Ecuador entre demandas populares y represión

América del Sur/Ecuador/13-10-2019/Autor y Fuente: www.prensa-latina.cu

Por: Prensa Latina

 Las jornadas de demandas populares, vividas en Ecuador desde hace una semana, han desatado una reacción represiva por parte de las fuerzas del orden, que para muchos dejará huellas imborrables en esta nación sudamericana.
‘Somos un país de paz’, es una frase común entre los ecuatorianos, que por estos días se ensombrece ante la violencia utilizada por policías y militares contra manifestantes indígenas, trabajadores, estudiantes universitarios, campesinos y ciudadanía en general, quienes protestan por las medidas económicas impuestas por el gobierno.

Golpes, pateaduras, bombas lacrimógenas, motorizados contra grupos de personas y vehículos blindados militares a toda velocidad por las calles fueron algunos de los episodios vividos en la capital, donde las marchas comenzaron de manera tranquila, hasta acercarse a áreas aledañas al Palacio de Carondelet, sede de la presidencia, trasladada temporalmente a Guayaquil.

Según un balance ofrecido por la ministra de gobierno, María Paula Romo, suman 714 los detenidos durante todo el período de movilizaciones, iniciadas el pasado 3 de octubre, cuando entró en vigor el Decreto 883, que eliminó el subsidio a la gasolina extra y el diésel, y resultó en el alza del precio de pasaje en ómnibus público y de alimentos.

En el reporte, la secretaria de Estado aseguró que no hay muertes por enfrentamientos con la policía, dato que contrasta con denuncias sociales de dos fallecidos como resultado de la represión de los agentes del orden.

De acuerdo con el informe, son 360 los civiles que han recibido algún tipo de atención médica durante las protestas y 86 los heridos entre las fuerzas represivas.

En ese contexto, en puntos donde se establecieron espacios de auxilio atendidos por médicos y paramédicos voluntarios, los especialistas dan cuenta de personas con signos de asfixia, fracturas y heridas con requerimientos de suturas.

La arremetida policial alcanzó hasta la Pontificia Universidad Católica del Ecuador y la Universidad Salesiana, establecidas como zonas de paz y áreas de refugio para indígenas, que desde el martes pasado llegaron a Quito desde otras provincias a fin de unirse al paro general.

Al referirse a esos incidentes, también registrados en el Ágora de la Casa de la Cultura, la ministra de Gobierno pidió disculpas y aseguró que de ninguna manera hechos como esos volverán a suceder.

En medio de ese panorama de violencia, muchas familias se preguntan si existe solución, cuando quienes protestan insisten en mantenerse en pie de lucha y el ejecutivo se niega a dar marcha atrás a reformas que solo afectan a las personas de menos ingresos.

Según el presidente, Lenín Moreno, tomar esas medidas antipopulares fue difícil, pero necesario, aunque el consenso más generalizado en medios opositores políticos y civiles es que la acción gubernamental fue acceder a seguir las recetas aplicadas por el Fondo Monetario Internacional.

La situación interna ha puesto a Ecuador en la mira del mundo, desde donde muchos se han pronunciado a favor del derecho de los pueblos a expresar sus necesidades y demandas en las calles.

Mientras, la Organización de las Naciones Unidas y la Iglesia Episcopal intentan mediar entre las partes para lograr que se sienten a la mesa de negociaciones y encuentren una salida pacífica y permanente a la crisis reinante.

La administración nacional propone una agenda, enfocada en el agro y con temas de posible interés para el movimiento indígena y los trabajadores, quienes no ceden en la demanda de derogar la resolución que liberó el precio en los combustibles.

Fuente e Imagen: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=311727&SEO=ecuador-entre-demandas-populares-y-represion
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Chile: Estudiantes y profesores de Historia que protestaban contra el cambio curricular son duramente reprimidos por Carabineros

América del sur/Chile/06 Junio 2019/Fuente: Resumen

Al mediodía de este jueves, estudiantes de la carrera de Historia de las casas de estudios del Gran Concepción y profesores del ramo, realizaron una manifestación contra el cambio curricular que pretende dejarlos como electivos. La manifestación fue duramente reprimida por Carabineros.

No alcanzaron a pisar con un pie la Avenida O’Higgins. La manifestación fue reprimida por Fuerzas Especiales de Carabineros apostadas en las cercanías de tribunales.

En el lugar, Catalina Vergara, vocera de los estudiantes de Licenciatura en Historia de la Universidad Católica penquista señaló a Resumen “Estamos acá con Arte, Historia y Educación Física porque consideramos que la respuesta del Consejo Nacional de Educación no es correcta […] Estamos exigiendo que el ramo sea obligatorio, que no sea un electivo, ya que sacarlo de 3º y 4º medio es quitar la memoria de Chile porque se pasa todo el siglo 20, lo que es la Dictadura, el Golpe de Estado, la cuestión social, que son cosas que hasta hoy día repercuten en la gente”


Cuando los manifestantes intentaron marchar por la ciudad, fueron duramente reprimidos, resultando un estudiante herido tras caer al suelo y azotar su cabeza contra el concreto. Hasta la edición de esta nota el estudiante aún no era atendido por especialistas, encontrándose semiconsciente y sangrando.

