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España: El duro golpe de las restricciones en pandemia contra la lactancia materna

Por: Sara Plaza Casares

La Asociación Española de Pediatría (AEP) alerta de que la lactancia se ha visto gravemente afectada por la crisis del covid. Madres contagiadas que han tenido que luchar para ingresar con sus bebés o separadas de ellos nada más nacer dan cuenta de ello.

Era finales de junio de 2021 cuando el covid entró por la puerta del hogar de Helena del Pozo contagiando a toda la familia. Madre lactante con una bebé de cuatro meses, comenzó con síntomas que fueron creciendo hasta que apareció la fiebre alta y un día noto que tenía dificultad para respirar. Es entonces cuando se dirigió al madrileño Hospital Puerta de Hierro y empezó su primera lucha. “Me querían trasladar al Isabel Zendal —sito en Valdebebas— pero me negué. Tengo una bebita, no puedo separarme de ella. Firmé el alta voluntaria y me fui a casa. Cuando entré por la puerta empezaron las taquicardias”, cuenta Del Pozo quien, tras consultar con un familiar sanitario, decidió volver al Puerta de Hierro. “Volví con el sacaleches, preparada para ingresar. En urgencias comuniqué que mi hija tenía una PCR positiva y que quería continuar con la lactancia. Que necesitaba ingresar con ella”. Pero cuenta Helena que la ginecóloga junto con la médica de medicina interna, acompañadas de varias enfermeras, hicieron de muro de contención. “Me insistían en que una planta covid no es lugar para un bebé. Que nunca se había hecho. Pero un bebé tiene que estar donde va su madre”, se queja. Es entonces cuando comenzaba su segunda lucha.

Así, ingresó en planta pero no de brazos cruzados. Durante 24 horas movió todos los hilos posibles para conseguir proseguir con la lactancia. Primero contacto con la Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y la lactancia (IHAN), un certificado impulsado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Unicef para proteger la lactancia materna y con el que, paradójicamente, cuenta el Hospital Puerta de Hierro. También habló con otras asociaciones como PETRA, Maternidades Feministas, la Liga de la Leche o Amamanta. Al día siguiente el buzón del teléfono de recepción del hospital rebosaba con mensajes a favor de la causa de Helena. Finalmente, y gracias a la presión que también realizó su médico internista, el doctor Tung, lo consiguió.

Como Helena, muchas otras madres se han enfrentado a dificultades para practicar la lactancia durante la crisis del covid-19. Así, la Asociación Española de Pediatría (AEP) avisa en un reciente comunicado que esta práctica se ha visto mermada en los últimos tiempos por la pandemia. “Desde el área de Lactancia Materna del Comité de Nutrición y Lactancia Materna (CNYLM) de la AEP señalan que las tasas actuales de lactancia materna en España distan mucho de los objetivos ideales”, advierten. “Algo preocupante si se tienen en cuenta todas las bondades de la ingesta de leche materna, que protege al bebé contra enfermedades comunes tanto a corto como a largo plazo, reduce el riesgo de la madre de padecer cáncer y otras dolencias e implica un ahorro enorme para las familias, además del beneficio ambiental que supone para el planeta”, aseguran.

“Los hospitales están dando de alta a las madres y sus recién nacidos temprano, lo que limita la cantidad de tiempo que las familias reciben atención especializada en lactancia, educación y asistencia técnica”

La OMS recomienda la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses del bebé y complementada hasta los dos años de vida. Según los últimos datos del INE, de 2017, en España la practicaban el 74% de las madres entre las cero y las seis semanas de vida del bebé y se reduce al 39% a los seis meses. Desde AEP explican a El Salto que, aunque no se pueden dar cifras concretas del impacto de la pandemia en la lactancia porque aún no hay estadísticas nacionales, esta ha producido cambios en la atención perinatal y neonatal para minimizar los riesgos de transmisión al recién nacido y al personal sanitario, desviándose en ocasiones hacia prácticas “restrictivas”.

 “Las recomendaciones al inicio de la pandemia sobre el cuidado y la alimentación del lactante cuando la madre tiene covid-19 van desde la separación de la madre con el lactante y evitar la alimentación con leche materna hasta retrasar el inicio del contacto temprano de piel a piel y la lactancia materna directa”, relata Susana Ares, coordinadora del área de lactancia materna del Comité de Nutrición y Lactancia Materna de la AEP.

Ares destaca que muchas prácticas sanitarias durante la pandemia no han sido positivas para la lactancia. “A pesar de las recomendaciones de la OMS para promover la lactancia materna temprana y directa y el contacto piel a piel, estas y otras recomendaciones no se están siguiendo en el entorno clínico”, describe. “Por ejemplo, algunas madres se han visto obligadas a pasar por el trabajo de parto y el posparto solas, mientras que algunos hospitales tienen visitas de los padres limitadas o nulas a los bebés. Además, los hospitales están dando de alta a las madres y sus recién nacidos temprano, lo que limita la cantidad de tiempo que las familias reciben atención especializada en lactancia, educación y asistencia técnica”.

