciones del racismo estructural y el incumplimiento del Estado colombiano a sus obligaciones y a los acuerdos surgidos de los distintos diálogos y  movilizaciones a las que como pueblos nos hemos visto obligados a realizar.

Ante un  Gobierno que se niega a asumir plenamente los compromisos firmados con el pueblo afrodescendientes de esta región así como por los incumplimientos al acuerdos de paz, entre otros; la única posibilidad que tenemos como pueblos es fortalecer la unidad y la movilización como garantía de defensa de nuestros legítimos y fundamentales derechos a la vida con dignidad y a la paz.

Por lo anterior las comunidades del pueblo negro y afrodescendiente del norte del Cauca nos sumamos a la minga social por la defensa de la vida el territorio la democracia, la justicia y la paz, con los siguientes planteamientos:

Exigimos respeto y garantía a los derechos colectivos del Pueblo Negro y reglamentación de ley 70 de 1993. (No regresibidad, consulta previa, inclusión de lo acordado en el PND no menejarlo transversal y sino con indicadores y metas claras)

Atención humanitaria. Cumplimiento del Auto 005 y otros. Decreto 4635 de Victimas, Reparación Colectiva a Comunidades, protección de líderes y comunidades en riesgo, acuerdo humanitario ya.

Implementación de los acuerdos de Paz. Capítulo Etnico, PDET, Sustitución de Cultivos.
Fortalecimiento de diferentes estrategias comunitarias de producción.

Tierras y territorios. titulación Colectiva, compra de tierras, Planes de Manejo, control de minería ilegal, descontaminación de territorios de mercurio, cuidado del agua.

Mecanismo para garantizar el cumplimiento de los acuerdos incumplidos desde 1986, con atención especial acuerdos con mujeres.

Después de estos 8 días de asamblea permanente, invitamos a las comunidades negras del norte del Cauca y otras regiones, a acompañar y fortalecer esta acción de reivindicación de derechos, defensa de la vida y el territorio, a partir del 31 de marzo de 2019.

Imagen tomada de: https://periodicovirtual.com/content/images/2019/04/protesta.jpg

Fuente: https://periodicovirtual.com/afros-se-suman-a-la-minga-indigena-y-anuncian-bloqueos-del-corredor-humanitario/

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“Chalecos amarillos” La peculiaridad de lo francés

Por: Atilio Boró

Alemania y Japón tienen el dudoso honor de ser dos países en los que jamás triunfó una revolución. No por casualidad fueron también los que, precisamente a causa de ello, dieron nacimiento a regímenes tan oprobiosos como el nazismo y el militarismo fascista japonés. Por contraposición la historia francesa está signada por recurrentes revoluciones y levantamientos populares. Aparte de la Gran Revolución de 1789 hubo estallidos revolucionarios en 1830, otro mucho más vigoroso en 1848 y la gloriosa Comuna de París de 1871, el primer gobierno de la clase obrera en la historia universal. Luego de su sangriento aplastamiento pareció que la rebeldía del pueblo francés se había apagado para siempre. Pero no fue así. Reapareció en la heroica resistencia a la ocupación alemana durante la Segunda Guerra Mundial y luego, con una fuerza arrolladora, en el Mayo francés de 1968.

¿Es esto lo único que hace de Francia un país tan peculiar? No. Más importante que este incesante fermento insurreccional que históricamente distingue a las capas populares francesas es que sus luchas resuenan como ninguna otra en la escena mundial. Ya lo había advertido Karl Marx en 1848 cuando, observando la revolución en Francia, dijera que “el canto del gallo galo despertará una vez más a Europa”. Y la despertó, aunque esos sueños fueron aplastados a sangre y fuego. Miremos la historia: la Revolución Francesa retumbó en Europa y América, con fuerza atronadora; la Comuna se convirtió en una fuente de inspiración para el movimiento obrero mundial, sus enseñanzas reverberando inclusive en algunos rincones apartados de Asia. El Mayo francés se reproduciría, con las lógicas características nacionales, por todo el mundo. En otras palabras: Francia tiene esa única capacidad de convertir lo suyo en un acontecimiento histórico-universal, como gustaba decir a Hegel. Y esa es, precisamente, la inimitable peculiaridad de lo francés.

La rebelión de los “chalecos amarillos” que comenzó hace pocas semanas cuando dos camioneros y la dueña de un pequeño comercio -desconocidas entre sí y habitando en distintos lugares del interior de Francia- lanzaron a través de las redes sociales una convocatoria a protestar en las rotondas de entrada de sus pequeñas ciudades por el aumento del precio del combustible. A los pocos días una de ellas tenía casi un millón de seguidores en su cuenta de Facebook. Luego vino la convocatoria del 17 de Noviembre en París y, a partir de allí, la protesta adquiriría una dimensión fenomenal que puso al gobierno de Macron entre la espada y la pared. Lo que no habían podido hacer en tres meses los sindicatos del ferrocarril lo lograron los “chalecos amarillos” en pocas semanas. Y la cosa sigue, y el “contagio” del virus rebelde que llega desde Francia ya se vislumbra más allá de sus fronteras. Se ha insinuado en Bélgica, Holanda y ahora en Polonia, con ocasión de la Cumbre del Clima en Katowice. En Egipto el régimen de Al Sisi prohibió la venta de chalecos amarillos en todo el país como una medida precautoria para evitar que el ejemplo francés cunda en su país.

