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Destino del país, educación y la cuarta revolución industrial (6)

Uruguay / 24 de septiembre de 2017 / Autor: Renato Opertti / Fuente: El Observador

En los dos artículos anteriores identificamos cuatro ejes fundamentales de una propuesta educativa que incentive formar y aprender sin umbrales. Estos son: personalización de los aprendizajes, un currículo ligado al mundo real, ambientes de aprendizaje innovadores y flexibles, y relaciones de mentor entre docentes y estudiantes. Los cuatro ejes son en gran medida el cimiento de la propuesta impulsada por Eduy21 de una educación unitaria de 3 a 18 años que se compone por: (i) una educación de la niñez y la adolescencia que integre los niveles inicial, primario y medio – una educación básica de 3 a 14– y (ii) una educación de jóvenes de 15 a 18 que amplíe, integre y potencie componentes tradicionalmente identificados como de educación secundaria, así como de técnico-profesional y vocacional.

La propuesta de una educación básica y de jóvenes se sustenta en un enfoque por competencias como uno de los criterios orientadores de los procesos de enseñanza y aprendizaje que no excluye, en absoluto, otras miradas complementarias y necesarias del currículum – sobre el para qué y qué de educar y aprender-, de la pedagogía – cómo educar y aprender – y de la docencia – orientar y facilitar al aprendiz y a los aprendizajes-. Las propuestas educativas más eficaces tienden a ser más una combinación de enfoques, que la sola adscripción a una corriente de pensamiento (Eduy21 & El Observador, 2016).

Según surge de la evidencia mundial, la introducción progresiva de un enfoque por competencias supone repensar el sistema educativo en su conjunto (Amadio, Opertti y Tedesco, 2015). No puede reducirse a un cambio, o a un ajuste puntual en el funcionamiento del mismo. Lo que proponemos es un cambio sistémico y progresivo que se plasma en una educación unitaria de 3 a 18 años que resulte vinculante para todos los niveles y las ofertas educativas, sectores públicos y privados. Reafirma la concepción y el rol del Estado garante como igualador de oportunidades de aprendizaje.

En el marco de un enfoque por competencias, la transición desde propuestas educativas estructuradas en niveles –inicial, primaria, secundaria y técnico profesional– a grupos etarios –educación de 3 a 18 años– implica entender y priorizar el desarrollo del niño/a, adolescente y joven integrando aspectos volitivos, valóricos, emocionales y cognitivos. En efecto, implica hacerse cargo que es al mandato y al cerno de los sistemas educativos adaptar sus estrategias de formación a las maneras en que los alumnos aprenden, partiendo de su reconocimiento como sujetos y no como objetos del aprendizaje, así como entender sus necesidades, ritmos de progresión y motivaciones con los propios aprendizajes. Se trata, en efecto, de una renovada forma de organización de la educación, alternativa a la actual fragmentada en niveles.

Teniendo claridad en la magnitud e implicancias que supone avanzar de manera progresiva y ordenada en un enfoque por competencias, nos parece importante realizar cinco puntualizaciones.

En primer lugar, se deben diferenciar dos maneras complementarias de entender las competencias. Por un lado, la identificación de las competencias que son necesarias desarrollar en alumnas/nos a la luz de los imaginarios de sociedad, la formación en ciudadanía, los planes de desarrollo económico y social y el bienestar colectivo que son definidos y consensuados por el sistema político y educativo. Por otro lado, las competencias visualizadas como herramientas metodológicas –por ejemplo, pensamiento crítico, creatividad y trabajo en equipo– que se apropian los alumnos para responder a desafíos que plantean situaciones de aprendizaje y de la vida real. Mientras que la primera es más una discusión sobre las concepciones de sociedad y educación –podría denominarse enfoque programático que debe ligar las competencias a objetivos transformacionales de la sociedad-, la segunda es más de uso de herramientas por parte de los alumnos– enfoque pedagógico-. Ambas son necesarias y complementarias.