Del otro lado, Ares insiste en remarcar lo que para la AEP son puntos claves: es poco probable que el SARS-CoV-2 se transmita a través de la leche materna y las madres pueden amamantar de forma segura con las medidas adecuadas de control de infecciones.

“Durante la pandemia, achacando todo a los protocolos del covid, se han vulnerado sistemáticamente los derechos de las madres y de las criaturas”

Vulneración de derechos

“Durante la pandemia, achacando todo a los protocolos del covid, se han vulnerado sistemáticamente los derechos de las madres y de las criaturas”. Esther Coronado, presidenta de la asociación Amamanta, es clara al resumir la situación. Por ello, desde la entidad que preside se pusieron a trabajar a favor de la lactancia desde el minuto uno. Su asociación ejercía como grupo de apoyo en tres hospitales de Valencia (La Fe, Clínic y Manises) impartiendo talleres de lactancia y con voluntariado. “Llega el estado de alarma y no podemos tener ese contacto con las madres, pero necesitaban nuestro apoyo. Comenzamos talleres virtuales, todos los días de lunes a viernes uno por la mañana y otro por la tarde. Es infinitamente más fácil poder observar una toma desde pocos centímetros, poder ayudar a una madre en una postura, poder coger al bebé. No sabíamos pero no queríamos dejarlas solas y lo hicimos”.

La iniciativa que les enseñó a comunicarse “de otra forma” les permitió crecer. Y de una manera torrencial sus talleres llegaron hasta madres de toda España e incluso de Latinoamérica. “En los hospitales ponen un cartel con un código QR que les redirige a nuestros talleres”, explica Coronado.

Desde Amamanta tenían claro que la pandemia no podía acabar con su necesario asesoramiento porque “las madres somos uno de los colectivos que más se ha abandonado durante la pandemia”. “Las mamás llegaban a los talleres más verdes, no habían podido tener clases de preparación al parto. Además durante este tiempo ha sido muy difícil juntarse con mujeres con experiencia en lactancia en su entorno”, cuenta la presidenta de Amamanta.

“Se han dado casos de madres que tenían que ingresar por una operación y no se les ha dejado ingresar con la criatura y hemos tenido que intervenir para explicarles la necesidad de que el  bebé continuara pegado para proseguir con la lactancia. En muchos casos se ha imposibilitado”

Coronado cuenta que durante estos últimos meses las llamadas con consultas al servicio jurídico de su asociación denunciando vulneraciones de derechos no han parado. “Se han dado casos de madres que tenían que ingresar por una operación y no se les ha dejado ingresar con la criatura y hemos tenido que intervenir para explicarles la necesidad de que el  bebé continuara pegado para proseguir con la lactancia. En muchos casos se ha imposibilitado”, denuncia.

Salud mental y lactancia

Las medidas restrictivas también han hecho mella en el estado anímico de las madres. Según un estudio de la Universidad de Alberta en Canadá el número de mujeres que reportaron depresión materna durante la pandemia pasó de un 15 a un 41%. Liset Álvarez es psicóloga perinatal y forma parte de Mammasur, un grupo de apoyo a la maternidad, lactancia y crianza. Durante estos últimos meses confirma que ha constatado un aumento de la depresión posparto y de cuadros de ansiedad, que dificultan la lactancia materna.

“En las mamás primerizas la lactancia tiene que instaurarse, circula una especie de fantasía de que la leche surge a chorros de repente, y eso no es así. El proceso de pasar del calostro hasta la subida de la leche requiere su tiempo y si están muy angustiadas cuesta mucho”, explica Álvarez, quien informa de que esto se ha traducido en muchos casos en el abandono de la lactancia.

“Los primeros protocolos de separación precoz de los bebés han sido horrorosos. Las 24 horas de instauración de la lactancia son fundamentales. Y, todo esto, ha contribuido a que disminuya la lactancia o a que se abandone antes”

“Estas madres han llegado al parto recorriendo unos kilómetros de angustia. En muchos casos han asistido solas a las ecografías, a las consultas, en la parte más dura algunas parieron solas”, cuenta esta psicóloga perinatal. “Los primeros protocolos de separación precoz de los bebés han sido horrorosos. Las 24 horas de instauración de la lactancia son fundamentales. En muchos casos estas primeras 24 horas no se pudieron dar”. Y, todo esto, “ha contribuido a que disminuya o a que abandonen antes. Ha dificultado que se instale y mucho más que se mantenga. Ha habido grandes tasas de cese de la lactancia”, explica.

Helena del Pozo, por su parte, es consciente de que no todas han tenido la misma suerte. “Decían que en 18 meses nunca había ingresado una bebé en la unidad covid”, señala mientras es consciente de que probablemente le precedieron muchas madres que vieron su derecho a la lactancia bloqueado. “Ayer tuve revisión y la matrona me dijo que de las últimas 20 madres que había visto era la única que continuaba con el pecho”, cuenta. “Mi caso creó un precedente y espero que esté sirviendo de algo”, concluye.

