Entrevistamos a Jacinto Barreiro: «La figura del Che se impondrá siempre

Por Daniel Seixo

 

En Nueva Revolución charlamos sobre la figura del Che Guevara con Jacinto Barreiro Rodríguez, profesor de Lengua y Literatura española que desde hace 40 años forma parte de la Asociación Galicia-Cuba Francisco Villamil, de Vigo.

53 años después de su asesinato en Bolivia, ¿qué queda del pensamiento guevariano en la política actual?

Aunque es imposible de cuantificar, el Che perdura siempre. Representa el paradigma del revolucionario antiimperialista interesado en los problemas del tercer mundo y es ahí en donde su huella es más fuerte. Desde muy joven ya había leído a Marx, Engels y Lenin y se consideraba marxista-leninista, siempre decía que los militantes del marxismo deben dar ejemplo, procurar ser los mejores y estar siempre dispuestos para la lucha. Él era un paradigma en este sentido, sus ideas y su acción siguen siendo un ejemplo para todos los pueblos. Especialmente en América Latina, su influencia fue y sigue siendo enorme. Aunque queden menos movimientos guerrilleros, sus ideas perduran en muchos jóvenes en todos los procesos de la lucha. En Europa, la situación social no es la misma y el imperialismo no se sufre con la misma dureza, pero la figura del Che se impondrá siempre.

¿Qué diría que ha heredado Cuba de Ernesto Guevara?

En el discurso que pronuncia Fidel Castro en la Plaza de la Revolución el 18 de octubre de 1967 ante un millón de personas conmocionadas por la muerte del Che, pregunta: ¿cómo queremos que sean nuestros hijos? Y el mismo responde, queremos que sean como el Che. El Che se convirtió en un signo de los pioneros por el comunismo, «seremos como el Che». El Che simboliza los más altos valores humanos, era una persona culta, inteligente, con una extraordinaria voluntad. Era el primero que se apuntaba al trabajo voluntario y a cualquier misión de riesgo, tenía un absoluto desprecio por el miedo. Por tanto, a partir de su muerte, todo lo que se hace en Cuba tiene que ver con el Che. Como diría Fidel: «nuestra nación se interesó tanto por erradicar el analfabetismo y desarrollar la educación para que todos sean como el Che». Por eso se convierte en un mito para la revolución cubana.

El Che expuso en más de una ocasión que solo la revolución social,  la toma del poder político y el cambio en la estructura productiva permitiría superar definitivamente la explotación de los pueblos por parte de la superestructura capitalista, ¿cómo interpretaría hoy Ernesto Guevara las diferentes experiencias reformistas que en Europa o en América Latina se han desarrollado por diferentes gobiernos de izquierda o próximos al pensamiento de izquierdas?

El Che siempre se centró de forma especial en el tercer mundo, en los países que sufrían de cerca al imperialismo. Su gran ilusión hubiese sido poder participar de la organización de la guerrilla en su propio país, Argentina. «Al imperialismo, ni un tantito así» decía, por eso Europa le quedaba un poco más lejos. Hay un hecho histórico que va a afectar especialmente al equilibrio del mundo, la desaparición a principios de los noventa de la URSS. A partir de ahí la intervención del imperialismo yankee pasa a ser más contundente y despiadada, ya fuese con la intervención inmediata o solapada. Esto conlleva la práctica desaparición del movimiento guerrillero, en algún caso como el de las FARC, tiene lugar de una manera precipitada, lo que lleva ahora mismo al asesinato de muchos de sus militantes en Colombia. Estamos ante las manidas condiciones subjetivas y objetivas, a veces se dan las condiciones objetivas para que triunfe una revolución pero no se dan las subjetivas, mientras que otras veces las subjetivas propician las objetivas. De todas formas, todos los caminos están abiertos y estoy seguro de que el Che vería con buenos ojos la revolución bolivariana, la lucha en Chile o las experiencias electorales en su momento en Ecuador, Argentina, Bolivia o México. No creo que le interesase demasiado lo que pudiese pasar en los regímenes parlamentarios burgueses de Europa.

¿Se ha banalizado en exceso la figura del Che Guevara?

La figura del Che es imponente… Es la pureza revolucionaria, un ejemplo a seguir. Precisamente por ese carisma se convierte en subversivo y peligroso y por ello la burguesía, el capitalismo, lo asimila para manipularlo a su antojo utilizándolo como un icono romántico de ideas imposibles de llevar a la práctica. Pretende convertirlo en un objeto más del consumo. Todo esto tiene el objetivo de vaciarlo de contenido ideológico. También hay que decir que en algún sector de los llamados progresistas, se juzgaba al Che como un idealista y se incidía en su acción guerrillera como algo erróneo, aunque sabemos que los que así lo juzgaban desconocían su pensamiento y simplemente se quedaban en un análisis propio del reformismo burgués.

