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Trabajadores de la salud en Bolivia demandan mejoras laborales

América del Sur/Bolivia/06-09-2020/Auttor(a) y Fuente: www.telesurtv.net

Luego de cinco meses de pandemia en Cochabamba, el personal sanitario no ha sido beneficiado en ninguna medida.

Miembros de la Federación Sindical de Trabajadores en Salud Pública de Cochabamba (Fstspc) y la Central Obrera Departamental (COD) se congregaron este viernes en esa ciudad boliviana para exigir a las autoridades gubernamentales, departamentales y municipales, la aprobación del diez por ciento del presupuesto nacional para el sector.

Los trabajadores de la salud también demandaron estabilidad laboral en tiempos de la pandemia de la Covid-19, así como que se respetaran sus derechos laborales al salario y la contratación.

De acuerdo con el representante de la Fstspc, Adalit Gutiérrez, la asignación del seguro por parte de las autoridades puede calificarse como “discriminatoria”, pues entre los fallecidos por la Covid-19 no sólo se encuentran quienes atendían a los pacientes, sino que se registran también trabajadores administrativos y manuales.

“El seguro de vida sólo se le pretende dar a aquél que ha estado directamente; ya no al administrativo ni al auxiliar”, resaltó Gutiérrez, quien añadió que «luchamos en la primera línea contra la pandemia. No podemos estar en estas condiciones. Requerimos la respuesta inmediata de las autoridades».

El titular del Fstspc alertó además que a cinco meses de reportarse los primeros contagios de Covid-19 en Cochabamba, el trabajador de la salud no ha sido beneficiado en ninguna medida.

Mientras, rechazó la nueva convocatoria del Colegio Médico para calificación de méritos de 350 ítems, pues explica que estos ya fueron otorgados de acuerdo con una revisión del Servicio Departamental de Salud (Sedes) y el Sindicato de Ramas Médicas de Salud Pública (Sirmes).

Fuente e Imagen: https://www.telesurtv.net/news/bolivia-trabajadores-salud-demandan-mejoras-laborales-20200905-0012.html

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Argentina: Intervención de Luis Tiscornia, Secretario General de CONADU HISTÓRICA, en el Plenario de Rectorxs de las 58 Universidades Nacionales (Vídeo)

 

En el día de hoy, 4 de septiembre, se realizó la 84° Reunión Plenaria del Consejo Interuniversitario Nacional. El…

Posted by Conadu Histórica on Friday, September 4, 2020

Ante la dilación en la convocatoria a la Paritaria Salarial y el malestar de la Docencia Universitaria y Preuniversitaria por las condiciones de trabajo en virtualidad, exigimos inmediata respuesta a ambos temas. El 15 de Septiembre se reunirá el Congreso Extraordinario de nuestra Federación.

Fuente:  https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=2717227071862592&id=1581609785424332&sfnsn=scwspmo&extid=MT7jbNn4cE4HPIPL

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Semaforización e inequidad de género

Por: lahora.com.ec

El confinamiento devela verdades incómodas sobre el trabajo doméstico y la vida familiar. Antes de la pandemia, la tarea titánica de la crianza se repartía entre padres, educadores, abuelos y terceros. Un caso de crianza sin algún tipo de apoyo comunitario era la excepción. Hoy, abuelos y familias extendidas están guardados en casa y el apoyo de la escuela es mínimo, ante esta labor a tiempo completo.

Hasta que llegó el Covid-19, vivíamos en un capitalismo adaptado para remunerar con más generosidad a aquellos trabajadores incondicionales y disponibles a toda hora; características de cierto modo incompatibles con las necesidades vitales de los niños en etapa formativa. Tal es que, históricamente, las mujeres tuvieron menos acceso a posiciones laborales de alta jerarquía y mejores salarios.