Fuente de la información e imagen: https://www.elsaltodiario.com

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Uno de cada siete niños tiene problemas psicológicos en África subsahariana

Uno de cada siete niños en África subsahariana tiene problemas «psicológicos importantes», advirtieron hoy la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Unicef, al pedir más inversión y acceso a los servicios de salud mental en la región.

En un comunicado conjunto publicado con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, que se celebra este domingo, ambas agencias de la ONU recordaron que los niños y adolescentes siempre corren el riesgo de sufrir problemas mentales, especialmente aquellos vulnerables que afrontan pobreza, discriminación y violencia.

Los efectos del cambio climático, las altas tasas de infección de VIH (virus causante del sida), los embarazos en la adolescencia, las emergencias humanitarias también son amenazas constantes para el bienestar mental de niños y adolescentes en África.

La covid-19 ha dejado al descubierto aún más las desigualdades globales, incluida la atención de la salud mental.

Este 26 de septiembre, Suiza vota sobre el matrimonio para las parejas del mismo sexo y en torno a la fiscalidad de personas con grandes patrimonios.

Los niños africanos han estado sujetos a amenazas aún mayores con el cierre de escuelas, una mayor exposición a los conflictos armados y la falta de oportunidades para jugar y socializar con sus amigos.

Además, los confinamientos largos han aumentado los matrimonios precoces, los embarazos de adolescentes y la violencia sexual y doméstica hacia los menores, especialmente las niñas.

Sin embargo, subrayan la OMS y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), «la disponibilidad y la calidad de los servicios de salud mental para niños y adolescentes en África son muy deficientes».

Incluso en países donde existen psicólogos y psiquiatras especializados en menores, hay un promedio de sólo uno por cada cuatro millones de habitantes.

«La inversión en salud mental sigue siendo extremadamente baja en África, con un gasto público de menos de un dólar per cápita (…). No podemos permitirnos que millones de niños necesitados de cuidados no los tengan», afirmó la directora de la OMS para África, Matshidiso Moeti.

Según el director de Unicef para África oriental y meridional, Mohamed M. Malick Fall, «es urgente abordar la salud mental de niños y adolescentes en África».

«A lo largo de los años, millones de jóvenes se han visto expuestos a desafíos que serían muy difíciles de afrontar para la mayoría de los adultos, ya que a menudo tienen que lidiar con los impactos psicológicos por sí mismos. Nuestros sistemas todavía les están fallando», subrayó Fall.

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La crisis de salud mental: Los estudiantes de posgrado necesitan ayuda

Paulette Delgado

Invertir económicamente ya no es suficiente, se necesita un cambio cultural para apoyar la salud mental de los alumnos de posgrado.

A pesar de estar en un momento de gran tensión financiera e incertidumbre, las universidades no deben de dejar de invertir recursos para abordar la salud mental de sus estudiantes. Según un informe de las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina de Estados Unidos, los estudiantes de posgrado están en riesgo de sufrir una crisis de salud mental en todo el país. Alan Leshner, quien presidió el comité detrás del informe, dice que “el problema es tan grande o más grande que nunca, y no está mejorando. A menos que haya una atención concertada, la situación empeorará sustancialmente, porque las presiones no desaparecerán».

Los estudiantes de posgrado muchas veces sienten que no tienen acceso a una buena atención de salud mental y que su único apoyo u orientación son sus supervisores, los cuales no son suficiente recurso. Además, muchas veces estos jóvenes se sienten presionados por adaptarse al mundo laboral y cumplir con expectativas familiares, empeorando su situación. Para que el panorama realmente mejore, se necesita un cambio cultural que va más allá de invertir dinero, se debe involucrar desde el rector hasta los estudiantes. Los educadores y demás miembros de las universidades deben recibir capacitación formal para saber cómo apoyar y abordar el bienestar de los alumnos, quienes también deben aprender sobre distintos problemas de salud mental como parte de su formación introductoria.

En una encuesta realizada en diciembre del 2020 por el Consejo Estadounidense de Educación, el 68 % de los rectores de universidades reconocen que la salud mental de los estudiantes es de sus problemas más urgentes. La tasa de abandono de los alumnos con problemas de este tipo oscila entre el 43 % y el 68 %, haciendo el conflicto no sólo de salud mental, sino también sobre la efectividad y la economía de las instituciones.

Además, la pandemia ha aumentado enormemente la necesidad y demanda de apoyo para los servicios de rubro psicológico y psiquiátrico. Según Sara Oswalt, científica de salud pública de la Universidad de Texas en San Antonio, quien rastreó las tasas de salud mental y el uso de servicios para mantenerla en los campus desde el 2009, dice que “los servicios de salud mental están abrumados. Los desafíos a los que se enfrentan los estudiantes ahora son diferentes a los que tenían en el pasado. Es difícil cuantificar lo que le está haciendo a su salud mental”. Los recursos son especialmente escasos en pequeñas instituciones privadas y universidades de carreras de dos años.

