América del Sur/ Colombia/ 03.09.2019/ Fuente: www.laopinion.com.co.
En Cúcuta, uno de cada cuatro jóvenes entre 18 y 24 años ni trabaja ni estudia, según un estudio.
Una forma de medir el calibre aspiracional de una sociedad, sus líderes y ciudadanos, es saber qué tan comprometidos están con la educación y el empleo, en especial con sus jóvenes.
En Colombia existe una brecha gigantesca entre la formación académica y laboral frente a los espacios de empleabilidad que oferta el sector productivo. Es decir, no hay pertinencia de la educación, por falta de articulación educativa, colegio- empresa.
Según un estudio realizado por la Fundación Corona y la Red de ciudades Cómo Vamos, en Cúcuta, uno de cada cuatro jóvenes entre 18 y 24 años ni trabaja ni estudia, representando un problema en términos de ingresos, productividad y también aspectos sociales que limitan la reducción de las desigualdades.
El informe plantea un reto a los candidatos que aspiran a ocupar los proximos cargos gubernamentales, de impulsar una mejora sustancial de los índices de empleabilidad.
“En materia de género es aún más preocupante, porque para las mujeres el porcentaje es mayor. Esta preocupación de equidad de género se refleja en las brechas entre hombres y mujeres con educación técnica y tecnológica (TyT) que para el caso de Cúcuta en 2017 era del 7%”, explicó Mario Zambrano, director del programa Cúcuta Cómo Vamos.
La brecha salarial entre hombres y mujeres con formación T&T en la ciudad fue de 29,9%, ubicándose en el cuarto lugar.
Resultados preocupantes
Según Zambrano, el primer indicador para aproximarse al logro educativo de la población entre 18 y 24 años, son los años promedio de escolaridad total y por quintiles de ingreso de hogar para el año 2017.
En Cúcuta los años promedio de escolaridad con menores ingresos (el más pobre) son 9,7 y los de mayores ingresos son 12,6.
“Esto evidencia que el número promedio de años de escolaridad aumenta con el nivel de ingreso de los jóvenes (una brecha de 2,9). Los jóvenes de la ciudad con menores ingresos entran en condiciones desiguales, lo que afectará sus posibilidades no solo de engancharse laboralmente en mejores condiciones, sino en la realización exitosa de sus proyectos de vida”, agregó.
El economista explicó que Cúcuta ostenta una de las tasas de desempleo juvenil más altas del país (19,6%).
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Por otro lado, quienes logran terminar una carrera universitaria entran a hacer parte de ese “ejército de reserva” en el mercado laboral.
La tasa de desempleo para profesionales es del 11,9%, y según nivel educativo alcanzado, las ciudades con el menor porcentaje de población bachiller o con educación superior fueron Cúcuta (52,6%) y Pereira (59,6%).
“Temas claves como la desigualdad, la movilidad social y la pobreza son realmente un reto titánico para el territorio dadas estas cifras”, agregó Zambrano.
La ciudad también presenta el porcentaje más bajo de población con formación técnica y tecnológica T&T (7%), también la de menor ocupación con esta formación y la tasa de informalidad más alta con 44,4%.
Por el lado de los ingresos mensuales según nivel educativo en T&T (25-64 años), el ingreso promedio es de 1,3 salarios mínimos legales vigentes (Ver gráficos).
Comparada con sus pares de la Red Cómo Vamos, Cúcuta se ubica entre los últimos tres puestos.
Baja formación en empleo
Los representantes del sector empresarial y de la academia criticaron en su momento el papel que desempeñan los centros de formación en empleo en la ciudad.
Según los resultados del informe, el porcentaje de utilidad de estos cursos en Cúcuta es bajo, solo comparable con Quibdó.
Solo el 60% de la gente en Cúcuta manifestó que se sentía a gusto con el curso y que le había permitido mejorar su productividad laboral.
Sobre el tema, la secretaria de Educación de Cúcuta, Doris Angarita, señaló que la administración municipal hace control y vigilancia a estos centros educativos.
“Hemos cerrado muchos este año, les hacemos auditorías y no tienen el lleno de requisito que se les exige para ejercer tal actividad”, explicó la funcionaria.
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Soluciones reales
La Fundación Corona cree que el sector público y el privado deben estar articulados para la construcción y ejecución de esquemas novedosos que permitan proponer modelos de intervención social. Una de sus principales apuestas es promover la educación pertinente y el empleo inclusivo.
La pertinencia se determina por tres factores: las necesidades de los empleadores de talento humano en cada región, la congruencia con las necesidades y preferencias de los estudiantes, y el desarrollo del país a largo plazo. Si solo se trabaja en uno de estos factores no se logra un avance real, los territorios no progresan y las personas no mejoran su calidad de vida.
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