El plan de reactivación productiva apunta a una incorporación paulatina de los adultos jóvenes al mercado laboral. Esto, sin un sistema de detección temprana ni soluciones para el cuidado de los niños de quienes tienen la opción de un trabajo formal y a tiempo completo. Entonces, serán las mujeres las que, en su mayoría, permanecerán al cuidado de los niños; aumentando la brecha salarial, de oportunidades y movilidad que ya existe entre géneros.

La semaforización debe acompañarse de un plan integral de cuidado infantil. Sin altruismos, está en el efectivo interés de los adultos de hoy ocuparse de criar, educar y avanzar a la generación futura. Ellos serán los que, en una década o dos, deban sostener el sistema de nuestras pensiones.

 . . .

Un niño con falta de educación es un niño perdido”.
John F. Kennedy (1917-1963) Presidente de EE.UU. entre 1961 y 1963.

Un ser humano no alcanza sus cotas más altas hasta que esta educado”.
Horace Mann (1796-1859) Escritos, político y filósofo estadounidense.

Fuente: https://lahora.com.ec/quito/noticia/1102317396/semaforizacion-e-inequidad-de-genero-

Imagen: mohamed Hassan en Pixabay

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Qué la pandemia no agrave los sufrimientos populares

Por Julio C. Gambina

Antes de la pandemia por el coronavirus la situación de la mayoría de las trabajadoras y los trabajadores, las/os regularizadas/os o las/os que no lo están, las/os activas/os y pasivas/os, era grave, en términos de ingresos y acceso a derechos. Es una característica de este tiempo del capitalismo y la ofensiva capitalista, neoliberal, construida desde la salida de la crisis de los setenta del siglo pasado, que se manifiesta en caída de los salarios e ingresos populares, flexibilización y precariedad laboral, con empobrecimiento ampliado de los de abajo. La tendencia, más allá de algunos intentos por contener los regresivos efectos sociales, en el país y en el mundo, confirma un retroceso en las condiciones de vida de la mayoría social por casi medio siglo, y con impacto negativo sobre la naturaleza, afectada por el extractivismo exacerbado y el saqueo de los bienes comunes.

Esa “normalidad” no nos satisfacía y no queremos a ella volver, sin embargo, la presencia del virus corona y agrava los efectos regresivos sobre la población empobrecida, incluso, afectando a sectores de ingresos medios y altos, que claman contra ciertas medidas preventivas de aislamiento. El tema es el cierre parcial, bastante extendido, de esferas de la producción y la circulación de bienes y servicios, con su impacto limitante en el acceso a la satisfacción de necesidades elementales. Volver a la normalidad es el reclamo que se instala en cierto “sentido común”. Nos parece interesante discutir el tema relativo a que “normalidad” es aquella a la que se pretende volver. Por ejemplo, en aras de la “normalidad” se negocian salarios a la baja para mantener empresas, afectando desde el 30 al 70% de los ingresos salariales previos a la pandemia. Es sin duda un ajuste, tal y como ocurre con el ascenso de los precios, especialmente de los alimentos, medicamentos y otros bienes y servicios que integran la canasta básica. Para el caso argentino, más allá del congelamiento de tarifas y combustibles, entre otras disposiciones para evitar subas de precios, la última medición del INDEC explicita una nueva escalada de una inflación que venía en retroceso desde diciembre 3,7%; enero 2,3%; febrero 2% y que escala en marzo con el 3,3%[1], incorporando nuevas incertidumbres sobre el futuro cercano.

La política pública asistencial en materia de alimentos y de ingresos monetarios intenta morigerar los efectos dramáticos sobre una mayoría empobrecida, que no puede resolver en la emergencia la reproducción de una cotidianeidad de subsistencia. Un tema adicional son los problemas logísticos del abastecimiento que no llega a todos los territorios, e incluso, se agrava con la evidencia de compras amañadas y sobreprecios. Por ello, no debe sorprender que ante las insatisfechas necesidades emerge la protesta e incluso la movilización pese al aislamiento, caso visible ante cesantías; pero también la solidaridad vía ollas populares, comedores en las barriadas y formas de asistencia comunitaria auto gestionada. La demanda por “resolver” estimula perspectivas críticas de desobediencia o movilización. En algunos casos, esta perspectiva es utilizada por el discurso de los sectores hegemónicos que inducen un fin apresurado de las medidas de prevención que involucran a la cuarentena. Es fuerte la presión empresaria para terminar con el aislamiento, que actúa sobre la realidad de necesidades insatisfechas en buena parte de la población empobrecida.

