Gabriel Calzada, primer español que preside la mayor red mundial de profesores liberales

16 Abril 2017/Fuente:libremercado /Autor:Libertad Digital

Gabriel Calzada, colaborador de Libertad Digital durante años, ha sido elegido presidente de la Association for Private Enterprise Education (APEE), convirtiéndose en el primer español que alcanza la presidencia de esta asociación, la más importante red mundial de profesores y académicos liberales.

APEE fue fundada en los años 70 del siglo pasado, y a lo largo de estas décadas de existencia se ha consolidado como la agrupación más activa y potente de profesores universitarios e intelectuales del campo liberal, principalmente en los Estados Unidos. Anteriores presidentes han sido figuras relevantes como Gordon Tullock, Gerald O’Driscoll o Jeff Ray Clarck. La misión de APEE es «revelar la mano invisible» –en referencia a la metáfora de Adam Smith– a través de la educación. Tiene como objetivo enseñar que los mercados funcionan y que los máximos beneficios para la sociedad proceden del esfuerzo de los individuos para conseguir sus propios fines, contando para ello con la mínima interferencia estatal.

Las reuniones anuales de la APEE –en la última de las cuales, celebrada esta semana en Hawaii, fue elegido Calzada- reúnen a varios centenares de profesores y académicos. A lo largo de cada jornada tienen lugar decenas de mesas redondas, paneles y presentaciones que se celebran simultáneamente, permitiendo así que los participantes elijan acudir a las que más interés tengan para ellos. Los temas tratados este año han girado en torno a la libertad de circulación de productos y servicios, personas y capitales, como respuesta a la ola de restricción de la libertad de movimiento que vive en este momento el mundo.

Gabriel Calzada es una importante referencia de las jóvenes generaciones de liberales españoles. Actualmente es rector de la Universidad Francisco Marroquín, la universidad liberal situada en Guatemala. Hace doce años creó el Instituto Juan de Mariana, influyente think tank liberal español cuyos estudios han llegado a ser determinantes en el debate político norteamericano sobre los problemas asociados con la política de promoción de energías como la solar o eólica. A sus 45 años es doctor en Economía por la Universidad Rey Juan Carlos, en la que dio clases antes de trasladarse a América. Calzada es promotor y socio fundador de OMMA –Centro de Estudios Superiores Online de Madrid Manuel Ayau-, un innovador y prestigioso centro de enseñanza de alto nivel en Economía, Inversión y otras especialidades, que trata de convertirse en universidad privada.

Fuente de la noticia: http://www.libremercado.com/2017-04-13/el-espanol-gabriel-calzada-nuevo-presidente-de-la-mayor-red-mundial-de-profesores-liberales-1276596898/

Fuente de la imagen:http://s.libertaddigital.com/2017/04/13/gabriel-calzada-mariana.jpg

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Así enseñan los profesores más innovadores del mundo

Fuente:El País /Autor:Pilar Alvarez

Los finalistas al premio internacional al mejor docente, entre los que está el español David Calle, cuentan sus claves en el aula

Hay veces que pasa. Hay alumnos que responden lo mismo que Samantha cuando le preguntan cómo es su profesora.“Es la mejor”. ¿Y por qué? “Sin ella no hubiera conseguido ir a la Universidad”. Maggie McDonell es su maestra favorita y puede que se convierta también en la mejor del mundo, según el foro internacional que este fin de semana ha juntado a miles de personas de distintos rincones del planeta en Dubái para hablar de educación.

Compite con otros nueve candidatos, entre los que está el español David Calle, por el Global Teacher Prize, el premio al profesor global, valorado en un millón de dólares. Han sido elegidos entre los 200.000 aspirantes de 179 países que presentaron candidaturas y representan a los cinco continentes. Cada uno a su manera buscan dar a sus alumnos más posibilidades de las que la vida ofrece.

Maestra de esquimales

La profesora canadiense McDonell, en chándal y con un exultante sentido del humor, trabaja en realidad en las condiciones más difíciles. Es maestra en un pueblo llamado Salluit, la segunda comunidad inuit más septentrional de Quebec, a la que solo se puede llegar en avión. Entre sus alumnas, los embarazos de adolescentes son comunes, hay altos niveles de abuso sexual. Se ha traído a tres alumnos a la convención mundial. Su clave es precisamente contar siempre con ellos. “Hay que ser genuina y auténtica, que vean que de verdad te vuelcas y participas en la comunidad”, explica.

El profesor YouTuber

Al español David Calle, nacido en Coslada (Madrid) y profesor de una academia desde que se quedó en paro como ingeniero, lo que le funciona es hablar el lenguaje de los chicos. Los 700 vídeos que ha grabado en YouTube para explicar ciencias y matemáticas, con más de 20 millones de visitas, están llenos de superhéroes. Los consultan alumnos que se han quedado descolgados de las clases y aquellos que no pueden pagarse un profesor particular. “Les digo que si no existieran las matemáticas no tendrían WhatsApp”, explicaba ayer a un nutrido público. Este domingo sobre las cuatro de la tarde (hora española) se conocerá quién es el ganador o ganadora entre los candidatos, cinco hombres y cinco mujeres venidos de Pakistán, Reino Unido, Alemania, Jamaica, Brasil, Australia, Kenia o China.