En Cuba se suele asegurar que al Che se le respetaba porque decía lo que pensaba y hacía lo que decía, ¿quedan hoy liderazgos políticos con esos mismos valores?

Cuenta Fidel Castro que cuando los detuvieron en México mientras preparaban la expedición del Granma, en el interrogatorio le preguntaron al Che si era comunista y este respondió afirmativamente, entonces lo llevaron ante un fiscal y el Che termina discutiendo con él acerca del culto a la personalidad de Stalin. Este era el Che, una persona integra y de enormes valores morales, noble y desinteresado. Seríamos demasiado pesimistas si pensásemos que no puede haber en el mundo más personas como él, pero también debemos considerar que el mundo actual no es igual al de hace 53 años y al Che no le interesaba tanto la inacción política, como la acción revolucionaria, por lo que a veces había que frenarlo en sus decisiones. La situación social no es la misma y las condiciones subjetivas no propician la parición de figuras como el Che.

Empatía, solidaridad y humanismo, ¿qué queda en la militancia actual de ese hombre nuevo que ejemplificaba «el Che»?

Cuando analizamos la figura del Che debemos tener en cuenta dos perspectivas distintas, la europea y la latinoamericana. La Europea desde un plano superior, desde el viejo espíritu colonial, y la latinoamericana desde la tierra. La cultura del consumo, sobre todo en Europa nos lleva a un mundo más individualista, menos humano, falto de militancia, solidaridad y ayuda mutua. El tejido social va formando las identidades de un colectivo y la militancia no forma parte tanto como antes de esos valores. Toda esta anomia social lleva a la despolitización de la sociedad, aunque siempre debemos pensar que sigue habiendo personas como el Che, personas a las que las condiciones subjetivas no les permiten aparecer.

¿Cómo definirías esas condiciones?

Estamos viviendo una época de confusión, pero de una confusión deliberada. Se trata precisamente de confundir a la gente y lograr manipularla, llegando incluso a manipular para ello la figura de líderes como el Che que tiene una trayectoria muy clara y evidente.

Acorde a la política de solidaridad e internacionalismo cubano, Ernesto Guevara visita el 18 de junio de 1959 la Franja de Gaza, ¿qué importancia tiene hoy la figura del Che para las luchas internacionalistas?

Si hay un país solidario e internacionalista, ese es Cuba. Incluso en estos duros momentos en los que estamos sufriendo una pandemia, fue el único país que envió brigadas médicas a los países llamados desarrollados. La visita a la Franja de Gaza es muy significativa. Palestina, una cárcel al aire libre, es el ejemplo de un país sometido en su propia tierra por el colonialismo de un país artificial, Israel, con el apoyo del imperio Yankee. El Che es una referencia en el internacionalismo. Desde el primer momento se preocupa por los problemas del tercer mundo, asiste a las reuniones del Movimiento de países no alineados, la conferencia de Bandung, se ve con Zhou Enlai, Nehru, Nasser, Sukarno… Ya desde muy joven con sus ideas marxistas hizo viajes por Latinoamérica solo y en compañía de su amigo Alberto Granados. Además de conocer toda la geografía del continente, estuvo en Bolivia, en donde en 1952 hay un gran movimiento obrero y campesino. En 1954 está en Guatemala, en donde tiene lugar el derrocamiento del gobierno progresista electo de Jacobo Árbenz que pretendía una reforma agraria y resulta enfrentado por la invasión yankee propiciada por la United Fruit Company que tenía grandes intereses en aquellas tierras. Se dirige a México en donde se prepara la expedición del Gramna para iniciar la revolución en Cuba, años después del triunfo de la revolución, por su insistencia, Fidel le propone la misión en el Congo para ayudar a Lumumba contra Mobutu y los mercenarios europeos. Su vida termina con la misión en Bolivia. Si hay un ejemplo de internacionalismo, ese es el Che.

La figura de Óscar Fernández Mel resulta de vital importancia para conocer las estrechas relaciones culturales y políticas entre la comunidad gallega y cubana, ¿en qué estado de salud se encuentran hoy esas relaciones?

Óscar Fernández Mel fue una figura fundamental para profundizar más en las relaciones entre Cuba y Galiza. Hijo de padres lucenses, aunque nació en Cuba, cuando tenía un año sus padres viajaron a Galiza y estuvieron siete años hasta que en 1937 regresaron a Cuba. Se hizo médico, se incorpora al movimiento 26 de julio y después del asalto al Moncada, a la guerrilla. Llegó a ser alcalde de La Habana y General de brigada de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Gran amigo del Che, que fue padrino de su boda, estuvo con él en el Congo. Galiza, por razones históricas debería tener estrechas relaciones con Cuba, son muchos los gallegos que emigraron a Cuba en diferentes épocas. Grandes personalidades cubanas tienen ascendencia gallega: Fidel Castro, Camilo Cienfuegos, Frank País, Abel Santamaría… Podríamos citar a muchos, personalmente, en mi viaje a Cuba, he podido comprobar el cariño que sienten los cubanos por Galiza. Las relaciones de Cuba con Galiza fueron profundas y muy importantes desde el punto de vista cultura, el precioso edificio que era el Centro Gallego en La Habana es hoy el Teatro Nacional, por citar un hecho, el himno gallego se estrena en Cuba. Sin embargo, hoy este gobierno – como dice Beiras: «de demolición y limpieza étnica de Feijóo»– está terminando de destrozar Galiza.