Por eso se necesitan medidas de política económica que vayan más allá de la emergencia y la subsistencia para empezar un camino de transformación en la producción y circulación de bienes y servicios. Una orientación hacia una nueva “normalidad”, diferenciada de la lógica de orden económico en que estábamos antes de la COVID19. Un punto de partida proviene de la cuarentena comunitaria, de esa parte de la población que no puede por condiciones objetivas cumplir con el aislamiento obligatorio. A estos sectores y espacios territoriales debe llegar asistencia financiera, material adecuado, incluso medidas y medios de seguridad sanitaria, formación y asistencia técnico profesional suficiente, que permita encaminar la producción material para el autoabastecimiento y la generación de producción social al entorno cercano, incluso más allá. Esa será la base de un plan más amplio que organice la producción y circulación de bienes y servicios hacia otra “normalidad” del orden económico social. Un plan que articule el saber popular con el profesional y que hoy recorre experiencias autogestionarias en todo el país.

¿De dónde saldrían los recursos?

La propia situación mundial está orientado el debate hacia inusitadas medidas, que en otro tiempo podían parecer imposibles. Los propios organismos internacionales están llamando la atención para flexibilizar restricciones fiscales o monetarios de los países ante la COVID19. Se demandan urgentes disposiciones relativas a la recomposición de la capacidad de atención de la salud pública y a una orientación estatal de la inversión en desarrollo científico y tecnológico relativo a la sanidad y a la emergencia. Más que achicar el déficit, las propuestas se orientan a relajar la contención del gasto público.

Es la caída de la producción mundial la que impone flexibilizar las restricciones a la emisión, que era y es norma sagrada entre los cultores de la corriente principal del pensamiento económico. Esta flexibilización de la política económica se verifica en los principales países del capitalismo mundial. Solo EEUU aprobó un paquete inicial de 8 billones de dólares más flexibilizaciones crediticias y subsidios. En el mismo sentido y en proporción relativa avanzaron Europa, Japón e incluso China. Se trata de una flexibilización relativa a contramano de una verdad sostenida por la ortodoxia monetarista, impuesta por la realidad del impacto económico y social de la situación de crisis.

No solo emisión, sino impuestos extraordinarios a los sectores más acomodados. La difusión de estudios sobre la desigualdad extendió el consenso para aplicar una tributación que achique la brecha de ingresos y riqueza. En Argentina empezó el debate, estando aún pendiente el alcance de los sujetos de la imposición y el monto a tributar, el que debe calibrarse en función de las necesidades de la emergencia y el plan de transformación productiva requerido y antes mencionado. Es obvio que los presuntos sujetos del impuesto despliegan una campaña crítica, intentando legitimar su papel de esenciales a la hora de definir el proceso productivo, invirtiendo la lógica teórica de que el capital es producto del trabajo humano.

La propuesta realizada a los tenedores de bonos de la deuda pública externa de legislación extranjera en estos días, habilita la discusión del uso de los recursos públicos, especialmente por los tres años de gracia en pagos de capital e intereses que promueve. Esta propuesta, como el re-perfilamiento de la deuda en divisas de legislación nacional, suspendiendo los pagos por este año abre un debate sobre el tema de la deuda. No es menor liberar recursos en la coyuntura, pero es evidente que no alcanza postergar un año los vencimientos de legislación nacional o tres años los de legislación extranjera. El problema subsiste, aun cuando se posterga un desenlace de inevitable default. Hay quienes sostienen que lo importante es el hecho de la suspensión temporaria, pero también habilita imaginarios que chocarán con la realidad de una impagable hipoteca sobre la economía y la sociedad en su conjunto.