Danzando en Kenia

La danza sacó a Michael Wamaya de la calle y con ella este keniata busca hacer lo propio con sus alumnos. “El arte es el único mecanismo para que los niños se expresen, la mejor forma de comunicar con ellos”, contaba ayer en la convención organizada por la fundación Varkey, a la que ha sido invitado EL PAÍS. Sus alumnos tienen entre cinco y 16 años, provienen de algunas de las áreas más deprimidas de Nairobi y el valle del Rift. “Con el ballet aprenden a respetarse entre todos, los mayores trabajan con los pequeños, los protegen, se conocen”, explica. En sus clases no hay barra de baile para apoyarse (“usamos las mesas”) ni un buen parqué sobre el que danzar. “Pero en África tenemos mucha creatividad y es estupendo aplicarla con nuestros chicos”.

Aprender química en el río

“Yo no consigo enseñar con teoría”, explica por su parte el brasileño Wemerson da Silva Nogueira, que viene de Espírito Santo, al sureste de Brasil. Da clases en un suburbio con altas tasas de criminalidad y problemas de drogas. Él, en vez de libros de texto, usa el mundo. Para enseñar química, por ejemplo, se desplazó con sus alumnos de 12 y 13 años a 150 kilómetros para tomar muestras del río Doce, contaminado con millones de toneladas de metales pesados dejando a 50.000 personas sin abastecimiento. Juntos analizaron esas muestras y consiguieron construir un filtro que permitió reutilizar el agua para riego y uso doméstico. “Fue un día muy feliz para toda la comunidad».

Fuente de la noticia: http://politica.elpais.com/politica/2017/03/19/actualidad/1489906645_160330.html

Fuente de la imagen:

 http://ep01.epimg.net/politica/imagenes/2017/03/19/actualidad/1489906645_160330_1489907204_noticia_normal_recorte1.jpg

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Entrevista a Toni Ramoneda: “La única certeza es que no existe ningún método para aprender. Y es una suerte”

26 Febrero 2017/Fuente: elconfidencial/Autor:HÉCTOR G. BARNÉS

El último libro del barcelonés intenta establecer «una voz democrática desde la escuela más fea del mundo». Pero ¿qué ocurre entre los muros de sus aulas?

“Este libro está escrito desde la distancia que supone escribir en español cuando se vive en Francia, pero la distancia también que separa los tres componentes del relato”, escribe Toni Ramoneda en la introducción de su último libro, ‘La escuela más fea del mundo’ (Clave Intelectual). Se trata de una obra en dos movimientos y un intermedio articulados entre una conferencia sobre Europa, el colegio donde imparte clase y el cabezazo de Zinedine Zidane en la final del mundial de 2006.

Ramoneda (Barcelona, 1978) es doctor en Ciencias de la Comunicación y profesor de español en el instituto Louis Aragon de Givors, además de miembro del equipo de investigación ELLIAD de la Universidad de Besançon. Hijo del periodista y filósofo Josep Ramoneda, su segunda obra después de ‘Europa como discurso’ (RBA) se encuentra en un punto intermedio entre el ensayo, la conferencia, la divagación filosófica y la narración.

Una clase no es un equipo de fútbol que debe competir unido, es un grupo de personas que construyen un espacio común

Desde su posición privilegiada –o, mejor dicho, única–, nos internamos con él a través de un cuestionario por correo electrónico en su colegio, su ciudad, su país, su sistema educativo y lo que le aguarda a la Unión Europea. ¿Fue todo un sueño?

PREGUNTA. Europa es el tema principal de su libro. Sin embargo, ¿se ha construido Europa desde las escuelas, ha habido un verdadero proyecto? Es más, ¿debería haberlo?

RESPUESTA. Yo no diría exactamente que Europa sea el tema de mi libro. Su hilo conductor es más bien la manera en que al aprender construimos un mundo común. Eso, con la particularidad de que este libro está escrito en Francia y que en francés el verbo aprender significa a la vez enseñar y recibir. A partir de ahí, de este movimiento que intento trasladar también a la escritura, Europa surge en el libro como una realidad que se construye a sí misma. Y llego a sus preguntas. Porque Europa es una realidad que estamos construyendo y por lo tanto que también desmontamos, destruimos y reconstruimos por momentos.

En términos institucionales, es decir como conjunto de tratados, de edificios, de directrices y demás, esta realidad tiene cincuenta años. Por lo tanto, Europa como institución no se ha construido, sino que todavía se construye y eso –la capacidad de otorgarnos reglas comunes, espacios de representatividad, formas de reconocimiento mutuo, dispositivos para el debate y también, por supuesto, sus contrarios, es decir imposición de normas mediante una negociación falseada, debates sin espacio para la crítica o formas de representación alejadas de las realidades que representan– de algún modo lo hemos aprendido en las escuelas y forma parte también de un cierto proyecto ligado a la ilustración. Pero insisto: todo. El debate real y el consenso burocrático, la representatividad y el ‘marketing’ político, el reconocimiento mutuo y el falso reconocimiento de la negociación desigual.