Al Che se le responsabiliza de forma directa de numerosos fusilamientos tras el triunfo de la revolución, ¿qué hay de verdad en esas acusaciones?

Cuba debe pelear continuamente contra infundios y difamaciones del imperialismo, simplemente no es verdad esta acusación, se trata de buscar algo para manchar la figura incólume del Che. Los fusilamientos llevados a cabo después de la revolución nunca fueron decisiones de una sola persona, ni del presidente del gobierno, son decisiones colectivas de un numeroso consejo de guerra. En todo caso, el error que reconoce Fidel es haber hecho juicios públicos contra los que habían cometido crímenes horrendos, porque la gente siempre es más dura con los culpables. Al Che le impactaba mucho la muerte de sus compañeros de guerrilla, como la de Eliseo Reyes, el Capitán San Luis, de quien escribe en su diario aquellos versos de Neruda: «Tu figura pequeña de capitán valiente». Era un hombre de una profunda humanidad.

¿Qué balance hace de la Figura de «el Che»?

La maravillosa foto de  Alberto Korda está en infinidad de pósteres, camisetas e imágenes de todo tipo, el Che es una figura grandiosa, mítica, la personificación de un auténtico revolucionario. Es el símbolo de la coherencia, la correcta conciencia moral, el desinterés… Nadie puede ir en contra de él, porque representa la lucha contra la injusticia por todos los desheredados de la tierra. Un visionario. Herido sin fusil, lo llevan a La Higuera, al día siguiente el 9 de octubre de 1967 al medio día, lo ejecutan a sangre fría. En el lugar en donde muere, todavía hoy van a postrarse los campesinos bolivianos.

Fuente e imagen: https://nuevarevolucion.es/

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Paraguay: Extraño esa palabra que se escribe con amor: “Revolución…”

Heráclito de Éfeso entiende que “El fundamento de todo está en el cambio incesante. El ente deviene y todo se transforma en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al que nada escapa”. (http://www.frasesypensamientos.com.ar/autor/heraclito.html).

 

«En los mismos ríos entramos y no entramos, [pues] somos y no somos [los mismos]» Heráclito de Éfeso

Interrelacionando en las redes sociales en medio de un acalorado debate sobre la convulsión social y política en Paraguay, catalizado por el tratamiento en el senado sobre la propuesta del proyecto de ley de desbloqueo de las listas sábana, finalmente aprobada, se concluye que es otra farsa más de las tantas, en ese instante y en ese contexto escribí “Extraño esa palabra que se escribe con amor: Revolución…”.

Mi amiga y colega docente Zuny González, me preguntó inmediatamente “¿Por qué?” Respondí:  Porque ya nadie habla de revolución, es como que están descorazonados de un cambio benéfico de la sociedad…revolución significa transformar todo lo podrido de hoy y construir una nueva sociedad basada en la justicia social”.

La corrupción es el dato indiciario de los gobiernos, salvo excepciones.

Esa oleada de renovación social que la humanidad conoció, por ejemplo en la década de los años 1960 y 1970, insatisfacción social sobre estructuras mentales e institucionales perimidas y obsoletas que ya no funcionaban, más que para frenar el progreso de nuevas ideas y avanzar hacia nuevas y vigorosas organizaciones socio-económicas, más libres, ello se proclamó con toda dulzura en el “Mayo francés”.

La humanidad anhelaba una transformación social que la sacara del conservadurismo y la corrupción política, de la hipocresía, de la desigualdad y del enojoso infortunio perenne.

Aquello no triunfó, vino entonces así, la oleada neoliberal en los años de 1990 y atacó lo cultural desmoronando toda esperanza de cambio social, trastocaron todo lo bueno, lo solidario, lo fraterno, lo cooperativo e impusieron la cultura “del no se puede”. Y la democracia comenzó a mostrar su lado más perverso: los políticos corruptos y vende-patrias.

Así ingresamos al siglo XXI, sin la palabra más real de la vida misma, “revolución” como sinónimo del cambio perenne, de la trasformación social del perfeccionamiento humano.

Se implantó nuevos vocablos, ya era ser antiguo decir “pueblo”, se debe decir “gente”, no se debe decir “revolución”, se debe decir “cambio”. Cambiar para que nada cambie, ya lo sabemos.