Fuente: https://resumen.cl/articulos/estudiantes-y-profesores-de-historia-que-protestaban-contra-el-cambio-curricular-son-duramente-reprimidos-por-carabineros

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Brasil: Legado desastroso de los JJ.OO. de Río, sin que cesen los homicidios policiales

www.amnesty.org/25-08-2016/

El legado de los Juegos Olímpicos de Río 2016, con al menos ocho personas muertas en operaciones policiales realizadas en la ciudad durante los Juegos y una represión feroz de las manifestaciones pacíficas, ha quedado hecho trizas, según Amnistía Internacional.

“Brasil ha perdido la medalla más importante que se disputaba en Río 2016: la oportunidad de convertirse en abanderado de los derechos humanos”, ha afirmado Atila Roque, director ejecutivo de Amnistía Internacional Brasil.

“Las autoridades brasileñas han desaprovechado una oportunidad de oro para hacer realidad sus promesas de aplicar en Río unas políticas de seguridad pública que harían de la ciudad un lugar seguro para todas las personas. La única manera de rectificar algunos de los numerosos errores cometidos durante los Juegos es garantizar la investigación eficaz de todos los homicidios y otras violaciones de derechos humanos cometidas por la policía, y la rendición de cuentas de los responsables ante la justicia.”

Aumentan los homicidios cometidos por la policía

En 2016, mientras Río se preparaba para saludar al mundo, los homicidios policiales fueron aumentando mes a mes en la ciudad.

Según el Instituto de Seguridad Pública del estado de Río de Janeiro, la policía desplegada en la ciudad mató a 35 personas en abril, 40 en mayo y 49 en junio: un promedio de más de una persona al día.

Durante la celebración de los Juegos (del 5 al 21 de agosto), la policía llevó a cabo constantes y violentas operaciones en varias zonas de Río de Janeiro, entre ellas, Acari, Cidade de Deus, Borel, Manguinhos, Alemão, Maré, Del Castilho y Cantagalo. En esas operaciones resultaron muertas al menos ocho personas (tres en Del Castilho, cuatro en Maré y una en Cantagalo). El índice de muertes podría aumentar, ya que aún no se han confirmado los datos sobre víctimas mortales en otras dos favelas: Acari y Manguinhos.

Los habitantes de estas zonas han informado asimismo de otras violaciones de derechos humanos, como invasiones de domicilios, amenazas directas e insultos y agresiones por parte de la policía.

La “guerra a las drogas” que libra Brasil, así como el enfoque de las operaciones de seguridad con agentes fuertemente armados, también ponen en peligro a la policía. Al menos dos agentes resultaron muertos en los 10 primeros días de los Juegos.

En la primera semana de los Juegos Olímpicos (5-12 de agosto) se registraron 59 tiroteos en el área metropolitana de Río de Janeiro, con un escalofriante promedio de 8,4 al día (casi el doble que la semana anterior, que había habido 32 tiroteos, una media de 4,5 tiroteos al día). En el mismo periodo, al menos 14 personas perdieron la vida y otras 32 resultaron heridas debido a la violencia armada, según los datos recopilados mediante Cross-Fire, una aplicación informática lanzada en julio por Amnistía Internacional para rastrear la violencia armada en las favelas.

Represión de las manifestaciones

La policía ha reprimido ferozmente a los manifestantes, tanto dentro como fuera de los espacios deportivos. Las manifestaciones públicas y pacíficas celebradas en Río de Janeiro los días 5 y 12 de agosto fueron contestadas con violencia policial, incluido el uso de armas menos letales, como el gas lacrimógeno o las granadas paralizantes; varias personas fueron detenidas. Varias más fueron expulsadas de las zonas de competición por exhibir pancartas o llevar camisetas con mensajes de protesta, lo que vulneró su derecho a la libertad de expresión.

En São Paulo, la policía reprimió con dureza una manifestación el 5 de agosto y practicó más de un centenar de detenciones, incluidas las de al menos 15 menores de edad.

De nuevo, el legado de un gran evento deportivo en Brasil se ha visto empañado por los homicidios y abusos cometidos por la policía contra manifestantes pacíficos.
Atila Roque

“Terminamos los Juegos Olímpicos con unas políticas de seguridad pública todavía más militarizadas, centradas en una represión muy selectiva, en el uso excesivo de la fuerza y en actuaciones policiales equiparables a operaciones de combate en las favelas. El resultado no deja lugar a dudas: Un índice de muertes en aumento y otras violaciones de los derechos humanos de los residentes, sobre todo los varones jóvenes negros”, ha afirmado Atila Roque.

“De nuevo, el legado de un gran evento deportivo en Brasil se ha visto empañado por los homicidios y abusos cometidos por la policía contra manifestantes pacíficos. El Comité Olímpico Internacional y otros organismos encargados de organizar actos deportivos no deben permitir que estos eventos se celebren a costa de los derechos humanos de la población.”

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