Los anuncios del gobierno sobre unos 66.500 millones de dólares en manos de privados, un 20% del total de la deuda, acompañados por el arco diverso del oficialismo y gran parte de la oposición, especialmente los gobiernos provinciales, manifiesta la voluntad de pagar la deuda pública, aunque ahora aparece la novedad de quitas de intereses (62%) y capitales (5,4%) con tres años de gracia. Argentina ofrece canjear a tenedores privados de bonos, 21 títulos con vencimientos que llegan hasta el 2117. El canje será por 10 nuevos títulos, 5 nominados en dólares y otros 5 en euros, con tasas de interés en ascenso desde 0,5% para los primeros vencimientos en 2023, y una suba progresiva que llega a tasas del 4,875%. La propuesta supone pagos del capital en cuotas anuales desde el 2026 al 2047. Todo con tres años de gracia, 2020, 2021 y 2022. La propuesta está abierta por 20 días y resulta incierto el final de la negociación. No queda claro el qué y el cómo de la acumulación económica desde ahora hasta el 2023 para generar las condiciones de pagos en ese año y luego con intereses crecientes desde el 2025, los que se acompañaran de desembolsos de capital desde el 2026 y sucesivamente hasta el 2047.

Una verdadera hipoteca. Por eso, la suspensión de pagos que se demanda ante la situación mundial y local resultaría más efectivo, claro que supone un nivel de confrontación más decidido con la lógica de poder especulativo local y global. Argentina no puede pagar afirman desde el gobierno e incluso el FMI, por lo cual, los escasos recursos de reservas internacionales deben ser aplicados a la emergencia y a la transformación productiva que sugerimos. No alcanza con años de gracia sin modificar el marco de la organización económica de la sociedad.

En realidad, la voluntad de pago se expresó desde el comienzo de la nueva gestión con las negociaciones abiertas con el FMI, lo que supone el reconocimiento de lo actuado en la gestión previa, del mismo modo que se estableció un cronograma de ofertas de negociación a creedores privados. Por eso el aval parlamentario para disponer más de 4.500 millones de dólares de las reservas internacionales dispuesto para cancelación de deuda en la “Ley de solidaridad” aprobada en diciembre pasado. Fue la primera medida para sustentar las emergencias ante el cambio de gobierno.

Sostenemos un financiamiento planificado que incluya emisión monetaria, utilización de las reservas internacionales, suspensión total de pagos de la deuda junto a una auditoria con participación popular, y una reforma tributaria a grandes fortunas para sustentar la emergencia y un plan de transformación económica. Una transformación del régimen y legislación financiero será también necesaria, con un conjunto de medidas relativas a la modificación sustancial del sistema de producción y circulación. Son definiciones que requieren de una acumulación de poder político que hoy necesita ser programa de una perspectiva de construcción de poder político para frenar las amenazas de mayor ajuste sobre la mayoría de la sociedad, pero, sobre todo, para pensar en el escenario futuro post pandemia. ¿Cómo queda la sociedad superada la emergencia en curso por el COVID19? ¿A qué orden económico social aspiramos? ¿Cuál normalidad motiva nuestra reflexión relativa al presente y al futuro? Son interrogantes que circulan más allá de la inmediatez por atender las urgencias de la reproducción de la cotidianeidad.

Buenos Aires, 19 de abril de 2020

[1] INDEC. Índice de precios al consumidor (IPC), marzo 2020, en: https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/ipc_04_20405E6A626E.pdf (consultado el 18/04/2020)

El Autor escribe para OVE

Imagen: Jackie_Chance en Pixabay

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Efectos del COVID-19

Por: Fabiola Guarneros Saavedra.