Pero volvamos un instante a una etapa singular de la historia, cual fue denominada “Revolución industrial”, en concreto en Inglaterra, allí en esas tierras se desenvolvieron las manufactorías expoliadoras, y que empujaron a miles y miles de hombres, mujeres y niños al despojo de sus vidas. Allí en esa “revolución capitalista”, desde sus entrañas, surgiría la más noble de las organizaciones, las cooperativas, como reacción ante tanta injusticia.

Aquel slogan “Haga el amor, no la guerra” surgido contra la guerra de Viet Nam en la década de los 60, propuso la revolución del amor, que en verdad sedujo a millones de jóvenes que anhelaron otro mundo, un mundo sin odios, ni burócratas estructurados.

Miguel Angel Angueira Miranda, en el año de 1965 sorprendió en Argentina con su libro “Carácter revolucionario del cooperativismo”, de allí, extraemos una cita corta pero categórica, a nuestro entender: “La abolición del lucro y del asalariado, la programación progresiva de la libertad, el lento pero seguro desplazamiento de las formas patronales autoritarias o paternalistas del capitalismo benefactor, esto es, la esencia y sustancia de la revolución social misma, están íntegramente contenidos en el andamiaje de la revolución cooperativa.».

Y hasta el Papa Francisco se suma a hablar de revolución, a restaurar esta palabra, cuando dijo, «El Hijo de Dios, en su encarnación, nos invitó a la revolución de la ternura».

¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!

Autor: José Yorg

Fuente de la Información: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=255283&titular=extra%F1o-esa-palabra-que-se-escribe-con-amor:-%93revoluci%F3n%85%94-

 

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La dimensión ética es esencial para vencer al capitalismo, recalcó Frei Betto

Redacción: Bohemia

“… el que sabe muy bien el potencial revolucionario de la juventud es el sistema capitalista, lo conoce en detalles, científicamente y por eso trata de crear todo un mecanismo para impedir que los jóvenes se tornen revolucionarios”. “El capitalismo promueve la alienación de la juventud”, dijo.

El neoliberalismo tiene suficientes herramientas para expandir sus doctrinas; desde el propio Estado hasta los medios de prensa, por eso es imprescindible que la juventud se prepare correctamente.

¿Qué tarea tienen los jóvenes?, se preguntó Frei Betto ante un heterogéneo auditorio, convocado a escucharlo en el marco del Foro Juvenil Martiano denominado “La idea del bien”, en la IV Conferencia Internacional por el Equilibrio del Mundo. Para este defensor de causas justas, es en el camino donde se encontrará parte de la respuesta a los desafíos actuales: “organizarse, conocer la historia de las luchas liberadoras desde siglos antes de Cristo pero también la de su propio país. Y algo esencial, entender que no hay nadie sin ideología”.

Para el gran amigo de Cuba, teólogo de formación pero revolucionario ejemplar, llegar a entender lo que se enfrenta es primordial, sin embargo, en su opinión hay que empezar desde edades tempranas. “Hay una canción brasileña cantada por Gal Costa que tiene un verso rotundo: no hay que confiar en nadie con menos de 30 años”.

Frei Betto aprovechó ese estribillo para opinar que “es muy difícil encontrar algún revolucionario que empezó en la lucha después de los 30 años. Todos los que conozco, todos, empezaron antes. De Espartaco a Jesús, de Lenin a Mao Setung, Fidel, Raúl, Sandino, todos empezaron antes. ¿Por qué? Porque la juventud es la edad en que todavía no hemos entrado en la institucionalidad de la sociedad vigente. Y por eso los jóvenes tienen más movilidad social, más movilidad epistémica. Es más abierto a nuevas experiencias, a nuevos conocimientos. De ahí el factor fundamental, olvidado por muchos de nuestros gobiernos progresistas, de trabajar intensamente la formación política de los jóvenes”.

Luego de lamentar ese error, consideró que “el que sabe muy bien el potencial revolucionario de la juventud es el sistema capitalista, lo conoce en detalles, científicamente y por eso trata de crear todo un mecanismo para impedir que los jóvenes se tornen revolucionarios”.  “El capitalismo promueve la alienación de la juventud”.

“¿Cuáles son los recursos para eso?, inquirió al tiempo que admitía que “el más poderoso es el mediático”. Señaló que la cultura del entretenimiento emitida por los medios, como la Internet, la televisión, va poniendo en la mente y los corazones de los jóvenes la fuerte idea del individualismo.

Explicó que “antes, en los siglos XIV y XV no se conocía el pronombre YO, casi no existía, solo el Nosotros. El YO es un fenómeno de la modernidad. “Pero incluso hoy en Brasil hay varias comunidades indígenas que no tienen el concepto del yo” porque no se concibe la idea de individualización, de ser parte de un colectivo, señaló.

El luchador brasileño puntualizó que “para el capitalismo es fundamental el egocentrismo porque si la gente se percibe como parte de un colectivo, mis necesidades tienen que ser las necesidades de mi grupo y por eso las necesidades para obtener los resultados de la lucha tienen que ser comunitaria, colectiva”. Detalló cómo desde métodos científicos, a partir de los estudios de Sigmund Freud y los de la comunicación humana, el capitalismo ha venido desplegando una estrategia de manipulación.