A mi parecer el proyecto Europeo tendría que ver, y eso pretende expresar mi libro, con la capacidad de construir espacios comunes que no se reduzcan a formas de pertenencia y esto es el acto de aprender: construir lo común mediante las palabras, cada uno desde su propia posición, sin pretender convertirnos en una unidad. Supongo que volveremos a ello, pero una clase no es un equipo de fútbol que debe competir unido, una clase es un grupo de personas interdependientes que construyen un espacio común. Ya sé que suena naïf y pasado de moda, pero este, a mi entender, es también el proyecto europeo. Por lo menos el de ‘La escuela más fea del mundo’.

P. Señala que los alumnos creen que la escuela debe proporcionarles un buen trabajo (y, por extensión, un buen salario). Lamenta que, además, parezca algo contradictorio con ser más sabios. ¿Corren el peligro tanto la escuela como la universidad de convertirse en fábrica de trabajadores, pero poco sabios?

R. Lo creen sobre todo los padres, que son antiguos alumnos, claro, y probablemente lo creerán mis alumnos cuando sean padres. No hay que olvidar que todos hemos sido alumnos, también los profesores. Pero sí, lo que lamento es el aspecto utilitario, incluso cuando se reviste de ideas muy loables como crear personas o incluso contribuir a la realización personal de los alumnos, incluso así, atribuir una función a la escuela es ya un indicio de lo poco que creemos en el aprendizaje como experiencia. Aprender, insisto, es construir. Aprender y enseñar es apoderarse de un presente, de un tiempo que nos es propio, que nos pertenece a los alumnos y al profesor y que puede estar contenido en las cuatro paredes de un aula, en un jardín botánico o en un taller de mecánica, pero un tiempo que es nuestro y que sirve para ese momento, es decir para estar ahí juntos, porque si no el utilitarismo se carga el aprendizaje y el futuro viene a robarnos este presente. No digo que nos dé igual el futuro, digo que vamos a ir hacia él desde aquí y no al revés.

P. Hay una expresión muy potente en su libro: «aulas colonizadas por la angustia del futuro». ¿Se ha trasladado la angustia propia de la edad adulta a los niños, a los que les exige que elijan su destino a una temprana edad, y por lo tanto dejen de ser niños?

R. Es cierto que yo, cuando veo a chicos de catorce años a los que les exigimos que sepan lo que quieren hacer de mayores, me siento muy mal. ¡Pero también es posible que sea porque yo mismo no sé todavía qué quiero ser de mayor! En fin, sea como fuere, tanto ellos obligados a decidir, como yo incapaz de hacerlo estaríamos colonizados por este futuro del que hablo. No sé si el problema es dejar de ser niños, tampoco me gusta la idolatría de la inocencia en la que se cae a veces, pero una vez más, lo que me parece problemático es la desconfianza que mostramos hacia el aprendizaje como experiencia. Desde el momento en que estamos articulando de manera tan insistente el aprendizaje a una elección y a una situación futura, estamos impidiendo esta experiencia que, por sí misma, ya nos puede ir guiando. Insisto, creo que no confiamos en el aprendizaje. En la experiencia de aprender.

En Francia, nadie se cree ya que el sistema educativo sirva para romper las dinámicas de reproducción social

P. En España hay una cierta idealización de la educación extranjera; sobre todo Finlandia, pero también países como Francia. Sin embargo, cita una «nueva tautología republicana» de manera bastante ácida: «somos un país culto porque somos un país culto». ¿Qué pasa en la escuela francesa?

R. Pues precisamente yo diría que sufre, quizás como Francia en general –pero esto ya sería otra cuestión–, de una falta de confianza en sí misma tremenda. Nadie confía ya en el proyecto republicano de una escuela emancipadora, igualitaria y laica. Por eso lo extendía al país en su conjunto que no confía en su propio proyecto republicano. En la educación, esto significa que nadie se cree ya que el sistema educativo sirva para romper las dinámicas de reproducción social. Desde el famoso libro de Bourdieu ‘Los herederos’, en el que este sociólogo demostraba como la escuela está construida por y para quienes ya saben cómo funciona y por lo tanto se manejan mucho mejor que los demás en ella y parten con una ventaja añadida, además de la de pertenecer a una clase superior, desde entonces se ha seguido reflexionando y se han multiplicado dispositivos, programas, métodos y directrices para tratar de ofrecer las mismas posibilidades a todos los alumnos.

Ahora, por ejemplo, nos centramos en la individualización, es decir en tratar de ofrecer a quienes no tienen los medios, ya sean económicos o culturales, en su casa para comprender las reglas del sistema, la posibilidad de manejarse en él. Dicho de otro modo, adoptamos como profesores un rol de tutor ilustrado. El problema es que esto ya existía antes en forma de dispositivos, con profesionales que trabajaban y cobraban por hacerlo y alumnos que podían recibir esta ayuda como parte de su educación. Se cerró porque era muy caro y ahora lo transformamos en seguimiento individual. Un poco como cuando un país no controla su deuda y llegan los expertos de Bruselas. En el mejor de los casos, lo que transmitimos a los padres es algo como ‘no se preocupe, usted no sabe hacerlo muy bien, pero ya me ocupo yo de su hijo’.