El escenario es catastrófico. El mundo vive una crisis sanitaria, humana y económica sin precedentes y la salida aún no se vislumbra. Los gobiernos están a prueba una vez más en su capacidad de respuesta, contención y planeación presupuestaria y fiscal, ya perdieron muchas oportunidades y hoy sus sistemas económicos y de salud colapsan.

Las acciones de gobierno en el mundo —y México no es la excepción— se están llevando a cabo sobre la base de prueba y error. Y, en algunos casos, la emergencia sanitaria está adquiriendo elementos de crisis política, como se ve en la contradicción frecuente entre autoridades locales y gobiernos centrales, o entre integrantes del propio gabinete.

La pandemia del coronavirus ha obligado a que los países cierren sus fronteras, las economías se paralicen y las sociedades entren en cuarentenas severas. Los efectos serán devastadores, además de los miles de vidas se perderán empleos, oportunidades de inversión; disminuirán los salarios, aumentará la pobreza, quebrarán empresas; habrá un menor crecimiento económico, menor integración en cadenas de valor, deterioro de las capacidades productivas y del capital humano, y se hará un boquete en la educación.

¿Qué harán los gobiernos? ¿Qué hará México? ¿Sirve un pacto de gobernabilidad con los sectores productivos del país? ¿Cuál es la estrategia económica que caminará a la par de la contención sanitaria? Las respuestas las tendremos hoy en el mensaje que dará el presidente Andrés Manuel López Obrador durante la presentación de su plan económico.

Debemos tener presente que México, como los países de América Latina y el Caribe, enfrentan la pandemia desde una posición más débil que la del resto del mundo, ya lo advirtió la CEPAL en su informe especial sobre COVID-19, presentado el viernes pasado.

Basta ver el impacto de este virus en los sistemas de salud públicos, cuya infraestructura es insuficiente para enfrentar la pandemia. “La mayoría de los países de la región se caracteriza por tener sistemas de salud débiles y fragmentados, que no garantizan el acceso universal necesario para hacer frente a la crisis sanitaria del COVID-19”, dice la CEPAL en el informe América Latina y el Caribe ante la pandemia del COVID-19.

La recomendación es fortalecer el sistema de salud con una mayor asignación de recursos públicos, pero justo es uno de los rubros en el que menos se invierte. Los países de la región gastan en promedio el 2.2% del PIB en salud, lo que está lejos del 6% del PIB recomendado por la OPS para reducir las inequidades y garantizar el acceso y la cobertura universal.

La crisis del coronavirus afectará el número de empleos, la calidad del trabajo y a los grupos más vulnerables, como los trabajadores en el sector informal. “La pérdida de ingresos laborales se traducirá en un menor consumo de bienes y servicios, y puede llevar a muchos trabajadores a situaciones de pobreza”, advierte el organismo de la ONU.

La realidad es que esta crisis tendrá impactos mayores en los más vulnerables: personas con problemas de salud, adultos mayores, personas con discapacidad, jóvenes desempleados, personas subempleadas, mujeres, trabajadores sin prestaciones y migrantes.

Los niños también serán las otras víctimas de la pandemia, pues el cierre de planteles educativos impacta en el terreno del aprendizaje y en la seguridad alimentaria de los alumnos de las escuelas de tiempo completo.

“La suspensión de las clases tendrá un impacto más allá de la educación, en la nutrición, el cuidado y la participación de los padres (especialmente de las mujeres) en el mercado laboral”, señala el informe.

Aunque se han hecho planes para promover el uso de dispositivos digitales en los sistemas educativos —en México han sido un fracaso—, muchas instituciones no cuentan con la infraestructura de tecnologías digitales necesaria. Además, no en todos los hogares del país se tiene acceso a las computadoras y a internet, así que los procesos de enseñanza y aprendizaje a distancia no están garantizados.

¿Qué recomienda CEPAL? Que los gobiernos pongan en marcha medidas de protección del empleo y de los ingresos de los grupos más vulnerables. Contemplar un subsidio de desempleo y un ingreso básico de emergencia, así como proteger a las pequeñas y medianas empresas.