En segundo lugar, las competencias no son solo aplicación de conocimientos a contextos específicos, sino esencialmente la capacidad de cada persona de discernir qué conocimientos son necesarios usar para que conjuntamente con movilizar valores, actitudes, emociones y habilidades, poder responder a diversidad de situaciones problematizadas como desafíos. La aplicación de conocimientos es parte del proceso de desarrollo de una competencia, pero no la agota. No se aplican conocimientos vaciados de referencias solo como un ejercicio cognitivo, desconociendo que las emociones son la base del desarrollo de los aprendizajes y que los valores están implicados en su desarrollo.

En tercer lugar, el conjunto de desempeños definidos como competentes para apoyar el desarrollo de la persona, la vida en sociedad, el ejercicio de la ciudadanía y el trabajo, no son construcciones en abstracto, sino que tienen a la vez la pretensión de estar conectadas a realidades locales y de ser indicativas de desempeños universales que pueden transferirse a otros contextos a escalas global y local. En efecto, lo global y lo local están en relación de mutua dependencia.

En cuarto lugar, los temas transversales de formación, comunes a la educación de 3 a 18 años – por ejemplo, inclusión, educación Steam (por sus siglas en inglés, Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemáticas), enfoque de género y educación para la ciudadanía global y local – orientan la selección y el desarrollo de las competencias, pero no son competencias como tales. Por ejemplo, la transversalidad de la educación Steam, priorizada como política educativa desde la educación inicial en adelante, no se traduce ipso facto en competencias Steam, sino que ayuda a la identificación de los desempeños competentes que requiere una persona para desarrollar, lograr y evidenciar la alfabetización Steam.

En quinto lugar, el desarrollo y la evaluación de las competencias, liga coherentemente el para qué y el qué de educar y aprender con el cómo, cuándo y dónde hacerlo y evidenciarlo. Las competencias son evaluadas para apoyar y potenciar los aprendizajes. Más aún, implica asumir que hay maneras múltiples y escalonadas, de ir evidenciando cómo el alumno va progresando en el desarrollo de las competencias, y que existen variedad de formas alternativas para demostrar “maestría” en proyectos y saberes específicos y relevantes por parte del mismo (Eduy21, 2017).

Los alumnos pueden lograr un desempeño competente eligiendo diversidad de caminos para responder a situaciones problema, que no son fácilmente encasillables en las categorías de “correcto e incorrecto”. Esencialmente, la evaluación por competencias plantea el desafío para el docente de retroalimentar las producciones de los estudiantes en un sentido constructivo, e identificando/explicando matices, más que en señalarle a los mismos que “está bien o mal”. Usar acertadamente la evaluación como soporte de los aprendizajes, es una manera efectiva, entre otras necesarias, de contrarrestar la expulsión de los jóvenes del sistema educativo.

Fuente del Artículo:

http://www.elobservador.com.uy/destino-del-pais-educacion-y-la-cuarta-revolucion-industrial-6-n1122200

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La empatía del maestro es clave para el desarrollo académico del alumno

Por: tendencia 21

Hay indicios de que afecta también en la secundaria

 

Un estudio de larga duración realizado en Finlandia ha demostrado que la empatía del maestro con el alumno es clave para que éste esté motivado y desarrolle sus capacidades. Es más importante que los materiales educativos y el tamaño de las clases, y no solo en los primeros años, sino que hay indicios de que afecta también en la secundaria.

Los maestros empáticos mejoran la motivación y las habilidades académicas de los niños, como la lectura, la escritura y las habilidades aritméticas. Un ambiente positivo creado por el profesor también salvaguarda y aumenta la motivación de los niños para el aprendizaje, de acuerdo con el estudio finlandés Primeros pasos actualmente en curso en la Universidad de Finlandia Oriental, la Universidad de Jyväskylä y la Universidad de Turku, todas de Finlandia.

La importancia de la empatía y una actitud cálida en el aula sigue siendo un fenómeno poco estudiado en ciencias de la educación. Sin embargo, varias investigaciones han demostrado que la interacción entre el maestro y el alumno es más importante para los resultados que los factores estructurales, como los materiales educativos y el tamaño de las clases.