Lamentablemente, los efectos de la pandemia podrían permanecer mucho tiempo después de que se controle el virus, ya que este provocó un brote de ansiedad y depresión que algunos estudiantes no supieron manejar y cayeron en mecanismos de escape que no son saludables, como el alcohol.  Según una investigación que estudió el cambio del consumo del alcohol durante el cierre de universidades por COVID-19, antes de la pandemia el mayor consumo de alcohol informado por los alumnos era de 63 bebidas por semana y ahora es de 98 (el número promedio aumentó de tres y medio a más de cinco). El autor, William Lechner, advierte que el cambio en el consumo podría durar años y que puede traer consecuencias neuronales y psicológicas duraderas.

La presión de la academia

Otro sector con problemas de salud mental son los jóvenes investigadores ya que son presionados para obtener fondos, publicar y conseguir trabajos en un mercado brutalmente competitivo, donde el fracaso parece no ser una opción. Una encuesta realizada el año pasado a 13 mil académicos por Cactus Communications, mostró que más de un tercio (38 %) de los participantes se sienten abrumados constantemente por su situación laboral.

La incertidumbre profesional ha detonado gran parte de la ansiedad y depresión en la comunidad académica ya que muchos miembros cuentan con contratos temporales que los hace siempre pensar en el futuro sin tener ninguna seguridad de que las cosas mejoren. Esta situación los lleva a trabajar muchas horas y priorizar su carrera a costa de su salud mental.

En una encuesta de Nature del 2019, el 76 % de los graduados contestaron que trabajan más de 40 horas a la semana y casi el 40 % dijo que está insatisfecho con su equilibrio entre el trabajo y la vida. Otro problema es que no sienten que cuentan con el apoyo necesario para salir adelante. Aunque tienen mentores y colegas con quienes deberían poder compartir sus labores, un 21 % de ellos experimentan acoso o discriminación por parte de ellos, especialmente las mujeres o los participantes que forman parte de grupos étnicos minoritarios.

Otra razón por la cual no todos los investigadores buscan apoyo es por el estigma percibido y la falta de conciencia de los recursos que existen. Muchos ni siquiera saben qué opciones tienen ni que apoyo ofrecen sus universidades, hace falta mucha difusión. Y cuando los estudiantes si conocen los recursos, no siempre están disponibles. En un informe del Consejo de Escuelas de Posgrado y la Fundación Jed descubrieron que muchos alumnos de doctorado describieron problemas para recibir apoyo. Una de estas dificultades es el horario de los centros de asesoramiento que cierran después de las cinco de la tarde y los fines de semana, limitando el acceso para aquellos que llevan clases, trabajan y están investigando. Además, muchos temen encontrarse con alumnos de sus clases o compañeros de trabajo, o los recursos se encuentran fuera de su alcance económico.

Hace falta un cambio estructural, no individual

Algunas instituciones han optado por implementar programas enfocados en el bienestar integral como talleres de yoga, meditación y administración del tiempo, ya que muchos de los estudios sostienen que tanto estudiantes como investigadores tienen problemas para poner límites entre el trabajo y la vida personal. Estos recursos planean impulsar la resiliencia, hacer que recuperen la motivación y planeen mejor su trabajo. Sin embargo, Katia Levecque, investigadora de psicología y derecho en la Universidad de Gante en Bélgica, argumenta que estas medidas, aunque sí ayudan, no abordan las causas estructurales de los problemas de salud mental, sólo se enfocan en los síntomas. Además, son programas dirigidos al individuo, lo que según la psicóloga puede crear una mentalidad de “culpar a la víctima”. Hacen que parezca que el problema es individual y no estructural, se necesita cambiar la cultura y el sistema.

Levecque advierte que de continuar esta mentalidad, las instituciones de educación superior no podrán retener a estudiantes afectados por el problema. «Perderán la guerra de los talentos, es tan simple como eso. Si otros trabajos (fuera de la academia) están mejor pagados, tienen más perspectivas y permiten el equilibrio entre el trabajo y la vida privada, ¿por qué deberían quedarse?».

Otro aspecto importante es que muchos estudiantes de posgrado a menudo reciben becas, por lo que su ingreso está comprometido a su condición de estudiantes, lo que evita que tomen vacaciones o tiempo para dedicarse a mejorar su salud mental. Por eso es necesario que las instituciones mejoren sus políticas internas para permitir que aquellos alumnos comprometidos con sus estudios puedan enfocarse en su bienestar sin temer quedarse sin el apoyo económico.

Además, las universidades deben promulgar políticas que aborden el acoso y la discriminación, ya que es otro factor importante que afecta la salud mental. Retomando la encuesta de Cactus, el 23 % de los participantes pide a las organizaciones académicas implementar medidas para promover la igualdad y prevenir el acoso, la discriminación y la intimidación.

Para mejorar las condiciones de los alumnos y los académicos, se debe de preparar a las personas a adquirir habilidades de comunicación, liderazgo, resolución de conflictos y espíritu empresarial, dice Suzanne Ortega, la presidenta del Consejo de Escuelas de Posgrado. Además, un buen equilibrio entre la vida y el trabajo alejaría a los académicos de la cultura de “publicar o perecer«. Normalizar las vacaciones, tiempo libre, jubilarse o crear una cultura de trabajo en la que no se tiene que ser productivo todo el tiempo. Los líderes de laboratorio pueden comenzar el cambio brindando una mayor flexibilidad de horario para permitir más tiempo libre. Queda mucho camino por recorrer.