El organismo considera que, para abordar la emergencia económica, se requieren también acciones de política fiscal para reorganizar presupuestos e implementar paquetes de estímulos, a fin fortalecer los sistemas de salud, proteger los ingresos y minimizar la contracción de la economía.

“La salida de la crisis dependerá de la fortaleza económica de cada país”, dijo Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL. ¿Iremos por ese camino?

Fuente del artículo: https://www.excelsior.com.mx/opinion/fabiola-guarneros-saavedra/efectos-del-covid-19/1374184

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Coronavirus: Bolsonaro dio marcha atrás con la suspensión de trabajadores por cuatro meses sin sueldo

América/Brasil/25/03/2020/Autor: Dario Pignotti/Fuente: www.pagina12.com.ar

Desde Brasilia

Jair Bolsonaro autorizó suspender los contratos de trabajo por cuatro meses y ratificó su decisión de no decretar la cuarentena para frenar el coronavirus que en seis días pasó de dos a veinticinco muertos. Horas después, se vio obligado a retroceder y dejó sin efecto su insólito decreto.

A través de una medida publicada en la noche del domingo en el Diario Oficial de la Unión determinó que los patrones están eximidos de abonar los salarios a partir de hoy y durante 120 días. «Nadie está dimitiendo a nadie», justificó hoy a la mañana ante los periodistas apostados frente al Palacio de Alvorada, en Brasilia.

«Esta es una manera de preservar los empleos, se acorta el período de pre-aviso (suspensión contrato) y se permite que se den vacaciones (anticipadas), esto es mejor que ser dimitido». Cuando se le consultó si se arbitrarán medidas para compensar el mazazo esquivó la respuesta dejándola a cargo del ministro de Economía, Paulo Guedes, un funcionario que trabajó con el dictador Augusto Pinochet, a quien le elogia las reformas laboral y previsional. En el decreto se permite, no se obliga, que los empleadores «concedan una ayuda compensatoria».

«Los gobiernos de varios países pagarán los salarios de los empleados para evitar dimisiones, mientras Bolsonaro penaliza al trabajador en medio de la pandemia», reprobó Gleisi Hoffmann, presidenta del Partido de los Trabajadores.

Con casi 12 millones de desocupados Brasil puede saltar a 40 millones según una proyección de la consultora privada XP.

Al mismo tiempo que Bolsonaro intentaba mostrar las cualidades de su decreto laboral ante los movileros, el Banco Central anunciaba la liberación de 68 mil millones de reales (13.600 millones dólares) para la banca privada en la forma de reducción del 8 por ciento de depósitos compulsivos. Mientras tanto, en el Supremo Tribunal Federal ingresó una acción promovida por gobernadores de la región nordeste contra los recortes impuestos a la Bolsa Familia por Bolsonaro y el ministro Guedes .

El capitán retirado del ejército justificó este lunes su decisión de no imponer una cuarentena nacional, al contrario de lo que han hecho varios gobernadores . Una periodista le preguntó si le preocupa que su imagen esté cayendo junto con el rechazo que causa su posición (negación) ante el Covid-19. Este domingo ocurrió el sexto cacerolazo consecutuvo en varias capitales donde volvieron a escucharse consignas como «Fuera Bolsonar» e «Impeachment». El gobernante se enojó con la periodista que lo indagó sobre las encuestas, a quien acusó de comportarse de manera «antipatriótica».

El caso brasileño se proyectaba como una rareza mundial, con un gobierno empecinado en darle la espalda al coronavirus. La consultora norteamericana Eurasia Group catalogó al jefe de Estado brasilero como el más «ineficiente» del mundo en el combate contra la pandemia. La reacción adversa al decreto en contra de los trabajadores obligó a Bolsonaro a dar marcha atrás.

Fuente e imagen: https://www.pagina12.com.ar/254805-coronavirus-bolsonaro-dio-marcha-atras-con-la-suspension-de-

 

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