Además, estudios anteriores han encontrado que la interacción profesor-alumno es un factor importante durante los primeros años de escuela, pero hay indicios de que esta interacción que juegan un papel importante también después, cuando los retos académicos son mayores y la interacción protectora maestro-alumno puede ser menos intensiva.

«Estamos estudiando en qué medida la relación profesor-alumno en la escuela secundaria (13-16 años) puede estar relacionada con las excelentes calificaciones en lectura de Finlandia en el Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes, PISA», dice el profesor titular de Educación Temprana Martti Siekkinen, de la Universidad de Finlandia oriental, líder del grupo de investigación. El éxito del sistema educativo finlandés se atribuye a menudo a un gran respeto por la profesión docente y a tener profesores altamente cualificados, a la igualdad en la educación, y al mantenimiento de las pruebas estandarizadas al mínimo.

Según explica Siekkinen en una nota de la universidad, los primeros años de la escuela elemental, es decir, de los 7 a los 10 años, son un período crítico durante el cual el niño tiene que tener una relación segura con su maestro.

Una actitud empática del maestro no sólo protege la imagen de los niños de sí mismos como estudiantes, sino también contra la exclusión social por parte de sus compañeros de clase.

«Es importante que aprendamos acerca de los mecanismos que inspiran a los niños a convertirse en miembros activos de su comunidad escolar, les motivan para estudiar y establecer metas; en otras palabras, a creer en sus capacidades para lograr estos objetivos», señala el investigador. Los hallazgos se han publicado en Contemporary Educational Psychology and Early Education and Development.

El estudio Primeros Pasos es un estudio de seguimiento de diez años de duración sobre las trayectorias de estudio tempranas de los niños, el desarrollo de las habilidades de lectura y escritura y de la motivación de los niños cuando empiezan la escuela y durante sus primeros años, y sobre los métodos de asesoramiento y las formas de cooperación de padres y maestros.

Otro estudio, realizado en el Reino Unido, señala que el miedo al fracaso al inicio de la escolarización provoca que el estudiante busque el objetivo solo para satisfacer a su ego, y no por su propio interés y desarrollo.


Referencias bibliográficas:

Pakarinen, E., Aunola, K., Kiuru, N., Lerkkanen, M.-K., Poikkeus, A.-M., Siekkinen, M., & Nurmi, J.-E: The cross-lagged associations between classroom interactions and children’s achievement behaviors. Contemporary Educational Psychology (2014). http://dx.doi.org/10.1016/j.cedpsych.2014.06.001.

Siekkinen, M., Pakarinen, E., Lerkkanen, M.-K., Poikkeus, A.-M., Salminen, J., Poskiparta, E., & Nurmi, J.-E.: Social competence among 6-year-old children and classroom instructional support and teacher stress. Early Education and Development (2013). doi: 10.1080/10409289.2013.745183.

Fuente: http://www.tendencias21.net/La-empatia-del-maestro-es-clave-para-el-desarrollo-academico-del-alumno_a41438.html
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Canada: Should Canadian universities ban relationships between profs and students?

Canadá/Diciembre de 2016/Autor: Maryse Zeidler/Fuente: CBC News

RESUMEN: Es un cliché común: el profesor mundano que encanta y hipnotiza a su joven y adorador estudiante. El matemático John Nash, capturado en la película de Hollywood: A Beautiful Mind, fue uno de ellos. Al igual que el biólogo y el sexo investigador Alfred Kinsey. Recientemente, el profesor de escritura creativa de la Universidad de Columbia Británica, Steven Galloway, se unió oficialmente al club cuando se disculpó con su abogado por tener un asunto de dos años con uno de sus estudiantes. La revelación se produce después de una controversia de un año de duración que rodea el despido abrupto de Galloway sobre «acusaciones serias». Pocos detalles han sido revelados; El asunto está siendo revisado. Al igual que otras grandes universidades canadienses, UBC no prohíbe a los profesores de citas con estudiantes, aunque las reglas de conflicto de intereses les obligan a revelar la relación con un superior ya recusarse de cualquier decisión que pueda afectar al estudiante.