Fuente: https://observatorio.tec.mx/edu-news/la-crisis-de-salud-mental-en-estudiantes-de-posgrado

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Sobre la aplicación de recursos audiovisuales en el aula

Por:

El recurso en video ofrece a los alumnos más opciones para trabajar en casa y sentirse acompañados.

El video ha tomado más fuerza que nunca como recurso educativo. En artículos anteriores hemos hablado sobre cómo el video ha revolucionado la idea de enseñar y ser maestro en el siglo XX. ¿Quiénes son los Edutubers? ¿Qué tipo de contenido hacen? ¿Cómo diferenciarlos de otros productores de contenido educativo?, todos estos temas de interés han sido tratados con anterioridad en textos del Observatorio, pero los aspectos técnicos acerca de cómo generar contenido audiovisual específicamente para tu grupo, las compartiremos en nuestro próximo webinar, titulado: ¿Cómo producir videos con narrativa audiovisual y en volumen para la clase?

Este martes 28 de septiembre a las 16:00 horas (Centro de México), nos acompañará Arlette Audiffred Hinojosa, profesora del programa multicultural de Prepa Tec Campus Morelia. Imparte clases de Química y Emprendimiento Social en el Tecnológico de Monterrey. La profesora Audiffred ha aplicado exitosamente diversos programas de educación en video, como un laboratorio de química en TikTok a nivel preparatoria.

Este proyecto, implementado en tiempo de pandemia, buscaba motivar a los estudiantes a realizar las prácticas de laboratorio desde casa. Se diseñaron actividades entretenidas en la que los estudiantes debían documentar y mostrar un fenómeno químico. Se sustituyó la dinámica de pedir un reporte escrito en favor de que los estudiantes subieran a TikTok una explicación de los fenómenos observados en sus experimentos, además de sus conclusiones.

La docente de Prepa Tec también apoyó a los alumnos para que participaran en la convocatoria My World 360°. El objetivo fue que los estudiantes produjeran videos narrativos 360° para exponer problemas reales y despertar conciencia en su comunidad, motivar a la acción y mejorar su entorno. El proyecto en el que se centraron los alumnos abordó el problema del agua en la ciudad de Morelia. Cumplieron con el propósito de desarrollar habilidades digitales, compartir sus perspectivas y promover acciones positivas relacionados con los 17 objetivos de Desarrollo Sostenible, como lo explicó la profesora para el Observatorio del Instituto para el Futuro de la Educación.

La experiencia y apego de la docente a las plataformas digitales y contenido audiovisual ha garantizado sin duda un gran número de esfuerzos didácticos tanto efectivos como sobresalientes. El rol de estos recursos en la modernización de la educación y como respuesta a las necesidades planteadas por la pandemia no debe ser subestimado.

“El hecho de que los estudiantes sientan una ‘presencia’ constante a través del celular, aunque sea de manera asincrónica, fortalece la relación entre los alumnos y las instituciones educativas”. Declaró la maestra acerca del uso de las apps como herramienta de comunicación y acompañamiento para estudiantes. Esto aplica también para los contenidos audiovisuales, no solamente son una forma de facilitar que los alumnos hagan sus tareas en casa, también es una forma de estar presente y generar la sensación de sentirse acompañado a través de la interacción en línea. En un momento espacio tiempo en el que el bienestar emocional de los estudiantes y su salud mental se ven afectadas por la pandemia, el saber cómo producir estas instancias de cercanía es una herramienta indispensable para maestros de todos los niveles.

Si quieres saber cómo producir contenidos audiovisuales para tus grupos y cómo integrarlos al currículum no te pierdas nuestro próximo webinar el martes 28 de septiembre a las 16:00 hrs. (Centro de México).

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/webinar-contenidos-audiovisuales

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Violencia, feminicidio y salud mental

Por: Elisabeth De Puig

 

La poca atención en salud mental que padece una gran parte del pueblo dominicano en todas las etapas de su vida son bombas de tiempo que explotan cada vez más a menudo.

El auge de los feminicidios y sus últimas manifestaciones siguen sacudiendo el país.   Son parte de la  imperfecta socialización que nos caracteriza. Resolver los conflictos emocionales vía armas, matar y quitarse la vida como ocurre en varios de los casos son producto de comportamientos violentos permitidos en la sociedad donde suceden.

No solo es responsable la persona que comete el delito, también lo es la sociedad que por su misma organización social lo propicia y permite una cultura de desigualdades, inequidades, poder y violencia.

En todos los estratos sociales cualquier discusión casual y poco importante puede acabar en un asesinato, lo que es muy representativo de la violencia estructural , de un laxismo indiscriminado en el porte de armas de fuego  y de una carencia fuerte de herramientas de solución pacifica de conflictos.