De hecho mi respuesta cabría en una frase: la escuela francesa es extremadamente cara y hay que reducir la deuda. La cuestión, por lo tanto, más allá de si está bien o mal sacrificar la educación pública para salvar la deuda es ¿por qué hoy Francia, que ha hecho de la educación uno de sus mitos fundadores, está dispuesta a sacrificarla? Pues porque ya no confían en la escuela. De ahí mi frase, que usted llama ácida.

P. «Podría tratar de explicar ahora las razones por las que somos tantos los que sufrimos con un trabajo que debería hacernos sentir partícipes de nuestro mundo común», escribe a propósito de su labor diaria. ¿Por qué no me lo explica ahora?

R. ¿Cómo se sentiría usted si tuviera la impresión de que cada vez más personas están dejando de confiar en su trabajo? De hecho, deslegitimar el periodismo como profesión es uno de los ejes discursivos de Donald Trump, pero también lo vemos en la derecha francesa ahora que se acercan las elecciones y en la extrema derecha de Marine Le Pen. Lo que quiero decir es que la educación, como el periodismo, además de profesiones, son instituciones ligadas a la democracia y por lo tanto las vivimos como un ejercicio que contribuye al bien común. Eso, como todo, puede derivar en abuso de poder, ya sea en el caso del periodismo mediante la voluntad de ejercer un poder, digamos, fáctico o en la educación cuando se cae en el adoctrinamiento, ya sea moral o ideológico.

Pero sin perder nuestra capacidad crítica, creo que podemos estar de acuerdo en que muchas personas deciden hacer periodismo o meterse a enseñar en un aula para contribuir al debate público o a la construcción de este mundo común del que ya he hablado. Por lo tanto, cuando uno se encuentra en que no solo este trabajo es mucho más exigente en términos incluso psicológicos y morales, porque los adolescentes son más crueles entre ellos y con los demás de lo que pensaba, sino que además no se le reconoce ningún otro valor más allá de la evaluación en términos de resultados, pues sí, uno sufre. Pero insisto, el sufrimiento está presente en muchos trabajos, lo dramático es cuando a la falta de confianza en sí mismo que uno puede sentir frente a treinta alumnos que muestran desdén se le añade la falta de confianza que uno siente por parte de la sociedad en su conjunto.

Ahora parece que todo el mundo ha descubierto la necesidad de sorprender a los alumnos para que deseen aprender

P. «La obligación del profesor, decía, es llevar a los alumnos a la frontera para que naveguen en un discurrir extraño que no harían de otro modo y que podrán seguir haciendo en el futuro»: se dirá que ahora los nuevos profesores, o los de los colegios de excelencia, sí que saben hacerlo, no como «los de antes». Pero eso no es verdad, ¿verdad?

R. Sí. Ahora parece que todo el mundo ha descubierto los llamados métodos accionales, la necesidad de sorprender a los alumnos para que deseen aprender, la motivación extrínseca que hay que aportarles sin esperar que estén motivados por sí mismos, el desarrollo de competencias, en fin, todo lo que ya sabemos desde hace más de cien años. Y no hay nada que decir, pues mejor si al fin se pone de moda. Pero vuelvo al principio: ¿qué discurso hay detrás? El discurso de que así se aprende mejor, de que así los alumnos son competentes y se adaptan mejor a cualquier situación, de que con estos nuevos profesores y estas nuevas pedagogías, que no tienen nada de nuevas repito, el aprendizaje es, en suma, más eficaz.

O sea, que lo que nació como una forma de desligar el aprendizaje de la transmisión, es decir de la idea de que hay un saber que tiene que pasar de un punto A, el profesor, a un punto B, el alumno. Esta idea, que es absurda porque es lo propio de las máquinas, no de los hombres, sigue estando presente como discurso. Se le llama eficacia. Pues para eso, que desarrollen la inteligencia artificial y sí, seguro que transmitirán datos completos de A a B, pero el acto de aprender, la experiencia del aprendizaje, habrá desaparecido. En definitiva, lo que me da miedo en algunos de estos discursos que leo u oigo sobre educación actualmente en España es que se centran en la presentación o en la búsqueda de métodos, del ¡método final!, diría. Y la única certidumbre que tengo en lo que respeta a la educación es que no existe ningún método para aprender. Lo cual es una suerte, por cierto.

P. Como profesor de lengua extranjera en Francia, ¿cuáles son las diferencias entre la escuela española y la francesa? Y, sobre todo, ¿qué tienen en común?