It’s a common cliché: the worldly professor who charms and mesmerizes his adoring young student.

Mathematician John Nash, captured in the Hollywood film A Beautiful Mind, was one of them. As was biologist and sex researcher Alfred Kinsey.

And recently, University of British Columbia creative writing professor Steven Galloway officially joined the club when he apologized via his lawyer for having a two-year affair with one of his students.

The disclosure follows a year-long controversy surrounding Galloway’s abrupt dismissal over «serious allegations.» Few details have been revealed; the matter is currently under review.

Like other major Canadian universities, UBC doesn’t prohibit professors from dating students — although conflict of interest rules require them to disclose the relationship to a superior and recuse themselves from any decisions that may affect the student.

But it prompts the question: In an era of increasing discussion of sexual harassment on campus, should universities allow relationships between faculty and students at all?

Changing landscape

Earlier this year, B.C. passed legislation making it mandatory for universities to have sexual assault policies in place by May 2017. In Ontario, provincial law requires universities to have similar policies in place by January 2017.

But those laws don’t cover consensual relationships between professors and students, despite the power dynamic.

«We’re working right now to create the best sexual assault policy that we can, and then there would be consideration about the necessity for … a policy that addresses professor and faculty and student relationships,» said Sara-Jane Finlay, UBC’s associate vice-president for equity and inclusion.

CBC News asked UBC’s faculty association for its take on the matter, but it didn’t respond.

Like UBC, other major universities in Canada also do not have policies banning such relationships, although they do strongly advise professors against them because of their high risk of inviting sexual harassment accusations.

Bans at major U.S. universities

In the U.S., however, a handful of prominent universities like Stanford, Yale and Harvard were prompted to prohibit these relationships after a change in national education law, Title IX, which parallels upcoming changes in Ontario and B.C.

Title IX prohibits gender discrimination in any federally funded education program. Originally aimed at athletics programs, it has since been increasingly interpreted to include sexual harassment and assault.

«That’s the context in which Harvard University revised its sexual harassment policy and procedures,» said Alison Frank Johnson, former chair of the committee that put forward Harvard’s policy on the matter.

«In some ways we just codified broad cultural expectations on our campus about what the relationship between teachers and students should be.»

Nobody objected’

Harvard now prohibits any intimate relationships between faculty and any undergraduate student.

Infractions can lead to a professor’s dismissal from the faculty.

Johnson says the laws were put in place to protect young students from unwanted advances from professors.

She says the policy was «completely and totally uncontroversial.»

«Nobody objected. Nobody objected in theory. Nobody objected for other people,» she said.

Sexual paranoia

But controversial American cultural critic, academic and essayist Laura Kipnis has written about the problems she sees with laws passed by universities like Harvard in her upcoming book, Unwanted Advances. 

«It’s an indication of how much sexual culture has changed. And I think it’s changed in a direction of sexual paranoia,» Kipnis said.

«That’s partly why I ended up writing this book — to talk about the other side of these new forms of protections, which is that they really invite accusations.»

Kipnis isn’t advocating for professors to date students. Nor is she denying that there are a lot of legitimate accusations of sexual assault.

«But there are also a lot of cases where something gets charged as sexual assault that a few years ago wouldn’t,» she said.

That is turning students into victims, instead of encouraging them to stand up and take charge of a situation, she says.

«Part of my thinking is it’s increasing students’ objective sense of their own vulnerability.»

Ban not the solution

Shahin Imtiaz, vice-president of campus life with the University of Toronto Students’ Union, agrees that a ban is not the solution.

She says power differences can exist in any relationship and a ban on relationships between faculty and students doesn’t necessarily address sexual assault and harassment issues.

«Affirmative consent is what we need to push for, regardless of who the people involved are,» she said, adding that more support for victims is needed on campus.

«To instate blanket policies and promises and ways of reducing liability for universities doesn’t address a much larger concern.»

Are students adult enough to make own decisions?