Quién no se ha topado con un “tú no sabes quién soy yo”, haciendo referencia a lo que te pueda hacer o pasar, siendo otra demostración del ejercicio generalizado de la violencia incluidas las amenazas e intimidaciones.

No se puede negar que existe una violencia cotidiana difusa e impulsiva en muchos lugares de nuestro país. Su crisol,  pero no exclusivamente, son los barrios urbanos marginales donde la calle, la escuela, la familia son los principales espacios de sociabilidad.

La falta de confianza por parte de una parte de la población en el plan Mi País Seguro, ejecutado en Cristo Rey, como el voto de confianza de otros moradores, confirma la dificultad de luchar contra la inseguridad y la violencia con medidas más bien de tipo cosmético.

Para que los resultados sean sostenibles en el tiempo son necesarias medidas psico sociales multisectoriales, en las que participen diversos sectores del gobierno y organizaciones no gubernamentales o comunitarias, pero fundamentalmente la comunidad debe ser la protagonista de dichas intervenciones.

Tahira Vargas, en su artículo Niñez y armas de fuego,publicado en el periódico Hoy del pasado sábado, recalca que “la formación de la masculinidad en la niñez está permeada por la violencia”.

Muchos niños y niñas no necesitan de armas de juguetes o de juegos electrónicos para iniciarse en la violencia.

P…. , de 11 años, anda como chivo sin ley en un barrio de la capital. No piensa reintegrarse a la escuela en septiembre. Cuando tenía 3 años asistió a la ejecución de su padre, que mataron por querer salirse de una pandilla con todo que llevaba un yeso. P….  se quedó con la madrasta de su madre, que pasó a convivir con un joven que fue asesinado hace 2 años. Hace menos de 3 meses el tercer compañero de la dama fue ultimado en la misma acera frente a todos los transeúntes.  ¿Cómo evaluar los efectos psico sociales a los cuales ha sido sometido este adolescente que no recibió ningún tipo de apoyo psicológico? ¿Cómo canalizará sus miedos, odios, rabias, culpas y carencias afectivas?

No es casual que grupos de adolescentes de Villas Agrícolas pongan de relieve la discriminación, la falta de seguridad, la falta de acceso a la salud y a una educación de calidad como elementos que afectan su calidad de vida.

Un estudio de Berenice Pacheco Salazar, publicado en el 2019, Estar, ser y convivir en la escuela. Una mirada profunda a la violencia escolar en la RepublicaDominicana, señala la prevención y la erradicación de la violencia en los centros educativos como unos de los principales retos del sistema educativo para transformar las escuelas en entornos seguros y formadores y los alumnos y alumnas en personas con espíritu crítico y agentes de cambios.

Como hemos recalcado, la violencia está por donde quiera  desde la más tierna infancia  agravada por el consumo de alcohol y drogas ilegales, con muy escasas posibilidades de reales intervenciones psicosociales. Las mujeres asesinadas y los victimarios suicidas se encuentran en una dinámica social donde cotidianamente se propaga  la violencia de manera transgeneracional.

La poca atención en salud mental que padece una gran parte del pueblo dominicano en todas las etapas de su vida son bombas de tiempo que explotan cada vez más a menudo y a las cuales hay que prestar más atención que nunca por las nuevas situaciones que ha generado la pandemia de Covid 19.

 

Fuente de la información:  Acento

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Feminismo, salud mental, antirracismo: qué nos están enseñando los Juegos Olímpicos de Tokio más allá del deporte

Alice Milliat, la mujer que inyectó feminismo al deporte olímpico

Que los Juegos Olímpicos no solo van de deporte es algo que está demostrando con creces la insólita edición que se celebra este año tras la suspensión por la pandemia. Todos los ojos del mundo miran a Tokio, donde casi 12.000 atletas buscan una medalla en sus respectivas disciplinas. Pero las olimpiadas están sirviendo también para poner en el centro cuestiones socialmente relevantes que trascienden la propia competición deportiva y que han originado conversaciones públicas sobre feminismo, salud mental, racismo o visibilidad LGTBI y que reflejan, en parte, cómo somos, qué discriminaciones siguen arraigadas y por dónde se están dando avances.

La retirada de Simone Biles en los Juegos abre otra grieta en el muro de silencio que estigmatiza la salud mental

El momento con más repercusión ocurrió el pasado 27 de julio, cuando la gimnasta estadounidense Simone Biles se retiró de la competición de equipos por su estado psicológico. La multicampeona olímpica ha regresado este miércoles y se ha llevado el bronce en barra de equilibrios pero, al margen del podio, deja otra impronta en estos juegos porque su gesto ha contribuido a agrietar el muro de silencio que estigmatiza y silencia la salud mental. «Esto no es simplemente salir y hacer lo que el mundo quiere que hagamos […] Es más importante la salud mental que el deporte ahora mismo», reivindicó.