¿Solo dibujos animados, muñequitos?

Destacó el caso, aplicado desde Estados Unidos, de la obra de Walt Disney (1901-1966), cuyos productos son en apariencia inocuos y simpáticos, pero que estuvo inspirada en el catecismo católico adaptado al sistema capitalista y con ello transmitió valores esenciales donde se pondera la riqueza por encima del trabajo y otras cualidades, apreciadas en la caracterización del famoso personaje del Pato Donald: simpático, pícaro, tramposo.

Otra de las vertientes blanco de la manipulación moderna es la niñez. Y eso no se hace por gusto. Según Betto el “grupo infanto juvenil es el que enseña a establecer las reglas de cooperación, de solidaridad y hasta los límites de la sociabilidad, de ahí la importancia del juego colectivo donde se despliega y desarrolla la fantasía”, manifestó. “Ahora no, ahora yo solito en mi casa, miro un dibujo animado, una película, que “sueña por mí. Así, mi capacidad onírica está congelada porque yo la transferí para el vídeo, para la imagen que miro, con un agravante, que con la multiplicidad de informaciones hay una tendencia de los niños y niñas a llegar más rápido a la pubertad”.

Ejemplificó con el triste panorama brasileño que ha conducido a cientos de niñas, incluso de cinco años, a disfrazarse de mujercitas- con tacones altos y todas maquilladas- para competir en lides de Misses.

De ahí que este hombre de profunda raíz martiana ponga sus certezas transformativas en la educación: “la función de la educación es crear ciudadanas y ciudadanos felices, dignos, y coparticipantes en un proyecto social”. “Entonces qué hace el sistema capitalista: impide que los jóvenes tengan vínculos sociales. No se permiten líderes estudiantiles, asociaciones estudiantiles a menos que sea para deportes y recreación, pero no para debatir temas sobre coyuntura política, sobre el mundo de hoy. No, eso no conviene al proceso social capitalista”, denunció.

Sí son posibles los cambios revolucionarios

La dimensión ética es esencial para vencer al capitalismo, recalcó Frei Betto.

Intervención de Frei Betto en el Foro Juvenil Martiano denominado “La idea del bien”, en la IV Conferencia Internacional por el Equilibrio del Mundo.

Remarcó esta idea con su convencimiento de que “hay un proceso deliberado de alienación de los jóvenes. Y ese proceso se fortalece al impedir que los jóvenes tengan proyectos históricos”. Considera por tanto que la frase de Fukuyama de que “La Historia ha terminado”, es una declaración cínica y abierta de que a los capitalistas no les interesan las generaciones jóvenes, y mucho menos que tengan la percepción del tiempo como historia. En ese sentido le rindió honores a Fidel y a sus compañeros, quienes tras el fracaso del asalto al Cuartel Moncada no abandonaron el camino, al contrario, se prepararon porque tenían un proyecto de país.

“La motivación es quebrar la historicidad”. Hay una marcada intención, insistió, de convencer de que sí, usted puede luchar, pero nada va a cambiar la vida.  Lo puede hacer en lo personal, en lo relativo al aspecto físico (ya se puede teñir el pelo de azul o tatuarse), incluso se esgrime la definición de democracia cuando se compra en un supermercado abarrotado de marcas de refrescos. Paradójicamente el capitalismo no le permite al ciudadano escoger otro sistema social o vida colectiva. “Eso está prohibido y el sistema despliega todo su aparato para impedirlo”

“El sistema no declara ese objetivo pero lo hace de tal manera que los jóvenes cada vez más se encierran para dentro, y los vemos ahí embobecidos con sus teléfonos celulares. La propuesta es menos racionalidad y más emocionalidad”.  En este contexto se refirió a los mensajes de las redes sociales muy centradas en lo personal, o en las películas con saturación del sexo o la violencia. De los temas de puja entre la vida y la muerte.

Este acucioso estudioso consideró que “en el sistema capitalista se refuerza la idea de que el Planeta no tiene futuro, sea por razones de la desigualdad social o por los daños ambientales”. Efectivamente el capitalismo admite cambios pero únicamente en el campo de las ciencia y las tecnologías. Frente a ese fatalismo subrayó una salida: “compartir los bienes y los frutos del trabajo humano”.

Dijo estar indignado ante las proporciones de la desigualdad en el mundo que en sus palabras “son impresionantes”. Frei Betto advirtió contra los ideólogos de derecha, quienes propugnan que “el capitalismo es eterno. La desigualdad es natural, la naturalización de la miseria, de la pobreza. Se aboga así por crear obras sociales (desde la caridad) pero nunca por preguntar – ni admitir esos cuestionamientos- de por qué existe la pobreza”.