La revuelta, de final abierto, no es sólo por el precio del combustible. Es una protesta difusa pero generalizada y de composición social muy heterogénea contra la Francia de los ricos y que en cuya abigarrada agenda de reivindicaciones se perciben los contornos de un programa no sólo pos sino claramente anti-neoliberal. Pero hay también otros contenidos que remiten a una cosmovisión más tradicional de una Francia blanca, cristiana y nacionalista. Ese heteróclito conjunto de reivindicaciones, inorgánicamente expresadas, alberga demandas múltiples y contradictorias aspiraciones producto de una súbita e inesperada eclosión de activismo espontaneísta, carente de dirección política. Esto es un grave problema porque toda esa enorme energía social liberada en las calles de Francia podría tanto dar lugar a conquistas revolucionarias como naufragar en un remate reaccionario. Sin embargo, más allá de la incertidumbre sobre el curso futuro de la movilización popular y la inevitable complejidad ideológica presente en todos los grandes movimientos espontáneos de masas no caben dudas de que su sola existencia ha socavado la continuidad de la hegemonía neoliberal en Francia y la estabilidad del gobierno de Emmanuel Macron.

Y en un mundo de superpoblado de esperpentos como los Trumps y los Bolsonaros, los Macris y los Macrones todo esto es una buena noticia porque el “canto del gallo galo” bien podría despertar la rebeldía dormida –o premeditadamente anestesiada- de los pueblos dentro y fuera de Europa y convertirse en la chispa que incendie la reseca llanura en que las políticas neoliberales han convertido a nuestras sociedades, víctimas de un silencioso pero mortífero holocausto social de inéditas proporciones. No es la primera vez que los franceses desempeñan esa función de vanguardia en la escena universal y su ardorosa lucha podría convertirse, sobre todo en los suburbios del imperio, en el disparador de una oleada de levantamientos populares –como ocurriera principalmente con la Revolución Francesa y el Mayo de 1968- en contra de un sistema, el capitalismo, y una política, el neoliberalismo, cuyos nefastos resultados son harto conocidos. No sabemos si tal cosa habrá de ocurrir, si el temido “contagio” finalmente se producirá, pero los indicios del generalizado repudio a gobiernos que sólo enriquecen a los ricos y expolian a los pobres son inocultables en todo el mundo. No habrá que esperar mucho tiempo pues pronto la historia dictará su inapelable veredicto.

Más allá de sus efectos globales la brisa que viene de Francia es oportuna y estimulante en momentos en que tantos intelectuales y publicistas de Latinoamérica, Europa y Estados Unidos se regodean hablando del “fin del ciclo progresista” en Nuestra América, que supuestamente sería seguido por el comienzo de otro de signo “neoliberal” o conservador que sólo lo pronostican quienes quieren convencer a los pueblos que no hay alternativas de recambio y que es esto, el capitalismo, o el caos, ocultando con malicia que el capitalismo es el caos en su máxima expresión. Por eso los acontecimientos en Francia ofrecen un baño de sobriedad a tanta mentira que pretende pasar por riguroso análisis económico o sociopolítico y nos demuestran que muchas veces la historia puede tomar un giro inesperado, y que lo que aparecía como un orden económico y político inmutable e inexpugnable se puede venir abajo en menos de lo que canta un gallo … francés.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=250445

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Uruguay: Central obrera realiza paro parcial y movilización

América del sur/Uruguay/22 Marzo 2018/Fuente: Prensa Latina

La Central Única de Trabajadores de Uruguay PIT-CNT celebrará hoy un paro parcial con movilización en el que se demandará más y mejor trabajo, salario, más educación y vivienda, y mejor distribución de la riqueza.
En la medida de fuerza participarán las federaciones y asociaciones de maestros y profesores, de salud pública y privada, del transporte, bancarios, de la seguridad social y judicial, entre otros.

El paro se desarrollará de 09:00 a 13:00, hora local, bajo la consigna ‘Por un país para todas y todos. Por un país de iguales, donde los intereses de unos pocos no pasen por encima de todos’.

Los organizadores explicaron que habrá una concentración frente a la explanada de la Universidad de la República, para luego marchar hacia la Plaza Libertad, donde se pronunciará un discurso.

En declaraciones al portal web de la central, su secretario general, Marcelo Abdala, señaló que la convocatoria será un compromiso de honor.

Subrayó que es un compromiso de todos estar allí en el actual contexto de contraofensiva de las patronales, de la derecha y las clases dominantes en toda América Latina, lo cual ha significado ‘un cuadro de retroceso’ en los derechos conquistados por los trabajadores.

Abdala afirmó que en el caso de Uruguay apuntan ‘a ir a más’ para conquistar más democracia, negociación colectiva y defender con eficacia un conjunto de leyes que aspiran se aprueben de inmediato en el Parlamento.

Mencionó, además, que en la rendición de cuenta estén establecidas las líneas más generales del desarrollo del país.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=162132&SEO=central-obrera-uruguaya-realiza-paro-parcial-y-movilizacion
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