Simone Biles en los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020. AFP7 / Europa Press

Visibilidad del machismo

Ya antes de la ceremonia inaugural era la capitana del equipo español de natación sincronizada, Ona Carbonell, la que denunciaba públicamente la imposibilidad de dar de mamar a su hijo Kai durante los Juegos Olímpicos y ponía el foco en uno de los principales problemas que las deportistas llevan años señalando: las dificultades para conciliar trabajo y maternidad. Es una constante en sus carreras de alto nivel, pero la desatención de los cuidados y el conflicto con el trabajo productivo es aún una ecuación pendiente en todos los ámbitos que sigue solucionándose mayoritariamente a costa de las mujeres de una forma soterrada e invisible.

A Tokio han llegado también denuncias relacionadas con el sexismo en las equipaciones. Fue el caso del equipo alemán de gimnasia artística, que decidió salir a competir con una prenda de cuerpo completo, algo que no suele ser habitual en la disciplina, como forma de reivindicar la libertad de que «cada mujer y todo el mundo pueda decidir lo que ponerse». Es un símbolo se ha convertido también la imagen de las tres chicas de 13 y 16 años en el podio de una de las pruebas de skate, que se ha estrenado este año como deporte olímpico. Una práctica tradicionalmente copada por hombres, pero al que cada vez y con más fuerza se suman chicas jóvenes que reivindican su lugar sobre el patín.

Pauline Schaefer, del equipo alemán de gimnasia artística, el pasado 25 de julio. Marijan Murat / Dpa

Es una realidad que el empuje feminista de los últimos años tiene su reflejo en las olimpiadas, y no solo por una cuestión de participación femenina, que alcanza el 49%. Las mujeres aún pelean por competir en igualdad de condiciones, pero hay avances. «Queda muchísimo, pero se ha logrado cierta visibilidad y conciencia de las discriminaciones e injusticias que vivimos. Se ha roto el silencio y creo que las propias deportistas ven que se cuentan más cosas, que no son igual de penalizadas que antes por hablar, y cuando una lo hace, anima a las demás», opina Pilar Calvo, secretaria general de la Asociación para Mujeres en el Deporte Profesional (AMDP).

«Somos negros»

Para la historia se queda el récord del mundo en triple salto femenino de la venezolana Yulimar Rojas y el bronce de la española Ana Peleteiro, pero también el abrazo en el que ambas, rivales en la pista y amigas fuera de ella, se fundieron al terminar, y la alegría de Peleteiro por el oro de Rojas. La gallega se ha convertido en una de las protagonistas de los juegos también por las palabras que pronunció después, en una entrevista junto a Ray Zapata, plata en gimnasia. «Somos de color pero representamos a España», empezó Zapata, momento en el que la triplista le interrumpió: «Somos negros, qué ‘de color’. De color son ellos, que cambian más de color que el sol», dijo en referencia a quienes enarbolan mensajes racistas.

Ana Peleteiro, del Equipo Español, bronce en la final de triple salto de atletismo, celebra la medalla junto a Yulimar Rojas (oro) durante los JJOO 2020 SportMedia / Europa Press

La participación de ambas ha hecho aflorar una evidencia: la diversidad racial que existe en España, y también ha sacado a la luz los prejuicios y episodios racistas que siguen enfrentando las personas no blancas y que la propia Peleteiro ha narrado en alguna ocasión. «En la gasolinera un señor me gritó: ‘Negra de mierda, vete a tu país’. Estoy en mi país, da mucha rabia», contó en 2020 en una entrevista con El País. Un discurso discriminatorio que formaciones como Vox no condenan, e incluso alientan, como ocurrió en la Asamblea de Madrid el pasado junio con el diputado de Unidas Podemos Serigne Mbaye. Tras la medalla lograda por Peleteiro y Zapata, las redes sociales han criticado que ni Pablo Casado ni el partido de extrema derecha les hayan felicitado inmediatamente por sus triunfos.

A estas imágenes se ha unido en los últimos días el gesto de la atleta estadounidense Raven Saunders, medallista de plata en lanzamiento de peso, que quiso mandar un mensaje en el podio para denunciar «la instersección en la que se encuentran todos los que están oprimidos». La olímpica, lesbiana y negra, cruzó los brazos sobre su cabeza en forma de «X», un gesto que será estudiado por el Comité Olímpico Internacional, puesto que no permite manifestaciones políticas durante la competición, y que ha recordado a muchos al icónico puño en alto del black power en México 68.

Raven Saunders (EEUU), medalla de plata durante los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. AFP7 / Europa Press

Primera atleta trans

Las palabras de Tom Daley, que se hizo con la medalla de oro en trampolín de 10 metros sincronizado también dieron la vuelta al mundo. «Creo que es una de las cosas de las que me siento enormemente orgulloso: soy gay y campeón olímpico», dijo en la rueda de prensa posterior, en la que compartió cómo en su infancia se sintió carente de referentes con su misma orientación sexual. «Cuando era joven me sentí solo, diferente, sentía que no encajaba… había algo en mí que nunca sería lo suficientemente bueno como la sociedad quería que fuese», dijo el británico, que, sin embargo, ha recibido críticas por ser padre por gestación subrogada.