A pesar de esa brutalidad contra todo sentido de decoro y solidaridad, el teólogo brasileño, exhortó a los movimientos sociales, estudiantiles, religiosos, ambientales a empezar, ahora, la realidad de nuestro sueño socialista. “Debemos crear sistemas de cooperativa, de economía solidaria, del buen vivir, de hacer la experiencia de una sociedad micro socialista porque el Socialismo no es solamente un asunto del Estado, es de los vecinos que comparten”. Llegado a este punto tomó como referencia los últimos acontecimientos en La Habana luego del impacto del tornado. “Acá la gente se ayuda, se reparte comida, se comparte hasta la casa”.

Ser permanentemente creativos

Consideró que “no basta con tener ideas, sueños, teorías porque si no vamos a la práctica no se concretan los avances”. En relación a esta cuestión informó que leyendo sobre la más reciente tragedia humana y ambiental de Brasil, al colapsar una presa de la compañía minera Vale, el pasado 25 de enero, en Brumadinho, Minas Gerais, ha sabido que los compañeros del Movimiento Sin Tierras (MST) se han personado en el lugar para ayudar en las labores de rescate, además de dar apoyo a los damnificados. Tienen también la intención de lanzar este problema a nivel nacional para reactivar la lucha contra estas empresas capitalistas.

Entre los desvelos- y ocupaciones- de Frei Betto se haya el lenguaje. Recordó que un día una señora muy pobre, con un periódico de izquierda en la mano, le pregunta que cosa era “contradicción de clase”, a lo que él le dijo, no se preocupe por eso. “La izquierda debe encontrar la manera de llegar a la gente para que comprenda el objetivo de la lucha y no quedarse estancada en sus propios mensajes, con una prensa de nosotros para nosotros”. Habló de la Iglesia evangélica de Brasil que tiene muchos seguidores porque habla el lenguaje popular. “El éxito de la Biblia es por su lenguaje popular ya que no tiene una sola página de teología, de doctrina”, aseguró.

En su opinión solo hay una manera de quebrar la ideología conservadora del capitalismo y es buscando las ideologías críticas a él. “El marxismo es fundamental, pero hay que saber que vertiente asumir para no abrazar las dogmáticas y extremistas”. Debe “beberse” los saberes de aquellos que verdaderamente lograron una democracia socialista y evitar teóricos que nunca hicieron una revolución.

Manifestó que “no basta la izquierdista adjetivación de que el capitalismo es malo” porque hay que explicar que si bien algunos “triunfan” hay millones que “no lo logran”. El punto de giro “está en la educación política, en potenciar la sensibilidad hacia el mundo de los pobres, sensibilidad hacia la justicia”. Elogió así a Carlos Marx, quien antes de escribir sus trabajos teóricos se acercó a las injusticias desde las condiciones de vida de los campesinos prusianos (Alemania). “Si no trabajamos esa dimensión ética de asumir las causas junto con los pobres, es imposible vencer. La Revolución tiene que ser con el pueblo y no solo para el pueblo porque si no, no habrá revolución”

Fuente: http://bohemia.cu/mundo/2019/01/la-dimension-etica-es-esencial-para-vencer-al-capitalismo-recalco-frei-betto/

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Necesitamos una nueva filosofía del envejecimiento

Por: Blas Lara

Cuando a una persona se la mide sólo por la edad, queda metafísicamente truncada.

La persona humana, al ser medida exclusivamente o principalmente en función de sus parámetros fisiológicos, queda violentamente, metafísicamente truncada. Pero esa es hoy la regla práctica habitual que rige en la medicina, en la universidad y en la empresa. Es imprescindible inventar una nueva filosofía de la vida y del envejecimiento. Una filosofía sobre la que basarse para poder imaginar e instaurar nuevas instituciones sociales.

El “viejo” entra en una categoría social excluyente y definitiva. Es profundamente triste que toda su generación pase viviendo en la amargura de sentirse dejados de lado  sus últimos años que hubieran podido ser  tan  fecundos.

Y es degradante sentirse clasificados solo como personas que necesitan atenciones. Rebajados a devenir un número más en la seguridad social. Privados de su individualidad  en razón de la edad y además  reducidos a la dimensión  puramente económica.

Porque ¿qué es una persona mayor desde el simple punto de vista sociodemográfico? Su edad es una carga para la sociedad, por más que se haya cotizado durante años.

Aunque constituya  también, y cada vez más,  un sustancioso negocio que ha promovido una industria contra el envejecimiento en la medicina y en el comercio.  Desde ese punto de vista las personas mayores son un importante segmento de mercado: consumidores de una rama mundial de la impresionante industria farmacéutica. Clientela de redes de residencias de mayores. Clientela  de compañías de seguros que  siguen acumulado en las cajas de pensiones montañas de liquideces  tan potentes que pudieran hacer tambalearse los equilibrios financieros del planeta entero en cualquier momento.