Finlay says the climate is different at Canadian institutions like UBC, but that could be changing.

Last spring, former interim president Martha Piper indicated UBC would consider a ban on relationships between professors and students as part of its sexual assault policy.

In the end, the ban didn’t make it into the latest draft of the policy, but both Finlay and Sioban Nelson, the University of Toronto’s vice provost of academic life and academic programs, agree new sexual assault laws in their provinces will likely prompt further discussion, just as Title IX changes did at some U.S. institutions.

«I think there’s a public discourse around whether we consider students vulnerable and whether we consider students adults who make their own decisions,» Nelson said.

«That pendulum may be shifting.»

Fuente: http://www.cbc.ca/news/canada/british-columbia/university-policy-professors-dating-students-1.3890684

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La Universidad y el futuro

Centroamérica/Honduras/22 de Julio de 2016/Autor: Edmundo Orellana/Fuente: La Tribuna

Si aceptamos que en la universidad se forman los que tendrán la responsabilidad de impulsar el desarrollo del país hacia estadios superiores, también debemos admitir que es responsabilidad de la sociedad verificar que la educación universitaria sea congruente con las exigencias de la dinámica económica, social, política y cultural.

La primera prioridad en esta responsabilidad es asegurar las condiciones en la que se desarrolla el binomio docente- estudiante, entidad fundamental de la universidad, a cuyo fortalecimiento coadyuvan todos los demás factores (administrativos, financieros, materiales, etc.). La savia que nutre a esa entidad, es la ciencia, cuya enseñanza debe responder a los objetivos que se proponga alcanzar la nación, a corto, mediano y largo plazo.

La enseñanza debe insertarse en el contexto nacional, entendido retrospectiva y prospectivamente, para conocer la sociedad en que está inmerso ese binomio, diseccionándola en sus particularidades, para identificar los factores que la asemejan y la diferencian de las demás. De este análisis sobre el ayer, el hoy y el mañana de la sociedad, deben extraerse los elementos de su formación, para su indisoluble incorporación al cuerpo social, a cuyo destino une el suyo. Que esta pertenencia sea por convicción, no simplemente por necesidad, es lo que afirma la identidad nacional.

También habrá de responder al contexto global en el que se inserta la sociedad a la que el binomio pertenece. Ninguna sociedad, en efecto, puede progresar sin aprovechar el avance de la ciencia y de la tecnología que desarrollen las sociedades más avanzadas. La relación con esas sociedades, superiores en el plano científico y tecnológico, deviene, en consecuencia, imperiosa e ineludible para la evolución del conocimiento local.

Desde esta perspectiva, lo nuestro es no solamente el conocimiento local, sino también el global. Acceder a éste para potenciar aquel es un deber inexcusable que recae en la universidad. Ésta, en el cumplimiento de esa misión, se convierte en el crisol en el que se fusiona el conocimiento local y el global, cuidando de preservar impecablemente los elementos que constituyen la identidad nacional.

La universidad, entonces, tiene el deber de armonizar el pasado y el presente del conocimiento, atisbando su futuro, para convertirlo en algo digerible para las generaciones en formación, estimulando la investigación científica, alentando la duda, provocando la crítica e incitando a la propuesta audaz, para verificar la certeza de lo oficialmente aceptado por la academia. En este ambiente nada puede juzgarse como herejía ni irreverencia.

La universidad, sede del cultivo del saber y del conocimiento, debe preparar y guiar la nuestra, hacia lo que el recién fallecido Toffler denomina la sociedad del conocimiento, sin extravíos ni desvaríos y sin descanso, haciendo acopio de cuanto recurso disponga. Esta es la misión esencial del binomio docente- estudiante.

Muy difícil cometido, considerando que nuestro sistema educativo general, enclavado en el pasado, es incapaz de preparar a nuestra juventud para el futuro. Lo ideal sería acoger lo que Bill Gates aconseja para el sistema educativo de su país: reemplazarlo, no reformarlo; tarea imposible, por ahora, por supuesto.