R. Nunca he ejercido en España así es que la verdad es que no lo sé. Pero a nivel anecdótico, una cosa que es muy sorprendente en Francia y que comparto con otros compañeros españoles es la obsesión por el silencio. El silencio como símbolo de respeto hacia el profesor y de la autoridad que representa. Yo me obligo a dar clase con la puerta abierta para quitarme la vergüenza de encima si en mi clase se oye ruido. Pero no es fácil porque entre compañeros se sabe en qué clases hay silencio y en cuáles no. Cuando uno enseña un idioma, que lo valoren en función del silencio que impone, pues tiene su gracia…

P. En una entrevista explicaba que busca en sus clases «crear un deseo de aprender pero a la vez crear conciencia de lo que no se sabe». Como profesor, ¿cuáles son sus principios, a nivel práctico?

R. Lo de ser conscientes de lo que no sabemos ya sé que es el primero de los tópicos del aprendizaje, pero es que muchos alumnos todavía no lo han oído y hay que transmitírselo. A nivel práctico, mi obsesión principal es construir ejercicios que nunca se puedan acabar. Esto es muy difícil y rara vez lo consigo, porque claro, tampoco puedes frustrar al alumno con algo que no podrá hacer o que tendrá la impresión de no haber conseguido hacer. El equilibrio, en este sentido, aparece cuando consigo encontrar una actividad en la que un alumno dice «ya he acabado» y entonces le puedo señalar otra cosa en la misma actividad y decirle pues yo creo que todavía puedes seguir y así, de manera ideal, hasta el infinito. A parte de mostrar el hecho de que el aprendizaje es un movimiento y una experiencia y no sólo la adquisición de un conocimiento, esto permite que cada alumno pueda a la vez participar de un trabajo colectivo, porque todos tienen que realizar la misma actividad y llegar hasta donde le lleve su propio trabajo y su propio ritmo.

P. ¿A qué clase de personas da lugar el sistema educativo actual?

R. No lo sé. Pero precisamente creo que deberíamos dejar de pensar que el sistema educativo tiene que dar lugar a determinadas personas porque así es como nos quitamos de encima nuestra responsabilidad como miembros de una sociedad. Las personas las creamos en las escuelas, en los bares, en casa mirando la televisión, en las redes sociales, en los campos de fútbol, cuando vamos de vacaciones y en el Congreso de los Diputados. Nadie se escapa y los profesores, cuando caemos en la tentación de pensar que jugamos un papel diferente, nos atribuimos una responsabilidad que no nos incumbe, al tiempo que se la quitamos a los demás. La escuela es una institución democrática, cierto, como lo es el periodismo, ya lo dije antes, pero ello no significa que produzca algo. Eso ocurre, precisamente, cuando se la utiliza como lugar de adoctrinamiento, pienso en los regímenes totalitarios. En democracia, una escuela no debería producir nada. Algo así como un gran silencio en medio de un mundo que produce ruidos sin parar.

Fuente de la entrevista: http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2017-02-25/entrevista-toni-ramoneda-escuela-fea-mundo_1336906/

Fuente de la imagen:

http://4www.ecestaticos.com/imagestatic/clipping/4ce/8ce/4ce8ced1abc4c0066c92d86d0552323b/imagen-sin-titulo.jpg?mtime=148778160

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Entrevista a Begoña Ibarrola: “Un mal profesor puede arruinarte la vida”

29 Enero 2017/Fuente: El pais/Autor: 

Para la especialista en educación emocional, Begoña Ibarrola, los conocimientos no transforman a nadie. “Lo que es transformador es la experiencia y las emociones. Sin experiencia solo aumenta la información, no hay capacidad de transformación y de hacer mejores personas»

Un alumno puede ser brillante, pero si no sabe controlar sus nervios se queda en blanco», explica Ibarrola

En los temas de agresividad hay que tener en cuenta que la formación en valores es como una herramienta básica que los padres deben dar a los hijos desde que son pequeños»

sicóloga, musicoterapeuta, investigadora…..Begoña Ibarrola lleva impartiendo cursos de formación en inteligencia y educación emocional desde hace casi 30 años al profesorado y las familias. En esta entrevista con eldiarionorte.es, Ibarrola presenta su visión sobre la educación emocional, un área que «si el ser humano no desarrolla no está completo”. Este tipo de inteligencia influye en todas las áreas del currículum educativo ya que «es una dimensión susceptible de mejora y potenciación mediante acciones educativas». Según Ibarrola, en un futuro muy cercano el profesor ya no va a impartir conocimientos, va a ser una especie de entrenador del alumno que le ayude a desarrollar sus potenciales y dar lo mejor de si para mejorar el mundo. “Las competencias más importantes serán las interpersonales e intrapersonales.

Educación emocional. Un concepto que parece nuevo, pero que no lo es tanto. ¿Qué es realmente?