El cronómetro de nuestras existencias 

Hemos admitido sin apenas  apercibirnos el hecho de que tengamos que vivir bajo la vigilancia de un  insobornable cronómetro  que preside irrevocablemente los flujos de nuestras vidas.(Jan Barss: Aging and the Art of Living).

Como los grandes relojes de las viejas estaciones de trenes de otros tiempos hemos instalado en nuestro sistema social un cronómetro central  que gobierna totalmente los flujos de  generaciones, moviendo a las personas cronológicamente a través de las instituciones como  guarderías,  escuelas, colegios, universidad, empresa, …hasta la jubilación). Así es como su despótico dominio no solo marca tiempos y ritmos a nuestras  vidas individuales  sino que al mismo tiempo  condiciona  las estructuras de la sociedad entera.

Es el dios Cronos quien declara  prematuramente senescente a personas en la  plenitud de su vigor físico e intelectual,  y es quien acelera las vidas vaciándolas de sentido. Es él quien exalta  los iconos de la juventud que reinan en el deporte y en la moda, y es él quien arrincona a los “viejos” así como  a todo lo que pudiera asemejarse a un símbolo de vejez.

Es necesaria una nueva filosofía del envejecimiento  

No se puede arrinconar como muebles usados a las personas llenas aun de vida y de capacidad de don a los demás.

Por todas estas razones, y en la medida en que  la esperanza de vida continúa aumentando, se va haciendo imprescindible inventar una nueva filosofía de la vida y del envejecimiento. Una filosofía sobre la que basarse para poder imaginar e instaurar nuevas instituciones sociales.

La persona humana, al ser  medida  exclusivamente o principalmente en función de sus parámetros fisiológicos, queda violentamente,  metafísicamente  truncada. Pero esa es hoy la regla práctica habitual  que rige  en la medicina, en la universidad y en la empresa. Pero como dice Barss: mi edad es solamente y no más que el número de años que hace que nací.

Por todo ello es absolutamente necesaria una profunda revolución social. Que se reserve un lugar importante a este segmento de la población hoy dejado de lado en sus últimos años de vida. No  vamos a reclamar una nueva gerontocracia sino que nuestras sociedades imaginen instituciones que incorporen las experiencias acumuladas a través de los tiempos.  Que garanticen los ritmos adecuados de transformación sin dolorosas aceleraciones violentas.

Habría que inspirarse en  las viejas ideas estoicas de Cicerón en De Senectute y en el rol que la sociedad romana asignaba a sus senadores.

Todo ello suena más bien a utópico. Pero el mundo saldría ganando, si decidiese a luchar en este nuevo e inusitado frente de construcción de utopías.

Imagen: Geralt

Montaigne, no Heidegger

Yo abogo por la emergencia de una filosofía del envejecimiento, y quizás mejor  de la vida entera. Una filosofía que se aparte de premisas tan amargas como aquellas de Heidegger, para quien la muerte es el horizonte infranqueable de toda existencia humana y lo que le da sentido a la vida. Hoy, precisamente lo necesario es invertir la terrible pendiente del declive hacia la muerte.

Siguiendo a  Montaigne (Essais) hemos de lograr que nada nos sorprenda en la muerte. La muerte vendrá siempre demasiado pronto, pero no hay necesidad de anticiparla.
La progresión de la edad debe acabar por hacernos comprender que la Vida es el único bien supremo y la sola virtud soberana. Y que el mayor error que se puede cometer es un bilioso menosprecio de la Vida.

Sólo al viejo le es dado vivir una relación equilibrada con su cuerpo. Comprender que el cuerpo es una parte importantísima- más aún- indisociable del ser humano. La vejez es un remedio contra la hipertrofia de espíritu con prejuicio del cuerpo y  de sus exigencias.

Por eso la vejez es la fase epicúrea por excelencia de nuestras vidas. (Entiendo el epicureísmo en su más auténtico y amplio sentido).  La cosa más grande es “saber ser para sí mismo”, dice Montaigne. Saber gozar lealmente de nuestro verdadero ser.
El anciano se ve empujado a redefinir su escala de valores y a  centrarse en el eje auténtico de su vida.

Una vejez conscientemente encapsulada  en la finitud de la vida humana, aceptada de manera positiva y sin vaporosas – y para algunos vanas – pretensiones  de eternidad. Y una existencia integrada en el devenir humano.

Margaret U. Walker habla de integración lateral, es decir,  de incorporarse a su tiempo sacando ventaja de las conexiones hoy técnicamente posibles con otras personas y participando en experiencias colectivas.

Fuente: http://www.tendencias21.net/Necesitamos-una-nueva-filosofia-del-envejecimiento_a44107.html
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India: La rebelión de los ‘intocables’

Asia/India/18 de  agosto de 2016/Fuente: elmundo

Los parias del estado indio de Gujarat, protestan contra la discriminación por casta que sufren a pesar de que la Constitución la prohibe.