Además, Tokio ha sido escenario de la participación por primera vez de una atleta trans en los Juegos Olímpicos, la neozelandesa Laurel Hubbard, en halterofilia. Esto es posible después de que el Comité Olímpico Internacional cambiara las reglas en 2015, cuando descartó obligar a las deportistas trans a someterse a operaciones genitales para poder competir en la categoría femenina, que era la normativa entonces vigente. Ahora lo que deben es cumplir con un nivel máximo de testosterona.

Su presencia ha sido duramente criticada por un sector del feminismo que aquí en España es contrario a la Ley Trans y a la autodeterminación de género por considerar que habría hombres que podrían declararse mujeres para lograr triunfos deportivos frente a las mujeres. Hubbard es una mujer trans que cumple con los criterios impuestos por el Comité Olímpico Internacional para competir y se da la circunstancia de que en esta ocasión ha sido descalificada tras hacer tres nulos seguidos. Para la Agrupación Deportiva Ibérica LGTBI+ (ADI), «suponer que las personas trans en el deporte son tramposas que fingen ser quienes son por interés competitivo» es «contrario a los valores del deporte» y «un prejuicio tránsfobo».

Además de Hubbard también compite Quinn, persona trans no binaria, con la selección femenina de fútbol. La asociación ha contabilizado hasta 179 deportistas LGTBI visibles en Tokio, el triple que en los anteriores Juegos Olímpicos, celebrados en Río de Janeiro, pero aún así, una cifra ínfima comparada con el total de participantes, casi 12.000, «un síntoma de la difícil situación de las personas LGTBI en el mundo del deporte», concluye.

Fuente: https://www.eldiario.es/sociedad/feminismo-salud-mental-antirracismo-ensenando-juegos-olimpicos-tokio-deporte_1_8191107.html

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ONU: El ajedrez tranquiliza, mejora la salud mental y ayuda a la recuperación tras la pandemia

En la jornada dedicada al ajedrez, la ONU destaca que si bien la pandemia de COVID-19 ha limitado la práctica de muchos deportes, este antiguo juego de intelecto ha demostrado una notable resistencia y adaptabilidad durante meses de confinamiento.

El ajedrez, uno de los juegos más antiguos del mundo, combina elementos del deporte, el razonamiento científico y el arte. En la actualidad unos 605 millones de personas lo juegan regularmente y se estima que el 70% de la población adulta de muchos países lo ha jugado en algún momento de su vida.

Al celebrar este marte el Día Mundial del Ajedrez, la ONU afirmó que este juego puede contribuir a la creación de un entorno de tolerancia entre los pueblos y las naciones porque promueve la justicia, la equidad, la inclusión y el respeto mutuo, además de que en este momento tiene un papel relevante para la salud mental, que ha sufrido mucho estrés durante la pandemia.

La historia ha mostrado que los juegos y los deportes ayudan a la humanidad a sobrevivir en tiempos de crisis al reducir la ansiedad.

La ONU reconoce al ajedrez como un juego promotor de la justicia, la inclusión y el respeto mutuo.
ONU Mujeres/Ryan Brown
La ONU reconoce al ajedrez como un juego promotor de la justicia, la inclusión y el respeto mutuo.

Poder de convocatoria

En el caso de la emergencia del coronavirus la mayoría de las actividades deportivas y de juego se limitaron, especialmente si se practican en equipo. El ajedrez, en cambio, ha mostrado una notable resistencia y adaptabilidad, así como un poder de convocatoria muy fuerte durante la pandemia.

Los datos demuestran que durante los últimos meses se ha duplicado el interés general en este juego, con más gente que nunca participando en eventos de ajedrez en línea.

El ajedrez se puede jugar en cualquier lugar y todos pueden acceder a él ya que es asequible e inclusivo y trasciende las barreras del idioma, la edad, el género, la capacidad física y el estatus social.

Se trata de un juego que apoya la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible ya que promueve la educación, la igualdad de género y el empoderamiento de mujeres y niñas.

El deporte, las artes y la actividad física tienen el poder de cambiar las percepciones y los prejuicios, además de que rompen las barreras raciales y políticas, luchan contra la discriminación y desactivan los conflictos.

En este sentido, la ONU considera que estas disciplinas contribuyen a la paz, la cooperación, la solidaridad y la salud a nivel local, regional e internacional.

Adolescenes jugando ajedrez en una escuela en Sana´a, Yemen.
© UNICEF/Moohialdin Fuad
Adolescenes jugando ajedrez en una escuela en Sana´a, Yemen.

Jornada internacional

El 12 de diciembre de 2019, la Asamblea General proclamó el 20 de julio como el Día Mundial del Ajedrez para marcar la fecha de establecimiento de la Federación Internacional de Ajedrez en París en 1924.

La designación del Día Mundial del Ajedrez no sólo reconoce el papel de la Federación en el apoyo a la cooperación internacional para la actividad ajedrecística y el objetivo de mejorar la convivencia respetuosa entre todos los pueblos del mundo, sino que también brinda un respaldo importante para fomentar el diálogo, la solidaridad y la cultura de la paz.

Fuente de la información e imagen:  https://news.un.org

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