El concepto es antiguo, pero ya Platón decía que la disposición emocional del alumno determinaba su capacidad para aprender. Hay muchas definiciones, pero a mí me gusta mucho la de Rafael Bisquerra, que dice que es un proceso continuo y permanente, que lo que pretende es desarrollar la dimensión emocional en armonía con la dimensión cognitiva. No se trata de sustituir una cosa por otra, si no que la educación tenga en cuenta la educación de las emociones. Venimos con unas emociones al nacer, pero hay que educar en su expresión, en su regulación…..La finalidad de la educación emocional es brindar a los alumnos unas herramientas que les ayuden a hacer frente a los retos que la vida les depare. Para las cosas buenas no nos tenemos que preparar, pero para los retos y las dificultades sí. A través de la educación emocional se desarrollan una serie de competencias- emociones que son las que les van a servir al alumno durante toda su vida.

Sobre todo la autoestima

Básica, básica.

¿Es fundamental para que pueda ese alumno sacar lo mejor de si mismo y en relación con su entorno?

Es la tierra con nutrientes donde cualquier cosa que siembres va a prosperar. Si no hay autoestima  ya empezamos con problemas.

Si ese tema no se trabaja desde pequeños en la adoelscencia es más complicado de tratar.

Yo he sido terapeuta infantil 15 años. He trabajado con niños y adolescentes y casi todos sufrían de falta de autoestima. Si eres adolescente se puede reconstruir, pero es cierto que a medida que vamos creciendo es más difícil. Por otro lado, lo que sí que es importante entender es que de los cero a seis años la autoestima no es tal, ya que el niño va creciendo y desarrollando una idea de si mismo en función de lo que le reflejan los adultos. Como tal, la autoestima comienza a los seis-siete años, una vez que el niño ha recogido todo lo que han volcado los adultos sobre él. Y  empieza ya a comparar con lo que le dicen los amigos, con lo que él siente de si mismo. Si los padres y los alumnos que le rodean tienen una buena base y le reflejan cosas positivas de él, no limitando las cosas que se le dan mal , pero ofreciendo una imagen realista está más preparado para no hundirse ante una dificultad. Sabe que no se le da bien todo y que no es maravilloso en todo y que no puede triunfar en todo…..

Eso es por parte de los padres, pero ¿cómo pueden fomentar los profesores esa autoestima?

Hay profesores que sí saben hacerlo y otros que no. Unos profesores dicen ‘yo  voy a dar mi clase, mis contenidos y el alumno como persona no me importa’, pero afortunadamente cada vez son más los profesores a los que sí les importan los alumnos como personas, no como depositarios de conceptos, ideas y contenidos. Hoy en día, con la teoría de inteligencia múltiples cualquier profesor que utiliza esta metodología sabe que todos los alumnos son inteligentes, pero que tienen distintos tipos de inteligencia. Ese método ayuda al docente a garantizar de alguna manera la autoestima de los alumnos porque no les comparan unos con otros, saben que cada uno tiene talento y es un ser maravilloso y único. Ese profesor es como un geólogo que va buscando debajo de la tierra a ver qué tesores hay, van buscando lo que ese niño tiene. El uso de esa metodología garantiza la autoestima.

“Ser profesor no es una profesión sin más”

Existen profesores mucho más sensibles a estos temas que otros ¿no?

Yo me he encontrado con profesores que en el fondo son personas que ejercen una profesión nada más. Si esa persona tiene dañada su propia autoestima quiere imponer por el respeto, por el miedo, por la autoridad, por ‘esto lo hacéis’ porque lo mando yo. Afortunadamente cada vez hay menos, pero realmente para entrar en la función docente se necesita una oposición, no un examen de personalidades. Si tú eres una persona equilibrada, afectiva, empática, con autoestima buena pues imagínate…En cambio, si esa persona que hace la carrera de Magisterio tiene una baja autoestima ya a terminar por reflejar sobre los alumnos sus  problemas. Un mal profesor sin educación emocional puede arruinarte la vida y, en cambio, un buen profesor con sensibilidad te la puede cambiar.

Estamos hablando de problemas, pero los profesores se enfrentan al sistema. Ell sistema les exige los conocimientos y hasta ahora la clave del éxito escolar radica no en sacar niños felices,  sino con conocimientos.

Hay tantos sistemas educativos….La ley es el marco legal, pero ese cuadro tiene un marco. Y en ese marco tú puedes enmarcar todo tipo de cuadros. La ley dice que no te puedes salir,  pero puedes pintar lo que te dé la gana. Por eso, con distintas leyes he visto proyectos maravillosos, aulas maravillosas, niños super felices. Y he visto profesores superdesgraciados, y aulas desgraciadas con la misma ley. Puede que haya una ley buenísima para abordar la enseñanza de de valores, actitudes….pero como la variable  es el profesor si no asume eso porque no está maduro pues no lo trabaja. Hay docentes que me dicen ‘trabajar en valores, que tontería que la ley nos diga a nosotros ahora eso. Es cosa de la familia. A mí no me han preparado para eso’. Ah vale, entonces vamos a la raíz. Si a ellos no les preparan en su formación ni para abordar la educación en valores ni para abordar la educación emocional ¿cómo la van a implantar? Algunos docentes muy concienciados y responsables se preparan por su cuenta.

Ahora mismo,  ¿las escuelas de magisterio oficiales preparan en educación emocional?

No.

Es decir, que cuando termina su formación ¿dejan al docente frente al aula sin una mínima preparación en este terreno?