Mientras los ciudadanos de Delhi viven la resaca del pasado Día de la Independencia de India, en Gujarat, cuna de Mahatma Gandhi, los miembros del escalafón más bajo de la pirámide social hindú reivindican estos días un orgullo por partida doble: ser indios y dalits. Sus protestas masivas van en aumento y amenazan con más si no cesan las vejaciones a manos de las castas superiores.

Los parias del estado de Gujarat, donde también nació el primer ministro Narendra Modi, llevan un mes en pie de guerra contra la discriminación por casta, prohibida por la Constitución india, pero perpetuada en la práctica en las relaciones entre cada dalit y sus superiores. En las últimas semanas se han visto duros enfrentamientos entre manifestantes y policías e incluso un dalit se suicidó en señal de protesta. Otros 20 también lo intentaron pero, tras fracasar, acabaron en el hospital.

Liderados por un abogado convertido en activista, Jignesh Mewani, los ‘intocables’ reclaman el fin del trato vejatorio que reciben y demandan el derecho a poseer tierras, ya que la mayoría en el estado trabaja en el campo. Además, se niegan a seguir recogiendo los cadáveres del ganado que muere en la calle, una labor que suele estar destinada a este grupo desfavorecido. Por eso han ido abandonando cuerpos de vacas frente a oficinas gubernamentales.

Sus lemas vienen a decir quédate con tu vaca, dame mi tierra porque su lucha actual no es sólo por el fin de la violencia que sufren. «Se trata de una revolución social para la mejora económica de los dalits«, según señala Mewani. En todo caso, advierte, si en 30 días las autoridades no reaccionan, pasarán a bloquear las vías de tren.

Recientemente han llevado a cabo una marcha masiva de 400 kilómetros desde Ahmedabad en la que han ido pueblo a pueblo concienciando a sus iguales en la reivindicación de derechos. A ella se han unido ‘intocables’ de Uttar Pradesh, Bihar o Punjab, quienes gritaban eslóganes sobre la identidad dalit y lucían con orgullo retratos de B.R. Ambedkar, histórico líder de esta comunidad.

La caminata de 10 días, compuesta sobre todo por jóvenes, estudiantes y trabajadores de la construcción, terminó en una concentración multitudinaria en Una, localidad donde fueron agredidos el mes pasado cuatro dalits por hindúes radicales. El grupo de extrema derecha acusaba a los parias de haber matado y desollado a una vaca, sagrada para los hindúes, pero ellos aseguran que el animal ya estaba muerto.

Esa paliza humillante, que fue grabada en vídeo y que llegó a discutirse en el Parlamento, es el último caso que ha despertado protestas por este asunto en India. Se trata de la segunda ola de reivindicaciones este año tras el suicidio en enero de Rohith Vemula, un estudiante dalit que se quitó la vida después de haber sido suspendido por su universidad y cuya muerte levantó de forma esporádica la voz de los nadies del hinduismo.

Rohith se convirtió en un símbolo contra la exclusión de los dalit, que representan al 16% de la población india (200 millones), y en varias ciudades del país se celebraron manifestaciones en las que se cuestionaba cómo el sistema educativo ayuda a «institucionalizar la discriminación». Su madre, Radhika, explicó en el mitin de Una, ante 10.000 personas y bajo la bandera tricolor de India, que su razón para estar ahí era muy sencilla: «He venido aquí porque no quiero que lo que le pasó a mi hijo le pase a ninguno de vuestros chicos». Tras ese evento, no obstante, numerosos participantes fueron atacados con palos y piedras por vecinos de castas superiores al volver a casa. Se registraron decenas de heridos y hubo una veintena de detenidos.

Además de ser destinados a trabajos indignos, los intocables se enfrentan en ocasiones al rechazo en la entrada de templos y crematorios o a comer comida separada del resto de comensales. En 2014, la Comisión Nacional de Castas registró unos 50.000 casos de «atrocidades» contra esta comunidad, incluidos asesinatos y violaciones. No obstante, las organizaciones en defensa de los derechos de los dalits aseguran que los casos reales son mayores porque la policía no registra todos.

Los medios de comunicación indios recogen a veces las atrocidades más crueles contra los miembros de esta comunidad, pero muy pocos casos generan reacciones de repulsa de gran calado social en las que participen otros sectores de la población. Precisamente, el activista Mewani hace hincapié en la necesidad de que los grupos históricamente desfavorecidos, como los dalit, los musulmanes, las tribus o las mujeres, se unan para acabar con las discriminaciones que sufren por parte del resto de la población. Mewani está convencido de que el último alzamiento de los parias no será solo un episodio pasajero más: «Esto es por la liberación de los dalits y vamos a difundir este mensaje por todo el país«.

Fuente: http://www.elmundo.es/internacional/2016/08/17/57b49d2b46163faa1a8b4638.html

Imagen: http://e01-elmundo.uecdn.es/assets/multimedia/imagenes/2016/08/17/14714548545497.jpg

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