Mientras eso suceda, es deber de nuestra sociedad garantizar, en el nivel universitario, la máxima excelencia del binomio docente- estudiante, que las circunstancias permitan. Para ello, es ineludible la aplicación de modernas normas académicas, cuyo cumplimiento debe ser supervisado en el aula y en el laboratorio, sin lesionar la libertad de cátedra, verificando la cantidad y calidad de los conocimientos que se trasmiten, sin entrar en juicios de valor, y exigiendo la pertinente producción científica al docente.

La garantía del éxito profesional del graduado universitario, radica, incuestionablemente, en el prestigio académico de la universidad.

Fuente: http://www.latribuna.hn/2016/07/18/la-universidad-futuro/

Fuente de la imagen: http://radio.uchile.cl/2013/08/17/expertos-debaten-ante-aumento-de-profesores-extranjeros-en-educacion-superior/

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Nueva Zelanda: Teacher bias hurting Māori education

Oceanía/Nueva Zelanda/10 de Julio de 2016/Autora: Kate Pereyra Garcia/RadioNZ

RESUMEN: Un nuevo estudio ha encontrado que el  sesgo inconsciente de los maestros está afectando el rendimiento de los estudiantes maoríes.  La predisposición inconsciente y el informe de Educación, publicado hoy, compararon el efecto que tienen las bajas expectativas de los estudiantes maoríes de aquí y los estudiantes afroamericanos en los Estados Unidos. El informe es una revisión de la investigación existente. Su investigador principal, Anton Blank, dijo que los  estereotipos negativos maoríes eran en parte culpables del bajo rendimiento maorí, aunque la pobreza también desempeñó un papel.  El informe también encontró que la formación de la conciencia cultural y de alto nivel como estrategias por sí solas no eran suficientes para combatirlo. La solución estaba en la sensibilización de sus propios prejuicios a los maestros a través del desarrollo profesional, dijo el señor Blank.

Unconscious bias from teachers is affecting the performance of Māori students, a new study has found.

The Unconscious Bias and Education report, released today, compared the effect low expectations had on Māori students here and African-American students in the United States. The report is a review of existing research.

Its principal investigator, Anton Blank, said negative Māori stereotypes were partly to blame for Māori underachievement, although poverty also played a role.

«Definitely socio-economic factors – and I mean that’s patently obvious that children who live in poorer areas do less well in the education system.

«But even controlling for that there is still a very, very significant gap. We argue that that is about the unconscious bias at play between teachers and students.»

He said people pointed to the blatant racism in the US as a way of claiming racism did not exist in New Zealand.

But it was something that was happening here on a «systematic level» and so was harder to detect.

«We’ve had a lot of race relations discussion, a lot of bicultural discussion over the last 30 years so I think people know not to articulate their biases publicly, but under the surface the biases are still there.»

The report also found that cultural awareness training and high-level strategies alone were not enough to combat it.

The solution lay in raising teachers’ awareness of their own bias through professional development, Mr Blank said.

The report’s co-author, Auckland University senior lecturer Carla Houkamau, said the report was not about attacking teachers, but rather working with them for better results for Māori students.

Dr Houkamau said everyone has an underlying bias.

«The thing is with implicit bias is people don’t know that they’ve got it, so when you talk to people about it it can be really quite difficult, it can be quite confronting.»

She believed changes could be made now to improve Māori student achievement, but more research measuring inherent bias was needed.

Teachers tended to be warmer, offer more in-depth feedback, and take more time to explain things to students they expected to do well, Dr Houkamau said.

«So if you’ve got a group that you implicitly don’t expect to succeed you’re not going to be giving them that challenging information,» she said. «Also when teachers think their students are going to do well they’re more likely to interact with them more frequently because they think that the students are really worth the effort.»

Post Primary Teachers Association president Angela Roberts said the education system had come a long way in recent years.

While there were still significant challenges for Māori students she didn’t believe it was as bad as the latest report suggested.

«I think we’ve moved on a long way from the 90s, we’re not there yet, but we’ve made great improvement to how we engage with our Māori students and I think that the New Zealand evidence actually bares that out.»