Sí y ahí que se las apañe. Puede que en la facultad les enseñen mucha metodología y didáctica, pero nadie prepara todavía en ninguna facultad sobre educación emocional. Exceptuando, por ejemplo, algunas comunidades autónomas como la canaria que ya han incorporado en el curriculum de primaria la educación emocinal como asignatura. Entonces sí preparan a los profesores para que impartan esa asignatura como les preparan para otras. En Castilla La Mancha también se evalúa  la competencia emocional.

“Las emociones son el factor que más influye en el aprendizaje”

El error es comparar a los alumnos y meterlos todos en el mismo saco.

A todos no les puedes evaluar de la misma manera; tendrás que exigirles unos conocimientos mínimos, unas bases, pero luego la forma de plantearles la evaluación o la forma de pedirles lo que saben tiene que ser diferente. Si el profesor está preparado ya tenemos un plus.

Desde el mundo oficial no se está preparando a los docentes en educación emocional, pero los colegios son conscientes de eso.

Llevo muchos años dando formación en educación emocional. Precisamente pedí la excedencia en la comunidad de Madrid como psicóloga para dedicarme a la formación porque veía la laguna que había y la demanda que había. Si no llega a haber demanda yo me vuelvo al puesto de psicóloga. Pero no he vuelto ni voy a volver porque hay muchísima demanda y afortunadamente se han creado masters de educación emocional. Las investigaciones de la neurociencia están diciendo a los docentes que las emociones son el factor que más influye en el aprendizaje. Las investigaciones dicen cómo afecta la ansiedad al bloqueo del pensamiento. Un alumno puede ser brillante, pero si no sabe controlar sus nervios se queda en blanco. El desarrollo de las competencias emocionales es un factor de prevención de las adicciones, mejora la salud mental, como no hay acoso escolar…..Es una cuestión personal, aunque los equipos directivos de los centros es básico porque marca unas pautas en el colegio.

¿La educación emocional sirve para atajar los casos de acoso escolar?

En los temas de agresividad hay que tener en cuenta una cosa: la formación en valores es como una herramienta básica que los padres deben dar a los hijos desde que son pequeños. Hay una evidencia: los niños tienen a ser crueles con los niños más débiles. Un profesor que ve eso debe trabajar con los dos grupos: al que sufre deben enseñarle a defenderse y a los agresores cortar su comportamiento. No solo se trata de castigar a los violentos. Al que va de débil y sumiso hay que decir que de eso nada, que se defienda y lo comunique a un adulto. Y con los ‘observadores’ también hay que trabajar, con los que ven el acoso y callan.

¿Pero si ese niño víctima del acoso carece de esa educación emocional?

Por eso hay que reforzar  a la parte sumisa para que los actos contra él no se repitan.

¿Y cómo se pueden escapar los casos de acoso escolar a los docentes?

En una formación de educación emocional se dan estrategias a los profesores  para que no miren hacia otro lado. Le voy a poner un ejemplo: Un alumno se suicidó porque no soportaba los malos tratos. Poco tiempo después fue su tutor quien  se quitó la vida porque no soportaba la sensación de culpabilidad. Él había sido testigo del acoso y no había hecho nada para impedirlo. A veces ni siquiera saben cómo enfrentarse a los padres del agresor. No es mala voluntad, ni mala fe, sino que el docente no sabe cómo afrontar la situación. Ahora se están dando protocolos de actuación. Casi todos los centros tienen uno, pero es algo que se tenía que hacer hecho hace 20 años.

Fuente de la entrevista: http://www.eldiario.es/norte/euskadi/profesor-educacion-emocional-puede-arruinarte_0_592491071.html

Fuente de la imagen: http://images.eldiario.es/fotos/piscologa-Begona-Ibarrola_EDIIMA20161219_0261_19.jpg

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“A Chile le hace falta escuchar a sus profesores”

América del Sur/Chile/29 de noviembre de 2016/Fuente: elciudadano.cl

El recién electo líder del Magisterio sostiene que es fundamental reposicionar el rol de los profesores en el debate en materia de Educación, y sostiene que «nosotros tenemos que politizarnos para tener fuerte incidencia en el debate de la educación, que es un debate político».

Con un categórico 66% de los votos la lista “Disidentes Unidos” terminó imponiéndose en las elecciones del Colegio de Profesores por sobre la lista “oficialista” encabezada por Jaime Gajardo (PC), quién por 10 años presidió el Magisterio y que en el último período acumuló el descontento del profesorado por su permanente alineamiento con las políticas del gobierno de la Nueva Mayoría.

Mario Aguilar, docente hace 30 años, militante del Partido Humanista y actual Prosecretario del Colegio de Profesores, asumirá a partir de enero la presidencia del gremio con el objetivo de reposicionar a los profesores en el debate educativo, ya que considera que hoy “hoy hablan de educación mucha gente, mucho economista o ingenieros”.