Ms Roberts said the Te Kotahitanga research and professional development programme was a big help but was stopped because it was expensive.

«It provided professional development and an opportunity for teachers to collaborate, watch each other teach, challenge each other and shift the way we responded to our Māori students.»

Cabinet set the guidelines for teacher professional development without consulting teachers and had settled on the areas of science, maths, literacy; digital literacy; and health and wellbeing, she said.

Fuente: http://www.radionz.co.nz/news/national/308357/teacher-bias-hurting-maori-education

 

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Comunidad del Saber

Por: Javier González Sánchez

 “Con mis maestros he aprendido mucho; con mis colegas, más; con mis alumnos todavía más”, dice un proverbio hindú.

El conocimiento no sólo se encuentra en los profesores, la manera de alcanzarlo no es a través de calificaciones y exámenes. Compartir el saber es la mejor forma de aprender. Pero existe mucha reticencia en el sistema educativo europeo a los cambios. Esto supondrá que muchos jóvenes se instruyan en un modelo que no les permite sacar todo su potencial.

Cada vez hay más docentes que intentan innovar en sus aulas. Incentivan la participación del alumnado tanto en las clases como en el desarrollo de la vida universitaria. Restan importancia a las calificaciones para dársela a otros factores como el trabajo en equipo o el esfuerzo por aprender. Los más reacios a los cambios defienden que estos profesores apoyan un modelo educativo que se sale de lo tradicional. Se trata de justo lo contrario. Lo que buscan estos métodos de enseñanza es la vuelta a los orígenes de las universidades, donde los alumnos no sean los únicos que van a aprender, sino también los maestros. Una vez obtenido el título de profesor muchos olvidan que se trata de una profesión en la que no sólo se trata de enseñar a los demás; el profesor se sumerge en un proceso constante de aprendizaje constante.

Universidad procede del latín universitas, en el latín medieval se utilizaba para designar cualquier comunidad de carácter colectivo. El significado que tiene en la actualidad este término no se introdujo hasta el siglo XIV. Con la transformación que han sufrido las universidades en las últimas décadas los estudiantes han perdido algo muy valioso: la sensación de sentirse parte de una comunidad.

María Acaso, profesora de la Universidad Complutense de Madrid, define al buen maestro como aquel intelectual que es capaz de transformar la universidad a través de la creación de pensamiento crítico. El modelo educativo que defiende Acaso intenta generar espacios académicos más individualizados. Se trata de volver al concepto de comunidad académica, que el profesor no sea el único poseedor de conocimientos.

Muchos alumnos se quejan de que sus profesores no saben sus nombres ni se interesan por ellos. Un profesor que de verdad quiere enseñar a un alumno lo conoce, tiene contacto con él para saber adaptar el trato y los métodos de enseñanza más adecuados.

Hay profesores que intentan mantener una relación cercana con sus pupilos y romper este mito de lejanía entre maestro y alumno. La mayor traba que encuentran es la masificación de las aulas. Es difícil que una sola persona pueda ofrecer atención personalizada a grupos tan numerosos. El número idóneo para que un profesor pueda atender las necesidades de todos los miembros de una clase se encuentra entre 30 y 35. En un aula lo normal es que tengan que enfrentarse a más de 70 alumnos.

Algunos universitarios están tan acostumbrados al modelo de calificaciones que cuando un profesor aplica nuevas técnicas reaccionan de forma negativa. Consideran al profesor como alguien duro e inflexible que les hace trabajar demasiado. El sistema educativo genera jóvenes demasiado sensibles a unas críticas que casi nunca reciben. El alumno universitario está acostumbrado a recibir elogios a través de números en un test. Un buen profesor no es el que más suspende, pero tampoco el que tiende al aprobado general. Un buen profesor es el que te da las bases para que desarrolles tu propio pensamiento. Como decía Santiago Ramón y Cajal, los golpes de un maestro no te hieren, “te esculpen”.

Fuente: http://www.opinionynoticias.com/opinioneducacion/26046-comunidad-del-saber

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