En conversación con El Ciudadano, Aguilar remarca que su buscará distanciarse del estilo partidista que Gajardo impuso durante su período y que determinó haber “descuidado temas tan importantes como el pedagógico y como gremio estamos llamados a ser la principal voz en el país y no lo hemos sido”. Y recalca que “la prioridad será mantener nuestra autonomía como gremio”.

¿La victoria de la lista que encabezas es contundente ¿Cuál crees es el motivo de esta votación?

Creo que lo contundente de la votación tiene una anhelo muy fuerte, muy intenso de cambio en el estilo de hacer gremio, de cambio en el reclamar mucha más participación, que se les respete, que se les considere y eso nuestra lista lo sintonizó muy bien. Y este sentir del profesorado tiene mucha relación con el sentir de fuerte molestia de la ciudadanía con la clase política se traslada a la molestia con la dirigencia oficialista y, creemos que nuestro acierto fue expresar eso en nuestro mensaje que explica el rechazo tan contundente. Estamos sintonizados con el profesor de base. 

¿Cuales son los elementos programáticos que los diferencian del oficialismo en el Colegio de Profesores? 

El principal elemento programático es que nosotros tenemos una visión mucho más crítica de lo que es la Reforma Educacional, que creemos que no se ha cumplido la promesa de sacar a la educación chilena del paradigma de mercado, por lo que creemos que Chile tiene una Reforma Educacional pendiente. También creemos que el gremio debe tener un papel protagónico en el tema pedagógico, ya que hoy hablan de educación mucha gente, mucho economista o ingenieros están dando cátedra de lo que se debe hacer en esta materia y nosotros creemos que no corresponde. Chile necesita escuchar mucho más a sus profesores y menos a sus economistas en lo que es educación; eso será un eje de la gestión y para ello vamos a crear un centro de estudios pedagógicos al interior del gremio, vamos a crear una editorial del Magisterio que nos va a permitir producir y tener presencia más sólida y fundada en temas pedagógicos.

¿El Gremio se dejó estar en esta materia? 

Si, el gremio en los últimos años dejó de tener presencia en materia pedagógicas.

¿Y por qué?

Porque se priorizó un trabajo más vinculado a lo político partidista y nosotros creemos que si bien debe ser polítizado, en cuanto participa de las leyes o interlocuta con la clase política cuando hay que defender nuestros derechos pero creemos que debe “despartidizarse”, que no puede ser una suerte de correa de transmisión de los partidos políticos. Por tener esa prioridad se han descuidado temas tan importantes como el pedagógico y como gremio estamos llamados a ser la principal voz en el país y no lo hemos sido.

Eso no significa despolitizarse

Claro y hacemos la diferencia entre “despolitizar” y “despartidizar”. Es más, nosotros tenemos que politizarnos para tener fuerte incidencia en el debate de la educación, que es un debate político. Cuando los parlamentarios votan la carrera docente es un acto político, y si vamos a manifestar nuestra opinión contraria a la carrera docente es un acto político. Pero lo que no puede ocurrir – y que vamos a desterrar – es que los partidos tengan injerencia en las decisiones que tome el gremio.

Con la actual dirigencia se habló mucho de un pie en la calle y un pie en la institucionalidad ¿Cómo llevas esa “chapa”? 

Creo que es una frase que tiene poco sentido pues nosotros tendremos los pies donde deban estar. Cuando los pies nuestros deban estar en la calle, ahí estarán. Cuando deban estar en una oficina ministerial, ahí estarán.

Pero esa figura (de los pies) habla de las concesiones que durante este período se han llevado a cabo

Esto es lo que el profesorado cuestionó. Por eso hubo la rebelión de las bases del 2014, por eso hubo paro docente de 57 días en 2015 por una carrera docente que el oficialismo apoyaba y que el profesorado rechazaba. Eso ocurrió y nosotros lo vamos a corregir en el próximo período.

¿Cuales son las primeras tareas a las que se van a abocar?

Carrera Docente, Deuda Histórica, Desmunicipalización, la vinculación más profunda con el Movimiento Social, vincularnos con la lucha por un nuevo sistema de pensiones. El tema pedagógico lo comenzaremos a trabajar desde ya con mucha fuera, haremos un Congreso Estatutario para modificar los estatutos del gremio; tenemos muchas tareas por delante.

La gestión del directorio que encabezas tendrá que vérselas con un gobierno de derecha o de la Nueva Mayoría ¿Cómo enfrentarán el período? 

Ojo que puede ser un gobierno ciudadano también, no está clavada la rueda de la fortuna… Independiente del gobierno que esté, la prioridad será mantener nuestra autonomía como gremio.

¿Es tu objetivo reposicionar al gremio como protagonista de la agenda pública?

Por supuesto y repito: A Chile le hace falta escuchar a sus profesores, hemos escuchado mucho a economistas e ingenieros, la educación es un tema vital para el país y no se nos ha escuchado. Y nosotros vamos a hacer que se nos escuche.

Fuente: http://www.elciudadano.cl/2016/11/24/340862/a-chile-le-hace-falta-escuchar-a-sus-profesores/

Imagen: www.elciudadano.cl/wp-content/uploads/2016/11/aguilar-458×304.jpeg

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